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The Second Coming of Saturn: The Great Conjunction, American Temple, and
the Return of the Watchers
By Derek P. Gilbert
All rights reserved. Published 2021. Printed in the United States of America
ISBN: 978-1948014519
A CIP catalog record of this book is available from the Library of Congress.
All Scripture quotations from the English Standard Version unless otherwise
noted.
______________
La presente traducción, edición y publicación en español es responsabilidad de The Ucli Press.
Ha sido traducida a partir de un ejemplar de la edición en rústica con las licencias bíblicas de Lucas
11:33 y 1 Corintios 3:22-23, y sin otro afán que el de difundir lo mejor de la inteligencia cristiana
mundial en idioma español entre las juventudes estudiantiles y profesionales de América Latina, para
fomentar el desarrollo de una fe cristiana inteligente, dada la urgencia de los actuales e inminentes
eventos finiseculares.
The Ucli Press invita a sus alumnos y simpatizantes a que adquieran y lean las obras de Derek P.
Gilbert e inviten a otros a hacer lo mismo.
Siempre se distribuirá gratuitamente a quien solicite un ejemplar en formato digital PDF de esta
edición a:
launiversidadcristianalibre@gmail.com
theuclipress@outlook.com
Prefacio
1. Semyaza 7
2. Secretos y espíritus 17
4. Kumarbi 37
5. Urkesh 45
6. El Abi 53
10. El 97
PREFACIO
1
Mateo 12:22-26.
2
Apocalipsis 2:13. Pérgamo fue el hogar del “Trono de Satanás”, es decir, el gran
altar a Zeus.
__________________________________________________________________
PRÓLOGO
Por el pastor Carl Gallups
LA GRAN CONJUNCIÓN
1
Mientras tanto, los cielos nocturnos sobre nuestra casa
presentaban una vista poco común cuando los dos planetas más
externos visibles a simple vista, Júpiter y Saturno, se acercaron a una
décima de grado el uno del otro en el solsticio de invierno, el 21 de
diciembre de 2020. Esta fue la conjunción más cercana entre los dos
desde 1623 y la conjunción observable más cercana desde 1226.3 El
famoso astrónomo Johannes Kepler pensó que este evento
astronómico podría haber sido la estrella de Belén que guio a los
magos hasta el niño Jesús, aunque la conjunción Júpiter-Saturno más
cercana al nacimiento de Jesús fue en el año 7 a.C., demasiado pronto
para las otras pistas históricas en la Escritura.4
Eso no ha impedido que los medios de comunicación llamen a
la Gran Conjunción "la Estrella de Navidad", a pesar de que el evento
real fue mucho menos impresionante que la Estrella de Belén
representada en las tarjetas de felicitación. El vínculo entre la
Navidad y el solsticio de invierno, que ha sido aceptado por algunos
cristianos bien intencionados, pero mal informados, es ciertamente
más aceptable para nuestra cultura secular que una conexión con el
Dios hecho carne. Ciertamente, los principados y potestades detrás de
escena prefieren que identifiquemos la temporada con Saturnalia, y
el dios oscuro detrás de ella, en lugar de Jesucristo.
Nos ocuparemos de eso en este libro, pero para que conste: la
selección del 25 de diciembre como la fecha para celebrar el
nacimiento de Cristo no tuvo nada que ver con Saturnalia o el
solsticio de invierno. Además, Saturnalia no siempre se celebraba en
diciembre, y ni siquiera recibió el nombre original de Saturno.
3
Deborah Byrd y Bruce McClure, “Jupiter and Saturn’s Great Conjuction Is
Today”, EarthSky, diciembre 21, 2020.
4
La Estrella de Belén bien pudo haber sido una serie de conjunciones en el año 3
aC. Que culminaron el 11 de septiembre de ese año cuando Júpiter y Régulo se
unieron, representando al rey del panteón romano y la “estrella del rey” en la
constelación de Leo. Vea E. L. Martin’s The Star That Astonished the World,
disponible para su lectura gratuita en línea.
