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Revista de Literatura
N" 3/4
Consejo Directivo
Marcel V elázguez Castro SUMARIO
Alberto Valdivia Baselli
José Cabrera Alva
Agustín Prado Alvarado
PRESENTACIÓN 11
Comité Editorial
Elio V élez Marquina
Patricia Colchado Mejía ENSAYOS 13
Comité de Apoyo
Moisés Sánchez Franco Dossier 1: Blanca Varela
Johnny Zevallos
Correspondencia
Sor Tita 396 - Dpto. 201' Lima 33 - Perú Dossier 2: Critica Literaria y Estudios Literarios
Telefax (51-1) 271 3073/ (51-1) 436 1893
E-mail: ajosyzafiros@terra.com.pe 85
Hacia un mapa del debate crítico actual Julio Ortega
El comité editorial solo devuelve los ori inal .. Literaturas periféricas y crítica literaria en el Perú Dorian Espezúa Salmón 97
ciencia sobre colaboraciones ·¿g es sohcttados y no mantiene correspon- 117
.. no tequen as. Las opiniones t.d 1 Los 7 errores de Mariátegui o travesía por el útero del padre Marcel Velá:>:quez Castro
son responsabJbclad exdusiya de los colab d ver 1 as en os artículos
, ora ores. Entrevist.'l a Mirko Lauer 133
CREACIÓN
FANTASMAS DE PAPEL
Poesía
Dossier 3: Clemente Pahua
Aproximaciones al ideal estético en Cuentos Malévolos
¿Quién te ama, Mishima?
Carmen Ollé 153 Ricardo Sumalavia 215
de Clemente Palma
Tiempos de carencia
Rocío Silva Santisteban 156 Monte sin ánimas Una aproximación a Clemente Palma
Las luces huían
Roxana Crisólogo 159 desde Drnitri, su epígono Gomalo Portals Z. 225
Espejos de niebla
Grecia Cáceres 161 Clemente Palma 229
Bajo la rúevc
Dmitri era un excelente amigo
Rosario Rivas Tarazana 164
Uníctoma
Mónica Carrillo 167
Ornette Coleman GALEÓN DE LIBROS
Bruno .i\fendizábal 169
Introducción
Rafael Espinosa 170 Miguel Gutiérrez. El tJJtt!ldo .fin Xócbitl Javier de Taboada 237
Homenaje a un reloj sin agujas
Diego Otero 175 Alberto Valdivía Baselli 239
Destellos Carlos Schwalb Tola. Doblem
Bruno Pólack 179 242
Iván Thap. L; disciplina de la vanidad Francisco Izquierdo Quea
Pinturas de Francis Bacon
Diego Malina 180 245
Jorge Ninapayta de la Rosa. Mmleqlfila linda Agustín Prado Alvarado
Una lectura lacaniana del discurso indigenista Mauro Mamani ll.faccdo 262
Poemas de Wang Wei
Guillermo Dañino 209 Sergio R. Franco. A favor de la es}il(!!,f. 1Ll I!O/Jelística
"El condenado a muerte" de Jean Genet
José Cabrera A! va 211 de J. E Eielson 0LJXHO Maguiño 265
c~~ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ L_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _
1
Camilo Fernández Cozman. Rodo!fo Hinostroza é
la poesía de los años '60
Elio V élez Marguina 266
Patricia Ruiz Bravo. Sub-versiones masculinas
imágenes del varón enla narrativajoven
Elízabcth Lino C. 269
Marcel Velázquez Castro. El revés de/ IIM;jil
Moisés Sánchez Franco 270
DATOS DE LOS AUTORES
275 PRESENTACIÓN
ENSAYOS
BLANCA VARELA:
PANORÁMICA DE UNA
CONCIENCIA QUE DESPIERTA
INTRODUCCIÓN
Paz señaló-en el mismo prólogo ya referido- que el tiempo en el ue Estuve junto a mí,
Var~la edrtab~.su prrmer poemario era, refiriéndose a la zona de entre uer~s llena de mí, ascendente y profunda,
~n a;brto de multrtudes sin rostro, horizontes sin rostro"; un tiemp; en qu~ mi alma contra mí,
per rmos el alma y luego el cuerpo y la cara. Somos una mirada ávida pero golpeando mi piel,
Y voy hacia la muerte que no existe Por el mismo camino del árbol y la nube
que se llama horizonte en mi pecho ambulando en el círculo roído por la luz y el tiempo
Siempre la eternidad a destiempo (1996 :72). ¿de qué perdida claridad venimos? (1996:99}.
para asirse/ni un punto/ni una letra/ni una cagada de mosca/en donde recli- y en sentido) conjugan este breve libro de salvaje encuentro entre el placer y el
nar la cabeza" (1996:158). Varela siempre reivindica la palabra, y en este dolor. El animal es tan humano como el hombre frente a la muerte. El placer,
poemario lo hace como una evidencia de las posibilidades de confrontación como elemento aglutinante incluye a los tres: animal, hombre y muerte son
de identidad que la poesía extiende al ser humano, incluso en el ámbito ge- tonos de la misma armonía, hacia la misma margen:
nérico: "Va Eva: animal de sal/si vuelves la cabeza/en tu cuerpo te converti- El animal que se revuelca en barro
rás/y tendrás nombre/y la palabra/reptando/será tu huella." (1996:163). está cantando
En el siguiente libro, Ejercicios materiales {1978), Varela se impone a sí amor gruñe en su pecho
misma una evolución de bestiario, de símbolos más sugerentes dentro de una y en sucia luz envuelto
técnica más abierta. Como resultado, tenemos en las manos un poemario un se va de fiesta
poco recurrente y algo desordenado que, sin embargo, trabaja sus mecanis-
mos negativos, desgarradores sobre la materia humana, con la efectividad y el de allí que el matadero
preciosismo de una tragedia griega. Por supuesto, con todo este imaginario sea el arco triunfal
tanático en contra, luchando y arrastrando derrotas, se adjunta una tremenda de esta aventura
carga de desencanto productivo, de creación frente a la misma decadencia y en astrosa apariencia
que nos engendra y engendra la creación: el límite entre lo corroído y lo intacto se oculten la salud y la armonía
se difumina: construye el ojo atento del hombre, su vórtice dual: "como en los y la negra avellana
viejos cuadros/el mundo se detiene/y termina donde el marco se pudre" sepulta en el gargüero
(1996:209). lance rayos azules a los vientos
El libro de barro (1993-1994) es, a pesar del cariz oscuro del libro ante-
engastado en la mugre
rior, el texto poético más críptico de la autora. Poesía exclusivamente en pro-
diamante singular astro en penumbra
sa que marca sus límites siempre desde lo onírico, con una delgada y mínima
encuentra y pierde a dios
ruta que conduce a lo reconocible; ruta que algunas veces se tuerce en un
en su pelambre
lejano o deslumbrador enigma. El barro en este libro, es la materia prima
connubio de atragantada melodía
desde donde se construye el mundo, y el mundo a partir del hombre: el barro
y agonía gozosa
viviente. Esta interacción que descansa frente a frente entre las dos existen-
se necesita el don
cias: lo que existe y lo que "nos existe" (y existe desde nosotros) se enmarcan
para entrar en la charca (1999:47).
entre el yo que estudia de cerca ese proceso creativo y enriquecen el ámbito
de lo vivido y lo que se espera. La existencia está, en este libro, endurecida En su más reciente poemario, incluido en la edición española de su
bajo la arena, recuperada siempre y vuelta a perder; es minuciosa hasta en el poesía reunida Donde todo termina, abre las alas (2000), su gesto poético es
azar, asible sólo en el ejercicio atento y metafísico del que ingresa en sus el amparo de lo ilusorio, que es, además, lo más real. En el poemario inédito
resúmenes (en cada huella que se aleja) y aprende. que este volumen incluye, El falso teclado, Vare la se instruye de música inte-
rior para velar por la exterior. Como aquel personaje casi autista de Felisberto
En uno de sus más recientes poemarios, Concierto animal (1999), la
Hernández (en Nadie encendía las lámparas) que toca el piano ensimisma-
autora no olvida su verso exacto y su acuciosa introspección. El silencio, sin
do, para que los objetos en derredor desplieguen su música, Varela toca el
embargo, la voz más queda, el tono más confesional logra en este texto un
piano en una mesa (o tipea un poema en una máquina de escribir inexisten-
desgarro poético ejercido en un susurro. Dicotomías y claroscuros (en técnica
te), toca la madera para oír la música que los objetos han depositado en ella
sino ladridos de perros Varcla, Blanca. Ere pmrto existe 6' olro.r poemas). VeracrU?;: Universidad Veracruzana, "1959.
y que tu sombra _______. L!iz del día. Lima: Ed. La Rama Florida, 1963.
tu propia sombra · - - - - ·Valmj' otmsJCdsasco!lftsiones. Lima: INC, 1972.
fue tu única
_ _ _ _ _ .Can/o r•i/!ano. Lima: Arybalo, 1978.
y desleal competidora (1996:164).
APRENDER LA MORTALIDAD
1. INTRODUCCIÓN
El poema "Ejercicios Materiales" forma parte de/libro del mismo título Esto a su vez se vincula con la forma cómo Varela utiliza los
compuesto por trece poemas; en orden de presentación el poema referid~ encabalgamientos. Carlos Bousoño, en referencia a la poesía de Guillén,
es el sexto de/libro. Se trata de un texto largo, de 85 versos, dividido en 1 1 sostiene que el uso frecuente de encabalgamientos es una forma de
estrofas as1metncas'. Es un texto escrito en verso libre. Los tipos de métrica "embridar y contener la sentimentalidad" (481) y romper con la fluidez de
u:111zados por la autora varían desde los versos bisílabos hasta los de 16 toda posible entrega a una emocionalidad fácil. Por cierto, Vare/a ha soste-
Silabas, aunque se rep1ten con bastante regularidad los versos de 7 y 8 síla- nido en muchas entrevistas que a ella le interesa "un análisis constante de
bas. Gen~;alr:ne~te la autora usa los versos de dos 0 tres sílabas como una las emociones" (Jarque), por lo tanto, el encabalgamiento en su poesía
sue~e de OVIlleJos heterodoxos" para acompañar versos mayores (1 O, 11 ó podría ser una forma de evitar la emocionalidad abierta y detenerse
12 Silabas) en caso de encabalgamientos. abruptamente para permitir al lector una reacción sobre la emoción que le
provoca.
