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KINESIA EN LOS NEGOCIOS

En este intento por lograr nuestro objetivo hay que cuidar


tanto lo que decimos como la correcta utilización de dicho
lenguaje. Y esto, desde el inicio de la negociación hasta
que se llegue al acuerdo.

Con la práctica se averigua cada vez más lo que la otra


parte piensa a través de dicho lenguaje, pero para
empezar con sólo saber un 15 o 20% más ya es suficiente.
Es bueno observar los comportamientos que se comentan
a continuación e ir detectándolos en las personas del
entorno.

A los negociadores no sólo se les debe juzgar por lo que


dicen, sino por cómo lo dicen, su imagen (tipo de ropa y
complementos) y comportamientos (posturas, miradas,
expresión facial…). Hay que tener en cuenta que la
mayoría del lenguaje no verbal se comunica a través el
lenguaje del cuerpo. Si desarrollamos nuestra capacidad
de observación, concentrándonos en nuestro interlocutor
e interpretando correctamente dicho lenguaje,
obtendremos una información adicional muy valiosa para
adaptarnos a la situación según nuestros intereses.

A continuación se recogen los comportamientos generales


de un negociador en dos situaciones típicas:
negociaciones competitivas y negociaciones colaborativas.
Estas reflexiones sirven para tenerlas en cuenta, sin
embargo no hay que olvidar que todo buen negociador, si
quiere fingir, lo hace tanto a través del lenguaje verbal
como el no verbal. Por otro lado, el lenguaje del cuerpo
puede tener varios significados e interpretarse de varias
formas, por lo que en su interpretación hay que tener en
cuenta otros elementos (estado de ánimo, posibles
circunstancias personales de los interlocutores, etc.).
El lenguaje corporal del negociador competitivo

En las negociaciones competitivas lo que se pretende es


conseguir los objetivos propios a la vez que la otra parte
no consiga los suyos. Suelen ser negociaciones duras que
se basan en el regateo. En este tipo de negociaciones, si
hay igualdad de poder, hay un componente de
intimidación muy importante. Para ello los negociadores
generalmente se comportan de la siguiente manera:

• Comienzan con un leve o ningún apretón de manos,


saludan con una sonrisa irónica y, si dan la mano, lo
hacen con la palma hacia abajo.

• Cuando te dejan hablar rehuyen la mirada, evitando


el cruce directo con los ojos para que no puedas
condicionarles con tu forma de expresarte.

• Si son ellos los que tienen la palabra, entrelazan los


dedos para demostrar autoridad.

• Cuando la otra parte empieza a hablar y quieren


demostrarnos que no se nos están escuchando, o si
realmente es así, miran hacia abajo.

• Justo antes de empezar a hablar se agarran la


cabeza por detrás, demostrando su superioridad ante
la otra parte.

• Mientras permanecen sentados evitan que sus


rodillas se dirijan hacia la persona que está hablando.

• Si en algún momento se sienten inseguros con sus


decisiones se suelen dar un leve tirón del oído o tocar
el lóbulo.

• Demuestran inseguridad en su exposición tocándose


el cabello.
• Si los temas tratados en la negociación les parecen
aburridos miran hacia el suelo al mismo tiempo que
descansan la cabeza sobre las dos manos. De vez en
cuando cruzan las piernas y balancean levemente uno
de los pies.

• Al hablar reposan la espalda sobre su respaldo y


cruzan los brazos a la altura del pecho para crear una
barrera defensiva.

• Si responde de forma breve, se levantan de la silla o


se mueven sobre ella, muestran indiferencia sobre el
tema tratado.

• Cuando ocultan algo y no son sinceros con lo que


dicen, se suelen tapar la boca mientras hablan.

• Si comentan algo poco creíble intentando engañar a


la otra parte, parpadean, dejan de mirar a la cara y
cambian la postura corporal sobre la silla o cambian el
peso del cuerpo de un pie a otro.

• Si están impacientes por algo o no les interesa el


tema tratado, suelen mirar el reloj.

• Dan respuestas lacónicas, acompañadas de un tono


de voz sombrío, apartando la vista con frecuencia y
cerrando los puños, significa rechazo por lo propuesto.

