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Colonia Dignidad
Fallo I
La Corte de Apelaciones de Talca dictó sentencia de segunda instancia en la serie de
investigaciones por abusos sexuales cometidos al interior de la denominada ex Colonia
Dignidad y que investigó en primera instancia el ministro en visita Hernán González
García. 1
En fallos divididos los ministros Rodrigo Biel, Olga Morales y el abogado integrante
Eduardo del Campo dictaron sentencias en los tres procesos que se derivaron de la
causa y que se refieren a sentencias dictadas los años 2004, 2007 y 2009 y que
completan un total de 26 condenados.
Esta decisión se adoptó con el voto en contra del abogado Del Campo que estuvo por
condenar a Rebeca Schaefer. Asimismo la ministra Morales fue partidaria de otorgar el
beneficio de la remisión condicional a Schmidt.
Fallo III de Corte de Talca sobre cómplices de
Paul Schaffer
Finalmente en la causa rol 132-2009 referida a la sentencia dictada el 22 de julio de
2009 por el ministro González se determinó lo siguiente:
En este caso se adoptó con el voto en contra de la ministra Morales que estuvo por
conceder los beneficios de remisión condicional.
En todas las sentencias, la ministra Olga Morales sustenta posiciones que favorecen a
los jerarcas.
Los votos disidentes son muy deficientes.
SEXTO: Que, como señala el autor Vélez Mariconde, es sobre los hechos
que se atribuyen al imputado que juzga al Tribunal y no “sobre la corrección
del juicio jurídico-penal del acusador”. (Estudio, Tomo II pág. 119). De esta
forma, expresa el mismo autor, al juez: “le está vedado condenar por un hecho
diverso del que describió el acusador, y la prohibición es absoluta, no podrá
hacerlo nunca, le dé o no el mismo nomen juris afirmado por el Ministerio
público o por el Juez de Instrucción. La coincidencia de calificación legal, en
absoluto indiferente, no oculta la discordancia que habría sobre el objeto
procesal”. (Estudio T.II pág. 118).
Por consiguiente, son esenciales en la congruencia los elementos
fácticos, sus circunstancias y modalidades realmente influyentes en ellos hasta
el punto que la defensa haya podido ser afectada, si la sentencia condenatoria
se aparta de esa materia.
De esta forma, siendo los hechos elementos esenciales, se exige que
exista identidad entre los consignados en la acusación (fiscal y/o particular) y
la sentencia. Para resolver el difícil problema de fijar cuáles son elementos
esenciales y, por tanto vinculantes, y cuáles son accidentales y, por tanto,
libres, se cita la opinión del español Enrique Schaefer, quien señala que para
que pueda considerarse que el hecho dado por la acusación y el de la
sentencia son los mismos, se deben seguir dos criterios: 1º.- Que exista, al
menos, identidad parcial entre los actos de realización del suceso, bastando
que exista una parte común entre ellos con tal que no se produzca una
modificación jurídica sustancial en los restantes, -Criterio material-; 2º.- Existe
identidad en acciones distintas cuando existe identidad en el contenido
material del injusto a la ilicitud de los actos, como en los delitos colectivos o
continuados, -Criterio formal- (Jiménez Asenjo, vol. II, pág. 235).
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2.- Que todos los recurrentes antes relacionados fundan sus recursos de
casación en la forma en la causal de prevista en el artículo 541 N° 1, 2 y 4 del
Código de Procedimiento Penal, esto es, la falta de emplazamiento de una de
las partes; el no haberse permitido a alguna de las partes rendir la suya o
evacuar diligencias probatorias que tengan importancia para la resolución del
negocio y no haberse hecho la notificación a las partes para alguna audiencia
de prueba.
3.- Que al efecto cabe tener presente, que quienes interponen el presente
recurso no son quienes pudieren verse afectados por el pretendido vicio, vale
decir, no se advierte el perjuicio que pudiera habérseles ocasionado, el cual
fuera susceptible de reparar por esta vía. Se tiene en consideración además,
que la notificación en cuestión se realizó el 22 de diciembre de 2003 al Fiscal
subrogante de la Segunda Fiscalía don Óscar Lorca Ferraro, según consta a fs.
4713, de conformidad con lo prevenido en el artículo 363 del Código Orgánico
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de Tribunales.
Conforme a lo argumentado, se rechazan los señalados recursos de
casación fundados en cada una de las causales antedichas.
4.- Que todos los recurrentes, invocan la causal del artículo 541 N° 10 del
Código de Procedimiento Penal, es decir, la de “Haber sido dada (la sentencia)
ultra petita, esto es, extendiéndola a puntos inconexos con los que hubieren
sido materia de la acusación y defensa. Sostienen que en los autos rol
53.914, a fs. 3.798, tomo XXI, se acusó a Hugo Hidalgo, Edith Malessa Boll,
José Briones Mellado y Abelino González Valverde, por el delito de atentado a
la autoridad, y a fs. 3.802 a Wolfang Zeitner Bohnau, Abelino González
Valverde y José Defilio Briones Mellado, lo fueron como autores del mismo
delito y condenados como encubridores de Paul Schafer en la comisión de 26
delitos de abusos deshonestos.
Lo anterior no es del todo exacto, toda vez que consta de la acusación
de oficio, a fs. 3.798 vta., que además se acusó a Hugo Hidalgo Díaz, como
autor del delito de negativa de entrega del menor Angelo Antonio San Martín
Valenzuela.
El recurrente expone que a Olalia Vera Gutiérrez se la acusó, por
atentado contra la autoridad y negativa de entrega de los menores, Angelo San
Martín Valenzuela, Eduardo Utreras Sepúlveda, Jaime Parra Verdugo y Ángel
Rodrigo Salvo Fuentes, siendo condenada como cómplice de Paul Schafer en la
comisión de 26 delitos de abusos deshonestos.
El recurrente indica que a Wolfang Müller Altevogt, se le acusó Sic
“únicamente respecto del delito de negativa de entrega de menor respecto de
Ángel Rodrigo Salvo Fuentes”, siendo condenado como cómplice de Paul
Schafer en la comisión de 26 delitos de abusos deshonestos. Precisando,
consta que a fs. 3805 se le acusó como cómplice del delito de sustracción del
menor Ángel Rodrigo Salvo Fuentes, previsto y sancionado en el artículo 142
N° 2 del Código Penal.
En cuanto a recurso de casación deducido por Rudolph Hans Cöllen
Franzkowzky, refiere fue acusado como autor del delito de negativa de entrega
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del menor Ángel Rodrigo Salvo Fuentes y condenado como cómplice de Paul
Schafer en la comisión de 26 delitos de abusos deshonestos.