Hay algunas estrofas que están compuestas en su mayoría por versos
cortos, como la segunda Y la novena (en la primera versión del poema no Así tenemos, por ejemplo, que el poema empieza con un encabalga-
e~1ste la es;rofa novena sino que es parte de la décima y de la undécima) y miento radical, "convertir lo exterior en interior sin usar el/ cuchillo" (w.1-2).
sol~ la penultlma compuesta en su mayoría por versos de diez o más sílabas En realidad, este corte entre el artículo y el sustantivo del objeto directo de la
L~ ultima. estrofa, que plantea una ruptura temática y a su vez una continua: oración es una "cuchillada" para detener al lector y obligarlo, desde el co-
c1on est1i1st1ca con las estrofas anteriores, está compuesta de tres ve mienzo del poema, a reaccionar sobre lo mismo que está planteando. ¿Qué
cortos (7 -4-7). rsos es aquello que se convierte de exterior en interior usando el cuchillo?, ¿y, por
el contrario, qué cosa es aquello que no requiere el cuchillo para hacerlo?,
, . Por otro lado, el ritmo del poema es irregular. La autora usa los ¿acaso se refiere al cuerpo?, ¿o a la vida? Estas preguntas las retomaremos
dact1/1cos, smembargo, al final del poema (v. 75 en adelante) hace uso de
más adelante.
algunos troca1cos (usamos la nomenclatura de Navarro Tomás). El cambio
1
. ¿cuál es la mejor manera de prepararnos para recibir la muerte? Lo Ante la muerte significada -por ejemplo un encefalograma plano- yo
prrmero que pla~tea la autora es la imperiosa necesidad del podría comprender, reaccionar, aceptar. No, así como un verdadero teatro,
autoconocrmrento: conocerse para poder olvidarse/ dejarse atrás" (v. 18 _ sin disimulo ni máscara, tanto el desecho como el cadáver, me indican aque-
19). Se trata de asumrr la corporalidad no como una "prisión" de la · ·_ llo que yo descarto permanentemente para vivir. Esos humores, esa impure-
t l'd d . .. espm
u a r a srno tambr~n como su forma de constitución del espíritu. Este za, esa mierda, son aquello que la vida apenas soporta y con esfuerzo. [ ... ]
autoconocrmrento solo puede ser viable en la medida que se trata de un Esos desechos caen para que yo viva, hasta que, de pérdida en pérdida, ya
ofrecrmrento a una divinidad que, aunque cruel y verduga, nos lleva final- nada me quede, y mi cuerpo caiga entero más allá del límite, cadere-cadáver.
mente del~ mano. El salto entre la pesadez de esta carne en camino de la Si la basura significa el otro lado del límite, allí donde no soy y que me permi-
putrefaccron y la rngravrdez de una "transparencia del ánima lograda" (v. te ser, el cadáver, el más repugnante de los desechos, es un límite que lo ha
77) s.~ da a partrr del conocrmrento y reconocimiento del "lugar de los he- invadido todo. Ya no soy yo (moi) quien expulsa, "yo" es expulsado. (Kristeva
chos. el sexo de la mu¡er como espacio intersticial entre la vida y la nada 10).
antenor (v. 55-63).
La caída del la faltriquera de "dios" es también la caída del cadáver-
así caídos para siempre cadere: la forma que nos propone el poema para romper con el miedo a la
abrimos lentamente las piernas abyección de la muerte es la constatación de que somos a su vez "letrina"
para contemplar bizqueando y "gran ojo de vida". Tal vez "después" de asumirnos como depósito de
el gran ojo de la vida desechos podamos entender la gracia -no es otra cosa que grasa perecible-:
lo único realmente húmedo y misterioso de he ahí nuestra redención.
nuestras existencia
el gran pozo
el ascenso a la santidad 4. EL DETERIORO DE LA CARNE COMO
el lugar de los hechos AUTOCONOCIMIENTO
Aún cuando lo contemplemos "bizqueando" se trata de un movimiento
de autoconocrmrento en el cual, sin embargo, las mujeres tienen a su vez Plotino fue el primero en sugerir el tema del cuerpo del hombre desde la
muchas venta¡as: lo llevan sobre sí mismas, sobre su propio cuerpo, como perspectiva de su degradación: el transcurso de nuestro ser es un camino por
la maduración y deterioro de nuestro cuerpo. Apartándose de la tradicional banalidades mujeriles. Nosotros consideramos que se trata mucho más que
concepción de la antigüedad clásica -exaltación del cuerpo gracioso y perfec- poetizar sobre banalidades, la decrepitud es la constancia en vida de la muerte
to-, Plotino retoma los aportes de los primeros movimientos gnósticos y trasla- que espera.
da las referencias anteriores, estetizantes, a otro centro: el cuerpo no es sólo Precisamente dentro de este último sentido se encuentra el trabajo
motivo de exaltación narcisista, el cuerpo es también el depósito momentáneo sobre el tema corporal que realiza Blanca Varela en su poesía: cuando se
del alma inmortal. Pero momentáneo, esto es, esencialmente mortal (256). preocupa por la materia no soslaya su camino hacia la muerte. Si la preocu-
La urgencia de saber sobre "ese cadáver en potencia que somos to- pación de Blanca Varela en la mayoría de sus poemas anteriores a Ejercicios
dos" es una necesidad que ha trascendido el tiempo, las épocas, las ideolo- Materiales era el desgarramiento metafísico, en este libro es el propio desga-
gías y los diferentes discursos sobre la existencia. La nada y nosotros como rramiento de la carne: "soy un animal que no se resigna a morir" ("Escena
protagonistas del camino hacia esa nada: se trata de "la dulzura del abismo" Final" v. 2). Esta es una primera declaración de sus propuestas filosóficas:
(203) que nos abre un vértigo hacia múltiples significaciones. somos animales que bajo nuestra condición racional nos negamos a la rnuerte;
esta falta de resignación ante el inevitable final de la vida plantea la cercanía
Banalizada como una preocupación de las mujeres por la vejez y la de la muerte desde su acepción no metafísica sino carnal. Precisamente asu-
decrepitud del cuerpo, la necesidad de detener el tiempo que lacera, lacra y miendo nuestra condición animal, encarnada, es que nos enfrentamos al
esculpe las imágenes de lo que hemos dejado de ser se ha convertido hoy miedo que produce "perder la imagen", pero ya no hacia la mirada masculi-
en día en apenas una visión del cuerpo en crisis. En realidad, la relación na, sino hacia la mirada interior.
entre cuerpo femenino y muerte es muchísimo más compleja dentro del apa-
rato ideológico y simbólico de la cultura. Como lo señalará Freud, la mujer es Si los ejercicios espirituales ignacianos son un "intento de comunica-
atractiva en la medida en que el ideal de la muerte esté en ella, es decir, en la ción con la dimensión trascendente que escapa a los condicionamientos del
medida en que su cuerpo -que da vida- suscite el recuerdo de la muerte que tiempo y del espacio" (Dejo 5), esta réplica en versión tangible y casi fisioló-
conlleva amar y vivir. gica es justamente todo lo contrario: la constatación de la fuerza de la exis-
tencia de la materia como manera para predisponernos al escarnio de nues-
La vejez Y el paso del tiempo son temas que han competido a la poesía tra carne en permanente estado de descomposición (w. 25-35).
en general pero especialmente a la poesía femenina. El deterioro del cuerpo
produce en el ser humano -al parecer las mujeres con mayor facilidad lo enfrentarse al matarife
verbal izan- un miedo interno, una parálisis, una situación que no sólo inco- entregar dos orejas
moda sino que produce terror: el miedo a que el otro deje de ofrecernos la un cuello
imagen que yo necesito y me vea yo a mímisma. cuatro o cinco centímetros de piel
moderadamente usada
Algunas críticas literarias feministas consideran que ese otro no es sino un atadi!lo de nervios
la mirada masculina. Susana Reisz, por ejemplo, sostiene que en diversos algunas onzas de grasa
poemas del libro Entre mujeres solas de Giovanna Pollarolo, escritora perua- una pizca de sangre
na, las protagonistas de esa lírica ficcional se comparan unas a otras y ha- y un vaso de sanguaza
blan, porque les preocupa en extremo, sobre la decrepitud de su cuerpo sin mayor condimento que un dolor
(53). El propio cuerpo es tan sólo una mirada masculina mitificada y por lo casi humano
mismo "no más que una arcilla dócil, puesta allí para ser modelada, cortada
Y dibujada en consonancia con el supuesto deseo del otro" (61 ). Para Reisz, El deterioro corporal nace de la condición efímera de la existencia
el poetizar sobre la decrepitud del cuerpo es darle estatura poética a las pero al mismo tiempo de la integración del yo, de la identidad, con el propio
cuerpo. De alguna manera el yo determina la finitud de la carne. Así Plotino En el caso del yo poético de este libro sucede todo lo contrario: el
sostenía que el alma se impregnaba de tal manera en el cuerpo que llegaba sujeto quiere "echar afuera" a las partes del cuerpo. Es decir, que no se
a "aprisionarse" en él en una búsqueda insaciable de conocimiento sobre regodea en lo especular sino que se proyecta hacia lo especulativo, buscan-
el mismo. Este acercamiento produce un aprendizaje racional de nuestra do debajo del amasijo de sangre y venas otra entrada al entendimiento de
carnalidad, ofrecida como una res, a un dios que espera nuestra entrega a esa identidad recubierta por un cuerpo. El rechazo del cuerpo es también
sabiendas que puede encontrar en ella "un dolor casi humano". otro ejercicio.
Los temas de la poesía de Blanca Varela también plantean la relación "La mujer funciona como un hueco" sostiene Luce lrigaray al analizar
entre conocimiento y cuerpo como una búsqueda insaciable: el yo poético los procesos imaginarios y simbólicos (74). En este desvestimiento corporal
se interna en el mapa de las cicatrices para buscar una ruta. Sin embargo, que realiza el yo poético de "Ejercicios Materiales" va construyendo justa-
esta ruta se muestra esquiva al principio, difícil al final: hay que atravesar la mente un vacío. El espacio de la falta, la fisura, la grieta que algunas feminis-
abyección del cuerpo. tas destacan como el lugar de la mujer. Desde este lugar femenino, desde
este otro lugar, el cuerpo es resemantizado, redescubierto, rearmado dejan-
El yo poético ofrece los fluidos corporales como una forma de entrega
do atrás los discursos falsos, preciosistas, hipócritas: se rompe toda preten-
obligatoria: el matarife (¿dios?) lo esta está esperando. En primer lugar pasa
sión especular ante una mirada otra masculina (w. 43-47).
una revisión a varios fragmentos del cuerpo que recrea con elementos sim-
bólicos -digamos que alegoriza su esquema corporal- para repudiar una a no es fácil responderse
una sus partes constitutivas ("la grupa heroica y resbalosa del amor" v. 54, y escucharse al mismo tiempo
"así caídos para siempre/ abrimos lentamente las piernas" v. 55-56). el azogue no resiste
se hincha y quiebra la imagen
Para hablar del cuerpo no basta con penetrar en él como lo requería
constelándola de estigmas
Plotino, también es necesario rechazarlo, hacer patente su escarnio, su ab-
yección, su temporalidad, su efímera certeza. La voz poética de "Ejercicios El lado inicial de la piel es dentro: movimiento centrípeto de internamien-
Materiales" se deja seducir también por el horror de lo corporal: el menosca- to hacia la vida que arde. No se trata de un espacio vacío sino de un espacio
bo de lo material. Podríamos repetir las palabras de Emile Ciaran al comenta- lleno, centrípetamente la mujer encuentra su lugar como mujer sin necesidad
rio de la obra de Guido Ceronetti: "la maldición de arrastrar un cadáver es el de robar significación. Pero para hablar, para tomar en sí la palabra del padre
tema mismo de este libro" (67). A pesar de que no admite retratar esos secre- (dios), no tiene más remedio que ir "hacia afuera", centrífugamente, y presen-
tos fisiológicos que repugnan (no se trata de una poesía escatológica strictu tarse como falta, como hueco, como vacío (w. 9- t 2).
sensU¡, todos los versos del libro se debaten entre lo grotesco -manejado
lo exterior jamás será interior
con esa poética de la contención característica de toda la obra de Varela- y
el reptil se despoja de sus bragas de seda
el desgarramiento.
y conoce la felicidad de penetrarse a sí
La escritura otorga a la autora (ya no al yo poético) un espacio de mismo
reconocimiento más allá de las construcciones especulares: digamos que la
Para hablar el sujeto femenino de la enunciación debe darse vuelta,
voz poética pone en funcionamiento una herida narcisista que se descubre
con piel y todo, es decir, asumir su posición de falta dentro de la significación
después de diferentes procesos de desnarcisización. "El alma narcisista hun-
patriarcal. En cambio, "para dentro" la mujer se construye como un espacio
diéndose en la materia hace crecer la oscuridad o decretar la luz y por ello
propio: el reconocimiento de este espacio posibilita el salto hacia un estado
mismo queda asociada al Mal (...) El Alma narcisista enamorada de su cuer-
que, asumido con ironía, conecta hacia la propia terrenalidad. En este juego
po quiere unirse a él" (Aulliez-Feher 62).