• Exponen sus argumentos manejando algo entre las


manos, síntoma de que tienen ansiedad por cerrar el
acuerdo.
El lenguaje corporal del negociador colaborativo

En las negociaciones colaborativas lo que se pretende es


satisfacer las necesidades propias a la vez que la otra
parte también lo consiga. Son negociaciones sinceras que
se basan en la solución conjunta de sus respectivas
necesidades. Para ello normalmente se empieza creando
un clima de confianza.

• Lo primero que hacen es dar un firme apretón de


manos.

• Al presentarse y hablar, dirigen la mirada a los ojos.

• Al entrar en la sala caminan erguidos para


demostrar seguridad y confianza en uno mismo.

• También, para demostrar seguridad en si mismos se


sientan agarrándose levemente la cabeza por detrás.

• Si quieren demostrar que están impacientes por


comenzar la negociación se frotan levemente las
manos o golpean ligeramente los dedos.

• Al inicio de la conversación, si es la otra parte la que


habla, inclinan la cabeza levemente hacia delante
para mostrar interés en lo que la otra parte está
diciendo.

• Al hablar acompañan su exposición gesticulando


con las manos abiertas, demostrando sinceridad y
franqueza.

• Cuando asienten con frecuencia mientras la otra


parte expone su argumentación, le brillan los ojos, se
inclinan hacia delante y cuando intervienen lo hacen
con una voz activa y animada, es porque están muy
interesados en el tema.

• A la hora de tomar decisiones se acarician la


quijada, inclinando levemente la cabeza hacia
delante, exponiendo los posibles acuerdos
gesticulando, enseñando las palmas de las manos.
• Si caminan por la sala, al pararse ponen las manos
en las caderas, significa predisposición a llegar a un
acuerdo.

Es conveniente que al mismo tiempo que un negociador


se prepara todo lo que va a decir, se prepare también el
lenguaje corporal que va a utilizar en cada momento.
Todo ello detectando también el leguaje corporal de la
otra parte y obrando en consecuencia.

Ahora cabe preguntarse si,… ¿esto se puede aprender?


Como todo conocimiento y habilidad esta claro que sí. Se
aprende conociendo las virtudes y posibles mejoras de
cada negociador, utilizando herramientas adecuadas
para la correcta preparación tanto del lenguaje verbal
como del no verbal y realizando grabaciones y juegos de
simulación que reflejen la realidad, para así, preparar la
futura negociación correctamente y detectar el lenguaje
corporal de la otra parte según sea su predisposición a
competir o colaborar.

EL MUNDO LABORAL

Profesiones caras al público: Las profesiones en las que el


lenguaje corporal tiene más importancia son aquellas en las
que hay un contacto directo con el público. En general,
aquellos que emplean técnicas de exploración anticipada
son más eficaces en su trabajo, pues les permite efectuar
un cambio de actitud y conducta que se adapte a las
necesidades individuales de cada cliente. Esta técnica no
solo aumenta la efectividad personal, sino que también la
satisfacción que produce su trabajo. El lenguaje corporal
efectivo debe incluir mucho contacto ocular, expresiones
faciales positivas, amplio uso de las sonrisas, asentimientos
de cabeza al escuchar, gestos abiertos, aspecto cuidado y
acercamiento estrecho.

Cada profesión tiene sus requerimientos especiales.


Además de los citados como normal general, las
profesiones relacionadas con la salud (médicos,
enfermeras, etc.) deben procurar un uso incrementado del
contacto corporal de tipo reconfortante (coger de la mano,
pasar el brazo por encima del hombro, leves abrazos y
similares) y utilización de vocalizaciones de aliento (como
"humm", "ah"). Las profesiones relacionadas con ventas
deben ir elegantes, y deben aproximarse mucho al cliente e
incluso llegar a establecer contacto corporal. Si se observan
conductas defensivas (cruzarse de brazos u otros),
mantener distancia y esperar hasta que la conducta del
comprador se relaje.

