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Marrie2008 PDF
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Plan ■ Anatomía
¶ Introducción 1
Anatomía normal
¶ Anatomía 1
Anatomía normal 1
Variaciones de posición 2 Morfología e implantación
Anomalías numéricas 3
El apéndice tiene forma vermiforme, entre 6-12 cm
¶ Apendicetomía por laparotomía como primera de longitud (extremos de 1 y 20 cm) y un calibre de
elección 3 0,8 mm; normalmente es permeable. La base de
Apendicectomía simple por apendicitis aguda catarral 3 implantación es fija, sobre la cara interna o posterior del
Variantes técnicas 6 ciego, unos 2-3 cm por debajo de la unión ileocecal,
Complicaciones peroperatorias 10 donde convergen las tres tenias musculares cólicas
¶ Apendicectomía por laparotomía: anterior, posteroexterna y posterointerna. Desciende en
conversión quirúrgica de una laparoscopia 10 posición laterointerna.
Dificultades de la disección 10 El meso apendicular suele ser amplio, y se extiende
Anomalías de posición 10 entre el apéndice y la cara posterior del mesenterio de
Complicaciones peroperatorias 10 la última asa ileal. Este meso está constituido por la
Conclusión 11 arteria apendicular.
¶ Complicaciones postoperatorias 11
Complicaciones hemorrágicas 11
Topografía
Complicaciones sépticas 11
¶ Conclusión 12 El ciego se encuentra libre en la fosa ilíaca derecha,
sin fijación peritoneal:
• su exteriorización es sencilla con un acceso parietal
sobre la fosa ilíaca derecha;
• las referencias quirúrgicas posteriores son retroperito-
■ Introducción neales; vasos ilíacos externos y el uréter medialmente,
músculo psoas y nervio femorocutáneo por fuera.
En las últimas dos décadas, la frecuencia de apendi-
cectomía por apendicitis ha disminuido a la mitad en Vascularización (Fig. 1)
países vecinos.
Desde 1982 [1] compiten los accesos laparotómico y La arteria apendicular propiamente dicha nace de la
laparoscópico. arteria cecal posterior o de la arcada ileocólica.
Según los estudios comparativos actuales, la laparoto- Desciende por detrás del íleon hasta alcanzar el borde
mía tiene una indicación justificada: mesentérico del apéndice:
• como primera opción; • bien pegándose al apéndice en la base y siguiéndolo
• por necesidad (conversión de la laparoscopia). hasta la punta;
Variaciones de posición
Figura 2.
A. Posición anatómica normal.
B. Apéndice retrocecal.
C. Apéndice pélvico.
D. Apéndice mesocólico.
E. Apéndice en embudo.
Anomalías numéricas
La agenesia del apéndice es rarísima, aunque está
documentada. La duplicación apendicular también es
muy rara (0,004%) [2]. Es necesario señalar la posibilidad
de encontrar un divertículo apendicular (1%) [3].
Apendicectomía simple
en la apendicitis aguda catarral
Acceso por incisión de MacBurney
Figura 5. Disociación transversa del plano muscular.
Incisión cutánea (Fig. 3)
En el punto de MacBurney, en la unión entre el tercio
Atravesar la pared: acceso por disociación
externo y los dos internos de la línea que une el
ombligo con la espina ilíaca anterosuperior. Clásica- Plano aponeurótico superficial. El tejido celular
mente oblicua. subcutáneo y la fascia superficialis en profundidad
La incisión horizontal sobre el pliegue cutáneo medio deben apartarse con separadores de Farabeuf hasta el
en su parte externa (Fig. 3) es mucho más estética. plano de la aponeurosis del oblicuo mayor, la cual se
Se realizan dos señales de referencia para la incisión incide, más o menos verticalmente, siguiendo la direc-
con el bisturí antes de colocar los campos. Una vez ción de las fibras (Fig. 4).
colocado el campo, la localización exacta de la incisión Plano muscular (Fig. 5). Los separadores retiran los
es menos precisa. bordes de la aponeurosis. Al aparecer el músculo oblicuo
menor se ven las fibras transversales, perpendiculares al
plano anterior. Se disecan transversalmente con tijeras.
