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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DEL SANTA

PRIMERA SALA PENAL


EXP. N° 2009–617
LEY N° 28122 Y ART.41.2° DEL TUOLOPJ
PON.: Sr. LOMPARTE SÁNCHEZ

SENTENCIA

Cambio Puente, once de diciembre del dos mil nueve.-

VISTA; en audiencia oral y pública, el juzgamiento incoado contra el acusado en cárcel: Max
Alexander Egusquiza Lafora como autor por el delito contra el patrimonio extorsión en la
modalidad de secuestro extorsivo con subsecuente muerte, prescrito por el artículo 200°, incisos
a) y c) del último párrafo del Código Penal, en agravio de Tamara Valery Soto Caballero,
Zulema Raquel Caballero Domínguez y Julio César Soto Melgar.

PARTE PRELIMINAR
§ 1. Constitución del Colegiado.
1°. El Colegiado está constituido por los señores Jueces Superiores María Apaza Panuera,
presidente, Walter Lomparte Sánchez, director de debates, y Niczon Espinoza Lugo. Su
conformación tiene como fundamento normativo en el artículo 138° de la Constitución y 41.2°
del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

§ 2. Individualización del acusado.


2°. Las generales de ley del encausado son como siguen: su nombre Max Alexander Egusquiza
Lafora, natural de Casma, nacido el once de enero de mil novecientos noventa, estado civil
soltero, de grado de instrucción superior incompleta, religión católica, con documento nacional
de identidad N° 46111005, hijo de don Alexander y doña Edna, ocupación estudiante de
medicina en la Universidad San Pedro. Está sufriendo mandato de detención por esta causa.

PARTE PRIMERA
Antecedentes
§ 1. Secuencia.
3°. Que en merito a los partes policiales N° 076 y
077–09–XIII–DTP–HZ–DIVPOL–CH/DEPICAJ–SEINCRI, obrante en las páginas ciento
treinta y tres a ciento treinta y cinco y ciento treinta y seis a ciento cuarenta, respectivamente se
emitió la resolución número uno, en el expediente N° 2009–00579––0–2501–JR–PE–6, de
fecha diez de marzo del dos mil nueve, obrante en las páginas ciento seis a ciento ocho, por la
cual el Juez del Sexto Juzgado Penal de Chimbote resuelve declarar procedente la solicitud de
convalidación de la detención preventiva de los acusados Max Alexander Egusquiza Lafora,
Leslie Katherine Caballero Villanueva y Giancarlo Silvestre Barinotto Lecca por el plazo de
siete días, y una vez recabadas las diligencias necesarias y el Atestado policial N° 30–09 XIII–
DTP–HZ–/DIVPOL–CH/DEPICAJ–SEINCRI –obrante de páginas uno a veintiuno y su anexos
de páginas veintidós a ciento cinco–, el señor Fiscal de la Tercera Fiscalía Provincial Penal del
Santa formaliza denuncia penal –obrante en las páginas ciento cuarenta y ocho a ciento
cincuenta y seis– contra los encausados Max Alexander Egusquiza Lafora, Leslie Katherine
Caballero Villanueva como autores y contra Giancarlo Barinotto Lecca como cómplice

1
secundario por delito contra el patrimonio en la modalidad de extorsión (secuestro extorsivo)
con subsecuente muerte en agravio de la menor Tamara Valery Soto Caballero –de ocho años de
edad–, así como de sus padres Zulema Raquel Caballero Domínguez y Julio César Soto Melgar,
así mismo denuncia a Giancarlo Silvestre Barinotto Lecca como autor por el delito contra la
administración de justicia – función Jurisdiccional – encubrimiento real en la modalidad
agravada en agravio del Estado ( Poder Judicial).

4°. Que una vez calificada la denuncia, la señora Juez del Cuarto Juzgado Penal dictó el auto de
apertura de instrucción, de fecha dieciséis de marzo del dos mil nueve, obrante en las páginas
ciento cincuenta y ocho a ciento sesenta y cuatro, disponiendo abrir proceso penal en la vía
sumaria contra Max Alexander Egusquiza Lafora, Leslie Katherine Caballero Villanueva como
autores y como cómplice secundario a Giancarlo Silvestre Barinotto Lecca por el delito contra
el patrimonio en la modalidad de extorsión – secuestro extorsivo con subsecuente muerte en
agravio de la menor Tamara Valery Soto Caballero de ocho años de edad, así como de sus
padres Zulema Raquel Caballero Domínguez y Julio César Soto Melgar, asimismo contra
Giancarlo Silvestre Barinotto Lecca como autor del delito contra la administración de justicia –
función Jurisdiccional – encubrimiento real en la modalidad agravada en agravio del Estado
( Poder Judicial), dictando contra ellos la medida coercitiva personal de detención y
ordenándose la actuación de las diligencias pertinentes.

5°. Mediante resolución número ocho, de fecha veinte de marzo del dos mil nueve, obrante en
las páginas doscientos veintitrés a doscientos veinticinco, la señora Juez del Cuarto Juzgado
Penal, expone que por la gravedad del delito instruido en esta vía y por la pena conminada de
cadena perpetua y en aplicación de las garantías constitucionales, dispone que todas las
actuaciones judiciales que se realicen en el proceso sean públicas, orales y todas las pruebas a
actuarse serán sometidas al contradictorio, por lo que las partes quedan autorizadas a intervenir
por si mismas a través de sus abogados. Que a solicitud del Fiscal Provincial de la Cuarta
Fiscalía, la señora Juez amplia el auto de apertura por delito contra el patrimonio – extorsión en
la modalidad de secuestro extorsivo con subsecuente muerte, tipificada en los incisos a) y c) del
último párrafo del artículo 200° del Código Penal en agravio de Tamara Valery Soto Caballero.
Mediante resolución número veinte, de fecha seis de abril del año dos mil nueve, se concede el
recurso de apelación al abogado de la acusada Leslie Katherine Caballero Villanueva contra la
resolución número ocho, la cual mediante la resolución de fecha quince de mayo del dos mil
nueve, fue declarada nula, no generando efectos retroactivos a las diligencias llevadas a cabo y
adecuando el proceso a la vía procedimental ordinaria, elevando en consulta a la Sala
Constitucional de la Corte Suprema; posteriormente el Fiscal Provincial de la Cuarta Fiscalía
Penal mediante dictamen N° 234–2009, amplió denuncia penal contra Isaac Alexander
Egusquiza Espinoza como cómplice primario del delito contra el patrimonio –extorsión en la
modalidad de secuestro extorsivo con subsecuente muerte prescrito en los incisos a) y c) del
último párrafo del artículo 200° del Código Penal en agravio de Tamara Valery Soto Caballero
y sus padres, por lo que la señora Juez del Cuarto Juzgado Penal dispuso ampliar el proceso
penal contra Isaac Alexander Egusquiza Espinoza por delito contra el patrimonio – extorsión en
la modalidad de secuestro extorsivo con subsecuente muerte, prescrito en los incisos a) y c) del
último párrafo del artículo 200° del Código Penal, en agravio de Tamara Valery Soto Caballero
y sus padres, tal como es de verse en las páginas ochocientos cincuenta a ochocientos cincuenta
y tres.