El cuerpo no es sólo un lugar, sino "el lugar" de la reflexión pero tam- · · 1es d e San 1gnac1o
Dejo, Juan. "Apostillas a los Ejercicios Espmtua · d e Lo yo1a" · I\-fanuscrüo inédito.
bién del menoscabo, del daño y la plenitud, del quebranto y la resistencia. Dclcuze, Gilles, L.6gica del smtido. Barcelona: Paidós, 1989.
Sólo a partir del reconocimiento del deterioro de la carne se procura la tras- Irigaray, Luce . .S'ptml!r!/1. F.spémlo de la o!m JJJtgó: l\-hdrid: Saltés, 1974.
cendencia, pero no por una victoria pírrica sobre la mortalidad de la carne
• · y cnn e1poc1e·1" · Entrevista a Blanca
}arque, Fietta. "Odio todo lo que tenga que yer con e1exJto
sino por la búsqueda de ese lugar diferente, diferenciado, que está en el
Vateb. Babelia. Suplemento del diario El País, Sábado 21 de Julio de 2001.
propio cuerpo. El conocimiento es el grado cero por donde entrar a la puerta
que es el cuerpo, el lugar que se abandona porque ya está nombrado, para Martas, Marco (editor). La Generación Poética del 50. Docmmntos de J..ilemlm-a N. l. Lima, Andina
retornar al otro aún sin nombre. Editores, 1992.
Mazzotti, José Antonio. Poé!ica.r del F/;tJo. Lima, Editorial del Congreso del Perú-Universidad
Ricardo Palma, 2002 (en prensa).
Tamayo Vargas, Augusto. "La Generación del Cincuenta". La I....itemtm'fl Perl!mw. Tomo III.
Lima: Peisa, 1990.
Varcla, Blanca. Canto Villano (Poesía reunida, 1949-1974). México: Fondo de Cultura Económica,
1996.
cuchillo
sobrevolar el tiempo memoria arriba
Ya en otros poemas, Varela había hecho referencia al hombre como el y regresar al punto de partida
ángel caído condenado a andar sobre la tierra, valiéndose del acervo bíblico: al paraíso irrespirable
"Porque ya no eres un ángel sino un hombre solo sobre dos pies cansados a la ardorosa helada inmovilidad
sobre esta tierra que gira y es terriblemente joven todas las mañanas" en ·~nvers de la cabeza enterrada en la arena
sur-Oise" (1996: 141). sobre una única y estremecida extremidad
Con los versos "así caídos para siempre/ abrimos lentamente las pier- forma de una receta de cocina: "un atadillo de nervios/ algunas onzas de
nas/ para contemplar bizqueando/ el gran ojo de la vida", se evoca casi el grasa/ una pizca de sangre/ y un vaso de sanguaza/ sin mayor condimento
momento de nuestro nacimiento. Hay una insinuación anatómica al "ojo", que un dolor/ casi humano", al llegar la muerte, en una transformación casi
"agujero" por donde se asoma a la vida, lo único realmente húmedo y miste- ridícula, el esfuerzo del "ejercicio material" de la vida quedará reducido a la
rioso del nuestra existencia. La vida donde caemos, es "el gran pozo" la carne como objeto, utilizable como la de cualquier animal.
oportunidad del "ascenso a la santidad" y el "el lugar de los hechos" o de las
En el poemario Ejercicios materiales, Varela una vez más, expresa su
acciones que permitirán los ejercicios hacia ese ascenso.
insatisfacción ante las limitaciones humanas y la presencia humillante de
Sin embargo ese ascenso no implica separación o desprendimiento Dios. Dios es también el "verdugo" de la ilusión humana. Obviamente redimir
del cuerpo: palabra y digestión llegan al mismo tiempo con la vida. La "caí- al cuerpo es también rebelarse contra la civilización y religión que concibió la
da" a una condición material deja al hombre en una esfera es que es la de la disyunción alma/cuerpo y salvación/pecado. Esto queda más claro aún en
gravedad y lo perecible, "no antes ni después/ se empieza a hablar con len- los siguientes versos: "Dios está allí porque lo creo a imagen y semejanza/
gua de ángel 1 y la palabra se torna digerible". La palabra es de ángel, guar- mía. Pobre mujer de cabellos tristes que se quita/ la maldad a puñados y se
da en sí la fuerza espiritual, pero el estómago y el hambre son humanos. lava mil veces y es ella/ misma la mancha indeleble en la hoja del cuchillo"
Ambos sin embargo, son inseparables. (1996: 230).
Para el ser humano, tener un cuerpo de "orificios terrenales" lo ensu- Dios ha muerto. La obra de Vare la revela la enfermedad contemporá-
cia, lo hace dependiente de alimentos y letrinas pese a la amable mano de nea, el sinsentido del mundo, el absurdo de la existencia del hombre, la des-
dios que protege con ella estas imperfecciones. La sola presencia de Dios afección ideológica, el callejón sin salida del individualismo. Si de la enfer-
perturba, hace evidente el contraste entre alma y cuerpo, perfección e imper- medad se puede obtener la cura, la historia occidental debe construirse so-
fección, por lo que esta presencia adquiere un tono irónico y la tradición bre la muerte de Dios y sobre la crisis de los fundamentos metafísicos e
mística (cfr. "el silbo de los aires amorosos" de San Juan de la Cruz, repre- ilusiones teleológicas. En ese sentido, la poeta opta por una posición en la
sentación del soplo del Espíritu Santo) se ridiculiza: "y es amable el silbo de que asume todas estas carencias como una verdad que le brinda una base
los aires/ que brotan quedamente y circulan/ por nuestros puros orificios te- sólida pero al mismo tiempo cruel sobre la cual levantar alguna certeza: "te-
rrenales/ protegidos e intactos/ bajo el vellón sin mácula del divino cordero". nemos la lengua dura los devoradores de dios/.. ./de ese dios aplastable/
Pero Vare la insta a purificar y redimir a la "molleja" y a la "letrina", a recuperar perecible/ digerible" en "Ideas elevadas" (1996: 201). Se trata de un nihilis-
la inocencia y grandeza del cuerpo. La palabra debe estar en el mismo plano mo activo, no hay más fundamentos del mundo y el aceptar esta condición
que la digestión sin falsas jerarquías ni vergüenza, "que así vamos y esta- implica hacerse de una fuerza ética para accionar con libertad. Esta es la
mos/ que así somos/ en la mano de dios". tremenda y amarga intensidad espiritual que emerge de la poesía de Blanca
Dios finalmente, es lo fortuito del nacimiento y la muerte. Al ser fortuito Varela.
es arbitrario. La autoridad que nos fuerza a nacer o a morir es arbitraria, de
ahí que sea "el matarife", "el verdugo" que dispone de nosotros. La materia y
la finitud humana que gravitan en este poema deben enfrentarse a él. Frente LUZ HUMANA Y LUZ DIVINA
al alma "finalmente inodora incolora e insípida" está la grasa, la sangre, des-
tinadas a no continuar luego de la muerte y que se entregarán en sacrificio Pese a que Vare la tergiversa/ironiza o tergiversa haciendo énfasis en la
como quien entrega sus armas luego del gran recorrido de la vida. En el carne, algunos tópicos místicos o ascéticos utilizados por Loyola o San Juan
poema, la nobleza de este sacrificio es transformada con ironía cruel bajo la de la Cruz, un rasgo común que comparte con los místicos, es el significado
Como en otras piezas de la obra poética de Blanca Vareta, la luz llena La respuesta frente a la noche de luna escasa y
el poema con diferentes atribuciones: en una primera, la luz terrenal, la que estrellas borrosas viene como un viento oscuro y
permite ver a los ojos humanos, la luz del día, mortifica: "me has engañado revelador.
como el sol a sus criaturas", es efímera, e inevitablemente se alterna con la
noche u "oscuridad del naufragio". La luz molesta ya que a pesar de su om- Ahora el cuerpo es un arco y la flecha el aliento
nipresencia no esclarece la verdad de las cosas, "nada que la luz no atravie- que aspira su forma. El corazón del eclipse, el
se y oculte". El engaño de las apariencias mostradas por la luz del día había viaje y el negro esplendor de la música carnal allí
sido ya poetizado así: "miente la nube/ la luz miente/ los ojos/ los engañados adentro, en el hueso del alma (1993: 14}.
de siempre/ no se cansan de tanta fábula" en la segunda parte de "Ejerci- Vareta ya se había referido a "la noche de la carne" en el poema "Plena
cios" de Valses y otras falsas confesiones (1996: 124). La relación noche-día primavera" (Luz de día) a propósito de la muerte: "Lo que miraba no existe
por la que la primera engendra al segundo, falso y torvo, se contempla así en más. Sólo un fardo de seda y un rumor en la noche de la carne./ La vida
el breve poema "Noche", de Canto villano: "vieja artífice/ ve lo que has hecho trabaja en la muerte con una convicción admirable. Qué ejércitos, qué legio-
de la mentira/ otro día" (1996: 149). nes, qué rebaños combatiendo y pastando en ese campo de hielo y silen-
Vareta aunque reconoce que sólo tiene a su cuerpo como instrumento cio!" (1996: 85).
de percepción, desconfía de los sentidos lo que la hace permanecer en un En un primer término, la oscuridad de la noche está en oposición a la
tortuoso limbo entre idealismo y materialismo. luz del día, como la oscuridad del cuerpo mortal al esplendor del espíritu
En una segunda acepción, hay una luz que alguien "enciende y apaga imperecedero. Sin embargo, cada día que pasa está intrínsecamente unido a
a voluntad·; suponemos que Vareta se refiere a la luz de la vida, encendida y la muerte, es un día menos, de modo que los opuestos terminan uniéndose.
apagada por voluntad de Dios, "el carnicero que apaga la luz" ('Secreto de Este razonamiento explica este verso del poema ''Antes del día", de Luz de
familia'). Y finalmente, una luz ("delgado resplandor abstracto") es la de la día (1960-1963): "Cómo brillan al sollos hijos no nacidos!" (1996: 81), es
esperanza que "despierta" y salva de la noche del naufragio. decir, cómo brilla con luz verdadera aquello que todavía no se ha posado en
nuestro planeta afectado por la vida, por la luz mortal del día y por la noche.
