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AUTORES:
Estrada B., Manuel
Fernández M., Francis
Medina A., Verónica
Mujica L., Libia
Romero A., Yelkarin
Maracaibo, Marzo 2011
ÍNDICE
Preámbulo
La evaluación del desempeño de la gestión pública está en el centro de las preocupaciones tanto
de los tomadores de decisiones de las instituciones gubernamentales, a todos los niveles de la
gestión nacional, regional y local, como de la sociedad civil o pueblo en general.
En el caso de las agencias gubernamentales, surge un interés por el tema debido al rápido
crecimiento y alcance de las actividades y gastos del Estado. Este aumento fue acompañado, a
su vez, de una falta de control, contabilidad y transparencia de los procesos del sector público.
En lo concerniente a la ciudadanía o pueblo, la preocupación surge por la existente percepción,
de que el Estado no cumple a cabalidad con sus funciones, y que la corrupción es lo que
predomina en las altas esferas de poder.
Por ello y ante la exigencia por optimizar los niveles de eficiencia y eficacia en el uso de los
recursos, así como generar y fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas hacia los
ciudadanos y los grupos de interés que rodean la acción pública, hace necesaria la creación de
efectivos indicadores que permitan vislumbrar el rumbo que está llevando la administración
pública del Estado, a fin de continuar con el rumbo trazado o, cambiar de estrategia para lograr
un efectivo desenvolvimiento de la administración. Esto es lo que ha motivado a los gobiernos a
impulsar el desarrollo de indicadores de desempeño en las instituciones públicas.
Como vemos, la utilidad de contar con indicadores de desempeño para los gobiernos es
indiscutible. Por ello, partiendo de indicadores como; eficiencia (uso de recursos para la
generación de los productos), eficacia (capacidad de cumplir con la producción comprometida y
de logro de objetivos), calidad (capacidad de lograr la producción de los bienes y servicios de
acuerdo a los atributos esperados por los usuarios), y economía (cómo se organizaron los recursos
económicos y presupuestarios para el logro de los resultados). El objetivo de este trabajo será
responder la interrogante ¿Qué indicadores del desempeño pueden ser aplicados
exitosamente, en el Sector Público Venezolano?, es decir, ¿cuáles de los indicadores
anteriormente citados, son aplicables a la Administración Pública Venezolana y por qué?
En este sentido, en una primera instancia se determinaran los esfuerzos del Estado venezolano
por incorporar indicadores de desempeño en el sistema de evaluación de la Administración
pública, y que en concordancia con las demandas y necesidades de transferencia y rendición de
cuentas, comprende los indicadores que se estudiarán y que en consideración pueden ser
aplicado en el Sector Público venezolano. De igual manera, se presentará la aplicación de los
indicadores contemplados en un área del sector público venezolano, como lo es el sector de
educación superior, como criterios para la formulación de políticas, planificación, toma de
decisiones y evaluación de la calidad de las instituciones de educación superior, así como la
eficiencia con la cual operan los procesos académicos y administrativos de una institución de
educación superior.
DESARROLLO
1. CONCEPTO DE INDICADORES DE DESEMPEÑO
El uso de los indicadores de desempeño está relacionado directamente con la evaluación de los
resultados en varios ámbitos de acción de las intervenciones públicas.
Desde la perspectiva de las funciones que puede tener el indicador se pueden señalar dos: una
primera función descriptiva que consiste en aportar información sobre el estado real de una
actuación pública o programa, por ejemplo el número de estudiantes que reciben beca, y por
otro lado una función valorativa que consiste en añadir a la información anterior un “juicio de
valor” basado en antecedentes objetivos sobre si el desempeño en dicho programa o actuación
pública es o no el adecuado, en este caso “número de becas entregadas con relación a los
estudiantes carenciados”. Esta última expresión nos está dando información sobre el logro de la
actuación del objetivo de “Aumentar el número de becas para estudiantes carenciados”
(suponiendo que este es un objetivo intermedio).
Una definición general de indicador de desempeño sin entrar aún a especificar los ámbitos o
niveles de su uso, es la siguiente;
Se observa entonces que, los indicadores de desempeño se constituyen mediante una relación
entre dos o más datos significativos, que tienen un nexo lógico entre ellos, y que proporcionan
información sobre aspectos críticos o de importancia vital para la conducción de la organización.