6°. Que tramitada la causa conforme a su naturaleza, fue enviado a esta Sala Penal con el
informe del señor representante del Ministerio Público obrante en las páginas dos mil setenta y
siete a dos mil ochenta y ocho y el informe de la señora Juez Penal, obrante en las páginas dos
mil ciento cuatro a dos mil ciento diez.

7°. Que luego de cursados los autos al despacho del señor Fiscal Superior, se emite la acusación
fiscal conforme corre en las páginas dos mil ciento sesenta a dos mil ciento sesenta y cuatro,
donde se opina que ha lugar a formular acusación Fiscal y por ende mérito a pasar a juicio oral

2
contra Max Alexander Egusquiza Lafora, Leslie Katherine Caballero Villanueva como autores y
Giancarlo Silvestre Barinotto Lecca como cómplice secundario por delito contra el patrimonio
– extorsión en la modalidad de secuestro extorsivo con muerte subsecuente en agravio de la
menor Tamara Valery Soto Caballero de ocho años de edad así como sus padres Zulema Raquel
Caballero Domínguez y Julio César Soto Melgar, y contra Giancarlo Silvestre Barinotto Lecca
como autor del delito encubrimiento real agravado en agravio del Estado (Poder Judicial),
solicitando la pena de CADENA PERPETUA para ellos, así como el pago solidario de
TREINTA MIL NUEVOS SOLES por concepto de reparación civil a favor de los agraviados.

8°. Que en mérito a ello, se emitió el correspondiente Auto Superior de Enjuiciamiento, obrante
en las páginas dos mil doscientos sesenta a dos mil doscientos sesenta y cinco, y señalada la
fecha para el inicio de juicio oral y escuchada la acusación fiscal, éste se inició conforme a las
actas que dan cuenta, donde el acusado Max Alexander Egusquiza Lafora manifestó su deseo de
acogerse a la conclusión anticipada de los debates orales en aplicación de la Ley número 28122,
reconociendo su responsabilidad en los hechos investigados, así como el pago de la reparación
civil, decisión que fue ratificada por su defensa técnica y la no oposición del Titular de la
acusación, aunque con la discrepancia de la parte civil, por lo que se dieron por concluidos los
debates orales en relación a dicho imputado, quedando la causa expedita para dictar sentencia.

§ 2. Imputación de hechos y cargos.


9°. Que, el acusado Max Alexander Egusquiza Lafora, conjuntamente con su enamorada y
coacusada Leslie Katherine Caballero Villanueva –prima de la agraviada– planearon días antes
la manera de sustraer a la menor de su casa con la argucia de llevarla a dar un paseo por el
Malecón Grau, siendo que al caminar por la cuarta cuadra del referido lugar, el día ocho de
marzo del año en curso, dieron rienda suelta a su macabro plan por lo que procedieron a darle
tres pastillas de Alprazolam mezclado con un refresco Cifrut, siendo el plan de ambos que el
acusado Egusquiza Lafora se llevaría a la niña dormida a su casa, pero para ser creíble la
coartada del secuestro de la agraviada Tamara por terceros, éste previamente le propina un
golpe en el labio a su coprocesada Caballero Villanueva, y aproximadamente a la 13:30 horas
ya en su vivienda ubicada en la Villa Magisterial H-46 Primera etapa del Asentamiento Humano
San Luis, Nuevo Chimbote, el acusado Egusquiza Lafora en el interior del referido domicilio,
este joven sin tener ningún respeto por la vida humana conforme a su propia narración sostiene
que al tener a la menor soñolienta empieza a conversar con ella y decide engañarla para que
jueguen a los policías y ladrones, ello con la finalidad de amarrarla y taparle la boca con cinta
adhesiva para que no grite, por lo que una vez que la inmoviliza, él se pone en la parte posterior
de la silla, bordea su cuello con un cable (supuestamente era un cargador de celular) y empieza
a jalar durante cuatro minutos hasta causarle asfixia y con ello su muerte, después de ello forra
el cuerpo de la menor con bolsas plásticas y la introduce en el interior de dos sacos, luego se
dirigió a conseguir una motocar para que lo pueda trasladar hacia un basural cerca de la
Panamericana Norte en donde finalmente es encontrado su cuerpo, una vez realizado este hecho
llama a la madre de la menor ya fallecida para solicitarle dinero por el rescate de la niña
realizando este acto en varias oportunidades, algunas de ellas del teléfono público ubicado en
Grifo Repsol acompañado por el encausado Giancarlo Barinotto Lecca, exigiendo a los padres
de la menor la suma de setenta mil nuevos soles, pero ante la infructuosa posibilidad del padre
de la menor de conseguir el dinero requerido, aceptó la suma de diecisiete mil quinientos
nuevos soles más una laptop, siendo estos bienes entregados por el padre de la menor cerca a la
Plaza Mayor de Nuevo Chimbote, mientras que el encausado Egusquiza Lafora lo llamó para
decirle que su hija se encontraba en frente al Colegio “Señor de la Vida”, cuando esto sucedía,
él recogía el dinero y la laptop, ayudado por un menor de edad, para después de ello dirigirse a
la casa de su coprocesado Barinotto Lecca en donde finalmente se quedó la mochila
conteniendo el dinero y bien dados como pago por su rescate; al día siguiente Max Egusquiza
Lafora sin miramiento alguno acudió normalmente a clases en la Universidad San Pedro,
comprándose un celular, pagó su pensión de enseñanza, entregó dinero a su padre Isaac
Egusquiza Espinoza y prestó dinero a una amiga.

3
PARTE SEGUNDA
Fundamentos
Capítulo 1
Fundamentos de hecho
§ 1 la conformidad procesal
10°. Al respecto cabe apreciar lo señalado en la jurisprudencia vinculante R.N. N° 1766-2004-
CALLAO, de fecha veintiuno de septiembre del año dos mil cuatro, en el fundamento tres, en
cuanto a que en la conclusión anticipada del debate o del juicio oral rige el principio de
consenso, dado que la decisión del imputado y su defensa es determinante para dar inicio al
procedimiento de conclusión anticipada del debate o juicio oral y es donde se privilegia la
aceptación de los cargos por parte del imputado y su defensa, cuya seguridad parte de una
instrucción cumplidamente actuada con sólidos elementos de convicción y valorada, a los
efectos de la pretensión acusadora, por el Fiscal Superior y luego por la defensa, por lo que al
tratarse de una institución procesal autónoma no impone límite alguno en orden al delito objeto
de acusación o la complejidad del proceso.

