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Clasificación de los Partidos Políticos

Existen múltiples clasificaciones sobre los partidos políticos, atendiendo a


aspectos diferentes, y postuladas por distintos autores; dentro de las más
utilizadas figuran las que se señalan a continuación:

1.- Clasificación de Max Weber

Según Weber los partidos son por su naturaleza más íntima, organizaciones de
creación libre que se sirven de una propaganda también libre en renovación
constante. Su objeto consiste siempre en la adquisición de votos en las elecciones
como vía a la obtención de cargos públicos.

Weber es autor de dos famosas clasificaciones. La primera que atiende a la


estructura interna del partido ya ha sido señalada: partido de notables y partido de
masas. La segunda se vincula a los objetivos perseguidos por los partidos
políticos y aquí Weber distingue partido de patronazgo, es decir organizaciones
patrocinadoras de cargos estatales para los miembros del partido y partidos
ideológicos, que se proponen la implantación de ideales de contenido político en la
sociedad y el Estado.

Sin embargo, el propio Weber relativiza su clasificación cuando señala que por lo
regular "los partidos suelen ser ambas cosas a la vez, o sea que se proponen
fines políticos objetivos trasmitidos por tradición y que en consideración de ésta
sólo se van modificando lentamente, pero persiguen además el patrocinio de los
cargos". (19)

2.- Clasificación de Robert Michels

Al estudiar la naturaleza sociológica de los partidos políticos, Michels distingue


entre partidos de clientela, basados en la fe y la autoridad de una sola persona
(carisma), partidos de interés social o económico que tienen como base los
intereses de clase, en especial los partidos obreros y campesinos, y partidos
doctrinarios inspirados en las ideas políticas o morales que constituyen una visión
del mundo.

Michels, discípulo de Weber señala, sin embargo, que todos los partidos
representan matices o situaciones intermedias en las cuales coexisten elementos
de estos tres tipos de partidos, aunque en proporciones desiguales. (20)

3.- Clasificación de Maurice Duverger

Duverger diferencia a los partidos teniendo como criterio central su estructura


(morfología), distinguiendo los partidos de cuadro y los partidos de masas. (21)
Los primeros son partidos que prefieren la calidad de sus miembros a su número;
sus integrantes son personas que disponen de gran influencia a nivel local o
nacional. Desde el punto de vista de la organización se caracterizan por tener
estructuras flexibles y poco organizadas, por lo general son poco disciplinados,
carecen de un contenido pragmático desarrollado, por lo que cada una de las
unidades partidistas disponen de gran autonomía de acción.

El financiamiento de estos partidos proviene generalmente de un mecenas. La


fuerza fundamental de estos partidos, proviene de representantes electos, son
típicos partidos políticos de creación parlamentaria y descansan en el prestigio y el
apoyo de personas individuales.
Los partidos de masas poseen una estructura fuerte y una organización estable.
Ofrecen una estructura piramidal en la que se superponen planos jerarquizados.
Los militantes se identifican con la ideología más que con la persona misma, es
una adhesión abstracta. Las decisiones reposan en la participación de todos sus
miembros y la subordinación de la dirección de la base.

E1 financiamiento de estos partidos reposa en las cotizaciones de sus afiliados,


esto lleva a estos partidos a tratar de obtener el máximo de adherentes posibles.

A medida que se produce la ampliación del sufragio y de la democracia, se


produce un desarrollo de estos tipos de partidos.

Los partidos de cuadro realizan una labor política que generalmente es


esporádica, y centrada en las elecciones. Sin embargo, la desventaja que esto
significa frente a los partidos competidores de tarea permanente y estructura
disciplinada y orgánica, lleva en definitiva a que los partidos de cuadro deban
modificar su organización para llegar a ser partidos de masas.

4.- Clasificación de Otto Kirchheimer

A comienzos de los años cincuenta Maurice Duverger, estableció, como se


mencionó anteriormente, la consolidación del partido de masas frente a cualquier
otro tipo de organización política. Pero quince años más tarde Otto Kirchheimer,
enunció su teoría del partido-escoba o atrapatodo. (22)

Kirchheimer, al acuñar la expresión de partido-escoba, no pensaba en una


organización cuya base electoral se hubiese hecho tan heterogéneo que le
permitiera representar a todo el espectro social, pues este autor sabía que esos
rasgos no han caracterizado nunca, ni probablemente caracterizarán nunca a
ningún partido.