Sin llegar a ser certeza y claridad de la existencia y del conocimiento,
la luz es vida, la sombra es muerte y el mundo, la puerta entre ambas, "como Otro significado nos indica que la noche permite acceder a la lumino-
el mundo/ puerta entre la sombra y la luz/ entre la vida y la muerte", dice sidad del espíritu ya que lo sensible no distrae más a la reflexión y entonces
Vare la en el poema "Tapies" de Canto villano (1996: 152) motivo poético que puede oírse como una revelación: "el negro esplendor de la música carnal
se recogerá también en el poema "Escena final" de Ejercicios materiales (cfr. allí adentro, en el hueso del alma", El libro de barro). Éste es el momento de
infra). la transfiguración mística, el alma se corporeíza y el cuerpo se espiritualiza
haciéndose uno.
La noche adquiere un valor positivo como antesala a la luz del día, la
noche se hace un período de preparación del porvenir. La luz en cambio, La referencia a la luz tiene un trasfondo que proviene del platonismo y
deja todo al descubierto distrae y no deja alcanzar la esencia de la divinidad. el cristianismo. A semejanza de Platón, no vemos gracias a la luz sino imáge-
En la poesía fenomenológica de Vareta, la luz representa en unos casos, la nes que son reflejos de nuestra real esencia, estamos condenados en este
mundo a lo inexacto de la imagen así como a la inexactitud de la palabra. El humana, hay en esta poesía un deseo frustrado de acceder a lo permanente-
hombre en la tradición cristiana es a "imagen y semejanza" de Dios; si es así mente cierto tras la lucha contra la "farsa diaria" ("Malevitch en su ventana").
la imagen del Hombre cómo es la de Dios? Varela nos da una respuesta en el Hay un sentimiento de fastidio hacia un cuerpo opaco que no permite el
"Vals del Ángelus": "Tu imagen en el espejo de la feria me habla de una descubrimiento los misterios del mundo y del propio cuerpo. Tras ese miste-
terrible semejanza" (1996: 117), y en el Libro de barro: rio o más bien tras ese espejismo, se agazapa el vivo recuerdo de un Dios
El niño se miró al espejo y vio que era un monstruo. muerto como único idealista integral y verdadero, pues sólo él, como lo dice
Misterios de la luz. Según el cristal en que se mira Leibniz, se representa todas las cosas sin oscuridad, es decir, sin los senti-
nacer o morir. dos y la imaginación.
Las viejas imágenes se oxidan.
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Cuerpo a luz de día. Herencia y miseria. Aceptación y rebeldía. Ten-
sión, retorcimiento. En medio de la aceptación estoica de la contingencia
SU CRÍTICA
A LA SOCIEDAD PATRIARCAL
La referencia a "inmaculado miembro" como símbolo de la sociedad Hay un fragmento donde se afirma de modo contundente: "el que no
patriarcal y machista, plantea que el falo del hombre se ha convertido en un sabe amar como a sí mismo porque siempre está solo". Se trata de una
instrumento de dominación en el mundo contemporáneo. Se trata de un ico- crítica del narcisismo del discurso autoritario. El que no quiere ver al otro, el
que mira sólo a sí mismo, puede ir perdiendo la dimensión intersubjetiva del
lenguaje y, de ese modo, separarse paulatinamente del universo de lo simbó-
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IX. Tesis
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VALDIVIA PAZ-SOLDÁN, Rosario
En el actual escenario post-teórico, en el que se desarrolla lo que Er-
2001 ''Redescubriendo la poesía de Blanca Varela: Ca11!o Pi!!mlO''. Tesis de Literatura (1\fg.) Uni-
nesto Laclau ha llamado "una contaminación" entre la teoría y lo empírico,
versidad Nacional Mayor de San Marcos, 207h.
los estudios interculturales han adquirido un papel distintivo'. Probablemen-
te lo más característico de un período post-teórico es cierta prudencia, o al
menos reticencia, frente a la tentación, más bien académica, de proponer
otro modelo teórico como relevo superior, sincrético y sumario. Al mismo
tiempo, no deja de ser un serio desafío crítico la posibilidad de un espacio de
diálogo menos determinado y vertical, donde nuevos reencuentros se poten-
cian entre la lectura, los textos, los contextos y los géneros discursivos-ins-
tancias éstas de otro objeto (un objeto conceptuado como proceso), que se
muestra y demuestra tan poroso como persistente, tan denso como libre.
Este precipitado de resignificación es, por lo demás, a tal punto fluido, que
proyecta sobre la reciente hiper-interpretación teórica un subrayado paródico.
Se puede concluir que, en torno a este fin de siglo, el predominio de los
grandes modelos teóricos fue excedido por su misma conversión en sistema
de autoridad. Pero ello no hubiese sido posible sin el intenso cuestionamiento
de la voluntad de verdad que esos modelos ejercían desde su posición cen-
tralizadora; fueron derivando en moneda corriente, mero poder académico, y
novedad mediática.
Tilottama Rajan afirma que "Theory today has become an endangered
species" (Hoy la teoría empieza a convertirse en una especie en vías de extin-
ción); desplazada, en esta época de predominio economicista, por los cultu-
ral studies, a los que concibe como una tecnología más de la globalización.
La premisa conceptual de estos "estudios culturales" estaría basada en la ción de unos y el escepticismo de otros como lecturas situadas entre objetos
noción de una "absoluta transparencia," en la "total comunicabilidad"'. Aun- no siempre legibles del todo'.
que esa fe en la racionalidad cognoscente parece extremar el optimismo de La promesa latente de esta transición, por lo demás, correspondía con
lo legible que distingue a la semiología, es también propia de la operatividad la irrupción de nuevos sujetos sociales que eran capaces de forjar estrate-
de una lectura contextualizadora, cuyo principio de articulación presupone la gias y agencias culturales en la intemperie de las teorías dominantes, las que
transparencia de los objetos constituidos por un campo disciplinario. La lec- habían empezado cancelando la actualidad de la noción de Sujeto. Exclui-
ción demostrativa de esa lectura conlleva un voluntarismo político (porque das de los sistemas institucionales, con una práctica cultural probada a tra-
hace de su demostración una denuncia normativa) y privilegia el papel heroi- vés de los discursos regionales, las migraciones de todo orden desplegaban
co del sujeto entre los objetos historiados. Pero esta perspectiva, caracterís- la praxis de una identidad heteróclita-el lugar del sujeto hecho en la
tica de las ciencias sociales, llevaba también la nostalgia de una política interpolación de espacios. La política identitaria no bastaba para cartografiar
autosuficiente: hacía del documento la escena original de la denuncia. En la estos movimientos de desocialización. Ello puso en primer plano la cuestión
retórica de la denuncia, los objetos se convertían en metafóricos. del sujeto, sus redes de negociación y tramas de asociación. Pronto se hizo
En la perspectiva latinoamericana, sin embargo, la experiencia teórica claro que no se trataba sólo del Otro en sus márgenes de otredad exotista y
de la lectura crítica se ha ido forjando desde la crisis de las disciplinas como remota. Se trataba del prójimo y próximo, cuyo nuevo lenguaje ponía en duda
métodos de lectura monológica. Los "estudios culturales," dedicados a los la ética tradicional desde un "tú" perentorio que decidía la fibra moral del
medios y el consumo masivo; la "historia cultural," dedicada a las configura- "yo" profesional'.
ciones sociales de la memoria; y el relativismo "postmoderno," especialmen- Algunos grupos de trabajo crítico prefirieron situar a este Sujeto como
te dedicado a poner en duda la institucionalidad; son algunas prácticas críti- "subalterno" entre agentes de la socialización estratificada; otros, como ac-
cas en tensión con los modelos del Archivo académico, que evidenciaron, tor de una "resistencia" étnica entre sujetos institucionalizados; otros más,
desde los años ochenta, los límites disciplinarios. Límites, además, de una como víctima "aculturada" o desustantivada entre fuerzas "coloniales" y/o
objetividad excedida por el flujo de la significación de los nuevos objetos y "poscoloniales." Una rica bibliografía da cuenta de los avances en estas
por las lecturas liminares de lo nuevo. Cuando los campos disciplinarios tra- lecturas, aun si en algunas veces fueron voluntariosamente presentistas, y en
taron de reconvertirse en un archivo de genealogías o en campo cultural de ocasiones se vieron gravadas por la buena conciencia profesional y el
la mercancía y el consumo, fue claro que la mirada normativa de las discipli- paternalismo liberal de las compensaciones simbólicas. El género del testi-
nas perdía de vista a los objetos en desplazamiento anticanónico y mezcla monio y las literaturas indígenas, así como los estudios del imaginario popu-
aleatoria. Algunas nuevas perspectivas surgieron en torno a los lar han contribuido notablemente a superar la autarquía purista y la nostalgia
desbasamientos y desbordes de la escritura, desde la filosofía antimetafisica, etnológica a cambio de la actualidad contradictoria de la "des-urbanización"
la etnología del nomadismo y el psicoanálisis especulativo. Una vez más se de la cultura popular'. Otros núcleos de trabajo eligieron el horizonte sin
demostraba que los límites disciplinarios no eran los de la experiencia social centro de los "estudios culturales," con especial atención a los destiempos
y, más aún, que los objetos culturales excedían los campos de lectura por de la modernidad, los programas de neo-modernización, el papel de los
mucho que las autoridades de turno se "reciclaran" con el funcionalismo medios de comunicación en el imaginario social, y las formas actuales de la
mediático del "mercado" o la política identitaria de los "marginados," menos cultura de masas. No dejaron de hacerse oír los grupos de inspiración
explicables cada vez y más cruzados de fuerzas contrarias y residuales. postmoderna, gracias a su cuestionamiento de la tradición disciplinaria en
Dinamizados por la nueva complejidad de los objetos y la fluidez de los suje- momentos en que la universidad latinoamericana, sintiéndose amenazada
tos, los estudios interculturales pronto se distanciaron de la documentación de una parte por el neoliberalismo y, de otra, por las nuevas corrientes de
positivista como del constructivismo relativista; y entendieron la instrumenta- análisis contextual, se hicieron disciplinariamente más conservadoras. Los
Los estudios interculturales buscan ahora redefinir los términos de su Los estudios transatlánticos potencian distintas articulaciones discipli-
ejercicio. Para algunos grupos de trabajo, se trata de replantear los "estudios narias y diferentes levantamientos del campo de estudios sociales y
americanos," incluyendo las varias lenguas del continente, y resituando las humanísticos. En Inglaterra designa por lo menos dos tendencias: los estu-
relaciones de frontera, región y nación (lo que llaman lo "post-nacional" para dios de la nueva internacionalidad, que pone en primer plano a los
destrabar el relato dominante de una abusiva unidad autorizada). La discu- interlocutores poscoloniales; y los estudios anglo-americanos, que suman
sión sobre comunidad, nacionalidad, ciudadanía, y el papel de la mezcla y la ahora las varias minorías étnicas y culturales del Reino Unido y de los Esta-
hibridez de las identidades no basadas en la semejanza sino en la alteridad dos Unidos. Parecen animadas por el principio, incluso la promesa, de vincu-
(Ricoeur), se ha revelado como más compleja, a pesar de la simplificación lar y ampliar estos espacios desde el modelo concurrente del diálogo ( lo
introducida por el proyecto de la "globalización," o por ello mismo. Justa- que sabemos unos de otros) y de lo trans-disciplinario (lo que no sabemos
mente, redefinir la "globalización" como productora de diferencias, esto es, uno del otro).