11° Que, conforme lo ha señalado la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la
República en el expediente N° AV-33-2003, sentencia de fecha treinta de septiembre del año
dos mil nueve, el hecho objeto del proceso penal, es el hecho descrito en la acusación de la
persona acusada, lo que es una consecuencia del principio acusatorio 1. El hecho punible
constituye el requisito material esencial o determinante de la pretensión penal, que obliga al
órgano jurisdiccional a establecer su identidad objetiva. Así las cosas, existe identidad de
hechos cuando existe coincidencia de los actos típicos de ejecución o cuando los bienes
jurídicos ofendidos o lesionados son los mismos2. Por lo general, cuando el imputado niega el
hecho –entendido como hecho procesal– o cuestiona pasajes del mismo, corresponde al
Tribunal determinarlo a partir de la valoración de la prueba incorporada y actuada lícitamente
en la causa, específicamente en el juicio oral. Esa es la lógica del proceso jurisdiccional
contradictorio.

12°. Sin embargo, la necesidad de actividad probatoria en el juicio oral puede obviarse si el
imputado, unilateralmente, en coordinación y con la aprobación de su abogado defensor, decide
renunciar a ella, libre, voluntaria e informadamente. En tal virtud, la ley procesal penal acoge el
principio de adhesión –que importa un modo de poner fin al proceso a partir de la aceptación
por el acusado de los hechos, del delito imputado y de la responsabilidad civil consiguiente– y,
reconociendo la naturaleza jurídica del acto de disposición de la defensa, sobre la base de una
formal expresión de voluntad, autoriza a poner fin al juicio en su período inicial. Si así ocurre,
como es el caso de autos, no corresponde ejecutar actividad probatoria ni realizar valoración de
prueba alguna en orden a la realidad de los hechos acusados y, por ende, deben tenerse tales
hechos como realmente existentes y aceptados. No cabe, en suma, como consecuencia de la
disposición legal, otra opción al Tribunal que tener como hechos ciertos los que ha precisado la
acusación fiscal –el reconocimiento de los hechos expresado formalmente por el imputado y su
relevancia jurídico penal y jurídico civil son, pues, determinantes–. Se produce,
consiguientemente, tanto una vinculación absoluta de los hechos aceptados –vinculatio facti–,
como, sujeto al pertinente juicio de imputación penal –correspondencia con las categorías del
delito en todos sus niveles–, una vinculación criminal –vinculatio criminis–, que en este último
extremo sólo puede entenderse de carácter relativa.
13°. Es de resaltar que el acto de disposición del imputado y su defensa desde el vigente
ordenamiento procesal penal se circunscribe, al reconocimiento de los hechos como presupuesto
necesario y fundamental, sin los cuales en modo alguno puede tener lugar la institución procesal

1
ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2000, p. 159.
2
CORTÉS DOMÍNGUEZ, Valentín y otros. Derecho Procesal Penal, Editorial Tirant lo Blanch,
Valencia, 2005, página 163.

4
de la conformidad. No se requiere para su procedencia y ulterior aceptación que las partes
acusadas también se allanen a la pena pedida y a la reparación civil solicitada por los
acusadores. Sólo se condiciona –como mínimo imprescindible– a la conformidad con los hechos
acusados. El imputado ha de aceptar haber cometido los hechos acusados, que es lo que como
dato inicial relevante ha ocurrido en el caso de autos. Pero tal aceptación no es lo único que ha
ocurrido. En efecto, en función, de un lado, a la naturaleza de la pretensión aceptada, y, de otro
lado, al ámbito de disposición expresada por el encausado y su defensa, se está ante una
conformidad absoluta y plena. Se trata, en suma, de un allanamiento–confesión 3, pues no sólo
se aceptaron los hechos, sino que no se cuestionó la pena y la reparación civil.

14°. No obstante lo anterior, corresponde al Colegiado el control jurisdiccional de la


conformidad, por lo que en resguardo de la vigencia del principio de legalidad penal y en
salvaguarda del valor justicia material, de los que en modo alguno está desligado, debe analizar
rigurosamente los alcances jurídicos de los hechos conformados –rige el Principio Iura novit
Curia–. En consecuencia, y sólo en la eventualidad de que se presenten supuestos de atipicidad,
de exención de responsabilidad penal o de no punibilidad, en atención a las exigencias de la ley
penal material, la Sala podrá dictar sentencia absolutoria. En este caso la exclusión de
responsabilidad penal estará definida, como es evidente, no por la inexistencia de los hechos –el
imputado, recuérdese bien, ha realizado la conducta atribuida por el Fiscal y las circunstancias
que la rodearon– sino como resultado negativo del análisis normativo de los presupuestos
generales y concurrentes para la producción del delito. Asimismo, si se presentan circunstancias
modificativas de la responsabilidad penal que determinen una preceptiva atenuación o factores
que niegan o limiten la imputación de derecho civil, el Tribunal podrá dictar una decisión
distinta a la propuesta por la Fiscalía, claro está sin alterar los hechos conformados ni introducir
datos fácticos distintos o novedosos pues se alterarían el principio de contradicción y, en casos
muy graves –si se introducen elementos esenciales–, el principio acusatorio.

15°. El Colegiado así entiende, según los términos descritos en este párrafo, los alcances
jurídicos de la Ejecutoria Suprema Vinculante número 1766–2004, del veintiuno de septiembre
de dos mil cuatro, y del Acuerdo Plenario número 5–2008/CJ–116, del dieciocho de julio de dos
mil ocho4.

§ 2. Los hechos conformados.