2
Los cristianos entendemos que nuestras vidas no están dictadas por
los movimientos de los planetas. La astrología, definida como mirar a las
estrellas para predecir el futuro, está prohibida en las Escrituras,5 y
además es ciencia basura. Aun así, es significativo que la Gran
Conjunción cayó exactamente un mes antes de que el Foro Económico
Mundial se reuniera para revelar su Gran Reinicio. ¿Por qué? Porque
incluso en nuestra era tecnológicamente avanzada, la astrología aún guía
las acciones y decisiones de muchas personas productivas e inteligentes.
De hecho, está experimentando una especie de auge en los últimos años.
Un estudio realizado por Pew Research encontró que aproximadamente
un tercio de los estadounidenses entre las edades de dieciocho y cuarenta
y nueve años creen en la astrología,6 parte de una creciente industria de
“servicios psíquicos” que genera más de $2 mil millones al año en los
Estados Unidos.7
Los astrólogos llaman a la Gran Conjunción de 2020 la “Gran
Mutación”. Saturno y Júpiter se encontraron en los 0º de Acuario, lo que
significa el final de una transición de los signos de la “tierra” al “aire”.
(Sí, más de medio siglo después de que el grupo The 5th Dimension
lanzara su canción icónica Aquarius, finalmente hemos entrado por
completo en la Era de Acuario). Los astrólogos afirman que esto indica
un cambio a un mundo que es menos materialista y más descentralizado:
una transformación en el nuevo orden socialista del Foro Económico
Mundial.
En resumen, parece que algunas personas muy poderosas creen que
la Gran Mutación es el detonante del Gran Reinicio, y están trabajando
muy duro para que así sea.
¿Qué tiene que ver Saturno con la geopolítica o la política
económica? Aquellos que creen que nuestra vida está regida por las
5
Deuteronomio 18:10; Isaías 47:13-14.
6
Claire Gecewicz, “’New Age’ Beliefs Common among Both Religious and
Nonreligious Americans.” FactTank, octubre 1°, 2018.
https://www.pewresearch.org/fact-tank/2018/10/01/new-age-beliefs-common-
among-both-religious-and-nonreligious-americans/, recuperado el 28 dic., 20.
7
“Psychic Servicies in Industry in the US.” IBISworld, diciembre 1, 2019.
https://www.ibisworld.com/united-states/market-research-reports/psychic-services-
industry/, recuperado el 28 diciembre, 2020.
3
estrellas te dirán que Saturno significa un regreso a la realidad. Las reglas,
la estructura, el trabajo duro y las viejas formas de hacer las cosas se
atribuyen a Saturno. Júpiter, por otro lado, representa la percepción
espiritual y la innovación. El conflicto entre esos dos recuerda su historia
en las religiones de Grecia, Roma, Anatolia (la antigua Turquía), Canaán
y Mesopotamia, como se revela en los mitos de Zeus y Kronos, Teshub y
Kumarbi, Baal y El, y Marduk y Enlil.
Para enfatizar el punto, repetiré: El movimiento de los planetas y las
estrellas a través del cielo no tienen ninguna influencia en nuestras vidas.
Pero ciertas personas importantes creen que sí, por lo que vale la pena
prestar atención. Queremos entender lo que el enemigo —me refiero a
ángeles caídos y demonios— quiere que pensemos.
Saturno ha sido conocido por muchos nombres a lo largo de los
años. En Grecia, fue Cronos, rey de los titanes. Para los fenicios, era
conocido como Baal Hamon. Los hititas y los hurritas, que vivían en lo
que hoy es Turquía y las regiones kurdas del norte de Siria e Irak, lo
llamaban Kumarbi. Los cananeos lo llamaban El, mientras que sus
primos amorreos más al este lo conocían como Dagan (Dagón de los
filisteos). Era Assur, dios principal de los asirios, y en Akkad y Sumer,
era Enlil.
