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Lección 19.

- Fracturas y Luxaciones del codo 1


Prof. Dr. J. Gascó

FRACTURAS Y LUXACIONES DEL CODO

Las fracturas del codo son las comprendidas desde la inserción del músculo supinador
largo hasta la superficie articular del húmero y las que afectan a la porción proximal del
cúbito (Olécranon y Coronoides) y el radio (epífisis y cuello). Pueden afectar al niño o
el adulto, pero en general son más frecuentes las que afectan al niño.

Las luxaciones del codo van a comprender la pérdida de relaciones entre húmero y
cúbito y radio, siendo normalmente ambos huesos los que se luxan y con más frecuencia
en sentido posterior, pero puede hacerlo de forma aislada uno de ellos. Cuando es
aislada es más frecuente la luxación aislada del radio que suele asociarse a fractura de la
diáfisis cubital constituyendo la fractura-luxación de Monteggia. Es propia de adultos
jóvenes o adolescentes.

FRACTURAS SUPRACONDÍLEAS EN EL NIÑO

Son las fracturas más frecuentes del codo, sumando el 60% de todas ellas, seguida por
las fracturas del cóndilo externo del niño con una frecuencia del 20%.

Se producen con más frecuencia entre los 4 y 12 años de edad.

MECANISMOS DE PRODUCCIÓN.- Se producen por una caída sobre el codo o


sobre la mano, con frecuencia desde altura y la fuerza transmitida llega hasta esta región
que puede ceder por ser más débil a nivel de la paleta humeral. Dicha paleta humeral se
encuentra inclinada 45º hacia delante y esto hace que los dos pilares que mantienen la
articulación (tróclea y cóndilo) puedan ceder por hiperextensión de los mismos o por
hiperflexión (KOCHER), según la caída:

1. Por hiperextensión (95%)


- Caída sobre la mano y con el codo en hiperextensión
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- Caída sobre la mano y con el codo en semiflexión


- Golpe sobre la mano con el codo en flexión

2. Por hiperflexión (5%)


- Caída sobre el codo con este en flexión
- Golpe desde atrás sobre el olécranon

CLASIFICACION. Se pueden clasificar en:

A. Clasificación de KOCHER que lo hace en fracturas por hiperextensión (94-98% de


los casos) en la cual el desplazamiento del fragmento distal es posterior.

Fracturas por flexión (2-6% de los casos) siendo el desplazamiento del fragmento distal
opuesto al anterior.

B. Quizás la más utilizada hoy día es la clasificación de GARTLAND (1959) que lo


hace en tres grupos:

Tipo I. Corresponde a la fractura no desplazada


Tipo II. Fractura desplazada con el cortex posterior íntegro
Tipo III. Fractura desplazada sin contacto entre los fragmentos. Puede
hacerlo en sentido posteromedial o posterolateral.
Las más frecuentes son las de tipo III con desplazamiento posteromedial,
lo cual entraña lesiones periósticas y capsulares importantes y cuando el
desplazamiento es grande, incluso lesión del músculo braquial anterior. Además
siempre existirá la posibilidad de lesión neurológica que será el N. Radial y
Cubital en las desplazadas en sentido posteromedial y el N Mediano junto a la
A. Braquial en las que lo hacen posterolateral.

CLINICA

El diagnóstico clínico es evidente por la deformidad, dolor, impotencia funcional y el


antecedente de la caída. La deformidad es tan ostensible que MALGAIGNE describió
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los signos diferenciales con la luxación de codo, por esto también se la conoce como
“fractura de Malgaigne”:

- Angulación de vértice anterior y seno posterior


- Brazo aparece más corto en esta fractura y en la luxación más largo
- No se altera el triángulo de Nelaton, formado por epicóndilo, epitróclea y pico
del olécranon. En la luxación del codo esta relación sí se altera por el desplazamiento
posterior del cúbito.

Es preceptivo el tomar el pulso por la posibilidad de lesión del tronco de la A.Humeral


o bien que esté comprimida por el intenso desplazamiento. Así mismo, explorar la
integridad de los N. Mediano y N. Radial (Oposición del Pulgar y extensión de los
dedos).

En el caso poco frecuente de las fracturas por flexión la deformidad es menos ostensible
y apenas es perceptible deformidad alguna. Sí aparecen tumefacción y hemartros.

