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Recristalización Simple y en Mezclas de Disolventes.

Objetivo: aprender a elegir el disolvente adecuado para una recristalización


mediante pruebas de solubilidad. Aplicar la Recristalización como la técnica
de purificación de elección para compuestos sólidos.

Cristalización: consiste en la formación de cristales a partir de una solución


sobresaturada y es un proceso en el que se realiza un cambio de fase, pasando el
sistema de un estado de desequilibrio (desde disolución, estado fundido etc.) al
estado de equilibrio. En este proceso, el sistema incrementa el orden ya que pasa
de un sistema relativamente desordenado (la disolución) a un sistema mucho más
ordenado (cristal).

Por tanto de acuerdo con las leyes de la termodinámica, para que el proceso
sea, espontáneo, debe producirse un descenso de la temperatura que compense
el incremento de orden, ya que en la naturaleza todo sistema tiende a un mínimo
de energía y a un máximo de desorden (2° principio de la termodinámica).

Un problema que se presenta de manera habitual en química orgánica y de los


productos naturales, es la separación de una sustancia de interés del resto de
sustancias que la acompañan y que es necesario eliminar, puesto que constituyen
impurezas, requiere repetidos pasos de purificación, acompañado de estudios
para verificar, fehacientemente, que se ha logrado obtener el compuesto buscado
en forma pura.

La recristalización es el método utilizado para obtener un compuesto puro a partir


de una mezcla de componentes sólidos. Se basa en la solubilidad diferencial de
los componentes de la mezcla en un disolvente o mezcla de ellos, lo que permite
lograr la separación de uno de ellos del resto.

El valor de la máxima solubilidad de una sustancia en un determinado disolvente


es un valor límite en unas condiciones de presión y temperatura determinadas.
Por lo tanto, y siempre que estemos en condiciones de equilibrio, cualquier
proceso que tienda a aumentar la concentración una disolución saturada
provocara la aparición de exceso de sólido.

Si el sólido se forma de un modo rápido, desordenado, en muchos puntos


simultáneamente (núcleos de cristalización) y las partículas son, en consecuencia,
de tamaño muy pequeño, se habla de un proceso de precipitación.
Si por el contrario, el sólido se forma de un modo lento, ordenado, en pocos
núcleos, con la aparición de partículas poliédricas de tamaño apreciable (a veces
a simple vista) de morfología característica (cristales), se habla de un proceso de
cristalización.

La diferencia entre uno y otro proceso se encuentra entonces en la velocidad


con lo que se llevan a cabo en el grado de control que se ejerza sobre las
variables que en él intervengan más que en el grado de cristalinidad de las
muestras obtenidas.

Disolventes *Constante Punto de comentarios


Dieléctrica ebullición(°C)
Apróticos
Hexano 1.9 69 inflamables (a excepción de
Benceno 2.3 80 cloroformo: los halogenuros
Éter dietílico 4.3 35 de alquilo no son inflamables)
Cloroformo 4.8 61
Próticos
Ácido acético 6.2 118
Etanol 24.3 78
Metanol 33.6 65 miscibles con agua
Agua 80.4 100
* La constante dieléctrica mide la capacidad de un disolvente para funcionar como
aislante de cargas eléctricas. Los disolventes con baja constante, como los hidrocarburos,
son no polares, mientras los que tienen constante dieléctrica alta, como el agua, son
polares.

Antes de comenzar el proceso de recristalización propiamente dicho, debe


considerarse la presencia posible de dos tipos de impurezas: solubles e
insolubles.
La disolución de la mezcla sólida en el disolvente caliente, permite eliminar
mediante filtración las impurezas insolubles, mientras la muestra permanece
disuelta en el disolvente caliente. Por ello, el disolvente ideal para una
recristalización debe poseer un coeficiente de temperatura elevado para la
sustancia que se va a purificar, es decir, debe disolver una gran cantidad de la
misma a su temperatura de ebullición y sólo una pequeña cantidad a la
temperatura ambiente o ligeramente por debajo de la misma. De este modo, se
recuperará la mayor parte del sólido en la recristalización. Por el contrario debe
presentar un bajo coeficiente de temperatura frente a las impurezas, para que
éstas no se disuelvan al calentar a reflujo el sólido a purificar y se puedan separar
fácilmente del mismo mediante una filtración en caliente.
En el caso de una sustancia conocida a recristalizar, se puede consultar
directamente sus datos de solubilidad en bibliografía. Pero cuando la sustancia es
desconocida se debe recurrir a ensayos experimentales para seleccionar el
disolvente adecuado.
Otras consideraciones a tener en cuenta:
- El disolvente no debe de reaccionar con el soluto.
- Debe presentar un punto de ebullición relativamente bajo para facilitar el
secado de los cristales húmedos.
- En lo posible, su utilización no debe de ser peligrosa: se deben considerar
su flamabilidad, toxicidad, etc.