Reuniré evidencia para mostrarles que esta entidad también era
Milcom, el dios principal de los amonitas, cuyo nombre fue
tergiversado por los profetas hebreos en Moloc, la abominación que
exigía que sus seguidores sacrificaran a sus hijos en el fuego y que
convenció a Salomón para edificar un lugar alto en el monte de los
Olivos desde el cual se contemplara el templo de Yahveh. Argumentaré
que el mundo antiguo lo conocía como Semyaza, líder de una facción
rebelde de ángeles poderosos que conspiraron para corromper a la
humanidad y robar el dominio de la tierra para su propia raza de
descendientes híbridos, los gigantescos nefilim. Mostraré que el culto
de los muertos que Sharon y yo documentamos en nuestro libro
Veneration de 2019 se inspiró en esta entidad y, gracias a
descubrimientos arqueológicos recientes, podemos identificar las raíces
históricas del culto en la llanura de Ararat, la tierra debajo de las
montañas. donde se posó el arca de Noé.
4
Y argumentaré que las Escrituras paralelas en Isaías 14 y Ezequiel
28 son condenaciones de esta entidad, y no de la serpiente del Jardín
del Edén.
En otras palabras, Lucifer no es Satanás, es Semyaza.
Si esto te suena como una combinación fantasiosa de la Biblia con
una mezcolanza de mitos y leyendas antiguos, habrías estado entre una
pequeña minoría en la iglesia primitiva. Los cristianos durante los
primeros siglos después de la Resurrección sabían que los dioses de sus
vecinos paganos eran ángeles caídos y demonios. Pablo, por su parte, fue
explícito en ese punto. Además, los primeros Padres de la Iglesia
identificaron a los héroes y semidioses de Grecia y Roma como los
refaítas de Canaán, a quienes se entendía que eran los espíritus
demoníacos de los nefilim destruidos en el Diluvio.
La Biblia nos dice que Saturno/Semyaza y sus co-conspiradores
están encadenados en un lugar de oscuridad impenetrable, donde
permanecerán hasta el tiempo del fin. Menos de cien años después de que
Juan escribiera el libro de Apocalipsis, uno de los primeros teólogos
cristianos más importantes, Ireneo de Lyon, especuló que el Anticristo
profetizado podría llamarse “Teitán”, una variante de “Titán” que
numerológicamente equivale a 666. Eruditos religiosos judíos que
tradujeron las Escrituras hebreas al griego unos tres siglos antes del
nacimiento de Jesús hicieron obvia la conexión al traducir la palabra
hebrea refaim a titanes y gigantes.
El objetivo de este libro es arrojar algo de luz sobre un poderoso
rebelde sobrenatural que todavía influye en el mundo de hoy.
Examinaremos lo que los antiguos creían sobre esta entidad y
compartiremos algunos ejemplos sorprendentes de cómo todavía se le
venera. Los tecnócratas y las sociedades secretas están trabajando para
dar vida a lo que creen que es una profecía de más de dos mil años,
compuesta por el poeta romano Virgilio justo después del reinado de Julio
César, menos de medio siglo antes del nacimiento de Jesús.
El poeta anticipó el regreso de una Edad de Oro, anunciada por un
salvador, un niño que “recibiría la vida de los dioses” y crecería para
gobernar un mundo en paz. En años posteriores, algunos cristianos
intentaron interpretar el poema como una profecía de Jesucristo, pero la
pieza es claramente pagana. Virgilio anhelaba “una nueva generación de
5
hombres enviados del cielo” y “héroes con dioses mezclándose”,
conceptos que no son exactamente cristianos. Sin embargo, son
totalmente consistentes con el futuro pluralista y transhumano imaginado
por los globalistas en el Foro Económico Mundial.
