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g avia
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XI revista
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p a l a b r a s d e m á s
XX
Hanz Medrano 86 FEBRERO D E 2 0 10
N Ú M E R O 6
Canto al Apaporis r e v i s t a g a v i a @
En el justo tiempo udistrital.edu.co
Fanny Muños Reyes 88 Los textos presentados en la siguiente
publicación expresan la opinión de
sus respectivos autores y la revista no
se compromete directamente en la
opinión que éstos puedan suscitar.
. .. . . .. .
e d i t o r i a l
Alternancias apocalípticas en espacios simbólicos
Cuando un artista crea una imagen, siempre está también superando su pen-
samiento, que es una nada en comparación con la imagen del mundo captada
emocionalmente, imagen que para él es una revelación. Pues el pensamiento es
efímero; la imagen, absoluta. Lo bello queda oculto a los ojos de aquellos que no
buscan la verdad. Precisamente el vacío interior de quien percibe el arte y lo juzga
sin estar dispuesto a reflexionar sobre el sentido y la finalidad de la existencia de
éste, ese vacío seduce más de la cuenta y lleva a una fórmula vulgar y simplista,
al ¡no gusta! o ¡no interesa!, el argumento de quien ha nacido ciego y pretende
describir el arcoíris.
Andrei Tarkovski
Tarkovski vincula la verdad con la reflexión, esta reflexión viene del latín
«reflexĭo» que significa el reflejarse, también el tomar una curva o desviarse –sin
malentender lo que quiere decir–. La interpretación aparente del arte como imagen
que representa el mundo es sólo un vistazo de éste, tanto quien lo crea (el artista)
como su reproductor (el lector) tienen que revelarlo, “correr el velo”. Además de
esto, buscar la verdad involucra también reflexionar, desviarse del mundo e inmis-
cuirse en lo humano.
Ahora bien, conscientes de lo dinámico del pensamiento y sin negar una tradi-
ción gaviera de escritos creativos en las secciones de Poesía y Cuento; o nuestro
acuerdo con la construcción académica en Ensayo; proponemos para el lector ávi-
do una nueva sección llamada Palabras de más, donde la relación simbiótica entre
la escritura y el pensamiento se manifiesta de otra forma en textos otros –todos al
margen de los géneros canónicos– donde la opinión cuenta, donde la lectura ofrece
múltiples significaciones. Gavia quiere revelar a ustedes la creación, la imagina-
ción y la escritura comprometidas, abonando el campo para la reflexión y trans-
formación hacia una realidad alterna a través de la labor intelectual y académica;
abrirlos más allá de quienes tuvieron la necesidad, como al comienzo nos recuerda
Tarkovski, reflexionando el sentido y la finalidad de la existencia y así mostrar un
nuevo horizonte.
Gavieros
Escritora
Invitada
El del
Abuelo
Adriana Menéndez*
(Buenos Aires, Argentina, 1965)
Ella las pudo dominar hasta ese día, una semana atrás. Era sor-
prendente que una mísera, triste y sucia tirita de cartón en la que
se dibujaban dos rayitas rosadas tuviera semejante poder. Un
positivo que no era otra cosa que la negatividad misma. Impen-
sado. Imposible. Innombrable. Innecesario. El hijo y el hecho
repetido una y mil veces que lo había engendrado.
*
Escritora invitada, se ha desempeñado como traductora literaria de inglés. Ha publicado
hasta este momento tres libros de cuentos: Un poquito de smog (Editorial Distal, 2001),
Maquiavelos y estafados (Editorial Simurg, 2004) y Huracán en la garganta (Grupo Editor
Latinoamericano, 2008). Correo electrónico: adrimen2000@gmail.com
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quién atacar ya que, desesperadas y medio ciegas, no la ––Un último esfuerzo es lo que les pido, nada más. Hasta
reconocerían y terminarían devorándola por ser la úni- que no empezó a hablar en voz alta, no se dio cuenta de
ca a la vista. la bronca que tenía.
Todos se habían ido de un modo u otro. El padre acci- Un sonido seco la hurtó de sus pensamientos. El cu-
dentado y, tal vez, accidental. La madre, que en otro acto chillo que había dejado sobre la mesa la miraba desde
de extremo egoísmo, se había muerto cuando ella más la el piso. El gato y el abuelo dormían plácidamente en
necesitaba. Las amigas que, desde la ignorancia absoluta el sillón del living como ella hacía noches no podía.
sólo demandaban. No cabía duda de que era una señal. Dios se lo había
puesto ahí a sus pies y parecía gritarle “no seas cobar-
El único que siempre estaba era el abuelo. Cuando a los de, terminá con esto de una buena vez”. Se paró y le
doce años quedó sola, se la llevó a vivir con él. La aten- dio un beso en la frente al abuelo, despidiéndose. Lo
dió, se hizo cargo de su educación, le dio la seguridad iba a extrañar.
que le hacía falta. Ella sabía que si estaba el abuelo nada
demasiado malo podía sucederle. A cambio, se había Se vistió y escribió una carta explicando el porqué del
comprometido a cuidarlo hasta su muerte y a hablar suicidio y confesando todo lo que había hecho. Fir-
poco. Por eso no quería decirle mó como Bartolomé Miran-
nada. Al fin y al cabo, sentía da. Cerró todas las ventanas,
que la culpa era de ella por no abrió las llaves de gas y agarró
haberse cuidado. el gato. Salió a la calle, tomó
un taxi y en silencio entregó el
Se lo había contado sólo a la ve- papelito con la dirección.
cina, la misma que le vendía los
cigarrillos prohibidos, quien, a
su modo, trató de ayudarla. Le
dio un papelito con una dire-
cción.
Absencia
tener una excusa. Es un rectángulo hacia arriba que
entonces se extiende y, de pronto, se ahueca en forma
de boca, de órbita rota, de voluntad agrietada. Noto
que quiere devorarme, lo escucho remorderse a sí mis-
Carolina Ochoa G. mo en sus gritos, en su ansiedad por mi cuerpo; pide
que se levante, olvidándose de su piel mustia, su ma-
Estudiante de Literatura, VIII semestre, triz estéril, sus miembros ateridos, su existencia añeja;
Pontificia Universidad Javeriana. Correo pide mis labios, mi hambre, mi sed; pide mi llanto.
electrónico: macarolina8a@hotmail.com Pero únicamente logró estremecerme tras el estrépito,
y la mueca horrenda de aquella abertura me causa risa.
¿Cómo decirle a quien nos abandona He advertido que estoy recostada en posición fetal ha-
o a quien abandonamos cia el lado derecho con la cabeza sobre la almohada:
que agregarle otra ausencia a la ausencia tengo el brazo entumido y las piernas encalambradas
es ahogar todos los nombres
por el peso de las cobijas; la respiración se me dificulta
y levantar un muro
un poco, me duele algo al interior de las costillas.
alrededor de cada imagen?
De un momento a otro, sin conocer explicaciones, la
Roberto Juarroz
luz del sol que atenta contra la ventana empieza a ca-
lentar demasiado; su figura me recuerda a las lámparas
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−generalmente averiadas- cuyos bombillos encendi- de origen. Esta espera inenarrable, esta tensión de todo el
dos llegan al punto de querer estallar en pedazos. El ser, este viejo hábito de esperar a quien sé que no va a venir.
calor me agobia, los rayos lumínicos parecen traspasar
las cortinas cerradas para quemar mi cadáver yacente; Tras un esfuerzo largo los motores de todo movimiento
lo que al principio era −incluso bajo mis circunstan- se suspenden, algo late debajo del tapete, algo escucha
cias− el cálido despertar del amanecer, se ha vuelto entre las paredes. Todo es oscuro, todo es remotamen-
un abrasar terrible, un baño de fuego. El peso de las te ciego y estúpido. Me arrastro hacia cualquier dire-
cobijas me asfixia, he dejado de sentir las piernas. cción con gran atrevimiento, diría, pues mis manos,
“Mátame”. Cierro los ojos un instante y los abro: al débiles, tienden a hundirse y a avanzar fatigosamente;
frente, la puerta nuevamente es una mueca burlona la inmunda masa de mi cuerpo se extiende hasta gol-
que convulsiona en carcajadas. No entiendo su risa. pearse contra la desembocadura de un ángulo agudo.
De pronto, los espasmos se detienen y una fuerza Ahora me encuentro en un rincón con la cabeza san-
inusitada hace que me escurra a través de las cobijas grante, las manos me duelen tenazmente al igual que
hirvientes y caiga al piso como un puñado de arena; las canillas; siento la piel raspada, herida, como si el
mi cuerpo es ahora una masa informe, vulnerable, tapete hubiese sido pavimento en vez. Hay algo aquí
que piensa desesperada dónde asirse para evadir el es- que tiembla. Desde mi abatimiento alcanzo a ver el
truendo; sin embargo, su memoria no tiene recuerdo haz de luz replegándose: reposa más lejos cada segun-
o imagen de la habitación, carece de guía, de mapa: do, quizás, temeroso de mi miedo, huye hacia ambien-
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Día
Natural
Diego Ortiz
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de los humanos, pero detesto la de las focas. Arrastra Irene me observa con plena decepción. El doctor
un poco más cerca su cuerpo. Pateo con toda la fuer- Fields ha abandonado el auditorio. Anneke menea
za su baboso hocico. ¡Te odio foca asquerosa! Las de- su cabeza hacia los lados desaprobando mi comporta-
más han entendido mis palabras. Han comprendido miento. Klauss, con todo su carácter germánico sube
mi gesto. No sé cuántas focas y leones marinos están al estrado, me toma del brazo y me baja arrastrando
sobre mí. Son como una inmensa torre que me hun- conmigo toda mi desolación. Con esa mano callosa
de entre el hielo. El hielo es seco. Quema la piel. No levanta mi rostro y me escupe con su español enrevesa-
duele. Me incomoda el vaho del hocico de una morsa do. ¡Imbécil! Revelaste nuestro secreto. Todos nos sen-
respirándome en la cara. Me cachetea mil veces con timos miserables porque intentamos salvar un mundo
sus aletas como puños de boxeador enceguecido por condenado. Pero eso no lo deben saber ellos. Ellos de-
la ira de una batalla perdida. Me toma la cara entre ben seguir con sus misérrimas vidas, contaminando,
sus aletas. Me habla. ¡Puto mamífero lampiño! ¿Quién matando, talando, quemando, pero sobre todo siendo
te has creído como para arrancarnos la piel y cubrir felices, pues ellos son los del dinero, mi anegado cole-
tu patético cuerpo desadaptado y malformado? ¿Sólo ga. Y a los del dinero se les debe mostrar nuestra falsa
porque caminas en dos patas te crees con el derecho felicidad y no tu asqueroso y muy natural pesimismo.
de pasar sobre nuestros cuerpos y abusar de ellos? ¿Me
quieres matar? ¡¿Me quieres matar?! Tiemblo. No es
el frío. Es el dolor de las palabras de la foca. No estoy
sudando pero mi rostro está totalmente mojado. Lloro
a cántaros. Me siento miserable.
Me siento miserable.
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Un Nobel
tica de Fuego de Carmelita Schicksal, el Necronomicón
anotado por un catedrático de la Universidad de Ar-
kham y una copia pirata del último libro de poemas de
Mario Echeverry. “Con la ternura y la humanidad del
para
mejor Saroyan, de los relatos breves de John Steinbeck,
o de los cuentos italo-neoyorquinos de Mario Puzo”
decía la solapa.
Stallone
Les faltó incluir a Faulkner, pensé con una cierta in-
dignación que creció cuando vi la foto que precedía a
la reseña biográfica de la última página: Stallone apa-
recía musculoso y sin camisa. Es sabido que en general
Ricardo Abdahllah los buenos escritores no tienen músculos.
Señores
Miembros de la Academia Sueca
Academia Sueca
Suecia
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Aunque Hemingway los tenía. Les pido ahora, señores de la Academia, que lean cui-
dadosamente los siguientes fragmentos todos del siglo
Y boxeaba, como Rocky. XX. Todos de novelas neoyorquinas.
Es sabido que es de mal gusto aparecer sin camisa en a) “Vagabundeé mentalmente durante varias semanas,
las fotos de las reseñas. buscando la manera de empezar. Toda vida es inexpli-
cable, me repetía. Por muchos hechos que cuenten; por
Es sabido que ya de por sí aparecer en las fotos de las muchos datos que se muestren, lo esencial se resiste a
reseñas es de mal gusto. ser contado. Decir que fulanito nació aquí y fue allá;
que hizo esto y aquello, que se casó con esta mujer y
Sin embargo, después de leer la pequeña biografía, tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que dejo tras sí
secarme las lágrimas (“era un niño problema y se le estos libros o esta batalla o ese puente; nada de eso nos
expulsaba de los colegios con frecuencia”, “se sostenía dice mucho. Todos queremos que nos cuenten histo-
limpiando jaulas en el zoológico de Nueva York”) y rias, y las escuchamos del mismo modo que las escuchá-
saber que Stallone “apareció en una producción estu- bamos de niños”.
diantil de La Muerte de un Viajante” (yo actué en una
producción de la misma obra en calidad de árbol), de- b) “La cocina del infierno, Nueva York, debió ser el
cidí seguir adelante con la lectura de una novela que, lugar más caluroso de la tierra durante el verano del
por título y autor, auguraba una calidad literaria com- cuarenta y seis. Viejos de piel rugosa y grises cabellos
parable a una colección de relatos eróticos escrita por pegados a la nuca se asomaban a las ventanas, cual
Paris Hilton. flores marchitas, tratando de abanicarse. No valía la
pena, porque era preciso un esfuerzo excesivo que de
todos modos no solucionaba nada”.
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Stallone sólo puede hacerse si uno no sabe que es a ny, un veterano de guerra, y Cosmo, un timador sin suer-
Stallone a quién está leyendo. Lo contrario lleva a que te que en la versión filmada (la hay, la hay, pero no es de
se le perdonen todos los errores para no pasar por in- eso que quiero hablarles) fue interpretado por Stallone.
tolerante o se le censure el más mínimo fallo porque Gracias a esa fluidez en la prosa también percibimos que
uno sabe que está leyendo al mismísimo Rocky o, peor entre Cosmo y Lenny existe cierta tensión por culpa de
aún, a John Rambo, un tipo a quien resultaría difícil una tal Annie O’ Sherlock y nos enteramos que la vida
convencer de que la pluma es más poderosa que la ame- de los inmigrantes italianos en la “Cocina del Infierno”
tralladora. Como sé que ustedes jamás admitirían una está regida por una pandilla de mafiosos a pequeña esca-
candidatura anónima (si lo la a cuyos integrantes Sly ha
hicieran, Vargas Llosa ya puesto nombres tan genia-
habría ganado) espero que les como Mahon el Perra-
al menos ese comienzo les gorda, Frankie el Triturador
sirva para apartar un poco y El Flaco Manitas.
los prejuicios. Porque de ahí
en adelante es imposible ol- Es ese ambiente el que Víc-
vidar que uno está leyendo tor sueña con abandonar
a Stallone, Paradise Alley está para poder vivir en Nueva
pensada como una película Jersey con su amada Rose.
y desde la primera escena
(¿debería decir capítulo?), Supongo que ustedes en
cuando el joven Victor Car- este punto estarán pensan-
boni conduce su camión re- do, como yo lo pensaba
partidor de hielo y saluda a mientras leía, que Víctor
sus vecinos, uno lo imagina logra su sueño abriéndo-
con la cara cuadrada, un me- se camino en el mundo
chón de pelo sudoroso ca- del boxeo, pero Stallone
yéndole en la frente y los bí- arroja magistralmente va-
ceps enormes y compactos. rios de esos bien pensados
ganchos literarios para
engañar al lector incauto,
Pero ese “parecer película,” aunque mantenga a Sta- y justo cuando los lectores incautos o no, se han con-
llone en las imágenes que se forman en la cabeza del vencido del posible rumbo pugilístico de la trama, nos
lector, es a la larga un plus a la hora de pensar en un hace sonreír con una de esas sonrisas del tipo “cómo
Nobel para el autor. Hace rato el lenguaje cinemato- no lo pensé antes”.
gráfico se considera una virtud en la narrativa con-
temporánea y Paradise Alley no cae en los abusos que No, Víctor no se dedica al boxeo, sería demasiado obvio,
esta tendencia ha provocado en algunos “modernos” demasiado predecible para un autor como Stallone.
escritores que llegan al punto de efectivamente escribir
“Escena− (Int. Día)” para demostrar un manejo inexis- Víctor se dedica a la lucha libre.
tente del lenguaje del cine. En Paradise esa brevedad y
agilidad en los capítulos (escenas) es la que nos permite El hermano Cosmo se convierte en su entrenador, el
rápidamente saber que Víctor tiene dos hermanos, Len- hermano Lenny se encarga de conseguir las peleas. Rose
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“Hasta el segundo piso no tuvo ningún problema, pero perra y la quiere mucho. Se llama “Bella” y es todo un
a medio camino del tercero tropezó con una botella va- personaje, como Cosmo y Lenny, como Rose o Annie,
cía y cayó rodando por la escalera. El hielo le golpeó la el fracasado luchador “Gran Gloria” o el primer con-
cabeza y le hizo sangrar la parte posterior de las orejas. trincante de Víctor, el irlandés Patty McLade, a quien
Víctor estuvo a punto de soltar una maldición.” Stallone describe como “un luchador experto al que
le habían retocado las facciones con puños de cuero”
¡Estuvo a punto de soltar una maldición! A punto cuan- que al final del combate cae al suelo “como se cae el
do cualquier otro mortal hubiera lanzado una excla- camisón de una puta”.
