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BABOT, M. Tecnología y Utilización de Artefactos de Molienda en El Noroeste Prehispánico. 2004 PDF
BABOT, M. Tecnología y Utilización de Artefactos de Molienda en El Noroeste Prehispánico. 2004 PDF
Página
I
ANEXO I
NORMAS Y VARIABLES PARA EL ANÁLISIS TIPOLÓGICO
Se empleó para todos los casos una orientación convencional, considerada como más adecuada
para una descripción estandarizada, ya sea que se tratara de artefactos con posición natural
ambivalente o más o menos supuesta. De este modo la orientación se refirió al eje morfológico, eje de
alargamiento de una forma, o eje mayor de la pieza (eje A), el cual corresponde al eje de simetría
longitudinal cuando ésta existe, dispuesto de manera vertical (Lamming-Emperaire 1967).
Adicionalmente, en los casos posibles, se colocó en posición proximal (parte inferior del dibujo) el
extremo del artefacto más cercano o en contacto con el operador y, en la parte superior del dibujo el
más lejano (extremo distal) (Figuras I.1 y I.2).
Los artefactos de molienda pasivos o inferiores se orientaron con la cara que presenta la
oquedad, superficie activa equivalente o cara más cóncava y/o más usada, hacia el observador.
Mientras que para los artefactos superiores se dispuso la superficie activa, o en su defecto, la cara más
convexa y/o más usada en esa posición. Todas las piezas quedaron definidas, por tanto, vistas desde
alguna de las caras, es decir, en “norma frontal”.
Esta norma no se aplicó a la generalidad de las manos de percusión y a los morteros cuya
oquedad está dispuesta en la dirección del eje mayor, ya que al ser orientados según el eje
morfológico, no muestran su superficie activa. Las ilustraciones de estos artefactos se acompañaron
con un diseño de la pieza mostrando la superficie activa.
Los artefactos dobles, múltiples y compuestos, se orientaron con su cara más trabajada y/o
utilizada hacia el observador, pero se añadieron diseños de la pieza girada cuando fue necesario para
representar todas las superficies activas que no eran claramente observables en el croquis según la
orientación convencional (Figuras I.1 y I.2).
1
Figura I.1. Ejemplos de orientación, secciones y vistas de las piezas.
2
Figura I.2. Ejemplos de orientación, secciones y vistas de las piezas.
3
I.1.2. Segmentación de la pieza
Figura I.3. Ejemplos de segmentación de las piezas. c: Caras; b: bordes; o: oquedades; rmc: rasgos morfológicos
complementarios.
4
Las caras son planos separados por aristas o bordes (Laming-Emperaire 1967) y, en el caso de
las formas redondeadas, por puntos de inflexión. En el caso de los artefactos líticos tallados, son sólo
dos las caras destacadas, A y B, pero para los artefactos de molienda éstas suelen ser múltiples y su
definición se extiende tanto a las superficies planas así como a las curvas delimitadas por aristas o
bordes.
En artefactos con una sola cara activa (simples), la B fue la cara opuesta a la cara A, pudiendo
corresponder a la base de los utensilios pasivos o a la zona de prensión de los utensilios activos. En
artefactos dobles, múltiples y combinados, la cara B correspondió a la segunda superficie activa más
trabajada y así sucesivamente. En todos los casos, las siguientes caras se denominaron
correlativamente, comenzando por las restantes más usadas y/o trabajadas (Figura I.4). En artefactos
simples, las caras restantes que no eran la A y B, se designaron como caras laterales con relación a la
pieza orientada.
La delimitación de las caras fue más sencilla en instrumentos con formas geometrizadas ya
fueran estas naturales o producto de la manufactura. En cambio, las piezas morfológicamente muy
irregulares tendieron a presentar un número muy elevado de aristas y bordes y, por lo tanto, de caras;
en estos casos fue más operativo delimitar arbitrariamente zonas más amplias para su descripción
segmentaria.
En artefactos reciclados, las caras se denominaron siguiendo los mismos criterios anteriores,
pero privilegiando aquellas superficies relacionadas con funciones de molienda.
Las caras pueden cumplir diferentes papeles en la pieza: activas, de prensión, apoyo o neutras
(Figura I.4). Las caras activas son aquellas que presentan indicios de uso que las vinculan directamente
con la ejecución de las actividades primarias de los artefactos, es decir, aquellas que están en contacto
directo y deliberado con las sustancias intermedias y que, en los artefactos pasivos, presentan la
oquedad. Las caras de prensión son las que están destinadas al asimiento directo de la pieza o
mediante la utilización de un mango. A los fines de la descripción fue más conveniente analizar una
“zona de prensión” que podía involucrar una o más caras e, incluso, bordes, que efectuar un análisis
segmentado de cada uno de ellos.
Las caras de apoyo están presentes sólo en los artefactos pasivos y se caracterizan por ser las
superficies de asiento o base de las piezas durante el uso. Las caras cuya funcionalidad es neutra son
5
las que no se relacionan con ninguna de las actividades anteriores pero que, no obstante, pueden
brindar indicios del modo de acción, específicamente en el caso de los artefactos superiores. En
artefactos dobles, múltiples, compuestos y reciclados, puede ocurrir que una misma cara haya
cumplido más de un papel funcional durante su vida útil.
Mientras que las aristas se forman por la intersección de dos caras, los bordes son la porción
de las superficies de cada par de caras, adyacente a una arista. También se forman por la intersección
de la oquedad con el resto de la superficie de la cara activa, además de los límites de los rasgos
morfológicos complementarios. Se identificaron con la designación de las dos caras por las que
6
quedaban definidos; por ejemplo borde AB, si servía de límite a las caras A y B, o borde Ao, si servía
de límite a la oquedad. Al igual que las caras, los bordes pueden cumplir diferentes papeles en la pieza
(Figura I.4).
Las oquedades son cavidades practicadas en la forma base, que se abren en un solo plano, de
modo que pueden servir como contenedores (Laming-Emperaire 1967). En algunos artefactos pasivos,
como ciertos molinos y bases de maray puede darse el caso de que la zona activa no esté constituida
por una oquedad, sino solamente por una superficie aplanada que hace las veces de aquella, para la
cual valen todos los atributos de las oquedades. Las oquedades y superficies activas equivalentes se
denominaron con la letra “o” acompañada de un número correlativo que se asignó a las diferentes
cavidades de los artefactos pasivos (Figura I.4).
Los rasgos morfológicos complementarios son atributos morfológicos y accesorios que pueden
o no estar presentes en la pieza y que se diferencian de las caras, bordes y oquedades. Su papel puede
ser funcional, como en la generalidad de los ubicados en posiciones activas y de prensión, o
meramente decorativo (Figura I.4).
Se incorporaron vistas externas de la pieza, en “norma lateral” o “norma sagital”, esto es,
visiones tridimensionales desde la zona lateral, en el primer caso, y desde su porción proximal o distal,
en el segundo (Figuras I.1 y I.2). Además, se acompañó el dibujo de los artefactos activos con un
diseño o esquema de la forma inferida de la cavidad del instrumento pasivo compatible.
7
DESCRIPCIÓN SUMARIA DE LA PIEZA Y CLASIFICACIÓN DEL ARTEFACTO Fecha: / / Ficha: Página:
tratamientos
unidad fractura color ejes
portabilidad
descarte
corteza
posición
Nº alteracio orienta mp ext. int. textura tamaño estructura fb Kg A B C l. a. e.
estado
fuente
mín. mín. mín.
%
c-m c-n po tipo espesor nes ción de gr/bl largo ancho espe
máx. mín. sor
28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 75 76 77 78 79
B/C forma caras bordes rmc
pos.rel.c.ac.
uso general
oquedades
manufactura
superficies
Nºyf caras
preformas
Nº grupos tip.
A/B valor B/A C/B gral. secc. long. secc. transv. t a p s n t a p s n t a p s n
estimación
80
Categoría morfológico-funcional
Observaciones
81
Categoría técnico-morfológica
82
Serie técnica
83
Descripción general
8
DESCRIPCIÓN SEGMENTARIA DE LA PIEZA Y CLASIFICACIÓN DE LAS ZONAS ACTIVAS Ficha: Página:
39 64 65 40 41 42 43 44 66 67 68 69 70 71 72 73 74
forma largo técnicas
función-posición
manufactura
c f contorno curv. long. curv. transv. ancho textura sec. de técn. de rastros de uso condi modo de grupo tipológico subgrupo tipológico
posición
área
57 58 64 59 60 66 67 68 69
técnicas
manufactura
sección
formatiz. mant.
9
DESCRIPCIÓN SEGMENTARIA DE LA PIEZA Y CLASIFICACIÓN DE LAS ZONAS ACTIVAS Ficha: Página:
45 64 65 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 66 67 68
secciones oquedad curv. oq. ancho oq. técnicas
cm3/
manufactura
o f paralela/largo paralela/ancho perpendicular ap curv. curv. pp - a.máx.bo a.mín.bo a.máx.ba a.mín.ba amáxbo amáxbo p.máx textura sec. de técn. de
disposición
ubicación
p.máx.
long. transv. formatiz. mant.
orden
45 69 70 71 72 73 74 61 62 64 65 63 66 67 68 69
técnicas
función -posición
manufactura
o rastros de uso condi modo de grupo tipológico subgrupo tipológico f sección textura rastros de uso
sec. de técn. de
posición
ción acción
orden
formatiz. mant.
rmc
10
Ficha: Página:
Observaciones
11
Dentro de la ficha, las columnas corresponden a dos tipos de caracteres, atributos o variables
morfológicas: variables que deben cuantificarse o calificarse de acuerdo con los valores o estados de
atributos posibles previstos para ellas, y variables cuyo estado se calcula a partir de los valores
asignados a las variables del primer tipo. En relación con esto último se presenta la siguiente clave:
Para muchas de las variables se ha previsto la opción “indeterminado”, para los casos en los
que aún correspondiendo, no es posible su clara observación, por ejemplo, por la presencia de
fracturas. Las variables resaltadas en gris que refieren a caras, bordes, oquedades o rasgos
morfológicos complementarios requieren de un único valor para cada una de las partes segmentadas de
la pieza.
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5.Localidad (localidad) (variable de procedencia)
Ubicación geográfica identificatoria del sitio del que provienen los materiales que se registran en la
ficha.
1.Entera (e)
2.Fracturada (f)
2a.Reconstruida en su totalidad
2b.Fragmentos remontantes de parte de la pieza
2c.Un fragmento que representa más de las ¾ partes de la pieza completa
2d.Un fragmento que representa más de la mitad la pieza completa
2e.Un fragmento que representa menos de la mitad de la pieza completa
2f.Fragmento que no permite estimar el tamaño total de la pieza
3.Indeterminado (I)
13
Punto de origen de la fractura (po):
1.Diferenciado (d)
2.No diferenciado (n)
El punto de origen de la fractura puede ser ubicado observando las ondas en la superficie de la
fractura. Indicar su posición en el croquis.
Tipo de fractura (tipo): se refiere a la sección transversal, con referencia al plano de la cara A de la
pieza, en el punto medio de la fractura (Figura I.5):
Espesores del plano de fractura (espesor): indicar el valor máximo (máx) y mínimo (mín) en
milímetros.
Indicar los dos tipos de alteración que más afectan la pieza y detallar en observaciones otros tipos
presentes (sobre la base de Mansur-Franchomme 1987; Aschero 1983: 9):
14
Figura I.5: Sección transversal de las fracturas con referencia al plano de la cara A de las piezas, en el punto
medio de la fractura (Aschero 1975:B25). 1.Plana transversal u ortogonal, 2.plana oblicua, 3.en ángulo,
4.cóncava-convexa transversal, 5.cóncava-convexa oblicua, 6.en charnela transversal, 7.en charnela oblicua,
8.central; 9.irregular.
15
1.Lascados (la)
Aquellos accidentales, generados por la manipulación y el transporte. Pueden haber sido ocasionados
durante la vida útil del artefacto, después de ser descartados, o durante la excavación, limpieza y
análisis arqueológicos. Se distinguen porque el patrón que describen difiere del arqueológico.
2.Estrías (es)
Producidas por alteraciones de superficie, frecuentemente son de grandes dimensiones, pudiendo ser
visibles a simple vista. Se diferencian de las estrías de utilización por su localización y orientación.
Estas últimas se encuentran en las superficies activas y se orientan en la dirección del movimiento,
mientras que las naturales o accidentales “(...) se ubican en zonas variables de las superficies de la
pieza, formando frecuentemente grupos de varias líneas paralelas, que se entrecruzan con otros grupos
orientados en direcciones diferentes” (Mansur-Franchomme 1987: 31). En cuanto a su morfología, las
estrías naturales son superficiales y de fondo rugoso, resultantes del contacto de la superficie con
granos de arena, rodados u otras piezas líticas.
6.Meteorización (me)
Implica la destrucción de la superficie rocosa, principalmente en el caso de las rocas ígneas, por acción
de agentes mecánicos y químicos. Cuando ocurre, la superficie exterior se rompe y desmenuza
(Semenov 1964).
16
8.Otros (o)
Refiere a los casos en los que la opción adecuada no está especificada. El tipo de alteración debe ser
descripto en observaciones.
9.Indeterminado (I)
Indicar además del tipo de alteración, la intensidad con que se presenta:
a.Leve (L)
b.Moderada (M)
c.Fuerte (F)
1.No (n)
2.Si (s)
3.Indeterminado (I)
17
1.No registrado (-)
2.Indeterminado (I)
1
Estos utensilios comparten atributos de artefactos y de estructuras. Se comportan como artefactos por ser
objetos discretos cuya forma está modificada por la actividad humana, los cuales pueden ser rescatados de su
matriz sin alterar o destruir su forma original. En tanto que entran en la definición de estructuras, básicamente
por ser no portátiles y porque poseen una posición y arreglo espacial que se modificaría notablemente si fueran
extraídos, en tanto forman parte de un espacio construido, ya sea como estructuras simples o compuestas (Sharer
y Ashmore 1979: 70-72).
Dentro de esta categoría pueden considerarse ciertos morteros y bases de maray excavados en el sustrato rocoso.
18
2.Mueble o móvil (m):
Aquellos que eventualmente podrían ser movidos o transportados por no formar parte de afloramientos
consolidados ni comportarse como estructuras2.
3.Indeterminado (I)
1.Metamórfica (met.)
2.Ígnea (ígn.)
2.a.Volcánica (volc.)
2.b. Plutónica (plut.)
3.Sedimentaria (sed.)
4.Pegmatítica (peg.)
5.Piroclástica (pir.)
6.Migmatítica (mig.)
7.Milonítica (mil.)
8.Otra (o)
9.Indeterminado (I)
2
Dentro de esta categoría se incluirían tanto aquellos artefactos caracterizados por una amplia portabilidad así
como los de portabilidad restringida que requieren de un mayor esfuerzo individual o grupal para su traslado a
largas distancias.
19
2.Si la corteza está presente en menos de un 25% de la superficie de la pieza (<25)
3.Si la corteza está presente entre el 25% y menos del 50% de la superficie de la pieza (<50)
4.Si la corteza está presente entre el 50% y menos del 75% de la superficie de la pieza (<75)
5.Si la corteza está presente en un 75% o más de la superficie de la pieza (>75)
6.Si la superficie de la pieza está completamente cubierta por corteza (100)
7.Indeterminado(I)
20
Indicar en observaciones, además, la presencia de inclusiones de roca o minerales.
21
3.Indeterminado (I)
1a.Nódulos (no)
1b.Lascas nodulares (ln)
1c.Sectores de afloramientos consolidados (ac)
1d.Lasca/hoja (l/h)
1e.Núcleo (nú)
3.Indeterminado (I)
22
27.Medidas de los ejes principales de la pieza (ejes mm) (variable dimensional)
Estas medidas, tomadas en milímetros, corresponden a las principales dimensiones máximas de las
piezas que se presentan bien definidas como objetos individuales; algunas de ellas no se pueden tomar
en los casos de los artefactos excavados en afloramientos rocosos que no presentan límites claros.
El eje mayor A (A), o eje longitudinal, corresponde al largo máximo; el eje intermedio B (B), o eje
transversal, al ancho máximo; y el eje menor C (C), al espesor máximo (Figura I.6). Estos ejes deben
ser mutuamente perpendiculares entre sí aunque no se corten en un solo punto y permiten definir la
forma general de los artefactos (ver más adelante “32.Forma de la pieza”, apartado “Forma general del
objeto”).
Indicar opcionalmente el valor mínimo del largo (lmín), ancho (amín) y espesor (emín).
Cuando se trate de artefactos superiores, indicar en observaciones la posibilidad de asimiento con una
o dos manos durante el uso.
En caso de que no esté diferenciado por efecto de una fractura, indicar con la sigla “nd” y utilizar los
valores de B y C estimados.
En caso de que no esté diferenciado por efecto de una fractura, indicar con la sigla “nd” y utilizar los
valores de B y A estimados.
23
Figura I.6: Medición de los ejes principales de la pieza. A: Eje A; B: eje B; C: eje C.
24
En caso de que no esté diferenciado por efecto de una fractura, indicar con la sigla “nd” y utilizar los
valores de C y B estimados.
5.Indeterminado (I)
En las piezas fracturadas indicar con la sigla “nd” y utilizar los valores de A, B y C estimados.
Indicar, la simetría y regularidad de la forma, en donde la simetría refiere a si las dos mitades de la
forma constituyen o no imágenes especulares mutuas:
a.Regular (R)
b.Irregular (Ir)
c.Simétrica (S)
d.Asimétrica (A)
e.Indeterminado (I)
1
La utilización del diagrama de Zingg no implica, en el uso que se le da en esta guía, ninguna inferencia en
términos de proveniencia de los rodados, utilidad sedimentológica habitual del mismo. Esto no es posible ni
pertinente en el caso de los objetos de factura cultural, cuya forma es el producto de una serie de decisiones del
artesano durante la manufactura y uso de las piezas que se superponen a la acción anterior de los agentes
naturales.
25
Indicar, además, en el caso de figuras con vértices, su redondeo, y con lados, su convexidad o
concavidad:
Figura I.7. Diagrama de geometricidad (sobre la base de Zingg 1935, tomado de Spalletti 1984) para
determinar la forma general de los artefactos. 1.Discoidales u oblados; 2.equiaxiales, ecuantes o esféricos;
3.triaxiales, laminares o elipsoidales; 4.cilíndricos o prolados.
Las secciones longitudinal (secc.long.) y transversal (secc.transv.) de la pieza se definen por su forma
con relación a una figura geométrica (sobre la base de Leroi-Gourhan 1972: 182; Aschero 1983: 17-
19) (Figura I.8).
Indicar:
26
7.Semiovoide o en herradura (sovo ó ídem.)
8.Piriforme (pi ó ídem.)
9.Lobulada (lo ó ídem.)
10.Lanceolada (la ó ídem.)
11.Biconvexa o en mandorla (bicx ó ídem.)
12.Planoconvexa (plcx ó ídem.)
13.Planocóncava (plcv ó ídem.)
14.Cóncavo-convexa (cvcx ó ídem.)
15.Cóncavo-cóncava (cvcv ó ídem.)
16.Helicoidal (hel ó idem.)
17.Amigdaloide (am ó idem.)
18.Cordiforme (cor ó ídem.)
19.Triangular (tri ó ídem.)
20.Romboidal (rom ó ídem.)
21.Poliédrica (pol ó ídem.)
22.Trapezoidal (trap ó ídem.)
23.Paralelogramo (par ó ídem.)
24.Rectangular (rec ó ídem.)
25.Cuadrangular (cua ó ídem.)