de su propia contradicción simétrica, es una necesidad teórica de la Un caso ilustrativo de estas operaciones de leer, que al situar al objeto
reapropiación. Para otros grupos, se trata de reformular el largo y desigual deciden su estatuto, es el de Cal iban en The Tempestde Shakespeare. Las
intercambio entre España y América hispánica, de modo de superar la la- últimas lecturas de la pieza y su sujeto caribeño (Cal iban: Caribe, caníbal)
mentable división de áreas "peninsular" e "hispanoamericana," que ha enve- pertenecen a la teoría poscolonial. Se puede resumir esta perspectiva dicien-
jecido en la rutina y ha vuelto grises, sin raíces y sin frondas, a los textos más do que en los estudios poscoloniales la hipótesis dominante ha sido el para-
relevantes; aquellos, precisamente, que se entienden mejor en su inclusividad digma político del imperialismo ("a dominating metropolitan center ruling a
y mestizaje. No deja de ser penoso el hecho de que haya todavía expertos en distan! territory" (una dominación de un centro metropolitano que rige sobre
el barroco, por ejemplo, que ignoren del todo sus fuentes americanas, ya un territorio lejano, según Said) y su noción simétrica de eje y periferia, así
que el barroco español no se podría entender sin el oro, la plata, el chocola- como el esquema ideológico del amo y el esclavo y la ética del Otro y la
te, la piña, los pájaros, los colores y sabores del gabinete de Indias, acrecen- otredad. Implica, por otro lado, la visión historicista del sujeto colonial priva-
tado por la abundancia y el asombro. Y aunque la noción de una "conciencia do de identidad por la fuerza brutal de lo moderno. En una derivación
criolla" convierte al objeto en demostración de sí mismo, con falacia reduccionista, la "teoría de la dependencia" llegó a negar que el sujeto latino-
presentista, la mezcla tolera muchos nombres en tanto respondan no por la americano tuviese una cultura auténtica, habiendo sido desposeído de sus-
nivelación del promedio, del término justo, o de la abstracción nacional, sino tancia por la cultura dominante. Sin embargo, si nos situamos en una lectura
por lo específico de la forma social y la diferencia cotidiana. intercultural, podríamos comprobar que no siempre el sujeto colonial ilustra
En esa búsqueda de iniciativas críticas, que sumen además la enseñan- la victimización sino que, a veces, es capaz de negociar sus propios márge-
za y la metodología, los "estudios trasatlánticos" aparecen como una posibili- nes. Este sujeto no está siempre confinado a la narrativa de los Amos de
construcción del Otro en el relato de viaje, la hibridez de la traducción, el Lacbu cst:tblece una solución positiYista al dilema: "The destiny of thcory in out century is a pecu-
tránsito de ida y vuelta de los exilios y las vanguardias, fueron algunos nú- liar one. On the one h:wd \Ve are ccrtainly witnessing thc progressin~ blurring of thc dassical
fmntiers which madc 'lheor)" a clistinctiYe thcoretical object: in nn era of generalized critique of thc
cleos de este debate. En el proceso de definir una agenda del diálogo, inclu-
metaling-uistic function, the analyús of the concrete escapes the rigicl straitjacket of thc Jistinction
yendo a colegas de Harvard (Doris Sommer), Bastan University (Alicia theorctic;-tl framework/casc studies. But, on the olhcr hand, precisely bccausc we are li\·ing in a po.rl-
2 Rajan distingue dos tipos de "cultural studies"; por un lado, la tendencia que comprende al post-colo- Dosse, Francois. Empire qf A1eaning: The Htrmamties and the Social Sciences. &Iinneapolis: University
nialismo, el género, la cultura popular y formas de la vida cotidi:lna, y que se asocia con las ciencias of 1v1innesota Press, 1999.
sociales; por otro, la tendencia que incluye la tecnología, la ciencia, y se concibe como parte del progte-
Greenblatt, Stephen J. L.eaming to cl!l:re: essqp in ear/J' !JJodem culture. New York: Routledge, 1990.
so y la globalidad. La primera se dedica, al final, a la política identitaria, !a ~egunda al economici~mo.
Ambas formas, en todo caso, prescinden de la literatura y la tcotía, son un simulacro de ciencias sociale~ _________ . ivfan•e!ofls Po.r.ressions, The TFot!der qf tbe Ne!IJ Wodd. Chicago: The University
desde las humanidades, y su "ptesentisrrio" se sitúa en la idea de un "ün de la historia". Ver su arúculo
of Chicago Press, 1991.
"The University in Crisis: Cultural Studies, Civil Society, and the Place of Theory" en Li!e!'rJI)' Re.rearcb/
Rechercbe li!lémire (2001). Herlinghaus, Hermann y Monika Walter, eds. Pos;;;odemidad e¡¡ la periferia. E1ljoqms latinoa!JJeti-
Este debate, que sólo se anota aquí, ha circulado entre algunas revistas latinoamcricanistas de persua-
canos de la mtet'a teoría C!l!fttraL Berlin: Langer Verlag, 1994.
3
sión crítica tenovadora: ]o11mal qf LJ!i11 AIJIC!imll C!tllllml St11dies (Londres), Rei-Úia de Crílim C!fi!Hml
Kogler, Hans Herbert. The PmPer of Dialog11e: Critica/ Hemmn:tltics qfter Gada!1Jer and Fottcau/t.
(Santiago de Chile), &!lista de Crífim Tjfermia T_afilloa!fleráa!la (DmtJJIO!f!b )' T_i¡;¡a),_)' RHI.i!.A, Rerista
Cambridge: The 1:fiT Press, 1999.
Lü!i!loaJJJelimna de Esl11dios AJ1t111zados (Caracas), son alf,>unas de ellas.
Lienhard, Martín. ]_,a !!OZJ' Slt !mella: Escriftfl'a)' coriflicto étnico-social en América L-tltilla, 1492-1982.
4 La cuestión del sujeto ha sido replanteada por F.nzo del Búfalo en sus libros El J'tj¡do mmdenado (1998),
Lima: Editorial Horizonte, 1992.
f11diPiduo, 111ermdo)' tilopía (1998) y L1 gmealqgia de la s¡t/jctil'idad (199"1).
5 Los trabajos de Martín Lienhard, \'\'illiam Rowe y Yolanda Sala~ son fundamentales en este campo, McQuillan, Martin et al, cds. Post-theo!JJ lle!IJ directio!Js in criticisJJJ. Prefacio de Ernesto Ladau,
todaYia tequerido de ordenamientos má~ comprensivos y articulados a una teotía de la crisi~ como postfacio de Hélene Cixous. Edinburgh: Edinburgh University Press, 1999.
desgarramiento y anudamiento de la cotidianidad. Esto es, de la comunidad in-Yiablc.
Moreiras, Alberto, Tbe Exhamti01t of Difftrmce: The Politics qf L.c~tin A/J/erican Ctd!ttral Studies.
G Alberto i\1oreiras ha historiado el debate de las distintas persuasiones crítica~ ensayacb~ por el Durkham: Duke Univcrsity Press, 2001.
"latinoameúcanismo" en la academia norteamericana, y ha puesto al día la pertinencia de la obra
de José María Arguedas como paradigma heterodoxo en su libro Tbe Ex}Ja!f.f!ion if Dijflfl'lflltr: T!Je Ortega, Julio. E!pn'11cipio mdical de lo !flfevo. Po.rl!JJodemidad, idmtidad)' llot'ela en A¡¡¡é!ica JAfina. Lima:
PoliJú·s if Latú1 /lmm'crm C11ilttral J'J!fdie.r (2001). Pondo de Cultura Económica, 1997.
7 En su ensayo "Learning to curse," Greenblatt afinna que "Caliban's retort might be taken as sclf- _ _ _ _ _ , ed. La posf¡;;odemidad explicada por latinoamedca!lo.r. L.a Torre (Universidad de Puerto
imlictment: even with the gift of language, his nature is so debased that he can only learn to curse.
Rico, Año 4, No.12, 1999).
But the lines refuse to mean this; what we expericnce instead is n sense of their devastating justeness.
Ugly, rude, saYage, Caliban neYetthcless achieYcs an absolutc if intolerably bitter moral victory." Pratt, Mary Louise. I11¡pelial L~yes: TrazJel 1/)li/i!lg and traltsctt!tHrafion. New York: Routledge, 1992.
(La réplica de C:aliban debiera ser tomada como auto-crítica: aun con el re¡:,ralo dd lenguaje, su
naturaleza es tan degradante que él sólo puede aptendet a maldecir. Pero el texto rechaza ese Prigonit1.e, Ilya y Isabelle Stengers. l..a No11ve//e Alliatlce. Paris: Gallirnard, 1979 y 1986.
sentido; lo que experimentamos, en cambio, es la sensación de su deYastfldora justicia. Pea, rudo,
Rajan, 'I'ilottama. "The University in Crisis: Cultural Studies, Civil Society, and the Place of
salvaje; sin embargo, Calibán obtiene una absoluta, aunque intolerablemente amarga dctotia mo-
Tbeory" en Liln'r11J' Research/ Recherche littfmirc (International Comparative Literature Association,
ral) (1990: 25).
Univcrsity of \Vestern Ontario, ''o!. 18, no.35, Spring-Summer, 2001), 8-25.
8 La reYÍSta Sip;11os de la Universidad r\utónoma Metropolitana (J\[t::-::ico) dedica un número (Yo!. 11,
Num.2, 2002) a una muestra de trabajos vinculados a los Coro~ de Brown. Ricoeur, Paul. 0 11m!( as Anotlm: Cbicago: The University of Chicago Press, 1992.
Snbirats, Eduardo. Bl continente vacío. L1 conq11ista del J'\Tf!eVo j\!fmtdo JI la conciencia 111odema. México: LITERATURAS PERIFÉRICAS Y CRÍTICA
Siglo XXI, 1994.
Sommcr, Doris. Proceed u4th ca11tion, J/Jhen engaged 0· JJJÚtOJi!Y writing iJJ the Americas. Cambridge:
LITERARIA EN EL PERU'
Harvard Univcrsity Press, 1999.