DIAGNOSTICO RADIOLOGICO

Se requiere Rx anteroposterior y perfil para evidenciar desplazamientos del fragmento


distal que más frecuentemente será en sentido posterior, medial y rotatorio al girar el
niño el miembro en rotación interna para protegerlo. Es importante el analizar el
desplazamiento en sentido de varo-valgo y rotatorio que son los que no se van a
remodelar tras la reducción.

Un posible error es catalogar como contusión de codo una fractura incompleta


de un pilar. Hay un signo indirecto que denota que existe derrame articular y por tanto
fractura y es el llamado “Signo de la almohadilla grasa” (“Fat pad sign”) que consiste
en que el espacio adiposo visible a Rx en la cara posterior del codo inmediatamente por
encima del extremo del olécranon desaparece. Otro sería el catalogar un cartílago de
crecimiento como trazo de fractura.
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TRATAMIENTO

Antes siempre descartar la lesión vascular del miembro y procurar evitar la deformidad
en varo residual que es la complicación más frecuente de las fracturas supracondíleas
del niño. Al ser la superficie de fractura muy pequeña son difíciles de estabilizar y si se
consigue ha de ser en máxima flexión.

1) Fracturas no desplazadas.- No será necesaria la reducción, como sucede en el tipo I


de Gartland y bastará con inmovilizar el miembro en una férula braquial durante 4-5
semanas con el codo en menos de 90º de flexión.

2) Fracturas desplazadas.- Se han utilizado diversos métodos, pero hay día se realiza:
a) Reducción cerrada, bajo anestesia general. Tras la reducción se recurre al
método de estabilización de la fractura. La inmovilización enyesada se debe
efectuar en posición forzada de flexión que es la que da estabilidad una vez
reducida la fractura. Hoy día es poco utilizado por el riesgo de compromiso
circulatorio. Este es el llamado “dilema supracondíleo” ya que la fractura se
estabiliza en flexión máxima, pero en esta posición pueden originarse problemas
circulatorios debidos al hematoma y edema perifracturario. En esta circunstancia
será necesario estabilizar la fractura mediante osteosíntesis percutánea para
poder dejar el codo en menos flexión y la fractura estable.

La osteosíntesis percutánea con agujas de Kirschner es el método más difundido


en la actualidad, permitiendo inmovilizar el miembro en posición menos forzada
y con menos riesgo circulatorio. Los métodos de tracción, percutánea o
transesquelética desde olécranon son métodos apenas utilizados.

b) Reducción abierta, mediante abordaje al foco de fractura y cuyas indicaciones


serían:
1) Fracturas no tratadas precozmente (3-4 días).
2) Fracaso de reducción cerrada por interposición del periostio.
3) Fracturas con complicación vascular que no mejora tras la reducción
cerrada.
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4) Fracturas muy desplazadas con perforación del músculo braquial


anterior y fragmento proximal diafisario subcutáneo.

El abordaje más utilizado es el posterior y tras la reducción se introducen dos


agujas de Kirschner desde epicóndilo y epitróclea y se inmoviliza durante 6
semanas.
COMPLICACIONES

1) Deformidades angulares.- El codo varo sigue siendo la más frecuente. Es


deformidad más estética que funcional.

2) Alteraciones neurológicas.- Su frecuencia oscila entre el 2 y el 40%. La frecuencia


en la lesión es de N. Mediano (41%), N. Radial (38%) y N. Cubital (21%). Es más rara
la afectación del N. Interóseo anterior. Suelen recuperarse espontáneamente en la
mayoría de casos por ser neurapraxias.

3) Alteraciones vasculares.- No es muy frecuente y se produce aproximadamente en el


6-7% de los casos ausencia de pulso que se recupera en horas tras la reducción de la
fractura.

4) Síndrome de Volkmann. Son raras las isquemias tipo Volkmann por afectación
compartimental, pero ante la más mínima sospecha debe procederse a su
descompresión.

5) Miositis osificante.- Es poco frecuente y suele resolverse sin necesidad de cirugía.


Suele ser consecuencia de una rehabilitación forzada y no adecuada.

FRACTURAS CONDILEAS EXTERNAS

Son las segundas más frecuentes, con una frecuencia del 20% de las fracturas del codo y
también se producen más frecuentes en el niño. Se trata de una fractura que desde la
vertiente metafisaria humeral, el trazo desciende atravesando la fisis y llega hasta la
articulación a nivel de la tróclea humeral desplazando en grado variable un gran
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fragmento correspondiente al cóndilo o vertiente externa humeral. Se trata pues de una


epifisiolisis de tipo IV de Salter y Harris.