La relevancia de la obra clásica de Virgilio es esta: el poeta pagano
profetizó que este futuro glorioso llegaría cuando “el majestuoso rollo de
los siglos circulares comience de nuevo”. Astrólogos, miembros de la
Nueva Era, ocultistas y algunas de las personas más ricas y poderosas del
mundo creen que este Gran Reinicio cósmico comenzó con la Gran
Conjunción del 21 de diciembre de 2020, un evento que marcó un nuevo
comienzo; un cambio bendito desde el duro y férreo cetro de Júpiter, y el
regreso del antiguo reinado de Saturno.
6
_______________________________________________________
Capítulo 1
SEMYAZA
7
Todos sus aspectos, sin embargo, están vinculados al inframundo.
Pistas incrustadas en los mitos y rituales de las culturas que ocuparon las
tierras de la Biblia conducen a fascinantes conclusiones sobre la
naturaleza de este personaje.
Lo más significativo es que encabezó una rebelión contra Dios que
fue recordada por los judíos del período del Segundo Templo, la época
que incluye los ministerios de Jesús y los apóstoles. Este levantamiento,
que se cree que es una de las razones por las que el mundo se encuentra
en su estado caído, se menciona en el Nuevo Testamento, sobre todo en
Pedro y Judas. Esta rebelión no solo violó un tabú contra las especies que
se propagan fuera de su propia especie, sino que Saturno y sus colegas
también fueron condenados por enseñarle a la humanidad cosas que se
suponía que no debíamos saber.
Por esta rebelión, él y sus asociados fueron desterrados al Tártaro.
Esta es una información importante que, sin embargo, no es obvia para
los hispanoparlantes porque la palabra griega tartarōsas en 2 Pedro 2:4 se
traduce como “infierno” en la versión más comúnmente leída por los
creyentes (Reina-Valera, 60).
Sin embargo, a pesar de que su rebelión tuvo lugar antes del Diluvio de
Noé y probablemente fue la razón de ello, este ángel caído todavía afecta a
nuestro mundo hoy, y no en el buen sentido. ¿Cómo es eso posible? Solo
podemos especular, pero intentaré ofrecer algunas razones plausibles.
Comenzaremos con su encarnación más antigua y avanzaremos en el
tiempo. Esto nos lleva de regreso al primer libro de la Biblia, donde los
primeros cuatro versículos del sexto capítulo de Génesis describen, muy
brevemente, un evento que tuvo un impacto de gran alcance en la humanidad.
8
Esos cuatro versículos se encuentran entre los más
controvertidos de la Biblia. La iglesia primitiva entendió su
significado. Así lo hicieron los apóstoles. En resumen, los “hijos de
Dios” eran seres sobrenaturales que vinieron a la tierra y se aparearon
con mujeres humanas. Estas uniones produjeron una descendencia
monstruosa con consecuencias desastrosas.
Esta no es la opinión mayoritaria de los teólogos cristianos de
hoy. La mayoría de los seminarios enseñan que los bene ha'elohim de
Génesis 6 eran descendientes varones justos de Set, el tercer hijo de
Adán y Eva. Los Nefilim fueron creados por sus uniones con las
perversas descendientes femeninas de Caín. Esta interpretación se
introdujo en la corriente principal de la teología cristiana a principios
del siglo V d.C. por Agustín, el obispo de Hipona, quien popularizó
un punto de vista presentado unos cien años antes por Julio Africano.8
Hemos tratado esto en otros lugares, especialmente en
Veneration y Giants, Gods & Dragons, los libros que escribí junto
con mi mejor amiga Sharon (mi esposa), así que no recapitularé los
argumentos aquí. La conclusión es que Génesis 6:1–4 significa
exactamente lo que dice: ángeles se aparearon con humanos. Esto
tuvo consecuencias desastrosas para la humanidad y, como resultado,
les valió a los ángeles un castigo terrible.