26.Indeterminado (I)
a.Regular (R)
b.Irregular (Ir)
c.Simétrica (S)
d.Asimétrica (A)
e.Indeterminado (I)
Indicar, en el caso de figuras con vértices, su redondeo, y con lados, su convexidad o concavidad:
27
Figura I.8. Cuadro de secciones incluyendo algunas variantes de las formas (sobre la base de Aschero 1975:
B17-B19). 1.Circular o esferoidal; 2.Circular incompleta o esferoidal incompleta; 3.Semicircular o
hemiesferoidal; 4.Oval; 5.Semioval; 6.Ovoide; 7.Semiovoide o en herradura; 8.Piriforme; 9.Lobulada;
10.Lanceolada; 11.Biconvexa o en mandorla; 12.Planoconvexa; 13.Planocóncava; 14.Cóncavo-convexa;
15.Cóncavo-cóncavo; 16.Helicoidal; 17.Amigdaloide; 18.Cordiforme; 19.Triangular; 20.Romboidal;
21.Poliédrica; 22.Trapezoidal; 23.Paralelogramo; 24.Rectangular; 25.Cuadrangular; 26.No aplicable;
27.Indeterminado.
28
Los casilleros correspondientes a esta variable pueden ser llenados provisionalmente durante la
descripción sumaria de la pieza y luego ser controlados con los resultados de la descripción
segmentaria.
En artefactos dobles, múltiples, compuestos y reciclados, puede ocurrir que una misma cara haya
cumplido más de un papel funcional durante su vida útil. En estos casos, para cada categoría de cara se
cuentan tantas como sean las que alguna vez cumplieron ese rol. De este modo, la suma de todas las
caras discriminadas por su funcionalidad, puede ser superior a la cantidad total de caras.
En artefactos fracturados, referirse sólo a las caras originales de la pieza presentes en el fragmento y
no a las nuevas generadas por la ruptura.
4.Indeterminado (I)
29
Figura I.9. Planos de ubicación de las oquedades en una cara
30
como formando parte de una “zona de prensión” (Notación B+D+E+F+G, por ejemplo, por referencia
a todas las caras que conforman dicha zona)
El análisis de las caras neutras queda a criterio del investigador pero es conveniente en los artefactos
activos cuando éstas presentan rastros de uso que indican los modos de acción y la zona de contacto
efectivo con el artefacto pasivo durante el uso, mostrando indirectamente las características de
confinamiento de la oquedad en el útil inferior.
La descripción de las caras no activas constituidas por planos naturales, principalmente en artefactos
fijos, puede no aportar evidencias tecnológicas y/o funcionales por lo que, para ellas, vale también la
advertencia anterior.
1.Paralela (pa)
2.Perpendicular (pe)
3.Oblicua (ob)
4.Curva (cu)
5.Indeterminado (I)
Sólo para las caras activas, indicar tipo de curvatura longitudinal (curv.long.) y transversal
(curv.transv.) (sensu Aschero 1975: gráfico 3) (Figura I.10)1:
1
Para estimar la curvatura de la cara puede trasladarse el perfil de la pieza a un papel milimetrado.
31
11.En bisel (bis. ó ídem.)
12.Irregular (irr. ó ídem.)
13.Indeterminado (I)
Agregar:
a.Simétrica (S)
b.Asimétrica (A)
c.Combinada (C)
Figura I.10. Gráfico para determinar grados de convexidad o concavidad (Aschero 1975: gráfico 3).
32
42.Largo de la cara (largo) Æ3, 4, 7 (variable dimensional)
Esta variable es especialmente significativa para los artefactos superiores, siendo sólo optativa para los
artefactos inferiores. Corresponde a la medida de la longitud máxima de la cara analizada (l),
expresada en milímetros y medida siguiendo la curvatura de la misma.
En el caso de las piezas fracturadas indicar, además, de ser posible, la medida del largo máximo de la
cara estimado con la notación “(est.)” a los fines del cálculo posterior del área de la superficie activa.
Cuando el valor registrado refiere sólo al fragmento, indicar las dimensiones remanentes y notar “(f)”.
Por otro lado, indicar la razón (l/A) entre el largo máximo de la cara (l) y el eje mayor de la pieza (A).
Indicar solamente para las caras activas de artefactos superiores.
En el caso de las piezas fracturadas utilizar la medida del largo estimado a estos fines; aclarar con la
notación “(est.)”.
33
Figura I.11. Áreas de las principales superficies geométricas.
1.Vertical (ver)
Cuando la mayor profundidad de la oquedad se encuentra en una dirección paralela a la del eje mayor.
2.Horizontal (hor)
Cuando la mayor profundidad de la oquedad se encuentra en forma perpendicular al eje mayor.
3.Oblicua (obl)
Cuando la mayor profundidad de la cavidad se dispone en forma oblicua respecto del eje mayor. Para
este caso indicar entre paréntesis el ángulo de inclinación respecto de la horizontal.
4.Indeterminado (I)
34
Figura I.12. Disposición de la oquedad. 1.Vertical; 2.horizontal; 3.oblicua.
35
Indicar, además, la simetría de la forma:
a.Regular (R)
b.Irregular (Ir)
c.Simétrica (S)
d.Asimétrica (A)
e.Indeterminado (I)
Indicar, además, si la oquedad presenta uno, dos, tres o cuatro lados abiertos además de la boca (ap)
como una medida del confinamiento de la misma.
Figura I.13. Secciones de la oquedad paralelas a la profundidad máxima de la misma sobre la base del volumen
encerrado, incluyendo variantes de las formas (sobre la base de Leroi-Gourhan 1971: 188). 1.Esferoide o
subesferoide; 2.hemiesferoide o en cuenco; 3.elipsoide horizontal; 4.elipsoide vertical; 5.hemielipsoide;
6.ovoide; 7.cilíndrico vertical; 8.cilíndrico horizontal; 9.cónico abierto; 10.troncocónico abierto; 11.troncocónico
cerrado; 12.hiperboloide; 13.sinusoide; 14.irregular.
36
Indicar el tipo de curvatura longitudinal (curv.long.) y transversal (curv.transv.) de la oquedad (sensu
Aschero 1975: gráfico 3) (Figura I.10) (variable “41.Forma de la cara”, apartados “Curvatura
longitudinal y transversal”)2.
Por asociación con la manera en que Andrefsky (1998: 107) sugiere medir la curvatura de los desechos
de talla, la curvatura ideal de la oquedad en los instrumentos de molienda pasivos podría ser definida
como el arco que se forma a la altura de un triángulo isósceles que encaja en el ancho máximo de la
boca de la oquedad, y se calcula de la siguiente manera (Esquema I.1):
c = 2(90-a)
en dónde:
a=tan-1 H/M
M=amáx.bo*/2
H=pmáx**
2
Para estimar la curvatura de la oquedad pueden trasladarse a un papel milimetrado, las distintas medidas de
profundidad máxima de la oquedad y las dimensiones máxima y mínima de la boca.
37
50.Volumen o área de la oquedad (cm3/cm2) (variable dimensional)
Este apartado refiere al volumen de la oquedad expresado en cm3, o al área de la misma expresada en
cm2. El volumen se calcula por referencia a un segmento esférico, un cono truncado o un montón de
arena; mientras que el área se obtiene por relación con las superficies geométricas del cono, la esfera,
la zona esférica o el cilindro, según sea pertinente (Figura I.14).
En los casos de piezas fracturadas utilizar los valores estimados.
38
el caso de las piezas fracturadas, utilizar a estos fines la medida de la profundidad máxima de la
oquedad estimada; aclarar con la sigla “(est.)”.
Cuando el valor registrado refiere sólo al fragmento, indicar las dimensiones remanentes y notar “(f)”.
En piezas morfológicamente comparables dentro de un conjunto, esta variable puede brindar una
medida relativa de la condición de la pieza, equivalente al desgaste por uso (Figura I.15).
Figura I.15. Medición de la profundidad máxima de la oquedad (p.máx.1 y p.máx.2) en relación con el eje de la
pieza paralelo a la profundidad de la oquedad (Eje A y Eje C en los ejemplos).
39
55.Razón ancho máximo de oquedad/profundidad máxima de oquedad (amáx.bo/pmáx) Æ3, 4, 7
(variable dimensional)
Aschero (1983B: 32) denomina a esta razón “forma geométrica de la superficie”. Indicar su valor.
En el caso de las piezas fracturadas, utilizar a estos fines la medida de la profundidad y ancho
máximos de la oquedad estimados; aclarar con la sigla “(est.)”.
3.Indeterminado (I)
40
1.Recto o plano con aristas vivas (pav)
2.Recto o plano con aristas redondeadas (par)
3.Redondeado (de contorno semicircular, no rebajado) (r)
4.Redondeado con rebaje sobre una cara (rruc)
5.Redondeado con rebaje sobre ambas caras (rrdc)
6.En bisel romo (bir)
7.En bisel vivo (biv)
8.Indeterminado (I)
Todos los casos, excepto el de la opción 59.1, refieren a un borde que no se define por una arista sino,
más bien, por una superficie de hasta 30mm de ancho. Cuando ésta supera los 30mm se considera
como una cara o remanente de cara.
Figura I.16. Sección del borde (sobre la base de Aschero 1975: B32 y Leroi-Gourhan 1972: 168) 1.Recta o plana
con aristas vivas; 2.Recta o plana con aristas redondeadas; 3.Redondeada (de contorno semicircular, no
rebajado); 4.Redondeada con rebaje sobre una cara; 5.Redondeada con rebaje sobre ambas caras; 6.En bisel
romo; 7.En bisel vivo.
41
redondeados o romos, cuando están fracturados, o cuando las caras son cóncavas, sólo pueden ser
estimados visualmente o a partir de la prolongación de las caras (Aschero 1983: 16-17). Entonces, el
ángulo es “estimado” y se indica con la sigla “(est.)” a continuación del valor.
Indicar como:
a.<90º (<90)
b.=90º (=90)
c.>90º (>90)
d.Indeterminado (I)
42
Figura I.17. Tipos de rasgos morfológicos complementarios. Ejemplos de: 1.surco de prensión o amarre,
2.orificio para enmangue, 3.engrosamiento para prensión, 4.rebajado del entorno de la oquedad, 5.hombro,
6.placa basilar y 7.decoración.
4.Natural (nat)
5.Indeterminado (I)
Para los orificios para enmangue indicar la sección (sobre la base de Aschero 1983: 31) (Figura I.19):
43
1.Cónico o tronco-cónico (ctc)
2.Bicónico (bic)
3.Cupular o hemiesferoidal (cup)
4.Cilíndrico (cil)
5.Natural (nat)
6.Indeterminado (I)
Para entornos de oquedad rebajados indicar el tipo de sección paralela a la profundidad, sobre la base
de las opciones de secciones paralelas de la oquedad (variable “48.Secciones de la oquedad”, apartado
“Sección paralela a la profundidad”, Figura I.13).
Figura I.18. Secciones de surcos de prensión (en base a Aschero 1983: 31).
Figura I.19. Secciones de orificios para enmangue (sobre la base de Aschero 1983: 31).
Variables comunes para la descripción de caras, oquedades, bordes y/o rasgos morfológicos
complementarios
44
descripción segmentada pueden ser analizadas en conjunto para todas las funciones salvo cuando el
pasaje de una a otra función hubiera provocado modificaciones a los atributos originales.
1.Prensión (pre)
2.Activa (act)
3.Intermedia o neutra (neu)
4.Apoyo o base (ap)
5.Indeterminado (I)
65.Orden de uso de la zona analizada para la función indicada (orden de uso) Æ4, 7 (variable
morfológico-funcional)
Refiere al número de orden de uso de la parte para la funcionalidad general especificada en la variable
“64.Funcionalidad general”, comenzando por la más antigua, sólo para las zonas segmentadas con
funcionalidad cambiante.
Indicar con un número correlativo seguido de “r” en caso de reciclaje o de “m” en caso de
mantenimiento, cuando sea posible establecer la diferencia.
Esta notación permite, en caso de reciclaje identificar, en términos generales, si la función de molienda
fue la última o la anterior en la historia de vida del artefacto; y, en caso de mantenimiento, establecer
cuál es el diseño original de la parte analizada, y cuál el que se debe a la reactivación.
El reciclaje es claramente observable cuando hay una superposición parcial o total de una superficie
activa sobre otra, anulando la función anterior1. Implica cambios en la forma y función de la pieza
vinculados o no con una vuelta al proceso de manufactura.
El mantenimiento implica cambios en la forma pero no en la función de la pieza. Para los artefactos
pasivos, este punto, refiere al mantenimiento que tiene lugar mediante la manufactura de nuevas
oquedades sobre la misma forma base, y no al que se manifiesta mediante la generación de una
oquedad dentro de otra, de una inflexión en la oquedad, o de la colocación de tacos o piedras en el
fondo de oquedades muy profundas. Para los artefactos activos refiere sólo a la generación de
múltiples superficies activas por rotación de la pieza, y no al mantenimiento de la misma cara, lo cual
si se registra más adelante en la variable “70.Condición”. Alude, por tanto, a los artefactos dobles o
múltiples cuando cada superficie activa u oquedad puede ordenarse según las más antiguas y gastadas
a las más nuevas.
1
Cuando no existe una superposición evidente, se toma al artefacto como “compuesto”.
45
1.Lisa (lisa)
1a.Natural (NAT)
1b.Por manufactura (POR MANUF)
1c.Por uso (POR USO)
2.Rugosa (r)
2a.Natural (NAT)
2b.Por manufactura (POR MANUF)
1c.Por uso (POR USO)
3.Indeterminado (I)
1.Manufacturada (c/m)
2.No manufacturada (s/m)
3.Indeterminado (I)
Percusión: Es una acción primaria en la transformación de la materia prima, para la cual se emplean
instrumentos de dureza regular con el fin de fracturar aplicando sucesivos impactos (Lorenzo 1965: 14
en Mirambell 1968). Por lo general la percusión tiene lugar durante las primeras etapas de
manufactura, ya que su objetivo es reducir una masa de piedra y “darle forma” regular (Mansur-
Franchomme et al. 1987-88: 142).
Abrasión: O “desgaste” para Mirambell (1968) es el proceso “(...) por el cual se quitan o consumen
las partes sobrantes poco a poco y con esfuerzo continuado, hasta llegar a la forma deseada” mediante
fricción (Mansur-Franchomme 1987: 142).
Por lo general, la abrasión tiene lugar después de la implementación de técnicas de percusión, ya que
su objetivo es el tratamiento de las superficies para obtener un aspecto o acabado externo particular.
46
Indicar, según las huellas de manufactura, los procedimientos tecnológicos o variantes de una técnica
empleados. Señalar con “-” a las piezas sin manufactura o mantenimiento. Del mismo modo, indicar
aquellos empleados en el mantenimiento.
47
Sobre la base del número de abolladuras por cm2 indicar:
Notar entre paréntesis el número de abolladuras por cm2, como parámetro del grado de regularidad de
la superficie obtenida por picado.
Alisado, pulido y bruñido son tres fases de un mismo proceso, la abrasión, diferenciadas por la
intensidad del trabajo sobre la superficie, y los implementos utilizados. Las tres acciones implican el
frotamiento del objeto usando un agente intermedio abrasivo que es el que normalmente trabaja,
generando desechos constituidos por polvo lítico de granulometría mediana a fina al igual que en el
caso del acanalado y la incisión (Laming-Emperaire 1967; Mirambell 1968). Durante este proceso, la
forma de contacto con la materia trabajada es difusa (Leroi-Gourhan 1971).
48
5.Bruñido (br ó ídem.)
Es un modo de abrasión determinado como “(...) la fase final del proceso, el que era realizado con un
material blando, como una tela o piel, y arenas finas o hueso molido en calidad de abrasivo y en la
cual únicamente se sacaba lustre o brillo al objeto” (Ibíd.).
En si es una técnica muy semejante al pulido ya que genera una superficie suave y lisa al tacto, pero se
caracteriza por el brillo.
8.Indeterminado (I)
10.Sin manufactura (-)
Para cada técnica indicar su situación en la parte de la pieza analizada (sobre la base de Aschero
1983B: 5) (Figura I.20):
a.Central (CE)
a.I.Completo (CEc)
a.II.Incompleto (CEi)
b.Perimetral (PE)
b.I.Completo (PEc)
b.II.Incompleto (PEi)
c.Cubriente (CU)
c.I.Completo (CUc)
c.II.Incompleto (CUi)
Figura I.20. Situación de la técnica o los rastros de uso en la parte analizada de la pieza. a.Central; bI.perimetral
completo; bII.perimetral incompleto; c.cubriente.
49
69.Rastros de uso macroscópicos (rastros de uso) Æ1, 3, 4, 5, 7 (variable morfológico-funcional)
Los rastros de uso son las huellas y residuos dejados como resultado de la utilización de la pieza. En
este caso se hace referencia a los macroscópicos, los cuales pueden ser observables a simple vista o
con bajos aumentos. Estos pueden ser rastros físico-mecánicos o bien rastros o residuos orgánicos e
inorgánicos.
Además del tipo de rastro presente, es conveniente indicar esquemáticamente su ubicación en el dibujo
de la pieza (sobre la base de Mansur–Franchomme 1987):
Rastros Físico-mecánicos
En términos generales, estos tipos de rastros de uso generan un cambio en la pieza en dos sentidos:
alteración de la forma y reducción o aumento del volumen en artefactos activos y oquedades de
artefactos pasivos, respectivamente. Estos efectos tienen lugar predominantemente en las zonas activas
y de prensión (Ibíd.).
Indicar:
50
1.c.Microlascados machacados (ml.mach. ó ídem.)
Indicar:
51
3.Estrías (estr ó ídem.)
Las estrías “(...) son accidentes lineales (rayas o surcos) de las superficies líticas, que constituyen
excelentes indicadores direccionales de la utilización de un instrumento” (Mansur-Franchomme 1987:
20). Se forman por el arrastre, bajo presión, de partículas abrasivas, y su abundancia se relaciona con
la cantidad de éstas introducidas durante el trabajo, siendo mayor cuando se agrega un abrasivo
intencionalmente, cuando se trata de materiales sucios o cuando se trabajan materiales sólidos (Ibíd.).
El ancho y la profundidad de las estrías, por su parte, tienen que ver principalmente con la presión
ejercida durante el trabajo y con la granulometría del abrasivo (ibíd.) y, por lo tanto, pueden ser
macroscópicas o microscópicas.
En rocas de grano medio a grueso, estos rastros son visibles con poca claridad en las zonas de fractura
irregular; en cambio son evidentes en las superficies alisadas, redondeadas o pulidas (Semenov 1964).
Están presentes en las zonas activas de los artefactos de molienda en general, diferenciándose de las
estrías paralelas generadas durante el alisado o pulido, y de las estrías aditivas resultantes de la
percusión durante la manufactura, por presentarse o no de forma orientada según la dirección del
movimiento del artefacto activo, particularmente en las zonas redondeadas, alisadas o pulidas por uso.
Las huellas de estriado raramente se encuentran en la zona de prensión del artefacto, y cuando
aparecen, no tienen orientación definida (ibíd.).
Indicar:
Los residuos tienden a presentarse en las superficies, bordes y oquedades en contacto con el material
trabajado y, con menor frecuencia, en las zonas de prensión y neutras. Constituyen elementos
52
diagnósticos sobre la funcionalidad específica de las piezas, ya que pueden relacionarse con el material
trabajado del que fueron parte (ibíd.).
Indicar, de ser posible, el tipo general de residuo y especificar su naturaleza en observaciones, o bien
derivar al registro específico.
Para cada rastro y/o residuo de uso indicar, además, su situación en la parte de la pieza analizada
(sobre la base de Aschero 1983B: 5) (Figura 20):
a.Central (CE)
a.I.Completo (CEc)
a.II.Incompleto (CEi)
b.Perimetral (PE)
b.I.Completo (PEc)
b.II.Incompleto (PEi)
c.Cubriente (CU)
c.I.Completo (CUc)
c.II.Incompleto (CUi)
53
Indicar (sobre la base de Adams 1996: 54):
4.Indeterminado (I)
54
71.Modo de acción (modo de acción) Æ3, 4, 7 (variable morfológico-funcional)
Los modos de acción son los movimientos mediante los cuales se lleva a cabo una función primaria
dada, para obtener el efecto buscado, ya sea éste triturar, moler, etc. Para los artefactos de molienda,
en todos los modos de acción posibles, ya sean estos movimientos de presión, de percusión o
aleatorios (Tabla I.2 y Figuras I.21.a y I.21.b), la forma de contacto entre el utensilio y las sustancias
en procesamiento es una superficie.
