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6 TESIS BÁSICAS SOBRE


DIOS Y LOS HOMBRES
Armando H. Toledo

Existen seis verdades básicas sobre Dios y la humanidad que todos


debemos conocer, pues de ellas podrían depender tanto nuestra
comprensión, felicidad y propósito en esta vida como nuestra seguridad en
cuanto a nuestro destino eterno.

PRIMERA TESIS:

DIOS EXISTE Y ES UN SER INFINITO


Y PERSONAL
A. SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS

1. Muchos argumentos se han esgrimido a lo largo de los siglos


que han pretendido demostrar la existencia de Dios; sin
embargo, el sistema de pensamiento cristiano no adulterado
por el evidencialismo iluminista moderno nunca los ha
necesitado. La existencia de Dios es una premisa indiscutible,
es un principio propiamente básico, y es el paradigma sobre
el cual se yergue el resto de la cosmovisión cristiana. Sin
teísmo no hay cristianismo.

2. Siempre resultará inútil tratar de probar a los incrédulos que


Dios sí existe—los incrédulos comprometidos con su
incredulidad siempre van a presentar razones para justificar su
continuidad en la increencia—. Además, nos queda claro que
“la existencia” no es el atributo esencial de la Divinidad: hasta
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los demonios creen que existe un Dios y tiemblan (Santiago
2:19), pero no se pueden arrepentir; y las iglesias religiosas
están llenas de gente que admite creer que Dios existe, pero
que viven como si Dios no existiera.

3. Uno no puede realmente creer en Dios y ser agradecido con él


por la creación natural, digamos, sin creer que existe ese
‘Alguien’ con quien ser agradecido. Ni puede uno confiar en
Dios y entregar su vida a él sin creer que Él está “ahí”; justo
como el autor de Hebreos decía: “Cualquiera que se acerca a
Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes
lo buscan” (Hebreos 11:6 NVI).1 Nadie busca aquello que no
cree que exista.

4. En el sistema de pensamiento cristiano, la existencia de Dios


siempre se ha dado por sentada. Así, “creer en Dios” nunca
hace referencia al último paso de ninguna argumentación
demostrativa de naturaleza filosófico-teológica. “Creer en
Dios” significa “creerle a Dios”, es decir, aceptar sus
propósitos eternos, comprometer la vida a él y vivir
obedientemente en su presencia.

B. SOBRE LA INFINITUD DE DIOS

1. El Dios judeocristiano es completamente diferente a los falsos


dioses de las otras religiones del mundo. Él es infinito y personal.
Los dioses de Oriente son infinitos por definición, pero sólo en el
sentido de que lo abarcan todo, incluyendo lo masculino y lo
femenino, lo cruel y no cruel, lo bueno y lo malo etc. Pero nunca
son personales. En contraste, los dioses de Occidente, los dioses
griegos y los romanos, el gran dios Thor y los dioses
anglosajones y teutónicos eran personales, pero siempre
imperfectos y finitos.
1 A menos que se indique otra cosa, las citas bíblicas serán tomadas básicamente de la Sagrada Biblia Nueva Versión Internacional
en español y de la New International Version. Cuando se cite de la traducción al español, la llamaremos NVI; cuando se haga de la
traducción al inglés, NIV. La Sagrada Biblia Nueva Versión Internacional en español es la versión oficial del Colegio Bereano y la
Comunidad Ágape.

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2. Desde la perspectiva de la infinitud, existe un gran abismo
entre Dios y su creación. Dado que Él crea todas las cosas
fuera de sí mismo, todo lo demás es criatura, y, por lo tanto,
finita.

3. De esta manera, el hombre, el animal, el vegetal y los


elementos, en la perspectiva bíblica se encuentran igualmente
separados infinitamente de Dios, en el sentido de que Dios no
tuvo principio ni tendrá fin. A Dios, por definción, nada lo
originó, e igualmente nada le puede poner fin. El siguiente
diagrama representa el abismo que separa al Creador infinito
de su creación finita desde el punto de vista de los orígenes:

DIOS CREADOR
(Infinito - Personal)
Abismo

Hombre
Creación Animal
finita Vegetal
Elemento

4. “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él [...]
no vive en templos hechos por los hombres, ni necesita que
nadie haga nada por él, pues él es quien nos da a todos la vida,
el aire y las demás cosas [...] porque en Dios vivimos, nos
movemos y existimos” (Hechos 17:24-28).