16°. En tal virtud, con arreglo a la acusación fiscal, aceptada por el imputado y su defensa, los
hechos que se tienen por establecidos son los siguientes:
A. El acusado Max Alexander Egusquiza Lafora, quien era enamorado de su coacusada
Leslie Katherine Caballero Villanueva– prima de la agraviada– días antes habían
planeado la manera de sustraer a la menor de su casa, secuestrarla a fin de solicitar un
rescate a los padres de la referida menor.
B. Que el día ocho de marzo del año en curso, dan rienda suelta a su macabro plan por lo
que proceden a darle tres pastillas de Alprazolam mezclado con un refresco Cifrut,
siendo el plan de ambos que el acusado Egusquiza Lafora se llevaría a la niña dormida a
su casa, pero para ser creíble la coartada del secuestro de la agraviada Tamara por
terceros, previamente le propina un golpe en el labio a su coprocesada Caballero
Villanueva.
C. Aproximadamente a la 13:30 horas, del mismo día ocho de marzo, ya en su vivienda
ubicada en el Villa Magisterial H-46 de la Primera etapa del Asentamiento Humano San
Luis del Distrito de Nuevo Chimbote, el acusado Egusquiza Lafora en el interior del
referido domicilio, este joven sin tener ningún respeto por la vida humana –conforme su

3
GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Penal, Editorial Colex, Madrid, 2007, página 635.
4
No corresponde la votación de las cuestiones de hecho, pues no existe actividad probatoria alguna
dirigida a verificar las afirmaciones de las partes, ello conforme a la Ejecutoria Suprema Vinculante N°
2206–2005/ Ayacucho, del doce de Julio del año dos mil cinco.

5
propia narración– sostiene que al tener a la menor soñolienta empieza a conversar con
ella y decide engañarla para que jueguen a los policías y ladrones, ello con la finalidad
de amarrarla y taparle la boca con cinta adhesiva para que no grite, por lo que una vez
que la inmoviliza, él se pone en la parte posterior de la silla y bordea su cuello con cable
(supuestamente era un cargador de celular) empieza a jalar durante cuatro minutos hasta
causarle asfixia y con ello su muerte, después de ello forra el cuerpo de la menor con
bolsas plásticas y la introduce en el interior de dos sacos, para dirigirse a conseguir una
motocar para que lo pueda trasladar hacia un basural cerca de la Panamericana Norte en
donde finalmente es encontrado su cuerpo.
D. Una vez realizado este hecho llamó a la madre de la menor ya fallecida para solicitarle
dinero por el rescate de la niña realizando este acto en varias oportunidades algunas de
ellas del teléfono público ubicado en Grifo Repsol acompañado por el encausado
Giancarlo Barinotto Lecca, exigiendo a los padres de la menor la suma de setenta mil
nuevos soles, pero ante la infructuosa posibilidad del padre de la menor de conseguir el
dinero requerido, acepta la suma de diecisiete mil quinientos nuevos soles más una
laptop, siendo estos bienes entregados por el padre de la menor cerca a la Plaza Mayor
de Nuevo Chimbote, mientras que el encausado Egusquiza Lafora lo llamó para decirle
que su hija se encontraba al frente al Colegio “Señor de la Vida”, cuando esto sucedía,
él recogía el dinero y la laptop ayudado por un menor de edad, para después de ello
dirigirse a la casa de su coprocesado Barinotto Lecca en donde finalmente se quedó la
mochila conteniendo el dinero y bien dados como pago por su rescate.
E. Al día siguiente Max Egusquiza Lafora sin miramiento alguno acudió normalmente a
clases en la Universidad San Pedro, comprándose un celular, pagó su pensión de
enseñanza, entregó dinero a su padre Isaac Egusquiza Espinoza y le prestó dinero a una
amiga.

Capítulo 2
Fundamentos de Derecho – subsunción típica
§ 1. Propuesta de la acusación.
17°. El señor Fiscal Superior en su acusación fiscal de fojas dos mil ciento sesenta a dos mil
ciento sesenta y cinco, aclarada mediante dictamen de páginas dos mil ciento sesenta y nueve a
dos mil ciento setenta, tipificó los hechos como delito de extorsión en la modalidad de secuestro
extorsivo con subsecuente muerte, sancionado en el artículo 200º, incisos a) y c) del último
párrafo del Código Penal.
Corresponde en este acápite realizar el juicio de tipicidad.

§ 2. El delito de extorsión en la modalidad de secuestro extorsivo con subsecuente


muerte.
18°. El delito de extorsión es de naturaleza pluriofensiva, por atentar contra bienes jurídicos
diversos, como la libertad física y psíquica de las personas, así como el patrimonio, siendo este
último bien jurídico el relevante; para su consumación es necesario que él o los agraviados
hayan cumplido con todo o con parte de la ventaja económica indebida, esto es, que el sujeto
pasivo haya sufrido detrimento de su patrimonio5.

19°. De ello se desprende que el sujeto activo puede ser cualquiera, que el sujeto pasivo puede
ser cualquier persona natural ya sea como particular o representante de una institución pública o
privada, que se utilice como medio de comisión la violencia o amenaza, que esta conducta tenga
como fin el de obtener una ventaja económica indebida u otra ventaja de cualquier naturaleza,
pero que igualmente vulnere el patrimonio del sujeto pasivo, teniendo como elemento subjetivo
al dolo.

5
Ejecutoria Suprema del 4/5/2000, Exp. Nº 180-2000 Cono Norte de Lima. ROJAS VARGAS, Fidel,
Jurisprudencia Penal y Procesal Penal, Lima, Idemsa, 2002, p.659.

6
20°. Esto es, en la extorsión, el sujeto activo en su directo beneficio o de un tercero, haciendo
uso de la violencia o amenaza compele, impone o somete al sujeto pasivo a realizar la entrega
de un beneficio cualquiera en contra de su voluntad. Le compele a realizar una conducta que
normal y espontáneamente no haría6.

21°. En cuanto a la amenaza, coincidimos con lo sostenido por el autor nacional Ramiro Salinas
Siccha, quien sostiene que para evaluar y analizar el delito de extorsión debe tenerse en cuenta
el problema de la causalidad entre la acción intimidante y el acto extorsivo, la constitución y las
circunstancias que rodean al sujeto pasivo, por lo que no es necesario que la amenaza sea seria y
presente, sino que sólo será necesario verificar su la capacidad psicológica de resistencia del
sujeto pasivo ha quedado suprimida o sustancialmente enervada, donde la amenaza tendrá
eficacia según las condiciones y circunstancias existenciales del sujeto pasivo, donde el
juzgador no tendrá otra cosa que determinar si la víctima tuvo serios motivos para convencerse
que solo su aceptación de entregar la ventaja indebida que se le solicite evitará el daño
anunciado y temido7.

22°. Dentro de las circunstancias que agravan el desvalor de la conducta delictiva de extorsión
se tienen las prescritas en el octavo párrafo del artículo 200° del Código penal, donde se precisa
que la pena será de cadena perpetua si a) el rehén es menor de edad o mayor de setenta años,
esto es, si se ha privado de su libertad ambulatoria a una persona menor de dieciocho y mayor
de setenta años de edad con la finalidad de conseguir una ventaja indebida de sus padres o de
terceros que tengan estrecha vinculación con el secuestrado 8; y, c) si la víctima resulta con
lesiones graves o muere durante o como consecuencia de dicho acto, donde la muerte del rehén
puede producirse a título de dolo o de culpa.