Tabla I.2. Posibles modos de acción sobre la materia con artefactos de molienda.
Hacia abajo
Movimiento de Presión
vertical o
Presión
puntual
En vaivén
Por rotación
Semirotativa o alternativa semirotativa
desplaza
deslizant
e o con
miento
Movimiento de Percusión
Movimiento Aleatorio
Estos modos de acción son similares, aunque no equivalentes, a lo que Adams (1996: 8) define como
motor habits o hábitos motores, es decir “(...) los movimientos o brazadas que se requieren para operar
en artefactos específicos” -traducción de la autora-, ya sea que estos se empleen en la formatización de
otros ítems o en el procesamiento de sustancias. Por esto, dentro de motor habits, quedan incluidas las
categorías de gestos que en esta guía se distinguen como “técnicas de manufactura”, como el picado
(pecking) y el lascado (chipping); y “funciones primarias”, como triturar (crushing); ó “modos de
acción” como la brazada circular (circular stroke).
Indicar únicamente para las caras activas de artefactos activos y oquedades, el tipo de movimiento
típicamente representado teniendo en cuenta las siguientes variables previamente definidas:
40.Posición de la cara
41.Forma de la cara en su apartado Contorno de la cara
48.Secciones de la oquedad en su apartado Sección perpendicular a la profundidad de la
oquedad
69.Rastros de uso y su situación en la parte de la pieza analizada
55
Figura I.21.a. Posibles modos de acción sobre la materia con los distintos grupos de artefactos de molienda. a)
Movimiento de presión vertical o puntual hacia abajo; b) Movimiento de presión vertical o puntual en vaivén; c)
Movimiento de presión vertical o puntual por rotación; d) Movimiento de presión vertical o puntual semirotativa
o alternativa semirotativa; e) Movimiento de presión deslizante o con desplazamiento por traslación circular; f)
Movimiento de presión deslizante o con desplazamiento alternativo curvilíneo o semicircular.
56
Figura I.21.b. Posibles modos de acción sobre la materia con los distintos grupos de artefactos de molienda. a)
Movimiento de presión deslizante o con desplazamiento alternativo rectilíneo; b) Movimiento de percusión.
En todas sus variantes, se realiza apoyando el artefacto activo sobre la cavidad del artefacto pasivo y
efectuando sobre éste esfuerzos hacia abajo (presión vertical o puntual) -más o menos perpendiculares
al fondo de la superficie activa- y/o acciones deslizantes (presión deslizante o con desplazamiento) -
más o menos paralelas al fondo de la superficie activa-, de tal forma que, en ambos casos, el contacto
entre los dos artefactos es idealmente continuo.
Se realiza efectuando un esfuerzo vertical con el artefacto activo mientras está apoyado sobre el
pasivo, en una porción de la cavidad delimitada por el tamaño de la superficie activa del artefacto
superior (Figura 1.21.a-a).
57
40.Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Ya sea que la cara
analizada se encuentre en Posición de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” o “3.Oblicua”, puede ser
utilizada con este movimiento.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: el movimiento de presión hacia abajo no
genera secciones típicas en artefactos pasivos.
69.Rastros de uso: pueden ser del tipo “1b.Lascados estrellados”, “1c.Lascados machacados” y “2.
Redondeo, alisado y pulido”.
Cuando la presión hacia abajo es utilizada, aparece en combinación con otros modos de acción que
poseen un rol más importante durante el procesamiento. Por esto los rastros producidos por el
movimiento de presión hacia abajo en las superficies activas en contacto, quedan enmascarados.
Aunque la presencia de presión hacia abajo no puede inferirse a partir de este tipo de evidencia
material, sí puede, en cambio, suponerse sobre la base de la experiencia etnográfica, como un
movimiento altamente probable para todos los artefactos de molienda excepto para los marayes y
bases de maray.
Se efectúa aplicando esfuerzos verticales alternantes entre los dos extremos laterales opuestos del
artefacto superior, mientras la cara convexa está apoyada sobre el pasivo, en un movimiento oscilante
o de mecida (Figura I.21.a-b).
40.Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Ya sea que la cara
analizada se encuentre en Posición de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” o “3.Oblicua”, puede ser
utilizada con este movimiento.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de las caras activas: en manos de molino y marayes puede
ser de los tipos 4, 6, 15, 21 ó 22.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: típicas en los molinos de vaivén son las
1, 2, 4, 6, 10, 11, 15, 21, 22; en morteros accionados por vaivén las 1, 2, 6, 23; en bases de maray de
vaivén son 4, 6, 10, 11, 15, 21, 22.
69.Rastros de uso: pueden ser de los tipos 2, 3, 4 y 5 principalmente
con una situación de tipo “a.Central”. Además, las estrías en sus variantes “a.Paralelas” y “b.Oblicuas”
y “c.Perpendiculares” pueden disponerse entre los dos extremos de la pieza que se mueven
alternativamente, y las de tipo “d.Aditivas o en patrón estrellado” pueden ir desde el centro hacia los
bordes de la oquedad y la cara activa del artefacto superior.
Rastros de uso de tipo “1b.Lascados estrellados y ”1c.Lascados machacados” en situación
“a.Central”, pueden presentarse principalmente en marayes, pero en pequeña medida.
Las caras con 64.Funcionalidad general de tipo “1.Prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
58
Pueden ser indicadores de manos de molinos accionadas típicamente con presión por vaivén, las caras
de prensión con 40.Posición de la cara con valores “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”, que
presentan 69.Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”. Menos
comúnmente, esta cara puede presentar Rastros de uso de tipo “4.Residuos macroscópicos” y
“5.Residuos microscópicos” en posiciones de tipo “b.II.Perimetral incompleto”.
Las manos de mortero que se accionan con todos los tipos de movimientos, generalmente, en las caras
de prensión con 40.Posición de la cara de tipo “1.paralela”, “2.perpendicular” ó “3.oblicua”,
presentan Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”; menos
comúnmente son de tipo “4.residuos macroscópicos” y “5. residuos microscópicos” en posiciones de
tipo “b.Perimetral” o “c.Cubriente”.
Los marayes, en cualquiera de todos sus movimientos posibles, pueden presentar en las caras y rasgos
morfológicos complementarios de prensión Rastros de uso de tipo 1, 2 y 3, principalmente en
posición “a.Central”.
Se efectúa aplicando un esfuerzo vertical continuo con la superficie activa del artefacto superior,
mientras está apoyado sobre el elemento pasivo, y sobre una porción localizada de la cavidad, de
modo que el movimiento describe un círculo completo sobre un eje (figura I.21.a-c).
40.Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Ya sea que la cara
analizada se encuentre en Posición de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” o “3.Oblicua”, puede ser
utilizada con este movimiento.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de las caras activas: en manos de molino puede ser de los
tipos 1 y 2; en marayes puede ser de los tipos 21, 22 y 23.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: en molinos de rotación pueden ser de los
tipos 1, 2, 23; en bases de maray 1, 2, 23; en morteros 1, 2, 6, 23, ya que los movimientos de vaivén y
de rotación son complementarios.
69.Rastros de uso: los rastros predominantes son de los tipos 2, 3, 4 y 5, con una situación en las
caras del artefacto superior de tipo “c.Cubriente”. La excepción la constituyen las manos de molino de
vaivén las cuales junto con las oquedades de los artefactos inferiores, presentan una situación de tipo
“a.Central”.
Las estrías son del tipo “3e.Curvas circulares”. Además, pueden presentarse en menor medida Rastros
de tipo 1b y 1c en situaciones idénticas a las de los otros rastros mencionados; esto puede ocurrir
principalmente en marayes.
Las caras con 64.Funcionalidad general de tipo “1.Prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
59
Pueden ser indicadores de manos de molinos accionadas típicamente con este movimiento, las caras de
prensión con 40.Posición de la cara con valores “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”, que
presentan 69.Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”. Menos
comúnmente, esta cara puede presentar Rastros de uso de tipo “4.Residuos macroscópicos” y “5.
Residuos microscópicos” en posiciones de tipo “b.II.Perimetral incompleto”.
Las manos de mortero que se accionan con todos los tipos de movimientos, generalmente, en las caras
de prensión con 40.Posición de la cara de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”,
presentan Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”; menos
comúnmente son de tipo “4.residuos macroscópicos” y “5.residuos microscópicos” en posiciones de
tipo “b.Perimetral” o “c.Cubriente”.
Los marayes, en cualquiera de todos sus movimientos posibles, pueden presentar en las caras y rasgos
morfológicos complementarios de prensión Rastros de uso de tipo 1, 2 y 3 principalmente en posición
“a.Central”.
Se efectúa aplicando un esfuerzo vertical continuo con la superficie activa del artefacto superior,
mientras está apoyado sobre el pasivo, y sobre una porción localizada de la cavidad, de modo que el
movimiento describe un semicírculo sobre un eje (Figura I.21.a-d).
Este tipo de modo de acción es más frecuente que el de presión por rotación, con la que comparte los
mismos tipos de rastros de uso y su situación en la zona analizada, excepto en el caso de los marayes y
bases de maray.
40.Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Ya sea que la cara
analizada se encuentre en Posición de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” o “3.Oblicua”, puede ser
utilizada con este movimiento.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de las caras activas: en manos de molino puede ser de los
tipos 1 y 2; en marayes, de los tipos 21, 22 y 23.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: típicas en los molinos de presión
semirotativa son de los tipos 1, 2, 23; en las bases de maray 3, 12, 13; en los morteros 1, 2, 6, 23.
69.Rastros de uso: la presión semirotativa produce, principalmente, Rastros de uso de los tipos 2, 3,
4 y 5 con una situación en las zonas activas del artefacto superior de tipo “c.Cubriente”. La excepción
la constituyen las manos de molino de vaivén las cuales junto con las oquedades de los artefactos
inferiores, presentan una situación de tipo “a.Central”.
Las estrías son del tipo “3e.Curvas circulares”. Además, pueden presentarse en menor medida,
Rastros de uso de tipo 1b y 1c en situaciones idénticas a las de los otros rastros mencionados,
principalmente en marayes.
60
Las caras con 61.Funcionalidad general de tipo “1.Prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
Pueden ser indicadores de manos de molinos accionadas típicamente con este movimiento, las caras de
prensión con 40.Posición de la cara con valores “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”, que
presentan 69.Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”. Menos
comúnmente, esta cara puede presentar Rastros de uso de tipo “4.Residuos macroscópicos” y
“5.Residuos microscópicos” en posiciones de tipo “b.II.Perimetral incompleto”.
Las manos de mortero que se accionan con todos los tipos de movimientos, generalmente, en las caras
de prensión con 40.Posición de la cara de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”,
presentan Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”; menos
comúnmente son de tipo “4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en posiciones de
tipo “b.Perimetral” o “c.Cubriente”.
Los marayes, en cualquiera de todos sus movimientos posibles, pueden presentar en las caras y rasgos
morfológicos complementarios de prensión Rastros de uso de tipo 1, 2 y 3 principalmente en posición
“a.Central”.
Se realiza deslizando el artefacto superior sobre la parte externa de la superficie activa de los
artefactos inferiores, en una acción continua que describe un círculo completo alrededor de un eje
(figura I.21.a-e). La presión por traslación circular es un movimiento exclusivo de los molinos y
manos de molino.
40. Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Para este
movimiento, la cara analizada tiende a encontrarse en Posición de tipo “1.Paralela” ó “3.Oblicua”.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de las caras activas: en manos de molino puede ser de los
tipos 1, 2, 4, 6, 10, 11, 13, 15, 16, 17, 18, 21, 22, 23.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: típicas en los molinos de traslación
circular son los tipos 1, 2, 4, 6, 8, 10, 11, 15, 16, 17, 18, 21, 22, 23.
69.Rastros de uso: la presión por traslación circular promueve la formación de Rastros de uso de los
tipos 2, 3, 4 y 5 con una situación en la oquedad del artefacto pasivo de tipo “b.I.Perimetral completo”,
y en la superficie activa del artefacto superior de tipo “c.Cubriente”.
Las estrías son, principalmente, del tipo “3.e.Curvas circulares”. En menor medida pueden presentarse
Rastros de tipo 1c en las situaciones antes mencionadas.
Las caras con 64.Funcionalidad general de tipo “1.Prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
Pueden ser indicadores de manos de molinos accionadas típicamente con este movimiento, las caras de
prensión con 40.Posición de la cara con valores “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”, que
61
presentan 69.Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”. Menos
comúnmente, esta cara puede presentar Rastros de uso de tipo “4.Residuos macroscópicos” y
“5.Residuos microscópicos” en posiciones de tipo “c.Cubriente”.
Se realiza deslizando el artefacto superior sobre la parte externa de la superficie activa de los
artefactos inferiores, en su porción distal, en una acción alternativa que describe un semicírculo
alrededor de un eje (Figura I.21.a-f). La presión alternativa curvilínea es un movimiento exclusivo de
los molinos y manos de molino.
40. Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Para este
movimiento, la cara analizada tiende a encontrarse en Posición de tipo “1.Paralela” ó “3.Oblicua”.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de las caras activas: en manos de molino puede ser de los
tipos 1, 2, 4, 6, 10, 11, 13, 15, 16, 17, 18, 21, 22, 23.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: típicas en molinos de presión alternativa
curvilínea son los tipos 3, 5, 7, 12, 13.
69.Rastros de uso: la presión alternativa curvilínea promueve la formación de Rastros de uso de los
tipos 2, 3, 4 y 5 con una situación en la oquedad del artefacto pasivo de tipo “b.II.Perimetral
incompleto”, y en la superficie activa del artefacto superior de tipo “b.II.Perimetral incompleto” ó
“c.Cubriente”.
Las estrías son, principalmente, del tipo “f.Curvas semicirculares. En menor medida pueden
presentarse Rastros de tipo 1c. en las situaciones antes mencionadas.
Las caras con 64.Funcionalidad general de tipo “1.Prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
Pueden ser indicadores de manos de molinos accionadas típicamente con este movimiento, las caras de
prensión con 40.Posición de la cara con valores “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”, que
presentan 69.Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”. Menos
comúnmente, esta cara puede presentar Rastros de uso de tipo “4.Residuos macroscópicos” y
“5.Residuos microscópicos” en posiciones de tipo “c.Cubriente”.
Se realiza deslizando el artefacto superior sobre la parte central de la cavidad del artefacto inferior,
entre sus extremos proximal y distal, de modo que este movimiento alternante (es decir, que actúa en
una misma dirección pero alternando el sentido del movimiento) describe una línea más o menos recta
62
(Figura I.21.b-a). La presión alternativa rectilínea es un movimiento exclusivo de los molinos y manos
de molino.
40.Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Para este
movimiento, la cara analizada tiende a encontrarse en Posición de tipo “1.Paralela” ó “3.Oblicua”.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de la cara activa: en manos de molino puede ser de los tipos
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 10, 11, 12, 13, 15, 16, 17, 18, 20, 21, 22, 23.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: típicas en molinos de presión alternativa
rectilínea son los tipos 4, 5, 6, 10, 11, 21, 22.
69.Rastros de uso: la presión alternativa rectilínea promueve la formación de Rastros de uso de los
tipos 2, 3, 4 y 5 con una situación en la oquedad del artefacto pasivo de tipo “a.Central”, y de tipo “a”
ó “c.Cubriente” en la superficie activa de los artefactos superiores.
Las estrías son del tipo “a.Rectas paralelas”, principalmente. En menor medida pueden presentarse
Rastros de tipo 1c en las situaciones antes mencionadas.
Las caras con 64.Funcionalidad general de tipo “1.Prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
Pueden ser indicadores de manos de molinos accionadas típicamente con este movimiento, las caras de
prensión con 40.Posición de la cara con valores “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”, que
presentan 69.Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”. Menos
comúnmente, esta cara puede presentar Rastros de uso de tipo “4.Residuos macroscópicos” y
“5.Residuos microscópicos” con situación en la cara de tipo “b.II.Perimetral incompleto” ó bien
“c.Cubriente”.
Se realiza alzando el artefacto superior con una o las dos manos y dejándolo caer sobre la superficie
activa del artefacto pasivo u otra equivalente, soltándolo o acompañándolo con las manos, de tal forma
que el contacto entre los dos artefactos es intermitente -la acción es perpendicular al fondo de la
superficie activa- (Figura I.21.b-b).
40.Posición de la cara: refiere únicamente a la cara activa en artefactos activos. Ya sea que la cara
analizada se encuentre en Posición de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” o “3.Oblicua”, puede ser
utilizada con este movimiento; no obstante, debido a que es frecuente en manos de mortero, la
Posición tenderá a ser de tipo 2.
41.Forma de la cara, apartado Contorno de las caras activas: en manos puede ser de los tipos 1, 2, 6,
7, 15, 16, 17, 18, 19, 23.
48.Sección perpendicular a la profundidad de la oquedad: típicas en artefactos pasivos utilizados
con movimientos de percusión, son los tipos 1, 2, 6, 23.
63
69.Rastros de uso: el movimiento de percusión puede generar Rastros de uso de los tipos 1, 2, 3, 4 y
5. El esquirlamiento puede ser de tipo “a.Lascados netos”, “b.Lascados estrellados” y
“c.Microlascados machacados” con una situación de tipo “b.Perimetral” en el borde de la oquedad y
“a.Central” en el interior de la misma; en la superficie activa de la mano de mortero puede ser de
cualquier tipo. En molinos y manos, el tipo de esquirlamiento es de los tipos b y c más comúnmente,
con situación “a.Central”.
Las estrías son, principalmente de tipo “d.Rectas aditivas o en patrón estrellado” y, en menor medida,
de los tipos “a.Rectas paralelas”, “b.Rectas oblicuas” y “c.Rectas perpendiculares”, con situación
“a.Central” en las oquedades de morteros, y “c.Cubriente” en sus manos.
En las manos de molino que se accionan en algún momento con percusión, la situación de los rastros
de uso es de tipo “c.Cubriente” ó bien “b.Perimetral”.
Las caras con 64.Funcionalidad general de tipo “1.de prensión” pueden brindar información
complementaria respecto del tipo de movimiento utilizado.
Las manos de mortero que se accionan con este tipo de movimiento, generalmente presentan en las
caras de prensión con 40.Posición de la cara de tipo “1.Paralela”, “2.Perpendicular” ó “3.Oblicua”,
Rastros de uso de tipo “2c.Pulido” y “3g.Estrías sin orientación definida”; menos comúnmente son de
tipo “4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en situación en la cara de tipo
“b.Perimetral” o “c.Cubriente”.
El movimiento del artefacto combina características de los movimientos de presión y percusión sin
describir patrones definidos.
4.Indeterminado (I)
64
61.Rasgo morfológico complementario descrito
Esta categoría incluye a todos los artefactos que actúan como la porción pasiva del sistema durante su
utilización. El término pasivo no refiere a la carencia de funcionalidad, puesto que cada parte del
sistema posee un papel específico, sino a la ausencia de movimiento intencional de la pieza. Estos
artefactos son inferiores en virtud de su ubicación en el espacio durante su utilización, cuando son
considerados desde el punto de vista del observador o usuario por referencia al artefacto
complementario del sistema.
En el caso de los artefactos de molienda, además de contribuir en el procesamiento de la sustancia
intermedia, sirven para contenerla.
Los artefactos pasivos pueden ser morteros, molinos de mano o molederas, bases o soleras de maray,
artefactos de molienda no diferenciados, artefactos pasivos o inferiores indefinidos, y sus preformas
correspondientes.