5. Es importante entender con claridad la naturaleza infinita de


Dios, pues de lo contrario caeremos en pseudoproblemas
filosóficos como aquel que plantea: “Si suponemos que Dios es
el creador de todo lo que hay, entonces ¿quién creó a Dios?”
Se trata, de hecho, de un falso planteamiento, porque la
estructura de la misma pregunta realmente supone que
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“Alguien” creó a Dios, y que solo es cuestión de hallar al
responsable. Pero si suponemos que ese “Alguien” sí existe y
se llama “X”, el resultado es la siguiente afirmación: “X creó a
Dios”. El problema ahora es que, si “X” creó a Dios, entonces
“Dios” ya no importa mucho: sería finito, pues habría sido
creado por “X”. En ese sentido, el verdadero “Dios” sería “X”.
La aparentemente nueva pregunta ahora es: “¿Quién creó a
X?”. Esta segunda pregunta es exactamente la misma que la
primera: solo retrocedimos un paso, pero no resolvimos nada; y
podríamos seguir haciéndolo ad infinitum sin solucionar el
supuesto problema. Y es que el problema realmente no existe
cuando entendemos correctamente la naturaleza infinita de
Dios. Es decir que ese supuesto “Alguien” que habría creado a
Dios realmente no existe. Así, la respuesta a la pseudopregunta
original es: “Nadie creó a Dios”. De ahí llegamos al más básico
de los atributos de Dios: Él es el único Ser que existe sin la
necesidad de deberle su existencia a nada ni nadie más. Dios
existe por si mismo. El es un “ser”, cierto, pero no en el sentido
en que lo es una cosa creada. Él es EL SER, es decir, la fuente
misma de toda existencia (Éxodo 3:14).

C. SOBRE LA PERSONALIDAD DE DIOS

1. Se dice que Dios es personal o que tiene personalidad. Ser


personal (o tener personalidad) significa tener consciencia de la
propia existencia; tener una identidad propia que permita
diferenciar el “yo” del “tú” y del “otro”; tener la capacidad de
elegir entre opciones reales, y la capacidad de responder a las
consecuencias de esas elecciones; tener la consciencia que
permita diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre lo justo y lo
injusto, entre lo feo y lo hermoso, entre lo temporal y lo
permanente, etc.

2. Dios es el origen de toda personalidad, tanto de la personalidad


humana como de la personalidad angélica. Por eso, es correcto

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decir que hay personas humanas, personas angélicas y personas
divinas. Dios ha plasmado en esas creaciones los rasgos
propios de su personalidad: todas ellas son conscientes, libres y
responsables.

3. Como hemos dicho, es correcto decir que Dios es personal o


que tiene personalidad, pero hay peligro de confusión al decir
que “Dios es una persona”. Las personas unas (únicas) no
existen. No puede haber nunca “una sola persona”, y si hubiera
un mundo donde solo existiera una sola persona, esta no puede
sostener su personalidad por sí misma durante mucho tiempo.
En la soledad, la personalidad ya formada se disuelve hasta
desaparecer, y la aun no formada nunca puede aparecer. La
personalidad solo se origina y se sostiene en la presencia de
otras personas de la misma naturaleza.

4. Cuando Dios creó a la persona humana de Adán y lo puso entre


multitud de seres vivos pero impersonales, pronto Él mismo
concluyó que el hombre realmente estaba “solo”, y que eso ‘no
era bueno’ (Génesis 2:18). De hecho, “…no se encontró entre
ellos la ayuda adecuada para el hombre” (2:20. Énfasis mío.).
Pero cuando Dios trajo a Adán otra persona de su misma
naturaleza humana, el mismo Adán dijo satisfecho: “Ésta sí es
hueso de mis huesos y carne de mi carne”, lo cual no pudo
decir de los vegetales ni de los animales, ni habría podido decir
de Dios, cuya naturaleza es divina (2:23). Este aparente “error”
de Dios no es otra cosa sino una revelación indirecta en la que
nos dice que “Dios” no puede ser una persona sino varias. Y
sabemos que “varias” comienza con dos. Es como si Dios nos
dijera: ‘Yo no estoy solo. No puedo estarlo. Tampoco tú. No es
bueno.’