Cuando las impurezas a eliminar son solubles y coloreadas, deben eliminarse


por adsorción selectiva sobre una superficie de algún adsorbente, usualmente
carbón activado. El carbón activado se agrega en pequeña cantidad a la solución
caliente. Como la superficie del carbón también se adsorbe algo de compuesto
que se pretende purificar, se recomienda agregar la menor cantidad posible de
carbón activado, agitando suavemente hasta lograr la decoloración. Debe tenerse
en cuenta que el agregado de carbón activado vuelve a la disolución en caliente
de color oscuro, por lo que sólo se conocerá si la operación de decoloración tiene
éxito cuando el material sea filtrado.
Una vez que se ha efectuado la filtración en caliente, se enfriara la solución
filtrada al mismo tiempo que se raspan las paredes internas del recipiente con una
varilla de vidrio o una espátula. Esta acción permite la formación de
micropartículas de vidrio que se desprenden directamente desde el recipiente y
actuarán como núcleos de cristalización. A tal efecto también puede agregarse un
cristal del compuesto puro a recristalizar.
El enfriamiento de la solución debe hacerse a una velocidad moderada. Si se
realiza de una manera rápida, se formarán cristales muy pequeños que en
conjunto poseen una gran superficie de adsorción, donde quedaran adheridas una
gran cantidad de impurezas. Por el contrario, si el enfriamiento es demasiado
lento se formarán cristales grandes que pueden ocluir una gran cantidad de
disolvente, el cual lleva impurezas disueltas.
La separación de los cristales se realiza por filtración al vacio, en frio utilizando un
embudo büchner y un kitasato. En este proceso se pretende separar los cristales
formados, quitándoles la mayor cantidad de aguas madres con una evaporación
mínima.
Se deben tener en cuenta las mismas indicaciones dadas para la filtración en
caliente, respecto en al papel filtro. Para una mejor adherencia del papel de filtro
al embudo, se humedece el papel con un pequeño volumen de disolventes
mientras se hace vacio en forma simultánea.
Se vuelca la suspensión de cristales dentro del embudo con ayuda de una
espátula mientras se aplica un vacio moderado. Una vez que la mayor parte de los
cristales están en el interior del embudo se aplica un vacio más intenso.
Frecuentemente , parte de los cristales quedan en el primer recipiente, siendo
conveniente pasar una parte del líquido filtrado o aguas madres a este primer
recipiente para poder recuperar con su ayuda los cristales que no terminaron de
pasar.
Los cristales filtrados deben ser lavados con el objeto de eliminar las aguas
madres que los impregnan, debido a que las mismas pueden llevar impurezas
disueltas. Se utiliza el mismo disolvente puro y frio que se empleó para solubilizar
la mezcla. Este proceso se puede repetir varias veces, pero siempre utilizando
pequeñas cantidades de disolvente puro y frio.

Su importancia:

Es una operación necesaria para todo producto químico que se presenta


comercialmente en forma de polvos o cristales, ya sea el azúcar o sacarosa, la sal
común o cloruro de sodio.

Toda sal o compuesto químico disuelto en algún solvente en fase liquida puede
ser precipitada por cristalización bajo ciertas condiciones de concentración y
temperatura que se debe establecer dependiendo de las características y
propiedades de la solución, principalmente la solubilidad o concentración de
saturación, la viscosidad de la solución, etc.

Principales tipos de cristalización.


Existen varios tipos de cristalización, entre ellos la cristalización por enfriamiento,
la evaporación, la cristalización reactiva y el drowning-out , preferencial, vía
diastereomeros
Bibliografía:

- Cristalización en disolución: conceptos básicos; Feliciano Grases


Freixedas,A. Costa Bauzá,O. Söhnel
-Fundamentos teorico-practicos de QUIMICA ORGANICA/ Theoretical and
Practical Alicia Lamarque
-Diagramas de fases y su aplicación/ Diagramas of Faces and it's
Applications Luis A Cisternas
-Química farmacéutica I. Tomo 1.  Camps García, Pelayo / Vázquez Cruz,
Santiago / Escolano Mirón, Carmen

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