mación que, sin modo de saber si fue dicha en inglés o
en italiano en la versión original, aparecería en las tra- Otra de las metáforas maravillosas que precede a un
ducciones barcelonesas como uno de esos juramentos muy bien utilizado cambio de ritmo –en el capítulo
españoles que incluyen en una misma frase la mamá 41–, en seis renglones Stallone despacha el recorrido
(no la de nadie, la mamá en general) y las funciones ex- de Víctor por los clubes del bajo mundo neoyorquino
cretoras humanas. Víctor es un ser humano ejemplar con la misma celeridad con la que el ahora apodado
y siendo en cierta forma el alter-ego de Stallone, no “Chico Salami” da cuenta de sus oponentes aunque
sería forzado pensar que Stallone también lo es y todos “al machacarlos hasta dejarlos inconscientes, todos,
sabemos que la Academia siempre ve con buenos ojos absolutamente todos, le dieron pena”.
a las buenas personas. No por nada, el premio ha caí-
do en manos de defensores de los pueblos oprimidos A partir de ese punto, Lenny, que al principio era la mues-
como Kippling, humanistas como Winston Churchill, tra misma de la resignación, comienza a volverse codicio-
personajes del carisma de Elfriede Jelinek y ex scouts so mientras Cosmo se muestra preocupado más por la
como Günter Grass. Stallone, si se quiere ver así, es salud de su hermano que por el dinero que pueda sacarse
la encarnación misma del inmigrante en tierras norte- de las peleas. Dos teorías pueden explicar este cambio ra-
americanas, un gremio que hasta el momento ustedes dical de los personajes. Puede que un poco aturdido por
no han incluido, tal vez por un involuntario exceso en la fama que le llegó de repente mientras escribía la nove-
nominaciones de socialistas y víctimas del Holocausto. la, Stallone hubiera enredado sus apuntes y terminado
Paradise Alley podría ser entonces la gran novela-Nobel por llamar, en la segunda mitad, Lenny a Cosmo y vice-
de los inmigrantes, como Un puente sobre el Drina es la versa. Puede ser también que intencionalmente hubiera
gran novela-Nobel de los atormentados Balcanes. dado a sus personajes esa característica de cambio, como
el que tienen las personas reales, que tanto admiramos
“El premio debe ser entregado a un autor que se des- en la obra de Proust.
taque con una obra de tendencia idealista”, decía el
testamento de Alfred Nobel. Es lo que sospecho, ocurrió porque Stallone no baja la
guardia conforme pasan las páginas, –en el capítulo 51–,
“¿Crees que irse a vivir a Nueva Jersey compensa que el Gran Gloria se despide del mundo saltando al río con
te abran la cabeza?”, le preguntan. un “Dentro de cien años esto no va a tener ninguna im-
“Sí… creo que sí”, contesta Víctor. portancia”, a la altura del “¿Dónde estoy?, ¿qué hago?,
¿para qué?, sSeñor, perdóname… de Anna Karenina”. Lo
que me recuerda que Tolstoi murió indignado por no
Poco que agregar al drama de los “idealistas” busca- haber recibido el Nobel y no sería ahora el momento de
dores del “sueño americano” aunque aún haya que cometer un nuevo error.
agregar que Víctor es ecologista o al menos tiene una
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Víctor pierde.
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Como la gloria, como casi todo excepto tal vez el Pre- en la excepción a la regla según la cual nadie escribe
mio Nobel que se queda. algo bueno después de ganar el Nobel y en todo caso
decida dejar guardadas para siempre Rambo IV, Cobra
Rocky fue dirigida por John G. Avildsen, por lo que II y Rocky VII para que, en lugar de eso, aparezca por
Stallone nunca ganó un Óscar. Estoy seguro que ese fin la segunda parte de Paradise Alley, a la que seguirán
dato les tranquilizará en el sentido de que por ahora (en libro) las versiones III, IV, V y una grandiosa “Víc-
George Bernard Shaw seguirá siendo el único doble tor Carboni, el regreso”, donde el ya viejo luchador se
ganador del Óscar y el Nobel. Bien sabido es que lue- enfrentará al campeón vigente de la WWF.
go fue tras el Grammy pero cantaba tan horrible que
terminó por dedicarse a los aforismos, un poco como Porque he de decirlo, adoro la obra literaria de Stallo-
el arriba mencionado Filemón de Sausage, acerca de ne pero detesto sus películas.
cuya candidatura al Nobel estaré escribiéndoles el
próximo año por esta misma fecha. Por mi parte, como promotor de la candidatura, me
comprometo a que “Sly” hablará articuladamente du-
Señores de la academia, sé bien que el paso de los di- rante su discurso en la ceremonia de entrega y sobre
rectores de cine por la literatura no ha sido afortunado todo a que no se presentará ante ustedes en bata de
más allá del simpático libro ilustrado La melancólica boxeador. Creo que de cosas por el estilo ustedes ya
muerte de Chico Ostra de Tim Burton, que las novelas han tenido suficiente.
de Orson Welles sólo tienen gracia una vez llevadas
a la pantalla, la Julieta novelada de Fellini no llega ni
por los tobillos a la previa versión fílmica que llevaba
por apellido de los espíritus y los escritos políticos de
Passolini son tan aburridos como sólo los escritos po-
líticos pueden serlo. Hitchcock, más prudente, agrupó
sus relatos favoritos en el género del suspenso para
un par de antologías respetables que son respetables
principalmente porque no fue él quien se encargó de
escribir los relatos que las componen. Stallone, sin
embargo, podría ser esa figura que unifique por fin
las dos artes y representaría ese primer paso necesario
para que en un par de años Bob Dylan reciba de una
buena vez el Nobel que viene rumoreándose desde fi-
nales de los ochenta. Ustedes han sido generosos con
su trofeo, le dieron el Nobel a Neruda y a Cela y no
se pusieron bravos cuando Sartre les dijo que estaría
ocupado tocando clarinete y no le interesaba recoger
el premio.
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CORPUS ENSAYO
Escritor invitado
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Escritor
Invitado
Persistencia,
resistencia y
ocultamientos
Jhon Henry Arboleda Quiñónez* Desde esta perspectiva es pertinente aclarar el hecho
de que esta reflexión presenta la dificultad de estar
Escritor invitado concebida desde la mirada de un hombre afrocolom-
biano militante de la dinámica organizativa que goza
de la cercanía de algunos procesos organizativos de
mujeres (mestizas y afrocolombianas). El acto de enun-
Dinámicas de representación de las mujeres
ciar desde este lugar marca limitaciones interpretativas
afrocolombianas en contextos urbanos
en tanto que su condición de hombre-militante toma
posesión a la hora de acercarse a reflexionar acerca de
las formas de concepción organizativa y las maneras
L a presente reflexión no pretende convertirse en
radiografía del quehacer de los grupos u organi-
zaciones de mujeres afrocolombianas y mucho menos
en que se presentan las agencias políticas de estas ex-
presiones del movimiento social afrocolombiano. En
en la cartografía de las disputas y continuas reivindi- razón de ello, sólo pretendo abrir un campo de análisis
caciones que deben asumir aquellas que han decidido sobre las características que considero de mayor forta-
hermanar sus luchas dando vida a las redes de mujeres leza en el avance de estos sectores.
que desarrollan sus trabajos con la perspectiva de géne-
ro como horizonte de sentido. En el mejor de los casos En este sentido, las partes que componen este docu-
propone el acercamiento analítico a la consolidación mento sólo pretenden configurarse como un acerca-
y posicionamiento que viene alcanzando ese mojón miento “comprensivo” a esta dinámica organizativa
reivindicativo gestado alrededor de lo denominado que se expresa al interior del movimiento social afro-
“etnicidad de género” o “género étnico” que, para el colombiano, la cual, junto a la expresión estudiantil,
caso de nuestro país encuentra en la población feme- ubico en calidad de terrenos fértiles para el nuevo
nina afrocolombiana uno de sus principales nichos al acontecer del quehacer político de nuestra comunidad
configurar una suerte de expresión experiencia de de cara a la realidad política y social que se gesta en
agentividad política diferenciada al interior de la diná- Colombia.
mica organizativa de la comunidad afrocolombiana.
*
Tiene formación en Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Valle, es historiador de la Universidad del Cauca, miembro del Grupo de
investigaciones afrodiasporicas en Popayán y también miembro del Grupo de investigación Cununo de la Universidad del Valle. Fundador del Grupo
afrocolombiano de la Universidad del Valle (GAUV). Correo electrónico: jhaq78@yahoo.com
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E N S A Y O
ubico en calidad de terrenos fértiles para el nuevo los espacios de contienda y debate público sobre las
Condiciones
acontecer sociales de
del quehacer las reivindicaciones
político de las
de nuestra comunidad condiciones socio-económicas y culturales de afro-es-
mujeres
de cara aafrocolombianas
la realidad política y social que se gesta en tadounidenses, en ese momento lideradas por figuras
Colombia. tan emblemáticas como Martín Luther King, Elijah
Los hombres son negros, Mohadmed, Jessie Jackson y Malcolm X, entre otros.
En la misma dirección, enunciar que, efectivamente
Condiciones sociales de las reivindicaciones de las “las mujeres son blancas”( en respuesta a la re-articu-
mujeres afrocolombianas lación saber-poder-representación marcado por el he-
cho de que fueran las mujeres blancas, clase media,
Los hombres son negros, formadas académicamente, “afrancesadas” y solteras
las mujeres son blancas, sobre las que en ese momento estaban recayendo las
pero existimos una pequeña porción posibilidades de re-posicionamiento femenino en los
de mujeres negras intentando sobrevivir. distintos momentos históricos), configura las condi-
ciones socio-políticas que aportan al despliegue de una
agenda política afro-feminista. Estas condiciones están
Esta consigna marcó el surgimiento contemporáneo signadas por reflexiones político-académicas –activida-
del feminismo negro o afrofeminismo en los Estados des de convocatoria masiva– donde se estructura un
Unidos de América en la década de los 60 –sirvió para ideario político que hace posible el encuentro herma-
la construcción de todo un itinerario de lucha por la vi- nado y la entonación polifónica de canciones liberta-
sibilización/posicionamiento de nuestras compañeras rias compuestas por esas voces-otras que insistían en la
en las dinámicas reivindicativas del movimiento afro y posibilidad de ser mujeres afro comprometidas con la
del movimiento por la equidad de género–, señala una transformación de sus sociedades.
agenda de des-marcación y ruptura al interior de los
procesos de politización y crítica radical dentro de los Esas voces y melodías otras entonadas por nuestras
movimientos sociales, en los cuales venía participan- hermanas en el seno del imperio, se convierten hoy
do como “sector integrado” a la dinámica general de en ecos que retumban en los oídos esperanzadores de
politizaciones y movilización social del mundo en ese aquellas mujeres que en Colombia y el resto del mun-
momento. En Estados Unidos debido al reconocido do han optado por dignificar nuestras existencias afro-
problema de discriminación racial a la población afro- diaspóricas en contextos urbanos. Es necesario tener
americana, se adoptaba este cariz en tanto centralidad presente que:
de una exclusión histórica, dando sentido a la conso-
lidación de una de las dinámicas reivindicativas mejor […] mirar el desempeño de la mujer negra [en
consolidadas contemporáneamente. Colombia] es una empresa que implica hacer vi-
sible, tanto la presencia de hombres y mujeres de
“Los hombres son negros”, es una clara alusión crítica ascendencia africana como su contribución a la
a las formas en que venía reconstruyéndose la secuen- nación y a la nacionalidad en el marco de la diás-
cia reivindicación-representación-negociación en el pora afroamericana; implica, además, conocer los
seno del movimiento pro-derechos civiles de los pue- procesos de reintegración étnica que han tenido
blos de la diáspora africana en ese país. Esta cuestión lugar para matizar diferencias y semejanzas que
comienza a percibirse como una prolongación de las le dan tonalidades distintas a lo que significa ser
estrategias de “dominación” masculina y la expresión mujer negra (Espinosa y Friedeman, 1993: 99).
de la masculinidad, cual voz garante y legitimada en
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E N S A Y O
en el extremo más bajo de la escala se identifican medida, las mujeres afrocolombianas reflexionan y
fácilmente por lo que se puede llamar criterios pretenden posicionarse reconociendo su condición de
culturales [grupos étnicos], la cultura [etnicida- pertenencia a un grupo doblemente dominado, mar-
des] ahora se convierte en la explicación de la ginalizado y excluido por su adscripción de género y
causa. Los negros y la mujeres en general [por etnia, en tanto que:
consiguiente las mujeres negras] reciben una paga
menor porque trabajan menos, merecen menos. […] podemos alistar a los grupos dominados en su
Y trabajan menos porque hay algo, tal vez no en propia opresión. Mientras cultiven su especificidad
su biología, pero sí en su cultura que les enseña como grupos “culturales”, que es un modo de mo-
valores que están en conflicto con el ethos de tra- vilización política en contra de un status desigual,
bajo universal. (Wallerstein, 1999: 179) socializan a sus miembros con expresiones cultu-
rales que los distinguen de los grupos dominados,
De la misma forma, tengamos presente que las condi- y con algunos de los valores que se les atribuyen
ciones dentro de las que se pretende desarrollar nues- a través de teorías racistas y sexistas, y lo hacen,
tras luchas como pueblos afrocolombianos en general en una paradoja aparente, partiendo del principio
–reconociendo las expresiones afrofeministas que se universal de la validez igualitaria de todas las ex-
presentan en varias regiones del país, las cuales ges- presiones culturales (Wallerstein, 1999: 179).
tan sus trabajos atravesadas por las lógicas de recono-
cimiento de las diferencias en el plano de lo cultural
que aún no han sido traducidas de manera integral Es en esta entramada de poder y representación en el
al terreno de la redistribución de las porciones de po- que se inscribe un proceso de reivindicación que busca
der económico y político–, suscitan el surgimiento de el reposicionamiento de las mujeres afrocolombianas,
una condición de anomalía que está dificultando la el cual, constituyéndose como expresión al interior
construcción de los derroteros organizativos que de- del movimiento afrocolombiano, cuestiona los regí-
ben implementar nuestras iniciativas de trabajo colec- menes de representación política en un escenario de
tivo; creo que dicha condición perduraría incluso si la intervención que oscila entre la desestructuración de
orientación de nuestros proyectos estuvieran encami- las interpretaciones de nuestras realidades hechas por
nados a la búsqueda de la inclusión-integración que los académicos, la demarcación de los estrechos lími-
plantea el multiculturalismo de corte (neo)liberal que tes que impone la participación política para nuestra
se ha instaurado en el país y al que muchas expresio- comunidad y las miradas distantes de un movimiento
nes afrofeministas y del movimiento social en general feminista que apenas inicia a comprender la signifi-
le coquetean. cación del género étnico, todo esto enmarcado en un
contexto de globalización hegemónico. Reconociendo
Así, la alteridad expresada en proyectos afrofeminis- estas realidades y contingencias podríamos observar y
tas como el que se gesta en nuestro país, se convierte acompañar el proceso mediante el cual se va a llenar
en subalternidad, ahora por la vía de la compartimen- de contenido el sueño de ser esa porción de mujeres afro-
tación de las diferencias culturales; en este caso, las colombianas intentando sobrevivir o, mejor, esa porción
etnicidades de género encuentran en la asignación de mujeres afrocolombianas en el proceso de la con-
de unos elementos socio-culturales e identitarios de quista de su doble liberación.
carácter “inalterable” una explicación a las condicio-
nes en que se configura la feminización y racialización
de la marginalidad, la pobreza y la exclusión. En esta
24
1
Incluso desde este periodo hasta nuestros días hemos sido traducidas por los académicos en condición de compañeras, ayudantes, cómplices;
pero nunca en calidad de gestoras y agenciadoras de futuros más prósperos para nuestra comunidad.
25
E N S A Y O
sus investigaciones?–, dieron pie para que estos cues- De esta manera, ¿pueden hablar los subalternos? que la
tionamientos pudieran convertirse en un campo de autora cierra en un marco de incertidumbre, deja claro
estudio donde esas voces e historias otras encontraran que la voz de los subalternos “nunca” va a ser posible
el escenario para expresar sus proyectos. escucharla de manera diáfana mientras las representa-
ciones políticas y los marcos institucionalizadores de las
Es en este marco de cuestionamiento-visibilización- reivindicaciones continúen desarrollando esos entre-
consolidación de disonancia epistémica donde Guha lazamientos de la forma en que hasta ahora lo hacen.