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SEGUNDA TESIS:

DIOS CREÓ AL HOMBRE FINITO,


PERO A SU IMAGEN
A. SOBRE LA FINITUD DEL HOMBRE

1. Dios creó al hombre, así como a los animales, los vegetales, y


los demás elementos; por lo mismo, el hombre es finito: tuvo
un origen y tendrá un fin. Y aún cuando el hombre llegara a
adquirir un tipo de vida que no tenga fin, no dejará de ser
finito, pues siempre habría tenido un origen. La infinitud lo es
no solo hacia “adelante” sino también hacia “atrás”:

= SER FINITO
Con origen Con final

= SER FINITO
Con origen Sin final

=SER INFINITO
Sin origen Sin final

1. “Todos los hombres son como hierba del campo y toda su


gloria es como la flor de la hierba. Cuando la hierba se seca, la
flor se marchita” (Isaías 40:6-7).

3. El problema para el hombre al ser finito radica en que no puede


ser un punto de integración suficiente para sí mismo. Sin
embargo, esto no significa que la vida humana carezca de
valor, pues, aunque es finito, es diferente a toda otra criatura
que no es de naturaleza humana. Así, la ventaja del hombre
finito con respecto al resto de la creación radica en que es
personal.

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B. SOBRE LA PERSONALIDAD DEL HOMBRE

1. La Biblia afirma que cuando consideramos al hombre desde la


perspectiva de la personalidad, encontramos una gran
diferencia cualitativa entre el hombre y el resto de las cosas
creadas (finitas), que existen.

2. Dice la Biblia que dijo Dios: “‘Hagamos al ser humano a


nuestra imagen y semejanza’. [...] Y Dios creó al ser humano a
su imagen; lo creó a imagen de Dios…” (Génesis 1:26-27).

3. Desde la perspectiva de Su personalidad, Dios creó al hombre


como él mismo: según su propia imagen, es decir como ser
personal. Así, el hombre es semejante a Dios, pues comparte
con él los atributos propios de la personalidad: la conciencia, la
razón, el amor, la libre voluntad, la sociabilidad, la
responsabilidad, etc.

4. De este modo las relaciones del hombre no sólo son


descendentes (hombres—cosas) y horizontales (hombre—
hombre), sino también ascendentes (Dios—hombre).

DIOS CREADOR
(Infinito - Personal)

Hombre

Abismo

Animal
Vegetal Creación
Elemento impersonal

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5. El hombre es hecho a imagen de Dios, por tanto, desde la
perspectiva de la personalidad, ahora el abismo no está entre
Dios y el hombre, sino entre Dios-y-el-hombre con respecto al
resto de la creación, que es impersonal.

6. Aunque del lado de la infinitud los seres humanos podemos ser


tan abismalmente diferentes de Dios como lo puede ser una
roca o cualquier otra cosa finita en el universo, no obstante,
podemos finalmente conciliar el hecho de ser finitos y al
mismo tiempo personales.

TERCERA TESIS:

EL HOMBRE SE REBELÓ Y VIVE EN PECADO Y


SEPARADO DE DIOS
A. DIOS Y EL HOMBRE.

1. El hombre, aunque finito, fue creado por Dios con una


naturaleza personal para gozar de una relación personal con su
Creador.

2. Pero la realidad nos muestra que actualmente las cosas no son


así. La gran mayoría de los seres humanos no sólo no conocen
a Dios personalmente, sino que muchos dudan que haya tal
cosa como un Dios. ¿Por qué?

B. EL HOMBRE SE REBELÓ.

1. “Dice el necio en su corazón: ‘No hay Dios’. Están


corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que
haga lo bueno! […] Todos se han descarriado, a una se han
corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay uno
solo!” (Salmo 53:1-3).

