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BOLIVARIANA DE VENEZUELA
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
SALA PLENA ACCIDENTAL
PETITORIO,
Por todo lo anteriormente expuesto, en mi carácter de Fiscal General de la
República, solicito de ese Tribunal Supremo de Justicia que, con vista al
contenido del expediente signado con el No. F5TSJ‑01‑002, contentivo
de la
averiguación previa hecha con ocasión a los hechos acontecidos los días 11, 12 y
13 de abril del presente año, DECLARE, QUE HAY MERITO PARA EL
ENJUICIAMIENTO DE
LOS CIUDADANOS EFRAIN VÁSQUEZ VELAZCO, venezolano, mayor de edad,
portador de 1a
cédula de identidad Nro. V‑4.023.794, natural de Caracas, de estado civil
casado, de profesión militar en servicio activo, actualmente con el rango de
General de División del componente ejército de la Fuerza Armada Nacional; HÉCTOR
RAMÍREZ PÉREZ, venezolano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad No.
V2.814.408, natural de Caripito, Estado Monagas, de estado civil casado,
residenciado en la Avenida Principal de. Los Naranjos, Residencias Visa Bella,
piso 1, Apto. 1‑B, Urbanización Los Naranjos, Caracas, y de profesión militar
en
servicio activo, actualmente con el rango de Vicealmirante del componente Armada
de la Fuerza Armada Nacional; PEDRO PEREIRA OLIVARES, venezolano, mayor de
edad,
portador de la cédula de identidad Nro. 4-064.333, natural de Carora, Estado
Lara, de estado civil casado, residenciado en Calle San José, Residencias La
Colina, Torre B, P.H. 4, Urbanización Colinas de la California, Caracas, y de
profesión militar en servicio activo, actualmente con el rango de General de
División del componente ejército de la Fuera Armada Nacional; DANIEL LINO JOSÉ
C0MISSO URDANETA, venezolano, mayor de edad, portador de la cédula de
identidad
No. V‑ 3.793.306, natural de Caracas, de estado civil casado, residenciado en
Fuerte Tiuna, Viviendas de Guarnición, General en Jefe Justo Briceño, Town House
No. 4, Urbanización El Valle, Caracas, y de profesión militar en servicio
activo, actualmente con el rango de Contralmirante del componente Armada de la
Fuerza Armada Nacional, contra quienes presento formal QUERELLA, de conformidad
con la exigencia legal para los efectos del antejuicio de mérito, por la
comisión del delito de REBELIÓN, previsto en el ordinal 1° del artículo 476 del
Código Orgánico de Justicia Militar, el cual fue cometido en el lugar, fecha y
circunstancias que se dejan expuestas en el desarrollo de este escrito; y que,
al decidir que hay mérito para sus enjuiciamientos, se hagan las participaciones
previstas en nuestro ordenamiento jurídico a los fines previstos en la normativa
correspondiente.
Señor Presidente de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, señores
Magistrados, la decisión es de ustedes y también la responsabilidad."
CAPÍTULO PRIMERO
Convocada la Sala para discutir y votar la ponencia del Magistrado LUIS MARTÍNEZ
HERNÁNDEZ, ésta no alcanzo la mayoría necesaria por lo cual se reasignó la
ponencia en el Magistrado ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS, quién presentó su
proyecto, el cual corrió la misma suerte que el anterior, razón por la cual se
reasignó en el Magistrado que con tal carácter suscribe y, siendo la oportunidad
para decidir, la Sala pasa a hacerlo en los términos siguientes:
II
NATURALEZA JURÍDICA DEL ANTEJUICIO DE MÉRITO
En la página 85 de su querella, el Fiscal General de la República manifestó:
"En los distintos recaudos a los que se ha hecho referencia en este escrito, hay
contradicciones fundamentales que deben ser aclaradas ante el derecho (sic) y
ante la conciencia ciudadana de Venezuela en una exhaustiva investigación".
"La Sala estima necesario dejar sentado que, de conformidad con la disposición
prevista en el artículo 377 del Código Orgánico Procesal Penal, el antejuicio de
mérito es un procedimiento penal especial que, instaurado en virtud de la
querella del Fiscal General de la República y conducido por el principio del
contradictorio, tiene por objeto declarar la certeza de si hay o no mérito para
el enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado a los que se refiere el
ordenamiento constitucional de la República; que la disciplina normativa acerca
del antejuicio de mérito debe ser interpretada a la luz del nuevo orden
constitucional; que la querella fiscal debe fundarse en prueba suficiente,
motivo por el cual su instauración debe ser precedida por una actividad de
investigación, conducida por el Ministerio Público, durante cuyo desarrollo debe
respetarse íntegramente al imputado su derecho constitucional a la defensa, a
tenor de la disposición prevista en el artículo 49, ordinal 1, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la forma y condiciones
previstas en los artículos 313 y siguientes del Código Orgánico Procesal Penal;
y que el juicio sobre la prueba debe constituir el fundamento principal de la
determinación acerca de si hay o no mérito, es decir, acerca de si hay o no
lugar al enjuiciamiento."
"Es por lo anterior que según mi opinión, el Fiscal General, en vez de plantear
el asunto como una pesquisa, a fin de precisar pruebas que indicaran la comisión
de ese delito, desvió el propósito y contenido que debe tener una querella y
presentó de una vez, una serie de evidencias precalificando los delitos que se
deducían como cometidos.
En realidad el Fiscal General no realizó una investigación preliminar, sino que
se fue al fondo del asunto presentando de una vez parte de aquello que debía ser
objeto de la investigación y del juicio, lo cual correspondía hacer una vez que
eventualmente se decidiera que había mérito para el enjuiciamiento.
....
Lo anterior desvió lo que debía ser el objeto de la decisión del Tribunal que
era pronunciarse acerca de si había o no mérito para ordenar abrir la
averiguación, y no lo que decidieron: si estaba o no comprobada plenamente la
perpetración de los delitos señalados por el Fiscal y si el Sr. MIQUILENA estaba
incurso en ellos."
....
La respuesta correcta es examinar todas estas interrogantes después de una
investigación exhaustiva de esas situaciones. La solución acertada, era
convencerse de que no estábamos juzgando a una persona, sino examinando unos
hechos para determinar si ellos indicaban la posible comisión de delitos y que
si ética o moralmente tales situaciones o hechos no eran aceptables, esto
necesariamente hubiera creado una conexión con el mundo del derecho, y
específicamente, con un tipo penal que sancione tal conducta, como la
disposición 72 transcrita, puesto que como lo piensa Ronald Dworkin, se debe
partir del presupuesto de que el razonamiento moral se caracteriza por la
construcción de un conjunto consistente de principios que justifican y dan
sentido a nuestras instituciones".
III
MATERIA DE LA DECISIÓN
Es decir, que, por propio requerimiento del querellante, quedó excluida del
ámbito de decisión de esta Sala una de las figuras rectoras, (sostener)
establecidas en el artículo 476, ordinal 1, del Código Orgánico de Justicia
Militar, por lo cual se estrecha sensiblemente la competencia de esta Sala a la
sola determinación de los méritos suficientes para el enjuiciamiento o no de los
imputados por el delito de rebelión, consecuencia de acciones suyas consistentes
en promover o ayudar, quedando excluido lo relativo a sostener un movimiento
armado destinado a alterar la paz interior de la República o a impedir el
ejercicio del Gobierno, por cuanto no hay en la querella ninguna imputación en
tal sentido, sino, por el contrario, expresamente se le soslayó.
En conclusión, la Sala debe limitar su decisión a verificar si de los elementos
probatorios traídos por el Fiscal General se desprende que, en las
circunstancias de tiempo y lugar expuestos en la querella, aparecen méritos para
el enjuiciamiento de los imputados por el delito de rebelión, en sus
manifestaciones de promover o ayudar cualquier movimiento armado para alterar la
paz interior de la República o para impedir o dificultar el ejercicio del
gobierno.
IV
PUNTOS PREVIOS
Previamente a cualquier decisión de fondo acerca de la declaratoria de si hay
o no méritos para el enjuiciamiento de los ciudadanos señalados por el Fiscal
General de la República en su referido escrito, debe esta Sala dilucidar una
serie de puntos previos planteados por la defensa en la oportunidad cuando tuvo
lugar la audiencia oral y pública del presente procedimiento, lo que pasa a
hacer de la siguiente manera:
PRIMERO
LAS RECUSACIONES FORMULADAS AL CIUDADANO FISCAL GENERAL DE
LA REPUBLICA
Como puede verse una vez dictada una sentencia o auto, la decisión no puede ser
revocada ni reformada por el tribunal que la dictó -tal y como lo pretende el
solicitante al requerir la nulidad antes dicha-, a menos que sea admisible el
recurso de revocación, recurso este que no procede en caso por cuanto sólo está
concedido para los fallos de mero trámite, según el artículo 444 eiusdem y,
además, por la prohibición que contiene el artículo 1 de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia, el cual es del tenor siguiente:
Artículo 1. La Corte Suprema de Justicia es el más alto Tribunal de la República
y la máxima representación del Poder Judicial. Contra las decisiones que dicte
en Pleno o en alguna de sus Salas, no se oirá ni admitirá recurso alguno."
SEGUNDO
TERCERO
NULIDAD DE LAS DECLARACIONES RENDIDAS POR FUNCIONARIOS DEL
EJECUTIVO NACIONAL
CUARTO
NULIDAD DE LA QUERELLA POR FUNDARSE EN UN PROCESO PENAL
DECLARADO NULO
En cuanto a este pedimento, observa la Sala que si una querella tiene su base en
una averiguación o en un proceso investigativo declarado nulo, ello podrá ser
causa de la desestimación o improcedencia de dicha querella, pero nunca de su
nulidad. Mutatis mutandi, puede decirse que si una demanda esta acompañada con
un instrumento fundamental, es decir, aquél del cual se deriva inmediatamente la
acción deducida y dicho documento resulta nulo, como por ejemplo, la letra de
cambio que no llena los requisitos establecidos en los artículos 410 y 411 del
Código de Comercio, tal nulidad podrá conducir a la declaratoria sin lugar de la
pretensión, pero jamás a la nulidad del libelo contentivo de esa pretensión.
QUINTO
INCONSTITUCIONALIDAD DEL ARTÍCULO 476 DEL CÓDIGO ORGÁNICO DE
JUSTICIA MILITAR
v
IMPUTACIÓN DEL FISCAL
La única imputación que atribuyó el Fiscal General de la República a los
oficiales generales o almirantes, cuyo enjuiciamiento pidió es la de haber
cometido, en su opinión, el delito que establece el artículo 476, ordinal 1, del
Código Orgánico de Justicia Militar, el cual, como ya se dijo, dispone lo
siguiente:
Para que una determinada conducta del hombre pueda reprocharse en el mundo del
derecho penal, es menester que esa conducta pueda subsumirse perfectamente en el
supuesto de hecho o descripción del tipo que la ley ha dado. Es decir, esa
conducta debe encajar milimétricamente, tal y como casa el tornillo en la
tuerca, el dedo en la sortija, la bala en el calibre, en el supuesto de hecho
que el órgano legislativo ha establecido como criminoso.
En este orden de ideas, advierte la Sala que la defensa de los imputados hizo
valer el argumento de que el delito de rebelión militar no tiene pena
establecida en el artículo 476 del Código Orgánico de Justicia Militar, o lo que
es lo mismo, que dicha norma es una de aquellas que se conocen como imperfectas,
por cuanto si bien establece una conducta reprochable, no consagra el castigo
que deba tener como consecuencia del ejercicio de esa acción.
El artículo 476 del Código Orgánico de Justicia Militar define dos supuestos de
hecho para la rebelión militar: el primero es "promover, ayudar o sostener
cualquier movimiento armado para alterar la paz interior de la República o para
impedir o dificultar el ejercicio del Gobierno en cualquiera de sus poderes". El
segundo es "cometer, durante una guerra civil, para favorecer al enemigo de la
legalidad, cualquiera de los hechos enumerados en los ordinales 26°, 27°, 28° y
29° del artículo 464, en cuanto sean aplicables".
Los artículos 477, 478 y 479 eiusdem, conforman, pues, tipos autónomos de
rebelión, los llamados cualificados o agravados, que deben partir de una
descripción básica (precepto), destinada a establecer conductas, igualmente
distintas y autónomas con caracteres y penalidades propias. Así, el artículo 477
requiere, en su primera parte, el componente típico que está dado por la
expresión presencia del "enemigo extranjero" (referencia objetiva) y la
"adhesión a la rebelión". El artículo 478 hace referencia a la "presencia del
enemigo rebelde" (elemento normativo) y el artículo 479 establece textualmente:
"en todos los demás casos de rebelión militar la pena será de veinticuatro (24)
a treinta (30) años de presidio para las personas comprendidas en el ordinal 1°
del artículo 477 y de veintidós (22) a veintiocho (28) años de presidio para las
comprendidas en el ordinal 2° del citado artículo". Como puede verse, esta norma
no se refiere para nada al ordinal 1 del artículo 476 citado.
b
No obstante, estima esta Sala que el artículo 479 eiusdem resulta inaplicable en
concordancia con el artículo 476, ordinal 1, ibidem, por cuanto entre ambas
disposiciones legales falta una identidad esencial como lo es la de la
incriminación. En efecto, al remitirse al artículo 477 del CÓDIGO ORGÁNICO DE
JUSTICIA MILITAR, el artículo se está refiriendo, necesariamente a quienes
actúan en calidad de iniciadores, directores o jefes de la rebelión, en tanto
que el artículo 476 ordinal 1 eiusdem describe como supuestos de hecho los de
"promover, ayudar o sostener cualquier movimiento armado para alterar la paz
interior de la República o para impedir o dificultar el ejercicio del Gobierno
en cualquiera de sus poderes". En otros términos, vistos los verbos rectores de
los supuestos de hecho en una y otra disposición se concluye que son acciones
que no sólo no son equivalentes sino que, en el caso específico de la ayuda a la
cual se refiere el artículo 476 ordinal 1, sería más bien un supuesto de
complicidad (Código Penal artículo 84, ordinales 1° y 3°), y ello es francamente
antitético con una actividad de dirección o jefatura. En este orden de ideas y
para reforzar el criterio de la inaplicabilidad de las penas que dispone en el
artículo 479 del CÓDIGO ORGÁNICO DE JUSTICIA MILITAR a los tipos legales del
artículo 476 ordinal 1 eiusdem, bastaría con preguntarse ¿cuál sería la pena
aplicable a quién ayude pero no sea iniciador, director, ni jefe de la rebelión?
Desde luego que tal vacío legal de la disposición referida (artículo 476,
ordinal 1) no puede ser subsanado por interpretación analógica por cuanto ello
entraría en colisión con el principio de legalidad antes señalado, el cual
supone, además, que los componentes punibles sean concebidos en forma precisa.