(1999) plantea la dinámica que se instaura entre la in- Constituyendo lo que ella denomina la representación
visibilización o inadecuada traducción de los procesos mimética, el hecho de hablar acerca (de) la representa-
de reivindicación insurgente liderado por los campe- ción política, el hecho de hablar (por)– (Spivak, 2003),
sinos indígenas a partir de unos balances continuos, encierran los sentidos en que vienen generándose las
una proyección que tiende a dignificar su existencia y posibilidades que tienen las mujeres afrocolombianas
el despliegue de ciertas estrategias de organización co- de hablar por ellas mismas y demarcarse de esa doble
munitaria. Lógicas desde las cuales los historiadores se subalternización a la que fueron y son sometidas.
acercan a comprender la conformación de estos focos
de protestas insurgentes. El quiénes o el cómo lo rea- Intentando aterrizar las anteriores conceptualizacio-
lizaron frente a la visión de quien pretende traducirlo nes a las realidades del contexto colombiano, habría
para hacerlo digerible, configura lo que este autor de- que preguntar hasta dónde estos regímenes de repre-
nomina la “prosa de contrainsurgencia”. sentación no han tomado asiento en la dinámica de
visibilización discursiva por vía de las investigaciones
En esta misma dirección Spivak (2003) conduce sus desarrolladas en torno a las mujeres afrocolombianas
cuestionamientos hacia la dilucidación de posibilidad y su agenciamiento como sujeto político de accionar
o imposibilidad que tienen por delante aquellos cuyas social. De acuerdo con esto, observemos el lugar a
historias y proyectos han estado marcados por produ- partir del cual enuncian los autores las orientaciones
cirse en condición de subalternos. Colocando el pro- conceptuales desde las que realizan sus acercamientos
yecto de género que venía configurándose en la India y las líneas o ejes de trabajo que han construido en el
poscolonial y los regímenes de representación política desarrollo y consolidación de este campo de estudio.
instaurados por los hombres-líderes según la etnia o
casta a la que pertenecieran. En este plano, a manera de balance bibliográfico sobre
Después de elaborar detalladas críticas acerca de la for- los estudios que acerca de las realidades de la pobla-
ma en que se entretejen las relaciones de saber-poder ción afrocolombiana y, concretamente alrededor de la
en la India poscolonial, Spivak llega a la conclusión de mujer, se tendría en cuenta que:
que existe una imposibilidad inmanente a la hora que
los subalternos abrazan la oportunidad de represen- […] aunque con distintos matices, reconocibles
tarse de manera autónoma, o en su defecto, marca las en los enfoques conceptuales, metodológicos y
dificultades constitutivas que tienen los subalternos a políticos, se pueden observar dos tendencias ge-
la hora de “someterse” o ser sometidos a la represen- nerales en los estudios históricos y antropológi-
tación que de ellos hacen incluso los intelectuales que cos afrocolombianos. Por una parte, y de manera
en su traducción se declaran parte de la comunidades resumida, se encuentra la escuela afrogenética,
a las cuales van a apalabrar. que insiste en el análisis de los orígenes africa-
nos y en la importancia de la permanencia de
los complejos culturales de origen africano en los
26
procesos de reconstrucción y creación cultural, tanciamiento táctico del proceso organizativo que ade-
territorial y política. A esta perspectiva se oponen lanta esta comunidad, dotando de sentido la represen-
los enfoques que hacen mayor énfasis en la iden- tación mimética y la representación política en Colombia.
tidad y la práctica negra como construcciones
resultantes de procesos históricos y fluidos de Con estas puntualizaciones y localizaciones sería per-
adaptación, relaciones de mestizaje, sincretismo tinente preguntarnos hasta dónde las mujeres afroco-
y resignificación cultural en relación con la so- lombianas no se han visto o se han sentido comple-
ciedad mayor que se han dado entre los distintos tamente representadas en esa reproducción discursiva
grupos étnicos forzados a convivir en
el territorio. Pero, como rasgo gene-
ral, la mayoría de los autores, inde-
pendientemente de su posición, co-
inciden en reconocer el papel activo
que jugaron las sujetas negras frente
a las condiciones de exclusión y do-
minación durante su introducción
e inserción en el nuevo reino de
Granada; en la heterogeneidad y la
flexibilidad como rasgos caracterís-
ticos de las poblaciones negras; en
la importancia de la contribución a
la sociedad y la cultura nacional, en
que hoy prevalecen el racismo y la
discriminación sobre los afrocolom-
bianos (Camacho, 2004: 10).
27
E N S A Y O
y cuál es el régimen representacional en el cual sus De las rupturas y los futuros posibles
voces continúan siendo encarnadas en cuerpos que
están muy lejos de sentir, reflexionar y enunciar como El acto de demarcación y ruptura que como mujeres
mujeres afrocolombianas que propugnan por consti- afrocolombianas deben realizar, incluso en el intento
tuirse en agentes de transformaciones sociales. En este por construir sus propios o adecuados regímenes de
contexto, es importante tener presente la localización representación, debe ubicarse en un lugar corredizo
de las enunciaciones de investigaciones que arrojan que se desliza en varias direcciones. Se debe intentar
como resultado: la construcción de espacios alternos de saber y cono-
cimiento que cuestionen las formalidades e institu-
[…] la ausencia notoria de reflexiones escritas cionalizaciones del saber académico, colocando rei-
acerca de la mujer negra, de su identidad y de su teradamente en cuestión las formas de enunciación,
experiencia, así como el carácter disperso, pun- traducción y representación de sus realidades lo que
tual, sucinto y fragmentario de las fuentes histó- en algunos ámbitos del saber-poder ya se toman como
ricas, constituyen una enorme limitación para verdades irrefutables y conlleva a cosificar las imáge-
documentar la pluralidad de sujetos y las múlti- nes de las mujeres afrocolombianas en ámbitos como
ples historias de la mujeres negras, ya que no es la sexualidad, la conformación de la familia, etc.
posible hablar de una sola historia, ni de la mu-
jer negra como identidad esencial. La ausencia Así mismo, las búsquedas en términos políticos deben
de voces femeninas es producto de la exclusión ser mediadas por la consecución de un posicionamiento
histórica de las mujeres como sujetos de interés diferenciado como sector organizado que se expresa en
social, así como del analfabetismo generalizado contra de las dinámicas del quehacer del movimiento
de la población femenina sin distingos de raza, ni social afrocolombiano que reifica las lógicas del poder-
clase y, en el caso de las mujeres negras específi- representación discutidas, en el intento de desenmasca-
camente, del escaso valor del testimonio femeni- rar las múltiples articulaciones de dominación y subal-
no en los procesos en la sociedad neogranadina ternización que se presentan en los espacios de “poder”
(Morales citado en Pardo, 2004). construidos por el movimiento social afrocolombiano
y en los que en esa pugna por los sentidos de nación y
Esta serie de silenciamientos, apalabramientos, enun- nacionalidad se ha visto obligado a abrir el Estado.
ciaciones y ocultamientos a nombre de aquellas que
siguen en condición de subalternizadas dada su ads- En esta medida, los movimientos de ruptura con res-
cripción de género y etnia, han continuado consoli- pecto a las formas en que se vienen traduciendo las
dando los nuevos rostros de la visibilización invisible mujeres afrocolombianas en el ámbito académico y
en tanto extienden las cadenas que no permiten posi- su representación política, que en muchas ocasiones
cionar un existir diferenciado como mujeres afroco- está en concordancia con las elaboraciones gestadas
lombianas. Debido a esto, se hace innegociable seguir en el mundo académico institucionalizado, debe estar
construyendo proyectos mancomunados que aporten o está orientado hacia la construcción de futuros posi-
a la desestructuración de la tríada que se mueve entre bles que con cantos paridos de todas las voces logren
los ocultamientos, las representaciones y las invisibi- romper los oídos sordos de las bestias del olvido y po-
lidades que dificultan y/o imposibilitan la consolida- damos entonar los alabados por las resistencias donde
ción de proyectos otros de existencia en condiciones las mujeres afrocolombianas no se encuentren constre-
de dignidad. ñidas por las limitaciones político-epistémicas que hoy
han decidido enfrentar para vencer.
28
Chambers, Ian (2004). Migración, cultura, identidad. Wallerstein, Inmanuel (1999). “La cultura como
Buenos Aires: Amorrortu Editores. campo de batalla ideológico del sistema-mundo mo-
derno”. En: Pensar (en) los Intersticios “teoría y práctica
Espinosa, Mónica y Friedeman, Nina (1993). “Co- de la crítica poscolonial”. Bogotá: Pontificia Universidad
lombia: La mujer negra en la familia y en su concep- Javeriana.
tualización”. En: La contribución africana a la cultura de
las Américas. Bogota: Instituto Colombiano de Antro-
pología.
29
E N S A Y O
2
Este género ha desatado los más intensos debates tanto en Colombia como en Latinoamérica. Es por esto que la española Carmen Ochando Aymerich,
el boliviano Gustavo García y el bogotano Francisco Theodosiadis han dedicado parte de su obra a centrar el tema de la literatura testimonial como una
visión de los hechos sociales y de la alteridad.
3
Arturo Alape murió el 7 de octubre del 2006, cuando se estaba desarrollando este escrito.
30
como hecho histórico desde personajes marginados y se convierte en crónica; es decir, pasa de la oralidad a
desplazados por los relatos oficiales. De este modo, la li- la escritura para hacer registro de posibles concepciones
teratura sirve como medio para revelar, pensar y rehacer de la realidad histórica, así como también pasa de una
la historia a través de una memoria colectiva en Alape, experiencia individual y personal a convertirse en un
y una conciencia social en Osorio Lizarazo. A partir de símbolo común de un colectivo.
situaciones históricas concretas como el Bogotazo, el
carácter testimonial y crónico es la base narrativa que Miguel Barnet (1998), otro estudioso de la literatura
despliega una propuesta estética sencilla, descriptiva testimonial, señala que el testimonio debe seguirse
que se concentra en reafirmar y explicar la violencia, como un documento o fresco que reproduce los hitos
sus causas, funcionamientos y consecuencias desde un sociales más relevantes en la cultura de un país, desde
compromiso y una postura política contestataria, ela- cuatro características fundamentales: el desentraña-
borando un estilo naturalista necesario para construir miento de una realidad que afecta la sensibilidad de
la historia ficcionalizada oficial en un relato colectivo, un pueblo, un profundo interés histórico de los auto-
cercano a la realidad en la que los personajes y sus accio- res, un lenguaje y una estética basados en la oralidad
nes son símbolo y metáfora de la historia colombiana. y la construcción de la memoria colectiva a través de
protagonistas más significativos.
La literatura testimonial: un punto de partida del Desde estas perspectivas teóricas podemos señalar que
hecho histórico narrativo Alape y Osorio, por medio del testimonio, revelan una
perspectiva social de los hechos más trágicos y relevantes
Para poder tener una mirada reflexiva y completa so- de la vida del país, entre ellos, la violencia desde diver-
bre la obra de Alape y Osorio Lizarazo debemos anali- sos puntos de vista: como guerra o expresión de la des-
zar el tipo de relatos testimoniales y sus características igualdad social —Ciudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones
como hechos narrativos. Esto significa que tendremos (1995)—, como testimonio contestatario —Las muertes de
que desarrollar una breve explicación sobre la litera- Tirofijo (1972) de Alape—, como experiencia del miedo —
tura testimonial como base narrativa de la propuesta El criminal (1935) de Osorio—, como desesperanza —San-
literaria y filosófica de los escritores en cuestión. gre ajena (2000) de Alape— o como testigo de excepción
—La paz, la violencia: testigos de excepción (1985) también de
La literatura testimonial es una expresión creada a Alape—. Este tema tan presente en ambos estilos muestra
partir de la aparición en Latinoamérica, en los años a través del testimonio vivo de la violencia un carácter so-
sesenta y paralelamente al Boom, de escritos basados cial e ideológico y una postura política de izquierda que
en testimonios personales y reales sobre acontecimien- ve la realidad desde lo contestatario volviendo a las raíces
tos que marcaron hondamente la identidad y la histo- históricas de los procesos sociales.
ria de pueblos o países. Principalmente, el testimonio
está vinculado a la crónica. Hayden White revela que Así, Alape escribe sobre la elaboración de El cadáver
aunque las crónicas no alcanzan la narratividad, estas insepulto (2005) acerca de la necesidad de regresar a la
“[…] son productos particulares de posibles concepcio- memoria colectiva desde las raíces históricas: “En la
nes de la realidad histórica, concepciones que cons- escritura del segundo original, sentí la imperiosa ne-
tituyen alternativas, más que anticipaciones fallidas cesidad de volver a las raíces históricas que daban a
del discurso histórico consumado que supuestamente la ficción que estaba narrando un fidedigno entorno
encarna la historia moderna.” (White, 2003). De esta social.” (Alape, 2005). Por su lado, Osorio Lizarazo en
manera, en el caso de nuestros autores, el testimonio la escritura de El día del Odio (1979), utilizó múltiples
31
E N S A Y O
relatos y testimonios retratados por los periodistas po- gotá de 1930 y 1950. A partir de estos hechos, los au-
licíacos de la época, puesto que durante este periodo el tores manejan un estilo literario fuertemente marcado
escritor se encontraba exiliado en Argentina por pro- por su naturalismo, basado en descripciones sencillas
blemas políticos. y lineales, pero dramáticas en Osorio, y elaboraciones
poéticas a partir de imágenes de la memoria violenta
En los dos casos nos damos cuenta de que las fuentes de los personajes en Alape, como se revelan en los si-
provienen de una oralidad basada en testimonios y re- guientes apartes:
latos escritos ya convertidos en crónica, estableciendo
un puente entre oralidad y escritura predominante en Pero el estruendo absorbió su llamada. La voz ha-
las trayectorias literarias de ambos autores. Arturo Ala- bía perdido su contenido humano y retrocedía a su
pe, en Ciudad Bolívar: la hoguera de las ilusiones recrea, a condición de aullido, porque la inteligencia había
través de nueve historias, un ejercicio llamado ‘el taller descendido en unos momentos una etapa de mile-
de la memoria’, en el cual un grupo de jóvenes de Ciu- nios. Las llamas daban una decoración de infierno
dad Bolívar cuentan sus historias de vida, retratadas a la escena. De improviso se trababan combates y los
de manera literaria en el libro. Osorio lo logra basán- luchadores se revolvían sobre sí mismos y se trenza-
dose en la mirada experimentada de un periodista y ban a puñetazos y dentelladas y la riña se disolvía
cronista de la vida social, política y cultural de la Bo- luego sin decirse y sin motivo (Osorio, 1979).
32
Apareció la figura aindiada de Gaitán, cetrina, tea- en cuestión realizan, más que una propuesta estética
tral, mirada devoradora de multitudes. El rostro de elaborada, una propuesta literaria que ve la historia
la masa humana aglomerado en la Plaza de Bolívar con dicha “paseidad” de una manera directa a través
se transfiguró como si hubiese llegado la noticia del testimonio, en el que el relato está al servicio del
tantas veces añorada en un sueño que nunca en- pasado colombiano en la reconstrucción de una iden-
contraría límites geográficos. El silencio de la multi- tidad negada por los ganadores de la historia.
tud cambió de parecer, pues dejó de ser acicate por
la angustia, expresado sin odio, para convertirse en
silencio de ilusión y expectativas (Alape, 2005).
33
E N S A Y O
los hombres corrientes que habitan de manera desespe- quez-Zawadzki, 2003) por su trama: los personajes y
rada una ciudad que no cuenta con ellos; lo que busca los temas localmente comunes, pero agradables y legi-
Osorio es reflexionar sobre ese monstruo que carcome bles. En este sentido, el autor agrega que la responsa-
las venas internas de los hombres con su indiferencia y bilidad del escrito frente al testimonio es de respaldo,
hacer una denuncia utilizando “La esencia social de la pues los elementos orales se reelaborarán en un len-
novela” artículo publicado en 1938 donde muestra guaje escrito, se retratarán en la novela: “La novela
una posición socialista de las posibilidades que tiene la es un género totalizante. El testimonio también lo
novela para legitimar la lucha de clases tan propia de la es: recurre a la historia, a la sociología, a la literatura,
filosofía marxista, en donde la historia y la literatura se al periodismo”. (Vásquez-Zawadzki, 2003). La novela
convierten en arma de la revolución. lo incluye todo: desde el compromiso social hasta el
Sin embargo, esta forma contestataria testimonial compromiso con la historia verosímil del país, pues
según Alape, es literariamente parcial y engañosa (Vás- se tiene la responsabilidad de acercar al lector a una
historia contada desde otros persona-
jes, desde otros testimonios, “[…] para
en la acción de devolver esa historia no
sólo a sus verdaderos dueños, los pro-
tagonistas, sino también como una for-
ma de llegar a inquietar o rasgar como
a navajazos, esa bruma que el tiempo
ha establecido en los acontecimientos
históricos y que tanto funciona como
manipulación de la burguesía” (Vás-
quez-Zawadzki, 2003).
34
35
E N S A Y O
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37
E N S A Y O
De ese modo, en el nombrar de la palabra está el de tal modo, el autor relaciona el vivir del instan-
tiempo, la recapitulación de los tiempos, a través del te con las cosas y esa relación funciona como una
instante. Borges relaciona el tiempo de las cosas con eterna circularidad o como una cosmogonía de la
el tiempo del hombre. Merleau-Ponty (1985) afirma: eternidad, como un sueño que está dentro de otros
“[…] el tiempo, de este modo, no es un proceso real sueños donde el despertar del ser-personaje se da en
ni una sucesión efectiva que sea registrada. Nace de la realidad del instante. Así, la primera mañana del
la relación del hombre con las cosas.” (p. 420). Bor- tiempo que observa Tzinacán podría ser cualquier
ges (2000) reafirma en “La escritura de un dios” que mañana; parece que el tiempo se reduce al contacto
“un hombre, es a la larga, sus circunstancias.” (p. 95); que el ser-personaje tiene con las cosas del mundo.
