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de Filosofía
“Aquellos que se confían en los sentidos son los que se fijan en los
rasgos comunes evidentes de las cosas (…) por lo tanto se fijarán
en los rasgos particulares, considerando una variada porción de
1
principios, y no un único principio abstracto.”
1
I.M. Crombie, Análisis de las doctrinas de Platón: I. El hombre y la sociedad, Madrid, Alianza, pág, 118.
2
M. Martinez Hernandez, Introducción al Banquete, Platón, Diálogos III, Madrid, Gredos, 2000, pag. 146.
El modo a trabajar será mediante una revisión –superficial- de los
distintos encomios previos al diótimo-socrático, para luego entrar en este último
con el fin de rescatar particularmente lo que nos ayude a responder la inquietud
planteada al inicio. Por último, intentaré buscar relaciones entre este rasgo –
expuesto en el Banquete- con el libro sexto de la Republica platónica,
confrontándolo así con la teoría de las ideas expuesta por el filósofo.
DEARROLLO
La teoría del amor presentada –en el Banquete- nos esclarece los pasos
a recorrer como medio específico para conocer lo bello en sí mismo. En este
sentido, el diálogo entre Sócrates y Diótima representa la mitad del diálogo, y a
su vez, el fin de intervenciones (encomios). Al mismo tiempo, esta parte del
diálogo, cumple el rol de complemento de las intervenciones anteriores. “Se
podría decir que lo planteado como definición de Eros por Sócrates, desde
Diótima, es la más cercana al punto de vista platónico sobre la naturaleza del
3
amor.” Antes de presentar el mito de Diótima como diálogo cúlmine, nos
detendremos en rescatar –de manera superficial- lo que cada uno de los
presentes en este banquete entiende por el dios del amor y también, cómo los
distintos encomios son distribuidos en el diálogo, al parecer no de manera
gratuita.
3
M. Martinez Hernandez, Introducción al Banquete, Platón, Diálogos III, Madrid, Gredos, 2000, pág. 155.
4
W.K.C Guthrie, Historia de la Filosofía Griega; Tomo IV, Madrid, Gredos, 1990, pág. 356.
por Pausanias. Sin embargo, contradice la privatización de lo bello expuesto
por este último, como algo exclusivo de lo humano. Insiste en la presencia de lo
bello en lo universal, en toda naturaleza animada e inanimada, como en las
artes especifica. Se desenvuelve en las artes –medicinales por ejemplo- y
contrasta a un Eros como bueno y a otro como malo. Con la intervención de
Erixímaco se pasa del plano estrictamente sexual al cósmico universal, este
introducirá al diálogo entre Sócrates y Diótima. A continuación, nos
enfrentamos con la reincorporación de Aristófanes a la serie de encomios, ya
curado de su hipo. Aristófanes explica la naturaleza del amor desde el
tradicional mito de la búsqueda de la otra mitad, como un afán por volver a
nuestra naturaleza expuesta por este mito, de donde deriva el famoso amor
platónico. A continuación toca el turno de Agatón, quien se refiere a la
naturaleza de Eros. En general, se le considera como un discurso pobre de
contenido, pero con mucha preocupación por el lenguaje. “Su máxima
aportación es que Eros está ocupado siempre con la belleza”. 5
5
M. Martinez Hernandez, Introducción al Banquete, Platón, Diálogos III, Madrid, Gredos, 2000, pág. 172.
6
Platón, Diálogos III: El Banquete, Madrid, Gredos, 2000, pág. 237.
el simposio -por boca de Diótima-, y que específicamente nos aproxima a la
teoría platónica de las ideas, es la manera de comprender la Belleza, Platón
nos dirá:
8
I.M. Crombie, Análisis de las doctrinas de Platón: I. El hombre y la sociedad, Madrid, Alianza, pág, 123.
9
Platón, República VI, Madrid, Gredos, 2000. pág. 339.
imágenes, buscando divisar aquellas cosas en sí que no podrían
10
divisar de otro modo que con el pensamiento.”
Sócrates al igual que a los anteriores –que especifica dos tipos de objetos
visibles- le asigna valores similares dentro del campo del pensamiento.
Agregándole, sin embargo, la característica de niveles; uno del cual saca
consecuencias de cosas que da por supuestas –sensiblemente- sin poder dar
una explicación o descripción de estos supuestos. Y el otro nivel, en el que se
reconocen estos supuestos como puntos de partida, el cual asciende a un
punto de partida que no se ha dado por supuesto, tratando solo con las Ideas.
“…y, tras aferrarse a él, ateniéndose a las cosas que de él dependen,
desciende hasta una conclusión, sin servirse para nada de lo sensible, sino de
Ideas, a través de Ideas y en dirección a Ideas, hasta concluir en Ideas.” 11
10
Platón, República VI, Madrid, Gredos, 2000. pág. 340.
11
Platón, República VI, Madrid, Gredos, 2000. pág. 341.
está supeditada a cualquier acontecimiento que a estos “individuales” bellos
les pueda suceder. El proceso que nos acerca a ella es la dialéctica: se toma
conciencia de los objetos individuales que participan de las Ideas, rechazando
los sentidos y ascendiendo a una Idea elevada –por sí misma-, alcanzado
posteriormente la forma suprema del Bien.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
12
W.K.C Guthrie, Historia de la Filosofía Griega; Tomo IV, Madrid, Gredos, 1990, pág. 381.
I.M. Crombie, Análisis de las doctrinas de Platón: I. El hombre y la
sociedad, Madrid, Alianza.