En cuanto a casación deducida por Harmut Wilhelm Hopp Miottel, Gerd
Seewald Lefevre, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies y Dennys Ricardo
Alvear Henríquez, el recurrente señala que fueron acusados como encubridores
de Paul Schafer en los términos del artículo 17 N° 2 y 4 del Código Penal, y
Alfred Gerlach Schritt, como encubridor del mismo, conforme al artículo 17 N°
4 del Código punitivo. Sin embargo a los cuatro primeros se les condenó como
cómplices de Paul Schafer en la comisión de 26 delitos de abusos deshonestos
y al último como encubridor del mismo, conforme al artículo 17 N° 3 y 4 del
Código Punitivo.
Sin perjuicio de lo antes señalado, consta de la letra A) de la acusación
de fs.4.709 y siguientes, que se acusó a Harmut Wilhelm Hopp Miottel como
encubridor de los delitos referidos en el numeral 1.1, esto es de acuerdo con el
artículo 17 N° 4 del Código Penal. En la letra C) se le acusó como encubridor de
Paul Schafer, en los delitos reseñados en el razonamiento 1.3 a) y b), es decir,
como encubridor del delito de abusos deshonestos del artículo 366 del Código
Penal, en perjuicio de Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Fredy Eduardo
Escarez Constanzo, Héctor Alejandro Valenzuela Valenzuela, Víctor Andrés
Ramírez Constanzo, Jimmy Joaquín Escarez Constanzo, Cristian Francisco Soto
Campos, Angelo Antonio San Martín Valenzuela, Juan Gabriel Oliva Vásquez,
Luis Ricardo Parra Uribe. Gerardo Antonio Vásquez Merino, Jaime Andrés Parra
Verdugo, Juan Esteban Briones Rodríguez, Iván Romero Fuentes, Alejandro
Romero Fuentes, Manuel Alexis Sepúlveda Alfaro, Rodrigo Andrés San Martín
Valenzuela, Roberto Jesús Romero Parada. Marco Rodrigo Castillo Leiva, Juan
Manuel Rivera Gutiérrez, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, José Manuel
Acuña Bonilla, Eduardo Andrés Salvo Hernández, Tobías Müller Müller, Salo
Ariel Luna Garrido, Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan Esteban Cisternas
Romero y Ángel Rodrigo Salvo Fuentes y encubridor en los términos del
artículo 17 N° 3 del mismo código.
Asimismo, el Consejo de Defensa del Estado a fs. 4.745, tomo X y
Servicio Nacional de Menores a fs. 4787, deducen acusación particular en
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contra de Harmut Wilhelm Hopp Miottel, como cómplice de los delitos de
abusos deshonestos en perjuicio de los menores antes indicados. Además,
lo acusan como cómplice en el delito de violación en perjuicio de los menores:
Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan
Esteban Cisternas Romero, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda y Ángel Rodrigo
Salvo Fuentes.
En cuanto a la acusación particular de la parte querellante representada
por el abogado Hernán Fernández Rojas, lo sindica como autor de delitos de
violación en perjuicio de los menores Cristóbal Alejandro Parada Pacheco,
Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, Jaime Andrés Parra Verdugo, Danilo
Enrique Cisternas Romero y Johan Esteban Cisternas Romero. Discrepa de la
calificación jurídica que se formula en la acusación fiscal respecto de Ángel
Rodrigo Salvo Fuentes, estimando que está acreditado el delito previsto en el
artículo 361 N° 1 de Código Penal. Lo acusa además, como autor del
delito de abuso sexual en perjuicio de los menores Cristóbal Alejandro Parada
Pacheco, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, Jaime Andrés Parra Verdugo,
Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan Esteban Cisternas Romero, Ángel
Rodrigo Salvo Fuentes, Juan Esteban Briones Rodríguez, Angelo Antonio San
Martín Valenzuela, Andrés San Martín Valenzuela, Eduardo Salvo Hernández y
Salo Ariel Luna Garrido.
En subsidio de las acusaciones precedentes, sostiene la calificación
jurídica de complicidad en los delitos antedichos.
En cuanto a Gerd Seewald Lefevre, Kurt Herbert Schnellenkamp
Nelaimisckies y Dennys Ricardo Alvear Henríquez fueron acusados a fs. 4711
vta., letra B) como encubridores de los delitos referidos en el numeral 1.2, esto
es, de acuerdo con el artículo 17 N° 4 del Código Penal. Consta de la letra C)
de la acusación de oficio que se les acusó como encubridores de Paul Schafer,
en el delito de abusos deshonestos del artículo 366 del Código Penal, en
perjuicio de 26 menores y encubridor en los términos del artículo 17 N° 3 del
Código Penal, respectivamente.
El Consejo de Defensa del Estado a fs. 4745, tomo X y Servicio Nacional
de Menores deducen acusación particular en contra de Gerd Seewald Lefevre,
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Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies y Dennys Ricardo Alvear Henríquez,
como cómplices de los delitos de abusos deshonestos en perjuicio de
Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Freddy Eduardo Escarez Constanzo, Héctor
Alejandro Valenzuela Valenzuela, Víctor Andrés Ramírez Constanzo, Jimmy
Joaquín Escarez Constanzo, Cristian Francisco Soto Campos, Angelo Antonio
San Martín Valenzuela, Juan Gabriel Oliva Vásquez, Luis Ricardo Parra Uribe.
Gerardo Antonio Vásquez Merino, Juan Esteban Briones Rodríguez, Iván Romero
Fuentes, Alejandro Romero Fuentes, Manuel Alexis Sepúlveda Alfaro, Rodrigo
Andrés san Martín Valenzuela, Roberto Jesús Romero Parada. Marco Rodrigo
Castillo Leiva, Juan Manuel Rivera Gutiérrez, Eduardo Andrés Utreras
Sepúlveda, José Manuel Acuña Bonilla, Eduardo Andrés Salvo Hernández,
Tobías Müller Müller, Salo Ariel Luna Garrido, Jaime Andrés Parra Verdugo,
Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan Esteban Cisternas Romero y Ángel
Rodrigo Salvo Fuentes. Además, los acusan como cómplices del delito de
violación en perjuicio de los menores Cristóbal Alejandro Parada Pacheco,
Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan Esteban Cisternas Romero, Eduardo
Andrés Utreras Sepúlveda y Ángel Rodrigo Salvo Fuentes. En forma subsidiaria,
para el caso que el tribunal no recalifique el delito cometido en perjuicio de
Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Danilo Enrique Cisternas Romero y Johan
Esteban Cisternas Romero, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, Ángel Rodrigo
Salvo Fuentes, los acusan como encubridores de Paul Schafer, en el delito de
abusos deshonestos previsto en el artículo 366 del Código Penal.
En cuanto a la acusación particular de la parte querellante representada
por el abogado Hernán Fernández Rojas, sindica a Gerd Seewald Lefevre, Kurt
Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies como autores de delitos de violación en
perjuicio de los menores Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Eduardo Andrés
Utreras Sepúlveda, Jaime Andrés Parra Verdugo, Danilo Enrique Cisternas
Romero y Johan Esteban Cisternas Romero.