MECANISMO DE FRACTURA.- Hay dos posibles mecanismos:

1) Directo. Caída con el codo en flexión y miembro en abducción


2) Indirecto. Caída con el codo en extensión sobre la palma de la mano y
antebrazo en supinación.

CLASIFICACIÓN.- La más útil es la de Lagrange y Rigault (1962) que lo hace en


tres tipos:
Tipo I. Fractura incompleta
Tipo II. Fractura completa y desplazada
Tipo III. Fractura completa con rotación del fragmento

CLÍNICA.- Dolor intenso en codo tras un traumatismo referido a la cara externa del
codo con aparición de edema, equímosis y deformidad. Dicha deformidad dependerá del
desplazamiento según los tipos que acabamos de describir. Debe determinarse el grado
de inestabilidad lateral del codo.

El diagnóstico RX determinará el tipo de fractura. Para ello es preciso un perfecto


conocimiento de la aparición de los núcleos de osificación del codo y si es necesario
recurrir a la comparación con el sano.

TRATAMIENTO.- Hay cierta dificultad para el tratamiento conservador en estas


fracturas debido a cuatro hechos:

- Inserción de los músculos extensores en el cóndilo externo que tienden


a desplazar el fragmento.
- Presencia de líquido sinovial que dificulta la consolidación
- Pequeño tamaño del fragmento metafisario
- Afectar al cartílago de crecimiento y posibilidad de lesión
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Fracturas no desplazadas.- Inmovilización en férula enyesada posterior


tras aspiración del hemartros con el codo en flexión, durante 4-6 semanas.
Fracturas desplazadas.- Reducción abierta para poder reponer los
fragmentos anatómicamente y fijación de los mismos con agujas de Kirschner.
Férula de yeso posterior durante 4-6 semanas.

COMPLICACIONES.- Las posibles complicaciones son:

1) Retardos de consolidación
2) Pseudoartrosis
3) Cúbito valgo por lesión fisaria lateral
4) Paresia N. Cubital tardía por deformidad en valgo

FRACTURAS DE LA EPITRÓCLEA

Fractura descrita por Grange en 1818 y ocupa el tercer lugar en frecuencia tras las
supracondíleas y las condíleas externas. Se produce con más frecuencia entre los 11 y
12 años de edad.

MECANISMO DE PRODUCCIÓN.- Al ser la epitróclea inserción de ligamentos


mediales y musculatura pronatoflexora del antebrazo, serán frecuentes los
arrancamientos.

Directo. Poco frecuente y es el resultado de un golpe directo sobre la cara


posteromedial del codo.

Indirecto. Caída sobre la mano con el codo en extensión y valgo forzado del
codo que provocaría una tensión aumentada sobre los músculos flexores y lig. Medial,
provocando el arrancamiento de la epitróclea. Es mecanismo más frecuente.

CLASIFICACIÓN.- Sigue siendo válida la proporcionada por Watson-Jones en 1930


que lo hace en cuatro tipos:

Tipo I. Separación mínima o no desplazada


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Tipo II. Desplazamiento mayor situándose la epitróclea a nivel de la interlínea


articular.
Tipo III. Fragmento epitroclear situado intraarticular a nivel de la tróclea
Tipo IV. Fractura de epitróclea acompañando a luxación del codo posteroexterna

CLÍNICA.- Dolor en la cara interna del codo que aumenta al forzar el valgo o pronar el
antebrazo. Si el desplazamiento es grande pueden aparecer parestesias a nivel del N.
Cubital.

La exploración RX mostrará el desplazamiento del fragmento, su situación y si existe


incarceración intraarticular del fragmento por pérdida del paralelismo de las superficies
articulares.
TRATAMIENTO.- Según el desplazamiento:
T. Cerrado. Inmovilización en yeso braquial con codo en flexión y antebrazo
en pronación para relajar la musculatura, durante unas 3 semanas. Se utiliza
para fracturas sin desplazamiento (tipo I).
T. Quirúrgico. Fijación del fragmento mediante sutura y agujas de Kirschner.
Evita la inestabilidad tardía del codo.