Lo contrario conduciría a una aplicación analógica in malam partem, en
condiciones similares a las establecidas en el Código soviético de 1926 y
nacional socialista alemán de 1935.
No puede olvidarse que nuestro actual sistema procesal penal es acusatorio y que
el juez no puede sustituir al Ministerio Público en el ejercicio de la acción
penal. En consecuencia, como no contiene pena o sanción alguna el comportamiento
que describe el referido ordinal 1 del artículo 476, único en el cual el
ciudadano Fiscal General de la República fundamentó su calificación jurídica, no
puede ser procedente la declaratoria de mérito para el enjuiciamiento penal que
solicitó dicho funcionario. Así se declara.
CAPÍTULO SEGUNDO
ANÁLISIS DE LOS HECHOS
PRIMERO
LA IMPUTACIÓN
I
El Fiscal General dijo: "Se le (sic) imputa a los mencionados ciudadanos, la
comisión de hechos delictuosos, los cuales determinaré en el texto de esta
solicitud".
Seguidamente, reseñó los titulares del diario "El Universal" del 10/04/02.
Que, en esa alocución, el Presidente indicó que sólo dejaría el poder conforme a
los términos establecidos en la Constitución y que hizo un llamado a la
responsabilidad y a no caer en provocaciones de sectores que acusó de
"terroristas y subversivos".
Que, a partir de las 4:35 p.m., fueron saliendo del aire las televisoras
privadas por decisión oficial, pero que la colectividad observaba el desarrollo
de los acontecimientos a través de los sistemas de canales por suscripción.
Que cuando la marcha arribó a las inmediaciones del Palacio de Miraflores fue
contenida por un "cordón humano de seguridad" de la Guardia Nacional y que,
luego, algunas personas empezaron a disparar con armas de fuego desde distintos
puntos, entre éstos, Puente Llaguno, Edificio La Nacional y las escalinatas de
El Calvario.
Todo lo anterior consta entre los folios 2 y 15 de la querella del Fiscal, ambos
inclusive.
" El primer vocero de este mensaje fue el Vicealmirante HÉCTOR RAMÍREZ PEREZ,
Jefe del Estado Mayor General de la Armada, quien aparece acompañado de los
Contralmirantes DANIEL LINO JOSÉ COMISSO URDANETA (Jefe de Planificación
de la
Inspectoría General de la FAN) y FRANCISCO NORIEGA ( Jefe de Logística del
estado Mayor General de la Armada); los Generales de Brigada de la Guardia
Nacional MARCO FERREIRA TORRES (Director de ONIDEX), OSCAR JOSÉ
MARQUEZ
(Agregado Militar en Colombia) y RAMÓN LOZADA (Jefe de la Guardería del
Ambiente); los Generales de Brigada del Ejército VIDAL RIGOBERTO MARTÍNEZ
(Jefe
del Comando Logístico del Ejército) y HENRY LUGO ( Inspectoría de la FAN). Por
el componente Aviación aparecieron los Generales de Brigada CLINIO RODRÍGUEZ
Y
PEDRO PEREIRA".
Luego, indicó que, a las 9:00 p.m., el Comandante General del Ejército, General
de División EFRAÍN VÁSQUEZ VELAZCO, fijó posición ante los medios televisivos
del país y transcribió parcialmente el contenido de su alocución.
Siguió diciendo que, a las 3:15 a.m. del 12 de abril de 2002, el componente de
la Armada se sumó a los pronunciamientos de las otras Fuerzas y transcribió
parcialmente el comunicado del Inspector General de la Armada, Vicealmirante
VICENTE QUEVEDO.
Indicó que los hechos antes narrados, a juicio del ciudadano JOSÉ VICENTE
RANGEL, estaban vinculados con un movimiento que pretendía la salida
inconstitucional del ciudadano Presidente de la República HUGO RAFAEL CHÁVEZ
FRÍAS, (subrayado de la Sala).
II
Para demostrar lo relativo al particular i,. el Fiscal General hizo valer los
vídeos y transcripciones, así como periódicos que acompañó a la querella; para
probar lo relativo al particular ii, el Fiscal hizo valer los vídeos anexos al
expediente así como la entrevista realizada por el Ministerio Público al
Presidente HUGO CHÁVEZ FRÍAS, la declaración del General ISMAEL HURTADO
SOUCRE,
quien señaló que se dirigió al Comando General del Ejército para hablar con el
General VÁSQUEZ VELASCO y se consiguió con una situación de desobediencia y de
no reconocimiento de la autoridad del Alto Mando Militar y, para evidenciar lo
relativo al particular iii, el Fiscal hace valer la boleta de ingreso del
Presidente HUGO CHÁVEZ al Centro de Reclusión, por instrucciones del Comandante
General del Ejército, la cual corre inserta al folio 325 de la segunda pieza del
expediente.
PRIMERO
PRONUNCIAMIENTOS DE LOS IMPUTADOS
No obstante, no puede escapar a esta Sala Plena que un día antes de ese
pronunciamiento, el 10 de abril de 2002, refiriéndose a lo que sucedía con la
concentración en PDVSA citada por el Fiscal, el General Damiani Bustillos, tal y
como consta al folio 250 de la segunda pieza, había dicho:
Una vez llegada la marcha a las cercanías del Palacio de Miraflores y producidos
los primeros hechos de violencia es cuando se produce la actuación del
componente Guardia Nacional, en la cual el General de División CARLOS ALFONSO
MARTÍNEZ expuso que, un día antes, se había discutido en el Comando de su
fuerza la participación que ella debía tener, ya que sólo cuando se rebasa la
actuación de la policía uniformada es cuando la Guardia interviene "...en
representación de la Fuerza Armada, de garantizar ese orden..."
Dijo que en la mañana de ese día una marcha "...con una inmensa cantidad de
venezolanos salieron en forma pacífica a hacer unos planteamientos" y que
"...durante el desarrollo de toda la marcha '...hubo un comportamiento cívico de
altura. No hubo alteraciones del orden público ni hechos de violencia...'...".
En este sentido, es bueno reiterar que para poder punir a cualquier ciudadano es
preciso, además del accionar suyo, la intencionalidad, desde luego que si ella
no existe o si esa persona actúa convencida de la legitimidad de su proceder
faltaría el elemento subjetivo del tipo penal.
Asimismo, dijo que existían grupos armados bolivarianos que ofendían el nombre
del Libertador, porque pregonan la maldad y utilizan armas (delitos según la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela) y se utilizaron oficiales
de la Fuerza Armada Nacional con fines políticos. Por ello, consideró se había
manchado el honor de la Fuerza Armada Nacional, perdido la identidad con los
uniformes y violentado la autoridad del Comandante del Ejercito al recibir un
subalterno del citado General Vásquez ordenes directas del Presidente de la
República. Le pidió perdón al pueblo por los sucesos acaecidos porque la Fuerza
Armada Nacional no cumplió su cometido porque creyeron que dicha Fuerza no era
para agredir al pueblo, ni para combatirlo.
A las 02:30 a.m., del 12 de abril de 2002, el General en Jefe Lucas Rincón
Romero se dirigió al País y tal como narró el Fiscal General, leyó una alocución
donde dijo:
Los miembros del alto Mando Militar, a partir de este momento ponemos nuestros
cargos a la orden, los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados
por la nuevas autoridades.
(Resaltados de la Sala).
Tal comunicado, emanado del Alto Mando Militar, tiene que ser interpretado en el
sentido de que ese Alto Mando Militar tampoco estaba de acuerdo con la
implementación de las actividades denunciadas por los imputados y que, además,
también hacía responsable al Presidente de la República de tales circunstancias,
al punto de que le solicitó su renuncia.
El 12-04-2002 a las 3:15 a.m., es decir, casi una hora después de la alocución
del General Lucas Rincón, anunciando la renuncia del Presidente de la República,
el Almirante Vicente Quevedo (Inspector General de la Armada) se pronunció
lamentando profundamente los hechos violentos y trágicos acaecidos ese día y se
sumó al profundo sentimiento de tristeza que embargaba al pueblo venezolano,
respaldó las declaraciones de los demás componentes y su apoyo a la sociedad
civil. Hizo un llamado a la calma.
Por todo lo anterior no queda otro camino sino concluir en que tales eventos
fueron de tal gravedad que pudieron justificar la conducta de los imputados al
creer razonablemente, que era lícita su forma de proceder.
Subraya la Sala que ninguno de los pronunciamientos de los imputados fue puro y
simple con la intención de impedir o dificultar el ejercicio del gobierno sino
que cada uno de ellos tuvo como causa los hechos de violencia que se estaban
produciendo en el país, como consecuencia de la citada marcha y la
implementación del Plan Ávila.
"... Por ello hay en esa descripción típica elementos objetivos que faltan en la
conducta que se solicita investigar y también un elemento subjetivo de lo
injusto, no únicamente referido al dolo sino también al fin. Por esto hay un
elemento subjetivo finalístico dentro del tipo o un elemento subjetivo. Y si tal
elemento no es reproducido por el proceder del sujeto activo del delito,
estaríase en presencia de un aspecto negativo de la tipicidad: la ausencia de
tipo, enunciada como principio substancial en el artículo l° del Código Penal:
...omissis....
" Tal ausencia de tipo pudiere ser entendida más bien como una ausencia total de
tipo o una atipicidad general y completa, porque faltan varios de los caracteres
o elementos típicos de la descripción hecha en la ley del delito
correspondiente. Si se trata de indagar en el ánimo del agente y de comprobar
cognoscitivamente los elementos subjetivos del tipo, se ve que allí no había
malignidad, sino el convencimiento de que su conducta era lícita porque ya había
vendido sus acciones o, por lo menos, y esto si es indiscutible, creyó que las
había vendido".
Por otra parte, para que tales hechos pudieran encuadrar en la descripción dicha
es preciso el elemento finalístico; es decir, que las alocuciones tuvieren como
fin promover o ayudar un movimiento armado para alterar la paz interior de la
República o para impedir o dificultar el ejercicio del Gobierno.
En este sentido, se observa que el único de los imputados que tenía mando
efectivo de tropas ordenó a todos sus comandantes de batallones, brigadas y
divisiones que permanecieran en sus unidades y que eso no era un golpe de estado
ni una insubordinación, sino que lo que hizo fue desconocer la orden dictada por
el Presidente de la República de aplicar el Plan Ávila, por cuanto, según él,
resultaba contrario a la protección de los derechos humanos de la ciudadanía y
ello significaría una masacre.
Luego, si el único que tenía mando de tropa ordenó a esa tropa que permaneciera
en sus unidades y les aclaró que no era golpe de estado ni insubordinación, para
los otros, por carecer de mando de efectivos militares resultaba imposible la
comisión del delito que se le imputó sin que pueda la Sala, referirse a ningún
otro tipo de calificativo de su conducta que tenga que ver con un supuesto
diferente al señalado por el Fiscal.
La conclusión única, entonces, tiene que ser la de que las acciones por las
cuales se pretende enjuiciar a los oficiales preidentificados no se realizaron
con la intención de alterar la paz interior o la de impedir o dificultar el
ejercicio del gobierno sino, exactamente, para tratar de restablecer esa paz
interior rota por factores y elementos ajenos a los imputados.
SEGUNDO
SOLICITUD DE RENUNCIA BAJO COACCIÓN
Como puede verse no se señaló específicamente a alguna persona sino que dijo que
todos asumieron algo y esto no puede bastar para dar por demostrada una
situación tan grave como la que se les imputa.
Sigue la declaración:
A la pregunta ¿ Le mencionó el General Lucas Rincón algún nombre de las personas
que estaban presionando ? respondió: "No, entiendo que todo ese grupo que estaba
allá, como 40 Generales , Almirantes..." (...) Bueno fíjense entonces, es allí
cuando en ese marco de cosas, cuando Lucas hace su aparición, incluso yo le
dije que la renuncia mía es la del él y la del Alto Mando..."
"Bueno recuerdo que llegan entonces, permito que pasen los generales que se
habían manifestado contra el gobierno, ellos pasaron, El general Damiani
Bustillo, el general Camacho Kairuz, estos dos de la Guardia Nacional y uno del
Ejército llamado Narváez y otros más, eran tres que recuerdo y ellos si vinieron
a decirme con mucho respeto usted es el Presidente de la República nosotros
queremos respetarle su investidura y queremos facilitar esto, pero allá en
Fuerte Tiuna, hay una cosa de conflicto, unos que si unos que no, incluso ellos
venían con la idea de que yo aceptara ir en un helicóptero a Maiquetía, yo le
digo no vale de esa manera no, yo quiero que ustedes se pongan de acuerdo, yo no
pudo irme del país como si nada, (...) no hubo forma de convencer a nadie, así
que ellos vuelven a llamar y dicen que no hay condiciones, que creo si en diez
minutos yo no salía de allí para allá, tenían una columna de tanques ya listos
para bombardear el palacio (...)
Dijo que "ellos vuelven a llamar" pero sin especificar quiénes son ellos, desde
luego que no pueden ser los antes nombrados y "ellos" dicen que tenían una
columna de tanques.
Siguió diciendo que salieron de Palacio a las cuatro de la mañana, pero, resulta
que, desde hora y media antes ya el pueblo venezolano y la comunidad
internacional estaban convencidos de que en Venezuela el Presidente había
renunciado y no se explica cómo se presiona para que renuncie a quien ya lo
hizo.
Continúa:
"... y es así como salimos de aquí creo que a las cuatro de la mañana ir a
Fuerte Tiuna (...) conmigo van los conductores de aquí, íbamos en caravana, iba
el General Rosendo en la parte delantera, iba el General Hurtado a mi derecha,
iba yo en el centro, iba el Mayor Suárez Churio, mi escolta personal en la parte
izquierda, yo iba uniformado (...) ahí estaban muchos generales, almirantes y
estaban allí los obispos Baltarzar Porras y Azuaje (...) El General tomó la
palabra una vez que yo me siento, es el General de Cavim Fuenmayor León, él toma
la palabra, entiendo que lo designaron y hace una exposición y me dice bueno
señor Presidente lo hemos llamado, fue respetuoso de verdad, para que usted
bueno firme aquí la renuncia y me vuelven a poner entiendo que es la misma
hoja, y ni la leí, la vi que pusieron ahí y me dicen bueno es lo más
conveniente para el país, le agradecemos su gesto, que se yo, todas esas cosas,
entonces yo le digo mira Fuenmayor, y le hablé a todos, recuerdo que le hablé a
todos, yo en esas condiciones, así yo no voy a renunciar a la Presidencia."
Se refiere al General Fuenmayor y, además, repite que fue respetuoso, lo cual,
aparte de no ser imputado este General, aleja la idea de la coacción.