Equipos de trabajo: Las risas y sonrisas frecuentes, los


gestos abiertos, posturas relajadas, estrecho acercamiento,
orientaciones que rechazan a los intrusos, contacto corporal
y distribución equitativa del tiempo de charla son
características de un grupo de trabajo en el que todo el
mundo está a gusto. Aunque un grupo feliz no tiene porque
ser más productivo, suele ir asociada una cosa con otra.

Para lograr mayor efectividad es de gran ayuda que sus


pautas de posturas y gestos sean similares o
complementarias. Una característica común a los equipos
efectivos es que sus miembros se parecen. Nos
desenvolvemos mucho más cómodamente con personas
similares a nosotros (en el uso del lenguaje corporal). En
ocasiones mas que similitud hay complementariedad, como
entre personas dominantes y sumisas, que suelen llevarse
bien pues sus lenguajes corporales encajan entre si.

Motivación: El lenguaje corporal adecuado para motivar a


los demás incluye, de nuevo, un incremento del contacto
ocular, expresiones faciales positivas, asentimientos e
inclinación lateral de la cabeza al atender. Los gestos deben
ser abiertos, la postura inclinada hacia adelante, un
estrecho acercamiento, orientación directa, contacto
corporal adecuado, vocalizaciones de apoyo, todo ello
ayudará a crear un ambiente en el que es muy probable
que la gente se sienta motivada. En este tema, la
apariencia externa parece tener poca importancia, sin
embargo, el uso del tiempo y la sincronización pueden ser
muy importantes.

Relaciones empresario y trabajadores: Unas buenas


relaciones laborales dependen en gran medida de
negociaciones y reuniones satisfactorias. El lenguaje
corporal más efectivo debe incluir un incremento del
contacto ocular, puesto que esto ayudará a que la gente se
agrade mutuamente más. Las expresiones faciales
amistosas y las sonrisas pueden ser de ayuda, pero en este
contexto, los asentimientos y la inclinación de cabeza al
escuchar tienen mucha mas probabilidad de ser
considerados sinceros. Los gestos han de ser bastante
comedidos, aunque se permite una menor inhibición al
expresar emociones en las que se supone que todos los
participantes estarán de acuerdo. Puede ser útil mantener
una postura hacia adelante y ligeramente asimétrica, pues
hará la situación mas distendida. Por la misma razón, una
mayor proximidad, modificada por una orientación
indirecta, será también de gran ayuda. El contacto corporal
propio de las relaciones laborales se limita a estrecharse las
manos en los saludos, despedidas o cuando se ha llegado a
un acuerdo, a la palmadita ocasional en la espalda, o a la
mano en la parte posterior del brazo en señal
apaciguadora.

Negociaciones: Los hombres de negocios necesitan un


lenguaje corporal diferente. El contacto ocular
predominante ha de ser dominante y no sumiso. Las
expresiones faciales tenderán a ser neutras, aunque habrá
sonrisas en los saludos y despedidas. Los movimientos de
cabeza tienden a ser contenidos, y tanto los asentimientos
como las inclinaciones laterales suelen ser movimientos
más sutiles que en otros contextos. Ello quizás sea debido a
que en muchas situaciones los hombres y mujeres de
negocios han de guardar bien sus cartas. Puesto que el
lenguaje corporal deja escapar mucha información,
necesitan controlarlo al máximo. Han de aprender a
adaptar su lenguaje corporal al de aquellos con los que
tienen que negociar.
La expresión de una postura muy cooperadora en una
negociación se puede hacer patente de diversas formas.
Sonreír y utilizar gestos y posturas abiertos. El sentarse en
una silla echándose hacia adelante puede comunicar tanto
interés como el deseo de llegar a un acuerdo con los
demás. Desabrocharse la chaqueta puede indicar apertura
hacia los demás. La inclinación lateral de cabeza indica
interés, por lo que también se puede utilizar para
comunicar una postura cooperativa. n gesto de las manos
muy frecuente en las negociaciones, sobre todo cuando el
comprador en potencia esta considerando lo que se le
ofrece es la postura de las manos con las puntas de los
dedos juntas y las palmas separadas. Tamborilear con los
dedos, dar golpecitos con los pies y pintarrajear en un papel
son conductas ante las que hay que estar atento en las
negociaciones, pues pueden reflejar aburrimiento o
impaciencia. Estas reacciones negativas pueden perjudicar
el éxito de la negociación. Para remediarlas suele ser útil
hacer que hablen las personas que hacen tales conductas.
Si la negociación es difícil y no se quiere ceder, fruncir el
ceño y los gestos y posturas cerrados comunicarán esta
mala disposición.