El Libro no canónico de 1 Enoc, escrito entre finales del siglo
IV a.C. y alrededor del momento del nacimiento de Jesús,9 describe
este evento con más detalle. Además, nombra al líder de la rebelión,
la entidad que identificamos como el Saturno de los romanos.
9
esposas de entre las hijas de los hombres, y engendrémonos
hijos.” Y Semyaza, su jefe, les dijo: “Me temo que no
querrán hacer esto, y yo solo seré culpable de un gran
pecado”. Y todos le respondieron y dijeron: “Hagamos todos
un juramento, y atémonos unos a otros con una maldición:
que ninguno de nosotros se vuelva atrás de este consejo hasta
que lo cumplamos y hagamos esta obra”. Entonces todos
juraron juntos y se ataron unos a otros con una maldición. Y
eran, todos ellos, doscientos, los que descendieron en los
días de Jared a la cumbre del monte Hermón. Y llamaron al
monte “Hermón” porque juraron y se ataron unos a otros con
una maldición sobre él. Y estos son los nombres de sus jefes:
Semyaza —este era su líder.10
10
George W.E. Nickelsburg and James C. VanderKam, Op. cit.
10
Dado que el castigo de Nabucodonosor, el rey más poderoso de la
tierra en su día, fue decidido y decretado por los Vigilantes, claramente
se ve que tienen cierta autoridad sobre la administración de la creación
de Dios. Obviamente, este no era el mismo grupo que se rebeló en los
días de Jared y Enoc, por lo que el término “vigilante” (hebreo `iyr)
parece definir una clase de ángel poderoso, no todos los cuales fueron
leales.
Esa deslealtad no debería sorprendernos. Sabemos que el rebelde
en Edén, Satanás, es llamado un “querubín guardián” en Ezequiel 28 y,
como los hijos de Dios en Génesis 6, eligió rechazar la autoridad de
Dios y hacer lo suyo. Entonces, es evidente en la Biblia que los ángeles
fueron creados con libre albedrío, al igual que nosotros los humanos.
Dios no creó las entidades en el reino espiritual o aquellos de nosotros
que ocupamos el reino natural como autómatas, incapaces de pensar y
actuar por nosotros mismos. Y, al igual que nosotros los humanos, un
buen número de ángeles decidió seguir su propio camino con
consecuencias predecibles.
Pedro identifica específicamente el lugar de encarcelamiento de la
facción rebelde como Tártaro. Esa parte de la información está oscurecida
por nuestras traducciones al español, la mitad de las cuales traducen la
palabra tartarōsas como “infierno”. Eso es un error. La palabra se refiere
al Tártaro, no al Hades.
Eso puede parecer una precisión exagerada, pero no lo es. Para los
griegos, el Tártaro era un lugar separado y distinto del Hades, el destino
final de los muertos humanos, y se creía que estaba tan por debajo de la
tierra como la tierra por debajo del cielo. Algunos textos incluso sitúan al
Tártaro tan por debajo del Hades como la tierra por debajo del cielo. Era
un lugar de oscuridad impenetrable reservado especialmente para
amenazas sobrenaturales al orden divino: dioses rebeldes.
Segunda de Pedro 2:4 es el único lugar en el Nuevo Testamento
donde se usa tartarōsas, lo que significa que debemos sentarnos y prestar
atención. ¿Por qué Pedro eligió esa palabra en lugar de “Hades” o
“Gehena”? Está claro por los múltiples usos de esos términos que ambos
11
se refieren a un lugar de castigo en el más allá, generalmente por fuego.11
La única diferencia es que los que están siendo castigados en el relato de
Pedro son ángeles. Aparentemente, el lugar reservado para los humanos
pecadores en el más allá (Gehena, Hades o el infierno) no es donde se
envían los ángeles desobedientes.