JlJJ Dorian Espezúa Salmón
literarios diferenciados que no permanecen, sería erróneo pensarlo e inge- discursivos reclaman nuevos acercamientos críticos que pasan por ampliar
nuo sostenerlo, aislados, desconectados y enfrentados entre sí. La el corpus de lo que entendemos por literatura. Es una necesidad que se
intercomunicación de sistemas literarios es, a su vez, producto del conflicto extienda la noción de texto de lo específicamente literario a cualquier mani-
entre los sistemas sociales organizados a lo largo del tiempo y espacio geo- festación semiótica configurada por un tipo de lenguaje. La literatura no es
gráfico. Antonio Cornejo piensa y creo que tiene razón cuando afirma que en una experiencia aislada de la interrelación humana, de la interacción social y
el Perú coexisten tres sistemas literarios diferenciados: El sistema de la len- de las otras manifestaciones textuales.
gua culta, que también podría denominarse literatura ilustrada o de elite, ge-
El valioso artículo "El Perú crítico: utopía y realidad", cuyos autores
neralmente escrita en español y en las ciudades metropolitanas. El sistema
son Jesús Días Caballero, Camilo Fernández Cozman, Carlos García- Bedoya
de literaturas populares en español que también podría denominarse literatu-
y Miguel Ángel Hu amán, constituye un balance en varios órdenes. El prime-
ra provinciana o mestiza. Y el sistema de literaturas en lenguas aborígenes
ro, el de los estudios literarios en el Perú, nos presenta las primeras
que también podría denominarse la otra literatura peruana, literatura de los
sistematizaciones realizadas por José de la Riva Agüero que restringe la lite-
otros o literatura indígena. No olvidemos que el quechua tiene una produc-
ratura peruana a la escrita en español, Luis Alberto Sánchez tiene más bien
ción escrita culta conectada y reconocida por un sistema ilustrado o de elite
una visión mesticista de la literatura peruana entendida como la fusión armó-
que funciona al interior de una cultura marginada.
nica de dos tradiciones culturales, reconociendo la importancia del legado
Los diferentes sistemas literarios tienen sus propios campos intelec- indígena, y José Carlos Mariátegui que propone distinguir tres etapas en el
tuales, sus propias redes de comunicación, sus propias redes de produc- desarrollo de la literatura peruana: colonial, cosmopolita e india. Esta última
ción, distribución, consumo y valoración simbólica a pesar de la interacción caracterizada por la vigencia de lo propio en nuestra literatura.
y los cruces con otros sistemas. Si esto es así, cada sistema literario diferen-
Según los autores del artículo antes mencionado el Tradicionalismo
ciado tiene o debe tener su propio aparato crítico diferenciado que además
Crítico (1930-1955) caracterizado por una crítica literaria marcadamente
dé cuenta de los lugares de frontera. Una literatura heterogénea como la
aproblemática donde predomina una historia literaria de tipo tradicional que
peruana donde existen regiones geográficas en las que coexisten formas
conjuga positivismo e impresionismo con un mayor o menor rigor académi-
lingüísticas en una situación diglósica que manifiestan discursos diferentes,
co, dependiendo del autor, en la presentación de los datos y las anécdotas
opuestos o complementarios que se cruzan y se mezclan, necesita una críti-
combinadas con valoraciones muy subjetivas, estaría representado por Luis
ca también heterogénea. Evidentemente hay una cultura dominante, un cam-
Alberto Sánchez, Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino, Estuardo
po del poder, un sistema literario dominante y una crítica literaria dominante
Núñez y los valiosos aportes de hombres dedicados a la historia como Raúl
hecha por académicos especializados que representan el "supuesto saber".
Porras Barrenechea y Jorge Basad re. Además en esta época se realizan las
Esta crítica representa el discurso del poder, la retórica del poder porque no
primeras recopilaciones de las literaturas orales populares por José María
sólo reprime ciertas formas discursivas subversivas ejerciendo la censura
Arguedas, Efraín Moro te Bes! y el padre Lira. ¿oónde estaría Jorge Puccinelli?
social, incluso racial, disfrazada de control académico, sino que legitima un
discurso dominante que aparentemente da cabida a los discursos subyuga- La apertura a nuevas corrientes críticas como la estilística y la filología
dos. El discurso del poder es monoglósico y dogmático y no dialoga, no practicada por Luis Jaime Cisneros o Armando Zubizarreta y la fenomenología
puede hacerlo, con los otros sistemas subalternos. El concepto o categoría basada en lngarden, Kayser y Auerbach practicada por Alberto Escobar, se
de Totalidad Contradictoria pretende abarcar el todo, el conjunto en cuyo desarrolla entre los años 1955 y 1970, periodo en el que también aparece la
interior se manifiestan conflictos y relaciones dinámicas que producen mani- crítica periodística que cobra especial relevancia, especialmente en la difu-
festaciones nuevas. No hay que olvidar que los nuevos rostros de la socie- sión del "boom" que defiende la cosmopolitización acelerada de la escritura
dad se manifiestan en nuevos rostros discursivos, y los nuevos rostros hispanoamericana y condena toda manifestación regionalista que reivindica
puede dejar de ser referencial y significativo. La crítica no puede pretender Eaglcton, Terry. La fimción de la crítica. Barcelona: Paidós, 1999.
hablar rechazando decir algo.
Espezúa Salmón, Dorian. Entre lo rettlj' lo il!laginario. Una lec!Hra lacaniana del disctmo indigmista.
En segundo lugar, la crítica debe permitir la comprensión de los fenó- Lima: Universidad Nacional Pederico Villarreal, 2000.
menos sociales que permiten la producción de diferentes discursos conecta-
García Canclini, Néstor. Culturas híbridas. Estrategias ¡;ara entrar;' salir de la modernidad. México:
dos y diferenciados entre sí, crítica para el estudio interdisciplinario de fenó- Grijalbo, 1989.
menos heterogéneos, crítica para la formación de una institucionalidad aca-
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ .Ideología, c;t!tlfmj'jJOder. Buenos Aires: Oficina de publicaciones del
démica sólida que trabaje de forma conjunta y coordenada, crítica para cons-
CBC de la Universidad de Buenos Aires, 1997.
truir nuestra independencia teórica, metodológica y, si se puede, terminológica
respecto del imperialismo cultural, crítica para entendernos y reconocernos García-Bedoya M., Carlos. "Los estudios literarios latinoamericanos: un balance. (En homenaje
como iguales y como diferentes, crítica para la coexistencia y supervivencia a Antonio Cornejo Polar). En La casa de cartón de Ü-'9' 11, 1997.
de los diferentes sistemas literarios, crítica para la tolerancia, crítica para en- - - - - - - - - - - - · I...a iiteratlfra perttalla en eljJe1iodo de estabilización colonial. Lima: Univer-
tender una realidad y unos discursos que se transforman aceleradamente, sidad NacionallVfayor San Marcos, 2000.
crítica para insertarnos en el concierto mundial con nuestra propia voz y nues-
González Stephan, Beatriz (comp.). Cultura] Tercer Mundo 1. Cambios en el saber académico. Cara-
tra propia mirada.
cas: Nueva Visión, 1996.
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Cdtica Literada I ...aiÚ!OttJJJericana 31-32, pp. 171-218, 1990.
Perdonadme, ortodoxos
Fernando Savater
INTRODUCCIÓN
Lauer (1989) plantea que Mariátegui posee una visión dialéctica de lo En la lectura del Amauta, la literatura nacional aparece configurada
nacional y Sánchez una visión enciclopédica de lo nacional (13). Las tres facetas como un horizonte de deseo, pero no es más que deseos sin horizontes.
claves de las reflexiones mariateguianas sobre la literatura peruana serían: la Para utilizar las mismas categorías que Mariátegui: en el Perú, la literatura
polémica de afirmación contra el hispanismo; la respuesta política a los acon- colonial creó espacios nacionales y cosmopolitas, la literatura cosmopolita
tecimientos de la época en el Perú y la introducción de la literatura en el esce- creó nuevas formas de colonización y nacionalidades virtuales, la literatura
nario de los conflictos de clase peruanos (15). Lauer señala que Mariátegui no nacional es una utopía anacrónica en un mundo de culturas
desarrolla una visión crítica de lo cosmopolita, pese a que este podía atentar desterritorializadas, memorias colonizadas, imaginaciones domesticadas,
obviamente contra lo nacional (cultura andina y criollismo) (37). exacerbación de diferencias y comunidades virtuales.
García Bedoya (1990) considera que la propuesta de Mariátegui ubica El séptimo ensayo, durante cuatro décadas después de su publica-
la literatura en el proceso histórico, analiza a los autores y sus obras como ción, se convirtió en texto canónico y manual de frases célebres; posterior-
portadores de proyectos culturales que socavan o consolidan lo colonial, lo mente, una minoría inicio una lectura crítica de sus mejores gérmenes. Las
More, Federico. "La hora undécima del señor don Ventura García calderón". Coidnida 2: 33-39,
Al final del exorcismo hemos encontrado que la creación heroica se 1916
nutre a veces, sin confesarlo, de argumentos ajenos, que el hombre nuevo
Escajadillo, Tomás G. "Para leer a IVfariátegui''. 7 ensa)'OS. 50 mTo.r en/a biston'a. Lima Biblioteca
tiene ideas viejas, que el defensor del mito no puede desprenderse de los
Amauta, 57-138, 1981
compartimentos positivistas, que el ardoroso defensor del indígena despre-
cia a los negros y a los chinos, y que el Amauta no tiene un conocimiento Falcón, Jorge. Anafomfa de lo.r 7 eiW!)'OS de Mmiríle,gNi. Lima: Empresa Editora Amauta, 1978.
profundo de la literatura peruana. Por ello, podemos concluir que es impera- Porgues, Roland. "lvlariátegui y la cuestión negra". A1111ario Marial~'f!,tfiano, Vol. \11, 6: 135-144,
tivo desmariateguizar la crítica literaria y los estudios literarios en nuestra 1994.
comunidad, requerimos imaginar otras genealogías y otras periodizaciones
Gálvez, José. Posibilidad de tf!la gmuina literatura nacional. Lima: Casa Editor I\'f. I\foral, 1915.
en la historia literaria. Sin la sombra de este séptimo ensayo podremos ilumi-
nar las múltiples raíces de la crítica literaria moderna en el Perú y compren- García Calderón, Ventura. Del roJI!anticis!llo al !JJodemis!JJo. Prosistas j' poetas pe manos. París: Socie-
der la complejidad y pluralidad de las otras reflexiones fundacionales sobre dad de Ediciones Literarias y Artísticas- Librería Pau! OUendorf, 1910
la literatura peruana. . "La literatura peruana (1535-1914)" Re/)/{e Hispaniqlle, Vol. X.'U,
79. 305-391, 1914.
Ora estemos azotando un caballo muerto ora iniciando el sacrificio de
una vaca sagrada, estas líneas están dirigidas contra las ovejas que se refu- Hünefeldt, Christine, "Los negros y la esclavitud en las reflexiones de 1\Tariátegui". Anlfario
gian en iconos que las relevan de la tarea de pensar y este es quizá el mayor MariaiC¡!,fliano, Vol. V, 5: 82-88, 1993.
homenaje que podemos rendirle a nuestro padre. Laucr, Mirko. El sitio de la !itrmflfm. Lima: mosca azul editores, 1989.