Educación: La educación es una profesión en la que el


dominio del lenguaje corporal es particularmente
importante, en gran parte por la influencia que ejerce sobre
los jóvenes y su desarrollo. Deben ser cordiales, cariñosos y
gratificantes, capaces de llegar a todos los miembros del
grupo de estudiantes. Es importante prestar atención a las
respuestas e intervenciones de los alumnos y evitar
ridiculizar o mostrarse sarcástico, hostil, enfadado o
arrogante. Deben estar seguros de si mismos y emplear
una postura relativamente erguida para indicar su papel
dominante en la interacción de la clase, pero inclinándose
hacia adelante en señal de atención. Deben ajustar su
orientación de modo que se adecue a la naturaleza
competitiva o de colaboración de las diferentes tareas
realizadas en clase. Deben emplear gestos expresivos para
reforzar lo que se dice, y asentimientos con la cabeza para
reforzar, gratificar y alentar la participación de los demás
en la charla. Un nivel alto de contacto ocular suele ser
adecuado, pero habrá que reducirlo si los estudiantes
muestran signos de incomodidad. La entonación, tono,
matiz, volumen, velocidad al hablar y programación
temporal de las intervenciones variarán en función de la
situación. Se deben reducir los errores de dicción y las
vacilaciones todo lo que se pueda, utilizando las pausas
para mantener la atención de los alumnos, para hacer
énfasis y para estimular su participación. Hay que tener en
cuenta la apariencia externa, pues puede influir en la
credibilidad que los alumnos conceden a lo que dice el
profesor, los datos conocidos indican que un estilo
demasiado informal tiende a hacer disminuir las
calificaciones de competencia académica que otorgan los
alumnos.

OTROS CONTEXTOS

Entrevistas: Los entrevistadores utilizan mas contacto


ocular que la media de la población, pues pasan mas
tiempo escuchando que hablando. Sus expresiones faciales
están orientadas fundamentalmente a mostrar interés y,
por la misma razón, hacen un amplio uso de los
asentimientos con la cabeza y de la inclinación lateral. Los
gestos se reducen al máximo, para no distraer al
entrevistado. La postura puede ser inclinada hacia adelante
o echada asimétricamente hacia atrás, según se quiera
mostrar interés o tranquilizar al entrevistado nervioso. La
proximidad deberá estar dictada por las preferencias del
entrevistado. Se emplean mucho la sincronización y los
aspectos no verbales del lenguaje para mantener viva la
charla durante todo el tiempo disponible. Si un
entrevistador desea que el entrevistado se sienta
incomodo, le negará el contacto ocular, la expresión de la
cara no mostrará ningún tipo de interés, no asentirá con la
cabeza, gesticulará con mucha frecuencia incluso cuando el
entrevistado está hablando, adoptara una postura
extremadamente rígida o extremadamente relajada y una
orientación directa o de rechazo. Con frecuencia,
interrumpirá con una pregunta cuando todavía no se ha
terminado de dar respuesta a la anterior.
Las reuniones: Resulta difícil hacerse oír en una reunión, sin
embargo, el uso adecuado del lenguaje corporal ayuda
bastante a conseguir la palabra y a mantenerla. Una buena
sensibilidad al uso del tiempo y la sincronización hace
posible que alguien que quiera hablar intervenga justo en el
preciso momento en el que el anterior orador termina, sin
interrumpirle, pero sin dejar que se le adelante nadie. Para
indicar el deseo de intervenir se suele inclinar el cuerpo
hacia adelante o levantar el dedo índice. Es frecuente que
el presidente dé la palabra a una persona si la expresión
facial de esta indica que está en grave desacuerdo con lo
que se dice.