Lo que es aún más interesante de su relato es que Pedro deja en claro
que el pecado de los ángeles arrojados al Tártaro fue sexual. El segundo
capítulo de 2 Pedro se refiere a Sodoma y Gomorra, “la conducta sensual
de los impíos” y “la lujuria de las pasiones infames”.12 Judas es aún más
directo en su breve epístola, acusando específicamente a los ángeles
encarcelados de inmoralidad sexual.13 El único ejemplo de inmoralidad
sexual por parte de ángeles en la Biblia es Génesis 6:1–4.
Volviendo a nuestra pregunta: ¿Por qué Pedro eligió la palabra
tartarōsas? Dado que escribió bajo la inspiración del Espíritu Santo, la
elección fue deliberada e inspirada. En el momento en que escribió, Judea
había estado bajo la influencia de la cultura y el idioma griegos durante
más de trescientos años. Pedro entendió qué era el Tártaro, cómo y por
qué era diferente del Hades, y quién estaba encarcelado allí.
Los eruditos religiosos judíos que tradujeron el Tanaj (lo que los
cristianos llamamos el Antiguo Testamento) del hebreo al griego unos
trescientos años antes del nacimiento de Jesús entendieron la conexión
entre los antiguos dioses de los paganos y los gigantes de Génesis 6. En
el Antiguo Testamento, hay versículos donde los traductores eligieron
titanes (Titanes) y gigantes (gigantes) para la palabra hebrea refaim.
Como explicamos en los capítulos 1 al 3 de nuestro libro Veneration, los
refaim eran los espíritus de los nefilim destruidos en el Diluvio, pero las
culturas paganas alrededor del antiguo Israel creían que eran los espíritus
de sus antepasados reales deificados; en otras palabras, “los valientes de
la antigüedad”.14
11
Por ejemplo, ver Mateo 18:9; Marcos9:43; Santiago 3:6; Lucas 16:19-24.
12
2 Pedro 2:6-10.
13
Judas 6-7.
14
Sharon K. Gilbert y Derek P. Gilbert, Veneration (Crane, MO: Defender
Publishing, 2019), pp. 9-37.
12
Había una clara conexión entre los nefilim de los hebreos y los
semidioses de Grecia y Roma. Como descendencia híbrida de dioses
y humanos, héroes como Heracles y Perseo eran, por definición,
nefilim. Aunque eso fue entendido por los judíos de la época de Jesús
y la iglesia cristiana primitiva, no fue sino hasta 1999 que el erudito
estonio Amar Annus hizo la conexión para nosotros en el mundo
moderno. Annus mostró que el término usado por los poetas griegos
Hesíodo y Homero para describir a los hombres que vivieron durante
la Edad de Oro cuando el rey titán Cronos gobernaba el mundo,
meropes anthrôpoi, se derivó de la misma raíz semítica, `rp, detrás de
la palabra hebrea refaim.15 Fue un paso más allá, demostrando que el
nombre de los antiguos dioses de los griegos, los titanes, procedía de
una antigua tribu amorrea, los tidanu,16 de la que hablaremos más
adelante.
El Libro extrabíblico de 1 Enoc amplía el relato de la Biblia,
especialmente los capítulos 6–11 de 1 Enoc, parte de lo que los
eruditos llaman el Libro de los Vigilantes (capítulos 1–36 de 1 Enoc).
Como se señaló anteriormente, registra que doscientos Vigilantes
descendieron a la cima del Monte Hermón en los días de Jared, el
tatarabuelo de Noé, y se juramentaron mutuamente llevar a cabo su
plan para satisfacer su deseo de mujeres mortales. Hermón se
encuentra en la frontera entre Israel, Siria y el Líbano, y es el pico
más alto del Levante. Cuando los hebreos llegaron a Canaán, los
amorreos nativos llamaron a la montaña “Sirión” o “Senir”,17 aunque
hay evidencia de que un nombre más antiguo para la montaña era algo
así como “Harnam”. La Historia de Aqhat, de origen amorreo que
data de la época de los jueces en Israel, llama al padre de Aqhat,
Daniel, el “hombre de Rapiu” (la forma singular de “refaim”), “el
héroe” y el “harnamite”, que probablemente es una referencia a la
15
Amar Annus, “Are There Greek Rephaim? On the Etimology of Greek Meropes
and Titanes.” Ugarit-Forschungen 31 (1999).