Discrepa de la calificación jurídica que se formula en la acusación fiscal
respecto de Ángel Rodrigo Salvo Fuentes, estimando que está acreditado el
delito previsto en el artículo 361 N° 1 de Código Penal. Los acusa además,
como autores del delito de abuso sexual en perjuicio de los menores Cristóbal
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Alejandro Parada Pacheco, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, Jaime Andrés
Parra Verdugo, Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan Esteban Cisternas
Romero, Ángel Rodrigo Salvo Fuentes, Juan Esteban Briones Rodríguez, Angelo
Antonio San Martín Valenzuela, Andrés San Martín Valenzuela, Eduardo Salvo
Hernández y Salo Ariel Luna Garrido. En subsidio de las acusaciones
precedentes, sostiene la calificación jurídica de complicidad en los delitos
antedichos.
Además acusa a Dennys Ricardo Alvear Henríquez, como cómplice en
los términos del artículo 16 del Código Penal, de los delitos de violación en
perjuicio de los menores Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Eduardo Andrés
Utreras Sepúlveda, Jaime Andrés Parra Verdugo, Danilo Enrique Cisternas
Romero y Johan Esteban Cisternas Romero y abuso sexual de Cristóbal
Alejandro Parada Pacheco, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, Jaime Andrés
Parra Verdugo, Danilo Enrique Cisternas Romero, Johan Esteban Cisternas
Romero, Ángel Rodrigo Salvo Fuentes, Juan Esteban Briones Rodríguez, Angelo
Antonio San Martín Valenzuela, Andrés San Martín Valenzuela Eduardo Salvo
Hernández y Salo Ariel Luna Garrido.
El recurrente expresa que Reinhard Zietner Bohnau fue acusado a
fs.3805 del tomo XXI, como cómplice del delito de sustracción del menor Ángel
Rodrigo Salvo Fuentes y condenado como encubridor de Paul Schafer en la
comisión de 26 delitos de abusos deshonestos. (Si bien la sentencia lo condena
en calidad de cómplice)
Se recurre de casación en la forma respecto de Pedro Salvo
Bahamondez, quien fue acusado a fs.3.805 como cómplice del delito de
sustracción del menor Ángel Rodrigo Salvo Fuentes y condenado como
cómplice de Paul Schafer en la comisión del delito de abusos deshonestos
perpetrados en Villa Baviera entre 1993 y 1997, en perjuicio del mismo menor.
En cuanto al recurso de casación deducido por Elizabeth Erna
Urrea Apablaza, Víctor Marcelo Arriagada Marmolejo Wolfang Scheuber
Hildebrandt, y Diego Iván Soto Marmolejo, señalan que fueron acusados a
fs.3.805, por el delito de sustracción de menores y condenados como
cómplices de Paul Schafer en la comisión de los delitos de abusos
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deshonestos perpetrados en Villa Baviera entre 1993 y 1997, respecto del
menor Ángel Rodrigo Salvo Fuentes.
5.- Que efectivamente, como lo sostienen quienes recurren por los
sentenciados Hugo Hidalgo Díaz, Edith Malessa Boll, José Briones Mellado,
Abelino González Valverde, Olalia Vera Gutiérrez, Wolfang Muller Altervogt,
Rudolph Hans Collen Franzkowzky, Wolfang Zeitner Bohnau y Reinhard Zeitner
Bohnau, Pedro Salvo Bahamondez, Erna Elizabeth Urrea Apablaza, Wolfang
Scheuber Hildebrand, Víctor Marcelo Arriagada Marmolejo y Diego Iván Soto
Marmolejo y lo consigna el señor Fiscal Judicial en su respectivo informe de fs.
13.005, tomo XXIX, respecto de cada uno de ellos, el señor juez a quo acusó
por un delito distinto de aquél por el cual los condenó.
En efecto, Wolfang Muller Altervogt, Reinhard Zeitner Bohnau, Pedro
Salvo Bahamondez, Wolfang Scheuber Hildebrand, Víctor Marcelo Arriagada
Marmolejo, Diego Iván Soto Marmolejo, Elizabeth Erna Urrea Apablaza fueron
acusados por el delito de sustracción del menor Ángel Rodrigo Salvo Fuentes.
Hugo Hidalgo Díaz, Edith Malessa Boll, José Briones Mellado, Abelino
González Valverde, Olalia Vera Gutiérrez, Gerard Wolfang Mücke Koschitzcke
lo fueron por atentado contra la autoridad. Hugo Hidalgo Díaz, Olalia Vera
Gutiérrez y Rudolph Hans Collen Franzkowzky, por negativa de entrega de
menores.
Olalia Vera Gutiérrez, Rudolph Hans Collen Franzkowzky y Wolfang
Muller Altervogt, fueron no obstante condenados como cómplices de Paul
Schafer en la comisión de los delitos de abusos deshonestos en perjuicio de
Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Freddy Eduardo Escarez Constanzo, Héctor
Alejandro Valenzuela Valenzuela, Víctor Andrés Ramírez Constanzo, Jimmy
Joaquín Escarez Constanzo, Cristian Francisco Soto Campos, Angelo Antonio
San Martín Valenzuela, Juan Gabriel Oliva Vásquez, Luis Ricardo Parra Uribe.
Gerardo Antonio Vásquez Merino, Juan Esteban Briones Rodríguez, Iván Romero
Fuentes, Alejandro Romero Fuentes, Manuel Alexis Sepúlveda Alfaro, Rodrigo
Andrés San Martín Valenzuela, Roberto Jesús Romero Parada. Marco Rodrigo
Castillo Leiva, Juan Manuel Rivera Gutiérrez, Eduardo Andrés Utreras
Sepúlveda, José Manuel Acuña Bonilla, Eduardo Andrés Salvo Hernández, Salo
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Ariel Luna Garrido, Jaime Andrés Parra Verdugo, Danilo Enrique Cisternas
Romero, Johan Esteban Cisternas Romero y Ángel Rodrigo Salvo Fuentes.
Hugo Hidalgo Díaz, Wolfang Zeitner Bohnau, Edith Malessa Boll, Abelino
González Valverde, José Briones Mellado y Reinhard Zeitner Bohnau fueron
condenados como encubridores de Paul Schafer en los delitos de abusos
deshonestos antes mencionados.
Pedro Salvo Bahamondez, Diego Iván Soto Marmolejo, Elizabeth Erna
Urrea, Wolfang Scheuber Hildebrand y Víctor Marcelo Arriagada Marmolejo,
fueron condenados como encubridores de Paul Schafer, sólo en la comisión
del delito de abusos deshonestos en perjuicio del menor Ángel Rodrigo salvo
Fuentes.
7.- Que en caso sub lite, y haciendo suyo el razonamiento del profesor
antedicho, esta Ministra estima que efectivamente los acusados antedichos
vieron impedida su posibilidad de defensa desde el momento que fueron
acusados por un delito y condenado por otro, algunos de los cuales ni siquiera
están contemplados en el mismo título del Código punitivo, correspondiendo a
tipos penales distintos, que protegen bienes jurídicos también diferentes.