Al hablar, el contacto ocular con el presidente de la mesa


ayuda a mantener el turno de palabra. Cuando este está
asegurado, el contacto ocular sucesivo con otros miembros
de la reunión ayuda a mantener su atención y a evaluar el
efecto que tienen las afirmaciones que se hacen. Las
expresiones faciales y los gestos han de ser variados para
proporcionar expresividad a lo que se dice.

El presidente de la reunión es la persona que mas necesita


emplear el lenguaje corporal de forma efectiva. Puede
impedir que alguien hable negándole el contacto ocular,
mirando, por el contrario a otros indicándoles así que es su
turno de palabra. Sus expresiones faciales pueden mostrar
aprobación o desaprobación de lo que se dice, ayudando así
a controlar la dirección que toma la reunión. Los
asentimientos de cabeza del presidente estimulan al que
habla para que lo siga haciendo, mientras que la ausencia
de asentimientos le disuadirá de hacerlo. Mediante sus
gestos puede hacer que los demás se callen o que
empiecen a hablar.

Encuentros cotidianos: El período más crítico en un primer


encuentro entre dos personas suelen ser los cinco primeros
minutos. Las impresiones formadas en este período
tenderán a persistir e incluso a ser reforzadas por el
comportamiento posterior, que no suele ser interpretado
objetivamente, sino de acuerdo con esas primeras
impresiones. En estos primeros minutos nos formamos
opiniones sobre el atractivo, carácter, personalidad,
inteligencia, temperamento, hábitos personales, capacidad
de trabajo, etc.., todo esto sobre la base de la escasa
información dada por su lenguaje corporal. Las primeras
impresiones pueden verse también influidas por lo que se
nos ha dicho de alguien antes de conocerlo. Si se nos dice
que nos gustará alguien porque es cordial, podemos quedar
condicionados por ello y responder de una forma amable al
conocerle.

Hay siete elementos que siempre aparecen durante la fase


de saludo: Mucha proximidad y orientación directa, las
cejas suben y bajan rápidamente, sonrisas, contacto ocular,
contacto corporal incluso en las culturas mas reacias al
mismo con presentación de la palma de la mano para
estrecharla o simplemente para que se vea y sacudir la
cabeza o asentir haciendo una inclinación con la misma.
Uno de los gestos citados, el de las cejas, es un típico gesto
de saludo y reconocimiento que aparece casi en todas las
culturas. Consiste en un rápido movimiento de subida y
bajada de las cejas acompañado de una sonrisa y su
objetivo parece ser el de indicar a la persona con la que
estamos a punto de hablar que estamos encantados de
verle. En lo que se refiere a la gente que conocemos parece
servir como gesto de reconocimiento.

Las conductas anteriores van seguidas de diversas


variaciones de las formulas de cortesía verbal. Después la
conversación se moverá hacia temas más sustanciales o se
dará por concluida en breve. Transcurrido el momento de
transición, el tipo de lenguaje corporal que se establece es
el contacto ocular indicador del turno de palabra. Las
expresiones faciales y los movimientos de cabeza
cambiantes, adecuándose al contenido de la conversación,
inclinaciones de cabeza en señal de interés y también
inclinación del cuerpo y acercamiento. Los gestos
enfatizarán las afirmaciones que se hacen, y la orientación
cambiará para no parecer siempre directa, pues podría
resultar amenazadora.

También hay cierto número de elementos del lenguaje


corporal que parecen acompañar siempre a la conclusión
de un encuentro: La persona que desea terminar rompe el
contacto visual, se inclina hacia adelante y hace muchos
asentimientos con la cabeza. El punto máximo de esta
actividad se produce en los últimos 15 segundos antes de
levantarse. Si no se consigue se repite de nuevo todo el
proceso. Entre otras conductas que también pueden estar
presentes podemos citar, mayor movimiento de las piernas,
sonrisas, movimientos de las manos en aspa, y si se esta
sentado se descruzan las piernas dando un golpecito con el
pie en el suelo al hacerlo y se usan las manos como punto
de apoyo para levantar el cuerpo.