38
PALABRAS DE MÁS
po no rehace lo que perdemos; la eternidad lo guarda que no son más que la conexión de los instantes.
para la gloria y también para el fuego […] la historia
del mundo debe cumplirse en cada hombre” (p. 28- Si desde Heidegger en Ser y tiempo, el ser tiende a es-
30). Así, Aureliano y Juan de Panonia pueden ser un tar proyectado hacia delante, a estar “a la espera”, en
sólo ser. Borges los nombra a modo de certeza de lo la novela “Pedro Páramo” los estados de “resuelto”
absoluto: un personaje que se encuentra perdido en la buscan su posibilidad en el pasado, así, el presente se
eternidad del tiempo, es decir, que seguirá repitiendo convierte en un haber-sido incontenido que pertenece al
los mismos caminos de su historia y que no encuentra tiempo mítico. Las cosas regresan de la distancia para
g avia
otro momento más indicado para hacer las cosas que el volver a ella, a una eternidad del instante que se mue-
momento mismo en que se hacen. El autor ha dejado ve en la lejanía. Los muertos hablan y escuchan el so-
esta confusión histórica en la que la historia de un ser nido de la lluvia que cae sobre la tierra que los cubre.
se confunde con la de otro “[…] en el reino de los cielos El estar en el mundo se hace posible a través de la cos-
revista
donde no hay tiempo.” (p. 32). Es así, que “el tiempo mogonía literaria –un mundo posible que es semejante al
encadenado” al que se refiere Bachelard en “La intui- mito y que la literatura vuelve parte de la memoria– (2001);
ción del instante” se convierte en instante eterno. La “movilidad no se detiene” porque el sentir de las
cosas permite que el personaje exista y que el lenguaje
g
Recusar el tiempo horizontal se convierte en una po- lo ponga de nuevo ante el mundo aunque sea de un
sibilidad para la literatura, Bachelard ha llamado al modo fantasmagórico.
tiempo vertical que contiene la literatura: el instante
poético, momento en el que se relacionan todos los El mundo que está en la vastedad del espacio se descu-
tiempos, en que las cosas adquieren otro sentido. De bre desde el más allá y lo que se entiende como espacio
modo que los hechos narrados y los personajes pue- se detiene. Así mismo, el tiempo también se detiene,
den generar multiplicidad de connotaciones fenomé- porque todo corresponde al mundo del mito en condi-
nicas que hacen posible que la literatura se disperse ción del “pasado propio”. Vemos instantes del pasado
por el tiempo. que “aparecen” y “desaparecen” no en el presente ficti-
4
Para profundizar en este tema, véase: “Juan Rulfo: el tiempo del mito” en Valiente Mundo Nuevo de Carlos Fuentes.
39
E N S A Y O
cio de Juan Preciado, es decir, en el momento en que sea “duradero” y por qué no decirlo, propio. Es decir,
los otros muertos le cuentan las cosas, sino en el presen- dejar a los otros ser en nuestros estados de ánimo.
te histórico en que el lector recorre las páginas. Es así
como éste puede establecer los vínculos del tiempo y de En una obra narrativa todo sucede como principio del
la existencia con un mundo que está fuera de nosotros. fin; cada frase abre la “historicidad” y la cierra a la vez.
Padecemos la narración como reflejo de nuestra exis-
El ser-personaje busca los orígenes ocupándose de su tencia, “interpretamos” el texto como si experimentá-
pasado, como las cosas que encuentra lo afectan y lo ramos nuestra historicidad. Es así como Borges nos
predisponen en ese saltar al pasado. Todo empieza con permite pensar que somos tiempo, que somos un ser
la muerte y termina con la muerte. Heidegger habla de que vive en relación con su tiempo y que es irremedia-
un estar arrojado hacia la muerte que está nombrando blemente histórico.
en últimas el origen mismo del estar vivo. En “Pedro
Páramo” esta experiencia ocurre de lo más normal y
cotidiana, por eso, el constante bregar con la muerte,
desde la muerte, es un modo entrañable de ser o de lo
que Heidegger ha llamado el ser-ahí.
40
41
E N S A Y O
Los recuerdos de
una mujer en el
devenir del tiempo:
la escritura en
tres cuentos de
Marvel Moreno
Sergio Andrés Sandoval
Estudiante de Literatura, VIII semestre, lo que hace tan poco era tan real
Pontificia Universidad Javeriana. Correo y ahora tiene la misma
electrónico: sergiosando@hotmail.com textura del sueño.
42
las pinceladas de Adelaida, la escritura logra plasmar la dos” (Moreno, 2001). En Marvel Moreno se evidencia
belleza y el sino trágico de la mujer que recuerda su ple- la importancia fundamental de la primera frase en el
nitud en la tristeza del presente. La escritura que es un cuento, pues introduce los elementos primordiales y
tejido de palabras y recuerdos, de esperanzas y tragedias, los personajes protagónicos. La visión de la mujer en
de vida y de muerte, de amor y soledad, es el sortilegio la escritora colombiana no es para nada idílica ni femi-
perfecto para plasmar el ser enigmático de la mujer. En la nista, es sencillamente la compleja realidad interior de
ausencia del amado, en la soledad carcelaria de las fami- las mujeres mujeres (como en el poema de Gioconda
lias patriarcales y las apariencias sociales en el amargo des- Belli) en el trágico devenir del tiempo en el cual aún
amor y su recuerdo de muerte, la mujer vive perdida en el sobreviven como sueños los recuerdos.
devenir del tiempo que fue
algún día plenitud, aunque En las primeras frases
hoy parezca un sueño de la de los cuentos se plasma
respiración solitaria y de- también la profunda sen-
solada. En la literatura de cillez del estilo de Marvel
Marvel Moreno la mujer, Moreno, su escritura sin
la memoria, el tiempo y la barroquismos ni metáfo-
sociedad tejen complejas ras gigantescas, sino im-
sombras que perviven en la pregnada del aroma suave
escritura. y terrible de la cotidiani-
dad. Todos los elemen-
El presente ensayo preten- tos anteriores relacionan
de analizar con brevedad directamente sus cuentos
los elementos fundamen- y novelas con la literatura
tales anteriormente men- de Helena Iriarte, rela-
cionados en tres cuentos ción que sobresale entre el
de la escritora colombia- cuento “Oriane, tía Oria-
na: “Oriane, tía Oriane”, ne” y la novela “Frente al
“Algo tan feo en la vida de mar que no te alcanza”.
una señora bien” y “Una En la escritura se plasma
taza de té en Augsburg”. el complejo ciclo de espe-
El protagonismo de los jos en el devenir del tiem-
personajes femeninos, la po y el tejido nostálgico de
importancia de sus nom- los recuerdos que sueñan
bres y el estilo de Marvel un pasado en un presente
Moreno se plasma perfec- desolado por la tristeza.
tamente en la primera frase de cada cuento: “A María Como en la novela de Helena Iriarte, en el cuento “La
la asombró la casa de tía Oriane, pero sólo empezó casa cerca al mar” tiene una importancia esencial, pues
a inquietarla cuando escuchó los primeros ruidos.”; encarna el espíritu fúnebre de la familia en decadencia,
“Laura de Urueta terminó de tomarse el último Li- de la mujer que aún la habita, quien embriagada de re-
brium y alargando el brazo encendió el aparato de aire cuerdos y pintando en la ventana, escucha los ecos que
acondicionado.”; “Miranda Castro fue en su tiempo rondan la escritura.
una de las modelos más cotizadas de los Estados Uni-
43
E N S A Y O
44
y se encarnan en el extraño que irrumpe al final. En el el fruto del único amor, su hija, luego de que su fami-
cuento todo se sugiere y muy pocas cosas se afirman, lia le quitara su feminidad, su ser madre y mujer ama-
el pasado es un sueño del cual llegan ecos pero nunca da. La pérdida de la feminidad que se aferra al pasado
gritos rotundos. María, posible hija de Oriane, en su para preservar la plenitud de su libertad y amor como
adultez trata de recordar claramente, “Pero no podía mujeres es el elemento principal en personajes como
precisar el recuerdo. Y lo vería alejarse de su mente con Frieda, Oriane y Laura.
una secreta angustia, vago, cada vez más vago, asociado
solamente a aquel columpio escampado de herrumbre En la escritura de Marvel Moreno la mujer busca en
que había descubierto en el jardín de tía Oriane, y que los recuerdos del pasado la plenitud libre de su fe-
años atrás, antes de que la lluvia y el sol lo maltrata- minidad perdida por las imposiciones brutales de la
ran irremediablemente, había estado pintado de azul” familia y la sociedad patriarcal. Por eso, el erotismo
(Moreno, 2001). también es fundamental en la escritura de la que fue
en su juventud la reina del carnaval de Barranquilla,
El devenir del tiempo como el mar que lentamente pues en el erotismo se plasma plenamente la libertad y
destruye la casa, maltrata irremediablemente no sólo el amor de la feminidad. Como Marcel Proust, las pro-
a las personas, también a los recuerdos; aún así, María tagonistas de Marvel Moreno están en busca del tiem-
revive el amor de Oriane y Sergio con el desconocido po perdido que aún se puede soñar en los recuerdos,
que ronda la casa. Con esto, la escritura logra plasmar donde fueron verdaderamente libres y mujeres, donde
y revivir el pasado en un presente verdadero, liberan- vivieron y amaron con total libertad. Esa conciencia
do así sus pulsiones vitales reprimidas y sus sueños de de lo perdido es lo que hace del presente un tiempo
amor destruidos por el tiempo. desolado y triste, fúnebre y amargo, siempre unido al
pasado que fue tan pleno como represivo. La inexora-
Miranda Castro a diferencia de las otras protagonistas ble tristeza del presente se teje en la escritura con la
de los cuentos analizados, es incapaz de sentir amor. soñada plenitud del pasado, pintando los recuerdos y
Nunca amó a nadie ni a nada, y su recorrido por el plasmando la feminidad que algún día fue libre en el
pasado tiene más de desafío y de conocimiento que de amor, pero que hoy muere en la desolación.
nostalgia y amor. Dotada de belleza y rescatada de un
orfanato en Alemania, Miranda creció en Venezuela Esta nostalgia
rodeada de las riquezas y el cariño de su padre adopti-
vo. Como en las otras protagonistas, en Miranda per- Este sueño que vivo,
viven los recuerdos de hombres definitivos en su vida, esta nostalgia con nombre y apellido,
Lucio Castro y Peter; como en Oriane pervive Sergio y este huracán encerrado tambaleando mis huesos,
en Laura pervive Horacio. En Miranda no hay amor, lamentando su paso por mi sangre...
mientras que en Oriane y Laura sí. No puedo abandonar el tiempo y sus rincones,
el valle de mis días
En “Una taza de té en Augsburg” el pasado para Mi- está lleno de sombras innombrables,
randa es un desafío, como lo fue la adopción, el apren- voy a la soledad como alma en pena,
dizaje, su lesbianismo y el dinero. Su incapacidad de desacatada de todas las razones,
amar y el terror que esto produce, es plasmado perfec- heroína de batallas perdidas,
tamente en el final, en su encuentro con su madre en de cántaros sin agua.
Augsburg. Precisamente Frieda es la mujer mujer que Me hundo en el cuerpo,
vive recordando y buscando la plenitud de su vida, en me desangro en las venas,
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E N S A Y O
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E N S A Y O
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La novelización de
la historia: primeras
consideraciones
Diana Patricia Montes, El desarrollo de las ciencias llevó al hombre ha-
Sandra Milena Bello, cia los túneles de las disciplinas especializadas.
Julie Paola Rodríguez Baquero Cuanto más avanzaba éste en su conocimiento,
más perdía de vista el conjunto del mundo y a sí
Licenciadas en Humanidades y Lengua mismo, hundiéndose en lo que Heidegger, discí-
Castellana, Universidad Distrital Francisco pulo de Husserl, llamaba con una expresión her-
José de Caldas. Diplomadas en Literatura y mosa y casi mágica, “el olvido del ser” y, más ade-
Cultura del Instituto Caro y Cuervo. Correos lante, el autor refiere: “[…] el hombre se convirtió
electrónicos: junohebe@hotmail.com; en una simple cosa en manos de fuerzas (las de
la técnica, de la política, de la historia) que le ex-
milenabello@gmail.com; baropaju@yahoo.es
ceden, le sobrepasan, le poseen. Para esas fuerzas
su ser concreto, su “mundo de la vida” (die Le-
benswelt) no tiene ya valor ni interés alguno: es
Lo infinito del alma, si lo tiene, pasó a ser
un apéndice casi inútil del hombre eclipsado, olvidado de antemano. (p. 14).
“El arte de la novela”, Milán Kundera El avance de la ciencia médica lleva a todo ese cambio de
paradigmas científicos ocasionados por la Modernidad y
es así como la Medicina se instaura como la ciencia que
D esde la perspectiva de Foucault (1998), pensar en posibilitará el control del ser humano, la experimenta-
la historia es pensar en los mecanismos de con- ción con los cuerpos, la ciencia forense, la psiquiatría y
trol y sujeción que penetran los cuerpos e inscriben la aplicación de test que convierten al sujeto en un ente
en éste las prácticas institucionales del saber/poder. para vigilar y castigar en el mecanismo de control del
Cristina Rivera Garza con Nadie me verá llorar, a tra- naciente Estado. Los individuos trastornados deben ser
vés del hipotexto, retorna al México del Porfiriato y aislados para que no perturben la tranquilidad de la so-
la Revolución Mexicana donde confluyen ideas euro- ciedad en construcción y aunque el México de 1900 se
peizantes que avanzan hacia la implementación de un hallaba en la maquinación de la revolución, no estaba
nuevo orden social y económico. En esta perspectiva exento de la nueva etapa de industrialización.
Kundera (1987) dirá que:
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E N S A Y O
Los Totonacas arribaron a la zona del Tajín alre- Ese México es descrito como un lugar mágico, un pue-
dedor del año 800 de nuestra era, tiempo después blo sin explorar con fragor en sus tierras que aún son
y por razones que permanecen en el misterio, el inhóspitas para Europa, es ese país exótico que no se
área fue abandonada hacía el siglo XII. El territo- ha descubierto, que no se ha contagiado por completo
rio del Totonacapan iba desde las riberas del río del tiempo sin tiempo de la Modernidad, de la locu-
Cazones hasta las del río La Antigua, e incluía ra que produce un sistema; al contrario, estas tierras
sobre un costado de la sierra Madre a Huaichan- tienen su propia locura una que arrastra a la muerte
go, Zacatlan, Tetela, Zacapoaaxtla, Tlatanquipec, a los bebedores de chuchuqui, aguardiente capaz de
Teziutlán, Papantla y Misantla. Los nombres le enloquecer a cualquier hombre, de atraer la muerte
sugirieren ciénagas remotas, lodazales, paludis- de forma poética, dulce y cruel licor que sabe a muer-
mo, encarnizadas epidemias pero, poco a poco te cuando lo tienes en la boca. Sin embargo, aunque
a medida que las descripciones de los libros au- la autora sitúa al lector en un espacio geográfico, la
mentan y la inmensa vegetación llena el espacio novela se desenvuelve desde el interior, bajo la preocu-
con variados tonos de verde, el oro de la miel, la pación de la locura que ha sido creada en cierta forma
zarzaparrilla, la pimienta, el copal y la vainilla lo por todo ese sistema social que, en aras del futuro,
transportan a lo que quisiera imaginarse como arremete contra el individuo; la locura está mediada
una parte del paraíso terrenal (Rivera Garza, y se podría entablar la relación directamente de ese
1999, p. 63). territorio puro, virgen con los campesinos mexicanos.
Por otro lado, aparecen esos extranjeros que traen nue-
vos aires de Modernidad y que llegan con una urbe
que coacciona no solo una tierra con la explotación
petrolera sino a sus habitantes.
50
Además, la narrativa de la historiadora es muy singu- de los individuos o, mejor aún, en esa sociedad que
lar, plasma de manera casi perfecta lo que recuerda ha intentado clasificar la normalidad, los internos del
del pasado, de la misma manera que lo hace su prota- manicomio están expresando el mundo constante-
gonista Joaquín: “Lo único que Joaquín fue capaz de mente a través de la palabra, la imagen constituida en
recordar estaba almacenado en reflejos, gradaciones ausencias como lo hace Joaquín en sus placas, retrata
de luz, imágenes”. (p. 18). Esta forma narrativa está la insignificancia de los hombres, su soledad; Matilda,
atravesada por el lenguaje como el usado por Matilda: quien es Modesta Burgos, en realidad conocida como
“Su afección mental. Su condición. Son apuntes escri- la mujer que expresa todos sus sentimientos y percep-
tos a toda velocidad, garabatos sin puntuación, frases ciones a través de la escritura, hace y deshace la histo-
entrecortadas y fragmentos organizados sin método ria bajo su pluma y su locura.
alguno que sólo él era capaz de entender después.
Taquigrafía sentimental” (p. 122). Esta forma de hacer Es así como el manicomio se consolida en un ente que
novela nos lleva a confirmar lo que en el texto Crítica y priva de la libertad, pero es un mundo construido por
ficción Ricardo Piglia se plantea: “[…] la literatura es un esos sujetos que se hallan recluidos allí, ha sido su hogar y
espacio fracturado” (p. 11). Como tal, se rompen los su inconsciente, el sepulcro de sus sueños pero la realiza-
esquemas narratológicos habituales, al inclinarse hacia ción de los mismos a través de ese estado mental que los
la frontera y el borde como capacidad de creación, se hace privilegiados y desarraigados de toda una sociedad.
rompe todo tipo de linealidad tanto al interior de las En esta medida podríamos comparar la prisión que ex-
dos historias –la historia mexicana y el tiempo interno de presa Foucault (1998) con el encierro del manicomio:
la novela–, así como la misma ficcionalización de la rea-
lidad. Encontrándose en una “[…] zona indeterminada Pero la evidencia de la prisión se funda también
donde se cruzan la ficción y la verdad.” (Piglia, 2001: 10), sobre su papel, supuesto o exigido, de aparato
es donde Cristina Garza se va a desenvolver partiendo de transformar los individuos. ¿Cómo no sería
desde el discurso interior de la protagonista, quien en la la prisión inmediatamente aceptada, ya que no
realidad padeció el encierro, la soledad y la locura. hace al encerrar, al corregir, al volver dócil, sino
reproducir, aunque tenga que acentuarlos un
Esta última deja entrever ese estado emocional del ser poco, todos los mecanismos que se encuentran
humano que no ha sido controlado, vive en cada uno en el cuerpo social? (p. 234).