"...así que ni siquiera me pongan esta hoja aquí, yo les voy a repetir y les
repetí las condiciones, una, dos, tres, cuatro y además, si me quieren oír y
empecé a darles mas orientaciones, tengan mucho cuidado con lo que va a pasar
aquí, el pueblo, hay un pueblo, ahí hay una Constitución ahí hay unos oficiales
por ahí, tengan mucho cuidado, manejemos bien esta situación, yo estoy
diciéndoles eso y recuerdo que me interrumpen de una manera altanera, es la
palabra, el general González González (...) y me dice no aquí no hemos venido a
discutir nada, .." agregó que se quedó con el obispo Baltazar Porras y el
Obispo Azuaje y el General Vietri Vietri paso un tiempo y volvieron a insistir.
"...ahí esta la renuncia, usted tiene que firmar la renuncia... manifestó que
tomó la palabra un general de División de la Guardia Nacional, no recordó su
nombre y dijo: "...nosotros no podemos aceptar que el se vaya del país, porque
como le vamos a explicar al pueblo después, por permitirnos que se fuera un
asesino, o quien produjo todas estas muertes..."
Lo anterior evidencia que, entre los militares, existía malestar por lo que
consideraron un genocidio imputable al Presidente y ello robustece lo antes
expuesto pero, además, de quien se considera prisionero es de ese oficial no
identificado y del General González, cuyas conductas son ajenas también a este
decisión por cuanto el Fiscal General la limitó, se repite una vez más, a los
cuatro imputados.
Aún cuando lo anterior basta para poner en evidencia que los imputados no son
responsables de haber ejercido coacción sobre el Presidente, la Sala pasa a
referirse a declaraciones de los protagonistas de esos hechos, así:
Siguió diciendo que, entre el grupo de los Generales que estaba en el Fuerte
Tiuna, se encontraban los Generales Vásquez, Romel Fuenmayor, Medina Gómez,
Néstor González, Lugo Peña, Pereira, el Almirante Ramírez y el General Martínez,
entre otros.
Es en este momento, cuando por primera vez mencionó a los oficiales contra
quienes se pidió enjuiciamiento; pero no escapa a la Sala que el declarante
estaba en Miraflores y se refería a personas que estaban en el Fuerte Tiuna. Es
decir, habla de algo que no estaba presenciando sino que presumía o creía lo que
afirmaba, pero no le constaba.
Además, se refirió a que se les amenazaba con los tanques del Batallón Ayala,
con lo cual era imposible de materializar alguna amenaza como se verá en la
declaración del Ministro Iztúriz.
Observa la Sala que la hora indicada por el declarante, como de salida del
Presidente de Miraflores como consecuencia de las amenazas a las que hizo
mención, es posterior al momento cuando el General en Jefe había anunciado su
renuncia.
Mencionó igualmente que se le amenazó con los tanques del Batallón Ayala y como
antes quedó dicho con la declaración del Ministro ISTURIZ se evidenció que tal
amenaza era inejecutable. (folios 409 al 416 de la pieza 2 de la querella)
La ciudadana María Cristina Iglesias, en entrevista en el despacho del Fiscal
General de la República, con las fiscales comisionadas en fecha 25 de abril de
2002 se refiere a "los oficiales" sin identificar a ninguno de los imputados. En
efecto, manifestó:
En fecha 5-5 del 2002, Monseñor Baltazar Porras se entrevistó con las Fiscales
ante el Tribunal Supremo de Justicia, en la sede de la Conferencia Episcopal y
manifestó que el Presidente dijo:
Aseguró que, después de aproximadamente una hora, los Generales manifestaron que
no le podían permitir la salida porque la responsabilidad iba a recaer sobre las
Fuerzas Armadas.- (folios 227 al 230 del Expediente, Pieza 2).-
En el acta de entrevista a Monseñor Baltazar Porras, del mismo 5 de mayo del año
2.002, realizada en la sede de la Conferencia Episcopal, se lee a la letra:
No se puede pasar por alto que este Ministro, militar retirado, calificó la
acción como desobediencia.
Dijo también que el General Medina Gómez amenazó con enviar los Batallones Ayala
y Bolívar contra el Palacio de Miraflores. El Presidente decidió dirigirse al
Fuerte Tiuna, lo acompañaron el General Hurtado, el General José Aquiles Vietri
Vietri y él hasta donde se encontraba Monseñor Baltazar Porras en la Comandancia
General del Ejercito. Allí el General Fuenmayor le colocó la carpeta con el
decreto de renuncia y le manifestó que debía firmarlo y sería juzgado en el
país. El Presidente se negó a firmarlo, ante esta situación el General Vásquez
Velasco decidió dejarlo "bajo protección".- (folio 37 y 38 de la querella
Fiscal).-
TERCERO
DETENCIÓN ILEGAL DEL PRESIDENTE
Señaló el Fiscal que ante la negativa del Presidente HUGO CHAVEZ a presentar la
renuncia del cargo optaron por la detención ilegal del mismo y señaló como
prueba la boleta de ingreso al Centro de Reclusión, la cual corre inserta al
folio 325 de la segunda pieza del expediente.
A este respecto observa la Sala, que en la misma boleta se señaló como fecha de
ingreso las 6:00 a.m. del día 12 de abril de 2002, y es de todos sabido,
aceptado por tirios y troyanos que horas antes, es decir, a las 2:30 a.m. de ese
día el General en Jefe LUCAS RINCÓN leyó un comunicado en el cual dijo:
Los miembros del alto Mando Militar, a partir de este momento ponemos nuestros
cargos a la orden, los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados
por la nuevas autoridades.
Por otra parte, el General Vásquez Velazco en todo momento negó haber ordenado
la detención del presidente Hugo Chávez y observa la Sala que la referida boleta
no aparece firmada por ese imputado; boleta que, además, fue expresamente
impugnada por la defensa de dicho oficial porque éste no la había firmado.
CAPITULO TERCERO
EL GOBIERNO PROVISORIO
También es sabido que esta persona, la tarde de ese día prestó juramento e hizo
público un Decreto por el cual asumió la presidencia de la Nación, destituyó a
los componentes de los poderes públicos y cambió el nombre de la República,
entre otras cosas.
Ahora, como ya se dijo, una vez que se anunció por el General en Jefe la
renuncia del Presidente y del Alto Mando Militar, todo el país tenía el derecho
y la obligación de creer, tal y como sucedió con la OEA, que en Venezuela
existía crisis en el poder ejecutivo por carencia de titular de la Presidencia.
Fue en esas condiciones cuando los militares anunciaron el nombramiento del
Presidente provisorio.
Por lo que respecta a que uno de los imputados apareció como Ministro de la
Defensa se observa que si el General en Jefe anunció que el Alto Mando Militar
pondría sus cargos a la orden de las nuevas autoridades, eso se traducía,
necesariamente, en el reconocimiento de esas nuevas autoridades y por tal razón
es imposible reprochar a quien creyó actuar en el mismo sentido de sus
superiores, amén de que en ningún momento se demostró la aceptación del cargo.
En este orden de ideas se ratifica que para que pueda imputarse un hecho
criminoso a una persona no basta con que ella se encuentre presente en el
momento y lugar cuando y donde tal conducta se produzca sino que esa acción
censurable debe emanar de ella.
DECISIÓN
En virtud de las consideraciones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en
Sala Plena Accidental, administrando Justicia, en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, de acuerdo con el numeral 3
del artículo 266 de la Constitución Nacional y con los artículos 377, 379 y 381
del Código Orgánico Procesal Penal, pasa a dictar los siguientes
pronunciamientos: 1) Declara que NO HAY MÉRITO PARA EL ENJUICIAMIENTO
de los
ciudadanos EFRAÍN VÁSQUEZ VELAZCO, venezolano, mayor de edad, portador de
1a
cédula de identidad Nro. V‑4.023.794, natural de Caracas, de estado civil
casado, de profesión militar en servicio activo, actualmente con el rango de
General de División del componente ejército de la Fuerza Armada Nacional; HÉCTOR
RAMÍREZ PÉREZ, venezolano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad No.
V2.814.408, natural de Caripito, Estado Monagas, de estado civil casado, y de
profesión militar en servicio activo, actualmente con el rango de Vicealmirante
del componente Armada de la Fuerza Armada Nacional; PEDRO PEREIRA
OLIVARES,
venezolano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad Nro. 4-064.333,
natural de Carora, Estado Lara, de estado civil casado, y de profesión militar
en servicio activo, actualmente con el rango de General de División del
componente ejército de la Fuera Armada Nacional y DANIEL LINO JOSÉ C0MISSO
URDANETA, venezolano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad No.
V‑
3.793.306, natural de Caracas, de estado civil casado, y de profesión militar en
servicio activo, actualmente con el rango de Contralmirante del componente
Armada de la Fuerza Armada Nacional, que solicitó el Fiscal General de la
República, ciudadano JULIÁN ISAÍAS RODRÍGUEZ DÍAZ; 2) Decreta el
SOBRESEIMIENTO
según el artículo 378 del Código Orgánico Procesal Penal; y 3) como consecuencia
de lo anterior se ordena la suspensión de las medidas de cautela decretadas en
esta causa.
El Primer Vicepresidente El
Segundo Vicepresidente
FRANKLIN ARRIECHE GUTIÉRREZ ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS
Los Magistrados
La Secretaria,
VOTO SALVADO
"Me parece que hasta la mente agudísima de ANTONIO ROSMINI se extravió cuando
quiso tratar el asunto de la filosofía política, sin llegar a conclusiones
satisfactorias. Esto no debe causar extrañeza a quien ve en ese concepto una
contradicción intrínseca, por la repugnancia que impide, como un monstruoso
contubernio, la unión de la filosofía, obra de pura razón, con la política,
abyecto fruto cenagoso del empirismo o del fatal provecho propio, cuya fe no es
sino la negación de toda clase de fe.
¿No será esto lo mismo que tratar de unir a Dios y al demonio? ¿Y no me habría
ocurrido lo mismo a mí, acostumbrado como estoy a someter mis convicciones a
los principios de la justicia absoluta, si a mi vez hubiera intentado acoplar la
política y la justicia? En otro tiempo creí ingenuamente que la política de los
regímenes libres no era la misma política de los déspotas; mas por desgracia mis
nuevas experiencias me han demostrado que siempre y en todas partes, cuando la
política entra por la puerta del templo, la justicia atemorizada huye por la
ventana para regresar a los cielos". (CARRARA, Programa de Derecho Criminal,
Parte Especial, vol. VII, T. 9. 4ta. e., Ed. Temis, p. 524 y 525, Bogotá, 1978).
Tánto es así que, de ser eso verdad, hasta sería un crimen perfectamente típico
del terrorismo indiscriminador, es decir, del terrorismo que no es selectivo al
escoger sus blancos porque ataca blancos civiles y ex profeso asesina inocentes
o no comprometidos o no combatientes.
No aseveré en mi ponencia que así hubiera sido y que los imputados u otros
rebeldes hubieran planeado la masacre y ordenado ejecutarla. (Ni lo asevero
ahora, 14 de agosto de 2002 o el mismo día y a las pocas horas de producirse la
sentencia contra la cual salvo el voto que consignaré en esta misma fecha). Bien
pudiera ser que a las primeras pesquisas esa sospecha se aclarara y
resplandeciera la inocencia de los imputados: acaso se trató solamente de
coincidencias (que en materia penal siempre y en principio deben motivar
suspicacia y ser inquiridas) y hasta de malentendidos o equívocas percepciones;
pero lo que resulta desde todo punto de vista inaceptable, es que no se haya
ordenado una investigación de tan sospechosa situación y que ni siquiera se haya
dedicado una sola línea a un problema que merecía mucho tiento y luengos
párrafos. Insisto en que sólo alerté (en esa ponencia) acerca de una
circunstancia tan confusa como angustiosa, porque, de haberse probado la
existencia de aquellas incongruencias y falsedades, haría surgir "ipso facto"
las más graves sospechas y esto podría conducir al establecimiento de crímenes
de leso Derecho y de las más graves responsabilidades penales. Para todo lo
cual, desde luego, era indefectible ordenar una investigación exhaustiva; pero
no se quiso aceptar ni mi proposición en este sentido ni mi ponencia, pese a la
suma gravedad de lo que advertí.
Tampoco digo con esto que ellos no estuvieron interesados o no lo estén ahora.
Pero pese a que en mi ponencia se enfatizó en una situación tan preocupante, ya
que insistí en ello cuando la expuse de modo verbal, se rechazó por los once
magistrados y sin ni siquiera contradecir o referirse al punto en ningún
momento. Y así la sentencia de la Sala Plena frustró aquel interés global
archilegítimo y privó a Venezuela, al exterior y a ellos mismos, de que se
indagara hasta la saciedad ese conjunto de ultrainquietantes circunstancias y a
la postre recayera una sentencia de fondo al respecto.
Pero si se reduce tal bien jurídico por embutirle al tipo elementos objetivos
extraños al mismo, se produce la desnaturalización de la "ratio iuris" y esto es
rotundo en la fractura de la conexión entre la teoría de la imputación objetiva
y el valor del bien jurídico protegido.
"Artículo 479. En todos los demás casos de rebelión militar la pena será de
veinticuatro a treinta años de presidio para las personas comprendidas en el
ordinal 1º del artículo 477, y de veintidós a veintiocho años de presidio para
las comprendidas en el ordinal 2º del citado artículo.
Rige igualmente en este artículo lo establecido en el Parágrafo Único del
artículo 477".
"Empero, lo que debe quedar muy claro es que en la "mens legislatoris" no estuvo
el querer exceptuar de pena a quienes cometan el delito de REBELIÓN MILITAR. Al
respecto o en la interpretación de los tipos penales, se debe comenzar por un
análisis gramatical; pero teniendo presente que la interpretación teleológica es
la más importante y máxime si hay una obscuridad en la redacción de la ley
penal. Siempre hay que inquirir cuál es el fin de la norma y en este caso es
reputar como delito la REBELIÓN MILITAR y castigarla en todos los casos. (Lo
cual es ordenado expresamente por la propia ley penal y no es alguna
interpretación que ha hecho la Sala Plena). De tal manera que concluir en que no
quiso el legislador que se castigara el delito de REBELIÓN MILITAR, es un
absurdo desde todas las ópticas: ´La letra mata y el espíritu vivifica´."
("littera enim occidit, spiritus autem vivificat", como afirmó el apóstol San
Pablo en su segunda carta a los Corintios: II Cor., III, 6).
