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LA CEIBA DE SAN FRANCISCO: ÁRBOL DE CARACAS

En la esquina de San Francisco, justo en frente de la Iglesia del mismo nombre, se


encuentra un enorme árbol. Es una hermosa Ceiba que posee mas de 130 años de
historia, vida y folklore. Es el árbol que representa a nuestro Distrito Federal, el
emblema de Caracas.

Si la Plaza Bolívar es el palpitante corazón de la urbe caraqueña donde se reflejan


las emociones que sacuden los afanes y angustias que la preocupan y la placidez de
las horas alegres, la esquina de San Francisco, con su árbol y templo, es la historia
de un recuerdo y de una ciudad. Bastará recordar que en esta famosa iglesia,
Caracas, así como toda Venezuela, refrendó a Simón Bolívar el título de Libertador.
La gloria de Bolívar, estará por siempre unida a este sitio histórico.

La Ceiba de San Francisco embellece y engalana la renombrada esquina. Templo y


árbol son como una unidad que se defienden mutuamente; no es posible tocar a
uno sin afectar al otro. El monumento vegetal es como un centinela ilustre, que
guarda y resguarda bajo su sombra la antigua iglesia.

Pero... ¿quién sembró esta monumental e histórica Ceiba? Existen algunas razones
que afirman que el árbol nació mucho antes de que el presidente Antonio Guzmán
Blanco iniciara la transformación de la ciudad de Caracas, antes de destruir lo que
fue convento de las monjas Concepcionalistas y levantar el Capitolio tal y como lo
conocemos hoy. Con toda probabilidad, la gran Ceiba es contemporánea de los
primeros derribos de la Plaza Mayor -Plaza Bolívar-, a cien metros de la esquina de
San Francisco.

Algunos capitalinos afirman que la Ceiba fue sembrada en 1866 por la pequeña hija
del prefecto de la Policía de Caracas de aquel entonces. La sembró de semilla, en el
mismo lugar que hoy ocupa. También nos dicen que la sembradora regaba la débil
planta hasta lograr tomar fuerza. Una fotografía tomada en 1870 por el alemán
Neuman muestra la Ceiba con tres metros de altura, destacándose en el fondo la
Iglesia de San Francisco con sus antiguos aleros y su aire colonial.

Diversas y descabelladas versiones han circulado en torno a esta hermosa Ceiba.


Una de estas historias contaba que bajo su frondosa copa se detuvo Simón Bolívar
cuando iba a ser reconocido con el título de Libertador en 1813 en la Iglesia de San
Francisco, pero... la Ceiba no existía para entonces... ¿o si?

Otra historia cuenta que durante el gobierno de Guzmán Blanco, se rodeó la


frondosa Ceiba con una defensa de cal y canto de un metro de altura, al cual le
adaptaron unos escritorios de madera provistos de recados de escribir que serían
utilizados por los llamados “bolsitas” o “corredores” que, muy cercana a la esquina
de la Bolsa, se realizaban las compra – ventas de mercancías y productos. Esta
costumbre cambió con el tiempo, y los corredores se mudaron a hacer sus negocios
en la esquina de Sociedad.

En la actualidad la monumental Ceiba mide más de 35 metros de altura con una


circunferencia de 4 metros. Últimamente se ha debido cortar algunas de sus
gruesas y secas ramas y con ello la Ceiba ha perdido parte de su frondosa copa,
pero de esta manera tomó un aspecto más esbelto.
Aporte mandado por:
María Angélica París

Correo Electrónico:
triangel77@mixmail.com

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