51
E N S A Y O
El interés por los casos clínicos a estudiar, por la po- padres o sus tutores, con el afán de verlos curados
sibilidad de encontrar nuevas enfermedades, tal vez del vicio del cinismo y las drogas (p. 98).
con la ilusión de curarlas llevan al doctor Oligochea a
realizar diariamente sus pláticas con los internos, la se- Los toxicómanos crean a partir del consumo de sustan-
rie de preguntas sin respuestas claras que éstos le pro- cias psicotrópicas nuevos estados de la conciencia don-
porcionan lo llevan al empleo de un nuevo lenguaje, de las imágenes de sus sueños se mezclan con los pasajes
términos y adjetivos que lo apasionan, taxonomías de de sus recuerdos; sin embargo, estas imágenes también
enfermedades ya conocidas pero reconfiguradas por son producto de los medicamentos proporcionados por
su lenguaje, por sus palabras; es así como el manico- sus doctores, quienes con el afán de la experimenta-
mio se encarga de diagnosticar y reproducir en cierta ción, reducen la mente y el cuerpo a una concepción es-
forma los patrones sociales que se manejan fuera de quizofrénica locura. ¿No es el psicoanálisis una gran
la institución, la cura de la locura o sencillamente el ficción?, una ficción hecha de sueños, de recuerdos, de
aislamiento para no perturbar. citas que ha terminado por crear una suerte de bovaris-
mo clínico (Piglia, 2001).
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53
E N S A Y O
nuevas teorías sociales en donde se hacía una discrimina- de la ciudad confirmó sus teorías: todas las patologías
ción social y biológica a partir del poder adquisitivo; de estaban directamente relacionadas con la falta de higie-
esta manera, los más desfavorecidos se encontraban en el ne tanto física como mental del populacho” (p. 126).
nivel más bajo de la nueva estructura de construcción del
progreso, directamente relacionados con las enfermeda- La cartografía moral, psicológica y social del nuevo
des más transgresoras de la condición humana, y así: país comenzaba a vislumbrarse; para ello, el Estado en
manos del presidente Porfirio Díaz, debía tomar medi-
La falta de higiene y los hábitos de trabajo, la das adecuadas en cuanto a la implementación institu-
inestabilidad de sus familias, la promiscuidad de cional del objetivo anteriormente citado. La estructura
sus mujeres, el desmedido gusto por el alcohol y debía ser aplicada por los profesionales más indicados
otros vicios, y hasta la costumbre de comer ali- para tal empresa, se preguntaba quiénes eran los de-
mentos demasiado picantes hacían de éste grupo miurgos de este proyecto moderno. No obstante, debi-
una amenaza real para el país. La consecuencia do al paradigma higienista, los más indicados para lle-
extrema, pero natural de estos atavismos se verifi- var la batuta de este sueño eran los médicos, los cuales
caba en los criminales, los alcohólicos, las prosti- exigían su posición más contundente en la transforma-
tutas y los dementes (p. 127). ción radical del desarrollo de este propósito bajo los
siguientes términos: “Si el régimen en verdad creía en
A partir de estos argumentos se legitimó un nuevo corpus el orden y el progreso, sostenía, tendría que empezar
de trabajo e investigación de índole “científico”, envis- por hacer de la higiene no un derecho sino un deber
tiendo de poder la limpieza de la sociedad, imponiendo ciudadano. El diseño de la ciudad tendría que estar
de manera categórica las directrices morales cuya labor en manos de médicos y no de arquitectos con ideas
será modelar los comportamientos malsanos; de esta europeizantes y nada prácticas” (p. 126).
manera Marcos Burgos, en su arduo trabajo académico
determinaba que: “Su práctica médica entre los pobres De esta forma se dio inicio de una manera institu-
cionalizada al proyecto moderno en México, el cual,
como ya se ha demostrado, ha tenido una carga fuerte
de oposiciones al igual que imposiciones que intenta-
ron obviar muchas circunstancias que determinan la
identidad Mexicana.
54
No es en vano que la autora del texto proponga “la Foucault, Michel (1998). Vigilar y castigar. México:
Modernidad” como un bar, burdel donde es posible Siglo XXI.
hacer los sueños realidad, esa Modernidad que encar-
na los vicios de la sociedad en el teatro, la puesta en Kundera, Milán (1987). El arte de la novela. Barcelona:
escena de la Diablesca y la Diamantina son el reflejo Tusquets.
de ese amor primero que llego a buscarla para salir
corriendo a gritarle al mundo su ternura. Laing, Ronald David (1977). Política de la experiencia.
Barcelona: Grijalbo.
Tanto en México como en el resto de Latinoamérica
todas estas ideas de construcción nacional tuvieron Piglia, Ricardo (2001). Crítica y ficción. Barcelona:
gran ahínco en la visión de diferentes dirigentes que Anagrama.
avalaban ideas genocidas a partir de lo que se ha de-
nominado como el ‘darwinismo social’, sobrevive el Riviera Garza, Cristina (1999). Nadie me verá llorar.
más fuerte y prevalecen las personas que han podido Barcelona: Tusquets.
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E N S A Y O
56
Escritora
Invitada
Así pasan
los años
Lauren Mendinueta*
(Barranquilla, Colombia, 1977)
* Empezó a escribir mientras trabajaba como bibliotecaria en una pequeña aldea de su país. Su primer libro, Carta desde la aldea (La Dádiva, 1998), ganó
el Premio Departamental de Poesía Joven del Ministerio de Cultura; el segundo, Inventario de ciudad (Golem, 1999), fue prologado por Álvaro Mutis. En
el 2000 su poemario Autobiografía ampliada recibió dos premios nacionales de poesía (Universidad Metropolitana y Festival Internacional de Poesía de
Medellín), y cuenta actualmente con dos ediciones, una en España (Casatomada, 2006) y otra en México (Salida de Emergencia, 2006). En 2005 vivió
en México con una Beca de Residencia Artística concedida por el Ministerio de Cultura de Colombia y el Fondo Para la Cultura y las Artes de México,
FONCA. En ese mismo año, publicó la biografía Marie Curie, dos veces Nobel (Panamericana, 2005). Una recopilación antológica de sus versos titulada Poesía
en sí misma fue editada por la Universidad Externado de Colombia en 2007 con un tiraje de 12.500 ejemplares. El año pasado ganó en España el Premio
Internacional de Poesía Martín García Ramos por su libro La vocación suspendida (Point de Lunettes, 2008). Su nombre aparece en importantes antologías
entre las que cabe destacar Una gravedad alegre, antología de la poesía latinoamericana al siglo XXI (Difácil, 2007) donde se le incluye como la poeta más
joven de la selección. Sus trabajos han sido traducidos al inglés, italiano, alemán, ruso, portugués y francés. Actualmente vive en Lisboa, Portugal y publica
con regularidad en el blog http://www.laurenmendinueta.com
57
P O E S Í A
A la doble
que soy
Hay fotografías en las que no me reconozco.
Mi yo cobarde al mirarlas
me obliga a pensar que existo en una sola
y no en la suma de quien soy
con esa otra que me suplanta en la imagen.
Cuesta creer que la desconocida también soy yo
esa mujer suspendida y fea
con un rostro que sin ser mío no es ajeno.
Entender el mundo bien puede ser eso:
aceptar que soy esa a quien desconozco.
Cada día en
otro tiempo
A Juana Rosa Pita
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La errancia y
la proximidad
A José Luis Rojas
59
P O E S Í A
Ignorada por
lo que sé
La muerte me despoja del cuerpo.
En vida, L y su cuerpo son sinónimos;
en muerte, una cosa soy yo y otra mi cuerpo.
Dirán: “Éste es el cuerpo de L”,
como si el cuerpo, que una vez fui yo misma
y no algo que me representaba o me pertenecía,
de repente careciera de importancia.
Cuando esto ocurra, ¿qué podré ofrecer?
La memoria de mi propia carne y con ella
la evocación de un alma arrastrándose a la nada.
60
Vincent
Cesare Gafurri
Reconozco la mancha,
la larga pincelada
que transfigura la naturaleza,
el trazo que se mueve
al paso que desciende la
lágrima de dolor, de fuerza,
de nostalgia, de lucha…
En la figura,
por más que parezca,
nada es caótico,
todo tiene un sentido,
una razón…
Los azules, los amarillos…
los colores del alma
se identifican y
se yuxtaponen
al alma de un suicida,
que durante una tarde,
en un campo de trigo:
hizo volar cuervos.
61
P O E S Í A
Sinfonía
las almas malvadas
dejen sus penas
hay fiesta,
62
El día
después
Andrés Gustavo Córdoba
Correo electrónico: andrescordoba79@gmail.com
Hay sangre
derramada en el mantel
del medio día.
Mi padre se levantó con agravio
y echó sus últimas pestes en el plato.
63
P O E S Í A
Cortada
Huir de la vida
para que el amor
no me haga tragar sus espinas
y me las devuelva en palabras
con borbotones de sangre
para escupirlas en el lavamanos.
64
El mundo que
En el mundo que me gusta
el dinero es un papel
con el que nos limpiamos el trasero...
65
P O E S Í A
La estatua
o al menos una mirada de desaprobación,
pero ella sigue estática.
66
Veneno de
zozobras
Un plan condenado a no mirar
diluido en partículas
discretas a las sombras,
había traído en flotillas de ausencia
un correr inverosímil,
esperando por ese desobediente
que no quería otra cosa;
sólo aquel estado de neblina
pisando suelos rotos
y copas fatigadas
después de tomado el vino.
67
P O E S Í A
La calle
Hellman Pardo*
Ingeniero de profesión
* Ha transitado en la poesía desde edad temprana, asistiendo a talleres dictados por Federico Díaz-Granados, Juan Manuel Roca y Jaime García
Maffla. Finalista en 2007 del Premio Internacional de Poesía Breve con el libro La humanidad de las cosas. Ha escrito para varios periódicos y
revistas a nivel nacional. Ha sido seleccionado en la antología Conjuro Capital, convocada por la Fundación Gilberto Alzate Avendaño. En 2008
publicó el libro La tentación inconclusa (Común Presencia). Su poesía ha sido traducida al japonés. Correo electrónico: inghellman@yahoo.es
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Luz solar
que cuelguen de las hélices
o la garza de flacura vencida
que bebe espacios en el agua cruda.
No tengo sombra, o manos que sostengan
tanto anochecer al día.
No tengo grandes noches Tengo esqueleto
de cerezas, de uvas, y no tengo grandes noches
de pasos sin camino de pueblos enteros que sollozan solos
como cualquier ser humano con forajidos en sus calles muriéndose de pena.
o ausencia de aguacero. No soy el que necesita el mundo.
No soy abrazo de madre es tarde,
con ojos de dolores en los hijos, ándate con tus árboles donde muera la selva.
un pirata con múltiples arracadas
69
P O E S Í A
Viento
de abril
A Amparo Osorio
El viento, ese antílope que rumia corazones Cuando vamos de un lugar a otro, cuando somos
camina por el estribor de nuestras pieles sólo la herrumbre de la vida
y deja con su voz aplacados los cedros, y sentimos cómo nos limpia el cuerpo
la vereda fértil, la cordillera. y abandona su mundo para poder lograrnos
Se deshojan sus tibias manos el viento, ese fuego que consume nuestros rostros
alcanzando las últimas horas de los días nos hace saber que estamos vivos
en que dejamos de ser este pedazo de hombre y que nunca abandonará la faz de la tierra.
y nos volvemos suyos, desamparados. El viento, blanca sombra del día y de la noche.
70
Él: voraz e
insaciable
Angélica Téllez
Dime,
¿Qué se siente
estar en ese pedestal?
Donde los humanos
lamen tu cuerpo,
donde las carroñas
devoran tu piel.
Ya en la noche
ni la luna te ilumina,
la memoria del tiempo es implacable:
te abruma
te ensordece
te escupe
te repele.
71
P O E S Í A
Amante
Insinuó prudencia.
Habló sobre observar y detectar.
Bebió despacio el té.
Miró la cabellera scarlet de la amante:
recordó la infidelidad
y en un espasmo de dolor
talló el cuerpo
con desazón.
72
Les toca
Pablo Estrada*
* Finalista de diversos concursos literarios de cuento y poesía. Ha ofrecido variadas conferencias, recitales y eventos literarios. Un artículo suyo sobre
Charles Bukowski fue publicado en U.N. Periódico. Ha sido docente y corrector de estilo. Administrador del proyecto Superficies (http://myspace.com/
superficies), que mezcla poesía, música, video, fotografía y diseño. Fue miembro fundador del grupo de poesía Negacionista. Blog: http://pabloexiste.
blogspot.com
73
P O E S Í A
Especulación
de ruedas de bicicleta,
de máquinas de escribir
y cosas obsoletas,
hablemos de buenas y malas intenciones,
de frivolidades y crisis nerviosas, en Colombia
hablemos de periódicos y telenovelas,
hablemos de shampoo y acondicionador,
hablemos de viejos libros de historietas, Valores en $ pesos
hablemos de pintura rupestre y graffiti el precio de ser mártir: 1,000…
hablemos de bonitas piernas y bonitas tetas, la cara del caudillo en el billete.
hablemos de tener manos de poeta El precio de ser poeta: 5,000…
y hacer el amor con una de ellas, la cara del suicida en el billete.
hablemos de silencio y de palabras, Y dicen las malas lenguas
del cabello largo y la calvicie, –de los que se quedaron con su casa, por ejemplo–
hablemos de licores nacionales y extranjeros, que su muerte no la provocó un amor prohibido
hablemos de abandonos y desengaños, o el mal de fin de siglo
cambiemos de tema, sino la necesidad de huir de los acreedores…
hablemos, no callemos, 20,000: el precio de ser un científico desconocido
hablemos del calentamiento global y tener el mismo apellido que un compatriota
y los escándalos de corrupción política: reconocido por su récord mundial de asesinato
de los grandes temas de la poesía, de niños.
hablemos duro, hablemos pasito, Sexo –con o sin amor (por parte del cliente)–
hablemos bello, hablemos sucio, a 1,000 el minuto en el Centro, 2,000 en Chapinero
hablemos de lo que sea, 3,000 en el norte, 4,000 a domicilio, 5,000 por catálogo.
pero, por favor, hablemos… El minuto a celular y la hora de Internet
también varían según la ubicación.
El tiempo ya no se mide por horas o segundos,
tampoco por millas la distancia
–se acumulan para cambiarlas por bonos–…
La llamada internacional
a Europa, USA o el sur de Suramérica
–donde viven los amigos que no han muerto–
desde 500 hasta 1,000 a fijo…
matar a una persona,
tener y abandonar un hijo,
someter a un pueblo,
conservar la dignidad,
aquí también tiene precio
y no hay mastercard que valga…
74
75
P O E S Í A
***
* Magíster en Literatura Hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo, Licenciada en Lingüística y Literatura de la Universidad Distrital Francisco José
de Caldas. Ha publicado poemas en las antologías Oscuro es el canto de la lluvia, e Inventario a contraluz y en algunos diarios y revistas del país. Correo
electrónico: anadilira74@gmail.co
76
Exactitud de
Las ciudades ya no tienen rostro,
todo es piel
y en la piel mil ojos
Y ya no estás
entre el clic y la piedra, la música y las manos tejían
el sueño, húmeda cueva de las repeticiones, la honda
mirada de la amada, torsos, serpiente enlazados en la
danza, deja que mi lengua intente un decir de tam-
bora, de bullerengue y mudra, despedí a la vergüenza
en la puerta de los reflejos y abracé la sombra de las
para escuchar
olas con mis piernas, mi madre canta un bosque, mi
hermana se viste de ventana, mi hija grita aún entre mi
las palabras
cuerpo, dilatadas lunas, tardes que se anuncian bajo
la puerta, dormirás en vientres transparentes, entre
gigantes raíces de caucho, no vuelvas la mirada, teme- Andrés Barbosa Vivas*
roso Lot, sé cómo te aterra mi quietud, mi escarchada Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad
palabra amenazada por el sol, toma esta ofrenda de Pedagógica Nacional.
pájaro al amanecer y no vuelvas a mi sagrada piel, voy
por tu cuerpo como por el polvo, voy mirando lo que que he ido desprendiendo del viento como hojas
no se debe: sibilas y criaturas que se ríen del miedo, para un herbario:
piensan los sentidos entre tu deseo de capturar jardi- triscan en los caminos que confluyen en el árbol de
nes para un siempre instantáneo, ausencia con garras, tu ausencia;
ceremonia de pasaje cada beso, el deseo siempre en enmudecen frente a floraciones oscuras y aterciopeladas.
la frente y la muerte tan viva en los sauces llorones,
te lo dije y a ti también, pero cantaba tan fuerte la Estos vocablos de voz estertórea
luz… ya se levantaron los murmullos, el sentido es tu crecen en mi cuerpo cual hiedras en un muro
propia danza, vi las cometas incendiadas desde la sala de mutismo
de parto y las ramas se agitaban obscenas frente a mi y se desgarran;
cuerpo roto, buscando, buscando el agua que bebes, se agotan en las mesas de familia
aquí, cuando sólo eco somos. que me dan el pan y toman mi vacío
primorosamente
*** en las conversaciones de sala.
* Miembro de la Red Nacional de Estudiantes de Literatura. Ha participado en el Festival de Poesía de Bogotá y en los Juegos Florales de Manizales;
sus poemas han aparecido en publicaciones como el periódico La Patria y la Biblioteca Virtual Brisa. Es autor del libro Desdóblate silencio. Blog: http://
andresbarbosavivas.blogspot.com Correo electrónico: andresbarbosavivas@gmail.com
77
P O E S Í A
En la calidez
las velas, el espejo, las piernas de la pared,
el cuchillo.
En la noche
invento palabras con barro cocido de casa
pero no puedes escucharlas.
A Fredy Estrada
Al trasluz de la ventana
cuando el día da los primeros pasos
estás tú hablando
y el pájaro que llora en la jaula
vuela cuando cierro los ojos.
Entre sombras
te pareces a mi padre,
a mi madre,
a alguien que conocí pero no recuerdo
en la noche que pasaba el tiempo
viendo figuras en las paredes.