En consecuencia, las organizaciones del ámbito público además de programar sus metas físicas y
financieras, definen también los instrumentos que le permitirán medir los resultados de su
gestión (eficacia y eficiencia), respondiendo así a la cuestión sobre cómo saber cuándo una
determinada meta ha tenido éxito y cuando no.
En este sentido de ideas, la evaluación del desempeño busca responder interrogantes claves
sobre cómo se ha realizado la intervención del Estado, si se han cumplido los objetivos
(concretamente, la medida en que éstos han sido cumplidos), el nivel de satisfacción de la
población objetivo, entre otras. En suma, se busca evaluar cuán bien o cuán aceptable ha sido el
desempeño de determinado organismo público con el objetivo de tomar las acciones necesarias
para perfeccionar la gestión.
Medir el avance hacia el logro de objetivos y metas organizacionales: El Gobierno bien sea
Nacional, Regional o Municipal, puede utilizar Indicadores de desempeño para monitorear el
logro de objetivos institucionales. Los indicadores deben permitir realizar seguimientos al logro
Promover la confiabilidad de nuestros servicios: La ciudadanía y los políticos pueden usar los
Indicadores de desempeño para medir la confiabilidad de nuestra organización. La publicación de
nuestros indicadores puede incrementar el conocimiento de nuestros usuarios y la ciudadanía
sobre el nivel de los servicios que reciben, y si el Gobierno, a cualquiera de sus niveles está
cumpliendo con sus metas.
El diseño de Indicadores de desempeño debe sujetarse a los siguientes principios y cumplir, según
el Dr. Ever Uzcátegui, con las siguientes propiedades:
Pertinencia: No todo lo que puede ser medido, debe serlo. Tiene que ver con evaluar lo correcto,
de tal forma que antes de definir los indicadores se debe conocer el proceso de producción que
se mide. Independencia: Se debe evitar usar indicadores que puedan estar condicionados en sus
resultados por factores externos, o la actividad conexa de terceros, sean estos públicos o
privados. Costo Razonable: La información para su elaboración debe ser recolectada a un costo
razonable dentro de la confiabilidad necesaria. Públicos: Deben ser conocidos y accesibles a
todos los niveles de la institución, así como al público usuario y a la Administración Pública en
general. Carácter Participativo: Que involucre en el proceso de preparación a todos los actores
relevantes como una forma de asegurar la legitimidad y reforzar el compromiso con las metas e
indicadores resultantes. Homogeneidad: Para su preparativo se debe usar el mismo parámetro o
unidad de medida: asesorías legales, inspecciones, etc. Confiabilidad: Se debe contar con datos
suficientes y demostrables, lo cual implica generar indicadores que provienen de registros,
estadísticas, y sistemas de información disponibles. Específicos y sensibles: Significa que los
indicadores deben evidenciar los cambios que se desean medir.
En consonancia con lo anterior, Schacter (2002) encuentra que “la principal utilidad en el marco
de la justificación de la acción pública, tiene que ver finalmente con que a partir de datos
fiables sobre los resultados se abre la posibilidad de informar y rendir cuenta a los ciudadanos
sobre el uso de los recursos y el grado de obtención de los objetivos propuestos. Otra perspectiva
sobre la importancia de los indicadores de gestión es que éstos hacen posible la rendición de
cuentas, la cual está en el centro del corazón del sistema de gobernabilidad política”3.
3 Schacter, Mark (2002) “Not a “Tool Kit”. Practitioner`s Guide to Measuring the Performance of
Public
Programs. Institute On Governance. Ottawa. Canadá. http://www.iog.ca/publications/guide.pdf.
Citado por “Indicadores de desempeño en el sector público” CEPAL.
utilizando los recursos públicos asignados. Todo ello permite a la ciudadanía tomar contacto con
los resultados obtenidos y evaluar el desempeño de los administradores públicos en particular, y
de la administración, en general.
De allí que el desempeño institucional es importante para una mayor transparencia y eficiencia
de los recursos públicos, con el objeto de que los gobiernos mejoren día a día su forma de
administrar. La medición de desempeño, a través de los indicadores de gestión, no sólo es
esencial para la instalación y desarrollo de una administración por resultados, sino también para
fortalecer el proceso de mejora continua de los servicios a la ciudadanía, en concordancia, los
indicadores de desempeño en el sector público, permiten mejorar los servicios a la ciudadanía.