2 Tomás G. Escaj;~dillo plantea que i\[atiátegui omit.ió voluntariamente a Clorinda 1\'Iatto de Turncr por- Mariátegui, José Carlos. "El proceso de !a literatura". Sieh riW!)'OJ dt illierprdarirín de la realidad
que no podía elogiar su noYela dado el tipo de enfoque de nuestra literatura asumido por el crítico pemcllla.l928. Lima: Biblioteca Amauta, 228-350, 1991.
(1981. 85).
Riva-Agüero, José de la, Carácler de la lilemiNm del Pmí iHdrpmdimte. 1905. Lima: Pontifica Univer-
sidad Católica, 1962.
Velázquez Castro, Maree!. El ri'Vés del !ll(fJfl/. Nacionalidad, etnicidad, !I!Odemirltld)' JI,énero m la litera-
l tira pemana. Lima: Universidad Nacional Federico Villarreal, 2002.
1~~ta cntrcYÍ~ta fue realizada por Marcel Yelázqucz Ca~tro n mediados de ma!·o del 2002.
go ha habido algunos ejercicios: la serie de doce tomos Biblioteca de Cultural pasadistas; tú estás trabajando el siglo diecinueve, yo estoy trabajando los
Peruana dirigida por Ventura García Calderón y patrocinada por Osear R. inicios del siglo veinte, casi no conozco de nadie que esté trabajando blo·
Benavides en 1938, hoy bastante marginal. Aunque la idea de Grandes Libros ques más o menos amplios de la actualidad.
hoy se ha ampliado, no ha variado en lo sustantivo: es el mismo corpus de los
A.Z. : Quizá porque nos sentimos más seguros analizando periodos
años treinta que se sigue manteniendo, ampliado. Cuando Julio Ortega quiere
donde nuestra actividad y la literatura ocupaban un papel más importante en
hacer el experimento de los cien libros peruanos de la Biblioteca Peruana,
la sociedad
auspiciada por el Gobierno Revolucionario del Perú, dicho esfuerzo in evita·
blernente cae en un torbellino heteróclito, en una cornplicación de géneros M. L. :Sí, pero además está una injusticia adicional de la globalización.
distintos y demuestra la imposibilidad del proyecto al tener juntar novelas Injusticia bienvenida en este caso: el acceso a todas las literaturas del mun-
como Duque con antologías poéticas y tratados lingüísticos y sociológicos: do en los grados que se viene produciendo hoy empieza a socavar esta idea
no había manera. Una cosa última como los cincuenta libros que todo perua- de los corpus literarios nacionales. Sobre todo si la idea de lo nacional no
no debe leer de la revista Caretas, del2001, es un ejercicio de tecnoburocracia está completamente formada en la cabeza de una elite académica, intelec·
orientada hacia lo obvio -con alguno de los propios autores recomendándo- tual deseosa de ser nacional (allí está la parábola del escritor Bellatín, feliz de
se a sí mismo con cincuentenario candor-. haberse retransformado en mexicano para obtener los éxitos que le corres·
pendían). Entonces, en el Perú si se le retira el ámbito de lo nacional a la
A.Z. : ¿Es necesario un canon literario?
literatura, estamos en el reino del mercado: lea usted la novela más intere·
M.L. : En el Perú sí. No sé que contestaría si estuviese sentado en sante o más divertida. Cuando las cosas llegan a ese punto, la competencia
California, Vermont o París. En el caso peruano, lo que nos falta a la pobla· internacional es devastadora. No se me ocurre un narrador peruano vivo que
ción son experiencias comunes, experiencias capaces de cortar a través de para mí se sostenga frente a mis escritores favoritos del resto del mundo.
la clase, la etnia, la raza, la geografía, la economía, e incluso de la experien·
cia personal. Ya que no todos los grupos hacen servicio militar obligatorio, ya
que no todos van a las mismas escuelas estatales, por lo menos que todo el la provincia no existe
mundo lea los mismos libros. Yo creo que existe un canon narrativo desde
los años 60 hasta la fecha. Ese canon se forma a la sombra de las editoriales
A.Z. :Volviendo al canon en el Perú, vemos la presencia importante de
españolas, sin las cuales no es posible hablar de literatura peruana en el
escritores provincianos a lo largo de la historia. Sin embargo, en los últimos
último tercio del siglo. Las preguntas es si ese canon no está dejando fuera
veinte años esa importancia disminuye drásticamente
más de lo que pone dentro. Creo que el poder de comercialización y marke·
ting que tienen quienes promueven los valores de la literatura, entendida M.L. : No lo creo. En poesía hay varios nombres importantes ... Pero
como "prosa de mercado" va evitando el avance de otros textos y de otras más importélnte que el registro civil, creo que lo que está pasando es la
cosas. Estamos en una guerra por los lectores, por el mercado. ¿por qué una desprovincialización del Perú. Siento que no es tanto que estén desapare·
novela como País de Jauja no logra entrar de una manera más significativa al ciendo los escritores de provincia ...
mercado? ¿por qué las novelas más vendidas siguen siendo novelas escritas
A.Z. : Sino la provincia misma ...
hace 30 o 40 años? ¿Por qué no se logra constituir un circuito comercial,
crítico y literario sobre lo más nuevo? Volvemos al tema inicial: con un empo· M. L. :Así es, pero no solo la provincia sino lo provinciano. Primero,
brecimiento de la sociedad y otro de la producción literaria no puede haber porque todo está a una hora de avión, o menos de 24 horas de bus; segun·
esa reestructuración que queríamos de los estudios literarios. Además del do, porque las diferencias culturales entre las periferias limeñas y la provin·
repliegue, los estudios literarios comienzan a volverse cada vez más cia ya no son tan grandes, y lo mismo vale para las capas medias, en el
El futuro de los estudios literarios peruanos es la emigración M. L. : (risas) También. Sin embargo hay trabajos donde las nuevas mi-
radas han ayudado mucho. En este momento la versión botánica y la
metodocéntrica no están dando mucho. La cuota de recursos humanos, de
A.Z. : Hubo un intento de fundar una teoría literaria latinoamericana
tiempo, dinero y talento dedicados a esta actividad hoy en el Perú es muy
hacia mediados de los años 70 con autores como Roberto Fernández Retamar
reducida para producir ningún cambio.
y Alejandro Losada. Sin embargo dicho proyecto fracasó. Lo que sí se logró
fue una serie de categorías que se construyeron a partir del análisis de cier- A.Z. : Entonces, ¿no existe futuro para esta actividad?
tas obras: la heterogeneidad de Antonio Cornejo Polar analizando la obra de M.L. : No aquí. Por el momento el área de crecimiento y expansión de
Arguedas; la transculturación de Ángel Rama analizando el impacto de las esta actividad es la emigración. Una manera menos pesimista de decir esto es
técnicas vanguardistas en la narrativa regionalista. Ambas categorías presu- que ya somos un país exportador neto de estudios y críticos literarios, corno lo
ponen la escisión cultural como signo central de las culturas hispanoameri- hemos sido de médicos y otros profesionales a largo del último medio siglo.
canas y la persistencia de una cultura tradicional. Hoy ambos presupuestos Este país es el que le ha dado al mundo a Julio Ortega, al crítico Mario Vargas
se están modificando por la posmodernidad y la globalización, entonces: Llosa, a José Miguel Oviedo, a Susana Reisz, y podemos seguir con no menos
¿dichas categoría estarían hoy parcialmente desfasadas? de 30 nombres importantes, sólo en los Estados Unidos. Pero se debe consta-
M.L. : Yo creo que siempre estuvieron desfasadas sobre todo en la tar también que el atractivo de lo latinoamericano es mayor que el de lo perua-
literatura. Tanto las ideas de Cornejo Polar como las de Rama son aplicacio- no, y el de lo mundial, para quienes dominan el inglés, mucho mayor que el de
nes de categorías que ya circulaban mucho antes en otras disciplinas. Aníbal lo latinoamericano. Esto nos lleva a otro tema: en qué medida dedicarse a
Quijano y otros científicos sociales hablaban de heterogeneidad estructural hacer libros como los nuestros en el Perú sobre el "sujeto esclavista" o "poeta
años, largos años antes de que Cornejo usara dicha categoría. Cornejo lo vanguardista" no son ya variantes de la fabricación de retablos en algunos
barrios de Ayacucho o del Cuzco. Viejas artesanías que reelaboran (y por tanto folletos de propaganda editorial: cada mes aparece un novelista llegado del
en cierta medida desgastan) los valores propios y mantienen por poco dinero, exterior que es la gran revolución.
y por poco todo, encendida la llama de una tradición. Allí casi le pegaría una A.Z. : Un Joyce nace cada semana ...
etiqueta: "estudios literarios tradicionales".
M.L. : Y aterriza en el Perú. Está el crítico literario que se traga estas
A.Z. : ¿se podría buscar una ruptura del carácter tradicional de nuestra cosas y las repite inconscientemente. Segundo, hay otros que tienen el vicio
actividad con una mayor articulación y participación en debates internaciona- de considerar que todos los poetas que recién llegan son mejores que los
les (los estudios subalternos, la teoría de lo postcolonial, los estudios cultura- que ya llegaron, lo que Sánchez llamaba la efebolatría. Yo creo que los peo-
les) o esto significaría seguir reproduciendo el patrón de importación de mode- res vicios son los defectos de carácter. La crítica literaria es una actividad de
los y fortalecimiento de la dependencia? En el medio hay cierta reticencia a carácter. Quien ejerce la crítica literaria debe presentar una personalidad y
emplear dichas herramientas, hay como un refugio en la idea de que lo latino- un gusto con el cual el crítico se compromete a seguir adelante, que es la
americano ha creado sus propias herramientas y que estas bastan. íntetface, como se dice hoy, con sus lectores. Si hoy extrañamos a José
Miguel Oviedo en la crítica semanal es porque era un hombre con un gusto y
M.L.: Eso es un cuento chino moscovita. Los críticos latinoamericanos no
un carácter definidos, que no tenía problemas en expresarlo y en llegar a
han creado sus propias herramientas. Yo estaría de acuerdo con la primera parte
caer antipático por ello.
de tu pregunta. He tratado de seguir el debate y el trabajo de los estudios cultu-
rales, pero la verdad es que no encuentro aquí una masa crítica suficiente que A.Z. : Predomina ahora la crítica ditirámbica que quiere quedar bien
vaya en esa dirección. Si grandes imperios intelectuales como los de los psicoa- con el autor y la editorial. ..
nalistas de este país que tenían todos los recursos, todo el prestigio, al final no M.L. : Claro, es el vicio cortesano y virreina!: un crítico que quiere que-
lograron producir una entrega académica importante y sostenida, mucho me- dar bien con todos. ¿cuál ha sido el último ataque feroz y devastador contra
nos podrán hacerlo los modestos trabajos literarios. un libro que ha aparecido en una publicación periódica? Probablemente, las
opiniones de Enrique Bailón en Hueso Húmero 35 (1999) sobre un libro de
Birger Angvick.
La crítica literaria es una actividad de carácter
Belle époque y revolución
A.Z. : ¿Qué es lo políticamente incorrecto en un crítico literario?