La transformación del partido de masas en partido-escoba, según el análisis de


Kirchheimer, significa la apertura a otros grupos sociales, debido a que la sociedad
actual es mucha más secular, consumista y socialmente heterogénea que aquella
en que se originaron los antiguos partidos de masas.
Kirchheimer, como parte de las implicaciones políticas que la transformación de la
sociedad contemporánea significa, señala determinados aspectos, que desde su
punto de vista son los más importantes:

La posposición marcada de los componentes ideológicos de los partidos. Ellos se


desideologizan y concentran su propaganda en el mundo de los valores y/o en
temas generales, compartidos en principio por vastos sectores del electorado: el
desarrollo económico, la defensa del orden público, etc.
Una mayor apertura del partido a la influencia de nuevos grupos de interés. Ello va
acompañado de una transformación de las viejas organizaciones afines al partido
en grupos de interés con lazos y relaciones más débiles y esporádicas con el
partido, que en el pasado.
La pérdida de peso político de los afiliados; un declive pronunciado del papel de
los militantes de base y desvalorización del papel del miembro individual.
El fortalecimiento del poder organizativo de los líderes, autonomizados de la
ideología del partido y que se apoyan ahora, para la financiación de la
organización y para mantener sus lazos con el electorado, más en los grupos de
interés que en los afiliados.

De esta forma actualmente se generan unas relaciones más débiles entre los
partidos actuales y su electorado; este deja de depender de la existencia de una
fuente implantación social de base y de subculturas políticas sólidas y compactas.

5.- Clasificación de Angelo Panebianco (23)

En base el modelo de partido de Otto Kirccheimer, el autor italiano, Angelo


Panebianco, propone otros rasgos organizativos que son propios del partido-
escoba; y destaca un aspecto que desde su punto de vista posee especial
importancia: La progresiva profesionalización de las organizaciones de partido en
las sociedades contemporáneas.

En el partido de masas, la burocracia del partido desempeña un papel crucial,


pues ella se constituye en el instrumento mediante el cual los lideres del partido de
masas mantienen los lazos que les unen a los afiliados, y, a través de los cuales
se vinculan con el grupo social de referencia.

En cambio, en el nuevo partido, son los profesionales los que desempeñan un


papel cada vez más importante, pues son tanto más útiles cuanto más se
desplaza el centro de gravedad de la organización desde los afiliados a los
electores.

La distinción entre burócratas y profesionales le sirve a Panebianco como criterio


principal para distinguir dos tipos ideales de partido:
El Partido Burocrático de Masas.
·El Partido Profesional-Electoral.

Estos dos modelos presentan las siguientes diferencias:

Cuadro Nº4

Partido Burocrático de Masas Partido Profesional-electoral


1.- Papel central de la Burocracia 1.- Papel central de los profesionales
(competencia político-administivativa). (competencias especializadas).
2.- Partido de afiliación con fuertes lazos 2.- Partido electorista, con débiles lazos
organizativos de tipo vertical que se organizativos de tipo vertical y que se
dirige sobre todo a un electorado fiel. dirige ante todo al electorado de opinión.
3.- Posición de preeminencia de la 3.- Posición de preeminencia de los
dirección del partido; dirección representantes públicos, dirección
colegiada. personificada.
4.- Financiación por medio de las cuotas
4.- Financiación a través de los grupos de
de los afiliados y mediante actividades
interés y por medio de fondos públicos.
colaterales.
5.- El acento recae sobre los problemas
5.- Acentuación de la ideología. Papel concretos y sobre el liderazgo. El papel
central de los creyentes dentro de la central lo desempeñan los arribistas y los
organización. representantes de los grupos de interés
de la organización.

Es importante señalar, que los modelos de partidos propuestos por Panebianco, al


igual como ocurre con todos los propuestos por los otros autores estudiados, son
tipos ideales. Panebianco señala que así como en el pasado, ningún partido
respondió por completo al tipo "burocrático de masas", en la actualidad ningún
partido responde por completo, ni nunca podrá hacerlo, al tipo "profesional-
electoral".

El tipo ideal del partido profesional-electoral lo que en definitiva hace, es


mostramos cuales son las líneas de tendencia. Lo interesante es observar las
diferencias y las adaptaciones del modelo de una organización partidaria a otra;
las transformaciones se producen con fuertes variaciones, no sólo en las formas
sino en los tiempos, entre unas sociedades y otras, y entre unos partidos y otros.

Las variables internas que más parecen incidir en la velocidad e intensidad de la


transformación contemporánea de los partidos políticos, son fundamentalmente
dos:

· La transformación será más rápida cuanto más bajo sea el nivel de


institucionalización alcanzado por el partido en el período anterior. Por el
contrario, cuanto más alto sea el nivel de institucionalización, más instrumentos
tendrá el partido para resistir las presiones que lo empujan a transformarse
· La segunda variable propuesta por Panebianco, reside en el grado de
fragmentación del sistema de partidos. Los grandes partidos, desde el punto de
vista de su fuerza electoral, son los que experimentan las mayores presiones en
favor del cambio. Por lo tanto, cuanto menos fragmentado se encuentre el
sistema de partidos, y más dominado por la presencia de unas pocas grandes
organizaciones, el cambio se producirá antes y más rápidamente. Una
fragmentación excesiva del sistema de partidos tiende, por el contrario, a retardar
y frenar la transformación.