No cabe duda de que el delito de rebelión tiene máxima importancia por el valor
y el bien jurídico dañados; pero otra cosa es que se la reconozcan o se la
quieran reconocer. Y aquí, según creo, reside la clave de cómo resolver el
problema interpretativo de la ya célebre pena del delito de rebelión. (Si fuera
verdad que no tiene pena). Y la gran dificultad para la interpretación certera o
el justo reconocimiento estriba, en mi sentir, en que no se hace gravitar ese
bien jurídico y no se le reconoce su justo valor. Esto sucede porque se abandona
el concepto substancial del delito, que consiste en afectar el equilibrio moral
de la sociedad y poner en peligro su conservación y desarrollo, puesto que se
daña la paz social y la seguridad interna del Estado. Todo lo anterior no impide
que, dadas algunas circunstancias, pueda existir el "ius rebelium" o derecho a
la rebelión legítima (tal como lo hice constar en la página 28 -el número de
ésta puede cambiar si esta sentencia se revisa en INTERNET- de mi rechazada
ponencia). Pero eso (en todo caso en que haya habido -como en el presente- una
rebelión militar) tendrá que ser analizado con posterioridad. Entonces se
airearán aspectos como la legitimidad del régimen que se intentó deponer y el
único criterio de validez absoluta al respecto (al menos en democracia)
representado por la voluntad de la mayoría. Así mismo se ha de considerar el
carácter progresista o retrógrado de los cambios pretendidos por los fracasados
rebeldes o impuestos por un eventualmente triunfante nuevo régimen o gobierno de
facto (lo cual no impide que también pueda llegar a tener una legitimidad) y en
este sentido tendrá una máxima importancia el respeto mostrado por los derechos
esenciales o humanos y el trato a los desvalidos, así como la sumisión al Estado
de Derecho. Y así, una vez pesados éstos y otros factores, se podrá valorar en
Derecho Penal si hubo el delito de REBELIÓN o no. Opina JIMÉNEZ DE ASÚA que
si
no se pretenden cambios progresistas, sí habría el delito de rebelión y que
incluso dejaría de ser un delito político para convertirse en uno de índole
común.
Mal se pudo suponer que la ley penal acriminó el delito de rebelión militar pero
que no "quiso" castigarlo y por eso no le atribuyó pena ninguna. Esta
"interpretación" es verdaderamente lamentable (al igual que la hecha en torno al
término "movimiento armado") y sobre el tema (así como sobre el referido al
"movimiento armado") es muy pertinente traer a colación esta ilustración del
sabio JIMÉNEZ DE ASÚA, quien incluso alaba una disposición legal venezolana que
cité en mi ponencia:
Por eso nos parece sobremanera acertada la primera parte del artículo 4° del
Código Civil de Venezuela, cuando dice: 'A la ley debe atribuírsele el sentido
que aparece evidente del significado propio de las palabras, según la conexión
de ellas entre sí y la intención del legislador'.
FROSINI expresa:
CICERÓN expresa:
BETTIOL señala:
A veces hay que calar más hondo y llegar hasta los principios generales del
Derecho para averiguar el fin inminente de éste". (JIMÉNEZ DE ASÚA, La Ley y el
Delito, Curso de Dogmática Penal, Ed. Andrés Bello, p. 29, 132, 133, 134, 135 y
136, Caracas, 1945).
Pues bien: ratifico en todas sus partes tal criterio y rechazo la pretensión de
aplicarla a este caso porque "la simple autorización para investigar" es una
simple petición formal que ha de hacer el Ministerio Público, con el fin de
cumplir con este requisito de procedibilidad. En conexión con esto, reproduzco
mi voto salvado -sentencia Nº 9 del 24-04-02- bajo la ponencia del Magistrado
Doctor RAFAEL PÉREZ PERDOMO, en torno a mi oposición de que se dictaran
medidas
cautelares contra los ahora sobreseídos -incluso reclamé su libertad plena- y mi
voto concurrente (cuando se fijó la audiencia oral en esta misma investigación)
del 6-6-2002. Y eso no tiene nada que ver con la naturaleza jurídica del
antejuicio de mérito.
En aquel caso faltó ese elemento subjetivo finalista y en éste resulta evidente.
Acerca de este punto reproduzco el análisis hecho en mi rechazada ponencia
(págs. 23 y 24, 53 y 54 en este voto salvado) y añado esta cita de WELZEL
(creador de la teoría del finalismo):
El caso del Sr. MIQUILENA era muy distinto porque se requería que el Sr.
MIQUILENA hiciera algo concreto al efecto de influir indebidamente; y no podía
basarse esto en presunciones; pero en este caso no hay presunciones sino
potísimas pruebas de las acciones ejecutadas por los investigados.
(Y respecto a otras imputaciones fiscales, era paladino que no había habido nada
delictuoso: por ejemplo, se le imputó al Sr. MIQUILENA el no haber declarado
como propias unas acciones; pero si lo hubiera hecho sí hubiera cometido delito,
puesto que ya no le pertenecían).
Y por si fuere poco todo lo recordado acerca del caso del Sr. MIQUILENA, debo
añadir que allí faltó el elemento objetivo, tal como lo reconoce y reprodujo
ahora la sentencia de la cual disiento hoy.
No es ésta la oportunidad procesal para analizar este punto que en todo caso
respondería al rubro de una eventual ausencia de culpabilidad: la obediencia y
desobediencia legítima. Pero si no se obedece a la autoridad legítima y la
pretendida renuncia del Presidente no era tal, se incurre en rebelión porque
"rebelarse", según la Academia, es "faltar a la obediencia debida". Y si la
rebelión es por militares y armada es el delito de REBELIÓN MILITAR.
De la mar el precepto,
del precepto al concepto,
del concepto a la idea
- ¡ oh, la linda tarea! de la
idea a la mar.
¡Y otra vez a empezar!
La sentencia (en sus páginas 55 y 60) asegura que los imputados asumieron la
actitud enjuiciada porque el Presidente Chávez ordenó aplicar el "Plan Ávila" y
esto implicaba una gravísima violación de los derechos humanos y una masacre.
Pero, pese a que lo advertí y exhibí por vídeo en el resumen o prueba
audiovisual, la sentencia no se refiere por ninguna parte (ni lo mencionó
siquiera) al hecho de que cuando la periodista YBÉYISE PACHECO les preguntó o
sugirió a los imputados (en una entrevista televisada -en la que no estaba el
General VÁSQUEZ- y a eso de las 9 pm. del 11 de abril) que si aplicarían el
"Plan Ávila", guardaron silencio absoluto al respecto: silencio bien raro en
quienes anatematizaron dicho plan y lo usaron para argüir con reiteración y
especie de "leitmotiv", que su oposición a ese "Plan Ávila" es la justificación
de su conducta. Lo natural era que si en verdad les parecía tan monstruoso ese
plan, hubieran negado de inmediato esa posibilidad.
Tal rareza debía ser investigada puesto que, si bien los imputados confesaron,
trataron de justificar su conducta y por consiguiente estúvose en presencia de
una admisión de los hechos o confesión calificada y en este caso se debe
concatenar con los demás elementos del juicio para ver si resulta verosímil.
I
SUBSTANCIACIÓN DE LA CAUSA
En esa misma fecha los ciudadanos abogados LUIS APONTE APONTE, MARCO
ANTONIO
RODRÍGUEZ y TAMARA BECHAR ALTER se juramentaron como los Defensores
del
ciudadano Contralmirante DANIEL LINO JOSÉ COMISSO URDANETA. Así mismo
el
ciudadano abogado RENÉ BUROZ ARISMENDI se juramentó como Defensor del
ciudadano
General de División (Ej) EFRAÍN VÁSQUEZ VELASCO.
II
PUNTO PREVIO
La Sala Plena Accidental no emitirá decisión en relación con los alegatos acerca
de la existencia de causas de justificación o con los que pretendan demostrar la
ausencia de culpabilidad, porque tales alegatos serán en todo caso materia de
fondo en un eventual proceso.
IV
NATURALEZA JURÍDICA DE LA SOLICITUD
DE ANTEJUICIO DE MÉRITO
"La Sala estima necesario dejar sentado que, de conformidad con la disposición
prevista en el artículo 377 del Código Orgánico Procesal Penal, el antejuicio de
mérito es un procedimiento penal especial que, instaurado en virtud de la
querella del Fiscal General de la República y conducido por el principio del
contradictorio, tiene por objeto declarar la certeza de si hay o no mérito para
el enjuiciamiento de los altos funcionarios del Estado a los que se refiere el
ordenamiento constitucional de la República; que la disciplina normativa acerca
del antejuicio de mérito debe ser interpretada a la luz del nuevo orden
constitucional; que la querella fiscal debe fundarse en prueba suficiente,
motivo por el cual su instauración debe ser precedida por una actividad de
investigación, conducida por el Ministerio Público, durante cuyo desarrollo debe
respetarse íntegramente al imputado su derecho constitucional a la defensa a
tenor de la disposición prevista en el artículo 49, numeral 1, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la forma y condiciones
previstas en los artículos 313 y siguientes del Código Orgánico Procesal Penal;
y que el juicio sobre la prueba debe constituir el fundamento principal de la
determinación acerca de si hay o no mérito, es decir, acerca de si hay o no
lugar al enjuiciamiento".
V
HECHOS
El 11 de abril de 2002, cuando aquella marcha que partió desde el "Parque del
Este" y con rumbo a la sede de Petróleos de Venezuela S.A., en Chuao, llegó a su
destino, algunos organizadores de la misma instigaron a los ciudadanos a ir
hacia el Palacio de Miraflores para solicitar la renuncia del Presidente de la
República, ciudadano Teniente Coronel HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS.
Por su parte, el General LUCAS RINCÓN ROMERO se dirigió al país y anunció que
el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ciudadano Teniente
Coronel HUGO CHÁVEZ FRÍAS, había "aceptado" renunciar.
Constituye un hecho notorio y por ello relevado de pruebas, que el ciudadano
Presidente de la República se encontraba en el Palacio de Miraflores y
aproximadamente a las 4:00 a.m. fue a las instalaciones del "Fuerte Tiuna" en
compañía de los Generales de División ISMAEL ELIÉCER HURTADO SOUCRE,
MANUEL
ROSENDO y JOSÉ AQUILES VIETRI VIETRI y se reunió con un grupo numeroso de
los
altos oficiales que se encontraban en ese lugar.
Ese mismo día un grupo de personas se congregó en las inmediaciones del Palacio
de Miraflores, del "Fuerte Tiuna" y frente a la Brigada 42 de Paracaidistas, en
la ciudad de Maracay, Estado Aragua.
1) GENERALIDADES
El delito de REBELIÓN MILITAR está descrito en el numeral 1 del artículo 476 del
Código Orgánico de Justicia Militar. La acción típica comporta tres modalidades:
1) Promover cualquier movimiento armado; 2) Ayudar cualquier movimiento armado;
3) Sostener cualquier movimiento armado.
"A la Ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado
propio de las palabras, según la conexión de ellas entre sí y la intención del
legislador.(...)".
Toda esta significación lingüística puede ser aún más completa si se hace lo
propio (indagar en el diccionario) con los términos incluidos en sendas
definiciones:
Hay que empezar por hacer una clarificación: el tipo penal, cuando precisa la
conducta de la REBELIÓN MILITAR, no exige que deba comportar un movimiento
con
armas en mano. Valga una breve digresión para recordar que otro delito, el de
robo, tiene como agravante la circunstancia de que sea "a mano armada" y que la
mejor doctrina ha considerado, aquí y en el exterior, que no es necesario que al
momento del delito el asaltante esté blandiendo el arma, sino que basta con que
la tenga enfundada para que cometa el delito de robo agravado por ser "a mano
armada".
"...El Código italiano de 1931 adoptó una palabra nueva: promover, chiunque,
promuove un' insurrezione armata... (art. 284). Por estos criterios distintos,
en el derecho francés, los actos de rebelión e insurrección deben consistir en
una acción material y violenta, en un ataque por fuerza, en una toma de armas
(1072); pero ni en nuestro derecho penal, ni en el italiano, requiérese la forma
violenta de comisión y los actos pueden ser cualesquiera que conduzcan a hacer
tomar las armas, siempre que sean apropiados; .../... que bastan prédicas
subversivas, conferencias revolucionarias y publicaciones de esa índole (1073),
y también lo serían cualesquiera escritos, discursos, proclamas, manifiestos,
pronunciamientos y otros actos inmateriales, además de aquellos que se traducen
en una acción material y violenta. La ejecución de tales actos de promoción de
una rebelión armada forman el delito, porque si la insurrección se sucede, ésta
forma una rebelión, que es la especie prevista en el delito precedente (1074)...
(Subrayado de la Sala Plena)" (JOSÉ RAFAEL MENDOZA T., Curso de Derecho
Penal
Venezolano, De los Delitos contra la Independencia y Seguridad de la Nación -
Delitos contra la Libertad, Parte Especial, Vol.I, T. IV, 2da Edición, Pág. 93,
Gráficas "LETRA", Madrid).
"La insurrección es armada cuando las personas que participan en ella disponen
de armas en cantidad adecuada, aunque se encuentren en un lugar de depósito
(artículo 284, párrafo último)". (RANIERI, Manual de Derecho Penal, Parte
Especial, De los Delitos en Particular, T. III, Ed. Temis, P. 155, Bogotá,
1975).
"Basta que haya alzamiento armado, el cual puede asumir formas externamente
tranquilas cuando es ejecutado por medio de la conocida técnica de la rebelión
militar. La imposición armada de un grupo de oficiales para deponer a las
autoridades constituidas es rebelión, aunque tenga lugar a puertas cerradas".
(SOLER, Derecho Penal Argentino, T. V, Reimpresión Total, Tipográfica Editora
Argentina, Págs. 67 y 68, Bueno Aires, 1978).
(En términos de disparar las armas, viene al caso recordar que el por todos
denominado "Golpe del 48" contra el Presidente RÓMULO GALLEGOS, se consumó
con
el más rotundo éxito y sin disparar ni un solo tiro).
Es obvio que se aprovechan de las armas y por ende las utilizan, quienes con una
violencia psíquica coaccionen a otros (como por ejemplo a los integrantes de un
Gobierno legítimamente constituido) que saben que los primeros están armados y
dispuestos a hacer uso efectivo de las armas si no se rinden ante las amenazas
basadas en esas armas.
Vale hacer aquí una idéntica reflexión a la hecha acerca del término "utilizar".
No existe en el tipo del artículo 476 del Código Orgánico de Justicia Militar
ninguna referencia a modalidades respecto al medio (violento) y a los objetos
empleados, como por ejemplo armas. El tipo correspondiente al delito de REBELIÓN
MILITAR es, pese a la gravedad que tiene a primera vista, sencillo: es en la
praxis un tipo de mera descripción objetiva en el núcleo (típico), porque la
inclusión del elemento finalístico (que aparenta complicar el tipo y dado el
propósito de alterar) quizá pudiera sobrar porque está prácticamente implícito
en un movimiento de tal índole y sin que se adelante una opinión valorativa
acerca de si esa alteración es criminosa o legítima.