Plano tendinoso profundo (Fig. 6). El plano del
músculo transverso es tendinoso y más difícil de atrave-
sar, aunque más fino que el plano anterior. También se
diseca horizontalmente. Una vez abierto se tiene acceso
a la grasa preperitoneal.
Los separadores se introducen en profundidad. La
separación debe ser hacia dentro para evitar, al separar
hacia fuera, pasar sin darnos cuanta al espacio lateral,
retroperitoneal.
Plano peritoneal (Fig. 7). Ahora aparece el peritoneo.
Es necesario abrirlo con prudencia. El colon y el delgado
pueden estar adheridos al peritoneo por la presión
abdominal, sin necesidad de que existan adherencias. El
peritoneo se sujeta con una pinza atraumática y se abre
superficialmente con las tijeras. En este momento, el
ayudante tiene que tirar hacia arriba de los separadores.
Al levantar la pared se ejerce una tracción que facilita
que el peritoneo se despegue de las vísceras intraabdo-
Figura 3. Incisiones cutáneas. 1. Incisión clásica de MacBur- minales cuando se entra en la cavidad. Posteriormente
ney; 2. incisión horizontal estética; 3. incisión baja. se introducen los separadores en la brecha peritoneal.
Figura 6. Abertura del plano tendinoso del transverso. Figura 8. Ligadura de la base apendicular.
Figura 7. Abertura peritoneal. Figura 9. Control vascular tras sección del meso.
Búsqueda y exteriorización del apéndice realizarse en este momento de la cirugía: es más fácil. Si
El colon derecho se localiza fácilmente por la presen- se realiza después de extirpar el apéndice y de tratar el
cia de las bandas musculares. La base del apéndice se muñón, es más complicado y puede provocar una
localiza donde coinciden estas tres bandas. En los casos manipulación traumática para el intestino.
más sencillos, el apéndice está libre. Se encuentra sobre
Tratamiento del muñón apendicular
la cara interna del ciego. Se exterioriza con la porción
de ciego adyacente a la base. Hasta ahora, la intervención ha sido aséptica. La
sección de la base y el control del muñón deben obede-
Apendicectomía cer a estrictas reglas de limpieza.
Se colocan dos campos abdominales a uno y otro
Control vascular lado. El conjunto de las maniobras debe realizarse fuera
El mesoapéndice se expone adecuadamente traccio- del abdomen, evitando absolutamente todo contacto
nando en dirección contraria el ciego y el apéndice. La con el espesor de la pared abdominal.
distribución vascular es precisa. Se pasa una pinza a El muñón apendicular se trata con o sin invagina-
través del meso a nivel de la base apendicular y se pasa ción. Ambas actitudes están justificadas.
una ligadura de reabsorción lenta. Al ligar la base del Sin invaginación (Fig. 10). El contenido de la base
apéndice se evita el sangrado retrógrado que puede apendicular se exprime con una pinza de Kocher hacia
producirse al seccionar el meso (Fig. 8). el extremo distal antes de colocar, claramente por
Se pasa una segunda ligadura a través del mismo debajo, otra ligadura. Se pone una pinza al final del hilo
orificio del meso, que servirá para ligarlo. Si el meso no de la ligadura de la base apendicular para evitar que se
es demasiado ancho ni muy graso, puede ligarse de una meta espontáneamente en el abdomen. El apéndice se
sola vez. Cuando exista, se dejará intacta la rama arterial secciona por debajo de la pinza de Kocher con el bisturí
del fondo del ciego. El meso se secciona entre la liga- frío embebido en desinfectante yodado (Fig. 10A). La
dura y el apéndice, siempre a distancia de la ligadura y mucosa del muñón se raspa con la punta del bisturí
más cerca del apéndice, con el fin de fortalecer la zona (Fig. 10B). La reintroducción del muñón se hace contro-
y garantizar una buena hemostasia (Fig. 9). lando la maniobra con la pinza que sujeta la ligadura,
Una vez ligado el apéndice y seccionado el meso, el para evitar el contacto directo con la pared abdominal
ciego se reintroduce en el abdomen. El apéndice perma- (Fig. 10C).
nece exteriorizado hasta la base traccionándolo con una Con invaginación (Figs. 11-14). Se prepara una
pinza de agarre. La reintroducción del ciego debe invaginación con una sutura de reabsorción lenta y
Figura 10.