65
2. Activo o superior (act.)
Esta categoría incluye a todos los artefactos que actúan como la porción activa del sistema, o aquella
que se caracteriza por llevar a cabo un movimiento intencional durante su utilización generado por la
fuerza humana. Estos artefactos son superiores en virtud de su ubicación en el espacio durante su
utilización, al considerarlos desde el punto de vista del observador o usuario y por referencia al
artefacto complementario del sistema.
En el caso de los artefactos de molienda, son los responsables principales del procesamiento de la
sustancia intermedia durante la ejecución de los modos de acción específicos.
Los artefactos activos pueden ser manos de morteros, manos de molinos o de molederas, marayes,
artefactos de molienda activos no diferenciados, artefactos superiores indefinidos, y sus preformas
correspondientes.
Indicar:
Se clasifican como artefactos de posición indeterminada a todos aquellos que, por carecer de
elementos distintivos o por presentar una confluencia de elementos correspondientes a más de una
66
categoría (activos y pasivos), no pueden ser clasificados sobre la base de su papel y posición en el
sistema artefactual, ya sean o no utensilios de molienda. Estos artefactos se caracterizan porque
pueden combinar valores correspondientes a las dos categorías anteriores para las variables tomadas
como diagnósticas de posición durante el uso. En otros casos, estas variables han sido calificadas con
la opción “Indeterminado” y, por lo tanto, se carece de algún elemento diagnóstico para su
clasificación.
La ambigüedad en los atributos de estos artefactos impide su posterior clasificación dentro de grupos y
subgrupos tipológicos. Sólo pueden ser artefactos de molienda de posición indeterminada, artefactos
indefinidos de posición indeterminada y sus preformas correspondientes.
Indicar:
4.Indeterminado (I)
Indicar grupo tipológico únicamente para caras activas de artefactos superiores y oquedades teniendo
en cuenta las siguientes variables previamente definidas:
17.Portabilidad
32.Forma de la pieza, en su apartado Forma general del objeto
34.Posición relativa de las caras activas
40.Posición de la cara
41.Forma de la cara, en su apartado Contorno de la cara activa y Curvatura longitudinal y
transversal (esto último sólo para artefactos activos)
42.Largo de la cara, en su apartado Razón largo máximo de la cara/A en referencia a la
cara activa (sólo para artefactos activos)
47.Disposición de la oquedad (sólo para artefactos pasivos)
49.Curvatura de la oquedad (sólo para artefactos pasivos)
67
54.Razón ancho máximo de oquedad/ancho mínimo de oquedad (sólo para artefactos
pasivos)
55.Razón ancho máximo de oquedad/máxima profundidad de oquedad (sólo para
artefactos pasivos)
56.Razón profundidad máxima de oquedad/ancho máximo de oquedad (sólo para
artefactos pasivos)
68.Técnicas de manufactura
69.Rastros de uso
71.Modo de acción
72.Posición durante el uso, incluye a todas las variables y sus atributos considerados en la
clasificación según el papel de la pieza (13.Portabilidad, 33.Número de caras, 35.Número
de oquedades, 38.Número de rasgos morfológicos complementarios, 41.Forma de la cara
en sus apartados Curvatura longitudinal y transversal, para las caras activas de artefactos
que no tengan oquedades, 61.Rasgo morfológico complementario descrito).
Algunas de estas variables son clave para la definición de ciertos grupos tipológicos pero, en otros
casos, son sólo indicadores adicionales no necesarios. Asimismo, algunos de estos atributos pueden
tomar para cualquiera de los grupos tipológicos, valores no previstos por las tendencias generales y
por lo tanto no definir la pertenencia a grupos, aunque sean indicadores positivos cuando presentan los
valores pautados.
1.Mortero (mortero)
Un mortero1 es un artefacto de molienda pasivo e inferior, sobre el que se utiliza una piedra superior
activa de menor tamaño para majar o machacar, triturar, descascarar2 y, en ocasiones, moler o
pulverizar, o bien trabajar combinando estos gestos como descascarar-triturar, triturar-pulverizar, etc.,
implementando los modos de acción de percusión y presión vertical hacia abajo, en vaivén, por
rotación y/o semirotativa. Aunque los movimientos de percusión son dominantes en los instrumentos
de mayor tamaño, las presiones son las más indicadas para desarrollar tareas en artefactos de pequeño
volumen.
Los morteros pueden presentar una amplia variedad morfológica dependiendo del contexto de uso
pero, por lo general, en virtud y como efecto de la función principal para la cual son destinados,
1
Según el Diccionario de la Real Academia Española (1970: 897) un mortero es un “Utensilio de madera, piedra
o metal, a manera de vaso, que sirve para machacar en él especias, semillas, drogas, etc.”.
2
Machachar es “Golpear una cosa para quebrantarla o deformarla” (íbid.: 823), en donde quebrantar es
“Romper, separar con violencia las partes de un todo” o “Moler o machacar una cosa, sin descomponerla o
deshacerla enteramente” (ibid.: 1089). Triturar es “Moler, desmenuzar una materia sólida, sin reducirla
enteramente a polvo” (ibid.: 1300), y descascarar es “Quitar la cáscara” (íbid.: 445). La acción de pelar es
similar a la de descascarar, según queda definida en su tercera acepción: “Quitar la piel, la película o la corteza a
una cosa; como una fruta o un tronco de árbol” (íbid.: 998).
68
presentan una zona activa constituida por una depresión o cavidad cóncava restringida, nunca plana,
cuyo ancho máximo tiende a ser igual o menor que su profundidad; las bocas suelen ser circulares o
subcirculares por presentar dimensiones máximas y mínimas similares. La profundidad de la oquedad
es variable dependiendo de la función proyectada del utensilio, la cantidad relativa de sustancia que se
procesa y el desgaste generado por el uso. Pueden ser inmuebles o fijos, o bien, muebles o móviles.
Estos artefactos presentan algún grado de manufactura por lascado, martillado, picado y/o, menos
comúnmente, alisado o pulido por lo menos en la oquedad.
El término mortero tiene sus equivalentes en francés y en portugués en pilon y piläo, y mortier y
almofariz, siendo los dos primeros de mayor tamaño que los segundos (Laming-Emperaire 1967;
Lavallée et al. 1985). Corresponde al mortier de Leroi-Gourhan (1973), y a su similar en inglés mortar
(por ejemplo, Flannery 1986; Smith 1989; Williams-Thorpe y Thorpe 1993; Wright 1992, 1994;
Adams 1996b; Jones 1996; Galle 2002) o mortar block (Galle 2002).
Los morteros presentan similitudes técnico-morfológicas con recipientes como escudillas, piedras
discoidales o rompecocos.
17.Portabilidad (*): no constituye una característica necesaria ya que pueden ser “1.Inmuebles o
fijos” o “2.Muebles o móviles.
32.Forma de la pieza (*), apartado Forma general del objeto: esta variable puede tomar diferentes
valores para los morteros pero existe una tendencia hacia las de tipo “1.Discoidal u oblada” ó
“2.Equiaxial, ecuante o esférica”.
34.Posición relativa de las caras activas (*): cuando hay dos o más caras activas correspondientes a
este grupo en la pieza, estas son de tipo “1.Caras opuestas”.
40.Posición de la cara (*): puede adoptar diferentes valores.
41.Forma de la cara, en su apartado, Contorno de la cara activa (*): puede adoptar diferentes
valores.
47.Disposición de la oquedad (*): puede adoptar diferentes valores.
49.Curvatura de la oquedad: generalmente puede tomar los valores “6.Cóncava atenuada”,
“7.Cóncava media” u “8.Cóncava semi-circular”; nunca puede ser “9.Plana” o convexa.
54.Razón ancho máximo de oquedad/ancho mínimo de oquedad: tiende a 1
55.Razón ancho máximo de oquedad/máxima profundidad de oquedad: ≥1 ó ≤1
56.Razón profundidad máxima de oquedad/ancho máximo de oquedad: ≥1 ó ≤1
68.Técnicas de manufactura: pueden presentarse en diferentes combinaciones pero al menos alguna
técnica de manufactura está siempre presente.
69.Rastros de uso: “1.Esquirlamiento” en el borde de la oquedad con situación “b.II.Perimetral
incompleto” y en el centro de la misma; “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en la
oquedad con situación “b.Perimetral” o “c.Cubriente”; “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y
69
bordes” en rebajados de oquedad con situación ”c.Cubriente”; “3.Estrías” de tipo “d.Rectas aditivas o
en patrón estrellado” o “g.Sin orientación definida” en oquedades con situación “a.Central”,
“b.Perimetral” o”c.Cubriente”; pueden ocurrir también las estrías de tipo a, e o f, en el borde de la
oquedad y hacia el centro cuando se utiliza un movimiento rotativo o semirotativo. Además,
“4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en oquedad y cara activa con situación
“a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
71.Modo de acción: puede ser “1a.Movimiento de presión vertical o puntual hacia abajo”,
“1b.Movimiento de presión vertical o puntual en vaivén”, “1c.Movimiento de presión vertical o
puntual por rotación”, “1d.Movimiento de presión vertical o puntual semirotativa o alternativa
semirotativa” y/o “2.Movimiento de percusión” (este último, generalmente, pero no de manera
exclusiva).
72.Posición durante el uso: “1.Pasivo o inferior”
3
Según el Diccionario de la Real Academia Española (1970), en su primera acepción, un molino es una
“Máquina para moler, compuesta de una muela, una solera y los mecanismos necesarios para transmitir y
regularizar el movimiento producido por una fuerza motriz; como el agua, el viento, el vapor u otro agente
mecánico” (ibid: 888). También se define como un “Artefacto con que, por un procedimiento cualquiera, se
quebranta, machaca, lamina o estruja alguna cosa” (ibid.). El término moledera es más amplio y refiere a una
“Piedra en que se muele” (ibid.: 887).
4
Moler se define como “Quebrantar un cuerpo, reduciéndolo a menudísimas partes, o hasta hacerlo polvo”
(íbid.: 887), mientras que pulverizar es la acción más concreta de “Reducir a polvo una cosa” (íbid.: 1082).
70
movimiento circular continuo- de Leroi-Gourhan (1973; también Lavallée et al. 1985), y a sus
similares en inglés grinding slab (p.e. Cane 1989; Wright 1992, 1994; Bermann y Estévez Castillo
1995) y sed-grinding slab (Cane 1989) -aludiendo a los molinos de movimiento de presión deslizante
o con desplazamiento alternativo rectilíneo-, quern (p.e. Williams-Thorpe y Thorpe 1993; Wright
1994) -aludiendo a los molinos de movimiento de presión deslizante o con desplazamiento por
traslación circular-, metate (por ejemplo, Flannery 1986; Hayden 1987; Nelson y Lippmeier 1993;
Adams 1996b; Diehl 1996; Hard et al. 1996), millstone (Smith 1989) y mill (Williams-Thorpe y
Thorpe 1993). En ocasiones también se ha utilizado el término mortar para designar a los molinos
(Peterson 1968; Galle 2002).
Los molinos presentan similitudes técnico-morfológicas con yunques, recipientes como fuentes y
platos, “piedras tortilleras”, abradidores de piso, bases para la confección de vasijas cerámicas, y
piedras arquitecturales como umbrales.
17.Portabilidad (*): no constituye una característica necesaria ya que pueden ser “1.Inmuebles o
fijos” o “2.Muebles o móviles.
32.Forma de la pieza (*), apartado Forma general del objeto: esta variable puede tomar diferentes
valores para los molinos pero existe una tendencia hacia las de tipo “1.Discoidal u oblada” ó
“4.Cilíndrica o prolada”.
34.Posición relativa de las caras activas (*): cuando hay dos o más caras activas correspondientes a
este grupo en la pieza, estas son de tipo “1.Caras opuestas”.
40.Posición de la cara (*): Generalmente, puede adoptar los valores “1.Paralela” o “3.Oblicua”. Lo
mismo es válido para las caras de soporte.
41.Forma de la cara, en su apartado, Contorno de la cara activa (*): puede adoptar diferentes
valores.
47.Disposición de la oquedad (*): generalmente en los molinos adopta los valores “2.Horizontal” o
“3.Oblicua”.
49.Curvatura de la oquedad (*): generalmente “5.Cóncava muy atenuada”, “6.Cóncava atenuada” o
“9.Plana”
54.Razón ancho máximo de oquedad/ancho mínimo de oquedad: se aleja de 1
55.Razón ancho máximo de oquedad/máxima profundidad de oquedad: entre 1 y >1
56.Razón profundidad máxima de oquedad/ancho máximo de oquedad: entre 1 y <1
68.Técnicas de manufactura (*): puede adoptar diferentes valores, incluyendo el valor “10.Sin
manufactura”.
69.Rastros de uso: “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en la oquedad con
situación “c.Cubriente”; “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en rebajados de
oquedad con situación ”c.Cubriente”; “3.Estrías” de tipo “a.Rectas paralelas”, “b.Rectas oblicuas”,
71
“e.Curvas circulares” o “f.Curvas semicirculares” en oquedades, con situación “a.Central”
o”c.Cubriente”; “4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en oquedad y cara activa
con situación “a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
71.Modo de acción: cualquier clase, esencialmente las variantes del tipo “1.Movimiento de presión”
pero sin descartar el tipo “2.Movimiento de percusión”
72.Posición durante el uso: “1.Pasivo o inferior”
Las bases o soleras5 de maray son piedras de moler pasivas e inferiores que actúan como recipientes
para la trituración y/o molienda, sobre las que se acciona una piedra superior generalmente de mayor
tamaño (maray) mediante presión vertical, en vaivén, por rotación y/o semirotativa.
Las bases pueden presentarse como bloques de piedra laminares o discoidales, o como porciones
acotadas de afloramientos areales superficiales o subsuperficiales y presentan una cara activa plana
que deviene cóncava por efecto del uso prolongado. Son inmuebles o fijas.
17.Portabilidad: para las bases de maray esta variable debe tener el valor “1.Inmuebles o fijos”.
32.Forma de la pieza (*), apartado Forma general del objeto: esta variable puede tomar diferentes
valores para las bases de maray pero existe una tendencia hacia las de tipo “1.Discoidal u oblada”.
34.Posición relativa de las caras activas (*): cuando hay dos caras activas correspondientes a este
grupo, estas son de tipo “1.Caras opuestas”.
40.Posición de la cara (*): Generalmente, puede adoptar los valores “1.Paralela” o “3.Oblicua”. Lo
mismo es válido para las caras de soporte.
41.Forma de la cara, en su apartado Contorno de la cara activa (*), es frecuente que sea “1.circular o
esferoidal”, “4.elíptica” o “6.oval”.
47.Disposición de la oquedad (*): generalmente en las bases de maray adopta los valores
“2.Horizontal” o “3.Oblicua”.
49.Curvatura de la oquedad (*): generalmente “5.Cóncava muy atenuada”, “6.Cóncava atenuada” o
“9.Plana”
68.Técnicas de manufactura y mantenimiento (*): pueden presentarse en diferentes combinaciones
pero, generalmente, al menos alguna técnica de manufactura está presente.
69.Rastros de uso: “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en la oquedad con
situación “c.Cubriente”; “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en rebajados de
5
Según el Diccionario de la Real Academia Española (1970), una base se define como el “Fundamento o apoyo
principal en que estriba o descansa alguna cosa” (íbid.: 170), mientras que una solera es la “Muela del molino
que está fija debajo de la volandera” (ibid: 1214-1215). Por extensión puede aplicarse esta designación al
artefacto inferior complementario del maray.
72
oquedad con situación ”c.Cubriente”; “3.Estrías” de tipo “a.Rectas paralelas”, “b.Rectas oblicuas”,
“e.Curvas circulares” o “f.Curvas semicirculares” en oquedades con situación “a.Central”
o”c.Cubriente”; “4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en oquedad y cara activa
con situación “a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
71.Modo de acción: únicamente puede ser “1b.Movimiento de presión vertical o puntual en vaivén”,
“1c.Movimiento de presión vertical o puntual por rotación” o “1d.Movimiento de presión vertical o
puntual semirotativa o alternativa semirotativa”.
72.Posición durante el uso: “1.Pasivo o inferior”
Las variables diagnósticas consideradas para la definición de grupos tipológicos presentan valores
combinados de los grupos 1, 2 y/o 3 a la vez, o carecen de alguno de sus atributos diagnósticos. Sin
embargo, la variable 72. presenta el valor “1.Pasivo o inferior”.
Descripción de variables necesarias y optativas (estas últimas marcadas “*”):
34.Posición relativa de las caras activas (*): cuando hay dos o más caras activas correspondientes al
mismo grupo en la pieza, estas son de tipo “1.Caras opuestas”
49.Curvatura de la oquedad: puede adoptar los valores 5, 6, 7, 8 ó 9.
69.Rastros de uso: “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en la oquedad con
situación “c.Cubriente”; “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en rebajados de
oquedad con situación ”c.Cubriente”; “3.Estrías”; “4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos
microscópicos” en oquedad y cara activa con situación “a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
72.Posición durante el uso: “1.Pasivo o inferior”
6
Según el Diccionario de la Real Academia Española (1970), una mano se define como un “Majadero o
instrumento de madera, hierro u otra materia, que sirve para moler o desmenuzar una cosa”, o un “Rodillo de
piedra que sirve para quebrantar y hacer masa el cacao, el maíz, etc.” (ibid.: 838).
73
en relación con el tamaño total de la pieza; a veces, estas pueden presentarse en punta o en bisel (Nardi
y Chertudi 1969-70). Estas suelen ubicarse en los extremos del eje mayor del artefacto.
Estos utensilios pueden o no presentar algún grado de manufactura por lascado, picado, alisado o
pulido.
El término mano de mortero tiene sus equivalentes en francés y en portugués en main de pilon y mäo
de piläo, y main de mortier y mäo de almofariz, siendo los dos primeros de mayor tamaño que los
segundos (Laming-Emperaire 1967). Corresponde, también, a los battoirs -manos de mortero
elongadas- y marteaux à broyer -martillos para moler formalmente equivalentes a martillos- de Leroi-
Gourhan (1973); a los broyeurs (Lavallée et al. 1985), y a su similar en inglés pestle (por ejemplo,
Mac Neish et al. 1967; Peterson 1968; Flannery 1986; Hayden 1987; Smith 1989; Wright 1992, 1994;
Adams 1996b; Jones 1996; Galle 2002).
Las manos de mortero presentan similitudes técnico-morfológicas con martillos, percutores o
machacadores.
17.Portabilidad: como en todos los artefactos activos, para las manos de mortero esta variable debe
tener el valor “2. Muebles o móviles”.
32.Forma de la pieza (*), apartado Forma general del objeto: esta variable puede tomar diferentes
valores para las manos de mortero pero existe una tendencia hacia las de tipo “2.Equiaxial, ecuante o
esférica” ó “4.Cilíndrica o prolada.
34.Posición relativa de las caras activas (*): cuando hay dos caras activas correspondientes a este
grupo, estas son “1.Caras opuestas”.
40.Posición de la cara: la cara activa debe adoptar las opciones “2.Perpendicular” o “3.Oblicua”
41.Forma de la cara, en su apartado Curvatura longitudinal y transversal de la cara activa pueden
ser solamente “1.Convexa muy atenuada”, “2.Convexa atenuada”, “3.Convexa media”, “4.Convexa
semi-circular”, “9.Plana”, “10.En punta” u “11.En bisel”. En su apartado Contorno (*) de la cara
activa es poco común que sean “4.Oval”, “5.Semioval”, “9.Lobulada”, “10.Lanceolada”,
“11.Biconvexa o en mandorla”, “12.Planoconvexa”, “13.Cóncavo-convexa”, “14.Helicoidal”,
“15.Amigdaloide”, “21.Paralelogramo” y “22.Rectangular”
42.Largo dela cara, en su apartado, Razón l/A: <<1.
68.Técnicas de manufactura (*): puede adoptar diferentes valores, incluyendo el valor “10.Sin
manufactura”.