La teoría del tipo no sólo consiste en que no se debe castigar a quien no encaje
en la descripción típica del correspondiente delito, sino en que sí se debe
castigar a todo aquel cuya conducta coincida con los hechos que tal descripción
considera como criminosa. Al respecto es indispensable citar la enseñanza del
creador de la teoría, ERNESTO BELING, quien la desarrolló en 1906 en Alemania:
"Para el jurista, toda conducta que no pueda incluirse en los tipos descritos
por la ley -lo atípico-, por muy injusta y culpable que sea, es una conducta no
penable; y, viceversa, la conducta típica es una conducta penable en la medida
de la conminación penal adecuada a ella, en unión con los demás preceptos
legales que afectan a la punibilidad.
Para el legislador, la acuñación de los tipos de delito no es, como fácilmente
se puede comprender, manifestación de un capricho arbitrario. A través de ella
ejecuta una valoración, que es doble: selecciona, de lo injusto culpable, lo
merecedor o no de pena, según sea o no de tal manera injusto y culpable. Y una
vez dentro de la zona de lo típico, forma con los tipos una escala de valores.
Los tipos de delito son figuras normativas, tan normativas como 'injusto' y
'culpabilidad', dentro del círculo de las cuales se hallan situados". (ERNESTO
BELING, El Rector de los Tipos de Delito, primera edición, Págs. 10 y 11, Ed.
Reus, Madrid, 1936).
Otra razón esencial por la que no debe ser desconocido e inobservado el tipo
legal es que tal podría conducir al "Derecho penal libre" o "Derecho de autor",
que no acepta ataduras al tipo legal y decide en forma alternativa cuáles
autores deben ser castigados y cuáles no deben ser castigados.
El Derecho Penal "libre" o "de autor" o en el cual rija el "tipo penal de autor"
es peligrosísimo para la libertad, ya que a veces puede no castigar a quien
desarrolle la conducta típica y de modo tan voluble cuan voluntarista, otras
veces puede castigar a quien no desarrolle la conducta típica.
Por consiguiente no es posible alterar los tipos penales para hacerlos coincidir
con el libre arbitrio y eventuales conveniencias de los juzgadores.
Está probado que hubo acciones enmarcadas en la estipulación típica del numeral
1 del artículo 476 del Código Orgánico de Justicia Militar, puesto que
consistieron en promover, ayudar o sostener un movimiento armado que alteró la
paz interior de la República e impidió el ejercicio del Gobierno legítimamente
constituido y de todas las ramas del Poder Público. Y está probado que los
mencionados ciudadanos, así como muchos otros, ejecutaron esas acciones o
participaron de alguna manera en ellas, pues las promovieron o iniciaron o
comenzaron o impulsaron o impelieron o estimularon o diligenciaron; o ayudaron o
cooperaron; o sostuvieron o sustentaron o apoyaron la actividad que el
Ministerio Público ha calificado como "REBELIÓN MILITAR".
(Cuáles personas ejecutaron o participaron en esas acciones y si en realidad
éstas configuran el delito de REBELIÓN MILITAR, son dos aspectos que deberá
discernir y juzgar la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia: el último
aspecto, atinente a una materia de fondo jurídico y concerniente a la
antijuridicidad y culpabilidad, debe ser analizado y decidido con posterioridad.
El primero, relativo a una materia objetiva y acerca de cuáles personas
ejecutaron o participaron de algún modo en esas acciones y en particular si lo
hicieron las cuatro personas respecto a las cuales se solicitó el antejuicio de
mérito, debe ser resuelto ya: estará completa entonces -en los considerandos de
esta decisión de la Sala Plena- una realidad fáctica, constituida por acciones
típicas y por las personas intervinientes en estas acciones, que inexorablemente
habrá de ser valorada jurídicamente en el futuro y se sabrá si esas acciones
típicas son además antijurídicas y auténticos delitos; y si, en este último
caso, las personas accionantes son culpables del delito de REBELIÓN MILITAR. O
si son inocentes porque, por ejemplo y aunque no lo hayan alegado, concurran las
características del "ius rebelium" o derecho a la rebelión).
La Sala Plena debe considerar tal alegación porque de ser verdadera no habría
aquel delito, puesto que como enseñó HEGEL "La pena es la otra mitad del
delito".
Así debe ser resuelto en principio ese problema y lo resolvería esta Sala en
definitiva si fuera la oportunidad procesal correspondiente, esto es, en el
hipotético caso de que se considerara culpables de dicho delito a los ciudadanos
oficiales y almirantes investigados y hubiera de castigárseles con una pena.
Empero, lo que debe quedar muy claro es que en la "mens legislatoris" no estuvo
el querer exceptuar de pena a quienes cometan el delito de REBELIÓN MILITAR. Al
respecto o en la interpretación de los tipos penales, se debe comenzar por un
análisis gramatical; pero teniendo presente que la interpretación teleológica es
la más importante y máxime si hay una obscuridad en la redacción de la ley
penal. Siempre hay que inquirir cuál es el fin de la norma y en este caso es
reputar como delito la REBELIÓN MILITAR y castigarla en todos los casos. (Lo
cual es ordenado expresamente por la propia ley penal y no es alguna
interpretación que ha hecho la Sala Plena). De tal manera que concluir en que no
quiso el legislador que se castigara el delito de REBELIÓN MILITAR, es un
absurdo desde todas las ópticas: "La letra mata y el espíritu vivifica".
Sin embargo, la Sala Plena insiste en que este aspecto tiene su congruo lugar
analítico en la etapa final de juicio y si acaso fueren condenados los
procesados, en cuyo caso tendrá el juzgador que decidir en qué tipo encaja la
conducta punible y cuál sería la pena aplicable.
La Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia hace constar que
"pronunciamiento" significa "alzamiento militar contra el gobierno, promovido
por un jefe de Ejército u otro caudillo", pese a lo cual esto no debe ser tomado
como una prueba definitiva y ni siquiera como un indicio concluyente. Y que
aunque no es el momento u oportunidad procesal en que deba hacerlo, se detuvo a
examinar algunos de los alegatos de fondo invocados con más ahínco por los
ciudadanos investigados y por sus abogados Defensores.
"Prima facie"* ha notado lo siguiente:
"...COMUNICADO'
'Venezolanos, en nombre de Dios y la Patria. Soy el Vicealmirante Héctor Ramírez
Pérez, Jefe del Estado Mayor General de la Armada. En virtud de los
acontecimientos acaecidos en el país en los últimos días, ante el riesgo
manifiesto del agravamiento de la conflictividad social, y'
'CONSIDERANDO'
'La actitud antidemocrática del ciudadano Presidente de la República y la
conducta complaciente e irresponsable del Alto Mando Militar,'
'NOSOTROS:'
'Oficiales, Generales y Almirantes del Ejército, Armada, Fuerza Aérea, Guardia
Nacional, conforme a lo previsto en el artículo (sic) 57 y 350 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, '
hemos decidido dirigirnos al pueblo venezolano para desconocer el actual régimen
de gobierno y la autoridad de HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS y del Alto Mando
Militar,
por contrariar los valores, principios y garantías democráticas (sic) y
menoscabar los derechos humanos de los venezolanos'.
'La Constitución vigente nos impone en su artículo 328 la obligación de mantener
el orden interno y, por lo tanto, evitar más derramamientos de sangre y la
destrucción de nuestro pueblo venezolano y de todas sus instituciones. Y esa
obligación pasa por la salida pacífica del ciudadano Presidente de la República
y sustitución del Alto Mando Militar, para permitir que nuestro país pueda salir
de la debacle en la que se encuentra sumido por las desviaciones de la conducta
del Jefe del Estado, de los supremos intereses de la Patria, por pretender
someternos a los dictámenes del Castro-Comunismo, por haber provocado el
empobrecimiento generalizado debido a su incapacidad e ineficiencias para
gobernar y ejercer el poder, llevando a nuestra población a enfrentamientos que
nuestra historia reciente no había conocido, poniendo en peligro nuestra
soberanía al negociar con la guerrilla colombiana, enemiga natural de nuestro
país por la cantidad de bajas que nos ha producido'.
'Venezolanos, el Presidente de la República ha traicionado la confianza de su
pueblo, está masacrando a personas inocentes con francotiradores, para este
momentos (sic) van 6 muertos y decenas de heridos en Caracas. Está pretendiendo
utilizar unidades de nuestro glorioso Ejército para reprimir la marcha cívica
que se está llevando a cabo, cuando juró y ha repetido en varias oportunidades
que jamás utilizaría la Fuerza Armada en contra de su pueblo. Esto, no lo
podemos permitir, no podemos aceptar un tirano en la República de Venezuela: Su
permanencia en el cargo amenaza el país con la desintegración'.
'En este momento, nos dirigimos a los Oficiales Generales y Almirantes,
Oficiales Superiores, Oficiales Subalternos, Suboficiales Profesionales de
Carrera, Tropa Profesional y Tropa de Instala, y a todo el personal militar para
que unamos esfuerzos y hagamos realidad una Venezuela mejor'.
'Nos enorgullecemos del papel desempeñado por toda la sociedad civil organizada,
que de manera cívica y digna ha contribuido a la creación de conciencia para
evitar el derrumbe del sistema democrático y la destrucción de la principal
industria del país como es Petróleos de Venezuela, la cual se mantiene firme al
no dar ni un paso atrás. Los venezolanos no somos una minoría, ahora el momento
exige dar un paso al frente, todos somos venezolanos para que Venezuela merece
(sic) un mejor porvenir".
Preguntas de la periodista:
"¿Y usted todavía cree que el Presidente va a evitar más sangre?" "...Entonces
le estamos dando la oportunidad porque vamos a tener que hacer entonces la
operación militar."..."¿Y se sienten fuertes para hacer esa operación militar?
"Estamos completam... (interrumpe y sigue) esto no es una operación militar,
esto es una operación quirúrgica porque no queremos muertos, porque son
venezolanos que están engañados y lo que vamos a tratar con a través de los
medios de comunicación a través de concientizarlos que ellos mismos entreguen
sus armas porque no podemos permitir más muertes... (...)".
"...está completamente bajo control todas las bases aéreas, están controladas
por nosotros, los aviones, eh... helicópteros, aviones de combate de la
diferentes bases: Maracaibo, Barquisimeto, Libertador, Sucre, están bajo nuestro
control y los comandantes de unidades tienen instrucciones de no volar ningún
tipo de aeronave y mantenerse en la bases aéreas. Y en caso,... por ejemplo, se
supone que el Presidente va a tratar de huir en un avión, ¿ cómo van a controlar
eso? - "Bueno, tenemos todo un dispositivo en las bases aéreas de manera tal de
no permitir de que el Teniente Coronel HUGO CHÁVEZ FRÍAS salga del país y así
poder enjuiciarlo para que pague todo el mal que le ha hecho...(...)".
Quinta Proyección: (minuto 13, segundo 53, fuente: video "A", 46'42): Después de
la Audiencia Oral, se retoma la misma entrevista con la periodista del canal 4,
licenciada IBÉYISE PACHECO, en la oportunidad en que entrevistó al Coronel JULIO
RODRÍGUEZ:
Comenta la periodista:
Continúa el video con la toma que después de las declaraciones del Coronel JULIO
RODRÍGUEZ, se le hace al Vicealmirante HÉCTOR R AMÍREZ PÉREZ y al resto de
los
Generales presentes en la entrevista (minuto 16, segundo50, fuente: video "A",
53'04).Y pregunta la Licenciada PACHECO:
Más todavía: cuando él le dijo a la periodista PACHECO que tendrían que hacer la
"operación militar" y ella le preguntó que si se sentían fuertes para hacerla,
él empezó a responder con que "estamos completamente" e interrumpió; pero es muy
probable que iba a decir "estamos completamente fuertes". Y después se refirió a
que no era una operación militar (con lo cual se contradijo a sí mismo) sino una
"operación quirúrgica porque no queremos muertos"; pero en la terminología
militar las operaciones denominadas "quirúrgicas" se refieren a bombardeos
selectivos.
Cuando todo estaba a punto, Chávez inicio una cadena para referirse a las
manifestaciones. Luego, las señales de las repetidoras de Mecedores y El Volcán
se cayeron, presumiblemente por obra y gracia del Gobierno. Tenían que enviar en
un vehículo el casete con la grabación.
'Hemos decidido dirigirnos al pueblo venezolano para desconocer al actual
régimen de gobierno y la autoridad de HUGO CHÁVEZ FRÍAS y del Alto Mando
Militar´, señaló el grupo en su tercer comunicado.
Dos veces ensayaron la lectura. Ramírez la quería impecable, y propuso
intentarlo una vez más. Pero un coronel del Ejército advirtió que la Dirección
de Inteligencia Militar había detectado la actividad en la oficina.
´Dispersión´, decía en voz alta, para indicar la necesidad de que cada quien
tomara su rumbo. Y así se hizo. Los primeros en salir fueron los periodistas. Al
final de la tarde, el mensaje de los oficiales disidentes estaba en el aire.
Mientras discurría el trabajo mediático, dos oficiales del Ejército se ocupaban
de algunos detalles operacionales: trancar los túneles de Los Ocumitos para
impedir el acceso a Caracas de los batallones ubicados en los Valles del Tuy y
Maracay, bloquear las seis entradas a Fuerte Tiuna con vehículos del Comando
Logístico del Ejército, vigilar a la DIM y comunicarse con policías (sic)
amigas".
Y en la Audiencia Oral reconoció: "Y por eso fue que el 11 de abril me comporté
como lo hice, apoyé un manifiesto público"(...) por las violaciones a los
derechos humanos y a los hechos deplorables que sucedieron ese día...".
Sin embargo, cabe repetir en su caso el mismo razonamiento acerca de cuál fue la
hora exacta en que hubo ese pronunciamiento y en la confusión que hay al
respecto.
"Está completamente bajo control. Todas las bases aéreas están controladas por
nosotros: los aviones, helicópteros; aviones de combate de las diferentes bases,
Maracaibo, Barquisimeto, Libertador, Sucre, están bajo nuestro control y los
Comandantes de unidades tienen instrucciones de no volar ningún tipo de
aeronaves y mantenerse en las bases aéreas".
Por último, en la Audiencia Oral aseguró el General del División (Ej) EFRAÍN
VÁSQUEZ VELASCO que "en ningún momento pedí su renuncia" (al Presidente);
pero
es incompresible que ahora alegue esto y antes, le haya advertido al Presidente
de la República que ya no le era leal y haya impartido órdenes a "los
Batallones, Brigadas y Divisiones" y que al unísono advirtiera que éstas eran su
"fortaleza".
VII
De la nota de prensa tomada del diario "El Nacional", cuerpo D-4, del 13 de
abril de 2002, subscrita por el ciudadano JAVIER IGNACIO MAYORCA, que aparece
marcada con la letra "G", en la carpeta del expediente contentiva de diversas
publicaciones de los medios de comunicación social escritos y ya reproducida en
las páginas 45 y 46 de esta sentencia.