16
Ibid.
17
Deuteronomio 3:9.
13
montaña.18 “Hermón” parece ser un giro deliberado del nombre amorreo
para conectar la montaña con la palabra hebrea kherem, que significa
“prohibición”, como en “dedicado a la destrucción”, un término que se
aplica a personas y cosas declaradas por Dios como fuera de los límites.
El Libro de los Vigilantes defiende el castigo de Dios a los ángeles
rebeldes. La descendencia de sus uniones prohibidas con mujeres
humanas llevó a la creación al borde de la destrucción. Primera de Enoc
7:2–5 describe tres generaciones de descendientes monstruosos: primero
“grandes gigantes”, luego nefilim y luego Eliud, una palabra griega que
significa “dioses de gloria”. Aparentemente, el autor de Enoc entendió los
términos en Génesis 6 —nefilim (o “gigantes”), giborim (“hombres
poderosos”) y anshei hashem (“hombres de renombre” o, más
exactamente, “hombres con nombre”)— para referirse a tres generaciones
sucesivas de gigantes en lugar del mismo grupo.19
Ya sea que nuestros ancestros antediluvianos se enfrentaran a una o tres
generaciones de gigantes, el efecto fue el mismo: se creía que los monstruos
semidivinos casi llevaron a la humanidad a la extinción. El Libro de los
Vigilantes describe a los gigantes como insaciables, devorando primero el
producto del trabajo humano, luego a los humanos y luego a las aves, las
bestias y los peces. Cuando ni siquiera eso satisfizo su hambre, se volvieron el
uno contra el otro. Y si representar una amenaza para la existencia de toda la
vida en la tierra no fuera lo suficientemente malo, Enoc subraya la maldad de
los gigantes al señalar que “bebieron la sangre”, presumiblemente de las
criaturas que consumieron.20 Esto era tabú. Dios les dijo a Noé y a Moisés que
esto estaba prohibido porque la sangre era la vida,21 una prohibición que era
parte de la Ley dada a Moisés en el Sinaí.22
18
Klaas Spronk, Beatific Afterlife in Ancient Israel and in the Ancient Near East
(Kevelaer: Butzon & Bercker, 1986), pp. 168-69.
19
George W.E. Nickelsburg and James C. VanderKam, I Enoch 1: A Commentary
on The Book Of 1 Enoch, capítulos 1-36; 81-108 (Minneapolis: Fortress, 2001), p.
184.
20
1 Enoc 7:2-5.
21
Génesis 9:4.
22
Levítico 7:26-27, 17:10-14, 19:26; Deuteronomio 12:16, 23; 15:23; 1 Samuel
14:33-34; Hechos 15:28-29. Ver el desarrollo que el profesor A.H. Toledo hace del
tema en su ensayo titulado “¿Beber sangre o no? Una revisión histórica de una
14
Pero la transgresión de los Vigilantes fue más que simplemente
violar un tabú contra el sexo entre especies y cargar a la humanidad con
la amenaza de destrucción a manos de su monstruosa descendencia. El
texto de Enoc, que influyó en el pensamiento judío sobre los vigilantes
rebeldes hasta la época de Jesús y los apóstoles, deja en claro que la otra
mitad de su complot era la difusión de conocimientos prohibidos, secretos
mortales que la humanidad no debía conocer.