Descubrir al mentiroso: Hay conductas que aparecen con


mas frecuencia cuando alguien está mintiendo que cuando
dice la verdad. Como ya hemos visto, las conductas
delatoras se producen con mayor frecuencia en la parte
inferior del cuerpo. Barrer el suelo con los pies, retorcer los
dedos de los pies, cruzar y descruzar las piernas se dan en
mayor número cuando estamos intentando engañar a los
demás.

La mitad superior del cuerpo también puede estar


implicada en los intentos de engaño, aunque es más fácil
controlar las expresiones faciales y quizá un consumado
mentiroso sea capaz de mantener el contacto ocular (Al
mentir tendemos a evitar el contacto ocular), pero los
movimientos de las manos no son tan fáciles de controlar.
Se ha descubierto que hay un gesto muy frecuente en
todos los que intentan engañar, es una especie de
encogimiento de las manos, en el que estas se giran para
que las palmas queden expuestas. Se emplea en señal de
desamparo, como si el mentiroso intentara hacerse con
nuestra ayuda por su incapacidad de hacer creer la mentira
por si solo. El tocarse un lado de la nariz, el ojo, mojarse los
labios con la lengua, tamborilear con los dedos y el
sujetarse a los brazos del asiento, no son exclusivamente
signos de falsedad, pero ocurren con más frecuencia
cuando alguien intenta engañar a los demás.

En otros estudios sobre el comportamiento de las personas


cuando transmiten mensajes verdaderos y falsos, se ha
constatado que los que mienten hablan menos, mas
lentamente, cometen más errores de dicción y sonríen más.
La frecuencia de movimientos corporales también es
menor. Sonrojamiento, sudoración, temblores en la voz,
tragar saliva, jugar con lápices o gafas también son
comportamientos posibles cuando alguien miente. Es
mucho menos probable que los mentirosos establezcan
contacto corporal y ni siquiera suelen acercarse mucho. Su
lenguaje corporal suele contradecir sus palabras.

POLÍTICOS Y ESTRELLAS

Sí la observación constituye uno de las mejores métodos


para comprender y mejorar el uso del lenguaje corporal, es
quizá en políticos y estrellas (de cine, música, deporte, etc.)
donde mejor puede llevarse a cabo, tanto por la posibilidad
de una observación minuciosa y relajada desde nuestra
propia casa, a través de la televisión, como porque en ellos
es de enorme importancia un uso adecuado del lenguaje
corporal, que además tienden a exagerar, lo que aún
facilita más si cabe la observación.

Los políticos

Los partidos políticos más importantes entrenan a sus


principales oradores y oradoras para que sepan
desenvolverse ante los medios de comunicación y den una
buena imagen tanto de ellos mismos como del propio
partido. Esta imagen se establece y se mantiene casi por
completo a través de mensajes no verbales.

En sus discursos suelen usar gestos muy exagerados, dar


golpes sobre la mesa, señalar acusadoramente, levantar los
brazos y hacer marcadas pausas tras sus frases mas
afortunadas para que el público les aplauda. Los políticos
intentaran ganarse la confianza de los demás y, por tanto,
mantendrán el contacto ocular, su mirada será franca,
harán un amplio uso de las sonrisas y su apretón de manos
será firme y acogedor.

Durante las entrevistas, el político asentirá con la cabeza


frecuentemente mientras escucha como si estuviera
ansioso por conocer hasta el último detalle de lo que se le
plantea. Si esta sentado, se inclinará hacia adelante, para
indicar un deseo de cooperar en la charla. Suele usar al
hablar un contacto ocular mayor de lo normal, esto no solo
le hace parecer dominante, sino que le proporciona una
mejor oportunidad de controlar o regular la interacción que
tiene lugar entre el y el entrevistador. También intenta
decir la última palabra, pues es consciente del efecto verbal
y no verbal que tiene el conseguirlo, tendemos a considerar
que se cede la última palabra a la persona con mayor rango
entre los presentes.

Un político que dice que va a hacer cosas muy diferentes,


tendrá que enfrentarse a la barrera de la credibilidad.
Quienes lo consiguen son personas que tienen un buen
control sobre la parte inferior del cuerpo, pues es aquí
donde aparecen los signos delatores. Puede que algo tenga
que ver con esto, el que los oradores políticos se pongan de
pie tras un atril en los discursos o se sienten tras mesas con
faldones.