23°. Resulta pertinente agregar lo sostenido por la Corte Suprema, respecto al delito de
secuestro extorsivo, en la ejecutoria R.N. N° 488-2004 del siete de mayo del año dos mil
cuatro, en cuanto a que en el delito de extorsión en su modalidad de secuestro extorsivo, se
mantiene como rehén a una persona a fin de obligar a la parte agraviada a otorgar un rescate;
esto es, una ventaja económica indebida para liberar al retenido, de suerte que el sujeto pasivo
del delito es el titular del patrimonio afectado, el secuestrado es el sujeto pasivo de la acción que
precisamente es la finalidad perseguida por el sujeto activo, donde la privación de libertad es un
medio para la exigencia de una ventaja económica indebida, de un rescate, que es un caso
especial de un propósito lucrativo genérico.

24°. De los hechos conformados, materia de la acusación fiscal escrita, se tiene, que
efectivamente, el imputado Egusquiza Lafora privó de su libertad a la menor Tamara Valery
Caballero Soto, luego de sacarla de su domicilio, llevándola a su vivienda ubicada en la Villa
Magisterial H-46 primera etapa del Asentamiento Humano San Luis del Distrito de Nuevo
Chimbote, lugar donde finalmente le quitó la vida, para lo cual primero la sujetó a una silla
mediante cinta adhesiva, la inmovilizó y amordazó con la misma cinta, la puso de espaldas a la
cama, bordeó su cuello con un cable y ejerció presión por aproximadamente cuatro minutos,
logrando asfixiarla, y que luego de constatar que se encontraba sin vida, amarró el cuerpo en
posición cúbito lateral, para lo cual utilizó una serie de elementos –como cables eléctricos y
pasadores–, envolviendo el cuerpo con una bolsa para basura y luego se dirigió hasta la
carretera panamericana a la altura del Pueblo Joven San Luis, lugar donde arrojó el cuerpo de la
víctima, posteriormente a ello realizó las llamadas extorsivas al agraviado Juan César Soto
Melgar, llegando a negociar el rescate de la menor que ya se encontraba fallecida, pactando en
la suma de diecisiete mil quinientos nuevos soles y una laptop, posteriormente instruyó al
mencionado agraviado a que deje el dinero del rescate a espaldas de la catedral de Nuevo
Chimbote, dinero y bien que fueron a parar a poder del imputado Egusquiza Lafora, quien

6
SALINAS SICCHA, Ramiro, Derecho Penal. Parte Especial. Tercera edición. Iustitia – Grijley. Lima,
2008, p. 1111.
7
SALINAS SICCHA, et al, .Derecho Penal. Cit. p. 1113.
8
SALINAS SICCHA, et al, .Derecho Penal. Cit. p. 1122.

7
luego procedió a disponer de parte del dinero y bien ilícitamente obtenidos. Para ello, el
mencionado encausado Egusquiza Lafora contó con la participación de otras personas en el plan
criminal orientado a obtener rescate por el secuestro de la menor finalmente victimada.

25°. Como fluye de la acusación –y de la respectiva conformidad del imputado Egusquiza


Lafora-, fue éste y otras personas quienes tomaron la decisión de secuestrar a la menor
agraviada Tamara Valery Caballero Soto para solicita un rescate a sus padres y, además,
determinaron su modo de ejecución.

26°. Se trata, en suma, de la evidente comisión consumada de un delito de extorsión en la


modalidad se secuestro extorsivo con subsecuente muerte de la menor Tamara Valery Soto
Caballero.

27°. En tal virtud, se acepta como tal la tipificación propuesta por la Fiscalía y la condición de
autor de Max Alexander Egusquiza Lafora.

Capítulo 3
DETERMINACIÓN DE LA PENA Y DE LA REPARACIÓN CIVIL
§ 1. Determinación judicial de la pena.
28°. Como lo ha señalado la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la
República en sus sentencias de fecha siete de abril último, recaída en la causa número AV–19–
2001, de fecha veinte de julio del año en curso, correspondiente al proceso número AV–23–
2001, y de fecha treinta de septiembre del año en curso, correspondiente al proceso número
AV–33–2003, la función esencial que cumple el procedimiento de determinación judicial de la
pena en un fallo de condena es identificar y decidir la calidad e intensidad de las consecuencias
jurídicas que corresponden aplicar al autor o partícipe culpable de un delito. Se trata, por tanto,
de un procedimiento técnico y valorativo de individualización de sanciones penales que debe
hacerse en coherencia con los principios de legalidad, lesividad, culpabilidad y proporcionalidad
–artículos II, IV, V, VII y VIII del Título Preliminar del Código Penal– y bajo la estricta
observancia del deber constitucional de fundamentación de las resoluciones judiciales.

29°. La determinación judicial de la pena se estructura y desarrolla en dos etapas secuenciales.


En la primera etapa se deben definir los límites de la pena o penas aplicables, lo cual se cumple
con la identificación de la pena básica o espacio punitivo que comprende un mínimo o límite
inicial y un máximo o límite final. En la segunda etapa, el órgano jurisdiccional, atendiendo a la
presencia de circunstancias atenuantes y agravantes, reguladas legalmente, y que están presentes
en el caso, individualiza la pena concreta aplicable al autor o partícipe culpable del delito, pero
sin exceder los límites prefijados por la pena básica.

30°. En el presente caso la pena conminada para el delito de secuestro extorsivo con
subsecuente muerte es la de cadena perpetua.