8.- Que en efecto, el delito de atentado contra la autoridad, previsto en el
artículo 261 del Código Penal, está inserto en el Título VI, titulado “De los
Crímenes y Simples delitos contra el orden y la seguridad públicos cometidos
por particulares”. El artículo 142, referido a la sustracción de menores, está
ubicado dentro del Título III del Libro II, “De los Crímenes que afectan los
derechos garantidos por la Constitución”, El artículo 355 del mismo cuerpo
legal, que dice relación con la negativa de entrega de menor, si bien, está
dentro del título VII del libro II, que dice relación con los Crímenes y delitos
contra el orden de las familias, contra la moralidad pública y contra la
integridad sexual, está tipificado dentro de los Crímenes y simples delitos
contra el estado civil de las personas.
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Corte de Apelaciones de Temuco, sentencia de fecha 23 de diciembre de 2008, Rol N°1192-2008
VIGESIMO QUINTO: Que asimismo, como ha expresado el máximo
tribunal de nuestro país, la intención de retener u ocultar a un menor es
elemento de la esencia de este delito (Excelentísima Corte Suprema, 28
septiembre 1956. R., t. LII, 2ª parte, sec. 4ª, p. 129), que no es otra que la
conducta que tuvo Pedro Salvo Bahamondez, para con su hijo, Ángel Salvo
Fuentes, con el cual no vivía, no detenta su patria potestad, ni lo tenía a su
1
cuidado y amparo legal y estaba, además, en conocimiento de que era
requerido por la justicia y sin embargo, se trasladó por distintos lugares del
territorio nacional, ocultándose sin dar cumplimiento a los requerimientos
judiciales, pues fue contratado y remunerado por personas pertenecientes y
cercanas a Colonia Dignidad, para estar con el menor y desplazarse con él,
quienes además facilitaron, contactaron y financiaron los desplazamientos y
estadías en los distintos lugares donde estuvo con el menor y eludió las
órdenes judiciales, con lo cual claramente se vio limitada la libertad personal
del menor.
En consideración a todos los argumentos esgrimidos, claramente en
autos se configura el delito de sustracción de menores, respecto de Ángel
Salvo Fuentes, por parte de Pedro Salvo Bahamondez.
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Corte de Apelaciones de Temuco, sentencia de fecha 23 de diciembre de 2008, Rol N°1192-2008
VIGESIMO SEXTO: Que en cuanto a la agravante del artículo 361 N° 3 del
Código Punitivo, se requiere precisar si los ofendidos eran menores de doce
años a la fecha de perpetración de los delitos. Como no es posible determinar
con exactitud tal circunstancia, se estará a quienes sin ninguna duda tenían
menos de 12 años a la fecha límite establecida como aquella de ocurrencia de
los hechos, esto es, el 31 de diciembre de 1997, lo anterior por aplicación del
principio pro reo.
De este modo, sólo les afecta la agravante respecto de los menores,
Jaime Andrés Parra Verdugo, Juan Esteban Briones Rodríguez, Eduardo Andrés
1
Utreras Sepúlveda y Johan Esteban Cisterna Romero, nacidos el 29 de agosto
de 1986, 19 de noviembre de 1986, 7 de agosto de 1988 y 1 de febrero de
1985, respectivamente.
Respecto del acusado Uwe Cöllen Gert, es necesario precisar que se le
atribuye participación en los delitos de abusos deshonestos de los menores
Cristóbal Alejandro Parada Pacheco, Johan Esteban Cisternas Romero, Eduardo
Salvo Hernández y Rodrigo San Martín Valenzuela, de los cuales sólo Johan
Esteban Cisternas Romero, era menor de doce años a la fecha de comisión de
los delitos.
VIGESIMO SEPTIMO: Que de conformidad con lo resuelto en los motivos
21 y 22 de este fallo, por voto de mayoría, deberá absolverse a Abelino Antonio
González Valverde y José Defilio Briones Mellado, del momento que se ha
establecido que no se configuró el delito de atentado en contra de la autoridad
por el cual se les acusó, por lo cual el actuar por el cual se les acusó no puede
quedar comprendido en la figura del abuso deshonesto.
VIGESIMO OCTAVO: Que, el artículo 371 del Código Penal castiga al
cómplice en los delitos de abusos deshonestos con la pena correspondiente al
autor, si tiene la calidad de “ascendientes, guardadores, maestros y cualquiera
persona que con abuso de autoridad o encargo”.
Corresponde determinar si todos los que se están condenando como
cómplices, tienen algunas de esas calidades.
Como primera conclusión debe señalarse que las personas encargadas de la
"guarda” de menores, son los tutores, calidad que no tienen los acusados, ni
siquiera el padre del menor Salvo, a la luz de los artículos 222, 338 y 348 del
Código Civil.
Del mismo modo, estos acusados no detentan la calidad de ascendientes ni
maestros de los menores, ya que estos últimos son quienes ejercen la
actividad educativa.
Queda por resolver, en consecuencia, si todos los acusados o alguno de ellos
actuaron con abuso de autoridad o encargo, en la especie tanto los jerarcas de
la Colonia, como los miembros de ella que han sido procesados actuaron con
abuso de autoridad, ya que se prevalieron del temor reverencial que ellos
imponían a los que accedían a la Colonia. Del mismo modo el padre del menor
Salvo abuso de su autoridad de padre y, también lo hicieron, quienes sacaron a
los muchachos de la colonia y los mantuvieron bajo una especie de encargo.
VIGESIMO NOVENO: Que, conforme a lo razonado a todos a los que se condena
como cómplices, esto es, HARMUT WILHELM HOPP MIOTTEL, GERD SEEWALD
LEFEVRE, GERHARD WOLFANG MÜCKE KOSCHITZCKE, KURT HERBERT
SCHNELLENKAMP NELAIMISCKIES, GUNTER SCHAFFRICK BRUCKMANN, DENNYS
RICARDO ALVEAR HENRÍQUEZ, OLALIA DEL CAMEN VERA GUTIERREZ, RUDOLF
HANS CÖLLEN FRANZKOWKY y WOLFANG HERMANN MÜLLER ALTEVOG, debe
aplicárseles la pena correspondiente a los autores del delito de abusos
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deshonesto.
Y, como lo ha señalado el juez a quo, estando frente a delitos reiterados de
abusos deshonestos, afectándoles a los acusados una agravante y
beneficiándoles una atenuante, se compensan ambas, quedando facultado el
tribunal para recorrer la pena en toda su extensión.