Las causas de la consolidación del partido profesional-electoral se encuentran en


el medio que rodea a los partidos. Los cambios organizados surgen bajo el
impulso de un desafío exterior, generado por cambios en el entorno.

Hay dos tipos de cambios o variables externas, que afectan desde hace tiempo a
las sociedades occidentales y que parecen encontrarse en el origen de esta
transformación.

La primera variable afecta a los sistemas de estratificación social y tiene que ver
con las modificaciones producidas en la proporción de los distintos grupos
ocupacionales y en las características y actitudes culturales de cada grupo. Estas
transformaciones de la estructura social que preocupa tanto a la teoría sociológica,
repercuten en el electorado de los partidos políticos, obligándolos a modificar sus
características, pues la antigua sociedad de clases sociales homogéneas y
votantes cautivos, ya no existen.

El segundo cambio es de tipo tecnológico, y consiste en una reestructuración de


las comunicaciones, y en especial de la televisión, la que ha influido de
sobremanera en la organización de los partidos. Han cambiado las técnicas de
propaganda, pues el público es más heterogéneo y, en general, más instruido. La
televisión, junto a los grupos de interés se han convertido en una correa de
transmisión entre los partidos y sus electores más importantes que las
tradicionales organizaciones colaterales y que los funcionarios o los afiliados. Los
funcionarios y militantes aún son funcionales para la organización, pero su papel
se ha visto reducido por la consolidación de la política televisiva. Como es obvio,
también se modifica el peso relativo de medios de comunicación y organización
partidaria en los procesos de socialización política.
Estos factores, sumados a los cambios en la estructura social y en los sistemas de
comunicación política, han contribuido a erosionar las subculturales políticas
tradicionales, que hacían posible la fuerte implantación organizativa de los partidos
de masas.

Según Panebianco el partido burocrático de masas era una institución fuerte y el


partido profesional electoral, por el contrario, es una institución débil. La
transformación implica, por lo tanto, un proceso de desinstitucionalización. La
autonomía del partido respecto a su entorno se reduce y, simétricamente, aumenta
la independencia del elector respecto al partido; crece el peso político de los
grupos de interés, y la tendencia a la "incorporación" de los partidos al Estado.
También se reduce la coherencia estructural de la organización, pues tienden a
diluirse las fuertes subculturas políticas que daban estabilidad a los escenarios
electorales y garantizaban la autonomía y la coherencia estructural de los antiguos
sistemas de partidos. Se puede concluir, entonces, que la época de los partidos
fuertes está llegando a su fin.

Queremos terminar este punto, destacando que al considerar a los partidos


políticos desde el ángulo organizacional, ellos deben ser simultáneamente
entendidos como: (24)

· Burocracias; constituidas por los funcionarios especializados en el


funcionamiento de la "maquinaria" del partido y que realizan el conjunto de
tareas rutinarias básicas. Estas burocracias demandan la continuidad de la
organización y la estabilidad de las propias jerarquías internas.
· Asociaciones voluntarias; es decir organizaciones cuya supervivencia depende
de la participación no retribuida de sus miembros, la cual no puede obtenerse
por medios coercitivos. Para lograr esta participación deben distribuir a sus
miembros o afiliados, tanto incentivos selectivos (por ejemplo, cargos públicos)
como incentivos colectivos (por ejemplo, un proyecto ideológico o doctrinario).

Cabe mencionar que los incentivos selectivos explican el comportamiento de las


élites que disputan los cargos internos; de los clientes, que cambian votos a
cambio de beneficios materiales y de los militantes con deseos de ascender. Los
colectivos, en cambio, explican la conducta de la mayoría de la militancia de base
y del electorado fiel.

Estos dos tipos de incentivos, son contradictorios entre sí, por lo cual, deben ser
equilibrados por el partido. Los selectivos dañan a los colectivos, pues los
primeros desperfilan la causa, mas la continuidad de la organización también
depende de ellos.

· Organizaciones que requieren legitimidad democrática en la selección de los


líderes. En una estructura política los cargos se determinan de distintas formas.
Puede ser por designación de una autoridad superior, o a través de una elección
democrática. En el último caso los puestos internos cumplen funciones de carácter
administrativo y de dirección política. A las áreas partidarias que presentan dichas
características se les denominan "burocracias representativas".

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