31°. Por consiguiente, la pena básica para el caso sub iudice, como se ha mencionado, es la de
cadena perpetua, conforme a lo señalado por el artículo 200°, incisos a) y c) del último párrafo
del Código Penal. Que en relación a este tipo de pena, cabe considerar la sentencia del Tribunal
Constitucional, emitida en el expediente N° 003-2005-PI/TC, de fecha nueve de agosto del año
dos mil seis (fundamentos jurídicos 16 y 17), donde se reconoce la constitucionalidad de la
pena de cadena perpetua y se menciona “[…] la política de persecución criminal de un Estado
constitucional democrático no puede distinguir entre un Derecho penal de los ciudadanos y un
Derecho penal del enemigo; es decir, un Derecho penal que distinga, en cuanto a las garantías
penales y los fines de las penas aplicables, entre ciudadanos que delinquen incidentalmente y
desde su status en tanto tales, de aquellos otros que delinquen en tanto se ubican extramuros del
Derecho en general y son, por ello, considerados ya no ciudadanos sino más bien enemigos.
Para los primeros son aplicables los fines constitucionales de las penas antes aludidas, mientras

8
que para los segundos, no cabe otra alternativa más que su total eliminación. Evidentemente,
esta concepción no puede ser asumida dentro de un Estado que se funda, por un lado, en el
derecho-principio de dignidad humana y, por otro lado, en el principio político democrático.  No
obstante, ello no quiere decir tampoco que el Derecho penal constitucional se convierta en un
Derecho penal "simbólico“, sino que debe responder eficazmente, dentro del marco
constitucional establecido, frente a la afectación de los bienes constitucionales –que también el
Estado constitucional de Derecho tiene la obligación de proteger– aplicando el principio de
proporcionalidad de las penas y respetando las garantías constitucionales del proceso penal y
buscando, siempre, la concretización de la reeducación, rehabilitación y reincorporación del
penado a la sociedad. En ese sentido, la cadena perpetua, sin posibilidades de revisión ( lo que
ahora si se permite), no es conforme con el derecho-principio de dignidad de la persona humana
ni tampoco con los fines constitucionales de las penas. De ahí que la ejecución de política de
persecución criminal del Estado se debe realizar, necesariamente, respetando los principios y
valores constitucionales así como los derechos fundamentales de las personas. Precisamente, la
superioridad moral y ética de la democracia constitucional radica en que ésta es respetuosa de la
vida y de los demás derechos fundamentales, y en que en su seno las ideas no se imponen con la
violencia, la destrucción o el asesinato. El Estado de Derecho no se puede rebajar al mismo
nivel de quienes lo detestan y, con sus actos malsanos, pretenden subvertirlo […]” 9 10.

32°. Para la individualización de la pena concreta se aprecian las siguientes circunstancias


agravantes, que están reguladas en el artículo 46º del Código Penal:
A. La naturaleza de las acciones ilícitas realizadas de modo premeditado y planificado, dirigidas
a lesionar el patrimonio de los padres de la agraviada; así como hacia el deliberado propósito de
afectar los derechos a la libertad y vida de la agraviada.
B. La intervención, concertada y coordinada, en la ejecución de los hechos delictivos, de una
pluralidad de personas que actuaron con el acusado.
C. La extensión del daño ocasionado como es la vida de la menor agraviada.

33°. Para la individualización de la pena concreta este Colegiado debe evaluar también,
primero, si resulta de aplicación un efecto atenuante por el allanamiento–confesión del acusado;
y segundo, los efectos premiales de la conformidad, conforme al Acuerdo Plenario número 5–
2008/CJ–116, del dieciocho de julio de dos mil ocho, fundamento jurídico 23. En cuanto al
allanamiento–confesión del acusado, según las bases establecidas en el Acuerdo Plenario antes
invocado, desde sus fundamentos político criminales, requiere del cumplimiento de requisitos
externos e internos a la vez que su ratio es la facilitación del esclarecimiento de los hechos
delictivos, que sea relevante para efectos de la investigación de los mismos, a la par que
evidencie una voluntad de colaboración, esto es, de coadyuvar a los fines del proceso. Sólo de
esta manera se concilian y reducen agravios y se aminora la tensión social que el delito
ocasiona. De no ser así, no se presentará un comportamiento post delictivo parcialmente
compensador de la culpabilidad en que se incurrió y no se manifestará un comportamiento con
un sentido constructivo de negación en parte del hecho punible cometido, a la vez que una
actitud del autor a favor de la ratificación de la vigencia de la norma vulnerada. En el presente
caso, el reconocimiento de ser autor de los hechos punibles imputados, que realizó el acusado en
su primera intervención durante el juicio oral, no contribuyó a la facilitación del esclarecimiento

9
El Tribunal Constitucional no declaró la inconstitucionalidad de la pena de cadena perpetua, bajo el
criterio de que todas las objeciones que suscitaba su establecimiento en el sistema penal podían
subsanarse si se introducía una serie de medidas que revirtieran su carácter intemporal, por lo que la
sentencia que se dictó fue de una de mera incompatibilidad, en la que únicamente se exhortaba al
legislador para que realice las modificaciones legislativas pertinentes, las cuales se efectuaron mediante
el Decreto Legislativo 921, cuyo artículo 1º incorporó la institución de la revisión de la pena de cadena
perpetua al cumplirse los 35 años de privación de libertad. Asimismo, el Tribunal observó que en virtud
del artículo 4º del mismo Decreto Legislativo 921, se dispuso la incorporación de un Capítulo en el
Código de Ejecución Penal, denominado "Revisión de la Pena de Cadena Perpetua", que tiene por
finalidad precisar el procedimiento de dicha revisión.
10
El añadido en cursiva es nuestro.

9
y definición consiguiente del delito objeto del proceso, considerando los abundantes elementos
que obran en autos y la sindicación efectuada por parte de sus coimputados. Por tanto, no cabe
aplicar prudencialmente un efecto atenuante a dicho allanamiento– confesión. En lo referente al
beneficio premial por sometimiento a la conformidad procesal, la consecuencia jurídica es otra,
distinta de la apreciada en el caso del allanamiento–confesión. El Acuerdo Plenario número 5–
2008/CJ– 116, del dieciocho de julio de dos mil ocho, ha declarado en vía de integración
jurídica –analogía– que toda conformidad procesal, si reúne los requisitos legalmente
establecidos, tiene como efecto jurídico favorecedor el beneficio de reducción de la pena. La
reducción de la pena que conlleva la conformidad procesal siempre será menor de la sexta parte
fijada en el vigente artículo 471° del Nuevo Código Procesal Penal referido al proceso especial
de terminación anticipada –fundamento jurídico 23°, primer párrafo, del Acuerdo Plenario
número 5–2008/CJ–116–, y sólo atiende a razones de simplificación y economía procesales. Sin
embargo este beneficio premial es potestativo, pues en el caso concreto hay circunstancias
agravantes.

34°. Que, asimismo en relación a la alegada confesión sincera, según lo dispuesto por el artículo
136° del Código de Procedimientos Penales, para que pueda ser considerada como atenuante de
orden procesal, la declaración del imputado, debe reunir ciertos requisitos como reconocer ser
autor o partícipe de un delito o una falta, ser prestada en forma espontánea, oportuna, veraz y
coherente, ante una autoridad competente y con las formalidades y garantías correspondientes;
que en el presente caso no se puede aplicar tal beneficio procesal al imputado pues no ha dado
versiones uniformes durante el proceso respecto a la realización de los hechos 11, asimismo no ha
contribuido al esclarecimiento del delito y de otro lado, debe tenerse en cuenta que su versión
autoinculpatoria fue proporcionada como consecuencia de haber sido detenido por mandato
judicial –ver páginas ciento seis a ciento ocho- ,a lo cual cabe considerar el último párrafo del
artículo 136° referido, donde se precisa que para el delito de extorsión –previsto en el artículo
200° del Código Penal– no opera la reducción.

