Está en la página 1de 6

LIBROS

La seducción de las palabras


Álex Grijelmo
Santillana, México, 2000

Luis Quintana Tejera y Yéssica Anel Rojas Matías

Introducción

El tema de la “palabra” ha sido puesto Álex Grijelmo (Burgos, 1956), en La


en controversia desde que el hombre seducción de las palabras, se hace cargo
empezó a utilizar el lenguaje articulado. del tema desde ángulos variados y pre-
La palabra está al servicio de la expre- ponderantemente enriquecedores para
sión, pero muchas veces es un vehículo quien desee ahondar en tales aspectos.
imperfecto, y de esto dejan expresa Veamos algunas de estas aportaciones.
constancia escritores, historiadores,
científicos y estudiosos en general. “I. El camino de las
Pero la palabra la usa y la revela el palabras profundas”
lingüista, el etimólogo, el periodista, en
fin, todo aquel que cree poder ingresar Me interesa partir de la expresión: el
al dominio del otro para comentarles diccionario es sólo el pórtico de las
o explicarles algo. En estos últimos palabras, dice Grijelmo. El diccionario
especialistas mencionados la palabra define un término, otorga sus diferentes
se materializa de un modo diferente: alcances semánticos, habla de su eti-
se vuelve el vehículo adecuado para mología, pero no llega más allá. Quien
alcanzar la comunicación. lee un diccionario lo hace llevado por

177
Reseñas

la necesidad de entender el vocablo fundas, como dice Grijelmo, no sólo es


preciso, pero éste sólo adquiere su real la reflexión constante, sino también la
significación en el marco del contexto. constitución del vocabulario particular
Además, no podemos olvidar que toda que nos ha de guiar por esta selva con-
palabra resulta contaminada por el uso; ceptual que habitamos.
hay términos lingüísticos que no les Existe una relación social entre el
dicen nada a determinados hablantes. individuo y el universo de palabras que
Por ejemplo, el vocablo “diégesis” para empezarán a poblar su mente desde
un matemático puede resultar oscuro que tiene uso de razón. Nacemos y
y se verá obligado a preguntarle a un vivimos al menos una parte de nuestra
literato qué quiere decir o consultar vida en el seno de una familia; ahí oímos
internet o un diccionario para resolver hablar a nuestros padres, hermanos y
su incógnita. Otro ejemplo significativo amigos. Ellos nos transmiten un bagaje
es el grado de integración que ciertas conceptual que vamos incorporando a
palabras han adquirido en el dominio nuestro vocabulario, y luego integramos
personal de un hablante determinado. plenamente algunos de estos términos
Si hablamos del vacío de la existencia y y rechazamos los otros. Al ingresar a la
recurrimos al término “desesperanza”, escuela nos confrontamos –buenamen-
para unos esta palabra quedará grabada te hablando– con lo que nuestra familia
en su interior –no sin un cierto dejo de nos ha legado y con lo que la enseñanza
melancolía– al asociarla con la noción escolarizada ha ido agregando. En todos
de pérdida de la esperanza: éste es estos momentos, la palabra constituye
su significado real; pero otros, menos el eje rector. Al respecto, Grijelmo expre-
acostumbrados al verdadero alcance sa los siguientes conceptos.
semántico del vocablo, lo relacionarán Ciertamente, “no hay nada nuevo
vagamente con la idea de desespe- bajo el sol”, como dice la Biblia, y los
ración que la suma de sus fonemas y hechos se repiten generación tras gene-
cierta apariencia semántica le han de ración con apenas leves modificaciones.
comunicar. Es preciso alcanzar siempre Lo mismo sucede con el vocabulario,
la denominada “simple aprehensión de que en ciertas épocas adquiere determi-
un concepto”, lo cual nos permitirá te- nados matices y direcciones diferentes
ner cierta familiaridad con las palabras en otras, hecho que no hace más que
que poco a poco se irán integrando confirmar que la lengua es un fenómeno
a nuestro universo. Por ello, el mejor vivo, un organismo que cambia acorde
camino para llegar a las palabras pro- con las necesidades del hablante.