COMPLICACIONES.- Las más frecuentes son:

1) Neuritis del N. Cubital por la cercanía de su situación


2) Inestabilidad del codo por incompetencia del Ligamento interno

FRACTURAS SUPRACONDILEAS DEL ADULTO

Las fracturas supracondíleas del adulto son mucho menos frecuentes que las del niño y
suponen el 16% de las fracturas de la extremidad distal del húmero. Pueden ser
supracondíleas puras o supraintercondilotrocleares, si un trazo se extiende hacia la
articulación, pudiendo estas últimas además ser conminutas.
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I. FRACTURAS SUPRACONDILEAS.- Son extraarticulares y los trazos pueden ser


espiroideos o con tercer fragmento. Su tratamiento en las desplazadas es eminentemente
quirúrgico y tratadas mediante una placa atornillada moldeada.

II. FRACTURAS SUPRAINTERCONDILOTROCLEARES.- Son fracturas con


trazos en T o Y y por tanto intraarticulares, separando un fragmento proximal diafiso-
metafisario y dos distales, uno lateral y otro medial. Suelen ser consecuencia de
accidentes de tráfico y no son raras hoy día.
Mecanismo.- Golpe con el codo en flexión actuando como agente la propia
tróclea cubital o bien con el codo en extensión y transmisión de la fuerza por la tróclea
cubital hasta la articulación humeral.
Clínica.- El desplazamiento de los fragmentos ocasiona el ensanchamiento del
codo, acortamiento del brazo, gran impotencia funcional y la palpación muestra la
crepitación y movilidad patológica al comprimir el codo. En el 5% de los casos se
asocia fractura del olécranon.
Tratamiento.- Suele ser necesaria la reducción quirúrgica y osteosíntesis de los
fragmentos mediante tornillos para fijar los fragmentos articulares y placa atornillada
moldeada para fijar el trazo supracondíleo. El frecuente problema suele ser la rigidez de
codo o al menos la limitación de movilidad.

FRACTURAS DEL OLECRANON


El olécranon por su situación superficial es muy vulnerable a los traumatismos directos
y puede fracturarse por una caída con el codo en flexión. Con menos frecuencia puede
fracturarse por arrancamiento por contracción incoordinada del músculo tríceps que se
inserta en este extremo y cuya aponeurosis se prolonga y fusiona con el periostio.

Es fractura propia del adulto joven y puede ir asociada a otras fracturas (supracondíleas,
condíleas, coronoides) y luxaciones del codo. Con menor frecuencia se produce en el
niño.

En el adulto suelen ser fracturas desplazadas y los trazos pueden ser simples o
complejos originando fracturas conminutas.
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CLÍNICA. Aparece un codo tumefacto y doloroso con sensación de crepitación a la


palpación y hemartros. Con frecuencia la movilidad del codo está impedida por el dolor
y la no acción del tríceps. Además si hay desplazamiento puede palparse el hiato de
fractura.

TRATAMIENTO. El tratamiento cerrado únicamente es posible en las fracturas sin


desplazamiento debiendo inmovilizarse el codo en posición de semiflexión o extensión
completa para relajar al máximo el músculo tríceps.

El tratamiento quirúrgico es el de elección en las fracturas desplazadas y en principio se


utilizan métodos de compresión tales como:

1) Osteosíntesis axial con agujas y cerclaje metálico, para los trazos simples
transversos u oblicuos cortos.

2) Placa atornillada para los trazos complejos o de múltiples fragmentos

Las posibles complicaciones son la pseudoartrosis y la artritis postraumática, por


una mala reducción de los fragmentos.

FRACTURA DE LA APÓFISIS CORONOIDES

Es fractura poco frecuente y que puede ir aislada, asociada a luxación posterior del codo
o a fractura del olécranon.

Cuando la fractura afecta al pico debe inmovilizarse el codo durante 3 semanas y


posteriormente si molesta al iniciar la rehabilitación se extirpa. Si es de la base debe
tratarse quirúrgicamente mediante osteosíntesis con tornillo.

FRACTURAS DEL EXTREMO PROXIMAL DEL RADIO


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La epífisis del radio es cartilaginosa hasta los 6 años edad en la que aparece el núcleo de
osificación que se fusiona a los 16 años. Es fractura que se produce con frecuencia con
una frecuencia del 10 al 15% de las fracturas del codo. Es más frecuente en adultos y en
niños se producen epifisiolisis generalmente del tipo II de Salter y Harris.

Pueden pasar desapercibidas en el 10-15% de los casos, diagnosticándose de esguince


de codo.

MECANISMO DE FRACTURA. Pueden producirse por tres mecanismos y son


indirectos:

1) Caída sobre la mano con el codo en extensión y antebrazo en pronación. En esta


posición la epífisis radial impacta sobre el cóndilo humeral y puede producirse
una fractura conminuta o de la cabeza radial.