35°. Que en relación a la edad del imputado Egusquiza Lafora, si bien el mismo contaba con
diecinueve años de edad al momento de la comisión de los hechos materia de proceso –ver
página ciento cuarenta y uno-, no le resulta aplicable la atenuante de la imputabilidad restringida
por razón de la edad, pues según lo dispuesto por el último párrafo del artículo 22° del Código
Penal, ésta circunstancia atenuante se excluye cuando el agente haya incurrido en delito
sancionado con pena de cadena perpetua, como en el presente caso.

36°. Que si bien el imputado alega haberle quitado la vida a la menor agraviada Tamara Valery
Soto Caballero luego de haber consumido drogas, ello no se corrobora con lo consignado en el
reconocimiento médico legal de página ciento veintidós, por ende tampoco puede considerarse
tal circunstancia12.

11
En su manifestación –obrante de páginas veintiocho a veintinueve– reconoció que fue él quien
elaboró el plan criminal para extorsionar a los agraviados Soto Melgar y Caballero Domínguez –padres
de la agraviada– mediante el secuestro de la menor Tamara Valery Soto Caballero; en la ampliación de
páginas cuarenta y cuatro a cincuenta, agregó que todo lo había planificado una semana antes;
posteriormente en su instructiva de páginas ciento sesenta y nueve, continuada de páginas doscientos
cincuenta y dos a doscientos sesenta y cinco, refirió que Leslie Katherine Caballero Villanueva, bajo el
argumento de estar embarazada lo presionaba para obtener dinero y que fue ella quien le propuso sacar
a la menor Tamara y pedir dinero a su tía; luego en su declaración de páginas ochocientos treinta y
cuatro a ochocientos cuarenta y cuatro, agregó que su padre –el coimputado Egusquiza Espinoza– le
dijo, que secuestrara a la menor agraviada y para ello la metiera en un cuarto y que llevara a Leslie a su
casa para conversar sobre el secuestro. De todo ello se aprecia que el acusado Egusquiza Lafora ha
venido variando de versión según avanzaban las investigaciones.
12
Lo que a su vez coincide con el resultado del dictamen pericial toxicológico de páginas dos mil
diecisiete, donde las muestras obtenidas del imputado Egusquiza Lafora dieron negativo para alcaloides
(cocaína), marihuana, benzodiazepina y fenotiazinas.

10
37°. Si bien el beneficio allanamiento–confesión es premial como se ha indicado en el numeral
treinta y tres; sin embargo, este Colegiado considera que éste es potestativo, pues haciendo un
juicio de ponderación de atenuantes y agravantes, dado el tipo de personalidad psicopática que
ostenta el acusado y su comportamiento exteriorizado conforme a esa personalidad en todo el
proceso de ejecución del delito incriminado, sopesando también con la seguridad social a la que
aspira el Derecho penal, consideramos que no es aplicable dicho beneficio premial. Conforme
así se aprecia tanto de la evaluación psiquiátrica como el protocolo de pericia psicológica
practicados al imputado Egusquiza Lafora y el correspondiente examen de los peritos que
efectuaron la evaluación psiquiátrica –ver páginas mil doscientos sesenta y seis a mil
doscientos noventa y cuatro, mil cuatrocientos noventa y seis a mil quinientos cuatro y mil
ochocientos setenta y ocho a mil ochocientos noventa y siete, respectivamente- , siendo que en
el primero de ellos se precisa que el indicado imputado presenta psicopatía (desorden
psicopático de la personalidad), inteligencia clínicamente dentro de los parámetros normales, sin
alteraciones psicopatológicas de trastorno mental que el impida darse cuenta de la realidad,
siendo consciente de los actos que realiza, con una validación de su testimonio probablemente
increíble o poco creíble (30.60%); en la pericia psicológica se anota que el referido acusado
tiene una actitud manipuladora con tendencia mitomaniaca, escaso sentimiento de culpa,
inseguridad y ambivalencia afectiva, pérdida de la autoestima, pobre estructuración moral
(desajustes de la personalidad), disfuncionalidad familiar severa, angustia y ansiedad y
personalidad de tipo antisocial (psicopatía primaria), y en el examen de los peritos que
efectuaron la evaluación psiquiátrica a Max Alexander Egusquiza Lafora se precisó que dicha
evaluación tiene un grado de certeza del noventa y cinco por ciento, que “…el psicópata es
psicópata desde que nace hasta que muere, si es joven robara carteras, si es mayor será jefe de
bandas, no hay ningún tratamiento para los trastornos de la personalidad…”, añadiendo que “…
el psicópata no puede rehabilitarse, “el psicópata no se va a enamorar no va a sentir
arrepentimiento, no siente pena, lástima…”, posteriormente señalaron que no hay grados de
psicopatía “…mientras más inteligente es más peligroso eso depende de la edad, del entorno y
del número de criterios que cumplan que como ya se ha referido basta la concurrencia de cuatro
criterios. No es lo mismo que tenga cuatro a que tenga treinta y ocho, hay tres formas de
evaluar; el evaluado cumple todos los criterios, lo hemos pasado por tres listas, reúne todas las
características, el evaluado es muy peligroso, rápidamente se camufla para pasar desapercibido
dentro de la sociedad, nadie los descubre, en eso estriba la peligrosidad de esa persona…”, y
además se menciona “…la inteligencia es parte de la salud mental, sobre la personalidad se
pueden aparecer otros trastornos, no es al revés, el piensa calcula como cualquier otro de su
grupo promedio, en el evaluado si fuera una persona brillante habría cometido crímenes antes y
perfectos…”, “…la psicopatía es una forma de personalidad y es propia de la persona, sino tiene
valores no hay nada que pueda ver afectado, el evaluado tiene una escala de valores diferente a
la nuestra, ejemplo una persona normalmente que necesita dinero trabaja para obtenerlo, el
psicópata piensa para que voy a trabajar tanto tiempo si en diez minutos puedo robarlo o puede
prostituir a un familiar y obtenerlo”.