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2. La Biblia enseña que el hombre actualmente está perdido, pues
hubo un tiempo en que hizo una elección real y verdadera:
decidió vivir autónoma e independientemente de la voluntad de
Dios, de modo que su relación personal quedó interrumpida.

3. “Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su


propio camino” (Isaías 53:6).

C. EL PECADO Y LA MUERTE DEL HOMBRE.

1. El hombre se rebeló y vive en pecado. A esta actitud de


rechazo deliberado e indeferencia hacia Dios, es a lo que la
Biblia llama pecado.

“Todos se han descarriado; todos están corrompidos por el


pecado. No hay ninguno bueno. ¡Ni siquiera uno!”
(Salmos14:3).

2. El hombre está muerto, pues vive separado de Dios. El pecado


genera un nuevo abismo de separación entre Dios y el hombre,
pues el hombre es pecador y Dios es santo.

DIOS
(Santo)

Abismo

Hombre
(pecador)

“Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están


destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

“La paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).

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CUARTA TESIS:

DIOS INTERVINO EN LA HISTORIA HUMANA EN LA


PERSONA DE JESÚS DE NAZARET PARA RECONCILIAR
AL HOMBRE CONSIGO MISMO
A. LA NECESIDAD DEL HOMBRE.

1. Desde siempre, los seres humanos han intentado encontrar un


sentido de la existencia individual y social y satisfacer su
necesidad espiritual por muchos medios: el poder, la riqueza, el
placer, la belleza, a fama, la religiosidad, la filosofía, la
ciencia, etc.
El resultado: un miserable fracaso.

2. El filósofo y matemático Blas Pascal, observó con acierto que


“existe en el corazón de cada hombre un vació en forma de
Dios, que no puede ser llenado por ninguna cosa creada, sino
solamente por Dios, el Creador.”

3. San Agustín, el gran pensador cristiano, concluyó lo siguiente:


“Nos has hecho para ti, ¡oh, Dios! Y nuestros corazones no
tendrán descanso hasta encontrarlo en ti.”

B. LA SOLUCIÓN DE DIOS

1. El Nuevo Testamento afirma que el Dios infinito que existe


más allá del tiempo y el espacio visitó el mundo creado en la
persona de Jesús de Nazaret.

2. Dice la Biblia que Dios se hizo hombre y vivió entre nosotros:

“La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a


este mundo. Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y
aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del

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mundo no le recibieron [...] Aquel que es la Palabra se hizo
hombre y vivió entre nosotros” (Juan 1:9-11.14)

DIOS
(Santo)

Abismo

Hombre
(pecador)

QUINTA TESIS:

DIOS AMA AL HOMBRE Y DESEA DARLE


VIDA NUEVAMENTE.
A. DIOS AMA AL HOMBRE Y LO DEMUESTRA.

1. El Nuevo Testamento afirma que, ante la imposibilidad


humana para cruzar el abismo, Dios proveyó, en un acto de
amor y compasión, el medio para acercar al hombre a sí mismo
y recuperar la relación que se había perdido.

2. “Dios muestra que nos ama, en que, cuando todavía éramos


pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8)

3. “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que dio a su Hijo


único, para que todo aquél que cree en él no muera, sino que
tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo
para condenar al mundo, sino para salvarlo” (Jun 3:16,17).

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B. LA SALVACIÓN ES GRATUITA

1. La Escritura enseña que Dios ésta dispuesto a perdonar al


hombre, pero únicamente mediante la fe sola (es decir sin
esfuerzo humano) en el testimonio y sacrificio definitivo
realizado por Cristo en la cruz.

2. “Dios los ha salvado gratuitamente, por medio de la fe. Ustedes


no tienen mérito en este asunto; es un regalo de Dios y no tienen
por qué sentirse orgullosos, porque no lo consiguieron por sus
obras” (Efesios 2:8,9).