178
Culturales, época II, vol. I, núm. 1, enero-junio de 2013

El tema de la dualidad significante/ escenarios opuestos. Y como esto no


significado de la cual hablara De Saussu- es así, ambas clases de vocablos se
re se plantea nuevamente en cada una interconectan y van y vienen de un te-
de las etapas de nuestro pensamiento. rritorio al otro dejando que el hablante
Dice Grijelmo que pensamos con pala- las utilice de la manera más adecuada
bras, pero debió haber dicho que nues- y mediante un juego lingüístico que
tro pensamiento rescata significantes forma parte de la esencia misma del
(principalmente fonemas) que al cobrar ser humano.
un sentido se vuelven palabras. Pensar Estamos de acuerdo con Grijelmo,
en un “abismo” implica representarlo pri- teniendo en cuenta lo ofrecido en el
mero como una imagen acústica, para capítulo III, en que las palabras “seducen”
darle luego el significado que le corres- y sobre todo lo hacen los vocablos de la
ponde de acuerdo con el contexto y/o poesía, en donde la belleza estética del
con la necesidad expresiva del hablante mensaje se viste de gala para acercarse
en el momento de comunicar su men- al “otro” y contarle su verdad.
saje. No es lo mismo decir “El abismo Pero, por otro lado, no creemos en
de mi vida” que “Los jóvenes despreve- el valor que el autor da a cada una de
nidos cayeron en un abismo del que no las letras de nuestro idioma, como en
pudieron salvarse”. La diferencia entre el caso de las vocales; sus afirmaciones
el lenguaje cifrado que otorga la metá- resultan peculiarmente subjetivas, y
fora y el lenguaje directo de la palabra si algo hay de verdad, ésta no puede
específica establece cerradas fronteras fundamentarse suficientemente.
entre los términos. Al mismo tiempo, los diminutivos
no representan necesariamente un mo-
“II. Persuasión y seducción” tivo de seducción, como señala el autor,
y “III. La seducción de las palabras” y pueden llegar a ser inclusive todo lo
contrario. Un discurso poblado de dimi-
Ambos apartados guardan cierta seme- nutivos deviene en algo excesivamente
janza entre sí, y esto se da en el marco estereotipado y de mal gusto.
del concepto de seducción aplicado al
lenguaje. En el contexto del primero “IV. Las palabras del amor”
de ellos digamos tan solo que aque-
llas que el autor llama palabras “frías” El tema del amor es tan amplio como in-
(las de las ciencias) y “calientes” (las de abarcable. Queremos señalar al menos
las artes) lo son en la medida en que en este contexto dos aspectos que nos
podamos separar ciencia y arte como han llamado la atención.

179
Reseñas

El primero de ellos tiene que ver muchas ocasiones vale más lo que se ca-
con el crédito contemporáneo que se lla que lo que se dice, y además, las pala-
le otorga a un poeta decimonónico: bras de la poesía viven eternamente –en
Bécquer. Aceptamos que sus versos se- esto estamos de acuerdo con Grijelmo–,
ducen, pero lo hacen mucho menos en el pero también dejan su lugar a términos
siglo veintiuno que en el veinte. Por otro modernos que quizás pudieran llegar a
lado, los poetas no lo son de palabras, herir nuestros románticos oídos, pero
sino de conceptos. El propio Bécquer que allí están para demostrar que el fe-
dudaba de la palabra y se consolaba con nómeno de la palabra es más explícito y
expresar a solas o al oído de la amada su bello cuando echa a andar la maquinaria
confidente secreto de amor. En fin, los de la imaginación, sin importar si aquello
creadores líricos no son racionales sino que se dice no responde al concepto
intuitivos. Dice Grijelmo que el sevillano ortodoxo que muchos atribuyen a la
usa y junta certeramente palabras como expresión de la poesía.
“Sol”, “Luna”, “pupilas”, etcétera. Pensamos
que la reunión de conceptos en torno “V. Los símbolos de la publicidad”
a estos términos es meramente casual
y no premeditada por el poeta, quien Pensamos que uno de los problemas
no actúa como quien va a preparar un sustantivos de estos planteamientos
delicioso pastel. Si las hubiera elegido de Grijelmo es tomar al pie de la letra
con tanta premeditación no habría dicho ciertos aspectos que si los consideramos
“Tu pupila es azul”, porque en realidad el de modo genérico adquieren otro cariz.
color de los ojos aparece en el iris y no en La publicidad se vale del lenguaje y
la pupila; tampoco habría pronunciado seduce y convence a sus escuchas; qui-
ante Lázaro las palabras de “Levántate y zás los medios no sean todo lo ortodoxo
anda”, simplemente porque estos voca- que uno pueda pensar, pero cumplen
blos no los dijo Jesús a Lázaro sino a un con un pragmatismo necesario que, si
paralítico. No tienen tanta importancia en el ámbito lingüístico puede llegar a
las palabras sino el efecto logrado con negarse, en el campo social es relevante.
ellas. Pueden estar equivocadas, como en
los ejemplos señalados, pero importan “VI. El poder de la palabra,
más bien por el impacto que desenca- las palabras del poder”
denan en el alma de quien las escucha.
Creemos, en suma, que la palabra es Este capítulo se presenta mediante un
esencial en el lenguaje del amor; pero en juego de vocablos, por el que “el poder