Por estas consideraciones, atendido lo consignado precedentemente,
con lo informado por el señor Fiscal Judicial, en su informe de fojas 13.005,
pero disintiendo en lo que dice relación al delito de atentado contra la
autoridad y las penas a aplicar, lo prevenido en los artículos 41, 43, 103 bis,
450 bis, 514, 527 y 529 del Código de Procedimiento Penal, artículos 2332, del
Código Civil, 29 y 30, del Código Penal, se revoca la sentencia apelada de
dieciséis de noviembre de dos mil cuatro, que se lee de fojas 10.756 a 11.245,
en cuanto lo consignado en la letra K de su decisión, y en su lugar se declara
que se absuelve a Gerhard Wolfang Mücke Koschitzcke, Dennys Ricardo Alvear
Henríquez, Olalia del Carmen Vera Gutiérrez, Hugo Ernesto Hidalgo Díaz, Edith
Malessa Bol, Wolfang Zeitner Bonhau, Edith Malessa Bol, Abelino González
Valverde y José Defilio Briones Mellado como autor del delito de atentado
contra la autoridad, debido a que ese hecho no queda comprendido en los
delitos de abusos deshonestos.
Se revoca, asimismo la sentencia antes individualizada en cuanto
condena como encubridores del delito de abusos deshonestos a Abelino
González Valverde y José Defilio Briones Mellado y, en su lugar se declara, que
se les absuelve por dicho delito.
Se confirma, en lo demás apelado, la aludida sentencia, con costas del
recurso.
ACORDADA contra el voto de la ministra señora Morales. quien estuvo por
revocar la sentencia en alzada, en lo concerniente a la condena por los delitos
que se indican, atendido los siguientes razonamientos:
A.- EN CUANTO AL ENCUBRIMIENTO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 17 N° 4
DEL CÓDIGO PENAL.
1°.- Que el artículo 17 del código punitivo en su primer párrafo define esta
forma de participación criminal, aún cuando la doctrina sostiene que la
penalidad de estos encubridores son independientes del autor y configuran un
delito propio, más que una forma de participación.
Esta figura penal requiere de la concurrencia de varios requisitos, tales
como, conocimiento de la perpetración del delito o hechos que importan su
ejecución, no haberlo hecho en calidad de autor o cómplice, debiendo la
intervención posterior ser de aquellas contempladas en dicha norma.
En el caso sub lite, el numeral cuarto dice relación con el favorecimiento
personal habitual, por lo que de la redacción de la norma se colige que la
habitualidad se desprende de las dos hipótesis que ella contempla, conforme lo
1
consigna el profesor Mario Garrido Montt, en su obra Derecho Penal, Parte
General. Tomo II, “Nociones fundamentales de la teoría del delito” (cuarta
edición), esto es: a) acoger, receptar o proteger habitualmente a malhechores
sabiendo que lo son, aunque se ignore concretamente los delitos que hayan
cometido y b) facilitar habitualmente medios para que los delincuentes se
reúnan, para que oculten sus armas o efectos; o suministrarles auxilios o
noticias para que se salven.
2°.- Que el Diccionario de la Real Academia de la lengua, define el
vocablo “habitualidad” como cualidad de habitual y “habitual” “que se hace,
padece o posee con continuación o por hábito”. En el caso sub lite esta Corte
estima que los hechos que se atribuyen a los acusados no reúnen el requisito
de habitualidad antedicho, toda vez que las conductas desplegadas por ellos,
sólo se refieren a un inculpado y no constituyen una actividad protectora de
delincuentes, no habiéndose en consecuencia establecido la conducta típica
referida en la disposición legal en comento.
3°.- Que así las cosas, esta Ministra concluye que no se ha cometido el
ilícito por el cual se dedujo acusación de oficio en contra de Harmut Wilhelm
Hopp Miottel a fs.4709 del Tomo X, Gerd Seewald Lefevre. Gerhard Wolfang
Mücke Koschitzcke, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies, Alfred Gerlach
Schritt, Gunter Schaffrick Bruckmann y Dennys Ricardo Alvear Henríquez a fs.
4711 vta., letra B), conforme a los delitos referidos en el numeral 1.1, respecto
del primero y 1.2 del referido auto acusatorio, en cuanto a los demás,
atribuyéndoles la figura de encubrimiento prevista en el artículo 17 N° 4 del
Código Penal.
B.- EN CUANTO AL DELITO DE NEGATIVA DE ENTREGA de los menores Angelo
Antonio San Martín Valenzuela, Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda, Jaime
Andrés Parra Verdugo y Ángel Rodrigo Salvo Fuentes.
1.- Que en cuanto a la calificación jurídica que se atribuye a los hechos
contenidos en los numerales I y II del auto acusatorio, a fs. 3.798 y 3799 del
tomo XXI, esto es, el artículo 355 del Código Penal, cabe precisar que esta
norma se encuentra inserta en el Título VII, del Libro II del Código Penal,
referido a los Crímenes y Simples delitos contra el estado civil de las personas.
Conforme lo consigna el profesor Mario Garrido Montt, quien cita a
don Gustavo Labatut Glena, en su obra sobre Derecho Penal, Tomo III, Parte
Especial, año 1998, “el tipo objetivo requiere de la no presentación del menor
por quien lo tiene a su cargo o en no dar explicaciones satisfactorias sobre su
desaparición. El delito podría confundirse con el de sustracción de un menor,
pero se diferencia con él tanto porque supone una entrega previa y voluntaria
del niño al encargado, como porque el objetivo del hecho es afectar al estado
civil de la víctima y no a su libertad….”.
Esta Ministro siguiendo el criterio antedicho, concluye que el delito en
cuestión supone una entrega previa y voluntaria del menor, y el dolo consiste,
1
en saber y querer omitir su presentación, concurriendo además un elemento
subjetivo del tipo, esto es, el ánimo de afectar su estado civil, como se
consigna en el párrafo tercero, Título VII del Libro II del Código Penal.
2.- Que las probanzas aportadas al proceso, constituyen un conjunto
depresunciones judiciales, que apreciadas legalmente, no permiten tener por
acreditado que la no presentación de los menores a sus respectivos padres o
madres, por quienes lo tenían a su cargo, tuviera por objeto alterar su estado
civil. Es por ello que en concepto de esta disidente no se encuentran
acreditados los elementos de la referida figura penal.
3.- Que atendido lo argumentado en los considerandos precedentes se
estima que no se ha cometido el delito de negativa de entrega de menor,
previsto y sancionado en el artículo 355 del Código Penal, disintiendo también
de la opinión del señor Fiscal Judicial, quien en su informe de fs.13.005, tomo
XXIX, estuvo por condenar a cada uno de los acusados por el delito antedicho,
razón por la cual es de opinión de absolver a, Olalia Vera Gutiérrez, Hugo
Ernesto Hidalgo Díaz respecto de la participación que se les atribuye en calidad
de autores del delito de negativa de entrega del menor Angelo Antonio San
Martin Valenzuela; a Gerard Wolfang Mücke Koschitzcke y Gunter Schaffrick
Bruckmann, acusados como autores del mismo delito respecto de los menores
Eduardo Utreras Sepúlveda y Jaime Parra Verdugo. A Rudolph Hans Collen
Franzkowky acusados como autores del referido delito respecto del menor
Ángel Salvo Fuentes. Gert Seewald Lefevre, Olalia Vera Gutiérrez y Dennys
Ricardo Alvear Henríquez, acusados como cómplices del referido delito en
perjuicio de los menores Eduardo Utreras Sepúlveda, Jaime Parra Verdugo y
Ángel Salvo Fuentes.