SEXTA TESIS:

DEBEMOS INDIVIDUAL Y VOLUNTARIAMENTE CREER EN


CRISTO COMO SALVADOR Y ACEPTARLO COMO
SEÑOR
A. DEBEMOS ACEPTAR A CRISTO PARA ALGÚN DÍA LLEGAR A SER
VERDADEROS HIJOS DE DIOS

1. No es suficiente con creer en Dios (Santiago 2:19), ni con estar


intelectualmente de acuerdo en que Cristo es Su Hijo y murió
voluntariamente para el perdón de nuestros pecados. Es
necesario recibirlo como Señor para ser un verdadero hijo suyo.

2. “Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. Pero a


quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio
de ser llamados Hijos de Dios” (Juan 1:11-12).

3. No todos los hombres son hermanos en Cristo. Desde la


perspectiva bíblica sólo son hermanos los hijos de un mismo
padre. Sólo cuando una persona se rinde y acepta como Salvador
al Mesías profetizado, es que llega a ser un hijo de Dios. Así lo
enseño Jesús (Mateo 23:8-10).

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B. TRES TIPOS DE PERSONAS

1. Según el Nuevo Testamento existen tres clases de personas en


el mundo (1 Corintios 2:14-3:3). ¿Cuál de los siguientes
diagramas representa el tipo de persona que usted es hoy?

a. La persona natural

Tiene una vida egocéntrica y autodirigida, y no se ha


rendido a la soberanía de Jesucristo en su vida:

“Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él”


(Romanos 8:9). “El que no tiene el Espíritu no puede
aceptar lo que viene del Espíritu de Dios, pues le parece
una locura. No lo puede entender, porque hay que
discernirlo con la ayuda del Espíritu” (1 Corintios 2:14).

b. La persona espiritual

Tiene una vida cristocéntrica y obediente, vive rendida a


la soberanía de Jesucristo en su vida y está empoderada
por el Espíritu Santo de Dios:

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“Nosotros no andamos conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu” (Romanos 8:4). “El espiritual
juzga todas las cosas y nadie lo juzga a él… porque tiene
la mente de Cristo” (1 Corintios 2:15-16).

b. La persona mundana (carnal)

Se supone que ha rendido su vida a Cristo, pero vive en


fracaso, pues ha decidido vivir la vida cristiana en sus
propias fuerzas y con sus propios recursos:

“Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a


espirituales, sino como a inmaduros, apenas niños en
Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento
sólido, ni pueden todavía, pues aún son inmaduros.
Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no
serán inmaduros? ¿Acaso no se están comportando
según criterios meramente humanos?” (1 Corintios 3:1-
3).

C. ES POSIBLE VIVIR UNA VIDA CRISTIANA SOBRENATURAL Y


FRUCTÍFERA EN ABUNDANCIA

1. Jesús dijo:

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he


venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (Juan 10:10).

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“Yo soy la vid, ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y
yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada
pueden hacer” (Juan 15:5).

“Recibirán poder, cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu


Santo, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8).

2. El apóstol Pablo dijo:

“El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,


bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay
ley” (Gálatas 5:22-23).

3. ¿Qué dices tú? ¿Estás listo para entregarle tu vida a Cristo Jesús
y comenzar a vivir una vida plena con un propósito eterno y
marcada cotidianamente por lo sobrenatural? Si es así, díselo:

“Dios, gracias por existir y por ser una persona infinitamente


amorosa y compasiva. Reconozco que fui creado a tu imagen y
semejanza para vivir una relación personal contigo a través de
Jesucristo, tu Hijo eterno, pero que he perdido el tiempo viviendo
a mi manera y alejado de ti. Gracias porque Jesús murió en mi
lugar en la cruz para que yo pudiera ser perdonado de mi
condición de pecador, para poder regresar a ti, y para vivir una
vida llena de propósito. Jesús, te invito a entrar a mi vida, hacerte
cargo de ella y a poner orden en todos mis asuntos, sean grandes
o pequeños, según tu propósito eterno para mi existencia. Gracias
por escucharme y por ayudarme a iniciar una vida nueva, junto
con otros que te aman y te sirven. Amén.”

“Así que, si alguno ya está en Cristo, es una nueva creación.


¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!

—Apóstol Pablo (2 Corintios 5:17)

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