78
Inscripción
en el cigarro
A Mercedes Vivas
II
Una atleta
daba un bote hacia atrás,
la luna parecía en el suelo.
III
IV
Cigarro
sabes que te estoy buscando
y por eso me das tu poesía.
Leer el tabaco
es tan antiguo como la humanidad,
los primeros sabios de nuestras selvas lo llevaban
para que el aire en torno suyo no se enrareciera.
79
P O E S Í A
V VI
Tanto así que dijeron palabras Las mujeres de las bellas latitudes lo saben
que crearon todo, siempre rítmicas, siempre sonantes
aunque no todos con una luna en la voz.
supieron escucharlas.
VII
Yo soy como ellos, pero más elemental
un áspid ante el dolor, Y los amantes de la vida,
un punto negro sus noches solitarias
del que brotan Orientes y estrellas claras. inmensas y profundas
como un bosque en el que perderse.
80
Monólogo
Rosita Catalina Isaza Cantor Hoy no quiero ser mujer
(acaso hombre tampoco)
Profesional en Estudios Literarios y profesora. decidí liberarme
Correo electrónico: rocaisca@gmail.com para encontrar el ser,
y sucede entonces.
81
P O E S Í A
Mi ciudad
La ciudad nunca se aleja. …Y me doy cuenta…
Porque la ciudad es una isla que viaja en la carne. Llevo la ciudad a cuestas,
caracol mundo, ciudad caracola
Freddy López que albergo y me alberga.
82
Vengo
Kelly Johanna Platero Villamil
Hablaré al ocaso
mientras él esparce
su opacidad
sobre mis labios.
Paulatinamente
mis pasos
de gigante en encierro,
−de pequeño perdido−.
En la mágica invisibilidad
de la vida,
el mar.
−el viento.
83
P O E S Í A
Ahora
Entre los pasajes,
soy sombra de punta,
oscura vestidura del ángel.
* Estudiante de Licenciatura en Sociología, Universidad de Guadalajara. Es autor de los libros editados por Publicaciones Eugénesis: Dulces momentos
frustrados (2007) y Oscureció (2008), este último prologado por Ernesto Mallo, escritor argentino ganador del Premio Clarín-Alfaguara 2004.
Algunos de sus textos fueron incluidos en el libro Antología de poesía 2008 (Editorial Días Raros). Pertenece a la Red mundial de Escritores en
español y poetas del mundo.
84
Soy él
Soy ciego en palabras,
incrédulo de vida,
culpable de tu muerte,
juguetón de huesos.
Muerto.
Soy el inmenso pensamiento que no te deja,
indulta por mis desgracias,
despierto en una eternidad.
Soy él,
de sangre, que no es azul,
soy igual a quien más abominas,
perro de calle.
85
P O E S Í A
*** XI
86
***
XX
Aliento de piedra
ese que me persigue sin alcanzarme: mi sombra.
Ya renuncié a lo que vi,
una lumbre gris en el horizonte
escrito con niebla.
Ya viví arriba, una extraña vida del cielo,
viví muchas veces,
sólo recuerdo para oscurecerme,
después un rostro de letras borroso.
87
P O E S Í A
Canto al
Apaporis
Fanny Muñoz Reyes
Se divisa a lo lejos
la serranía de Morroco
y laboriosos insectos
hacedores de torres
en arcilla roja.
88
En el justo
tiempo
Donde la sierra empieza
los ríos inventaron sus caminos
Mendihuaka, Palomino
Huachaca, y otros.
Por esos senderos.
El algodón nació y dio su fruto
en el justo tiempo
extendió su melena,
se abrió a manos tejedoras
para que fuera el vestido,
el gorro y la mochila
de los Kogui.
89
90
Entrevista
Una faena no
convencional
Carlos Cortés Martínez Carlos Cortés Martínez: ¿Por qué decidió trabajar en
Estudiante de Comunicación Social, VII semestre, una revista de izquierda como Alternativa?
Pontificia Universidad Javeriana. Correo electrónico:
carloscortes63@hotmail.com Antonio Caballero Holguín: Alternativa pretendía ser
una revista de izquierda pacífica y unificadora. En esa
época en Colombia había docenas de grupos de iz-
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Muchos saben quién es Antonio Caballero Holguín: hijo de Eduardo Caballero Calderón, escritor colombiano; sobrino de Lucas Caballero,
conocido en el periodismo como Klim; y hermano del pintor Luis Caballero. No se ha escrito ninguna biografía sobre él, pero por Patadas de
ahorcado, entrevista que le hizo Juan Carlos Iragorri y Mano a mano, el que se confrontan las ideas de Caballero y de Enrique Santos Calderón, o
por publicaciones como El periodismo sí es un género literario, se sabe que se graduó del Gimnasio Moderno en Bogotá, que estudió Jurisprudencia
en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (sólo un semestre) y luego en el Instituto de Ciencias Políticas de París. De niño quiso ser
pintor, pero luego se inclinó por la literatura y por el periodismo. Fuera de Colombia ha trabajado en The Economist, en BBC en Español y en la
revista Cambio 16. En nuestro país, participó en la revista Alternativa, ha trabajado para El TIEMPO, para El Espectador, para la versión colombiana
de Cambio 16 y para la revista Semana. En 1986, se publicó Reflexionémonos, donde se recopilan 20 años de sus caricaturas. En 1984, publicó Sin
remedio, novela de 515 páginas que habla sobre la dificultad de entender la verdad y también de escribir un poema. Y en el 2003 salió al mercado
Toros, toreros y públicos; también se reeditó Isabel en invierno, un libro infantil. En la actualidad, es uno de los columnistas más leídos en nuestro
país. ¡Caballero es todo un personaje!
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C. C. M.: Según Bernardo García –uno de los precur- C. C. M.: En el libro “Patadas de ahorcado” usted dice:
sores de la revista–, ¿hubo un intento de la policía por
allanar Alternativa? ¿Qué había pasado? “[…] Cuando llegué, a los dos meses o tres de fun-
dada, ya la revista, que se pretendía antisectaria,
A. C. H.: A Alternativa le pusieron un par de bombas se había roto sectariamente en dos. Pero bueno.
–también le pusieron una a Enrique Santos, el direc- Antes de romperse otra vez en dos, y de hundirse,
tor–. La revista empezó a finales del gobierno de López la mitad mía −la de Gabo, Santos, Restrepo, Kata-
y se terminó en el de Turbay, hasta la toma de la Emba- raín y García− duró algo más de cuatro años y por
jada Dominicana. Durante todo ese tiempo molestaba ahí pasó mucha gente […] (Iragorri, 2002: 23).
muchísimo al Gobierno y a los militares, en particular.
Ese allanamiento de la policía fue una tentativa de ame- Explíquenos por favor ¿por qué dice que cuando usted
drentarnos, de hacernos desaparecer como revista. Aho- llegó, la revista ya se había dividido y por qué poste-
ra, las bombas fueron una tentativa más extrema, pero riormente se volvió a romper?
se pusieron en un momento en el que sabían que no
estábamos ahí. Simplemente lo hicieron para provocar A. C. H.: No sé los motivos exactos de la primera rup-
miedo. Creo que en ese momento Alternativa no tenía tura. No estaba en ese momento. La segunda ruptura
se dio porque es muy difícil hacer una revista colecti-
enemigos distintos que el Gobierno y los militares. En vamente. Enrique Santos era el director de Alternativa
esa época no existía el paramilitarismo. pero todas las decisiones políticas e importantes de la
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revista se tomaban colectivamente. Eso llevó a discu- que no he pertenecido a él y no comparto muchas de
siones interminables e inevitablemente a la ruptura. sus orientaciones políticas. Entonces no podría servir
No creo que se puedan hacer revistas de esa manera, de “paraguas” para eso. Pero, García Márquez no era
debe haber un director que mande. Bernardo García simplemente un “paraguas” de Alternativa, él participa-
ya me había advertido de los debates en los consejos ba en muchísimas de las decisiones de la revista a pesar
de redacción y el mismo Caballero también se había de no vivir aquí. Pero, al estar presente se metía muy
pronunciado al respecto: Cuando había discrepancias activamente en la revista y cuando había problemas in-
internas en el grupo –o sea, casi todo el tiempo–, eso ternos, ejercía el papel de árbitro interno –no sólo de
era dificilísimo. Todos los artículos de todos los redac- “paraguas” hacia fuera–; y como yo no podría servir de
tores, sobre lo que fuera, sobre política, sobre cine, árbitro interno de nada, no estuve interesado en eso.
sobre temas sindicales, había que leerlos en voz alta en
el consejo de redacción, discutirlos, corregirlos… Un
horror (Giraldo, 2004: 215). C. C. M.: Según García Márquez, el mérito histórico
de Alternativa fue haber puesto en crisis a la izquierda
colombiana quién sabe por cuánto tiempo (Caballero,
C. C. M.: Dijo que Gabriel García Márquez le sirvió 1986) ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
de paraguas a Alternativa (Iragorri, 2002: 23) ¿No cum-
pliría usted una función parecida en este momento si A. C. H.: No me parece que Alternativa tuviera una
escribiera regularmente para periódicos como Voz o importancia tan grande como esa que le atribuye Gar-
para Le Monde Diplomatique? cía Márquez. Sí, puso en crisis a la izquierda en cierto
modo, pues obligó a plantearse la necesidad de actuar
A. C. H.: Voz es un periódico de partido y yo no estoy unificadamente. De ahí salió Firmes, un movimiento
interesado en escribir en un periódico de esa condi- político que duró muy poco, pero que lanzó una can-
ción. Ni en ser “paraguas” del Partido Comunista por- didatura unificada a la Presidencia de la República,
representada en Gerardo Molina.
Antes del Polo Democrático, esa ha-
bía sido la primera tentativa de uni-
ficación de las fuerzas de izquierda
en Colombia.
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mediocre, la verdad. Yo creo que Alternativa tenía dos llermo, pues obviamente hubiéramos tenido discusio-
clases de lectores: los militantes de algún partido de iz- nes, pero trabajando como columnista no había por
quierda y los lectores de sensibilidad de izquierda que qué tenerlas. Guillermo era absolutamente respetuoso
no militaban en ningún partido y que rechazaban el con lo que pensaran y escribieran los demás.
sectarismo. Defraudamos en cierta forma a las dos cla-
ses de lectores, a unos por no ajustarnos estrictamente
a cada uno de los grupúsculos: a los del MOIR (Movi- C. C. M.: ¿Por qué se fue de El Espectador?
miento Obrero Independiente y Revolucionario) por
no ser del MOIR; a los trotskistas por no ser trotskistas A. C. H.: Me retiré cuando empecé a trabajar en
y a los comunistas, por supuesto, por no ser comunis- Semana. Esta revista no permitía que yo tuviera una
tas. Ellos siempre han sido, en la historia colombiana, columna de tema político en otro sitio. Pero yo seguí
los grandes divisores de la izquierda. No les interesaba escribiendo en el periódico muchas cosas, sobretodo
que Alternativa pudiera funcionar, y a los otros lecto- de toros, aunque usted no quiera hablar de eso. Me re-
res, porque no fuimos capaces de hacer las cosas lo tiré de El Espectador cuando lo compró el grupo Santo
suficientemente bien. Domingo. Me parece que yo llevaba demasiados años
criticándolo y diciendo que era dañino para Colombia
como para seguir trabajando allí, una vez que habían
Las cosas no van mal para ninguno de los dos. Cambiamos de comprado el periódico.
tercio y el tendido se ha puesto de pie por la última verónica…
C. C. M.: Puede pensarse que usted y el señor Gui- A. C. H.: Trabajé en la BBC en Español cuando era
llermo Cano diferían en temas como la extradición y muy joven y vivía en Londres. En Caracol no he traba-
la legalización de las drogas. ¿Cómo fue trabajar como jado como locutor. He participado en programas, por
columnista en este tiempo en El Espectador? ejemplo, a veces voy a Hora 20. En una época, también
hice unos comentarios para Radio Santa Fe…Normal-
A. C. H.: Discrepábamos. Aunque Guillermo Cano mente, el problema que tiene la radio es que hay que
nunca se metió a intentar censurar a ningún colum- hacerlo a determinadas horas y yo soy muy desordena-
nista de ese periódico. Es decir, si yo hubiera trabajado do y muy perezoso.
dentro de El Espectador, a las órdenes directas de Gui-
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C. C. M.: ¿Qué cambió en Colombia para que usted C. C. M.: ¿Tiene algún borrador de algo?
haya tomado la decisión de regresar?
A. C. H.: Tengo empezados varios cuentos.
A. C. H.: Digamos que los últimos diez o doce años
de mi vida fuera del país, vivía en Colombia más o
menos la mitad del año. Seis meses aquí y seis en Es- C. C. M.: Igual que Ignacio Escobar, ¿quiere evitar el
paña. Pero no es que haya cambiado Colombia, es que compromiso?
han cambiado condiciones de mi vida personal. Ya no
tenía interés en seguir viviendo en España. Según Fer- A. C. H.: Puede ser, aunque nunca he tenido el me-
nando Cano, ex director de El Espectador, Caballero nor sentido de urgencia. Creo que tengo todo el tiem-
duró exiliado aproximadamente 15 años. po por delante. Cuando escribí la novela pasaron años
y años y no me importó porque yo sabía que la iba a
Entramos al último tercio… habrá que ver… seguir escribiendo. Lo mismo me pasa con los cuen-
tos, en algún momento los voy a terminar, pero no
tengo prisa.
C. C. M.: ¿Va a escribir más novelas?
A. C. H.: No sé, no creo. Una novela se escribe cuan- C. C. M.: ¿Ve crítica la situación del periodismo de
do uno tiene algo que decir o cree que tiene algo que opinión en nuestro país?
decir. Yo quería decir en Sin remedio que era muy difícil
decir la verdad, y que una vez dicha la verdad, es muy A. C. H.: No, para nada. Al contrario, lo que veo es
difícil que se entienda. Normalmente hay malos en- que el periodismo de opinión está sustituyendo en
tendidos. Creo que eso ya lo hice en Sin remedio. No le muchos casos al periodismo de información. La in-
veo mucho sentido volver a decirlo. formación la estamos sacando ahora mucho más de
las columnas de opinión. Eso es un
problema general en la prensa en
Colombia. Es decir, los intereses
económicos y los intereses políticos,
sobre todo en el actual Gobierno,
hacen que la información pase por
muchos más filtros que la opinión.
Ahora hay muchos más opinadores
que nunca.
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dictada por intereses extra periodísticos. Hay gente que Referencias bibliográficas
tiene una columna de opinión, pero sus intereses son
otros, promover intereses turísticos o cerveceros, no sé. Iragorri, J. C. (2002). Patadas de ahorcado. Caballero
En el fondo depende mucho más de los dueños de los se desahoga. Una conversación con Juan Carlos Iragorri. Bo-
periódicos que les dan columnas a personas que tienen gotá: Editorial Planeta.
opiniones sesgadas e interesadas, sin especificar que las
tienen. Que tengan otros intereses no tiene nada de Giraldo, J. L. (2004). Mano a Mano. Antonio Caballero,
malo, pero deben decirlo. No tiene nada de malo que Enrique Santos Calderón. Bogotá: Editorial Planeta.
exista revistas o periódicos de organizaciones empresa-
riales o de sindicatos, pero eso deben dejarlo claro. Caballero, A. (1986). Reflexionémonos. 20 años de
caricaturas de Antonio Caballero. Bogotá: Editorial Pre-
sencia.
C. C. M.: En varias entrevistas usted ha criticado la
educación dentro de las facultades de Comunicación
Social. ¿Hay alguna esperanza para esos estudiantes?
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Una escena de la
vida posmoderna:
Much Music
Television
Diego Ortiz Sabbath o Alice Cooper; que vivan al extremo y con-
suman su juventud rápidamente entre alcohol, muje-
Estudiante de Licenciatura en Educación Básica con res y depresión como Kurt Cobain, Shannon Hoon y
énfasis en Humanidades y Lengua Castellana, V se- Axl Rose; que usen lujosas zapatillas, camisetas, faldas,
mestre, Universidad Distrital Francisco José de Cal- pantalones o incluso poca ropa como Britney Spears,
das. Correo electrónico: diegortizv@gmail.com Justin Timberlake y P. Diddy.
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litros de cerveza con un artefacto especial hasta vomi- La televisión al establecerse como el principal medio
tar en frente de las cámaras para terminar con cándidas masivo de comunicación reemplaza y sobrepasa sin
sonrisas por el deber cumplido; desnudarse (pero eso ningún inconveniente ni contratiempo la tradicional
sí, manteniendo el pudor encubierto con un montaje educación escolarizada y aún más la sabiduría legada
de un smile) y sentarse en patinetas para caer por calles por generaciones dentro de las familias. Las nuevas en-
empinadas y terminar en una rampa que conduce a un señanzas del televisor llegaron más coloridas, altamen-
sector de la calle llena de tachuelas. De nuevo, otro de te atractivas, inmediatas, distorsionadas con respecto
estos desinhibidos individuos se desnuda impudorosa- al contexto de la realidad pero disfrazadas con epítetos
mente para deslizarse por un rodadero tapizado en lija, como “lo más reciente”, “la última tendencia”, “lo más
y al final con un rostro lleno de dolor pero con gesto de moderno” y de pronta aplicación en cualquier ámbito
victoria, mostrar como trofeo y en un close up bastante social (las amistades, el colegio, la familia, la pareja,
íntimo sus nalgas sangrando (al final la letra menuda etc.). La televisión, así, terminó dictaminando el trato
hace de nuevo su aparición recomendando que no hay con los padres, la jerga entre los amigos, lo que hay y
que realizar este tipo de acciones sin la presencia de un no hay que saber, la manera de vestirse y las nuevas
adulto responsable). formas de apreciar al mundo.