La utilización de indicadores permite que las organizaciones y cada una de sus unidades
componentes, hagan una “mirada hacia adentro” acerca de qué cosas se están haciendo y cómo
se están haciendo para cumplir con los objetivos y las metas que le han sido asignadas. Esta
actividad continua permite mejorar el proceso productivo de bienes y servicios que debe prestar
la organización; asimismo, al definir indicadores de desempeño y analizar su comportamiento se
podrán hacer comparaciones con otras organizaciones, tanto nacionales como extranjeras, que
presten similar servicio a la población. De esta forma, la organización se obliga a atender
exclusivamente a sus objetivos y prioridades, y generar la capacidad interna de objetar el
funcionamiento de aquéllas áreas cuyo desempeño no es el adecuado acorde a los objetivos y
resultados preestablecidos.
Por tanto, en el ámbito del sector público los indicadores de desempeño permiten mejorar la
capacidad de responder por la responsabilidad asignada. Los administradores gubernamentales
tienen responsabilidades asignadas y éstas están definidas por: la estructura orgánica, (define la
función que debe cumplir dentro de la organización, su responsabilidad primaria y acciones), los
recursos que se le asignan para cumplir con dicha función, y por los objetivos y metas que le han
sido asignados.
La evaluación del desempeño se asocia al juicio que se realiza una vez culminada la acción o la
intervención. Busca responder interrogantes claves sobre cómo se ha realizado la intervención, si
se han cumplido los objetivos (concretamente, la medida en que éstos han sido cumplidos), el
nivel de satisfacción de la población objetivo, entre otras. En suma, se busca evaluar cuán bien o
cuán aceptable ha sido el desempeño de determinado organismo público con el objetivo de
tomar las acciones necesarias para perfeccionar la gestión.
Actualmente, es casi consensual que en la evaluación del desempeño de la ejecución del gasto
público, los criterios de análisis sean los de economía, eficiencia, calidad y eficacia (EECE).
En la evaluación del desempeño, debe tenerse en cuenta, el cumplimiento (o no) de los objetivos
en términos de insumo, producto, resultado e impacto, puesto que ello proporciona una idea
clara del “costo” del logro de objetivos y de la eficacia de la programación. Es decir, si se han
cumplido los objetivos generales y específicos de la intervención: qué involucró (el cumplimiento
de dichos objetivos) en términos de insumos (o factores productivos), es decir, si se generó
ahorro en el uso de los mismos (economía) y si se usó una combinación apropiada de estos
(eficiencia), y qué nivel de producto se logró (cuán productivo fue el uso de los factores), y en el
caso de la eficacia, si se cumplieron o no, y en qué grado los objetivos generales y específicos
(valuados en términos de resultados e impacto). Asimismo, también deberá tenerse en cuenta la
eficacia en el cumplimiento de los valores a alcanzar propuestos en términos de economía,
eficiencia y calidad (si es que se establecieron ex -ante).
En forma gráfica, en el siguiente cuadro, se puede examinar las interrelaciones existentes entre
los indicadores en una lógica de la perspectiva del proceso productivo, integrando además los
niveles de servicio provistos y dimensiones relativas a la utilización y satisfacción de los usuarios.
Para los efectos de este trabajo se tomarán analizarán los indicadores de desempeño que
comúnmente se conocen como las “3 E”: Eficiencia, Economía, Eficacia, agregando el indicador
de calidad de forma separada del indicador de “eficacia”, que en muchos trabajos se considera
un atributo de esta categoría. Esto no quiere ni mucho menos decir que sean los únicos
indicadores existentes, solo que hemos considerado los aquí presentados como de alta
pertinencia y aplicabilidad para los objetivos trazados. Estos indicadores pueden observarse en la
tabla 1:
2.1. EFICACIA
Las medidas clásicas de eficacia corresponden a las áreas que cubren las metas u objetivos de
una institución: cobertura, focalización, capacidad de cubrir la demanda y el resultado final.
Cobertura
La cobertura es la expresión numérica del grado en que las actividades que realiza, o los
servicios que ofrece, una institución pública son capaces de cubrir o satisfacer la demanda total
que por ellos existe. El porcentaje de cobertura de los servicios, actividades o prestaciones, es
siempre una comparación de la situación actual respecto al máximo potencial que se puede
entregar.
Focalización
Este concepto se relaciona con el nivel de precisión con que las prestaciones y servicios están
llegando a la población objetivo previamente establecida.