práctica prohibida” (The Ucli Press, 2021); solicite ejemplar digital gratuito al
autor: a.h.toledo@hotmail.com
15
16
_______________________________________________________
Capítulo 2
SECRETOS Y ESPÍRITUS
17
y colorantes. Y los hijos de los hombres las hicieron para sí y
para sus hijas, y transgredieron y extraviaron a los santos. Y
hubo mucha impiedad en la tierra, y desolaron sus caminos…
Vosotros veis lo que ha hecho Asael, que ha enseñado toda
iniquidad en la tierra, y ha revelado los misterios eternos que hay
en el cielo, <que los hijos de los hombres se esforzaban por
aprender.>…
[T]oda la tierra quedó desolada por las obras de la enseñanza
de Asael, y sobre él escribe todos los pecados. (1 Enoc 8: 1; 9: 6;
10: 8, traducción de Hermeneia)
23
Sjur Cappelan Papazian, “Abgal or Apkallu.” Cradle of Civilization, abril 5,
2015.
18
hogar, que se cree que haya sido el océano de agua dulce debajo de la
tierra, el Apsû o abzu, de donde obtenemos la palabra “abismo”. Este
era el dominio de Enki, el dios inteligente que era el único entre las
deidades sumerias que siempre estuvo favorablemente dispuesto hacia
la humanidad. (De los otros nunca podrías estar seguro.) Los apkallu
eran sabios divinos, en la tierra antes de que una gran inundación
arrasara la tierra de Sumer, quienes trajeron los dones de la civilización
de Enki a la humanidad.
Había tres tipos de apkallu: un hombre barbudo con alas, un
humanoide con cabeza de halcón y alas y un hombre que parecía llevar
una capa de pez. El apkallu vestido de pez ha sido identificado
incorrectamente como el dios Dagón o uno de sus sacerdotes, gracias al
libro de Alexander Hislop de 1858, The Two Babylons. Hislop tenía
buenas intenciones, pero estaba equivocado. Como veremos más
adelante en este libro, Dagón (originalmente escrito “Dagan”) era un
dios de los granos, no un dios pez.
19
Si bien se creía que los apkallu eran la fuente de todo el
conocimiento sacerdotal mesopotámico, también estaban conectados
con la hechicería y, en ocasiones, se los consideraba seres demoníacos
peligrosos. Fueron invocados como espíritus protectores en
Mesopotamia, pero los hebreos posteriores los consideraron como el
origen del mal. Curiosamente, la narración épica babilónica titulada
Epopeya de Erra registra que el apkallu había sido desterrado para
siempre al Apsû por el dios principal Marduk como consecuencia del
gran diluvio, al igual que los ángeles pecadores habían sido arrojados
al tártaro por Dios.25
El Apóstol Pablo escribió a la iglesia en Roma que “el pecado
entró en el mundo por un hombre,”26 es decir, por Adán. Eso es cierto,
pero a diferencia de los cristianos, que culpan del estado caído del
mundo al pecado de Adán, los judíos en los días de Jesús también
señalaron los incidentes de Génesis 6 y 11, es decir, la rebelión del
Monte Hermón y la Torre de Babel. He entrado en detalles sobre las
consecuencias de Babel en otras obras, especialmente en el capítulo 3
de mi libro The Great Inception, por lo que no lo repetiré aquí.
Para resumir: Babel fue el intento de la humanidad de construir una
montaña artificial como morada de los dioses. Creo que este era el antiguo
templo de Eridu, el centro de culto de Enki. Nimrod trató de construir esta
morada divina justo encima del Apsû, el “abismo”. Como castigo, Dios
delegó la supervisión de la tierra a otro grupo de “hijos de Dios”.27 Ellos
también se rebelaron, y por eso Dios decretó su muerte. Encontrará eso en
el Salmo 82, que se lee como una escena de un tribunal en el cielo:
25
2 Pedro 2:4.
26
Romanos 5:12.
27
Deuteronomio 32:8: “Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando
dividió a la humanidad, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los
hijos de Dios.”
20
Yo dije: “Vosotros sois dioses,
todos vosotros hijos del Altísimo;
pero como hombres moriréis,
y caeréis como cualquiera de los príncipes.”
(Salmo 82:1-2, 6-7).
________________
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