Suelen darse diferencias de imagen entre los partidos: El


representante típico de un partido conservador suele llevar
traje oscuro con camisa y corbata, el pelo con un corte
elegante y los zapatos bien cepillados, su piel es suave y
tiene aspecto de estar bien alimentado, su acento es de la
clase media y el tono de su voz inspira seguridad y
confianza, sus gestos son comedidos y su postura erguida y
ligeramente asimétrica. En el caso de la representante de
sexo femenino, su atuendo será igualmente convencional y
bien cuidado, su voz, ademanes y conducta encajaran
perfectamente con los del representante anteriormente
citado. El representante típico masculino de un partido
liberal suele tener un aspecto menos púlido que refleja su
escasa o ninguna preocupación por el mismo. Puede tener
desde el acento de la capa mas culta de la sociedad al más
burdo y basto que se pueda encontrar en la clase
trabajadora. Su postura es mas encorvada y sus gestos
menos predemeditados. Suelen aproximarse más entre sí y
es mas frecuente verles con la cabeza inclinada
lateralmente prestando atención a algo o alguien. Las
mujeres suelen llevar un atuendo mas informal, su corte y
arreglo de pelo es menos delicado pero mas natural, sus
gestos son parecidos a los del hombre, ante quien se
considera de igual a igual, asimismo, hace un amplio uso
del asentimiento de cabeza, inclinando a menudo la misma
en señal de interés.

Cuando se trata de Jefes de estado y altos dignatarios de


organismos nacionales o internacionales su lenguaje
corporal es más comedido, se caracteriza por un escaso
movimiento periférico, comedimiento en los gestos de la
parte superior del cuerpo, postura erguida, movimientos de
cabeza restringidos, leves sonrisas cara al público y un
ritmo acompasado y regular al hablar.

Las estrellas

Las estrellas de la música, el cine, el deporte, etc., suelen


poseer la cualidad de conseguir atraer sobre ellos la
atención de los demás, es decir, tienen carisma, eso es
quizá lo que les hace sobresalir de los demás y los
convierte en lo que son. El lenguaje corporal en ellas es
fundamental y les ayuda a mantener esa cualidad.

Para las estrellas son muy importantes las miradas mutuas


y el contacto ocular, les gusta mirar, pero sobre todo, ser
miradas. Suelen mostrar mas conductas dominantes que
sumisas, usan técnicas de exploración anticipada cuando se
encuentran entre sus fans, ríen y sonríen muy a menudo,
sus expresiones faciales cambian con mucha rapidez y son
muy expresivas, usan gestos abiertos ( es muy frecuente
verlos con las palmas hacia arriba y los brazos estirados
como si quisieran abrazar al público) y son con frecuencia
auto manipulaciones, como acariciarse el pelo o arreglarse
las ropas, pueden ser incluso de naturaleza abiertamente
sexual, muy frecuentes en los cantantes pop. Los
movimientos de cabeza se vuelven más obvios y
dramáticos, es frecuente el gesto de sacudir la cabeza
hacia atrás, aparece normalmente en las pausas de las
canciones o al recibir el aplauso del público, este gesto y
otros movimientos corporales pueden desencadenar
chillidos de júbilo entre sus fans. La postura tiende a ser
erguida y algo inclinada hacia adelante, es muy frecuente
estirar un brazo con la palma de la mano hacia arriba
mientras el otro queda apoyado en la cadera. La orientación
hacia la audiencia suele ser directa. No suele haber un
acercamiento estrecho y el contacto corporal es muy poco
frecuente, quizá por ello los fans de los cantantes suelen
hacer lo imposible por conseguir poder tocar a sus ídolos. El
aspecto es casi siempre muy atractivo o muy original,
suelen ir muy maquillados y su estilo en el vestir suele ser
muy colorista y seguir las últimas tendencias de la moda. El
uso del tiempo y la sincronización suele ser rápido y
dominante. Suelen hablar mucho y muy deprisa (Les gusta
hablar fundamentalmente de si mismos y de sus éxitos).

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