C.- EN CUANTO AL DELITO DE SUSTRACCIÓN DE MENOR.
1.- Que los antecedentes probatorios referidos en el motivo 46,
constituyen un conjunto de presunciones judiciales, las que por fundarse en
hechos reales y probados, ser múltiples y graves, precisas y concordantes,
permiten tener por acreditado el siguiente hecho: Que en una fecha no
precisada entre marzo y abril del año 1997, el menor Ángel Rodrigo Salvo
Fuentes de aproximadamente 13 años y medio de edad se encontraba
estudiando en el internado (intensivo de Villa Baviera) por decisión de su
abuela doña Amada Luisa Yáñez Moraga y se proponía a cursar el octavo año
básico. Al requerir su madre, doña Verónica del Pilar Fuentes Yáñez, en febrero
de 1997, la presencia y entrega del niño, por cuanto deseaba regresarlo a su
hogar, se le negó aquello. Posteriormente no pudo hacerlo, desde el momento
que había sido trasladado, con la anuencia del niño, desde dicho lugar, por
terceras personas quienes lo transportaron por distintas ciudades del país,
durante aproximadamente dos años, sin haber sido objeto en ese lapso de
delito alguno. Lo anterior, duró hasta el momento en que el menor en cuestión
hizo las gestiones para ponerse voluntariamente en contacto con el abogado,
1
don Cirilo Guzmán, quien lo presentó al Sexto juzgado de menores de Santiago
el 10 de junio de 1999.
2.- Que el delito de sustracción de menor, por el cual se dedujo acusación se
encuentra tipificado en el artículo 142 del Código Penal, en el título III, del libro
primero, sobre “Crímenes y simples delitos contra la libertad y seguridad,
cometidos por particulares”. Al respecto, los profesores Sergio Politoff L, Jean
Pierre Matus A. y María Cecilia Ramírez G, en su texto, Lecciones de Derecho
Civil Penal Chileno, 2004, sostienen que el sujeto activo, puede ser cualquiera,
excepto quien tenga a su cargo la seguridad del menor, de este modo ni los
padres, tutores o guardadores legales pueden cometer este delito. Por su
parte, Don Alfredo Etcheberry, sostiene que atendido que se señala como
atenuante la circunstancia de devolver el menor a sus padres, parece indicar
que en concepto del legislador este delito no puede tener como sujeto activo a
uno de los padres.
3.- Que en cuanto a la conducta, el verbo rector “sustraer”, significa sacar al
menor de la esfera de resguardo en que se encontraba, teniendo como primer
objeto de protección su seguridad individual y en segundo plano, su libertad
ambulatoria y derechos de custodia o patria potestad de las personas que lo
tienen a su cargo. En lo que dice relación con el consentimiento del sujeto
pasivo y la figura del artículo 357 del Código Penal, cabe precisar, que la
protección del menor está mezclada con la tutela y seguridad del mismo. Es así
que la libertad de un adolescente y el consentimiento del menor entre 10 y 18
años, cuya libertad es bastante grande, excluye que se tipifique este delito,
entendiendo la ley que está en condiciones de disponer de su libertad,
pudiendo configurarse no obstante la figura de inducción a abandono de hogar,
prevista en el artículo antes mencionado.
En el caso sub lite, resulta acreditado que el menor consintió en aquello
desde el momento en que no puso en conocimiento de ninguna persona o
autoridad la situación en que se encontraba, lo que hizo posteriormente al
enterarse que su padre estaba privado de libertad, por la responsabilidad que
se le atribuía en este ilícito.
4.- Que atendido lo consignado en los apartados precedentes y teniendo
presente que quien retiró al menor de Villa Baviera fue su padre, Pedro Salvo
Bahamondez, quien no estaba privado de la patria potestad y que viajó con su
hijo y otras personas por espacio de aproximadamente 10 meses, con el
consentimiento de aquél, se estima que no se encuentra tipificado el delito por
el cual se dedujo acusación, por no reunirse los requisitos a que se hizo
referencia en el motivo precedente.
Lo anterior teniendo presente que no corresponde hacer un juicio moral
respecto de las motivaciones del padre para haber actuado en la forma en que
lo hizo y sin perjuicio que pudiera haberse tipificado otro ilícito.
5.- Que, por lo razonado, esta Ministro ha llegado a la convicción que no se ha
1
cometido un hecho punible y que en él no les ha correspondido a los acusados
una participación culpable y penada por la ley, razón por la cual es de parecer
de absolver a Wolfang Müller Altevogt, Elizabeth Erna Urrea Apablaza, Wolfang
Scheuber Hildebrand, Pedro Salvo Bahamondez. Víctor Arriagada Marmolejo,
Diego Iván Soto Marmolejo, Gerard Wolfang Mücke Koschitzckey, Gunter
Schaffrick Bruckmann y Reinhard Zeitner Bonahau, del cargo que se les
atribuyó en este delito, disintiendo, además, del dictamen del señor Fiscal
judicial de fs.13.005, tomo XXIX, quien estuvo por condenarlos a las penas que
indica, por la responsabilidad que estima les cabe en el delito de sustracción
del menor.
D.- EN CUANTO AL DELITO DE ABUSOS DESHONESTOS.
I.- EN SU PARTE PENAL:
1.- Que por lo razonado, en las consideraciones anteriores y estimando que los
delitos por el cual se les acusó no quedan comprendido en el delito de abusos
deshonesto, fue de parecer de revocar la aludida sentencia en cuanto por ella
se condena a OLALIA DEL CAMEN VERA GUTIERREZ, RUDOLF HANS CÖLLEN
FRANZKOWKY, WOLFANG HERMANN MÜLLER ALTEVOG, ALFRED GERLACH
SCHRITT, HUGO ERNESTO HIDALGO DIAZ, WOLFGANG ZEITNER BOHNAU,
EDITH MALESSA BOLL, ABELINO ANTONIO GONZALEZ VALVERDE , JOSE DEFILIO
BRIONES MELLADO, REINHARD ZEITNER BOHNAU, PEDRO JUAN SALVO
BAHAMONDEZ, DIEGO IVAN SOTO MARMOLEJO, ELIZABETH ERNA URREA
APABLAZA, WOLFANG SCHEUBER HILDEBRAND y VICTOR MARCELO
ARRIAGADA MARMOLEJO y en su lugar declarar que se les absuelve por el
delito de abusos deshonestos.
2.- Que respecto a Harmut Hopp Miottel, Gerd Seewald Lefevre, Gerhard
Wolfang Mücke Koschitzcke, Kurt Schnellenkamp Nelaimisckies, Gunter
Schaffrinck Bruckmann y Denis Ricardo Alvear Henríquez fue de parecer de
confirmar la sentencia, pero con declaración que se les reduce la sanción
impuesta a la pena de Cuatro años de presidio menor en su grado máximo y
accesorias correspondiente, otorgándole a cada uno de ellos el beneficio de la
libertad vigilada, debiendo cumplir con las exigencias previstas en los artículos
15 y 17 de la ley 18.216, bajo la sujeción a la vigilancia de un delegado de
libertad vigilada, por el lapso de 4 años.