69.Rastros de uso: “1.Esquirlamiento” en el borde y centro de la cara activa con situación “a.Central”
o “b.Perimetral”; también en las caras laterales en donde el negativo del bulbo de percusión se sitúa
hacia el centro de la zona activa indicando la dirección de uso (Wright 1992). Además, “2.Redondeo,
alisado o pulido de superficies y bordes” en superficies activas con situación “a.Central” o
“c.Cubriente” y en zonas de prensión con situación “c.Cubriente”; “3.Estrías” de tipo “d.Rectas
74
aditivas o en patrón estrellado” o “g.Sin orientación definida” en superficies activas con situación
“a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”; de tipo “a.Rectas paralelas”, “b.Rectas oblicuas”,
“e.Curvas circulares” o “f.Curvas semicirculares” en zonas neutras indicando la dirección del
movimiento. También, “4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en superficies
activas y zonas de prensión con situación “a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
71.Modo de acción: puede ser “1a.Movimiento de presión vertical o puntual hacia abajo”,
“1b.Movimiento de presión vertical o puntual en vaivén”, “1c.Movimiento de presión vertical o
puntual por rotación”, “1d.Movimiento de presión vertical o puntual semirotativa o alternativa
semirotativa” y/o “2.Movimiento de percusión” (este último, generalmente, pero no de manera
exclusiva).
72.Posición durante el uso: “2.activo o superior”
La mano de molino es un artefacto activo y superior mueble o móvil, manuable, complementario del
molino de mano, de mayor o menor longitud que el ancho de éste, que se utiliza para moler, pulverizar
y/o triturar, principalmente mediante movimientos de presión vertical (hacia abajo, en vaivén, por
rotación y semirotativa) y/o presión deslizante por traslación circular y alternativa (curvilínea y
rectilínea). Es posible que en algunos casos se utilicen también, aunque en menor medida, para
efectuar acciones de percusión mínimas.
Aunque presentan variaciones morfológicas acordes con el diseño del molino, tienden a caracterizarse
por la forma convexa o plana de la superficie activa y por su amplia extensión con relación al tamaño
total de la pieza. Las superficies activas suelen ubicarse en las caras longitudinales o de mayor
extensión del artefacto, el cual puede o no presentar algún grado de manufactura por lascado, picado,
alisado o pulido.
El término mano de molino tiene sus equivalentes en francés y en portugués en main de meule y mäo
de mó (Laming-Emperaire 1967; también Lavallée et al. 1985), y corresponde, también, a las molettes
de Leroi-Gourhan (1973). En inglés tiene su similar en la categoría mano (por ejemplo, Flannery
1986; Hayden 1987; Nelson y Lippmeier 1993; Wright 1994; Adams 1996b; Diehl 1996; Hard et al.
1996), aunque Mac Neish et al. (1967) distinguen manos -usadas con un movimiento rectilíneo de
atrás hacia adelante- y mullers -usadas con movimientos rotativos-. Frecuentemente, son designadas
con la categoría más inclusiva handstones (por ejemplo, Cane 1989; Smith 1989; Wright 1992, 1994).
Williams-Thorpe y Thorpe (1993) las denominan rubbing stones.
Las manos de molino presentan similitudes técnico-morfológicas con abradidores, pulidores, piedras
para colocar emplastos, piedras de cocción o “sobadores”.
75
17.Portabilidad: como en todos los artefactos activos, para las manos de molino esta variable debe
tener el valor “2. Muebles o móviles”.
32.Forma de la pieza (*), apartado Forma general del objeto: esta variable puede tomar diferentes
valores para las manos de molino pero existe una tendencia hacia las de tipo “1.Discoidal u oblada” ó
“3.Triaxial, laminar o elipsoidal”.
34.Posición relativa de las caras activas (*): cualquier opción
40.Posición de la cara: la cara activa debe adoptar las opciones “1.Paralela” o “3.Oblicua”
41.Forma de la cara, en su apartado Curvatura longitudinal y transversal de la cara activa pueden
ser solamente “1.Convexa muy atenuada”, “2.Convexa atenuada”, “3.Convexa media”, “4.Convexa
semi-circular” o “9.Plana”. En su apartado Contorno (*) de la cara activa es poco común que sean
“1.Circular o esferoidal”, “2.Circular incompleta o esferoidal incompleta”, “9.Lobulada” y
“23.Cuadrangular”.
42.Largo de la cara, en su apartado, Razón l/A: tiende a ser ≥1, pero puede ser también <1.
68.Técnicas de manufactura (*): puede adoptar diferentes valores, incluyendo el valor “10.Sin
manufactura”.
69.Rastros de uso: “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en superficies activas y
neutras con situación “a.Central” o “c.Cubriente” y en zonas de prensión con situación “c.Cubriente”;
“3.Estrías” de tipo “a.Rectas paralelas”, “b.Rectas oblicuas”, “e.Curvas circulares” o “f.Curvas
semicirculares” en superficies activas con situación “a.Central” o”c.Cubriente”; “4.Residuos
macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en superficies activas y zonas de prensión con
situación “a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
71.Modo de acción: cualquier clase, esencialmente las variantes del tipo “1.Movimiento de presión”
pero sin descartar el tipo “2.Movimiento de percusión”
72.Posición durante el uso: “2.Activo o superior”
7.Maray (maray)
Los marayes son piedras de moler activas y superiores muebles o móviles que operan sobre las bases o
soleras, para la trituración y/o molienda, operando por medio de presión vertical en vaivén, por
rotación y/o semirotativa.
Se caracterizan por estar confeccionados sobre bloques voluminosos y pesados, generalmente de
mayor tamaño que sus artefactos pasivos complementarios, salvo cuando estos últimos están
reemplazados por el suelo o substrato rocoso. Son geometrizados y dotados de una base convexa o
plana. Presentan orificios o surcos en las caras laterales para facilitar la inserción y amarre de los
mangos para su asimiento.
76
17.Portabilidad: como en todos los artefactos activos, para los marayes esta variable debe tener el
valor “2.Muebles o móviles”.
32.Forma de la pieza (*), apartado Forma general del objeto: esta variable puede tomar diferentes
valores para los marayes pero existe una tendencia hacia las de tipo “1.Discoidal u oblada” ó “3.
Triaxial, laminar o elipsoidal”.
34.Posición relativa de las caras activas (*): esta variable es “4.No aplicable” para este grupo dado
que se trata de artefactos simples.
40.Posición de la cara: la cara activa debe adoptar las opciones “1.Paralela” o “3.Oblicua”.
41.Forma de la cara, en su apartado Curvatura longitudinal y transversal de la cara activa pueden
ser solamente “1.Convexa muy atenuada”, “2.Convexa atenuada”, “3.Convexa media”, “4.Convexa
semi-circular” o “9.Plana”. En su apartado Contorno (*) de la cara activa es frecuente que sean
“4.Oval”, “5.Semioval”, “22.Rectangular” y “23.Cuadrangular”
42.Largo de la cara, en su apartado, Razón l/A: ≥1
68.Técnicas de manufactura y mantenimiento: pueden presentarse en diferentes combinaciones
pero al menos alguna técnica de manufactura está siempre presente.
69.Rastros de uso: “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en superficies activas con
situación “a.Central” o “c.Cubriente” y en zonas de prensión con situación “c.Cubriente”; “3.Estrías”
de tipo “a.Rectas paralelas”, “b.Rectas oblicuas”, “e.Curvas circulares” o “f.Curvas semicirculares” en
superficies activas con situación “a.Central” o”c.Cubriente”. También “4.Residuos macroscópicos” y
“5.Residuos microscópicos” en superficies activas y zonas de prensión con situación “a.Central”,
“b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
71.Modo de acción: únicamente puede ser “1b.Movimiento de presión vertical o puntual en vaivén”,
“1c.Movimiento de presión vertical o puntual por rotación” y/o “1d.Movimiento de presión vertical o
puntual semirotativa o alternativa semirotativa”.
72.Posición durante el uso: “2.Activo o superior”
Las variables diagnósticas consideradas para la definición de grupos tipológicos presentan valores
combinados de los grupos 5, 6 y/o 7 a la vez, o carecen de alguno de sus atributos diagnósticos. Sin
embargo, la variable 72. presenta el valor “2.Activo o superior”.
17.Portabilidad: como en todos los artefactos activos, esta variable debe tener el valor “2.Muebles o
móviles”.
77
41.Forma de la cara, en su apartado Curvatura longitudinal y transversal de la cara activa pueden
ser solamente “1.Convexa muy atenuada”, “2.Convexa atenuada”, “3.Convexa media”, “4.Convexa
semi-circular”, “9.Plana”, “10.En punta” u “11.En bisel”.
69.Rastros de uso: “2.Redondeo, alisado o pulido de superficies y bordes” en superficies activas con
situación “a.Central” o “c.Cubriente” y en zonas de prensión con situación “c.Cubriente”; “3.Estrías”;
“4.Residuos macroscópicos” y “5.Residuos microscópicos” en superficies activas y zonas de prensión
con situación “a.Central”, “b.Perimetral” o”c.Cubriente”.
72.Posición durante el uso: “2.Activo o superior”
9.Otros
En los casos de artefactos compuestos o reciclados, designar así a las zonas activas que pertenecen a
grupos tipológicos diferentes de los que corresponden a artefactos de molienda.
Para los artefactos de molienda incompletos, indicar el grupo tipológico al que correspondería la pieza
o zona activa analizada, de estar el artefacto completamente formatizado, incluyendo la aclaración
previa: “preforma de”.
Tener en cuenta que la categoría morfológico-funcional no se puede establecer en el caso de:
artefactos de molienda de posición indeterminada
artefactos indefinidos, ya sean estos pasivos o inferiores, activos o superiores, de posición
indeterminada, o bien, sus preformas correspondientes, en cuyo caso se coloca un guión (-).
78
I.3.3. Primera sección: Descripción sumaria de la pieza.
Segundo campo: Descripción sumaria complementaria y Clasificación del artefacto
2.Unimodal (uni)
Es el caso de aquellos que presentan manufactura de alguna de las partes del implemento, a partir de la
utilización de una sola técnica.
3.Polimodal (poli)
Es el caso de los artefactos que tienen una importante inversión de trabajo en su confección,
evidenciada en la implementación de dos o más técnicas de manufactura y/o en la confección de
rasgos morfológicos complementarios (en la variable “38.Número de rasgos morfológicos
complementarios” presentan un valor distinto de “0” para alguno de los tipos propuestos).
Esto puede estar relacionado con la necesidad de ampliar la vida útil y la eficiencia de los artefactos
(Nelson y Lippmeier 1993).
4.Indeterminado (I)
1.Si (si)
Cuando la pieza presenta algún tipo de manufactura pero no posee una forma regularizada o bien
definida, fundamentalmente en sus caras activas y oquedades. Además, cuando no presenta rastros de
uso compatibles con la función de las caras activas con función de molienda, ya que puede tratarse de
una preforma de artefacto de molienda reutilizada con otra función.
2.No (no)
3.Indeterminado (I)
79
77.Número de grupos tipológicos distintos presentes en la misma pieza (Nº grupos tip.) Æ4, 5, 7
(variable morfológico-funcional)
A partir del registro segmentario de la pieza, indicar la cantidad de grupos tipológicos diferentes que
confluyen en el mismo artefacto analizado, ya sea que aquellos estén vinculados o no con las
funciones de molienda.
78.Tipo de artefacto según el número y función de las zonas activas (Nºyfcaras) Æ4, 5, 7 (variable
morfológico-funcional)
Indicar (según Laming-Emperaire 1967; Aschero 1975: 77):
5.Indeterminado (I)
80
1.No utilizada (n/ut.)
La variable “70.Condición” de todas las caras activas y oquedades es de “1.No utilizada”.
3.Mantenida (mant.)
Una pieza es mantenida cuando la variable “70.Condición” de alguna de las caras activas u oquedades
es “3.Desgastada y mantenida”, o bien, cuando en la variable “65.Orden de uso de la zona analizada
para la función indicada” se registra la notación “m” pero no “r”.
5.Reciclada (rec.)
Tiene lugar en piezas que presentan cualquier valor en la variable “70.Condición”, siempre que se
haya utilizado la notación “r” en la variable “65.Orden de uso de la zona analizada para la función
indicada”.
81
8.Indeterminado (I)
a.Agotada (AGO)
Cuando en la variable “70.Condición” se registraron los valores 2d o 3d, “Agotada o sin remanente de
vida útil”.
Los artefactos compuestos -aquellos con “78.Tipo de artefacto según el número y función de las zonas
activas” igual a “4.Artefacto compuesto”- se designan como:
. Cuando el artefacto es compuesto, todas sus caras activas tienen el mismo valor en la variable
“72.Posición durante el uso”, ya sea este 1 ó 2, pero no 3 ó 4, y ninguna zona activa tiene en la
variable 73., el valor “9.Otros” ó “-”, el artefacto se designa como:
82
Æ “Artefacto de molienda” + el valor de la variable 72. + “compuesto” + la indicación del nombre de
todos los grupos tipológicos registrados en “73.Categoría artefactual morfológico-funcional: a) grupo
tipológico” entre paréntesis.
. Cuando el artefacto es compuesto, todas sus caras activas tienen el mismo valor en la variable
“72.Posición durante el uso” ya sea este, “1.Pasivo o inferior” o “2.Activo o superior”, pero no
“3.Artefacto de posición indeterminada” ó “4.Indeterminado”, y, al menos una de las zonas activas se
califican como “9.Otros” o “-” en la variable “73.categoría artefactual morfológico-funcional: a) grupo
tipológico”, el artefacto se designa como:
Æ “Artefacto” + el valor de la variable 72. + “compuesto” + la indicación del nombre de todos los
grupos tipológicos registrados en “73.Categoría artefactual morfológico-funcional: a) grupo
tipológico” entre paréntesis. Agregar todos los grupos tipológicos representados aunque no
correspondan a artefactos de molienda (por ejemplo, percutor, abradidor, etc.), si fuera posible su
identificación.
Cuando la variable 73. tome el valor “-”, designar al artefacto por el valor de la variable “72.Posición
durante el uso” reemplazando al grupo tipológico.
. Cuando el artefacto es compuesto, sus caras activas tienen diferente valor en la variable “72.Posición
durante el uso” y ninguna zona activa tiene el valor “9.Otros” ó “-” en la variable 73., el artefacto se
designa como:
Æ “Artefacto de molienda” + “compuesto” + la indicación del nombre de todos los grupos tipológicos
registrados en “73.Categoría artefactual morfológico-funcional: a) grupo tipológico” entre paréntesis.
. Cuando el artefacto es compuesto, sus caras activas tienen diferente valor en la variable “72.Posición
durante el uso” y, al menos, una de las zonas activas se califica como “9.Otros” ó “-” en la variable
73., el artefacto se designa como:
Æ “Artefacto compuesto” + la indicación del nombre de todos los grupos tipológicos registrados en
“73.Categoría artefactual morfológico-funcional: a) grupo tipológico” entre paréntesis. Agregar todos
los grupos tipológicos representados aunque no correspondan a artefactos de molienda (por ejemplo,
percutor, abradidor, etc.), si fuera posible su identificación.
Cuando la variable 73. tome el valor “-”, designar al artefacto por el valor de la variable “72.Posición
durante el uso” reemplazando al grupo tipológico.
Los artefactos reciclados se clasifican a partir de sus funciones sucesivas, sobre la base de lo registrado
en la descripción segmentaria a partir de la variable “65.Orden de uso de la zona analizada para la
función indicada” y la asignación de “73.Categoría artefactual morfológico-funcional: a) grupo
tipológico” para las zonas activas. Por lo tanto, deben seguirse los mismos criterios utilizados para la
designación de artefactos no reciclados y, además, deben tenerse en cuenta todas las funciones
secuenciales de las caras activas con la indicación del reciclaje (“reciclado en”). Por ejemplo, mano de
83
molino reciclada en mano de mortero; mano de molino reciclada en abradidor; mano de mortero
reciclada en percutor; molino de mano reciclado en piedra de fogón; etc.
Cuando la variable 73. tome el valor “-”, designar al artefacto por el valor de la variable “72.Posición
durante el uso” reemplazando al grupo tipológico.
Las preformas de artefactos -con “76. Preformas” igual a “1.Si”- se designan como:
Æ “Preforma de” + el nombre registrado en “73.Categoría artefactual morfológico-funcional: grupo
tipológico”.
Cuando la variable 73. tome el valor “-“, designar al artefacto por el valor de la variable “72.Posición
durante el uso” reemplazando al grupo tipológico.
. Para artefactos manufacturados que no son preformas (variable “76.Preformas” con valor distinto de
“1.Si” y variable “75.Modalidad de manufactura” con valor “2.Unimodal” o “3.Polimodal”):
Æ “Artefacto” + el valor de la variable “32.Forma de la pieza”, apartado “Forma general del objeto” +
el valor de la variable “78.Tipo de artefacto según el número y función de las zonas activas” + “con
manufactura” + el valor de la variable “75.Modalidad de manufactura” + “por” + el valor de la
variable “68.Técnicas de manufactura” + “con rastros complementarios” (sólo cuando la variable
“69.Rastros de uso” adopta un valor de 1. a 5.) + la indicación de todos los tipos de rastros de uso
presentes, de acuerdo con la variable 69., registrados entre paréntesis.
Por ejemplo: artefacto discoidal simple con manufactura unimodal por picado con rastros
complementarios.
. Para artefactos no manufacturados pero usados (variable “76.Preformas” con valor distinto de “1.Si”,
variable “75.Modalidad de manufactura” con valor “1.No manufacturado”, y variable “69.Rastros de
uso” con valor distinto de “6.Sin rastros de uso”):
Æ “Artefacto no manufacturado con rastros complementarios” + la indicación de todos los tipos de
rastros de uso presentes, de acuerdo con la variable 69., registrados entre paréntesis + el valor de la
84
variable “32.Forma de la pieza”, apartado “Forma general del objeto” + el valor de la variable
“78.Tipo de artefacto según el número y función de las zonas activas”.
Para las piezas recicladas continuar la designación con “reciclada en” y notar las características del
nuevo útil según lo indicado antes. Por ejemplo: “Artefacto simple sin manufactura reciclado en
artefacto simple con manufactura unimodal por lascado”.
Para las piezas recicladas continuar la designación con “reciclada en” y notar las características del
nuevo útil según lo indicado antes.
Por ejemplo: “mortero simple con manufactura polimodal por picado y alisado, entero”; “molino de
mano sin manufactura fracturado, reciclado en pico con manufactura unimodal por lascado, entero”.
85
Múltiples numeraciones para una misma pieza.
Alteraciones naturales, en caso de que haya más de dos tipos.
Detalle de un tipo de alteración natural no especificado en la guía.
Tipo de tratamiento de campo o laboratorio realizado sobre la pieza.
Características de la matriz o estructura de planta de procedencia.
Identificación petrográfica de la pieza.
Composición mineral cualitativa de la materia prima, contenido de vidrio, presencia de
minerales alterados, de zonas de debilidad como huecos, fisuras y saprolitización;
presencia/ausencia de cemento.
Tabla de colores utilizada si no es la de rocas.
Presencia de inclusiones de roca o minerales.
Nivel de atrición de aristas y ángulos, presencia de superficies planas u oquedades naturales en
las fuentes.
Posibilidad de asimiento con una o con dos manos durante el uso, en el caso de artefactos
superiores.
Las distintas profundidades a las que se registran cambios en la forma de la oquedad. Esto
constituye una observación a la profundidad máxima de la oquedad.
Función de la pieza previa o posterior al reciclaje si no se relaciona con la molienda.
Tipo de rasgo morfológico complementario presente, en caso de ser distinto a los
especificados en la guía.
Naturaleza de los residuos orgánicos e inorgánicos presentes en la parte de la pieza analizada.
Si la oquedad ocupa total o parcialmente la cara activa que la contiene.