El texto del mensaje transcrito por la empresa TV Prensa 2000 C.A. para el
programa especial que realizó Venezolana de Televisión el 11 de abril de 2002 y
que aparece en el folio 245 de la segunda pieza del expediente, cuyo contenido
fue transcrito en las páginas 32 y 33 del presente fallo.
De los videos marcados con las letras "A", "B", "C" y "E", que contienen las
imágenes de la lectura del comunicado transcrito "ut supra".
"...OCTAVA: Diga Usted, que (sic) fue lo que motivó la ida del Presidente de la
República al Fuerte Tiuna? CONTESTÓ: Se le dio un plazo de quince minutos para
que abandonara el Palacio, o de lo contrario los Tanques del Batallón Ayala
atacarían el Palacio. Ante esta amenaza y tomando en cuenta las numerosas
personas que allí estaban, jóvenes, mujeres, él tomó la decisión de que el
General Hurtado y el General Rosendo lo trasladaran hasta el Fuerte Tiuna, de
acuerdo al planteamiento de los alzados. (...) DECIMA: (sic) Diga Usted, si en
la oportunidad en que fue trasladado el Presidente de la República del Palacio
de Miraflores al Fuerte Tiuna, hubo algún tipo de violencia física o coacción?
CONTESTÓ: Violencia física sobre él, no. Pero coacción, si, pues un ultimátum de
que va ser atacado el Palacio Presidencial es una manera de coaccionar...".
"Entonces, a todas esta esta (sic) comisión que había venido se encuentra
desarmada y prometen regresar a Fuerte Tiuna, a tratar otra vez de lograr que la
gente pensara en otra dirección, y se retiran y empezamos entonces nuevamente
la comunicación telefónica con Fuenmayor, quien comienza a presionar por
supuesto dando tiempo, bueno le vamos a dar veinte minutos para que se decidan
porque sino (sic) vamos a capturarlo en Miraflores, lo vamos a ir a buscar a
Miraflores, y para eso vamos a mover los batallones Ayala, que era el batallón
de infantería Bolívar, y que él entonces se atenga pues a las consecuencias, y
todo, entonces frente a estas presiones, por supuesto, yo se las comunicaba al
Presidente, el Presidente pensó bastante su cosa, reflexionó mucho, tocamos
muchos temas, muchos puntos, este luego, comienzan a presionar, que le daban
veinte minutos, yo le pido por teléfono, denme cinco minutos mas esta no es una
decisión fácil, él (sic) Presidente está pensándolo...".
"...y nos trasladamos los Ministros que estábamos allí a Miraflores, estaba
María Urbaneja, estaba Ana Elisa Osorio (sic) creo, María Cristina Iglesias,
bueno (sic) de María Cristina Iglesias, bueno (sic) de allí nos trasladamos a
Miraflores, de Miraflores (sic) bueno(sic) no estábamos todos, gran parte del
gabinete (sic), había mucha gente, militares, etc., y bueno (sic) nos pusimos a
ver por la televisión como (sic) la marcha de verdad venía ya por la Avenida
Bolívar y un poco la Ministra preocupada, mira (sic) qué pasa, yo llamé a José
Vicente y me dijo (sic) mira (sic) no (sic) preocupes que ahí va a actuar el
Plan Ávila. Pregunta: (sic) Cómo a qué hora?, eso (sic) era ya cercano a
mediodía.../...y pasamos y conversamos con el Presidente. .../...no le obedecen al
Estado Mayor, si, (sic) al Estado Mayor, Lucas, no le paran a Lucas (sic) pues,
ni a ninguno de los altos Oficiales (sic) este, el Presidente ahí vio que estaba
alzado el Comandante del Ejercito (sic) este, que había desobediencia en los
Generales .../...El segundo escenario era resistir, (sic) por qué? porque el
general Hurtado había planteado que ellos estaban dispuestos a volar Miraflores
con tanques y tal, y sobre eso fuimos notificados de un plazo, (sic) entiendes?
Mi opinión fue resistir, de allí argumenté porque (sic) debíamos resistir, yo
dije, es preferible morir aquí (sic) este, tipo Allende, de verdad.../...nosotros
nos informamos allí que al presidente (sic) le habían llevado la renuncia por
escrito. Pregunta: ¿Quién se la lleva? Contestó: Bueno, yo no me preocupé por
saber quien (sic) se la entregó...".
Del video marcado con la letra "A", en el que aparecen las imágenes de la
entrevista realizada por la ciudadana periodista IBÉYISE PACHECO a varios
oficiales militares de alto rango (entre ellos los ciudadanos Vicealmirante
HÉCTOR RAMÍREZ PÉREZ, Contralmirante DANIEL LINO COMISSO
URDANETA y General de
Brigada (Av) PEDRO PEREIRA OLIVARES), que fue transmitida por la planta
televisiva "VENEVISIÓN" el 11 de abril de 2002 y en la cual se dice lo
siguiente:
"...desde que ganó las elecciones sabía que algo malo pasaría...el Presidente sabe
que yo le adversé desde el primer momento...desde hace tres años estamos
recibiendo heridas...".
"Considerando
Que en virtud de los hechos acaecidos durante la madrugada del 12 de abril del
presente año, fue privado arbitrariamente de la libertad el Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez Frías irrumpiendo (sic) su hilo
constitucional (sic) en consecuencia (sic) configurándose una falta temporal del
mismo".
"Antes de hacer algunas reflexiones, porque quiero ser breve en este mensaje de
madrugada como un renacimiento, quiero hacer un llamado y esto es quizás lo más
importante que yo quiero decir hoy domingo 14 de abril, yo pues he estado
incomunicado en las últimas horas y no tenía ninguna información de lo que
estaba pasando..."
"Vamos a poner a Dios por delante, esta imagen del Cristo crucificado me la
regaló cuando iba saliendo prisionero en la madrugada de hace dos días, hace 47
horas exactamente...".
"...Al llegar al Fuerte Tiuna nos trasladamos a la Sala de reunión del Jefe del
Estado Mayor del Ejército, allí los oficiales generales y oficiales de otros
grados estaban esperando. El General Fuenmayor se dirigió al Presidente de la
República en presencia del (sic) Monseñor Baltazar Porras y el (sic) Monseñor
Azuaje quienes se encontraban ocupando la misma mesa, allí colocó la carpeta con
el decreto y le manifestó que debería manifestar su renuncia y sería juzgado en
el país, a lo cual el ciudadano Presidente de la República le indicó que el no
firmaría porque era un golpe de Estado e hizo algunas recomendaciones y
sugerencias sobre lo que podría ocurrir.
Ante esa situación un grupo de generales se dirigieron (sic) a otro sitio que
desconozco y regresaron con el General Vásquez Velasco quien le indicó al señor
Presidente que había decidido dejarlo bajo su protección, el ciudadano
Presidente de la República les volvió a recordar que eso no era un golpe de
Estado y que prefería ser un Presidente detenido que exPresidente (sic)
renunciado y preso".
"...le dicen bueno aquí está y le presentaron para que firmara, fue cuando él dijo
esto es lo que me traen para firmar, ustedes cambiaron las reglas del juego.
NUEVAMENTE EL MINISTERIO PÚBLICO INTERROGA: ¿QUIÉN SE LO
LLEVÓ PARA FIRMAR?
RESPUESTA: Un edecán que estaba allí, no era General, un ayudante de alguno ahí,
todos estaban uniformados, ahí no había ningún civil, los únicos civiles éramos
nosotros dos, a él le entregan, (sic) estas no son las reglas del juego en que
habían quedado Rosendo y Hurtado con Vásquez Velasco...".
Del texto del mensaje transmitido por "GLOBOVISIÓN" el 13 de abril de 2002 y que
transcribió la empresa TV Prensa 2000 C.A. (folio 252 de la segunda pieza del
expediente):
"La Sala, para decidir, ha de hacer una consideración sobre los hechos que
motivaron la solicitud de avocamiento. "Prima facie" debe ser una consideración
objetiva en sentido estricto, es decir, una consideración hecha exclusivamente
sobre la base de la realidad fáctica y sin entrar en aspectos de fondo. Después
habrá una función valorativa que versa sobre la antijuridicidad y por último se
determinará si el autor es imputable y si es culpable a título de dolo (perfecto
o imperfecto) o de culpa.
Esa consideración demuestra que tales hechos fueron no sólo evidentes sino de
suma gravedad y ameritan ser investigados para clarificar si constituyen delitos
o si no constituyen delitos. Porque lo que resulta inaceptable, por ilegal e
injusto, es que actos de tal índole no sean investigados a cabalidad. Y eso es
exactamente lo que ha ocurrido en el presente caso.
Al analizar el escrito fiscal se advierte que el hecho de que el Ministerio
Público se haya visto en la necesidad de presentar varios escritos
complementarios de la acusación, no implica que ésta deba ser considerada
defectuosa, pues ello se debió a la complejidad que existió en la recopilación
de las pruebas. Aunado a lo anterior, resulta necesario destacar que el escrito
acusatorio promovió diversos peritajes, testimonios y audiovisuales y, en
general, sí cumplió con los requisitos exigidos en el artículo 326 del Código
Orgánico Procesal Penal y que dada tanto la evidencia cuanto la gravedad de los
hechos imputados, no debió la juez sobreseer y sacrificar la Justicia por
formalidades no esenciales, pues ello constituye la violación del artículo 257
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela".
"Este tipo de sentencia tiene dos pasos, uno donde el órgano jurisdiccional
declara (se emite un juicio y dispone algo), y otro en que lo dispuesto se
complementa con otro acto fuera y aparte del texto de la decisión".
VIII
CONCLUSIÓN
Por tanto, estos hechos notorios por su exhaustiva difusión a través de los
medios de comunicación social -doctrina del "hecho notorio comunicacional (sic)"
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia- están por eso mismo
relevados de prueba, es decir, no necesitan ser probados porque
apriorísticamente lo están en sí mismos y por el hecho de ser notorios.
Así que la audiencia convocada (ante la solicitud del Fiscal) con fundamento en
lo dispuesto en el artículo 379 del Código Orgánico Procesal Penal, ha dado
lugar a establecer ahora, por parte de la Sala Plena del Tribunal Supremo de
Justicia, que sí existen méritos para iniciar o continuar la persecución penal
contra los Oficiales, Generales y Almirantes.
Tampoco se puede considerar que habría una doble investigación: para empezar se
requeriría que hubiera una acusación y se está en una etapa en la que
simplemente el Fiscal, si así lo considera, puede continuar con la
investigación.
La Sala Plena ha estudiado los recaudos presentados por todas las partes y lo
actuado en la Audiencia Oral y Pública. Y ha concluido en lo siguiente:
Por lo tanto, la Sala Plena declara que sí hay mérito para enjuiciar a los
señalados ciudadanos por los hechos que se les atribuye y que encuadran en el
numeral 1 del artículo 476 del Código Orgánico de Justicia Militar. Tal
enjuiciamiento debe hacerse bajo el principio del contradictorio, para que los
investigados tengan el derecho de promover pruebas propias y acceder y
controlar, cuando fuere el caso, las pruebas del Ministerio Público o ajenas.
IX
DECISIÓN
Fecha ut supra.
El Presidente,
Los Magistrados,
JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO JOSÉ MANUEL
DELGADO OCANDO
La Secretaria,
OLGA M. DOS SANTOS P.
AAF/ybm
Exp. Nº 2002.-00029
Quien suscribe, Magistrado Iván Rincón Urdaneta, deplora profundamente tener que
disentir de la exigua mayoría que aprobó el presente fallo, ya que con ello se
produjo un hecho insólito y sin precedentes en la historia republicana de
nuestro país, como ha sido la declaratoria de impunidad de los hechos y los
presuntos responsables, ciudadanos Efraín Vásquez Velasco, Pedro Pereira
Olivares, Héctor Ramírez Pérez y Daniel Lino José Comisso Urdaneta en la
comisión del delito de rebelión militar, previsto en el artículo 476, numeral 1
del Código Orgánico de Justicia Militar, según querella del Fiscal General de la
República, cuando del cúmulo probatorio traído a los autos se desprendía, sin
ningún género de dudas, que existían motivos suficientes para declarar con lugar
la solicitud de antejuicio de mérito formulada en su contra por el mencionado
funcionario, por así desprenderse de los hechos que se les imputa y la relación
de los citados ciudadanos con los mismos.
La tesis según la cual el delito de rebelión militar no tiene una pena, queda
desvirtuada con la letra del artículo 479 del Código Orgánico de Justicia
Militar, que señala "En todos los demás casos de rebelión militar la pena
será...".
Empero, lo que debe quedar muy claro es que en la mente del legislador no estuvo
el querer exceptuar de pena a quienes cometan el delito de rebelión militar. Al
respecto, en la interpretación de los tipos penales, se debe comenzar por un
análisis gramatical; pero teniendo presente que la interpretación teleológica es
la más importante, máxime si hay una oscuridad en la redacción de la ley penal.
Siempre hay que inquirir cuál es el fin de la norma y en este caso es reputar
como delito la rebelión militar y castigarla en todos los casos."
Por otra parte, en el artículo 477 se establece la pena para la rebelión militar
producida en presencia del enemigo extranjero, distinguiéndose "los iniciadores,
directores o jefes de la rebelión cualesquiera que sea su jerarquía militar
conforme a la Ley (ordinal 1º del artículo anterior)" y los comprendidos en el
ordinal 2º del mismo artículo. Finalmente, en el artículo 479 se expresa que:
"En todos los demás casos de rebelión militar la pena será de veinticuatro a
treinta años de presidio para las personas comprendidas en el ordinal 1º del
artículo 477, y de veintidós a veintiocho años de presidio para las comprendidas
en el ordinal 2º del citado artículo.
Rige igualmente en este artículo lo establecido en el parágrafo único del
artículo 477."
Pienso que en los términos indicados debió y debe ser interpretada la norma
jurídica contenida en el artículo 476, numeral 1 del Código Orgánico de Justicia
Militar".
En este sentido se observa que, el único de los imputados que tenía mando
efectivo de tropas ordenó a todos sus comandantes de Batallones, Brigadas y
Divisiones que permanecieran en sus unidades y que esto no era un Golpe de
Estado ni una insubordinación sino que lo que hizo fue desconocer la orden
dictada por el Presidente de la República de aplicar el Plan Avila, por cuanto,
según él resultaba contrario a la protección de los derechos humanos de la
ciudadanía y ello significaría una masacre.
Luego, si el único que tenía mando de tropa ordenó a esas tropas que
permanecieran en sus unidades y les aclaró que no era golpe de Estado ni
insubordinación, para los otros, por carecer de mando de tropa resultaba
imposible la comisión del delito que se le imputa sin que pueda la Sala
referirse a ningún tipo de calificativo de su conducta que tenga que ver con un
supuesto diferente al señalado por el Fiscal".