38°. Ahora bien, en atención a lo expuesto, es evidente que en el caso materia del proceso se
detecta una concurrencia compatible de circunstancias agravantes – modo de ejecución– y
atenuante [conformidad), por lo que el órgano jurisdiccional deberá de compensar en la
definición de la pena a imponer al acusado los efectos punitivos de unas y otras. Esto es, la
extensión de la pena concreta tiene que reflejar la efectividad y valoración de todas las
circunstancias concurrentes, que en el caso concreto no es otra que la pena de cadena perpetua.

39°. Conforme, estando a la naturaleza de la pena de cadena perpetua, no corresponde


considerar lo prescrito por el artículo 47° del Código Penal, en cuanto al abono para el cómputo
de la pena privativa de libertad impuesta del tiempo de detención que haya sufrido el acusado -a
razón de un día de pena privativa de libertad por cada día de detención-.

§ 2. Determinación de la reparación civil.

11
40º. La reparación civil –que nace del acto u omisión ilícito–, según jurisprudencia consolidada
de la Corte Suprema, se determina en atención al principio del daño causado (Ejecutoria
Suprema número 7– 2004/Lima Norte, del siete de diciembre de dos mil cuatro). Debe guardar
proporción con el daño y perjuicio irrogado a las víctimas (Ejecutoria Suprema número 3755–
99/Lima, del quince de diciembre de mil novecientos noventa y nueve). Ahora bien, el objeto
civil, por su propia naturaleza, tiene un carácter privado, patrimonial –circunscrito a la
restitución, reparación e indemnización– y contingente 13. Está sujeto, además, al principio
dispositivo –una de cuyas manifestaciones estriba en la terminación del proceso a través de la
renuncia, el allanamiento o la transacción; la conformidad es, precisamente, un allanamiento a
la pretensión de las partes acusadoras, con mayor énfasis en lo civil en el que se tiene plena
disponibilidad sobre el derecho subjetivo que se discute en la causa–. Lo que se produce en sede
penal con el ejercicio de la acción civil es, simplemente, una acumulación heterogénea de
procesos –penal y civil– en un procedimiento único, cada uno informado por sus propios
principios, con fundamento en la economía procesal –y el no dividir la continencia de la
causa14–, en el que se dictará una única sentencia, la cual contendrá dos pronunciamientos, uno
penal y otro civil15. La naturaleza privada de la reparación civil permite, a su vez, que las partes
puedan disponer sobre su objeto, que es lo que ha sucedido en el presente caso, por lo que ha de
estarse a sus propios términos. La acción civil reconoce el poder de las partes de disponer de sus
derechos privados y tiene un ámbito casi absoluto, sólo limitado por el orden público y el
perjuicio posible a terceros. El imputado, en este caso, en virtud del allanamiento, como
modalidad de la conformidad postulada, y en tanto supone la sumisión del acusado a la
pretensión del actor –en este caso de la Fiscalía Superior–, ha puesto fin al extremo en cuestión.
En tal virtud, debe fijarse la reparación civil en los extremos propuesto por la parte acusadora 16.

41º. En esta causa, como ha quedado expuesto, la Fiscalía Superior en la acusación de páginas
dos mil ciento sesenta a dos mil ciento sesenta y cinco, aclarada mediante dictamen de páginas
dos mil ciento sesenta y nueve a dos mil ciento setenta, solicitó el pago de treinta mil nuevos
soles por concepto de reparación civil a favor de los agraviados Tamara Valery Soto Caballero,
Zulema Raquel Caballero Domínguez y Julio César Soto Melgar. Debiendo considerarse la
condición de occisa de la primera de las nombradas, por lo cual la reparación civil debe ser
fijada a favor de sus herederos legales.

42°. El imputado y su defensor al conformarse con este extremo, tal como consta del acta de
debate, obligan al Colegiado a aceptar sus términos e imponer la reparación civil tal como ha
sido conformada, sin modificación posible. Así está estipulado, por lo demás, en el Acuerdo
Plenario número 5– 2008/CJ–116, del dieciocho de julio de dos mil ocho, párrafos 24° al 26° y
decisión 8°.

PARTE TERCERA
DECISIÓN
43º. Por estos fundamentos, administrando justicia a nombre de la Nación y con el criterio de
conciencia que la Ley autoriza, los señores Jueces integrantes de la Primera Sala Penal de la
Corte Superior de Justicia del Santa; F A L L A N:

13
FLORIÁN, Eugenio. Elementos de Derecho Procesal Penal, Bosch, Casa Editorial, Barcelona, 1934,
página 207.
14
ARMENTA DEU, Teresa. Lecciones de Derecho Procesal Penal, Editorial Marcial Pons, Madrid,
2007, página 116.
15
MONTERO AROCA, Juan. Proceso Penal y Libertad, Editorial Thomson Civitas, Madrid, 2008,
páginas 352/354.
16
Ello conforme a los criterios expuestos por la Sala Penal especial de la Corte Suprema de Justicia en el
expediente número AV-33-2003, de fecha treinta de septiembre del año en curso.

12
44º. CONDENANDO a Max Alexander Eguzquiza Lafora cuyas generales de ley aparecen
descritas en la parte introductoria de la presente sentencia, como autor del delito contra el
patrimonio – extorsión en la modalidad de secuestro extorsivo con subsecuente muerte – en
agravio de la menor Tamara Valery Soto Caballero; asimismo en agravio de sus padres Zulema
Raquel Caballero Domínguez y Julio César Soto Melgar. En tal virtud, le IMPUSIERON la
pena de cadena perpetua, ordenando que la misma se cumpla en el Establecimiento que
establezca la autoridad penitenciaria, haciendo presente que viene siendo privado de su libertad
desde el día diez de marzo del año dos mil nueve.

45°. FIJARON en treinta mil nuevos soles la reparación civil deberá pagar el sentenciado Max
Alexander Egusquiza Lafora a favor de los herederos legales de la agraviada Tamara Valery
Soto Caballero, asimismo a favor de los agraviados Zulema Raquel Caballero Domínguez y
Julio César Soto Melgar, correspondiéndoles en forma proporcional.

46° ORDENARON que continúe el juzgamiento contra los acusados Giancarlo Silvestre
Barinotto Lecca, Leslie Katherine Villanueva Caballero e Isaac Alexander Egusquiza Espinoza.

47°. MANDARON que firme que sea la presente sentencia se inscriba en el Registro
respectivo, se remitan los testimonios y boletines de condena; así como se envíen copias
certificadas de la presente, por triplicado, a la autoridad penitenciaria para los fines legales
correspondientes. Hágase saber en audiencia pública y tómese razón donde corresponda.

Ss.

APAZA PANUERA LOMPARTE SÁNCHEZ ESPINOZA LUGO


PRESIDENTE DIRECTOR DE DEBATES JUEZ SUPERIOR

13

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