Observaciones generales
Se sugiere que, a medida que progresa el análisis de cada pieza, sean registradas las siguientes
observaciones generales:
86
Si, en el caso de los artefactos manufacturados, este proceso puede ser calificado en términos
de baja, moderada o alta inversión de trabajo. Esto último tiene que ver tanto con la
combinación de técnicas aplicadas, según lo registrado en la variable “75.Modalidad de
manufactura”, y con la superficie de la pieza afectada por dicho proceso de manufactura.
Calificar, además, en términos de geometrización y/o regularización de contornos o de la pieza
en general.
Si el desgaste debido al uso, en el caso de las piezas utilizadas, puede calificarse como bajo,
moderado o intenso. Esto se vincula tanto con la medida en que son observables los rastros de
uso afectando a la pieza, así como con la presencia o no de vida útil remanente, según lo
registrado en parte, en la variable “79.Uso general de la pieza”.
En el caso de las piezas mantenidas, si es evidente la presencia de “administración del
desgaste” (sensu Adams 1996b), y que tipo de rotación involucra ésta: vertical (de una cara
para otra nueva), horizontal de 90º ó 180º (variando la orientación de la misma cara que se
mantiene en uso). Esto es válido para los artefactos activos y, a veces también para los
pasivos. Estos últimos la administración del desgaste puede manifestarse como un punto de
inflexión en la oquedad.
En las piezas pasivas, si se trata de oquedades profundas o someras. Esta característica está
dada por el confinamiento (variable “48.Secciones de la oquedad”, apartado “Aperturas”), su
profundidad máxima (variable 51) y curvatura (variable 49). A partir de artefactos activos la
citada característica puede estimarse para el artefacto pasivo compatible, a partir de la
curvatura de la cara (variable 41, apartado “Curvatura longitudinal y transversal) y de la
extensión o no de los rastros de uso hacia las caras laterales de la pieza superior. En los
morteros, definir si las cavidades son profundas o someras sobre la base de la medida que
alcanza la profundidad.
Estimar la forma y secciones del artefacto compatible a partir de la pieza que se está
analizando.
87
ANEXO II
ESTÁNDARES DE COMPARACIÓN
DE CONJUNTOS DE GRANOS DE ALMIDÓN ANDINOS
Y EFECTOS DE PROCESOS TAFONÓMICOS DE ORIGEN ANTRÓPICO
88
de gran tamaño ocurren en Solanum tuberosum. En Canna edulis son diagnósticos varias de las
morfologías del almidón, sus dimensiones importantes, atributos del contorno y posición de las
lamella.
II.1.2. Pseudocereales
Los pseudocereales incluyen especies útiles de los géneros Amaranthus y Chenopodium las
cuales poseen granos de almidón múltiples, conformados por granula muy pequeños que se localizan
en las células perispermáticas de la semilla (Cortella y Pochettino 1990; Varriano-Marston y De
Francisco 1984). Los granos semi-compuestos -“trozos de almidón” o starch chunks- de Amaranthus
mantegazzianus et caudatus, y los granos compuestos redondeados de Chenopodium quinoa pueden
ser útiles para su diferenciación cuando se preservan más o menos intactos. No obstante, estos tienden
a ser liberados de los tejidos que los contienen perdiendo su potencial para el diagnóstico; aunque en
estas circunstancias aún es posible realizar una identificación de los granula como partículas de
almidón, la asignación de especies se ve dificultada utilizando las magnificaciones estándar en
microscopios ópticos. El microscopio electrónico de barrido y la tinción con Lugol pueden contribuir a
este fin (Cortella and Pochettino, 1990), pero estas técnicas son inconvenientes en el caso de muestras
arqueológicas escasas.
La quínoa y los amarantos presentan, además, otras estructuras compuestas y granos simples
que provienen del pericarpio y de las cubiertas seminales (Cortella y Pochettino, 1990; Prado et al.
1996; Varriano-Marston y De Francisco, 1984); estos últimos son de mayor tamaño que los que
integran los conjuntos compuestos. Los tres tipos deben ser considerados en conjunto a los fines de la
identificación.
II.1.3. Cereales
Los atributos diagnósticos de los granos de almidón de maíz posibilitan la clara identificación
al nivel de especie. En cambio, la diferenciación de variedades ha suscitado algunas discusiones.
Se ha sostenido que las características del almidón de maíz y su reacción con Lugol varían
dependiendo del tipo de endosperma que posee el grano: un endosperma mayoritariamente harinoso -
89
floury endosperm- tiene lugar en maíces harinosos; mientras que uno no harinoso y mayoritariamente
graso -horny endosperm-, ocurre en maíces reventadores y córneos (Fitt y Maywald-Snyder 1984;
Piperno y Holst 1998; Shannon y Garwood 1984; Watson 1984). Sin embargo, los granos de maíz de
distintas variedades pueden presentar a la vez ambos tipos de endospermas en diferentes proporciones
-uno principal y otro secundario- y, por lo tanto, pueden preservarse de la destrucción ambas clases de
almidón asociadas a ellos. Por esta razón, al menos cuando la cantidad de granos de almidón
recuperados de muestras arqueológicas es pequeña, sus atributos deberían utilizarse con precaución
para realizar delimitaciones finas entre variedades de maíz-fuente. Esto último está posibilitado, en
cambio, cuando el almidón está presente de manera abundante.
Los granos de almidón compuestos y los agregados de almidón -granos semi-compuestos- son
diagnósticos de las semillas de Curbita maxima y Cucurbita moschata var. calabaza et anco. Estos se
hallan sólo ocasionalmente inalterados en las muestras arqueológicas, pero atributos tales como las
facetas y truncaciones de los granula componentes liberados, pueden indicar la presencia previa de
estructuras compuestas. Al respecto, se ha sostenido que los granos de almidón “en campana” son
característicos de órganos subterráneos (Piperno et al. 2000), sin embargo, debido a que, al menos
algunas especies de Cucurbitaceae puede también aportarlos, deben ser evaluados al nivel del
conjunto completo de microfósiles.
Los granos simples provenientes de la semilla, la pulpa y la corteza de las especies del género
son comunes y poco diagnósticos, pero pueden ser considerados en conjunto con los especimenes
compuestos a los fines de la identificación. Los que provienen de la pulpa y la corteza de Cucurbita
fiscifolia constituyen la excepción, dado que son muy diferentes de los otros granos simples de
Cucurbitaceae. Por otro lado, agregados de almidón aparecen en la pulpa de C. maxima et moschata
var. calabaza y Lagenaria siceraria, por lo que pueden ser utilizados con propósitos de diferenciación.
Además, la corteza de Lagenaria sp. posee estructuras compuestas típicas, similares a las de algunas
Leguminoseae. Las mismas presentan una contorno muy brillante que podría corresponder a la
presencia de un anillo de celulosa.
Los granos de almidón de Phaseolus vulgaris y Lupinus mutabilis comparten atributos típicos
de las legumbres en general: algunas formas diagnósticas, la fisura central “en cicatriz” y la cruz de
extinción irregular, por lo que su identificación requiere de la observación fina de dichos rasgos. El
almidón de Arachis hypogaea, en cambio, se diferencia del de los dos anteriores; los atributos de sus
granos simples pueden ser útiles para la identificación, tal como han sostenido Piperno y Holst (1998)
y, cuando están presentes, los granos compuestos también sirven a este fin.
90
Entre los frutos de las especies silvestres de Leguminoseae, el endocarpo de las vainas de
Anadenanthera colubrina, Geoffroea decorticans y Acacia visco presentan estructuras diagnósticas
compuestas, similares a las de Phaseolus vulgaris, que también aparecen en Amaranthus sp.,
Lagenaria siceraria e Ipomoea batatas.
Ciertas estructuras con cavidades centrales redondeadas situadas en el endocarpo de Juglans
australis y las vainas de Acacia sp., Anadenanthera sp. y Prosopis spp. son, en general, mutuamente
similares, pero presentan tamaños y formas diferentes. En Prosopis spp. éstas se disponen en
agregados arracimados, mientras que en Anadenanthera sp. adquieren forma de huso. Se asemejan a
las formas anteriormente mencionadas como diagnósticas para el cayote. Su naturaleza como granos
de almidón no está aún bien establecida y, al menos en algunos casos podrían corresponder a anillos
de celulosa.
II.1.5. Especias
Aunque los granos simples de Bixa orellana y Capsicum annuum son similares a los de las
legumbres, conforman asociaciones diagnósticas en conjunto con algunas partículas de formas típicas
y con los granos compuestos.
Aunque el almidón producido en hojas es, principalmente de tipo transitorio y, por lo tanto, no
diagnóstico, las hojas de tabaco presentarían, asimismo, granos de almidón de reserva generados en
los cloroamiloplastos. No obstante, sus atributos son poco identificatorios (Shannon y Garwood,
1984). Las hojas de coca presentan también granos de almidón de tamaño mediano, pero éstas son
mejor identificables por sus cristales de oxalato de calcio típicos.
Siglas.
UNT: Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina
FCN: Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, UNT
IAM: Instituto de Arqueología y Museo, FCN, UNT
Prosopis chilensis. Recolectado por C. Aschero, San Pedro de Atacama (Chile, 2002). Colección
IAM, UNT.
Geoffroea decorticans. Recolectado por: a) C. Aschero, San Pedro de Atacama (Chile, 2002);
b) A. Korstanje, Valle de El Bolsón, Catamarca (Argentina, 1996-98). Colección IAM, UNT.
91
Hypseocharis pimpinellifolia. Recolectado por: a) C. Aschero, Quebrada de Inca Cueva, Jujuy
(Argentina, 2000). Colección IAM, UNT; b) A. Grau, Cerro Muñoz, Tucumán (Argentina, 2000).
Colección A. Korstanje, IAM, UNT.
Capsicum annuum. a) Colección N. Oliszewski, FCN, UNT (2000); b) Recolectdo por P. Babot,
Mercado de Jujuy (Argentina, 2000). Colección P. Babot, IAM, UNT.
Canna edulis. a) Colección N. Oliszewski, FCN, UNT (2000); b) Muestreado por A. Korstanje, UCB,
Botanic Garden, Economics Plants (USA, 2000).
Amaranthus caudatus Recolectado por A. Korstanje, UCB, Botanic Garden, Economics Plants (USA,
2000). Colección IAM, UNT.
Amaranthus mantegazzianus. Recolectado por C. Boero, Bolivia (2000). Colección P.Babot, IAM,
UNT.
Oxalis tuberosa. Recolectado por: a) A. Korstanje, Mercado de La Paz (Bolivia, 2001). Colección
IAM, UNT; b) P. Babot, Mercado de Jujuy (Argentina, 2000). Colección P. Babot, IAM, UNT.
Ullucus tuberosus. Recolectado por: a) A. Korstanje, Mercado de La Paz (Bolivia, 2001). Colección
IAM, UNT; b) P. Babot, Mercado de Jujuy (Argentina, 2000). Colección P. Babot, IAM, UNT.
Acacia visco. Recolectado por A. Würschmidt, El Bolsón, Catamarca (Argentina, 1997). Colección A.
Korstanje, IAM, UNT.
Juglans australis. a) Recolectado por A. Korstanje, Valle de El Bolsón, Catamarca (Argentina, 1999).
Colección A. Korstanje, IAM, UNT; b) Colección N. Oliszewski, FCN, UNT (2000).
Solanum tuberosum. a) var. local indet. Recolectado por A. Korstanje, Valle de El Bolsón, Catamarca
(Argentina, 1999). Colección IAM, UNT; b) comercial. Colección P. Babot, IAM, UNT (2000).
Cucurbita moschata var. calabaza et anco, Cucurbita fiscifolia, Cucurbita maxima y Lagenaria
siceraria. Recolectados en Burruyacu, Tucumán (Argentina, 2000). Colección P. Babot, IAM, UNT.
Zea mays, Ipomoea batatas, Arachis Hypogaea, Nicotiana tabacum. Comerciales, Colección P. Babot,
IAM, UNT (2000).
Phaseolus vulgaris var. vulgaris. a) Recolectado por A. Grau, Las Estancias, Catamarca, y Metán,
Salta (Argentina, 1990); b) comercial. Colección P. Babot, IAM, UNT (2000).
92
Tubérculos y raíces
93
94
Cereales
95
Pseudocereales
96
Vegetales y recipientes
97
98
Legumbres
99
Frutos silvestres
100
Especias
101
Narcóticos y estimulantes
102
II.2. Análisis tafonómicos en granos de almidón de plantas andinas
Varios trabajos han abordado el estudio de procesos fisicoquímicos que pueden alterar al
almidón. Tales investigaciones se han vinculado, principalmente, con la manera en que los granos
pueden perder sus estructura y propiedades de birrefringencia a través del contacto con químicos
cáusticos, el calor en presencia de agua, la acción de enzimas durante la germinación de las semillas y
el brote de los órganos subterráneos2 (Cortella y Pochettino 1994; Juan-Tresserras 1990-92, 1998; Loy
1994; Therin 1994). Cortella y Pochettino (1994) se interesaron en analizar la posibilidad y
confiabilidad de identificar los granos de almidón en muestras con diferentes grados de preservación.,
y Juan-Tresserras (1990-92, 1998; Checa et al. 1999) ha reportado los resultados de la elaboración de
la cerveza y la molienda.
La deshidratación por aireamiento implica la pérdida natural del contenido de agua de los
órganos vegetales (Bewley y Black 1994). Se la incluye aquí, a pesar de su origen natural, debido a
que ésta es, a veces, una consecuencia de estrategias de preservación y constituye un prerrequisito para
posteriores procesamientos alimenticios, constituyendo, por tanto, un proceso cultural.
2
Si el agua es calentada en un rango de temperatura que depende de la especie e incluso la variedad de la que
provenga el almidón, los gránulos se hinchan hasta superar varias veces su volumen original y en algunos casos
pueden reventar, perdiendo su contenido. Este es un proceso no reversible denominado gelatinización (Radley
1943). En algunos casos, como en el almidón de papa, en cierto punto del proceso de calentamiento, aparece un
pequeño hueco en el hilo del gránulo, que incrementa su diámetro con el calentamiento, hasta que el gránulo se
hincha totalmente y pierde su birrefringencia, quedando con la apariencia de un saco gelatinoso o una vesícula
llena con una solución de amilosa que puede ser teñida con Lugol. El rango de gelatinización para cada especie
va entre el comienzo y la finalización de la pérdida irreversible de anisotropía de los granos, e implica la
solubilización (Radley 1943).
El descascarillado previo a la molienda se manifiesta en la escasez o ausencia de silicofitolitos típicos de glumas
o cáscaras. El proceso de maceración, la maduración de los frutos y la germinación de las semillas, por su parte,
desencadenan el ataque enzimático. Este se manifiesta en la perforación de hoyuelos profundos en la superficie
de los gránulos los cuales pueden penetrar hasta su interior exponiendo la estructura lamellada. El proceso puede
manifestarse, además, como la disolución del interior del grano y la preservación de la cubierta exterior
únicamente (French 1984). Se trata de una técnica común en la elaboración de bebidas fermentadas (Juan-
Treserras 1990-92).
103
los casos fue notable que, cuanto mayor era la intensidad de la deshidratación sufrida, mayor era la
frecuencia de aparición de rasgos debidos a este proceso. Algunos granos deshidratados mostraron un
relieve deprimido en relación con el medio de montaje al ser comparados con los frescos. El almidón
de papa no mostró lamella.
104
Los efectos del tostado se estudiaron en granos actuales de maíz capia (Zea mays -var.
amylacea Sturt) -denominado maíz tostado o tostao- el cual es cocido en cenizas para evitar que se
queme (Figuras II.1 y II.2). A partir de esos granos puede obtenerse harina. A su vez, otras variedades
de maíz pueden también ser tostadas para producir rosetas, un producto denominado ancua o aunca
(Carrizo 1945; Dupuy 1952; Ochoa de Masramón 1977; Storni 1942). Al ser tostados, los granos de
quínoa producen asimismo rosetas, las cuales se denominan rosetas de quínoa (Hunziker 1952); estas
fueron también examinadas.
Las muestras de maíz tostado mostraron granos de almidón intactos tanto dentro como
desprendidos del tejido vegetal, partículas de carbón, y varios granos con relieve deprimido que fueron
menos visibles que los granos normales o los deshidratados por aireamiento. Algunos almidones
mostraron una débil birrefringencia y la deformación parcial o pérdida de la cruz de extinción. Muchos
granos lucían como gelatinizados y pudieron verse frecuentemente emplastos. La característica más
importante o típica del almidón de granos de maíz tostado fue la ocurrencia de proyecciones
redondeadas, irregulares o en forma de estrella que se presentaron pronunciadas y naciendo en el hilo.
Lucían como un centro oscuro en los granos, tanto con luz normal como polarizada.
El único daño observado en los granos de almidón de varios tamaños en las rosetas de quínoa
fueron alteraciones en la forma o la cruz de extinción, una leve gelatinización y la formación de
emplastos de granos compuestos.
Este proceso consiste en calcinar partes de plantas exponiéndolas directamente al fuego, ya sea
con fines alimenticios o bien como una práctica de descarte.
Los efectos de la calcinación fueron examinados en muestras de llipta o llucta, constituida por
cenizas de semillas de quínoa mezcladas con agua para formar una pasta. La llipta puede también
105
hacerse con hojas y tallos de quínoa y con partes de otras plantas (Hunziker 1952). Constituye un
aditivo alcalino a las hojas de coca (Erythroxylum sp.) que facilita las reacciones químicas en la
práctica tradicional andina del coqueo (Martínez Ungria 1989).
Figura II.1. Granos de almidón de maíz sin modificar. Vistas con luz normal (izquierda) y polarizada (derecha).
Escala=20µm.
Figura II.2. Granos de almidón de tostado de maíz mostrando los efectos del tostado. a) Se destacan con una
flecha una particular de carbón, granos con relieve muy deprimido, emplastos de granos gelatinizados y granos
con proyecciones pronunciadas en el hilo. Vista con luz normal. b) Se marca con una flecha un grano de almidón
con débil birrefringencia. Vista con luz polarizada. Escala=40µm.
106
En las muestras de llipta pudieron observarse partículas de carbón y granos compuestos de
quínoa en diferentes estados de separación, incluyendo granos individuales liberados (Figura II.3). No
se observaron cruces de extinción, pero la intensidad de birrefringencia aparentaba ser mayor que la de
las muestras de referencia comunes, excepto en los granos de tamaño mediano que lucían oscuros. La
calcinación se manifiesta principalmente mediante la ocurrencia de emplastos de granos de almidón
que parecen haber sido gelatinizados. El grado de gelatinización parece ser más intenso que el que
ocurre durante el tostado, posiblemente debido a las mayores temperaturas involucradas en la
calcinación. Debido a la adición de agua para obtener llipta, los emplastos de almidón lucían
hinchados, un hecho favorecido por el bajo contenido de amilosa de la quínoa (Atkin et al. 1999;
Lorenz 1990).
De manera similar a lo que ocurre con el tostado, la deshidratación por efecto del calor y la
acción combinada del calor y el agua remanente pueden ser los factores que producen las alteraciones
visibles en las muestras calcinadas. Además, el tamaño de grano parece tener un rol central afectando
el nivel de daño en la birrefringencia.
Cortella y Pochettino (1994; Pochettino y Cortella 1989) han sostenido que los granos de
almidón se hallan sólo ocasionalmente en muestras carbonizadas. Sin embargo, aunque dañados, los
pequeños granos por lo menos, parecen sobrevivir al impacto directo del fuego. No obstante, se
considera que la temperatura alcanzada durante la calcinación es un factor clave que determina el
grado de daño y supervivencia del almidón.
Figura II.3. Almidón de llipta de quínoa mostrando los efectos de la calcinación. Se marcan con una flecha
granos compuestos en proceso de disgregación, un grano individual disgregado y granos de mediano tamaño con
leves birrefringencia, y granos gelatinizados. Vista con luz polarizada. Escala=40µm.