Un primer paso en la construcción de este tipo de indicadores consiste en verificar si los usuarios
reales a los que hoy estamos llegando coinciden con nuestra población objetivo, las llamadas
filtraciones en la demanda. Estas filtraciones pueden deberse a la fuga de beneficios del
programa a los usuarios no elegibles (error de inclusión), o bien en la cantidad de usuarios
elegibles que no acceden a los beneficios del programa (error de exclusión). Una segunda manera
de construir indicadores de focalización es el análisis de cobertura, en que se mide qué
porcentaje de esa población objetivo está recibiendo los bienes o servicios públicos.
Resultado Final
El resultado final es otra de las dimensiones del indicador de eficacia y al igual que en la
evaluación de programas públicos lo que se busca es medir la contribución del conjunto de la
intervención de la entidad pública (no así de un “programa específico”). Como resultado final se
entenderá el efecto “final” o impacto que las acciones de una entidad tienen sobre la realidad
que se está interviniendo.
La eficacia puede ser considerada tanto del punto de vista tradicional como la comparación de
los resultados obtenidos con los esperados, sino también, como una comparación entre los
resultados obtenidos y un óptimo factible, de forma tal que este concepto coincida con la propia
evaluación de programas.
2.2. EFICIENCIA
El concepto de eficiencia describe la relación entre dos magnitudes físicas: la producción física
de un bien o servicio y los insumos que se utilizaron para alcanzar ese nivel de producto. La
eficiencia puede ser conceptualizada como “producir la mayor cantidad de servicios o
prestaciones posibles dado el nivel de recursos de los que se dispone” o, bien “alcanzar un nivel
determinado de servicios utilizando la menor cantidad de recursos posible”.
Una vez determinado el valor del indicador de eficiencia, ya sea de producto medio o costo
medio, es necesario aplicar un análisis respecto de los resultados logrados. La idea es detectar
cuáles son los factores ineficientes que pueden estar generando un valor de indicador que escape
a la media de los estándares comparativos, o de las metas que estime razonables de ser
obtenidas.
Estos factores generadores de ineficiencias pueden ser el personal en la tarea no idóneo, o sin
capacitación suficiente que retarda el tiempo de respuesta de un proceso, o la dotación excesiva
de personal en la tarea que hace por ejemplo que el promedio de inspecciones por inspector sea
más baja que los estándares aconsejados.
2.3. ECONOMÍA
Este concepto se puede definir como la capacidad de una institución para generar y movilizar
adecuadamente los recursos financieros en pos del cumplimiento de sus objetivos. También
puede decirse que, está referido al desarrollo de las acciones con un mínimo uso de recursos y se
genera a partir de la comparación entre los indicadores de insumo programados con respecto a
los ejecutados. Todo organismo que administre fondos, especialmente cuando éstos son públicos,
es responsable del manejo eficiente de sus recursos de caja, de ejecución de su presupuesto y de
la administración adecuada de su patrimonio.
Otro tipo importante de indicadores de economía son aquellos que relacionan el nivel de recursos
financieros utilizados en la provisión de prestaciones y servicios con los gastos administrativos
incurridos por la institución.
La calidad del servicio es una dimensión específica del desempeño que se refiere a la capacidad
de la institución para responder en forma rápida y directa a las necesidades de sus usuarios. Son
extensiones de la calidad factores tales como: oportunidad, accesibilidad, precisión y
continuidad en la entrega de los servicios, comodidad y cortesía en la atención.
La calidad de servicio se puede mejorar por la vía de mejorar los atributos o características de
los servicios que se entregan a los usuarios.
Entre los medios disponibles para sistematizar la medición y evaluación de estos conceptos se
cuentan la realización de sondeos de opinión y encuestas periódicas a los usuarios, la
implementación de libros de reclamos o de buzones para recoger sugerencias o quejas.
• Es la tipología que por su simplicidad y concreción ha probado ser útil para los usuarios en los
países en que se ha implantado (la mayor parte de los países de la OCDE, Chile, Uruguay, Costa
Rica, etc.).
La administración pública requiere hoy en día mayores y mejores respuestas ante las nuevas
necesidades y demandas, exigiendo una administración pública moderna y eficiente, donde
impere el modelo de gestión, que incluyan sistemas administrativos acordes al dinamismo y
complejidad actuales.