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El sueño del rockero vividor y viajero contagia a una que bombardea los sentidos con mayor repercusión
juventud que se percata, cada vez con mayor conven- sobre los adolescentes, llenándolos de marcas, de com-
cimiento, de que no se necesita aprender matemáticas portamientos cool, de bizarras ópticas de ver y vivir la
ni geografía para alcanzar fama, fortuna y gloria, sin- vida y de música rock (catalogada como rebelde y, gra-
tiéndose con pleno control de sus vidas para hacer dar cias a esto, atractiva). El video-clip atiborra con toda
un nuevo giro a la historia de la humanidad, como lo su carga de símbolos los inmensos baches que deja
hacen sus ídolos. una educación precaria, alejada de su responsabilidad
como formadora integral de personas y, sobre todo,
Por el otro lado, la educación pierde aquel paraíso lú- descontextualizada en sus promesas de integrar eficaz-
dico de los espacios televisivos por problemas de venta mente a sus graduandos a una sociedad que le lleva
y comercialización de sus programas y queda por fuera varios años luz de distancia. Igualmente, desplaza los
del sistema educativo informal (es claro que del sistema valores familiares, obsoletos y pasados de moda, por
educativo formal ha estado ausente). Los niños co- sus valores, actuales, momentáneos y vacíos.
mienzan a no interesarse por las tablas de multiplicar,
pues esta actividad no hace famoso a nadie, teniendo
un mayor peso simbólico aprenderse de memoria la La educación ante esta panorámica (que he reducido
letras y gestos de Kurt Cobain o Charly García. a los canales de videos, dejando por fuera ese inmenso
La televisión en general y los video-clips en particu- universo que es la Internet) tendrá que dedicarse un
lar cambiaron el modelo de identidad establecido por tiempo prolongado a ver video-clips (y otras formas de
la familia, primeramente, y reforzado por la escuela expresión y venta de lo joven) para comprender a dón-
donde se afirmaba que el portador de conocimientos de se fueron sus preciados niños que cada vez le dan
intelectuales y prácticos era una persona integral, con más la espalda o la ignoran o se mofan de ella, y que
criterio y seguridad para afrontar las vicisitudes de la prefieren seguir ídolos prefabricados y efímeros y no
vida, con proyección de madurez y por ende, con po- a aquellos grandes héroes, históricos o literarios, del
sibilidad de un futuro próspero. Era este un sueño a mundo y del hogar que nos permitieron llegar al pun-
muy largo plazo y el video-clip hizo de ese sueño un su- to en que nos encontramos. Y después ¿qué?
ceso inmediato, reemplazando el factor conocimiento
por actitud (valor mucho más económico de obtener
tanto por gasto de energía intelectual como por tiem-
po de adquisición). Sólo hay que seguir las conductas
de Ozzy Osbourne, vestirse como Robert Plant, tomar
Pepsi como Shakira y, a la vez, ser tan rebelde como
todos ellos.
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Sobre Nicanor
Parra
Daniel Andrés García León *
Nicanor Parra se encuentra en una encrucijada histó- El autor chileno no sólo escribe en clave antipoética,
rica, el oficio poético requiere una reconstrucción mo- carga consigo una responsabilidad filosófica, del ab-
derna, un respiro, una nueva herramienta, la ironía y la surdo –asumida por la antipoesía– y una responsabili-
crítica, la pasión y el pensamiento desnudo, este ir en dad social, aquella de la anarquía. Define a la antipoe-
contra de la literatura reinante de Pablo Neruda crea sía en tanto llega al extremo de crear axiomas que no
la sensación antipoética de su obra. Y es precisamente escapan a esta clasificación, pero trazan un limbo en
este sentimiento antipoético en Parra el que lo lleva a donde la significación irónica desnuda constituye su
reconocer las mentiras del mundo moderno –desde la ruptura con el mundo.
sátira y la ironía– para destruir las mismas en tanto re-
conocimiento; muestra la vida como una gran sucesión En su primera edición (1954), el libro Poemas y antipoe-
de equivocaciones del hombre, de Dios, del mundo mas tenía en la cubierta el siguiente texto:
*
El presente texto hace parte de la monografía de grado Metaironía en los “Poemas y antipoemas” de Nicanor Parra que el estudiante presentó para
obtener su título profesional. Correo electrónico: danielgarca@gmail.com
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Entre todos los poetas del sur de América, poetas Frente a esta situación, Parra marca la ruptura de di-
extremadamente terrestres, la poesía versátil de Ni- cha medida. Desde la subversión de los imaginarios
canor Parra se destaca por su follaje singular y sus poéticos de Neruda construye una nueva poética que
fuertes raíces. Este gran trovador puede de un solo sólo podrá encontrarse y conjugarse con su opuesto
vuelo cruzar los más sombríos misterios o redon- predominante. Este factor es definitivo debido a que
dear como una vasija el canto con las sutiles líneas constituye el inicio de una nueva poesía con nuevos
de la gracia. La vocación poética de Nicanor Parra valores, los de la ruptura; es la vanguardia en el extre-
es tan poderosa como lo fuera en Miguel Hernán- mo último: una vanguardia que superó todas sus bases
dez. Su madurez lo lleva a las exploraciones más para ser ruptura en sí misma.
difíciles, manteniéndolo entre la flor y la tierra,
entre la noche y el sonido, pero regresa de todo La Modernidad y la crítica literaria han dejado de ser
con pies seguros. En toda la espesura de la poe- sólo eso y se transforman en otra cosa, en el poema
sía quedarán marcadas sus huellas australes. Esta mismo, en una ironía que refunda nuestras perspecti-
poesía es una delicia de oro matutino o un fruto vas académico-literarias, y que obedecen a una historia
consumado en las tinieblas. Como lo mande el que poco a poco construye y reconfigura rasgos como
poeta Nicanor nos dejará impregnados de frescura lo irónico, lo cómico y lo absurdo, todos ellos lleva-
o de estrellas. dos al extremo. Antes de Parra el peso poético de la
vanguardia recaía sobre el objeto estético, ahora el ob-
No deja de sorprendernos que el mismo Pablo Neruda jeto estético somos nosotros mismos viéndonos en la
diga palabras tan elocuentes sobre Parra, ni que pro- escritura. No basta con decir que somos producto de
mueva el libro que había ganado el concurso bajo unos la escritura o que estamos configurados
datos falsos y posterior constatación en público de su por el lenguaje; somos, en un sentido
originalidad. Esto se debe quizás a la extraña relación moderno, el juego metairónico de nues-
que se presenta entre estos dos poetas, una relación iró- tros opuestos.
nica en la cual siempre se encuentran en tensión.
El pueblo latinoamericano se encuen-
Neruda fue un padrino de Parra, apoyó su estética. tra en deuda con la lectura de este au-
Parra fue un ahijado sagaz, que usó esta estética para tor, en especial Colombia; hemos leído
combatir a la de su padrino. Lejos de odiarse por sus a Neruda y lo tenemos en los anaqueles
estilos encontrados, hacen una pareja inigualable por con sus versos inmortales. Es hora de
encontrarse ambos en el intersticio de la revolución darle un soplo de vida a nuestro cere-
antipoética, el primero como generador poético y el bro y empezar a leer en la contradic-
segundo como generador antipoético. Los diálogos ción, empezar a leer a Parra. Internet
que se establecen desde ambos paradigmas marcan no sólo es para iniciar el Messenger y
una ruptura en la poesía Latinoamérica. Neruda ya se entrar a Facebook.
había convertido en un hito, y toda la poesía latina
se regía desde su estética con preguntas del tipo: ¿qué
tanto hay del poeta en los nuevos autores?, ¿se acerca a
su estética o no?, etc.
6
Poemas y antipoemas entró a concursar en Sindicato de Escritores Chilenos, bajo el seudónimo de “Juan Nadie” y como autor
a Rodrigo Flores, nombre reconocido en Chile.
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Reseña
rrogantes y desarrolló una original interpretación sobre
el problema y el misterio que sugieren para el hombre
la evidencia de la muerte, aún cuando afirmara literal-
mente: lo mejor que puedo hacer es buscar no pensar en ella,
Óscar Alejandro Jiménez ante todo porque no hay nada que pensar de ella, nada que
decir, ella desafía el discurso, desafía el pensamiento.
Estudiante de Licenciatura en Educación Básica con
Énfasis en Humanidades y Lengua Castellana, X se- “Pensar la muerte”, publicado por primera vez en
mestre, Universidad Distrital Francisco José de Caldas. francés en el año 1994 y cuya traducción exacta ha-
Docente. Blog: http://la-pasion-inutil.blogspot.com. bría de ser “¿Pensar la muerte?” −puesto que su ori-
Correo electrónico: la_pasion_inutil@hotmail.com ginal se editó bajo el título: Penser la Mort?, contiene
cuatro entrevistas –una inédita− realizadas entre 1967
y 1975 a Jankélévitch para distintas revistas especia-
Jankélévitch, Vladimir (2004). Pensar la Muerte. lizadas, que fueron recuperadas gracias a Françoise
México: Fondo de Cultura Económica. Págs. 131. Schwab, quien adelantando una revisión bibliográ-
fica para la edición de las obras completas del autor
¿Es posible pensar la muerte?, o como lo plantea Da- pudo encontrarlas e impulsar su rápida publicación.
niel Diné: ¿permite la muerte que se filosofe sobre ella?
Pues bien, el pensador francés Vladimir Jankélévitch En estas entrevistas, Jankélévitch aborda distintas
(1903-1985) abordó en varios de sus libros dichos inte- dimensiones del problema y, así mismo, mantiene
siempre lo que podríamos entender como una base
de pensamiento sobre la cuestión que pretende exa-
minarse. Las ideas generales y orientadoras son: 1)
la imposibilidad de separar la vida cuando se intenta
considerar el alcance de la muerte; 2) la difícil situa-
ción del pensamiento frente a su advenimiento; 3) el
papel de las técnicas actuales en la medicina para la
preservación de la vida hasta límites insospechados; 4)
la religión como un mecanismo regulador de las con-
ductas y “actitudes” del hombre frente al más allá; y 5)
la dificultad que representa el hecho de la muerte para
el incrédulo y el desesperado.
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razón para la distancia que el hombre siempre busca trabajo de examinar el sentido que tiene su propio de-
trazar entre él y la muerte, dirá el autor, podría estar venir, los resultados pueden ser desalentadores. Ten-
en una especie de banalización de la misma. Asumir, dría lugar un primer marco de referencia constituido
por ejemplo, que es sólo una realidad que se da en la por el conjunto de actividades que se realizan durante
tercera persona (así como la asumen los demógrafos o la vida: estudiar, enamorarse, trabajar, pensionarse, en
los médicos), o incluso en una segunda persona (como el que las cosas parecen tejerse de manera segura; pero
lo es en la experiencia de los seres cercanos), pero nun- hay, por otro lado, un marco que está conformado por
ca como algo que también me corresponde en el plano el sentido que tiene la totalidad de la existencia y allí,
individual y valorativo. ante el abocamiento irrevocable a la nada, a la muerte,
el hombre parece perder todos los asideros.
El hombre piensa en su continua búsqueda de exis- Jankélévitch encuentra que es precisamente en esa espe-
tencia que puede reservar el problema de la muerte a cie de vacío que observa frente a sí el incrédulo –porque
los otros y básicamente, hace bien porque si se toma el el problema para el creyente está resuelto a priori− en
donde está la posibilidad para el sentido. Dirá: el sinsen-
tido de la muerte brinda el sentido a la vida, negándoselo.
Es claro: puedo sorprenderme de esta gratuidad y que-
darme perplejo o buscar por mi cuenta algo que pueda
justificarla. Fíjense, hay una operación lógica que está
sirviéndonos de base: la vida sólo existe en tanto existe
la muerte, ella es quien da fundamento a lo que vive,
porque: ¿qué puede haber que muera, si antes no ha
vivido? Así que el hombre termina en medio de dos na-
das, una que lo precede y otra a la que se perfila, y que
negándose mutuamente también se fundamentan.
106
Reflexiones sobre la muerte (entrevista de Geor- datada en 1974. Y digo que es muy polémica por la
ges Van Hout) manera en la que Vladimir Jankélévitch plantea su po-
sición frente a este tema tan en boga actualmente. Para
Esta segunda entrevista fue realizada en diciembre de el autor el problema de la eutanasia comporta dos di-
1970 y estuvo especialmente centrada en el contraste mensiones: una filosófica y otra técnica y, por supuesto,
que frente a la cuestión de la muerte puede establecer- ambas operan directamente en la figura del médico. La
se entre los creyentes –religiosos− y los incrédulos. Sin primera tiene que ver con la cuestión deontológica que
embargo, habría que distinguir entre unas religiones, emerge frente al médico con relación a su labor como
que llamaríamos ortodoxas, y otras laicizadas o con un preservador de la vida. Jankélévitch descarga toda la
componente mucho más racional-filosófico. La distin- responsabilidad en el médico, lo denomina el “juez”
ción nos sirve para comprender el marco en el que de la situación, pide de él fungir como el hombre que
cada una entiende la muerte: las primeras pretenden decide en tanto el estado actual de la técnica científica
dar al más allá un valor de existencia y por ello –lo cual se lo permite y con relación a la consideración de la vo-
desprecia profundamente Jankélévitch− le vinculan luntad del enfermo y el tipo de vida que puede llevar.
distintos matices empíricos, hablan de paraíso, viajes,
espacios; para las otras, en cambio, el problema es más Lo que sucede, y a esto dedica muchas palabras nues-
de símbolo y, aunque en rigor no se alejan de la idea del tro autor, es que no se trata simplemente de una de-
más allá como existencia, lo promueven también en cisión, sino de un conjunto de tabúes, señalamientos,
términos del fin de la historia. intereses y culpabilidades que social e históricamente
están condicionando a los médicos. Perfectamente
Diríamos que para el creyente, la religión se presen- puede vérseles como asesinos o profesionales sensatos,
ta como un tranquilizador e, incluso, en prácticas de dependiendo del lugar en donde usted prefiera parar-
mortificación, como un aliciente que lo impulsa hacia se. Como sea, Jankélévitch está convencido que para
la muerte sin mayor punto de referencia que el de la fe. abordar a cabalidad esta cuestión, se deben dejar de
No así la situación del incrédulo, para quien el proble- lado los prejuicios religiosos, ellos ayudan a acrecentar
ma se le abre en una doble perspectiva: como misterio y la culpabilidad del médico que tiene ante sí un caso
como problema. La muerte es misterio cuando se la vin- denigrante y aun así no se decide; son intolerables
cula al yo, cuando tiene que ver con mi adentro, es la sus opiniones sobre las intervenciones quirúrgicas o
cuestión filosófica que se desprende de la conciencia los trasplantes de órganos argumentando ser proce-
de la muerte y de la cual ya hablamos más arriba. Pero dimientos contra natura, y sobretodo debe superarse
la muerte es también problema cuando se establece aquello de creer que el único que dispone de los cuer-
con ella una relación desde afuera, desde el él, es la pos, la salud o la muerte de los hombres es Dios.
cuestión que pretende explicarse dentro de un marco
biológico (orgánico) o demográfico (estadístico). Pero hay un peligro simultáneo que se vislumbra del
otro lado, del conjunto de la técnica. Aquí debe situar-
se una posición intermedia, porque si bien el avance
A propósito de la eutanasia (entrevista de Pascal científico y técnico ha permitido mejorar las condicio-
Dupont) nes de vida y ha hecho creer al mundo que no hay
enfermedad incurable, una mala interpretación de
Sin duda que esta es la entrevista más interesante, pero la eutanasia podría perfilarse como una herramienta
sobre todo la más polémica del libro y, curiosamente, para la eugenesia, lo que equivale a decir el asesinato
encontró aquí su primera publicación, a pesar de estar premeditado de personas anormales o vulnerables en
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las sociedades. De suerte que Jankélévitch asuma una resultan irrisorios puesto que prácticas tales como los
posición ecléctica por la cual otorgue al médico un pa- aprendizajes de la muerte o las ceremonias de clase no
pel de ponderación sobre la viabilidad de la eutanasia en son más que fórmulas para familiarizar y hacer más
función de la situación histórica del conjunto de ele- cercano algo que está infinitamente lejos de nuestras
mentos vinculados al problema: medicina, técnica, en- posibilidades de comprensión.
fermedad, opinión del enfermo, calidad de vida, etc.