3.- Que a dichos condenados se les concede el beneficio de la libertad vigilada
por el término de la pena impuesta, debiendo cumplir con las exigencias
previstas en los artículos 15 y 17 de la ley 18.216, bajo la sujeción a la
vigilancia de un delegado de libertad vigilada. .
II.- EN SU PARTE CIVIL.
1°.- Que en cuanto a la demanda civil intentada por el apoderado de los
querellantes abogado Hernán Fernández Rojas, a la cual se refiere el tribunal
de primer grado en el considerando 122 de la sentencia, los demandados
solicitan su rechazo según se señala en el motivo 124, N° 1, 2, 3, 4 y 5 de la
1
misma.
2°.- Que en cuanto a la prescripción de la acción civil alegada por los
demandados, cabe tener presente que ésta en el proceso penal se rige por lo
dispuesto en el artículo 41 del Código de Procedimiento Penal, en relación con
el artículo 2.332 del Código Civil; disposición que a su vez hace referencia al
artículo 103 bis del Código de Procedimiento Penal, el cual previene que el
ejercicio de la acción civil durante el sumario, debidamente cursada,
interrumpe la prescripción.
3°.- Que a fs. 4.860 del tomo X ,el abogado Hernán Fernández Rojas, por
los querellantes que representa, esto es, Jacqueline Pacheco Cabrera ( fs. 79,
tomo I A), Ana María Rodríguez Sandoval ( fs. 945 tomo III), Víctor San Martín
Asencio (957, tomo III, fs.1413, tomo III), María Teresa Romero Aedo ( fs.2026,
tomo V), Salo Ariel Luna Garrido ( fs,2629, tomo VI), Eduardo Salvo Fuentes (fs.
2635 Tomo VI), Verónica Fuentes Yáñez (fs.3460 tomo VIII), Juana Sepúlveda
(fs. 32 tomo XIV), Rosa Verdugo Carriel (fs.1067 tomo XVI), en el segundo
otrosí de la acusación particular, demanda civilmente a Harmut Wilhelm Hopp
Miottel, Gerd Seewald Lefevre, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies,
Dennys Ricardo Alvear Henríquez, Gerard Wolfang Mücke Koschitzcke, Gunter
Schaffrick Bruckmann, Uwe Cöllen Gert y Alfred Gerlach Schritt.
Al contestar la acusación en el tercer otrosí de su presentación de fs.
4.910, los acusados mencionados en el acápite precedente, plantean la
excepción de prescripción que fundan en los artículos 2332 del Código Civil,
41, 103 bis y 450 del Código de Procedimiento Penal, solicitando que se
niegue lugar a la demanda civil, con costas. En subsidio, se fije una
indemnización no superior a $ 100.000 para cada una de las demandantes.
4°.- Que el apoderado antedicho, en la etapa de sumario hizo reserva de
su derecho a deducir demanda civil en su debida oportunidad, en las querellas
interpuestas por: Ana María Rodríguez Sandoval, madre de Juan Esteban
Briones Rodríguez a fs. 945 del tomo III, Víctor San Martín Asencio, padre de
Víctor Andrés y Angelo San Martín Valenzuela, a fs. 957 y ampliación de
fs.1413, María Teresa Romero Aedo, madre de Danilo Enrique y Johan Esteban
Cisterna Romero a fs.2026 del tomo V, Salo Ariel Luna Garrido a fs. 2629, del
tomo VI, Eduardo Salvo Fuentes, padre de Eduardo Andrés Salvo Hernández a
fs. 2635 del Tomo VI, Verónica Fuentes Yáñez, madre de Ángel Rodrigo Salvo
Fuentes, a fs.3460 del tomo VIII.
No obstante lo anterior, no formuló tal reserva respecto de la querella
interpuesta por doña Jacqueline Pacheco Cabrera, madre de Cristóbal Parada
Pacheco, a fs. 79 del tomo. De este modo, a la fecha en que demandó
civilmente, conjuntamente con la acusación particular, se encontraba ya
prescrita las acción civil derivada del delito atribuidos a los demandados, por
haber transcurrido el plazo de 4 años contado desde la perpetración del acto.
5°.- Que tampoco efectuaron la respectiva reserva de acciones, doña
1
Juana Sepúlveda Bustos y Rosa Verdugo Carriel dentro del plazo antes
señalado, razón por la cual corresponderá acoger la excepción de prescripción
alegada. Sin perjuicio, que esta última se querelló por el delito de obstrucción a
la justicia y asociación ilícita, delitos por los cuales no se formuló acusación.
Lo anterior no se ve alterado por el hecho que el abogado patrocinante y
procurador sea el mismo de todos los querellantes, toda vez que la reserva de
derechos que efectuara respecto de alguno de ellos no puede beneficiar al
resto, razón por la cual se acogerá la excepción de prescripción de la acción
civil deducida en contra de las actoras, señoras Jacqueline Pacheco Cabrera
(madre de Cristóbal Parada Pacheco), Juana Sepúlveda Bustos (madre de
Eduardo Andrés Utreras Sepúlveda y Rosa Verdugo Carriel (madre de Jaime
Parra Verdugo)
6°.- Que de acuerdo a lo argumentado esta Ministro es de parecer que
se acoja la excepción de prescripción deducida por la defensa de los acusados,
y en consecuencia se declara prescrita la acción interpuesta por doña Juana
Sepúlveda Bustos, Rosa Verdugo Carriel Jacqueline Pacheco Cabrera.
7°.- Que, en definitiva, en cuanto a las demandas civiles y sus montos,
fue de opinión de:
7.1.- Que conforme a las razones expuestas, no se hace lugar a la demanda de
indemnización por daño moral solicitada por el querellante en el segundo otrosí
de fs, 3847, en representación de Víctor Antonio San Martín Ascencio, y
Verónica del Pilar Fuentes Yáñez, en contra de Gerard Wolfang Mücke
Koschitzcke, Gunter Schaffrick Bruckmann Gert Seewald Lefevre, Rudolph Hans
Collen Franzkowky, Wolfang Hermann Müller Altevogt, Reinhard Zeitner
Bonhau, Olalia Vera Gutiérrez, Hugo Ernesto Hidalgo Díaz, Dennys Ricardo
Alvear Henríquez, Pedro Juan Salvo Bahamondes, Diego Iván Soto Marmolejo,
Elizabeth Erna Urrea Apablaza, Wolfang Scheuber Hildebrand y Víctor Marcelo
Arriagada Marmolejo. 7.2.- Que se acoge la demanda civil por daño moral
deducida por el querellante don Hernán Fernández Rojas, en representación de
Verónica del Pilar Fuentes Yáñez en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert
Seewald Lefevre, Gerard Wolfang Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert
Schnellenkamp Nelaimisckies, Gunter Schaffrick Bruckmann y Dennys Ricardo
Alvear Henríquez y se les condena al pago de una indemnización de $
25.000.000 a Ángel Rodrigo Salvo Fuentes y de $ 10.000.0000 a Verónica
del Pilar Fuentes Yáñez.