Maria Elena León agrega al respecto, que nuestro ordenamiento jurídico tiene “…una clara
disposición de insertar el modelo administrativo venezolano, a reglas de carácter gerencial de
amplia acogida, se presenta en la LOAP un contenido definitivamente orientado a lo que se
conoce como gestión por resultados”.6 Observamos entonces que en función de ello, se
desarrollan principios de aplicación inmediata para la administración pública nacional, estadal y
municipal, y de forma supletoria para los demás poderes públicos, así como rasgos característicos
de dicha tendencia: planes de gestión, impactos cuantificables, plazos de ejecución y contratos o
acuerdos, que deberán atender la evaluación del desempeño institucional mediante indicadores
4 Poder Constituido, Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.”Decreto con rango, valor y fuerza
de Ley Orgánica de la Administración Pública”, Gaceta oficial N° 5.890 Extraordinaria, 31 de julio de 2008.
6 León, Maria Elena (2002). “La evaluación del desempeño institucional en la Ley Orgánica de la Administración
Pública de Venezuela: descripción y análisis”. VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la
Administración Pública, Lisboa, Portugal.
de gestión que establezcan previamente los órganos y entes de la Administración Pública
Nacional, bajo el espíritu de la ley.
De igual forma, el artículo siguiente de la misma ley establece el alcance de otros de los
indicadores de desempeño contemplados en el control de la evaluación de la gestión en relación
de los recursos utilizados para la consecución de sus fines:
7 Guía para la Definición de Indicadores. Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo. UDAJO 1997, citada
por Roberto Ávalos Aguilar en “Propuesta de Creación de un Sistema de Evaluación de la Gestión Pública por medio de
Indicadores”. Ponencia presentada en el VI Congreso Internacional del CLAD. Buenos Aires. 2001. Citado por María
Elena León Álvarez
“Principio de eficiencia en la asignación y utilización de los recursos públicos,
artículo 20. La asignación de recursos a los órganos, entes de la Administración
Pública y demás formas de organización que utilicen recursos públicos, se ajustará
estrictamente a los requerimientos de su organización y funcionamiento para el logro
de sus metas y objetivos, con uso racional de los recursos humanos, materiales y
financieros.
Otro de los principios que contempla el sector público venezolano es aquel que refiere a la
capacidad de autofinanciamiento de las organizaciones, o lo que es lo mismo la economía,
fundamentado en nuestra legislación en la LOAP en su artículo 17:
Por su parte, la calidad del servicio en respuesta a las necesidades de los usuarios y la
accesibilidad al mismo, son dimensiones o índices que la ley cita pretender imprimir a la
actividad del sector público:
Ahora bien, ¿Por qué el sector público procura una administración pública eficaz, eficiente y
suficiente? La respuesta es contundente, los servicios que presta el Estado a los administrados
deben de ser efectivos, logrando el propósito del servicio con prontitud, empleando los medios
idóneos para servir de manera adecuada cubriendo las necesidades de los administrados;
logrando asimismo, mecanismos de comunicación e información que hagan de la Administración
Pública una estructura transparente donde el secreto sea la excepción y no la regla, y estimular
estrategias orientadas hacia una mayor participación ciudadana en los procesos decisorios de la
administración. Y todo ello mediante la creación en las diferentes dependencias unidades de
evaluación estratégica, encargadas del seguimiento y evaluación de las políticas de su área y
rescatar la misión estratégica del organismo central de planificación.
Sin embargo, sin menoscabo de lo planteado anteriormente, no quiere significar que nuestro
ordenamiento goce de un sistema de índices de desempeño que permita la evaluación
institucional y cumpla con la necesidad del gobierno venezolano de “medir” para tener
informaciones para la evaluación de las políticas, seguimiento de la ejecución financiera,
definición de responsabilidades y controles. Todo lo contrario, la falta de regulación específica
acerca de los de los criterios para la definición y registro de los indicadores de evaluación del
desempeño institucional, no permite una verdadera aplicación de estos indicadores, lo que
promueve dudas acerca de las posibilidades de realización de la normativa señalada;
considerando siempre que esto no quiere significar que en el sector público no se apliquen
efectivamente en todas sus áreas los indicadores tratados, pero que de igual manera son
potencialmente aplicables al control de gestión y desempeño de nuestro sector público
venezolano, tal como lo podremos observar en la aplicación práctica de los índices de desempeño
que se presentará a continuación referida al sector de la educación universitaria.