A. Sección apendicular.
B. Abrasión de la mucosa del muñón.
C. Reintroducción.
Conclusión
Éste es el desarrollo de la extirpación de un apéndice
en posición anatómica normal, medianamente infla-
mado, con una base sana que permite elegir entre la
ligadura simple sin invaginación y la invaginación del
muñón.
Si se respetan las reglas básicas de asepsia durante la
Figura 15.
intervención, acompañadas de una profilaxis antibiótica
A, B. Cierre peritoneal.
desde el principio, la apendicectomía es una interven-
ción benigna que transcurre, en la gran mayoría de los
casos, sin complicaciones.
Sin embargo, es necesario describir algunas variantes
técnicas. Por múltiples razones que luego se verán, la
apendicectomía puede resultar una operación difícil.
Variantes técnicas
Incisiones
Incisión de MacBurney
Incisión cutánea. Hay que encontrar un compromiso
entre la necesidad de tener un campo quirúrgico sufi-
cientemente amplio para que no sea peligroso y las
consideraciones estéticas, totalmente legítimas. Es
necesario tener en cuenta al paciente, el espesor de la
pared abdominal y la sospecha clínica preoperatoria del
Figura 14. Invaginación. grado de afectación apendicular.
La amplia incisión de al menos 5 cm que se ha
erigido a menudo como un dogma parece excesiva. La
incisión debe ser razonable. El dogma es, en este caso,
Búsqueda del divertículo de Meckel agrandar la incisión inicial a la mínima dificultad.
Agrandar la incisión. La incisión cutánea vertical u
Se identifica la última asa ileal y se exterioriza con
horizontal se amplía claramente hacia arriba y/o abajo
una pinza atraumática larga. Con una segunda pinza del
y hacia dentro y/o afuera. La incisión de la aponeurosis
mismo tipo se explora el íleon y se reintroduce poco a
se alarga ampliamente. El plano muscular se aísla del
poco, cerca de 1 m. Si se encuentra el divertículo, hay
plano peritoneal y se secciona con el bisturí eléctrico
que extirparlo sistemáticamente.
hacia arriba y abajo, lejos de la vaina de los rectos.
Cierre Hacia abajo, se puede entrar en conflicto con los
vasos epigástricos que tienen que ser ligados al
Peritoneo (Fig. 15A, B). Se cogen los bordes del principio.
peritoneo con cuatro pinzas. Con un punto de molinero El cierre incluye, además de los planos ya descritos, la
(con sutura de reabsorción lenta) se asegura el cierre reparación del plano muscular.
estanco del peritoneo. Esta ampliación, cuando es necesaria, suscita las
Plano aponeurótico (Fig. 16). Los músculos oblicuo críticas del acceso de MacBurney, que implica una
menor y transverso sólo se han disociado y no necesi- deterioración muscular. Las ventajas de la incisión de
tan, a priori, repararse. Puede ser útil un punto de MacBurney compensan este inconveniente poco fre-
aproximación. El plano aponeurótico superficial se cuente. La disociación de cada plano muscular en la
sutura con dos o tres puntos de hilo de reabsorción dirección de las fibras es poco traumática y, sobre todo,
lenta. su reparación es muy sólida.
Figura 17. Incisión según Jalaguier. Incisión de la hoja poste- Figura 18. Colocación de sutura mecánica en el fondo del
rior de la vaina. ciego.
Incisión de Jalaguier
La actitud más lógica es, a juicio de los autores:
La incisión cutánea es vertical, a nivel del borde • realizar invaginación siempre que la base esté sana y
externo del recto anterior. La aponeurosis anterior de la que sea fácil hacerla;
vaina de los rectos se abre un poco por dentro de su • no confeccionar invaginación cuando las condiciones
borde externo. El cuerpo muscular se rechaza hacia anatómicas no se presten o se presten mal (disposi-
dentro (Fig. 17). La hoja posterior de la vaina también ción en embudo de la inserción ileocecal, apéndice y
se incide hacia dentro. Por último, se abre el peritoneo. ciego fijos y profundos);
El cierre se realiza, si es posible, plano por plano, • nunca invaginar el muñón si la base apendicular está
peritoneo y aponeurosis posterior y luego la aponeurosis inflamada.
anterior.
Las ventajas del acceso de Jalaguier son la facilidad Ligadura simple sin invaginación
para agrandarlo hacia abajo y hacia arriba y su carácter
Técnica clásica. Es una ligadura simple de la base
poco mutilante.
apendicular como la descrita anteriormente. Se realiza
Sus desventajas son:
antes que la del meso. El tratamiento del muñón se
• poco adecuado desde el punto de vista anatómico: la
hace después, aunque estas fases pueden invertirse.
región quirúrgica ileoapendicular está más baja y más
Otras técnicas. Empleo de instrumental de sutura
lateral;
mecánica: se trata de las pinzas GIA o TA. Esta aplica-
• existe riesgo de inoculación de la vaina de los rectos
ción parece desproporcionada para un apéndice banal;
en caso de apendicitis supuradas.
sin embargo, puede ser útil y solucionar los raros casos
La indicación debería reservarse para cuando haya
de necrosis apendicular extensa del fondo del ciego [20],
dudas en el diagnóstico y paredes espesas.
cuando se hace necesaria una auténtica resección cecal.
Incisión baja (Fig. 3) La TA55 se coloca a distancia de la inflamación (Fig. 18)
y de los límites de la necrosis, que puede extenderse
La incisión es horizontal, oblicua, baja, paralela al más lejos a nivel del plano mucoso, interno. La invagi-
arco crural. Los músculos, ya aponeuróticos, se atravie- nación del plano de las grapas está totalmente prohibida
san seccionándolos y no por disociación. Es fácil encon- dado el estado inflamatorio y la fragilidad de la pared
trar los vasos epigástricos. Esta incisión es claramente del ciego.
más estética por su localización baja. Sin embargo, está
dirigida exclusivamente a lesiones pélvicas. Invaginación
Tratamiento del muñón apendicular Los argumentos contra la invaginación del apéndice
son:
La exigencia de la invaginación es ancestral. Los • la sencillez del gesto;
estudios aleatorizados son muy raros y nunca se ha • la certeza de no «encerrar la infección», clásica crítica
probado la superioridad de uno u otro método. Sólo de la invaginación;
parecería existir una relación entre las oclusiones • el ahorro relativo de tiempo, argumento que hay que
postoperatorias tardías con la ligadura simple [19]. citar pero que no debe considerarse.
La probabilidad de complicaciones sépticas locales y Los argumentos contra la ligadura simple son:
generales de la apendicectomía depende de la calidad • no hay plano de sutura seroseroso, algo que a veces
del tratamiento del muñón y de su evolución. es motivo de un posible abandono;
Hay que insistir, por tanto, en la atención, la meticu- • el muñón apendicular libre es una fuente de conta-
losidad y la precisión necesarias en ese momento de la minación infecciosa locorregional y de potencial
intervención. infección peritoneal.
Localizaciones ectópicas
El apéndice no se encuentra: se empieza por ampliar
Figura 19. Apendicectomía retrógrada. Sección apendicular
la incisión quirúrgica, vale repetir.
primaria tras ligadura de la base.
Ciego ectópico. El ciego no se encuentra en la fosa
ilíaca derecha. Se exterioriza el intestino delgado; se le
sigue hasta la última asa ileal, que atraerá un ciego
situado algo alto. Si el ciego está fijo más arriba o está
subhepático, es posible que haya que ampliar la incisión
hacia arriba dos o tres veces.
El ciego pélvico es relativamente frecuente, y se
moviliza con facilidad hacia arriba siempre que no se
esté ante un proceso inflamatorio apendicular que fije la
región ileocecal en la pelvis menor.
El colon transverso o el sigma pueden aparecer en la
fosa ilíaca derecha escondiendo el ciego. Hay que saber
reconocerlos: el sigma por sus apéndices epiploicos, el
transverso por la inserción del epiplón.
El mesenterio común y el situs inversus son curiosi-
dades que desafían cualquier técnica quirúrgica de la
fosa ilíaca derecha. En el primer caso, el ciego suele estar
libre y se tracciona a partir del delgado.
Localización anómala del apéndice en relación al
ciego. El ciego se ha encontrado fácilmente; el apéndice
no se visualiza, ni se consigue encontrar al palpar con
el dedo la región ileocecal, la cara posterior del ciego y Figura 20. Control retrógrado del meso.
la última asa ileal.
Después de ampliar generosamente la herida quirúr-
gica, se exteriorizan el ciego y la última asa de delgado.
La base apendicular tiene que estar obligatoriamente por
debajo de la unión ileocecal.
Apéndice retrocecal. Se describirán las variantes:
• apéndice totalmente subseroso, cuya punta puede
llegar hasta el ángulo derecho del colon;
• apéndice retraído por un meso corto o con un codo
alto.
Lo principal es que, a partir de la base, se realice una
disección cuidadosa, siguiendo paso a paso el apéndice
y su anomalía anatómica. En este tipo de situaciones es
aconsejable realizar una apendicectomía retrógrada
(Fig. 19).
Si el colon está fijo, es necesario seccionar la fascia de
Toldt derecha (Figs. 19-21) para poder exteriorizar el
ciego y la última asa ileal. Con cuidado, se realiza una
pequeña brecha entre el apéndice y la pared cecal a
nivel de la base apendicular. La base se liga y su conte-
nido se exprime hacia el extremo distal con una pinza,
por encima del hilo de sutura. El apéndice se secciona a
ras de esta pinza y el muñón se trata inmediatamente
con o sin invaginación. La serosa, si el apéndice es
subseroso, se incide en toda su longitud. El meso se Figura 21. Control retrógrado del meso con hemostasia
controla con sucesivas pinzas y ligaduras, poco a poco, sucesiva.
desde la base hasta la punta del apéndice.
Estas maniobras resultan seguras y fáciles siempre que
se exterioricen adecuadamente el ciego y el colon Apéndice mesocólico. Se aplican los mismos principios.
derecho, ya que el apéndice queda alto. En este caso, la prioridad será exteriorizar el mesenterio
precisa que explique la peritonitis. No es un problema Abscesos residuales mesocólicos profundos. Tienen
de la invaginación o de la ligadura simple; no existe el mismo tratamiento y pronóstico de las peritonitis
lesión del ciego ni un germen específico. secundarias.
• Por otro lado, otros autores retienen que existe una Absceso subfrénico. Son de aparición tardía y des-
etiología precisa [33] ligada a la mucosa séptica del pués de múltiples complicaciones. El drenaje se realiza
muñón apendicular, destruida de forma insuficiente, a través de un acceso selectivo (acceso torácico postero-
y el foco purulento del muñón apendicular, invagi- lateral extrapleural). Hay que señalar el avance de las
nado o no. técnicas de punción bajo guía ecográfica, que pueden
La actitud terapéutica depende de la hipótesis aportar una solución elegante.
patogenética que se adopte. Absceso hepático [37] . No han desaparecido por
En el primer caso, lo más lógico es comenzar por un completo. La cirugía debe ser precoz, con la incisión
tratamiento médico urgente, con antibioticoterapia más selectiva y directa posible. En los abscesos torácicos
masiva y reanimación. El resultado debería ser especta- anteriores la vía es abdominal pura, o mixta en los
cular y rápido, con completa remisión de los síntomas. posteriores y superiores derechos. La punción percutá-
Si el tratamiento no es eficaz, se contempla la indica- nea bajo guía ecográfica puede permitir la evacuación y
ción quirúrgica. La exploración no encuentra ninguna la colocación de un catéter para instilación de
explicación; la región apendicular está habitualmente antibiótico.
intacta, quizá con un poco de pus en la cavidad. Se
cierra la herida quirúrgica dejando un drenaje. Fístulas estercoráceas
En el segundo caso, es indicación absoluta de reinter- Las fístulas cecales se manifiestan por la salida de
vención urgente [33]por incisión de MacBurney agran- material estercoráceo por la incisión. Una vez desbri-
dada o por laparotomía medial. Al drenar y lavar la dada la herida quirúrgica, suelen curar espontáneamente
cavidad abdominal, se evidencia una solución purulenta en unos quince días. Es raro tener que recurrir al cierre
de la base apendicular, lo cual hace necesario la resec- quirúrgico de la fístula
ción del ciego. Las fístulas ileales pueden curarse con tratamiento
médico solo (nutrición parenteral y luego enteral,
Peritonitis [35]
irrigaciones y lavados) o requerir un tratamiento más
Son debidas a: agresivo como desbridamiento, exteriorización de la
• dehiscencia del muñón; fístula y reanimación parenteral. La resección intestinal
• necrosis del muñón sin dehiscencia; con anastomosis debe realizarse sólo cuando mejore la
• necrosis del fondo del ciego esfacelado [36]. situación inflamatoria.
El cuadro peritoneal y febril, con una tendencia
oclusiva más o menos pronunciada, es precoz. No hay Oclusiones
un intervalo libre. La recuperación del tránsito ha sido
incompleta o con diarrea. Los signos generales son • Precoces, aparecen durante el primer mes postopera-
llamativos: se produce un rápido decaimiento del estado torio. En su gran mayoría son funcionales, aunque
general. también pueden deberse a la formación de adheren-
Es necesario reintervenir y realizar una laparotomía cias a nivel de un foco inflamatorio persistente con
media supra e infraumbilical amplia. Se liberan las zonas desperitoneizadas. En caso de persistencia, es
adherencias, se drenan las colecciones y se lava y aspira necesario reintervenir al paciente con una laparoto-
la cavidad abdominal con irrigaciones y lavados si es mía medial para eliminar la causa de la obstrucción
necesario. Hay algunas conductas más específicas para la mecánica.
región ileocecal: • Tardías, debidas exclusivamente a bridas. Se reinter-
• según el estado del muñón apendicular se valorará la viene siempre mediante laparotomía medial. La
realización de una sutura con puntos sueltos, repara- intervención suele consistir, en casi todos los casos,
ción con bolsas de tabaco, sección del ciego con en seccionar la brida.
pinza TA;
• en algunos casos es inevitable realizar una resección
ileal y, en casos extremos, una derivación de descarga.
Hay que recordar la existencia de peritonitis disemi- ■ Conclusión
nadas, con varios abscesos localizados. En estos casos, la
elección de una vía de acceso selectiva para un absceso En la medida en que la apendicectomía por apendi-
no evidenciaría la extensión peritoneal de la sepsis. citis es menos frecuente, se va banalizando totalmente
por la opinión pública. Por este motivo, cada vez se
Abscesos residuales toleran peor las complicaciones postoperatorias. Evitar-
las supone:
Una colección purulenta postoperatoria se manifiesta • un respeto enorme de los principios hemostáticos y
con signos generales, con una recuperación incompleta del tratamiento del muñón apendicular;
del tránsito intestinal y distensión abdominal, episodios • ampliar la herida quirúrgica en caso de que la apen-
suboclusivos y diarrea. Las exploraciones complementa- dicectomía sea difícil, sea cual sea el motivo;
rias (ecografía y, sobre todo, TC) localizan el absceso. Si • una actitud razonable;
el paciente no presenta signos generales preocupantes y C laparotomía como primera opción en función del
no está obstruido, puede ser suficiente la instauración paciente y de las pruebas preoperatorias;
de tratamiento antibiótico y vigilar la evolución del
C conversión de la laparoscopia ante ciertas compli-
paciente.
caciones peroperatorias y en función de la expe-
Abscesos en Douglas. Es la localización más fre-
riencia laparoscópica del cirujano.
cuente. Se drenan por rectotomía anterior o colpotomía
posterior, siempre y cuando se está seguro de que se .
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A. Marrie, ancien interne et assistant des hôpitaux de Strasbourg, ancien chef de clinique à la faculté de médecine
(docteur.marrie@wanadoo.fr).
2A, boulevard Roosevelt, 68200 Mulhouse, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Marrie A. Appendicectomies par laparotomie pour
appendicite. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales - Appareil digestif, 40-500, 2008.
Disponible en www.em-consulte.com/es
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