Pretende hacer ver la mayoría que para la verificación del delito de rebelión
militar es necesario la obligación de empleo de las armas. En tal sentido es
menester señalar lo siguiente:
Respetada doctrina del derecho penal reconoce que la utilización de las armas no
siempre es requerida para la configuración del tipo que se analiza; basta que
exista la potencialidad o posibilidad de su empleo para que exista el elemento
de acción que subyace en la rebelión militar; Así Maggiore señala:
"...que los hechos por los cuales se pretende enjuiciar a los Oficiales
preidentificados no se realizaron con la intención de alterar la paz interior o
la de impedir o dificultar el ejercicio del gobierno sino exactamente para
tratar de restablecer esa paz interior rota por factores y elementos ajenos a
los imputados.
Por todo lo anterior no queda otro camino sino concluir en que tales eventos
fueron de tal gravedad que pudieron justificar la conducta de los imputados al
creer lícita su forma de proceder.
Subraya la Sala que ninguno de los pronunciamientos de los imputados fue puro y
simple con la intención de impedir o dificultar el ejercicio del gobierno sino
que cada uno de ellos tuvo como causa los hechos de violencia que se estaban
produciendo en el país como consecuencia de la citada marcha y la implementación
del Plan Avila.
La conclusión única entonces tiene que ser la de que los hechos por los cuales
se pretende enjuiciar a los oficiales preidentificados no se realizaron con la
intención de alterar la paz interior o la de impedir o dificultar el ejercicio
del gobierno sino exactamente para tratar de restablecer esa paz interior rota
por factores y elementos ajenos a los imputados.
...está completamente bajo control todas las bases aéreas, están controladas por
nosotros, los aviones, eh... helicópteros, aviones de combate de las diferentes
bases: Maracaibo, Barquisimeto, Libertador, Sucre, están bajo nuestro control y
los comandantes de unidades tienen instrucciones de no volar ningún tipo de
aeronaves y mantenerse en las bases aéreas. Y en caso... por ejemplo, se supone
que el presidente va a tratar de huir en un avión ¿Cómo van a controlar eso?-
"Bueno, tenemos todo un dispositivo en las bases aéreas de manera tal de no
permitir de que el Teniente Coronel HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS salga del país y
así poder enjuiciarlo para que pague todo el mal que ha hecho...´ (General de
Brigada Pedro Antonio Pereira Olivares).
"...OCTAVA: Diga Usted, que (sic) fue lo que motivó la ida del Presidente de la
República al Fuerte Tiuna? CONTESTÓ: Se le dio un plazo de quince minutos para
que abandonara el Palacio, o de lo contrario los Tanques del Batallón Ayala
atacarían el Palacio. Ante esta amenaza y tomando en cuenta las numerosas
personas que allí estaban, jóvenes, mujeres, él tomó la decisión de que el
General Hurtado y el General Rosendo lo trasladaran hasta el Fuerte Tiuna, de
acuerdo al planteamiento de los alzados (...) DECIMA: (sic) Diga Usted, si en la
oportunidad en que fue trasladado el Presidente de la República del Palacio de
Miraflores al Fuerte Tiuna, hubo algún tipo de violencia física o coacción?
CONTESTÓ violencia física sobre él no. Pero coacción, sí, pues un ultimátum de
que va a ser atacado el Palacio Presidencial es una manera de coaccionar"
"Entonces, a todas esta esta (sic) comisión que había venido se encuentra
desarmada y prometen regresar a Fuerte Tiuna, a tratar otra vez de lograr que la
gente pensara en otra dirección, y se retiran y empezamos entonces nuevamente la
comunicación telefónica con Fuenmayor, quien comienza a presionar por supuesto
dando tiempo, bueno le vamos a dar veinte minutos para que se decidan porque
sino (sic) vamos a capturarlo en Miraflores, lo vamos a ir a buscar a
Miraflores, y para eso vamos a mover los batallones Ayala, que era el batallón
de infantería Bolívar, y que él entonces se atenga pues a las consecuencias, y
todo, entonces frente a estas presiones, por supuesto, yo se las comunicaba al
Presidente, el Presidente pensó bastante su cosa, reflexionó mucho, tocamos
muchos temas, muchos puntos, este luego, comienzan a presionar, que le daban
veinte minutos, yo se lo pido por teléfono, denme cinco minutos más esta no es
una decisión fácil, el (sic) Presidente está pensándolo..."
Cabe preguntarse entonces: ¿dónde está la fe pública de los actos del Ministerio
Público?; ¿es que acaso ésta no tiene ningún valor en el sistema probatorio, con
todo el cúmulo de pruebas acompañado?. Una respuesta negativa ha sido dada por
la mayoría en desmedro de los principios que rigen la valoración de la prueba en
el nuevo sistema penal acusatorio, según los cuales "Las pruebas se apreciarán
por el tribunal según la sana crítica observando las reglas de la lógica, los
conocimientos científicos y las máximas de experiencia" (artículo 22 del Código
Orgánico Procesal Penal).
Ninguna relación guarda esta sentencia con un antejuicio de mérito, sino que por
el contrario se relaciona con un juicio donde se hubiesen cumplido todas las
fases del procedimiento ordinario; y lo más insólito resulta haber citado el
dictamen de la Organización de Estados Americanos sólo para evidenciar que
durante los días 11, 12 y 13 de abril de 2002, se vivió un clima de
confrontación y antagonismo entre distintos grupos de la sociedad y no para
destacar que la referida organización "...advirtió que dichos hechos
configurarían los supuestos de interrupción del orden constitucional contemplado
en la Carta Democrática". Obviamente que sólo a través de una interpretación
sesgada como la que se hizo podía llegarse a la conclusión que los imputados
actuaron para preservar la paz.
Por otra parte, el General Vásquez Velasco en todo momento negó haber ordenado
la detención del Presidente Hugo Chávez y observa la Sala que la referida boleta
no aparece firmada por ese imputado."
"Por lo que respecta a que uno de los imputados apareció como Ministro de la
Defensa se observa que si el General en Jefe anunció que el Alto Mando Militar
pondría sus cargos a la orden de las nuevas autoridades, eso se traducía,
necesariamente, en el reconocimiento de esas nuevas autoridades y por tal razón
era imposible reprochar a quien creyó actuar en el mismo sentido de sus
superiores, amén de que en ningún momento se demostró la aceptación del cargo."
Los Magistrados
Magistradas Suplentes,
Quien suscribe, Jesús Eduardo Cabrera Romero, disiente del fallo que antecede,
por las siguientes razones:
Como no se está juzgando a nadie, sino evaluando unos hechos, las defensas o
excepciones que conforman el fondo del asunto, no se discuten, y así las
eximentes de responsabilidad no son objeto en estos procedimientos ni de
alegatos, pruebas o sentencia. En un antejuicio sólo se examinan tres elementos:
Los elementos 1 y 3 no requieren plena prueba, sino prueba suficiente, a fin que
se declare si hay mérito para la prosecución penal contra el privilegiado,
quedando a éste la oportunidad de desvirtuar los tres elementos, en el resto de
la investigación o en el juicio que se le siga, donde ejercerá su derecho de
defensa y luchará por su absolución.
Ello resulta así, porque el antejuicio de mérito bajo comentario, comienza con
un pedimento del Fiscal General de la República, que el Código Orgánico Procesal
Penal llama querella y no acusación (artículo 377), y de seguidas no surge una
fase intermedia o parecida, sino una audiencia oral y pública para que el
imputado responda la querella.
Podría interpretarse que como el artículo 378 del Código Orgánico Procesal Penal
señala que la causa se tramitará conforme a las reglas del proceso ordinario, y
que el artículo 379 eiusdem, expresa, que concluido el debate se procederá a
sentenciar en el término de cinco días, el Código Orgánico Procesal Penal se
está refiriendo al debate probatorio. Pero tal interpretación es errónea, ya que
la causa que se tramitará conforme a las reglas del proceso ordinario, no es
otra que la que se seguirá al privilegiado si se declara que hay mérito para
enjuiciarlo, y el debate a que se refiere el artículo 379 Código Orgánico
Procesal Penal es el que tendrá lugar en la audiencia oral.
Si el antejuicio fuere para calificar una plena prueba contra los imputados, no
habría necesidad de posterior juicio, ya que ellos quedarían juzgados y
"condenados" de una vez.
El Fiscal para acreditar los hechos promovió una serie de audiovisuales que
fueron trasmitidos por todos los canales de televisión en los días 11 y 12 de
abril de 2002. Sus imágenes constituyen hechos notorios comunicacionales, ya que
a la cultura de la población se incorporaron como ciertos, así tal incorporación
no sea perenne. Debido a ello, los audiovisuales contestes proyectados por
todos los medios se reputan auténticos y pueden sus contenidos ser apreciados
por el juez. A eso se refiere la notoriedad comunicacional. Además, lo ocurrido
el 11 y 12 de abril de corriente año, en muchos de sus aspectos son hechos
notorios comunes, exentos de prueba.
Con los solos audiovisuales bastaba para demostrar que ocurrieron unos hechos,
su desarrollo en el tiempo y quiénes eran los partícipes en los mismos, ya que
dichas personas allí aparecen. Con su solo examen, ya es posible declarar que
hay méritos para enjuiciar a los privilegiados. Para asombro de quien disiente,
los audiovisuales no fueron ni analizados ni apreciados, cuando ellos
representaban fidedignamente los hechos, y esto constituye un grave vicio, el no
haber sido el fallo exhaustivo con la prueba.
El artículo 318 del Código Orgánico Procesal Penal que enumera las
causas de sobreseimiento, previene que éste se declare en la fase intermedia,
una vez que exista acusación en contra del reo, pero la naturaleza de las
causales, conduce a que algunas sólo, o preferentemente, deben ser dilucidadas
en el debate oral y público.
El Código Penal en sus artículos 201, 212, 225, 229, 270, 272, 282 y
283, por ejemplo, describen delitos y se remiten a otras normas para la fijación
de la pena. Está también es la situación del artículo 476 del Código Orgánico de
Justicia Militar, el cual aunque no hace expresamente la remisión, no por ello
el tipo que describe carece de pena. Igual técnica la repite el Código Orgánico
de Justicia Militar para tipificar el motín (artículo 488), el espionaje
(artículo 471) y la traición a la patria (artículo 464) y ¿cómo puede sostenerse
que dichos delitos no existen por no aparecer la pena junto al tipo, sino en
otra norma?
El artículo 476 describe la rebelión, en qué consiste; y con base en
ese marco, sin necesidad de nueva descripción, los siguientes artículos (477 y
478), dando por sentado en qué consiste la rebelión que describió el artículo
476, señalan las penas para las diversas facetas que puede tener el delito.
Las variantes, con sus penas, las contemplan los artículos 477 (presencia del
enemigo extranjero), 478 (presencia del enemigo rebelde), 481 (instigación a la
rebelión) o las otras variantes del artículo 486.
Ahora bien, el artículo 479 señala sanciones para los demás casos de rebelión
militar; es decir, para quienes se encuentren en el tipo del artículo 476, pero
que no actúan ante la presencia de enemigos extranjeros o de enemigos rebeldes,
ya que esas conductas fueron descritas y además penadas.
Las personas que se rebelen por cualquier causa distinta a la de los artículos
477 y 478 eiusdem, pero cuya conducta se subsume en la tipificada en los
numerales 1 y 2 del artículo 477 (que fueron los tomados en cuenta por el
artículo 479) serán penadas.
Por ello, quien disiente no entiende la aseveración del fallo de que se trate de
un delito sin pena. Se trata de un delito (artículo 476) que siempre irá
concordado con las penas que aparecen en los otros artículos.
Para quien disiente, resulta al menos curioso, que durante años los
Tribunales han juzgado a muchas personas, y se las ha condenado, aplicándoles el
artículo 476 aludido, y que tal situación de interpretación pacífica se
desconozca hoy por la Sala Plena de este Tribunal Supremo. Basta consultar
sentencia del 17 de mayo de 1973 de la Sala Penal de la Corte Suprema de
Justicia, con ponencia del Magistrado Antonio J. Lozada (GF. N° 80 3° et. P
668), o la sentencia de 9 de diciembre de 1977 (ponencia del Magistrado Ezequiel
Monsalve Casado), caso: Roberto Rodríguez y otros (G.F. N° 98 3° Et, vol II p.
1550), para que se evidencie que el artículo 476 del hoy Código Orgánico de
Justicia Militar se ha aplicado como típico del delito de rebelión. Entonces
¿cómo justificar este cambio sobre la aplicación de dicha norma? ¿Cómo explicar
que la Sala Penal ha juzgado a personas con aplicación del artículo 476 aludido,
y que ahora se concluye que él es inaplicable porque carece de pena? Con ese
mismo razonamiento, los artículos 477 y 478 del Código Orgánico de Justicia
Militar también serán inaplicables, ya que se fundan en un tipo (el artículo
476), que es per se y según el fallo antecedente, es inaplicable.
Salvo la propia declaración del imputado, no hay ninguna prueba que se analice o
mencione que justifique el transcrito aserto del fallo.
El Presidente,
Los Magistrados
La Secretaria,
Las decisiones del Magistrado Dr. Antonio García García están gravemente
viciadas en su génesis, ello por haber sido dictadas por un órgano
jurisdiccional inexistente. El indicado sentenciador, identificado como
Magistrado Dirimente, ya había cesado en sus funciones jurisdiccionales cuando
dictó las sentencias, en las cuales decidió con lugar las recusaciones,
careciendo del poder jurisdiccional para decidir sobre las mismas. Así ha debido
declararlo esta Sala Plena, en la oportunidad de pronunciarse sobre los recursos
de hecho ejercidos por los recusados al negárseles la apelación; siendo
procedente la reposición de la causa al estado de que las recusaciones fueran
decididas por el Juzgado de Sustanciación; el cual ya estaba en su normal
funcionamiento, integrado legalmente por el Presidente del Tribunal, Magistrado
Dr. Iván Rincón Urdaneta.
Al ser decidida la recusación, en fecha dos de julio de dos mil dos, por un
órgano jurisdiccional inexistente para esa fecha, como lógica consecuencia tal
sentencia también carece de existencia válida en derecho, no pudiendo producir
efecto alguno en las incidencias surgidas por las recusaciones.
Al dársele valor a una sentencia judicial inexistente, por ser dictada por quien
carecía del poder jurisdiccional, y de esa forma excluir de manera arbitraria a
dos Magistrados Titulares de la Sala Plena, para incorporar a dos Magistradas
Suplentes, es evidente que este órgano jurisdiccional ha resultado mal
constituido y, como necesaria consecuencia, al violarse disposiciones
constitucionales y legales, sus decisiones están gravemente afectadas de nulidad
absoluta y por tanto son completamente insalvables jurídicamente.