107
II.2.4. Efectos del congelamiento
Los efectos del congelamiento son aquellas alteraciones que ocurren como resultado de
someter partes de plantas a temperaturas inferiores a 0ºC. Interesan específicamente aquí, los procesos
deliberados de este tipo que tienen lugar en suelos naturalmente congelados. Los habitantes del
altiplano andino almacenan sus cosechas de tubérculos en una forma disecada, liviana y menos
voluminosa denominada chuño: los tubérculos son repetidamente congelados y descongelados,
colocándolos en suelos que se congelan durante la noche y se deshielan durante el día; después son
pisoteados para eliminar el contenido remanente de agua (Babot 1999a; Cortella y Pochettino 1995;
Parodi 1991). Una variante del proceso de conservación mediante congelamiento consiste en la
elaboración de tunta, que se obtiene congelando los tubérculos y enterrándolos en un pozo húmedo
que es cubierto con paja; finalmente se dejan secar al sol (Babot 1999a; Cortella y Pochettino 1995;
Parodi 1991).
También se observaron fragmentos de tejido vegetal y granos dispersos. Los granos con forma
de sacos o vesículas aparentaban estar total o parcialmente vacíos, presentando un orificio o línea muy
destacada en el hilo. Había muchos granos fragmentados, fisurados, rotos o reventados. Estos,
aparentemente, habían eyectado su material de relleno lo que provocaba que se vieran de mayor
tamaño, más que encogidos.
En las muestras de tunta los efectos mencionados arriba fueron menos frecuentemente
observados, probablemente debido a la marcada rehidratación que tiene lugar durante su elaboración,
restaurando, de ese modo, las propiedades ópticas antes perdidas. Las principales características
observadas fueron formas alteradas de la cruz de extinción, ocurrencia de fisuras y hoyos en el hilo y
un estado fragmentario en algunos granos. De todas maneras, el aspecto general fue el que muestran
los granos hidratados, con algunos defectos en la birrefringencia.
108
Figura II.4. Granos de almidón de papa sin modificar. Vistas con luz normal (izquierda) y polarizada (derecha).
Escala=20µm.
Figura II.5. Almidón de chuño de papa mostrando los efectos del congelamiento. a) Se marcan con flechas un
grano con relieve muy deprimido y un hoyo en el hilo, un grano con forma de saco o vesicular que parece estar
parcialmente vacío con un superficie dañada, y un grano fragmentado. Vista con luz normal. b) Se marcan con
flechas granos con cruces de extinción fuertemente modificadas y regiones dañadas oscuras. Vista con luz
polarizada. Escala=20µm.
109
Figura II.6. Almidón de tunta de papa mostrando los efectos del congelamiento. Se marcan con cruces granos
con formas de la cruz de extinción alteradas y un grano fragmentario. Vista con luz polarizada. Escala =40µm.
Los cuerpos de saponinas son partículas que aparecen en las células del pericarpio del fruto de
la quínoa. Tienen un diámetro aproximado de 6.5 µm y se presentan como agregados de cuatro o cinco
pequeños granos (Prado et al. 1996). Las saponinas son extremadamente tóxicas y deben ser
removidas mediante friegas manuales en agua o a través de abrasión mecánica, un proceso
denominado desaponificación, (Lorenz 1990; Prado et al. 1996) con el fin de hacer comestibles a los
granos de quínoa. Por lo tanto, es una práctica común entre sus consumidores lavar, refregar y pelar
los frutos antes de ingerirlos o someterlos a posteriores procesamientos (Hunziker 1952; Martínez
Ungria 1989; Varriano-Marston y De Francisco 1984).
110
limpieza ha tenido lugar cuando los granos son claramente visibles. La única pero notoria
característica de las semillas no lavadas ni peladas fue la apariencia lechosa del medio de montaje, y la
imposibilidad de una clara visualización de los granos de almidón, debido a las propiedades de las
saponinas de producir una solución jabonosa en agua (Lorenz 1990).
La molienda vegetal se define como el proceso que se lleva a cabo mediante la aplicación de
fricción sobre partes de plantas y sus productos derivados. Se observaron los efectos de tal proceso en
muestras de harina gruesa de maíz, choclo, quínoa y chuño; y de harina fina y gruesa de poroto común,
maíz, quínoa y amaranto, las cuales fueron obtenidas experimentalmente y a partir de almidón
comercial de maíz y papa (Figuras II.7. a II.11).
Figura II.7. Almidón de harina de maíz mostrando los efectos de la molienda. a) Se marcan con flechas, granos
incompletes y fracturados y granos con fisura estrellada, fisuras radiadas y un daño en forma de cavidad. Vista
con luz normal. b) Se marcan con flechas granos con leve intensidad de birrefringencia, defectos en la forma de
la cruz de extinción y una depresión oscura en el centro. Vista con luz polarizada. Escala =20µm.
111
La molienda tiene varias consecuencias sobre el almidón, de tal manera que, cuanto más
intensa es, mayor es el daño producido en los granos. Uno de esos efectos es la separación de los
granos de almidón del tejido celular que los contenía, produciendo entidades simples y aisladas. Otra
consecuencia importante es la abundancia de gránulos altamente dañados que se presentan
incompletos, truncados, fracturados, colapsados y reventados, junto a desechos de coberturas
exteriores de otros. La relativa homogeneidad del tamaño de grano, la escasez de granos de gran
tamaño y la pérdida de algunas formas características son rasgos típicos debidos a la fragmentación
por abrasión. Varios granos de almidón con relieve deprimido lucían vacíos o se hallaban en proceso
de liberar su contenido; otros mostraron superficies estriadas, rugosas y abolladas. Un orificio, línea o
fisura estrellada podía ser vista en el hilo; y un daño con forma de cavidad podía aparecer en una
posición central. También tenía lugar la presencia de fisuras diferentes de las originadas naturalmente,
localizadas en los bordes o en otros sectores del grano en forma radiada, paralela o aleatoria (Checa et
al. 1999; French 1984). No se pudo observar la lamella.
Algunas especies, tales como la papa y la quínoa, tienen granos de almidón compuestos que
cuando son sometidos a molienda sufren desagregación, un efecto que es más severo cuanto más
extendido es el procesamiento. Esto fue observable en los granos de papa, maíz y quínoa siendo, los
últimos, expulsados de los cuerpos de proteína y del material cobertor (Varriano-Marston y
DeFrancisco 1984). La desagregación también ocurrió en el caso de los granos empaquetados de
amaranto, y fue posible observar a los almidones abandonando las células perispermáticas que antes
llenaban de manera compacta (Cortella y Pochettino 1990). Debido a los efectos del empaquetamiento,
los granos individuales dentro de una estructura compuesta usualmente presentan una combinación de
formas redondeadas y facetas deprimidas (Loy 1994) que son claramente visibles sólo cuando tiene
lugar la desagregación. Pudieron observarse las típicas formas en campana de los granos de almidón
desagregados de los órganos subterráneos (Piperno et al. 2000).
Como en los otros procesos, las muestras hidratadas o rehidratadas mostraron menos daño que
las deshidratadas.
La fricción podría ser responsable de la mayoría de los granos colapsados, fragmentados, rotos
y fisurados, de la misma manera que lo hace la trituración y el presionado. El daño estructural, la
112
desorganización de la estructura cristalina del almidón y la conversión de la amilopectina en amilosa
también resultan de la deformación mecánica que promueve la molienda (Buttrose 1960; Cortella y
Pochettino 1994; French 1984; Radley 1943). Esta puede manifestarse asimismo, en alteraciones en la
birrefringencia así como en una apariencia radiada de los granos. La deshidratación parece tener
también un rol clave en la aparición de daños en la birrefringencia.
Varios procesos capaces de modificar los atributos de los granos de almidón pueden tener
lugar antes de la molienda generando algunos patrones de daño superpuestos. De este modo, el
material seco utilizado en la molienda puede tener rasgos debidos a la deshidratación por aireamiento,
al calentamiento o congelamiento, al lavado (como la desaponificación), el pelado y la rehidratación
leve (Babot 1999a).
Aunque el daño provocado por más de un proceso de elaboración de alimentos puede lucir
similar y, aunque, a veces, el mismo proceso puede alterar al almidón de fuentes biológicas distintas
de manera diferente, se ha demostrado que, en general, diferentes patrones de daño parecen estar
relacionados con cada proceso. Por otro lado, se ha mostrado que cuanto más intenso es el proceso,
mayor es la severidad del daño causado. Además, a veces, es posible observar los estadios
consecutivos seguidos en el procesamiento, los cuales se presentan como patrones de daño
superpuestos en el mismo grano individual o en diferentes granos dentro de una muestra.
Sobre esta base, se pueden hacer varias observaciones de índole arqueológico: a) los granos
dañados deben ser identificados y contados con otros granos de almidón completos cuando aparecen
en las muestras arqueológicas, a pesar de su grado de daño. b) Debido a que varias características en
los gránulos se deben al daño sufrido más que a variables genéticas, los granos modificados y dañados
que aparecen en la misma muestra podrían ser asignables al mismo taxa. c) El almidón dañado puede
contribuir a proveer información sobre prácticas culturales. d) El análisis de los daños puede
convertirse en una manera de eliminar o evaluar las hipótesis de contaminación si es que existe
coherencia entre los tipos de daños y los contextos de hallazgo particulares.
113
Figura II.8. Granos de almidón de poroto común cultivado sin modificar. Vistas con luz normal (izquierda) y
polarizada (derecha). Escala=20µm.
Figura II.9. Almidón de harina de poroto común mostrando los efectos de la molienda. a) Se marcan con cruces
gránulos fuertemente dañados que aparecen incompletes, fracturados y colapsados con superficies y contornos
dañados, y un grano con un hoyo en el hilo. Vista con luz normal. b) Se marcan con una cruz, granos
parcialmente oscuros con baja intensidad de birrefringencia y defectos en la forma e integridad de la cruz de
extinción. Vista con luz polarizada. Escala =40µm.
114
Figura II.10. Granos de almidón compuestos de quínoa sin modificar. Vistas con luz normal (izquierda) y
polarizada (derecha). Escala=40µm.
Figura II.11. Almidón de harina de quínoa mostrando los efectos de la molienda. a) Se marcan con cruces granos
compuestos en diferentes estadios de desagregación y un grano individual desagregado. Vista con luz normal. b)
Vista con luz polarizada. Escala=20µm.
115
Dado que pueden ocurrir rasgos debidos al daño por procesos naturales similares a los que se
han descripto como culturales, debería tenerse la precaución de descartar los primeros antes de asignar
el daño a los segundos. Es necesaria una mejor comprensión de los procesos tafonómicos que ocurren
dentro del suelo y los sedimentos, tales como el calor intenso producido dentro de una tefra, la fricción
generada por los granos de arena y el efecto de los suelos naturalmente congelados, o eventos
naturales como incendios, inundaciones o sequías, para poder extrapolar los resultados de esta
investigación a los materiales arqueológicos, especialmente a aquellos provenientes de muestras de
suelo. No obstante, en los sectores en donde tuvieron lugar el procesamiento de plantas y el uso de
artefactos, al menos algunos granos dañados extraídos de los suelos deberían poder asignarse al efecto
de procesamientos culturales. Aunque las técnicas de extracción utilizadas para producir colecciones
de referencia pueden ser responsables de parte de los granos fracturados, fisurados, desagregados u
oscurecidos, es probable que su presencia por estas causas sea limitada.
Se ha sostenido que los granos de almidón dañados son más susceptibles a la influencia de los
agentes hidrolíticos y la actividad de hongos y bacterias de lo que lo es el almidón bien conservado, un
rasgo que se ha adscripto a la mayor facilidad de acceso hacia el interior de los granos por parte de
dichos agentes mediante las fisuras (Cortella y Pochettino 1994; Radley 1943). Sin embargo, esta
investigación ha demostrado que es posible recolectar granos de almidón dañados tanto de los
contextos modernos como arqueológicos.
116
ANEXO III
DESCRIPCIONES PETROGRÁFICAS DE VARIEDADES DE ROCAS
EN LA ZONA DEL CURSO MEDIO DEL RIO LAS PITAS,
ANTOFAGASTA DE LA SIERRA
III.1. Vulcanitas
III.1.1. Andesitas
Andesita hornblendífera-1
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa, augita. Minerales accesorios: hornblenda. Minerales secundarios: epidoto, caolinita
Descripción: Holocristalina, con mátrix microcristalina, que evidencia una marcada fluidez unidireccional.
Se caracteriza mineralógicamente por estar compuesta de plagioclasa parcialmente alterada a caolinita, y félsicos como
augita y hornblenda muy desferritizadas. Se observan también, granos de epidoto, pero muy escasos.
Sobre dicha mátrix se encuentran abundantes fenocristales de augita, mayormente euhedrales, suborientados, acompañados
por hornblenda, pero en menor cantidad, la cual puede estar corroída, con halos de oxidación lateral. La plagioclasa, que se
presenta en cristales subhedrales de hasta 15 µm (máxima longitud igualmente observada para los ferromagnesianos), suele
estar zoneada y con textura de engolfamiento.
Designación: Andesita hornblendífera
Muestra de mano
Descripción: Roca de origen volcánico, de color bordó, compacta, afanítica, vesicular, aunque algunos orificios suelen
encontrarse ocupados por fenocristales subhedrales de plagioclasa, posiblemente, y de sílice amorfa (ópalo?). La muestra
presenta esquistocidad incipiente.
1
Las descripciones que se presentan en este acápite fueron realizadas por el Geól. Pedro O. Larrahona, en el
Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo, Universidad Nacional
de Tucumán.
117
Andesita oxihornblendífera-3
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa, feldespato potásico. Minerales accesorios: oxihornblenda, augita, opacos. Minerales
secundarios: sericita.
Descripción: Mátrix merocristalina, con elevado porcentaje de vidrio, dónde la fracción mineral es criptocristalina. No obstante,
el conjunto evidencia fluidez moderada a considerada, dada por la diferenciación de bandas. Entre ellas sobresalen
fenocristales subhedrales y euhedrales de plagioclasa del orden de las 400 µm, aunque existen ejemplos excepcionales de
hasta 3,2 mm, zoneados, maclados, levemente sericitizados, con inclusión de retazos de minerales máficos y opacos. El
feldespato potásico (sanidina?) se caracteriza por la macla Karlsbad, pero es sumamente escaso, mientras que los
accesorios, oxihornblenda y augita, están completamente alterados; sólo se hallan en pequeños retazos, con bordes
prismáticos parcialmente definidos. La reacción con la mátrix es frecuente, lo que define en algunos casos, textura esqueletal.
Los opacos, probablemente hematita o magnetita, son sumamente escasos.
Designación: Andesita oxihornblendífera
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color bordó claro, con mátrix afanítica sobre la que se destacan fenocristales subhedrales de
feldespato, de tonos rosáceos a blanquecinos, del orden de los 3 a 4 mm, acompañados por minerales máficos que, a simple
vista no llegan a 1 mm. Se aprecia un bandeado de tono pardo que circunda a los cristales.
Andesita piroxénica-4
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa, feldespato potásico. Minerales accesorios: augita, opacos. Minerales secundarios: caolinita
Descripción: Holocristalina, con mátrix microcristalina, sobre la que se disponen fenocristales euhedrales de plagioclasa, en
algunos casos muy levemente alterados a caolinita. Es frecuente el zoneado, como así también el maclado ley albita, albita-
Karlsbad en incluso, Baveno. El feldespato potásico es sumamente escaso y se caracteriza por el maclado Karlsbad típico. La
augita es el máfico accesorio pero aparece siempre alterado, con desferritización muy marcada desde el centro hacia los
bordes, dónde se desarrollan halos de tonos pardos claros, confiriendo una textura de tipo esqueletal. Los opacos son
producto de la concentración del hierro liberado de la augita, y se encuentran en todo el corte inclusive, como inclusión en los
minerales félsicos. Todo el conjunto está orientado en una misma dirección.
Designación: Andesita piroxénica
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color negro, afanítica, compacta. Sobre la mátrix se hallan algunos cristales euhedrales de
plagioclasa, de no más de 5 mm. La muestra presenta una sección superior y otra inferior. En la primera, el enfriamiento
rápido generó superficies de discontinuidad subparalelas entre sí; la segunda en cambio, es homogénea.
118
Andesita piroxénica-4a
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa. Minerales accesorios: augita, oxihornblenda, cuarzo, opacos. Minerales secundarios:
caolinita.
Descripción: Holocristalina, con mátrix microcristalina, sobre la que se disponen fenocristales subhedrales, angulosos y
límpidos de plagioclasa, zoneada, y maclada en ley albita, albita-Karlsbad, a veces intercrecida con poco cuarzo. Éste es
sumamente escaso, anhedral, subredondeado, a veces fracturado, y ocurre rellenando vacuolas. La augita se presenta en
cristales prismáticos bien desarrollados, en tanto que la oxihornblenda suele ocurrir con hábito acicular, prismático y en
secciones basales hexagonales, siendo la desferritización una característica común en los ferromagnecianos. Esta última se
aprecia por los tonos pseudo-rojizos que forman halos en los contornos de los minerales máficos, así como pavimentos en la
mátrix. Algunos opacos son producto de la concentración de hierro lixiviado; otros podrían corresponder a magnetita y
hematita, seguramente. La caolinita, es sumamente escasa y afecta sólo a la plagioclasa. La orientación es discreta.
Designación: Andesita piroxénica
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color gris oscuro, con mátrix afanítica, en la que se observan abundantes cristales
subhedrales de plagioclasa, orientados, de hasta 5 mm de longitud, en tanto que el cuarzo es muy escaso, en cristales de
hasta 3 mm. En algunos casos, existe relleno de vacuolas, pero éstas no determinan una textura amigdaloide, en tanto que si
se aprecia una orientación moderada de todo el conjunto.
Andesita oxihornblendífera-5
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa, feldespato potásico. Minerales accesorios: oxihornblenda, opacos, cuarzo. Minerales
secundarios: sericita.
Descripción: Roca con mátrix microcristalina, sobre la que se distinguen fenocristales de plagioclasa, feldespato potásico y
oxihornblenda principalmente, generalmente subhedrales, definiendo una textura merocristalina y porfídica. La plagioclasa es
el principal mineral félsico, con longitudes de hasta 320 µm. Sus cristales, zoneados y euhedrales, siempre están maclados,
aunque muy escasamente sericitizados; se distingue del feldespato potásico sólo por la macla Karlsbad, típica de este grupo.
El cuarzo es sumamente escaso, subhedral y límpido, sin otras propiedades sobresalientes. La oxihornblenda, muy abundante
en cristales prismáticos cortos de menos de 40 µm, en tonos pardo-rojizos y con halos de desferritización, es el único mineral
máfico presente, incluso como inclusiones discretas en plagioclasa. Los opacos, probablemente magnetita, son sumamente
escasos.
Designación: Andesita oxihornblendífera
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color pardo claro, porfídica, caracterizada por una mátrix afanítica, sobre la que se distinguen
fenocristales subhedrales de feldespato, de color blanco, a veces como relleno de cavidades, pero sin llegar a definir textura
amigdaloide. También se observan fenocristales de cuarzo de hasta 2 mm, y cristales prismáticos de minerales máficos con
aspecto oxidado.
119
Andesita hornblendífera-9
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa, feldespato potásico, hornblenda, augita. Minerales accesorios: opacos, biotita.
Descripción: Holocristalina, la mátrix es microcristalina, y sobre ella se disponen abundantes fenocristales de plagioclasa y
feldespato potásico, iso-orientados en forma subparalela, lo cual señala la fluidez moderada de la lava original. En general, se
trata de cristales euhedrales, frescos, aunque suele observarse en algunos, textura esqueletal por reacción con la mátrix. Los
minerales máficos son fundamentalmente hornblenda y augita, a veces con coronas de reacción y corroídos, característica
esta última, observada también en la biotita que es sumamente escasa, al igual que los opacos.