2) Caída sobre la mano con el codo en extensión y antebrazo en supinación


provocándose un aumento del valgo fisiológico del codo (10º) hasta chocar la
cabeza radial con el cóndilo dando lugar a fracturas parcelares o marginales,
subcapitales o epifisiolisis. Puede lesionarse el ligamento colateral interno del
codo.

3) Caída con el codo en flexión y transmisión del impacto hasta el cóndilo


provocándose el mismo tipo de lesiones anteriores.

TIPOS DE FRACTURA. Según las características y localización del trazo de fractura


pueden ser:

1) Fracturas parcelares, cuyos fragmentos pueden quedar,

- sin desplazamiento

- desplazamiento menor de 3mm

- desplazamiento mayor de 3mm

- fragmento libre
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2) Fracturas conminutas

3) Fracturas con hundimiento trabecular

4) Fracturas del cuello del radio y epifisiolisis

- sin desplazamiento

- desplazamiento angular menor de 30º

- desplazamiento angular mayor de 30º

5) Fracturas-luxación del codo, pudiéndose reducir espontáneamente

CLÍNICA.

La clínica está en relación con la gravedad de la fractura. Cuando no se asocia a


fracturas asociadas o luxaciones, suele ser poco llamativa.

1) Antecedente de caída sobre la palma de la mano

2) Dolor intenso e impotencia funcional en casos graves. En casos leves aparecen


pequeños trastornos funcionales y hemartros con distensión de la cápsula
articular.

3) Limitación de la movilidad de flexoextensión y pronosupinación

4) Dolor a la palpación sobre la cabeza radial

El diagnóstico se completa con radiografías anteroposterior y perfil. En fisuras simples


sin desplazamiento puede pasar desapercibida la lesión y sólo se objetiva un derrame
articular apareciendo el “Signo de la almohadilla grasa” debido al rechazo de los
paquetes adiposos pericapsulares.

TRATAMIENTO.

Se orienta según edad del paciente, tipo de fractura, desplazamientos y lesiones


asociadas.
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1) Fracturas sin desplazamiento. Sólo precisan la aspiración del hemartros y una


inmovilización durante 1 semana. La rehabilitación precoz es importante.

2) Fracturas desplazadas. Depende del tipo de fractura y edad del paciente:

a) Paciente adulto. En las fracturas sin desplazamiento se debe puncionar el


hemartros e inmovilizar el miembro durante 3 semanas. En las fracturas
desplazadas puede realizarse la osteosíntesis de la epífisis con pequeños
tornillos; la extirpación de la cabeza radial si la fractura es conminuta. La
sustitución por prótesis no parece ofrecer buenos resultados.

b) Niños. La fractura epifisaria es muy rara, pero si se produce no es


recomendable la escisión de la epífisis radial, sino la rehabilitación
precoz. En epifisiolisis debe reducirse por métodos cerrados presionando
sobre la cabeza radial y valguizando el codo manteniendo una tracción
moderada en el eje del miembro. Si fracasa el método cerrado, se
introduce una aguja de Kirschner desde la metáfisis distal del radio y por
el canal medular se intenta la reducción y fijación de la epífisis radial
(método de Mataizeau). La reducción abriendo el foco de fractura no está
exenta de complicaciones y solamente debe utilizarse si fracasan los
métodos anteriores. La inmovilización será enyesada durante 3 semanas.

COMPLICACIONES. Es fractura articular y por tanto no está exenta de las mismas.


Son:

1) Miositis osificante. Es más frecuente si se asocia la fractura a luxación del codo

2) Limitación de la movilidad pronosupinadora por desplazamientos no corregidos

3) Osteocondritis disecante del cóndilo humeral

4) Artritis post-traumática y rigidez del codo

5) Inestabilidades por lesión del ligamento interno


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6) Fusiones radiocubitales y bloqueo de la pronosupinación

PRONACIÓN DOLOROSA DEL NIÑO

Se le conoce como “Codo de niñera”. Es lesión frecuente en el niño.

Etiopatogenia.- Salter y Zalz señalaron que la tracción longitudinal aplicada al


antebrazo de un niño estando dicho antebrazo en pronación, el ligamento anular del
radio a nivel del cuello sufre una rotura parcial haciendo que el radio descienda algo
y que el ligamento anular quede interpuesto entre cóndilo y epífisis radial. Después
de los 5 años la fijación de dicho ligamento es más fuerte y no se rompe fácilmente.
Además el ensanchamiento de la epífisis radial la hace más estable.