180
Culturales, época II, vol. I, núm. 1, enero-junio de 2013

de la palabra” también representa “las to estético-lírico mucho más profundo


palabras del poder”. que eso.
En la política mexicana, sabemos Con gran acierto, Grijelmo dice que
de qué manera la palabra bien pronun- muchos de estos problemas que involu-
ciada adquiere un matiz que seduce cran la supuesta ausencia de la mujer son
a la población de un modo peculiar más bien sociales que personales. Cita el
y curioso. A veces nos preguntamos: caso de las manifestaciones genéricas en
¿Votamos con base en las propuestas las que se puede decir, por ejemplo, “Los
del candidato, o simplemente lo hace- hombres lucharán siempre por implantar
mos porque su discurso nos convence e un humanismo sereno en toda la socie-
impacta, más que en el terreno racional, dad”, y no estamos afirmando que sólo
en el afectivo? los machos lo hacen, sino que también
Grijelmo menciona los ejemplos de se incluye, no podría ser de otra manera,
grandes dictadores que conquistaron a a la mujer. Resultaría reiterativo y ocioso
las masas por este medio. sostener: “Los hombres y las mujeres
lucharán siempre por implantar un hu-
“VII. La desaparición de la mujer” manismo sereno en toda la sociedad”.
Hay muchos casos más que el escri-
El tema enfocado en este capítulo ha tor desarrolla, pero prácticamente todos
preocupado en las últimas épocas a los apuntan a señalar que la mujer no ha
movimientos feministas y femeninos. El sido tan olvidada por el machismo que
autor proporciona muchos ejemplos en impera en los hechos del lenguaje.
los que el idioma parece haber olvidado Creemos, por otro lado, que los dic-
a la mujer para referirse únicamente al cionarios caen en graves errores sexistas
hombre. Al analizar estas propuestas cuando, sólo por mencionar un caso,
se requiere ser cautelosos y no caer en utilizan e incluyen en el diccionario la
falsos fanatismos. No podemos defe- palabra “misoginia” para referirse al odio
nestrar a Neruda, como hemos visto y rechazo por la mujer. Pero no existe
que han hecho varias defensoras de en ese mismo diccionario un vocablo
los derechos de la mujer, porque diga que haga referencia a la confianza y fe
en un poema: “Me gustas cuando callas que los hombres llegan a tener en la
porque estás como ausente”; es obvio fémina; tendríamos que decir algo así
que el poeta no alude a que su ideal como “filoginia” para aludir a este último
sería que las mujeres no hablaran, sino hecho, pero tal término no existe, y con
que sus palabras arraigan en un contex- esto se demuestra una vez más hasta

181
Reseñas

qué punto la mujer ha sido postergada en torno a los capítulos I y VII. No obs-
en los hechos del lenguaje. tante, no hemos dejado de lado a los
Los últimos dos capítulos: “IX. El demás apartados y hablamos de ellos
valor de las palabras viejas” y “X. La de una manera más sintética y creemos
seducción de las palabras” constituyen que significativa.
variaciones sobre el mismo tema que, Incluimos ejemplos de la literatura
a pesar de ello, iluminan otros terrenos universal para contrarrestar o afirmar
de la lengua y enriquecen las reflexiones –dependió del caso– los elementos
que podemos hacer en torno a ellos. conceptuales que plantea el autor.
No hay duda de que el discurso
Conclusiones seduce al receptor y de que la palabra
es la principal herramienta de éste. Pero
Hemos analizado aquellos aspectos debemos actuar con cierta modera-
que consideramos más relevantes en el ción porque la palabra no tiene –así ha
contexto de este libro de Álex Grijelmo. quedado documentado a través de la
Todo es importante cuando hablamos literatura y la lingüística formal– un valor
del lenguaje y sus problemas; pero por absoluto y muchas veces se ha llegado a
obvias razones de espacio nos hemos dudar de ella en cuanto al poder de co-
restringido a determinadas reflexiones municación que supuestamente posee.

La seducción de las palabras

Álex Grijelmo
Santillana, México, 2000

182

También podría gustarte