Para un análisis acerca de la Educación Superior, son muchos los aspectos que según Sizer (1991)
pueden ser tratados por medio de los indicadores:
• Disponibilidad de recursos
• Conocimiento por parte de los usuarios de lo existente
• Accesibilidad de los servicios por parte de los usuarios
• Alcance en el uso de los servicios
• Adecuación de los servicios ofrecidos a las expectativas o demandas
• Eficiencia en el uso de los recursos
• Eficacia en el cumplimiento de los objetivos
• Beneficios sociales o económicos obtenidos
• Aceptabilidad de los resultados por parte de los usuarios
Para apreciar y estimar con cierta precisión objetiva el mapa actual de la educación superior
venezolana, cabe establecer como principio técnico que habida cuenta de la relativa ausencia de
datos es improbable arribar a conclusiones relativamente ciertas, en la materia. Para ensayar
una aproximación objetiva cabría elaborar ciertas tablas con índices variados, tales como los
siguientes:
1. Oferta universitaria
2. Recursos humanos (p.d.i. y p.a.s.)
3. Demanda universitaria
8 Albornoz, Orlando. (s.f) ALGUNAS NOTAS SOBRE LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN VENEZUELA. Disponible en:
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res106/txt82.htm#0 Consultado:
18 de Marzo 2011.
OFERTA UNIVERSITARIA
DEMANDA UNIVERSITARIA
RECURSOS FINANCIEROS
RECURSOS FÍSICOS
PROCESO
1º. Tiempo de dedicación lectiva del alumnado.
2º. Oferta práctica de la titulación.
3º. Oferta optativa de la titulación.
4º. Prácticas en empresa del plan de estudios.
5º. Proporción de grupos grandes en la titulación
6º. Proporción de grupos pequeños en la titulación.
7º. Dedicación del P.D.I. Doctor permanente al primer curso del primer ciclo.
8º. Proporción de estudiantes por P.D.I.
Estos indicadores de desempeño aquí expuestos tienen gran relevancia si quiere lograrse un
efectivo control dentro del sector público educativo, por ello, es necesario conocer la
importancia de contar con indicadores de desempeño dentro del sistema de educación
universitaria. Así entonces, los indicadores son importantes porque:
• El objetivo es definir y proponer unos indicadores comunes para todo el sistema universitario
venezolano, que sean capaces de proporcionar información cuantitativa sobre las
Universidades que sea útil tanto a los gestores de las propias instituciones como a sus
usuarios, ya sean estos estudiantes o empleados administrativos y obreros.
• Lo que se buscaría con los indicadores propuestos es la creación de un catálogo nacional de
efectivos indicadores, del que las instituciones o personas que lo deseen puedan hacer uso.
• No se trata específicamente de “indicadores de calidad”. Los indicadores son una información
útil pero parcial. No se deben utilizar para elaborar de manera generalizada rankings de
calidad. Por el contrario, es lógico que cada usuario de los indicadores establezca, de forma
intuitiva o matemática y para cada toma de decisión que necesite realizar, su ponderación
individual.
Pero, ocurre que a veces a pesar de contar con indicadores efectivos, no es posible levantar este
tipo de información, habida cuenta de la ausencia de datos confiables. Pero en todo caso, es
necesario establecer que la calidad del sector público universitario no es una variable abstracta,
sino relacionada con la práctica cotidiana de las instituciones. En este sentido, en cualquier país
de América Latina y el Caribe, entre ellos Venezuela claro está, una institución, al interno de un
país, o un país en relación con los otros, se hallará en una u otra posición en cada uno de los
indicadores a medir arriba plasmados.
En otro orden de ideas, cabe señalar que a pesar de los esfuerzos efectuados la educación
superior venezolana continúa desarrollando, en su generalidad, una tecnología educativa del
aula, con la investigación y las otras actividades propias de estas instituciones como cuestiones
de orden marginal. Existe escasa investigación empírica en este sector de la educación y de
hecho ni siquiera estadísticas confiables. Probablemente, es un tema interesante, la educación
superior venezolana no es una actividad intelectual y académica, sino una actividad de orden
burocrático y no solamente hay una baja productividad académica, sino un bajo consumo de los
bienes de la cosa intelectual.
Ante estas disyuntivas y para abordar y corregir estos problemas, es que se han venido
implantando en nuestro país diversas políticas, entre las cuales se incluye la ya mencionada,
medición de los indicadores de desempeño.