Los Magistrados,
La Secretaria,
OLGA M. DOS SANTOS P.
EXP. N° AA10-L-2001-000029.-
VOTO SALVADO
En otras palabras, tan sólo corresponde en la presente etapa a esta Sala Plena
valorar simples elementos. El fallo del cual disiento ha debido estimar el
cúmulo de pruebas que evidencian una situación que, independientemente de la
causalidad o imputación de sus autores, generaron zozobra, preocupación,
malestar, y grandes dudas sobre su esencia o sustrato constitucional. Por el
contrario el fallo del cual disiento, analiza exhaustivamente las pruebas
aportadas por la defensa, no así las del Fiscal General de la República, como
las audiovisuales entre otras, lo que se constituye en el vicio de "silencio de
prueba".
"...la Sala Plena no puede pasar por alto la gravedad de la situación que vivió
Venezuela durante los primeros días de abril de 2002, los cuales tuvieron
reflejo en la comunidad internacional al punto que la Organización de Estados
Americanos emitió un comunicado de prensa en el cual señaló: Con ocasión de
los acontecimientos del 11 de abril y la subsiguiente alteración del orden
constitucional la comisión (de la OEA) emitió un comunicado de prensa el 13 de
abril de 2002, en el que expresó, entre otras cosas, su más enérgica condena por
los hechos de violencia que costaron la vida de al menos 15 personas y causaron
heridas a más de un centenar. Asimismo, la Comisión lamentó constatar que
durante los días 12 y 13 de abril se produjeron detenciones arbitrarias y otras
violaciones a derechos humanos; deploró la destitución de las más altas
autoridades de todos los poderes públicos (incluido este Tribunal Supremo de
Justicia) y advirtió que dichos hechos configurarían los supuestos de
interrupción del orden constitucional contemplados en la Carta Democrática"
(Subrayado de este voto salvado, negrillas de la sentencia).
Elementos dados por ciertos por el propio fallo que, sin duda alguna, se
sumarían a los demás, para llegar a la conclusión de que sí existen suficientes
motivos para proceder a la apertura del juicio de fondo.
El Presidente,
Magistrados,
JESUS E. CABRERA ROMERO JOSÉ M. DELGADO OCANDO
La Secretaría,
3.- En esta etapa de "antejuicio" no puede exigirse plena prueba, pues, ésta
sólo es susceptible de ser exigida en la oportunidad de decidir sobre el fondo,
bastando en esta oportunidad simples elementos que generen dudas razonables
sobre la comisión del delito.
5. Todas las valoraciones efectuadas en las páginas finales del fallo, lejos de
obrar en descargo de los imputados, en realidad lo que alimentan son dudas
razonables que sólo podrían dirimirse mediante un juicio principal de fondo para
determinar la culpabilidad o inocencia de los implicados.
Por último, cabe observar que el tipo en sentido amplio comprende, como dice
Welzel, el tipo en sentido restringido o materia de la prohibición penal, la
antijuridicidad como presupuesto del delito, la culpabilidad o reprochabilidad y
las condiciones objetivas de punibilidad.
II
El antejuicio de mérito como presupuesto de procesabilidad
III
Rebelión militar y golpe de estado
IV
Antijuridicidad y Permisión
Exculpatoria
El principio de la legalidad
Los principios nullum crimen, nulla poena sine lege son, ciertamente, la piedra
angular del derecho penal ilustrado. Independientemente de la circunstancia de
que el artículo 476 no prevea literalmente pena alguna, una interpretación
sistemática (que no analógica) del Capítulo III del Código de Justicia Militar,
permite, conforme al artículo 479 eiusdem, sancionar el caso de rebelión militar
con la pena indicada en dicho artículo. Es necesario observar que el artículo
49.6. de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra el
principio de legalidad en términos de "delitos, faltas o infracciones" previstos
en leyes preexistentes (nullum crimen, sine lege) lo que conforma, en el
presente caso, la posibilidad de la interpretación sistemática indicada. Ello se
explica, porque los valores en que descansa la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, respecto de los delitos mayores, como los crímenes de
lesa humanidad y los crímenes contra la Constitución, exigen que el principio de
legalidad sea expresado de una manera más amplia, a saber, nullum crimen sine
iure, "lo que significa que las incriminaciones deben tener una base normativa y
no ser arbitrarias, aunque las penas no estén formuladas de manera expresa y
específica" (R. Mattarollo, La jurisprudencia Argentina reciente y los crímenes
de lesa humanidad [http: // www.rebelión.org/ddhh/al sur del sur,29.07.01.htm]).
Esto no quiere decir, por supuesto, que la pena sea arbitraria o ilegal, sino
que su formulación puede hacerse conforme a una hermenéutica progresiva que
integre, incluso, la ausencia explícita de la pena respecto de los delitos
expresamente tipificados en la ley, según técnicas sistemáticas, a saber, las
que resultan de una lectura holística del Capítulo III del Código de Justicia
Militar. La posibilidad hermenéutica o integrativa señalada autorizaría, así
mismo, la aplicación del artículo 144 del Código Penal.
El Estatuto de Roma, por ejemplo, prescribe los principios nullum crimen, sine
lege (artículo 22) y nullum poena sine lege (artículo 23) en forma separada, y
remite al artículo 77, cuando se refiere a las penas aplicables, lo que hace de
la punibilidad de los crímenes previstos en el artículo 5 eiusdem una
prescripción indeterminada con sujeción a lo dispuesto en el artículo 110 del
mismo Estatuto.
Nadie podría argumentar que no hay crímenes de lesa humanidad (mutatis mutandis
la sentencia reparada dice que "el delito de rebelión militar, en su forma
propiamente dicha, .... no existe en nuestra legislación castrense") por el
hecho de que el artículo 5 del Estatuto de Roma no establezca pena alguna y
porque, al establecerla en el artículo 77, en concordancia con el artículo 110
eiusdem, autorice la discrecionalidad de la Corte para imponerlas.
La Sentencia sostiene, por otra parte, que el sentido del artículo 476 del
Código de Justicia Militar debe interpretarse "necesariamente" conforme al
principio pro libertatis o favor libertatis, lo que entra en conflicto, dada la
magnitud del delito imputado, con el principio favor Constitutione, que exige la
protección y la garantía de la Ley fundamental.
VI
La competencia de la Sala Plena
Siendo que tal declaración es, como hemos dicho, presupuesto de procesabilidad
de los generales y admirantes, su objeto no es la tipificación de los delitos
imputados por el Fiscal General de la República, sino el pronunciamiento sobre
el mérito para instruir la causa, independientemente de la responsabilidad que
a dichos oficiales pueda incumbir por los delitos que el Fiscal les ha imputado.
Quedan así expuestos los reparos del Magistrado disidente al fallo anterior.
El Presidente
Magistrados,
Disidente
LEVIS IGNACIO ZERPA ANTONIO JOSÉ GARCÍA GARCÍA
La Secretaria,
JMDO/ns.-
Exp. n° 02-0029
En primer lugar, quien hace este voto salvado lamenta que en un caso histórico,
de gran importancia nacional, que seguramente será objeto de estudio para
generaciones actuales y futuras, la Sala Pena del Tribunal Supremo de Justicia
haya aprobado una ponencia que no refleja un análisis jurisprudencial y
doctrinario profundo que nos permita observar un estudio del derecho no solo en
la esfera nacional, sino inclusive en derecho comparado.
No refuto que sin pena no hay delito, siguiendo la máxima "nullum crimen nulla
poema sine lege", ya lo había señalado Hegel al considerar que "La pena es la
otra mitad del delito", por lo que sin pena no habría delito, muy a pesar de lo
reprochable del accionar de una persona.
Sin embargo, considero que para el caso en cuestión, es decir, en lo referente
al delito de rebelión militar, si hay una pena prevista en el Código Orgánico de
Justicia Militar, pero la confusión surge del error material evidente en
el que
Esta situación se observa al constatar que el artículo 479 del Código Orgánico
de Justicia Militar señala que "En todos los demás casos de rebelión militar la
pena será...", pero luego el mencionado artículo se refiere a los dos ordinales
del artículo 477 ejusdem en cuyo contenido ya se consagra una pena, por lo que
resulta evidente el error del legislados y que su intención era referirse al
artículo 476 ejusdem.
No puede considerarse a nuestra manera de ver, que el deseo del legislador era
dejar sin pena el delito de rebelión militar previsto en el artículo 476 del
Código Orgánico de Justicia Militar, y por el contrario, castigar otros delitos
como el de instigación a la rebelión consagrada en el artículo 481 ejusdem, ya
que esto sería absurdo. Mas aun si observamos que el mismo legislador en el
mismo Código refiere a la pena del artículo 476, cuando se desiste
voluntariamente (Art. 480) y cuando el delito de rebelión sea cometido por
civiles (Art. 487).
De esta forma, no creo que se puedan aplicar los artículos 1 del Código Penal ni
el 6 del Código Orgánico de Justicia Militar, ya que como señale anteriormente
los hechos que califican al delito de rebelión militar y la pena están previstos
en el ordenamiento penal militar.
Considero que era necesario que se dilucidaran los hechos ocurridos entre el 11
y 13 de abril, era indispensable en beneficio del interés del país nacional,
para favorecer a las generaciones actuales y futuras, a los fines de que muchos
de esos hechos no se repitieran jamás, dentro del marco de una Venezuela
democrática y respetuosa del estado de derecho.
Por las razones expuestas considero que la decisión de la Sala Plena debió haber
autorizado el enjuiciamiento de los imputados y ordenado remitir las actuaciones
al ciudadano Fiscal General de la República para que prosiguiera con las
averiguaciones de los hechos que se les imputaba a los altos oficiales militares
en cuestión.
El Presidente,
Los Magistrados,
La Secretaria,
III
CONCLUSIÓN DEL ALEGATO PREVIO FORMULADO, ES QUE EL FALLO DEL
CUAL DISIENTO ES
NULO DE NULIDAD RADICAL Y ABSOLUTA.
Por haber sido proferido por una Sala Plena Accidental ilegalmente
constituida, pues se excluyó en forma arbitraria de sus deberes y obligaciones
funcionariales, a los Magistrados Principales Omar Mora Díaz y Juan Rafael
Perdomo, cuya desincoorporación se produjo por decisión de un Juez que no era el
Juez Natural suyo, violentándoseles de esta manera la garantía que contiene
dicha previsión y también el debido proceso, al tiempo que cercenó el derecho a
la doble instancia el cual les daba la posibilidad de corregir el vicio
delatado, pues quien debía procesalmente juzgar la causa recusatoria era -como
ya se ha dicho-el Presidente del Tribunal Dr. Iván Rincón Urdaneta. Estos
elementos son suficientes para no concurrir a la aprobación del fallo
cuestionado, dada la potencial nulidad radical y absoluta del mismo. No obstante
y como he sostenido, que es de importancia actual el apego a la justicia y al
derecho, se hace impretermitible entrar a exponer las razones que estimo
ajustadas a la realidad social y procesal, y los cuales constituyen el
fundamento de mi oposición y rechazo a la tesis mayoritaria, razones que de
seguida desarrollo, así:
IV
DE LA FALTA DE PENA
Por otra parte, debo concluir que los errores en un texto normativo, no son
extraños; existiendo ante ello la interpretación lógica racional para
corregirlos. A mayor abundamiento quien disiente encuentra que el error antes
explicado, no es el único verificable en el texto normativo especial, lo cual
hace notorio su existencia y su necesidad de corrección para evitar el
sacrificio de la justicia por omisión de formalidades no esenciales a la cual
alude el artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
En este sentido cabe señalar que la primera regulación sobre la materia penal
militar aparece contenida en el Código de Justicia Militar y Naval, en el año
1933. Este cuerpo normativo tuvo poca vida jurídica, ya que el 17 de julio de
1938 entró en vigencia el Código de Justicia Militar, en cuyo artículo 576,
expresamente se deroga aquel Código de Justicia Militar y Naval de 1933.
Posteriormente se producen tres reformas parciales al Código de Justicia
Militar; en el año 1945 la primera (Gaceta Oficial de Venezuela Nº 153
extraordinaria de fecha 10 de octubre de 1945), en el año 1958 la segunda
(Gaceta Oficial de Venezuela Nº 25.777 de fecha 4 de octubre de 1958), y en el
año 1958 la tercera (Gaceta Oficial de Venezuela Nº 25.865 de fecha 17 de enero
de 1959). Y finalmente se dicta el Código Orgánico de Justicia Militar que en su
artículo 596, en vez de derogar el Código de Justicia Militar de 1938, se comete
un error material al derogar expresamente al Código de Justicia Militar y Naval
de 1933.
Como se evidencia, parece que el legislador tuvo varios errores en la redacción
del texto penal militar, pero que, de ninguna manera son lo suficientemente
graves como para justificar su anulación ni su falta de intención, en este
último caso, como es la de derogar el anterior régimen castrense contenido en el
Código de Justicia Militar de 1938. Errores subsanables por el jurisdicente en
aplicación de una interpretación sistemática y restringida de las normas que
conforman todo el texto normativo. En el sub iudice, el error indicado ut supra
sobre la pena aplicable al delito de rebelión militar debió considerarse como
tal y no establecer, como equivocadamente lo hace la disentida, que tal delito
no existe por no haber sido prevista la "pena".
De otra parte, el esencial principio nulla pena sine lege que expresa la
legalidad penal a los fines de imputar el delito y su pena, bajo el análisis
contenido en este voto salvado, y que trae a colación la sentencia de la cual
disiento, no se compromete ni se violenta, por cuanto la redacción de la ley
penal para calificar los delitos y sus penas, es obra de la voluntas
legislatoris al igual que cualquier otra, con la sola distinción de aquel
principio.
VII
DE LA "RENUNCIA DEL PRESIDENTE" HUGO CHÁVEZ FRÍAS Y DE SU
DETENCIÓN ILEGAL
Esta prueba hace que el establecimiento del hecho de que el ciudadano Hugo
Rafael Chávez Frías era un expresidente para el momento de la detención, sea
inexacto, lo cual determina que la mayoría sentenciadora incurre en el tercer
caso de suposición falsa previsto en el artículo 320 del Código de Procedimiento
Civil, que a la letra, dice:
"...que atribuyó a instrumentos o actas del expediente menciones que no
contiene, o dio por demostrado un hecho con pruebas que no aparecen en autos o
cuya inexactitud resulta de actas e instrumentos del expediente mismo..."
(Negrillas del disidente).
Los Magistrados,
La Secretaria,
Exp. AA10-L-2002-000029
* "Opúsculos de Derecho Criminal", Vol. VI, Temis, Pág 88.
* Al pie de la letra.
* A primera vista.