Designación: Andesita hornblendífera
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color gris, afanítica, en cuya mátrix se distinguen algunos fenocristales euhedrales de
plagioclasa de hasta 5 mm, levemente alterados, asociados con abundantes cristales aciculares de anfíboles y en menor
proporción, piroxenos.
Andesita oxihornblendífera-10
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa. Minerales accesorios: oxihornblenda, augita, opacos. Minerales secundarios: epidota,
sericita.
Descripción: Mátrix criptocristalina, sobre la que se disponen cristales subhedrales y angulosos de plagioclasa, zoneados,
maclados y a veces, con textura esqueletal, por reacción con la mátrix. La alteración a sericita suele ser común sobre todo, a
lo largo de planos de discontinuidad. Los minerales máficos se encuentran muy oxidados y, en general presentan reacción
con la mátrix, de lo que resultan retazos de oxihornblenda y augita a veces, con engolfamientos. Es frecuente el desarrollo de
halos férricos en las vacuolas. Los opacos son abundantes en la mátrix, pero también están como inclusión en la plagioclasa.
Designación: Andesita oxihornblendífera
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color negro, afanítica, con estructura vesicular, compacta y de elevado peso específico. Las
cavidades no superan el milímetro de sección y suelen en algunos casos, encontrarse orientadas.
Andesita oxihornblendífera-12
Corte delgado
Minerales esenciales: plagioclasa. Minerales accesorios: oxihornblenda, augita, cuarzo, opacos. Minerales secundarios:
caolinita.
Descripción: Holocristalina, con mátrix microcristalina, caracterizada por cristales prismáticos euhedrales de plagioclasa, en el
orden de las 80 µm, distribuídos al azar. Sobre esta mátrix se disponen fenocristales mayormente euhedrales de plagioclasa,
zoneados, maclados, del orden de los 4 mm, a veces con tenues lineamientos de caolinita. Se encuentran como relleno de
vacuolas, al igual que el cuarzo. Éste último suele presentarse fracturado, ocasionalmente con reacción con la mátrix, lo que
define pequeños engolfamientos. Los opacos son muy comunes en la mátrix y también como inclusiones en los minerales
félsicos; se hallan asimismo asociados a la oxihornblenda y a la augita, que siempre está alterada, en retazos.
Designación: Andesita oxihornblendífera
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color bordó claro, afanítica, con textura parcialmente amigdaloide, caracterizada por la
presencia de vacuolas del orden de los 4 mm, rellenas con plagioclasa y, en menor proporción, con cuarzo translúcido y
fracturado.
120
III.1.2. Metandesitas
Metandesita-2
Muestra de mano
Descripción: Roca de origen volcánico, con avanzada esquistocidad, de color negro, y pátinas bordó de oxidación. La textura
es afanítica, aunque pueden observarse muy escasos cristales anhedrales de sílice amorfa, de hasta 5 mm.
III.1.3. Dacitas
Dacita biotítica-8
Corte delgado
Minerales esenciales: cuarzo, plagioclasa, feldespato potásico. Minerales accesorios: biotita, apatito, opacos. Minerales
secundarios: sericita.
Descripción: Holocristalina, cuya mátrix es microcristalina, caolinitizada. Sobre ella se destacan fenocristales de plagioclasa y
feldespato potásico, euhedrales pero corroídos desde los bordes o desde el centro, por efecto de reacción con la mátrix,
llegando a conformar a veces, textura esqueletal. Hay desarrollo de sericita y caolinita a lo largo de los planos de fractura, en
otros casos. El cuarzo es anhedral pero siempre está fracturado, a veces mostrando evidencias de reacciones con la mátrix
desde los bordes. Suelen presentarse también, inclusiones de apatito. La biotita es muy abundante, pero se encuentra muy
corroída y de color pardo oscuro, siendo a veces, difícil distinguirla de los minerales opacos que son muy escasos. No
obstante, sus cristales conservan forma laminar, distribuyéndose sin ninguna orientación.
Designación: Dacita biotítica
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica de color gris, afanítica, caracterizada por textura amigdaloide, cuyas oquedades se encuentran
ocupadas por fenocristales blancos de plagioclasa y feldespato potásico, alterados y euhedrales. En menor proporción se
observan sílice (1 mm) y óxidos de hierro, en diminutos cristales cúbicos.
Dacita-13
Muestra de mano
Descripción: Roca volcánica, porfídica, caracterizada por una mátrix afanítica gris, que engloba a su vez fenocristales
subhedrales de plagioclasa de hasta 5 mm, e individuos anhedrales o subredondeados de cuarzo con aspecto translúcido.
Los mismos rellenan cavidades, al igual que el feldespato rosado (sanidina?) que confiere tonos morados-rojizos a la muestra,
y suele estar alterado a mineral arcilloso (caolinita?), y. Como accesorio, se distinguen pequeños cristales de biotita de hasta
1 mm, sobre todo en superficie fresca. La estructura es parcialmente vesicular, con suborientación de vacuolas en algunos
sectores.
Dacita piroxeno-anfibólica-141
Muestra de mano
Descripción: Roca de origen piroclástico, gris, parcialmente vesicular, en cuya mátrix afanítica sobresalen fenocristales
subhedrales de plagioclasa de hasta 3 mm, algunos de los cuales se encuentran rellenando las cavidades producidas por los
escapes gaseosos. En menor cantidad se puede distinguir cuarzo anhedral, con fractura concoidal, y como accesorios,
piroxenos, anfíboles y biotita.
121
Dacita piroxeno-anfibólica-161
Muestra de mano
Descripción: Roca gris, porfídica, con mátrix afanítica y fenocristales translúcidos de plagioclasa; piroxenos, anfíboles y
diminutos puntos de mica, son accesorios.
III.2. Metamorfitas
Cuarcita-62
Muestra de mano
Descripción: Roca metamórfica de color gris y estructura macisa, con esquistocidad incipiente, en cuya mátrix se distinguen
diminutos blastos de mica (posiblemente, muscovita).
Cuarcita-72
Muestra de mano
Descripción: Roca metamórfica de color gris, estructura maciza y esquistosidad incipiente, en cuya mátrix se distinguen
diminutos y abundantes blastos de mica (posiblemente, muscovita).
Ignimbrita riolítica-15
Corte delgado
Minerales esenciales: feldespato potásico, plagioclasa, cuarzo. Minerales accesorios: biotita. Minerales secundarios: sericita.
Descripción: Merocristalina, con mátrix vítrea, sobre la que se disponen fenocristales subhedrales, a veces fracturados, de
feldespato potásico (sanidina), y de plagioclasa. Esta última se halla subordinada, a veces con sericitización incipiente,
eventualmente zoneada. El cuarzo se encuentra en individuos aislados, fracturados y angulosos en general; en tanto que la
biotita, se halla en láminas delgadas y alargadas, dispuestas al azar, sin otras particularidades sobresalientes.
Designación: Ignimbrita riolítica
Muestra de mano
Descripción: Roca piroclástica, de color rosáceo, y textura clasto-portante, con mátrix de aspecto arcilloso, por efecto de la
alteración del feldespato. Sobre ella están englobados cristales blanquecinos de feldespato, y cuarzo en menor proporción, en
diámetros menores a 1 mm, fácilmente disgregables. La biotita es abundante, en pequeñas láminas delgadas, menores a 1
mm de lado, a veces decoloradas, quizás por desferritización.
122
III.4. Sílices
Ópalo-11
Corte delgado
Minerales esenciales: cuarzo, ópalo.
Descripción: Merocristalina, se observa una mátrix vítrea asociada a cristales individuales de cuarzo y ópalo; este último se
encuentra más alterado y fracturado.
Designación: Ópalo
Muestra de mano
Descripción: Roca de color gris-amarillento, afanítica, homogénea, compacta y con fractura concoidal. En muy determinados
puntos logran distinguirse pequeños cristales de cuarzo.
123
ANEXO IV
RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE SUSTANCIAS ADHERIDAS
Tabla IV.1
1
Los análisis de CG-EM se llevaron a cabo en el Instituto de Química Orgánica, Facultad de Bioquímica,
Química y Farmacia, Universidad Nacional de Tucumán.
124
Tabla IV.1 (continuación)
125
IV. 2. Determinación de cloruros, sodio y potasio en muestras de sal actuales y
arqueológicas de Antofagasta de la Sierra
La relación 1,93 Ca/P calculada a partir de los valores de FRX de la muestra 5.CC1 (Tabla
IV.7) es comparable con la relación ideal de 1,667 de la hidroxiapatita en material estioiquiométrico.
Las muestras restantes corresponden a fragmentos cerámicos que contienen, según los
resultados obtenidos mediante Difracción de rayos: arcillas -illita/montmorillonita-, mica -flogopita-,
cuarzo (SiO2) y yeso (CaSO4.2H2O) ocasionalmente. Los datos de FRX para dichas muestras se
corresponden con lo mencionado anteriormente (Tabla IV.7). Sin embargo, no es posible establecer
con precisión la participación relativa de los distintos componentes presentes. Esto se debe a que los
126
valores totales de cada elemento, corresponden a la sumatoria de los porcentajes de la masa del
elemento en cada compuesto en el que participa dentro de la mezcla compleja.
La presencia de fósforo entre los elementos principales detectados por FRX sugiere la
participación de fosfatos dentro de las mezclas pigmentarias.
Tabla IV.7.
Elementos O Al S Ca Na Si Cl Fe Mg P K Sr
5.CC1
principales % 23,43 0,20 0,07 23,96 0,33 0,77 0,75 0,24 0,31 9,58 0,25 0,01
Trazas Ti Mn Ni Cu Zn Ge Zr Cs Hg
Elementos O Al S Ca Na Si Cl Fe Mg K Rb Ti
principales % 27,7 4,44 0,59 3,12 0,64 15,56 0,66 2,97 0,99 3,38 0.017 0,35
Fr. 1
Sr Y P Mn
0.016 0,01 0,82 0,089
Trazas Ni Cu Zn As Zr Nb Pd Ce Pb
Elementos O Al S Ca Na Si Cl Fe Mg S K Sr
principales % 15,81 2,16 0,93 2,69 0,40 8,12 0,38 1,48 0,58 0,93 1,50 0,01
Fr. 2
Rb Ti Mn Zr
0,01 0,23 0,05 0,02
Trazas Cr Co Ni Cu Zn Y Nb Pb
Elementos O Al S Ca Na Si Cl Fe Mg K Rb Ti
principales % 39,06 9,70 0,33 2,28 0,74 21,30 0,82 5,21 2,15 4,75 0,02 0,66
Fr. 3
Sr Zr Na P Mn
0,02 0,023 0,75 0,46 0,12
Trazas Ni Cu Zn Ga As Y Nb Ce Pb
Elementos O Al S Ca Na Mn Cl Fe Mg Si K Sr
principales % 23,59 4,05 0,82 3,32 0,42 0,11 1,00 3,62 1,04 12,00 2,85 0,02
Fr. 4
Y Zr P Rb Ti
0,01 0,02 0,90 0,02 0,43
Trazas Cr Ni Cu Zn Ga Ge Nb Ag In Ce Pt Pb
Elementos O Al S Ca Na Si Cl Fe Mg K Rb Ti
principales % 25,51 5,56 0,77 2,80 0,43 13,27 0,80 3,61 1,16 3,59 0,01 0,44
Fr. 5
Sr P Mn Zr
0,01 0,39 0,094 0.019
Trazas Cr Ni Cu Zn Y Nb I Pb
Elementos O Al S Ca Na Cl Fe Mg Si K Sr Zr
principales % 41,79 9,30 2,50 6,80 1,15 1,03 4,02 3,04 18,56 3,45 0,02 0,03
Fr. 6
P Rb Ti Mn
1,29 0,02 0,61 0,17
Trazas Ni Cu Zn Ga Y Nb Cs Ce Gd Pb
La relación 1,93 Ca/P calculada a partir de los valores de EDAX de la muestra 5.CC1 es
comparable con la relación ideal de 1,667 de la hidroxiapatita del hueso (Ca10(PO4)6(OH)2) en material
estioiquiométrico. En la muestra 85.LV, la relación Ca/P es igual a 1,67, confirmando también en la
misma la presencia de hueso. En ambos casos, el Si corresponde a silicatos procedentes de la matriz
sedimentaria.
127
Tabla IV.8.
Elemento S Cl K
3.PP4-B
% peso 7,2 6,1 58,4
Elemento Al Si S K Ca Fe
9.PP9.
3 -a)
% peso 7,8 20,0 29,3 3,7 35,3 3,5
9.PP9. Elemento Mg Al Si S K Ca Fe
3 -b)
% peso 3,7 12,5 47,4 8,6 7,9 10,5 9,3
Elemento Al Si S K Ca Fe
9.3 -a)
10.PP
Elemento Mg Al Si S K Ca Ti Fe
10.PP
9.3-b)
Elemento Al Si Ca Fe Cu Zn
5.LV
Elemento Si P Cl Ca
85.LV
Elemento Al Si S Ca
23.LA
Elemento Mg Al Si K Ca Ti Mn Fe
CC1
3-a.
Elemento Si P Ca
5.CC1
128
En el artefacto 5.LV se detectaron silicio, cobre y otros elementos. Dado que el Si se halla
integrando aluminosilicatos procedentes de la matriz sedimentaria, se desconoce en qué porcentaje
podría estar asociado al Cu en la composición de crisocola (CuSiO3.nH2O) y además, si alguna
proporción de cobre estaría formando parte de malaquita (CuCO3.Cu(OH)2). Las limitaciones de la
sonda EDAX impiden medir el carbono, hidrógeno y oxígeno que integran la fórmula de esta última.
En las muestras restantes correspondientes a mezclas de sustancias (9.PP9.3 -b), 10.PP9.3 -b)
y 3-a.CC1), no es posible establecer con precisión los distintos componentes presentes. Esto se debe a
que los valores totales de cada elemento corresponden a la sumatoria de los porcentajes de peso del
elemento en cada compuesto en el que participa dentro de la mezcla compleja. Debe destacarse
asimismo, que el mapeo reiterado de silicio, aluminio, potasio, hierro, magnesio y calcio se deben a la
presencia de sedimento de la matriz integrando las muestras analizadas.
El diagrama de 3-a.PP4-B entre 2θ=5 y 70º (λCu=1,5406Å) muestra las líneas de silvita “S”,
micas “M”, nitro “N” y sulfato doble de sodio y potasio“Sf” (Figura IV.1.).
El difractograma entre 2θ=5 y 70º (λCu=1,5406Å) de efluorescencias salinas del sitio Peñas de
la Cruz presenta silvita “S” como componente mayoritario, y halita “H” y nitro o salitre “N” como
componentes intermedios (Figura IV.2). Por su parte, en la Figura IV.3 se muestra el diagrama entre
2θ=20 y 70º (λCu=1,5406Å) de sal actual del salar de Antofalla., marcándose las líneas de halita “H”.
Este gráfico es representativo de un conjunto de muestras de sales actuales para uso doméstico de: a)
Salar de Incahuasi, b) Salinas de Quebrada del Diablo en Antofalla, c) Salinas de Botijuelas-Las
Quínoas en Antofalla, d) Salinas en Carachipampa, e) Salinas de El Peñón y f) Salinas Grandes de
Laguna Blanca.
129
Figura IV.1.
Figura IV.2.
130
Figura IV.3.
Las líneas características de cuarzo “Q”, sulfato de aluminio y potasio (KAl(SO4)2) “A”,
calcita (CaCO3) “C” y aluminosilicatos “Al” entre 2θ=5 y 70º (λCu=1,5406Å) de la muestra de
revestimiento de pisos, de PP9.1, Estructura 3 se presentan en la Figura IV.4. El diagrama entre 2θ=5
y 70º (λCu=1,5406Å) correspondiente a restos de un polvo mineral blanco adherido a la pared de la
misma estructura, muestra al yeso “Y” como componente mayoritario, y la mica flogopita “M” como
componente intermedio (Figura IV.5). El difractograma entre 2θ=5 y 70º (λCu=1,5406Å) de un residuo
policristalino blanco recuperado de un recipiente cerámico de idéntica procedencia, presenta como
componentes mayoritario mica “M” y yeso “Y” y, como componente intermedio, un compuesto de
azufre “S” (Figura IV.6).
Figura IV.4.
131
Figura IV.5.
Figura IV.6.
132
Figura IV.7.
En la Figura IV.8 se presentan las líneas correspondientes a calcita “C” y cuarzo “Q” entre
2θ=15 y 70º (λCu=1,5406Å) de la muestra de “jasi” de Loma Alta, piso de ocupación del recinto 47.
Figura IV.8.
La Figura IV.9. muestra el difractograma de los residuos en 5.CC1 entre 2θ=5 y 60º
(λCu=1,5406Å). Las líneas de difracción de hidroxiapatita del hueso se marcan como “H”, y las líneas
correspondientes a silicatos de calcio de la matriz sedimentaria, como “S”.
133
Figura IV.9
Figura IV.10.
134
Figura IV.11.
135
La comparación de los diagramas de rayos X antes y después del calentamiento corroboró los
resultados antes mencionados. Así, en la muestra de 2-a.CC1 permanecen las líneas de difracción
características de manganita y pirolusita (Figura IV.12), mientras que en la muestra de 3-a.CC1
calentada quedó demostrada la ocurrencia de nuevas líneas correspondientes a maghemita (γ-Fe2O3)
y/o hematita (α-Fe2O3), procedentes de la alteración parcial de magnetita (Figura IV.13).
La Figura IV.14 muestra el espectro infrarrojo de los residuos de hueso calcinado en 5.CC1 en
el rango 4000-400 cm-1. La banda a 3600 cm-1 se atribuye al estiramiento del grupo oxidrilo (OH) de
hidroxiapatita. Las dos bandas centradas en 1050 cm-1 y 1060 cm-1 corresponden al estiramiento
antisimétrico P-O del grupo fosfato (PO43-). El doblete a aproximadamente 600 cm-1 se asigna a la
deformación antisimétrica O-P-O. A 960 cm-1 se encuentra una banda que se atribuye al estiramiento
simétrico P-O. La banda en 480 cm-1 corresponde a la deformación simétrica O-P-O. La banda en 630
cm-1 se asigna al modo libracional de OH. Las bandas entre 1460-1410 cm-1 y a 875 cm-1
respectivamente corresponden al estiramiento antisimétrico C-O y a la deformación fuera del plano O-
C-O del grupo carbonato (CO32-). La banda centrada en 3400 cm-1 se atribuye al estiramiento del grupo
OH del agua de absorción.
136
Figura IV.12. Difractogramas de polvo de las muestras: a) 2-a.CC1 y, b) 2-a.CC1 después del calentamiento a
500ºC. Las líneas de difracción características de manganita y pirolusita se indican con 1 y 2 respectivamente. λ
de Co Kα entre 2θ = 20º y 120º.
13
a) 1
2
1 1,2 1 1
1,2
1 1,2
Ir
Ir
0
20 40 60 80 100 120
2θ
13
b) 1
1,2
1,2
1 2
Ir
2 2
2
0
20 40 60 80 100 120
2
2θ
137
Figura IV.13. Difractogramas de polvo de las muestras: a) 3-a.CC1, 3-a.CC1 y 4-a.CC1 después del
calentamiento a 500ºC. Las líneas de difracción características de ilmenita, magnetita, maghemita y hematita se
indican con 3, 4, 5 y 6 respectivamente. λ de Co Kα entre 2θ = 20º y 100º.
3
a)
3,4
4 3,4 3
3,4 3,4
3
Ir
0
20 40 60 80 100
22θ
8.5
5 3
b) 6
4,5 5
3,4,5,6
5
53 6 3,5
5,6
5,6
3,4,5,6
6 3,4 3
6
3,4
Ir
0.0
20 40 60 80 100
22 θ
8 .5
5 3,5
c) 4,5 3,4,5,6
5 5,6
5,6 6 3,4,6
3,5,6 5,6
Ir
0 .0
20 40 60 80 100
2
2θ
138
Figura IV.14
139