Clínica.- La clínica es muy demostrativa y se caracteriza por:

- Afectar a niños entre 1 y 4 años de edad

- El niño mantiene su miembro lesionado con el codo en semiflexión y pronado

- Todo intento de realizar supinación lo rechaza por presentar dolor

- Los padres piensan que algo se le ha salido del sitio

- Como antecedente siempre está el haber sufrido un estiramiento desde la mano


con el antebrazo en pronación

- La exploración Rx no muestra hallazgo alguno

Tratamiento.- Puede el niño sufrir la reducción fortuita al estirar el codo y supinar


el antebrazo pero habitualmente se debe realizar cogiendo el antebrazo desde la
parte distal y supinando el antebrazo al mismo tiempo que se ejerce presión sobre la
epífisis radial. Normalmente se nota un “clic” y el niño mueve activamente su
miembro y deja de llorar. No se requiere inmovilización.
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Es frecuente la recidiva y hay niños con historia de subluxaciones repetidas. En


estos casos se debe inmovilizar el miembro durante 3 semanas. La irreductibilidad
es muy rara y requeriría reducción abierta.

LUXACIÓN DEL CODO

La articulación del codo es anatómicamente estable y encajada. Deberían ser raras las
luxaciones pero no es así debido a lo expuesta que está para los traumatismos. Ocupa el
tercer lugar en frecuencia tras las luxaciones de hombro y las interfalángicas de los
dedos. Es lesión que es más frecuente en adultos jóvenes y adolescentes.

CLASIFICACIÓN. Siguiendo a Stimson se hace según el desplazamiento en:

1) Luxación de cúbito y radio, que puede ser

- Posterior, con mucho la más frecuente (90%) y es la que estudiaremos.

- Anterior, muy rara y con fracturas asociadas (olecranon, coronoides)

- Lateral, poco frecuente

- Medial, asociada a la posterior

- Divergente, cada uno de ellos hacia un lado. Rarísima

2) Luxación aislada de uno de ellos, puede ser

- Aislada del radio (anterior, posterior y lateral). Más frecuente asociada


a fractura del cúbito (lesión de Monteggia)

- Aislada del cúbito, es excepcional

3) Luxaciones inveterada y recidivante. Son excepcionales

4) Fractura-luxación. Más frecuente asociada a fractura epitróclea, olécranon y


apófisis coronoides.
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LUXACIÓN POSTERIOR

Es siempre indirecto por caída sobre la palma de la mano y el codo en extensión. Se


introduce el olécranon en la fosilla y haciendo de palanca, la apófisis coronoides
sobrepasa al húmero y se luxa posteriormente. Se produce una gran lesión de partes
blandas (desgarro del músculo braquial anterior, lesión de los ligamentos colaterales,
lesión posible neurovascular, asociada a fracturas).

CLÍNICA. La deformidad es muy típica y hace que el diagnóstico pueda realizarse por
simple observación. Actitud de semiflexión, brazo aparentemente alargado, antebrazo
acortado, prominencia posterior del olécranon, fosa antecubital rellena, línea del eje del
húmero corta al antebrazo en lugar del codo (signo de Tillaux). La movilidad está
bloqueada.

Siempre hay que explorar el pulso radial y los nervios cubital y mediano.

La exploración radiográfica es necesaria para confirmar el diagnóstico de luxación y


detectar la presencia de fracturas asociadas.

TRATAMIENTO. Siempre antes de plantear la reducción debe explorarse el estado


del pulso radial y sensibilidad y función motora de los nervios mediano y cubital.

La reducción, bajo anestesia general, se consigue mediante maniobras de tracción con el


codo flexionado para disminuir la tensión en los tejidos anteriores. Una vez conseguida
se inmoviliza con el codo en flexión de 90º durante 3 semanas.

Cuando es fractura-luxación debe realizarse la reducción abierta y osteosíntesis de las


fracturas para intentar evitar la rigidez del codo.

COMPLICACIONES. La más frecuente es la rigidez del codo que debe tratarse


mediante ejercicios de rehabilitación activos pero nunca estiramientos pasivos que
aumentarían la rigidez y fomentaría la aparición de miositis osificante.
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La miositis osificante aparece si se demora la reducción o se efectúan maniobras


intempestivas de rehabilitación.

Parálisis del nervio mediano o del Cubital. Lesión de la arteria humeral.

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