Y está así de lejos porque ni siquiera nuestro lenguaje
logra alcanzarla. El pensamiento trabaja a través de una
Cuerpo, violencia y muerte (entrevista para Quel lógica de asociaciones, pero la muerte es un punto irre-
Corps) presentable, sin posibilidad de contraste o referencia,
la muerte es lo impensable, lo que una vez experimen-
Esta entrevista con la que cierra el libro, referencia- tado se acaba. Además porque la muerte es siempre
da en París (1975), contiene un campo de reflexión una violencia, sea cual sea su motivo. Es una violencia
diferente al esbozado en las otras. Aquí se trata de en el sentido de no ser necesaria, de venir sin pensarla,
ubicar el conjunto de las manifestaciones sociales que incluso en los casos de “muerte natural”, porque allí
en torno al hecho de la muerte se desarrollan en las también opera un desequilibrio, en este caso orgánico,
distintas culturas. Jankélévitch hará ver cómo todas e igual pudo haber sido hoy que mañana. De modo
estas ceremonias –pensemos en los cementerios, las que Jankélévitch sabe que se pueden hablar muchas
misas, las cremaciones− están basadas esencialmente cosas sobre ella, aunque, en rigor, la muerte es aquello
en los muertos, pero nunca en la muerte per se y, al ante lo cual cualquier “actitud” siempre resulta inútil.
mismo tiempo, cómo varían de acuerdo a la cultura y
sociedad. Sin embargo, para el autor, todos estos actos
108
Crónica
Reflexiones sobre
la memoria: el último
desalojo de El Cartucho
15 mil indígenas provenientes de todos los rincones del país
Carol Contreras Suárez* […]” que vienen buscando un diálogo pacífico con
el Gobierno, sobre el respeto a la vida y la seguri-
Directora Nodo Bogotá REDNEL (Red Nacional de Estu- dad indígenas, así como la restitución de sus tierras.
diantes de Literatura)
Tres días antes, la galería fotográfica de ese mismo por-
[...] aunque al final ella logró olvidar mejor que él, tal corresponde al artículo titulado “¿La fosa perdida
porque se quedó sin memoria. del Palacio?”, en el que se presentan los testimonios de
Gabriel García Márquez dos holandeses quienes “[mientras hacían] un reportaje
sobre la violencia en Colombia y el uso indiscriminado
de fosas comunes para enterrar a indigentes e “indesea-
La incitación violenta bles” de la sociedad […], vieron ingresar dos pequeños
carros o camiones [al Cementerio del Sur, en la mañana
*
Profesional en Estudios Literarios y Master en Estudios Culturales de la Pontificia Universidad Javeriana.. Correo electrónico: nodobogota@gmail.com
7
Cita e imagen tomada de la galería “Paz y respeto, el mensaje de la larga y digna marcha de 15 mil indígenas a Bogotá”, de la revista virtual
Semana.com del 18 de noviembre de 2008. Ver: http://www.semana.com/galeria-nacion/paz-respeto-mensaje-larga-digna-marcha-15-mil-indigenas-
bogota/356.aspx.
8
Ver: http://www.etniasdecolombia.org/actualidadetnica/detalle.asp?cid=7151.
9
Citas extraídas del artículo titulado “¿La fosa perdida del Palacio?”, de la revista virtual Semana.com del 15 de noviembre de 2008.
Ver: http://www.semana.com/noticias-nacion/fosa-perdida-del-palacio/117788.aspx. La imagen es de Harry van der Aart y tiene el siguiente pie
de foto: “Este es uno de los dos vehículos que llegaron al Cementerio del Sur en la mañana del 22 de enero de 1986 transportando cuerpos. En
la foto se observa que el carro está muy deteriorado y no tiene ningún tipo de identificación oficial, como por ejemplo [sic] de Medicina Legal.
La placa es de particular y corresponde a un carro de 1952, lo que no cuadra con el modelo de la camioneta, que es de los años 40. En la foto se
alcanzan a divisar por lo menos cuatro cuerpos y un balde”. Ver: http://www.semana.com/wf_InfoGaleria.aspx?IdGal=355.
109
P A L A B R A S D E M Á S
Por poner un último ejemplo, “La historia detrás del más que una crítica profunda a la situación que vivi-
remezón”10 es un artículo que analiza el tema de las eje- mos. Los manejos (dentro del plano discursivo11) de la
cuciones extrajudiciales (o ‘falsos positivos’) ocurridas prensa y los demás medios, por ejemplo, hacen que la
en diferentes regiones del país durante ya varios años noticia de hoy (la de la movilización indígena) deje en
a expensas del Ejército nacional. Se distinguen cuatro el olvido el horror que provocó la noticia de ayer (la
tipos: 1) el falso positivo por ocultamiento; 2) el de la de los falsos positivos). Con esta presunción no quie-
“limpieza social”; 3) el de la táctica paramilitar; y 4) ro desconocer la remembranza que generan, aún hoy,
el del reclutamiento de jóvenes que son trasladados a eventos como las marchas por la liberación de los se-
otras partes del país. cuestrados, o la campaña “¡Libérenlos ya!” encabezada
ahora por Ingrid Betancourt. En ese sentido me plan-
Los hechos reseñados me llaman la atención en dos teo una pregunta que dejaré abierta: ¿es acaso nuestra
aspectos: memoria tan transitoria o el efecto de transitoriedad
lo producen/simulan los medios?
Por un lado, la emergencia de noticias sobre violación
de derechos humanos en el país podría funcionar Por otro lado, me llama la atención la constante viola-
como una borradura constante de los hechos, hacien- ción de derechos sobre personas vulnerables o grupos
do que se produzca un efecto espectacular constante sociales minoritarios, pues a ellos resulta más fácil ig-
10
Portada del sábado 1 de noviembre de 2008, disponible en http://www.semana.com/noticias-nacion/historia-detras-del-remezon/117295.aspx.
11
No sólo en el tratamiento de las palabras sino en cuanto a políticas y actores involucrados.
110
norar y olvidar en el marco político. Esta actitud es gunos tipos específicos de violación de derechos, en la
algo más que el “síntoma cultural de la anestesia” (Ca- medida en que representaban una cruzada por la defensa
brera, 2007: 45) de un país que concibe la violencia de los bienes públicos y la civilización de la ciudad:
como algo omnipresente. Se trata de un proceso de
racialización e identificación de lo Otro, de una mo- Hay un status quo en el cual la coexistencia caótica
ralización que reprueba la acción de eso Otro porque pero rentable de intereses particulares colonizó
no se inscribe en el plano de lo hegemónico donde la hace mucho tiempo el bien público y que, como
memoria es politizada hacia el triunfo. hemos visto, está dispuesto a dar la pelea a capa
y espada para preservar sus respectivos feudos. Y
A continuación, con la revisión de tres noticias inclui- son grupos bien organizados que tienen acceso a
das en la versión digital de la revista Semana , anali- los medios y hacen mucha bulla. En esta lucha
zaré un caso en el que la relación entre vulnerabilidad por recuperar lo colectivo, sin embargo, Peñalosa
de grupos minoritarios y construcción de memoria se ha cometido varios errores. Es inaudito, por ejem-
problematiza. “El fin de la vergüenza” y “Con Peñalosa plo, que en una situación de inminente explosión social
habrá futuro”, títulos que Gilma Jiménez −ex directo- como la que vive Bogotá se desaloje a punta de bolillo y
ra de Bienestar Social de Bogotá y actual concejal de gas lacrimógeno a vendedores ambulantes e indigentes
la bancada peñalosista− y Alejandro Santos Rubino sin antes haberlos reubicado […] Cuando Peñalosa
−actual director de la revista Semana− le dieron a los planea una ciudad para el largo plazo, que exige
artículos publicados por Semana el 21 de diciembre de grandes proyectos como TransMilenio y la ave-
2003 y el 19 de abril de 1999, respectivamente. nida longitudinal, es estigmatizado como faraón
y despilfarrador. […] De esta forma, me preocupan
El primer artículo es una exaltación a la labor iniciada menos los pasos en falso de Peñalosa que nuestra visión
por el alcalde Enrique Peñalosa por la intervención inmediatista e irresponsable de las soluciones para civi-
“radical” del sector conocido como El Cartucho12. A lizar a Bogotá (Santos, 1999)13.
partir de enunciaciones afirmativas, la autora asegura
que después de haber cumplido el esfuerzo de desalo- Esos indigentes estaban siendo desplazados de un
jar a 10.000 personas de un lugar en el que habían con- lugar que ocupaban desde hacía más de treinta años
fluido los “peores dramas humanos” (drogadicción, porque en 1998 se había aprobado la construcción de
asesinato, violaciones, tráfico ilegal de armas, entre un parque, resultado de la opción de Peñalosa para
otros delitos), se acababan cuarenta años de vergüenza acabar con “[…] el prolongado deterioro de las condi-
y se restituía la dignidad de todos los bogotanos, así ciones urbanas y de calidad de vida de los habitantes
como la de miles de personas que habían sido sacadas de un sector estratégicamente ubicado en la ciudad, me-
de una vida inhumana (Jiménez, 2003). diante un esfuerzo coordinado para ofrecer alternati-
vas viables para los diferentes grupos sociales que allí
El segundo, es más una contextualización desafiante so- residían, no sólo para su reubicación, sino también
bre la política de gobierno desarrollada por Peñalosa, para aumentar sus capacidades productivas.” (“Parque
calificada como adecuada para una ciudad que debía Tercer Milenio”, 2007). El Cartucho, efectivamente,
pensarse a largo plazo, caso en el cual se justificaron al- estaba ubicado “[…] apenas a tres cuadras del Palacio
12
El Cartucho estaba ubicado en el barrio Santa Inés (que comprendía las calles Sexta a Novena, desde la Carrera Décima hasta la Caracas), en
el centro de Bogotá.
13
Las cursivas son mías, así como las que se usarán en las citas posteriores durante este apartado.
111
P A L A B R A S D E M Á S
de Nariño y de un Batallón del Ejército, a cinco cua- de cero tolerancia con el delito, de respeto a los derechos
dras del Congreso, de la Alcaldía Mayor y del Bienes- y de exigencia en el cumplimiento de los deberes, se inició
tar Social del Distrito y frente a la sede central de la un acercamiento a la población, con total transparencia
Policía Metropolitana.” (Jiménez, 2003), y la “recupe- de lo que se iba a hacer (Jiménez, 2003).
ración” de este sector del centro se planteaba como
una necesidad de los más de un millón y medio de ciu- Pero, tal como lo declara Santos Rubino (1999), este
dadanos que vivían, trabajaban y transitaban por allí modo de recuperación de lo público implicaba: 1) “cho-
en ese momento. La ex directora de Bienestar Social car” con una cultura mafiosa, y 2) “tropezar con unas
de Bogotá lo narra así: minorías que tienen un inmenso poder para proteger
sus intereses”. ¿Qué podía hacer entonces el Alcalde?
La intervención de El Cartucho tuvo dos niveles.
Por un lado, fue la renovación urbana que cul- Además de programas especiales para la reubica-
minó este año. Implicó adelantar muy complejos ción de los tipógrafos, las vivanderas y reciclado-
censos de la población, identificar los inmuebles res, se diseñó e implementó por primera vez un
y sus propietarios, presentar ofertas de compra y programa para atender a los habitantes de la ca-
compensaciones, y proyectar y construir el Parque lle, quienes entraban y salían de El Cartucho. En
Tercer Milenio. El otro nivel fue un ambicioso los últimos cinco años, bajo las dos anteriores ad-
programa de intervención social y humanitaria, ministraciones, se ha rehabilitado a más de 1.500
sin antecedentes por la diversidad de los fenóme- personas que habían hecho de estas calles su lu-
nos sociales que debían ser atendidos. En un marco gar de vida. Se hicieron alojamientos transitorios
112
en diversos sitios donde personal especializado recorrer los pliegues de la ciudad, a conocer y reconocer
atendió a 1.000 familias como etapa previa a su los lugares donde se acumulan los “residuos” de todo
reubicación en barrios normales de la ciudad. Hoy cer- aquello que se sale de los parámetros del orden, progre-
ca de 300 de ellas lograron comprar vivienda. Se so y belleza que una sociedad excluyente, apoyada en el
montaron Centros Amar donde se atendieron 850 miedo, produce y no quiere ver.” (Orrantia, 2005).
niños que no iban a jardines ni escuelas. Por las
condiciones de deterioro de sus padres, hubo que No obstante, la construcción de memoria en un caso
sacar de sus hogares –si es que se les puede llamar así como el presente no es tan sencilla. La manera en que se
a los antros donde vivían– y proteger a cerca de 600 aborda el discurso del progreso urbano, aboca siempre las
niños. Se ubicaron 800 ancianos en programas de ideas de belleza, limpieza, productividad y valorización.
protección. A más de 3.000 personas se les ha El indigente, harapiento e improductivo, queda por fue-
ra de ese sistema. Es el Otro segregado, racializado como
conseguido trabajo. Se atendieron en programas “desechable” y, como tal, es un residuo que debe ser eli-
de capacitación y orientación en diversos temas minado y al cual hay que mantener al margen para evitar
a más de 5.000. que se reproduzca –o, lo que es lo mismo, asegurarse de
administrarlo adecuadamente cuando resurja14:
En total, la ciudad ha invertido más de 18.000 mi-
llones de pesos en inversión social para atender a El consumo y la venta ilegal de drogas y la vida
la gente que salió de El Cartucho, además de los en la calle son fenómenos propios de las grandes
20.000 millones que ha invertido en la rehabilita- ciudades del mundo, producto del desarraigo, la
ción de indigentes de la capital (Jiménez, 2003). ruptura y violencia social y familiar. Por eso los
bogotanos debemos estar alerta y defender estos
Sin embargo, es necesario volver a preguntarse cómo logros sociales, ante el riesgo de que se reproduz-
es que esa “recuperación” funciona pese al “choque”, can nuevos ‘cartuchos’ alrededor del antiguo o en
al “tropiezo”, “en un marco de cero tolerancia con el otros sitios de la capital. A las autoridades compe-
delito” y un acercamiento “transparente” a la comuni- tentes les corresponde intervenir con todo el rigor
dad que residía en esos antros. de la ley, pero también con responsabilidad social
y humanitaria, los sectores donde se detecte este
“La ciudad del miedo” es el tercer artículo que traba- flagelo social, antes de que se vuelva inmanejable.
jaré sobre este caso. Fue publicado por Semana.com el
22 de mayo de 2005 y escrito por Juan Carlos Orran- A partir de este año Bogotá podrá decir que ya no tiene
tia, antropólogo colombiano. Según éste, el miedo en sus entrañas un gueto, un infierno, en donde una
que sufren los ciudadanos está generando personas y vez un niño murió en la calle, acurrucado, y en dos días
espacios marginales, al tiempo que procesos de exclu- nadie se dio cuenta y otro de 4 años fue castrado. En su
sión constantes. En ese marco, la renovación de una lugar hay un parque donde los niños podrán volver a
violencia conocida como ‘limpieza social’ resulta pre- serlo; los viejos podrán asolearse tranquilos en las ban-
ocupante ante la emergencia de los ex habitantes de El cas y los únicos cartuchos que quedarán son las flores,
Cartucho, por ejemplo. En ese sentido, invita al lector como testimonio de una vergüenza con la que convivió
a verse obligado a construir memoria y no olvidar: “A la ciudad por cuatro décadas (Jiménez, 2003).
14
Con esta afirmación quiero evidenciar que en toda producción capitalista se generan desechos o residuos, y que estos residuos dentro de la
cadena productiva social serían los indigentes.
113
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El caso del desalojo de El Cartucho para la constru- [pues] esa no es la política de este gobierno. Lo que propo-
cción del parque Tercer Milenio, tal como lo señala nía Garzón, un alcalde que a diferencia de Peñalosa se
Jiménez (2003), efectivamente implicó una política destacó por su compromiso en materia social más que
con “responsabilidad social y humanitaria”, pero tam- infraestructural, era que se afrontara la situación me-
bién introdujo la violencia física y simbólica sobre los diante la aceptación y el reconocimiento de lo Otro,
habitantes del sector. Durante la administración de de nuevo como ser humano, no abyecto15 y desprecia-
Peñalosa, no sólo se recurrió al “bolillo” y los “gases ble en la realización de ese proyecto a ultranza de reno-
lacrimógenos”, sino que se agudizaron los procesos de vación urbana iniciado por Peñalosa.
limpieza social que se vivían en la zona desde los años
ochenta. El propio alcalde Luis Eduardo Garzón (al-
calde de Bogotá entre el 1 de febrero de 2004 y el 31 de
enero de 2007), al hablar sobre el tema el 14 de mayo
de 2005, aseguró que, aunque hubiera sido una polí-
tica de otros gobiernos, Esta ciudad y todas tienen que
aprender a tolerar. Estas personas no pueden desaparecer,
15
Para Judith Butler (2002), lo abyecto designa aquellas zonas “invisibles”, “inhabitables” de la vida social que, sin embargo, están densamente
pobladas por quienes no gozan de la jerarquía de los sujetos, pero cuya condición de vivir bajo el signo de lo “invisible” es necesaria para
circunscribir la esfera de los sujetos. (p. 20).
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116
Los nombres de
Ciudad Tristeza
(Del capítulo
“Felicidad”)
Carlos Humberto Marín* hundiendo una república centralista en el abismo de
los morteros. Desde entonces, el poder sólo se trató de
Estudiante de Licenciatura en Educación Básica con én- una escena pintoresca: un hombre, saliendo de los es-
fasis en Humanidades y Lengua Castellana, IX semestre. combros, que grita ¡Coronel, ganamos! A su alrededor
silencio y tristeza.
*
Redactor de El Macarenazoo, periódico de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Redactor de Sumando Voces, periódico comunitario
de Patio Bonito. Correo electrónico: acabarlos@gmail.com
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designios de la suerte se barajaran de nuevo. Anotó en El primero de abril se celebra el día de los santos, se-
una ruleta el monto total de los nombres recogidos, gún el almanaque Bristol. En Ciudad Tristeza se fes-
y, por cada niño sin nombre y sin familia, botaba una teja sólo el día de los muertos, por quienes se llora
bolita en la ruleta y daba vueltas. Si caía en el núme- sinceramente, y quienes “mueven el rumbo de nuestro
ro veintidós (Mauricio) y era marzo diez, se restaba a destino en la lotería de la vida”, como decía la monja
Mauricio diez casillas y quedaba Milton. Sin apellidos. antes de arrojar la… ¿Dónde está la bolita? ¿Dónde está
Lo mismo hizo para saber el nombre de la ciudad por- la bolita? ¿Dónde está nuestra familia?
que ya nadie lo recordaba. De los seis sentimientos
primarios (amor, felicidad, ira, nostalgia, tristeza y Continuará…
odio), aquella mañana del primero de abril, la bolita
cayó sobre la casilla quinta y agradeció la ocurrencia
del procedimiento: siempre es preferible la tristeza que
el odio, al menos para ella quien por amor a JHVH no
podía odiar a un santo violador. Al perdonarlo, sólo
podía sentirse triste.
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