7.3.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
don Hernán Fernández Rojas, en representación del menor Johan Cisterna
Romero, en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard
Wolfang Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies,
Gunter Schaffrick Bruckmann, Dennys Ricardo Alvear Henríquez y Uwe Cöllen
Gert, a quienes se condena a pagarle una indemnización de $ 25.000.000.
7.4.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
1
don Hernán Fernández Rojas, en representación del menor Danilo Cisterna
Romero, en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard
Wolfang Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies,
Gunter Schaffrick Bruckmann y Dennys Ricardo Alvear Henríquez, a quienes se
condena al pago de una indemnización de $ 25.000.000.
7.5.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
don Hernán Fernández Rojas, en representación de Ana Rosa Rodríguez
Sandoval, en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard
Wolfang Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies,
Gunter Schaffrick Bruckmann y Dennys Ricardo Alvear Henríquez, a quienes se
condena al pago de una indemnización de $ 15.000.000 a Juan Esteban Briones
Rodríguez y 15.000.000 a Ana Rodríguez Sandoval.
7.6.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
don Hernán Fernández Rojas, en representación de Víctor San Martin Ascencio,
en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard Wolfang
Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies, Gunter
Schaffrick Bruckmann y Dennys Ricardo Alvear Henríquez, a quienes se
condena al pago de una indemnización de $ 20.000.000 a Angelo San Martín
Valenzuela, de $ 10.000.0000 a Víctor San Martin Ascencio y $ 10.000.000 a
María Mercedes Valenzuela Muñoz.
7.7.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
don Hernán Fernández Rojas, en representación de Víctor San Martin Ascencio,
en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard Wolfang
Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies, Gunter
Schaffrick Bruckmann, Uwe Cöllen Gert y Dennys Ricardo Alvear Henríquez, a
quienes se condena al pago de una indemnización de $ 20.000.000 a Rodrigo
Andrés San Martin Valenzuela, de $ 10.000.0000 a Víctor San Martin Ascencio y
$ 10.000.000 a María Mercedes Valenzuela Muñoz.
7.8.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
don Hernán Fernández Rojas, en representación de Eduardo Antonio Salvo
Fuentes, en contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard
Wolfang Mücke Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies,
Gunter Schaffrick Bruckmann, Uwe Cöllen Gert y Dennys Ricardo Alvear
Henríquez, a quienes se condena al pago de una indemnización de $
20.000.000 a Eduardo Andrés Salvo Hernández, de $ 10.000.0000 a Eduardo
Antonio Salvo Fuentes y $ 10.000.000 a Inés Hernández Salvo.
7.9.- Que se acoge la demanda civil por daño moral deducida por el querellante
don Hernán Fernández Rojas, en representación de Salo Ariel Luna Garrido, en
contra de Harmut Hopp Miotell, Gert Seewald Lefevre, Gerard Wolfang Mücke
Koschitzckey, Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies, Gunter Schaffrick
Bruckmann y Dennys Ricardo Alvear Henríquez, a quienes se condena al pago
de una indemnización de $ 30.000.000.
1
7.10.- Que dichas sumas antedichas se pagarán debidamente reajustadas
conforme a la variación que experimente el índice de Precios al Consumidor
desde esta fecha y hasta el mes anterior al de su pago efectivo, con los
intereses para operaciones reajustables que se devenguen entre esta fecha y
su pago efectivo.
ACORDADA contra el voto del abogado integrante don Eduardo del Campo
Vial , quien fue de parecer de confirmar el fallo recurrido, respecto a los
acápites que señala y atendido los siguientes argumentos:
EN CUANTO AL DELITO DE ATENTADO CONTRA LA AUTORIDAD.
1°.- Que el artículo 261 del Código Penal establece: Cometen atentado
contra la autoridad: a) Los que sin alzarse públicamente emplean fuerza o
intimidación para alguno de los objetos señalados en los artículos 121 y 126 y
b) Los que acometen o resisten con violencia, emplean fuerza o intimidación
contra la autoridad pública o sus agentes, cuando aquélla o éstos ejercieren
funciones de su cargo.
2°.- Que para que exista el delito de atentado o desacato a la autoridad, se
requiere que el culpable lo cometa con hechos positivos iniciales, no bastando
para su comisión el ejercicio de una resistencia más o menos activa.
Como ha expresado la jurisprudencia de nuestros tribunales, acreditado que el
agente acometió a mano armada con objetos contundentes a la autoridad
pública, encarnada en funcionarios de Carabineros, en su calidad de ejecutores
de las órdenes de la autoridad y, más específicamente, como encargados del
orden público y de la protección de las personas, empleando piedras, que
fueron lanzadas hacia el cuerpo de los funcionarios mientras ejercían funciones
propias de sus cargos, como lo es dar cumplimiento a una orden de detención,
se configura el delito de atentado contra la autoridad, previsto y sancionado en
los artículos 261 Nº 2 y 262 Nº 1 del Código Penal. El dolo en este delito
simplemente debe ir dirigido a entrabar o impedir la acción de la autoridad en
el desempeño legítimo de su cargo, lo cual supone conocimiento en el autor de
la calidad de empleado público del ofendido y de la legalidad de su actuación
funcionaria. Se trata de un delito formal, por cuanto se perfecciona por la sola
ejecución de las figuras descritas en el tipo. En consecuencia, no puede
sostener la defensa que existió falta de intención en la agresión, por cuanto la
utilización de piedras y la fuerza empleada al momento de lanzarlas implica
que el acusado debió al menos representarse el resultado, es decir, por lo
menos concurrió un dolo eventual, aceptando de alguna forma el resultado
producido. Por lo demás, la sola circunstancia de acometer en grupo y lanzar
piedras a un número significativamente inferior de funcionarios policiales,
quienes eran plenamente identificables por sus uniformes de Carabineros,
importa que los hechores sabían o no podían menos que saber que se trataba
de una autoridad pública en el desempeño de sus funciones, que se
1
encontraban tratando de cumplir una orden o un cometido policial. (Tribunal
Oral en lo Penal, sentencia de fecha 03 de Noviembre de 2008, Rit Nº376-
2008)
3°.-: Que, estando acreditado en autos que las acciones y actuaciones de los
sentenciados se encontraban destinadas a impedir el legítimo desempeño de la
autoridad, resulta evidente la configuración del tipo penal.
1
Fallo III de Corte de Talca sobre cómplices de
Paul Schaffer
Talca, seis de enero de dos mil once.
EN CUANTO A LA CAUSA ROL CORTE 28-2005.
VISTO Y TENIENDO PRESENTE: