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La obra de arte "El pecado del consumismo" representa a Adán y Eva consumiendo una hamburguesa para simbolizar cómo la sociedad contemporánea ha caído en el pecado del consumismo excesivo de la misma manera que los primeros humanos cayeron en la tentación de comer el fruto prohibido. Al igual que Adán y Eva fueron desterrados del Edén por su desobediencia, las personas modernas han sido desterradas de la sabiduría y la razón y encerradas en un círculo vicioso de trabajar para consumir y consumir para ser fel
Descripción original:
Ensayo sobre obra el pecado del consumismo dibujo en carbon vegetal y grafito 2016-ENSABAP
La obra de arte "El pecado del consumismo" representa a Adán y Eva consumiendo una hamburguesa para simbolizar cómo la sociedad contemporánea ha caído en el pecado del consumismo excesivo de la misma manera que los primeros humanos cayeron en la tentación de comer el fruto prohibido. Al igual que Adán y Eva fueron desterrados del Edén por su desobediencia, las personas modernas han sido desterradas de la sabiduría y la razón y encerradas en un círculo vicioso de trabajar para consumir y consumir para ser fel
La obra de arte "El pecado del consumismo" representa a Adán y Eva consumiendo una hamburguesa para simbolizar cómo la sociedad contemporánea ha caído en el pecado del consumismo excesivo de la misma manera que los primeros humanos cayeron en la tentación de comer el fruto prohibido. Al igual que Adán y Eva fueron desterrados del Edén por su desobediencia, las personas modernas han sido desterradas de la sabiduría y la razón y encerradas en un círculo vicioso de trabajar para consumir y consumir para ser fel
La obra se llama El pecado del consumismo. Esta obra tiene como protagonistas a dos personajes de la biblia: Adn y Eva. Como el ttulo lo menciona, la idea de esta obra es hacer una conexin entre el pecado de Adn y Eva por la tentacin de consumir el fruto prohibido, y el pecado nuestro del consumismo como Adanes y Evas del siglo XXI. La obra est hecha en papel Canson transparente para hacer alusin a los papeles con los que se envuelven las hamburguesas en los centros de comida rpida. Por otro lado, usa la tcnica de la tiza pastel y carbn vegetal para resaltar color y textura. En esta obra, Eva le entrega una hamburguesa a Adan sin mirarlo y Adan recibe la hamburguesa complaciente. En la biblia, Eva le entrega el fruto prohibido a Adan, que despus de su consumo causa el destierro del paraso. En este caso, el fruto prohibido es la hamburguesa, porque dentro de nuestra sociedad consumista, la comida rpida se ha convertido en smbolo de justamente, rapidez, satisfaccin del hambre, comodidad de precios, disponibilidad al alcance de la mayora de personas, diversin y entretenimiento para los nios, pero por otro lado, simboliza el exceso, la obesidad, la produccin en serie, los salarios bajos del empleo, etc. La hamburguesa sirve para llenar el estmago pero no para nutrirlo. As como cualquier objeto, la gente compra no porque lo necesita, sino porque tiene el deseo o impulso de consumir. Es as como la sociedad aprovecha los estados emocionales e impulsos del pblico para hacernos parte de ese paraso consumista. Eva le pasa una hamburguesa a Adan porque debe consumirlo como el resto, porque al consumirlo ser parte de la felicidad momentnea de estos tiempos, en donde ya no importan las relaciones interpersonales, sino el individualismo, y todo es tan superficial como el mismo acto de consumir, acto tan montono como los productos dispuestos en serie en las gndolas de los supermercados. Sin las marcas o los productos, estamos expuestos y desnudos, porque despus de todo eso es realmente lo que somos: cuerpos desnudos sin ropas de marca o productos. As, en esta obra Adn y Eva se muestran completamente desnudos; con slo la hamburguesa en las manos, simbolizando el inicio del consumo; el inicio no de la liberacin de la persona y el cuerpo sino el inicio de la esclavitud al consumo de productos banales, al consumo de lo rpido y placentero. Se dice que vivimos en la sociedad de la transparencia. Dice el filsofo italiano Luciano Floridi, que ya es intil hablar del mundo offline y online como dos entornos separados, porque ahora en nuestro siglo XXI, vivimos en la unin de ambos: Onlife; vivimos Onlife (en vida). Todos nuestros actos pertenecen a un gran espectculo en donde todos somos protagonistas y espectadores al mismo tiempo. Somos sujeto y objeto a la vez. Transparentes como el papel que envuelve las hamburguesas de comida rpida. Byung Chul Han, filsofo norcoreano dice: El sistema social somete hoy todos sus procesos a una coaccin sistmica que convierte a la sociedad de la transparencia en una sociedad uniformada.
CREATIVO DIBUJO
Jhonatan Chiong
El consumismo ha producido en nosotros una crisis individual; una crisis de identidad y
despersonalizacin inconsciente. En estos tiempos somos lo que consumimos. Los jvenes ahora no leen, pero se sienten vivos haciendo cosas superficiales; viven virtualmente, pero viven un mundo superficial donde todo debe ser excesivamente positivo; todo me gusta como en el Facebook, porque el mundo no quiere cosas negativas, sino caramelos, caramelos sin envolturas, as nos lo comemos ms rpido. La actual sociedad positiva evita la negatividad y por el contrario quiere fast food, quiere diversin. Nos muestra productos que nos dan placer, alegra, entretenimiento. El nuevo hombre teclea, no acta, deca Byung Chul Han. Compra, consume, ya no reflexiona, ni piensa, slo busca felicidad momentnea, placer. Somos Adn y Eva del siglo XXI. Nos rebelamos ante la abstencin del consumo del rbol de la sabidura para ser tentados por el placer, la curiosidad, y somos desterrados del jardn del conocimiento al paraso consumista donde somos esclavos del mercado. Donde como una especie de castigo, a lo Adn y Eva, somos partcipes del crculo vicioso del vivir para trabajar, trabajar para consumir, consumir para ser felices y ser felices por momentos hasta envejecer y morir. Desterrados de la sabidura, de la razn y enterrados en la era digital de nuestro siglo, en el individualismo y el consumismo propio de una sociedad que nos tienta a ser parte del placer materialista y hedonista.