M.L. : Siempre la mala prosa, en el sentido de prosa no imaginativa. Lo A.Z. : Muchos de tus libros analizan problemas literarios y políticos
peor, pensando en un crítico periodístico, es la novelería. Esta obsesión por vinculados con el periodo de 1900-1930, ¿por qué el interés constante por
el aspecto novedoso de lo nuevo, es lo que más frivoliza y deteriora la activi- ese periodo?
dad. M.L. Considero que son los años más importantes no sólo del siglo
A.Z. : ¿por qué? veinte sino probablemente de toda la literatura peruana. En esas tres déca-
das, del novecientos de Eguren a los años 20 de Vallejo, cabe la mejor poe-
M.L. : Porque es el signo más claro de la ausencia de los elementos
sía, y la fundación de los corpus en todos los géneros. Pero sobre todo es la
centrales de la crítica literaria: el gusto personal, el sentido de la perspectiva
poesía, el género que yo más aprecio, son los años 20 de la poesía y parte de
histórica, el escepticismo educado, la distancia frente al entusiasmo. Una
los 30. Probablemente lo que va de los años 60 a los anos 90 sean las tres
serie de valores que en varios casos notorios del Perú de estos años han sido
décadas de la prosa en el Perú. Además, porque de alguna manera me intere-
completamente perdidos. Lo que tenemos es una excesiva atención a los
san mucho los procesos sociales, 1900-1930 y + es la distancia perfecta para
¿Fue sólo el vino lo de aquella vez? ¿Lo crees? ¿Qué viajeros, qué poetas se perdieron en el tiempo
¿sólo el vino? Quizá, acaso fuera el vino los océanos, los médanos,
y sólo eso ... las hogueras encendidas
pero cada botón de tu blusa era uno menos y uno más el sable en alto ...
como a mí me gusta, Mo rita?
una tanga negra entre tus piernas
negra, un poco sucia, Otra ola más y estaremos perdidas.
como me gusta,
Tiempos de carencia
Extiende una vez más esas manos. Implora. Reza.
Yo abro las piernas y dejo
que él fornique sobre mí como un cerdo
como un cerdo rosado
Domingo. Despierto con el ruido del mar
-frota tu sucio placer, ifrotámelo!-
golpeando la pared del acantilado
por un kilo de azúcar
tengo el libro de Eliot sobre las piernas
una lata de leche.
al frente, en la cuna, la niña infla los cachetes y parece
Puja, hija mía, puja
que va a pronunciar la magnífica palabra.
es lo único que me interesa, eso
Pero sólo gime y solloza. La llamo por su nombre
y rayar esta hoja en blanco
ella restriega sus ojos con las manos regordetas
el olor de amoniaco en la batea
y desde mis piernas la extraña sonrisa de Mr. Thomas Stearn
y la mitad de un pollo muerto.
es una censura, una amenaza
la niña lanza un grito
aprieta los dientes, las encías enrojecen
y yo apaciblemente sentada sobre una manta
Piojos
me convierto en la voyeur de ese placer.
Me saco los piojos a las dos de la mañana
Puja, hija mía, puja
mi bata blanca se mancha de estrellas negras
esperemos con los dedos entrelazados
sobre la silla del comedor veo un mandil
la sentencia.
recuerdo:
Mr. Thomas Stearn partido en dos por la solapa del libro
una niña llena de llagas, asmática, en la puerta del colegio
me mira fijamente
esperando para siempre a su papá
el iris claro típico de los perversos
me dicen que lata ta tan: eres una mujer de éxito
y la sonrisa de los bancarios, agestada.
-¿sí?, ¿de verdad?, no lo creo-
Dime algo, por qué no me dices nada. Habla
quiero que salgas en el who is who
y sigue pujando hasta que puedas contar
vanidosa comento que quizás eleve mi autoestima
tus excrementos o tus muertos
(es un chiste estúpido
no se sabe cuántos son ya, mantienen
por la noche tengo que bañarme
un sabor misterioso que sólo se siente
para dejar de llorar)
en el fondo del paladar.
me equivoco
Las plazas se llenan de visiones y de sombras, ojeras
esos son los grandes pecados
tras ojeras en las colas por un kilo de azúcar
una piojosa sale en The Perú Report
una miga de pan.
Espejos de niebla
no distingo A oscuras los bultos empiezan a repartir
sus paquetes -que la buena suerte caiga sobre nosotros
hermano- Apaciguados en los hombros discretos en la sonrisa
intentando detener al camión que les cambiará la vida La cabeza como una alta torre en medio de las aguas.
discretos hasta el horizonte siempre discretos. Un cielo abierto, gris y extraño. Las apariencias engañan y todo
en esa sombra clara, es periferia.
7 Hundido, alto y enhiesto a pesar del viento recorre la ceniza
Lima no puedo desprenderme de ti no puedo hablarte los pasadizos callados, las azoteas desperdigadas,
teniéndote de espaldas mirando la más dura las escaleras empinadas.
de las paredes En un instante de luz sale la noche y todo se vuelve uno.
Las señales que se avecinan sólo empujan autos Noche innumerable llena de susurros y de voces. Todos
que se concentran en raudales de humo que no contengo los prisioneros
ni disipo de abajo cantan sus penas y las quejas se enredan a la
en las inconmensurables tintas que ya intentan negra red que rodea
vestirme como el termómetro de un discurso la torre.
por demás agotado La olas baten sus flancos delicadamente dibujados por la luz
Lima yo sólo quiero el naranja que me trae escurridiza
la buena nueva de repartir los fluidos primordiales del barco que pasa fantasmal e incierto como su ulular
en la cresta de estos cerros de abanico estridente.
El puesto del gusano en la gasolinera La pequeña barca de pesca azul acosta como una
El roedor que tiende su cola de extremidades laxas esperanza remota
y huye desesperado a derretirse en las costas a la playa gris. Transporte de carga, pesados sacos llenos de
amarillas de cualquier carne lo que viene de allá.
A ti espero llegar percibiendo nada menos que Una mezcla de alimentos y materiales diversos, ninguna
mi cuerpo condenado a la inexactitud de la arena carta, ningún mensaje o arma
convertido en la arena de los párpados que sirva de algo para nadie. El silencio se quiebra de agua y
que todo lo ven. de cielo agitado.
Una noche clara, una de tormenta, un día gris y sucio, un día
de luz lejana y turbia, ajena.
El tiempo que no se mide se escurre, sin dejar traza, por el
desagüe defectuoso de la torre.
Nunca nos asustó aquél brillo enceguecedor que derretía nuestras pupilas
cuando una piel,
que alcanzaba el marrón rozaba con la otra, que
escapaba del
negro. Nunca nadie me llamó ebany ni entendió la textura de
mis pliegues de esponja ¿atravesar la línea? ¿regresar de la diáspora?
sin voluntad contraola de basalto antes de que vomiten al conejo y al blasón, y si no mantiene coincidencia
cojudez presumir con su erotismo -ansia sobre aliento~, entonces su desorden será más vivo que su marcha.
que la vida es el cuerpo Habrá nacido el Miedo, mi mano no será ya mía y entrará a la confusión de las cosas que
cambia de sitio la tormenta
o bien algo menos
L
r (todo lo es) fb, Diego Otero
y una descategorización
que es una unificación como si todos !os pecados concurrieran en mi puñete.
Homenaje a un reloj sin agujas
Así yo, padre de mis padres,
librado a la inmensidad de mi carne Y se nos cuarteará la voz
pueda tal vez burlar las geodésicas como la espina de los peces fulminados
encontrando esos agujeros de tiempo por la luna
de los que hablan los embusteros porque un día fuimos
emerger en un mundo tórrido serenamente frágiles
donde nadie falta y necios
y jamás
sueños de la
supimos recibir
Ingravidez el extraño don de las paredes.
de su felicidad
donde tocar disuelve la crin del caballo Tú me entiendes-
las paredes.
colocado en el centro del fuego de la Distancia enigmática
porque no sabemos si existe/no existe -Mira:
porque su garganta es un horizonte de tempestad contenida en mis ojos no existe nada
que queremos palpar y nos abstenemos
sino una bola de mariposas
que imprime una verdad en el cuerpo
muertas.
para después rebasarlo
porque no sabemos si deseamos vida o muerte
(Señoras y señores, temo informarles
que a veces un remordimiento es una lluvia-
en el Ritmo de la rueda
un caballo de agua que inunda nuestra casa
-múltiplos y giros de anchoas-
y brota de los techos,
a la que llega el tiempo
los cajones,
pasando y quedando
y nos persigue
para decir "sobra uno"
babeando su propio cuerpo
en los pasillos,
(De Rueda de Chicago)
el retrete,
el desfigurado rostro
Destellos
como un
lívido niño que soñaba con el país
de las luciérnagas
Yo solía vivir. Amarga la madera que roza
Mi sangre/
(El esqueleto encantado El sudor de la tierra 1
de Chopin Yo me tapo las heridas con
los pájaros La piel que mutan
la inmundicia). Las lagartijas/
La excusa
Ya no es más la muerte.
Tríptico 111
Regresas
El baño Ala silla
Es un párarno eterno Con la escena despojada
En el medio
Sobre tu cabeza Desde tus ojos
Te sientas de costado Un halo violeta
Dejas que te vea Hacia
Con tu rostro el testigo
Trastocado en el espejo
Por el fondo subterráneo
Del espejo
11
Resplandece
La bestia inmóvil
Sobre tu espalda
Despierta
Retornando el ciclo
Desquiciado
Sobre tus cenizas
Ida y vuelta
Tu cuerpo
Se expulsa al filo
Del invierno
La historia
¡t,¡ Leopoldo Brizuela
A Hernán Sorgentini
[1]
Cuando en 1902 se anunció que el famoso asesino Ranquilef, indio
s.al í. pupilo de la Misión Salesiana del Neuquén, sería trasladado al asilo Don Bosco
de Tierra del Fuego, los ancianos allí alojados se amotinaron contra su direc-
tor, el padre Don Bartolomeo Anchietta.
Cuando nos internábamos en el bosque, luego de desnudarla le cu- Aunque he leído ya esta historia, estoy por repetirla: mi padre me llama
bría de hojas hasta que el sol cayera. La muchacha olía a eucalipto Y de su y debo ayudarlo a matar al dragón.
entrepierna salía un olor a mundo que retenía en la punta de mi lengua du- Observo la escena desde fuera, desde la lectura, y me pregunto si la
rante una semana. vida tiene la obligación de su crudeza, inmediatez y candor; o si está hecha
de citas obligatorias, como si fuese una enciclopedia de escenas ilustres,
una comedia de la letra.
Llevo casi tres horas en este baúl, sin más compañía que mi cuaderno
y un lápiz. Para empezar yo lo maté, y que no quepa la menor duda, yo cogí
su cabecita y la sumergí en la tina mientras la niñera empezaba a darle un
baño. Desde luego primero até a la nana, a ella no deseaba matarla. Y es que
no sabe cómo me atormentaba ese mocoso, disfruté tanto tenerlo entre mis
manos debajo del agua, no pude más que sentirme aliviado al ver cómo iba
tomando una coloración morada su rosada piel. No sentí remordimiento. Fui
contando las burbujas que escapaban de su nariz y boca hasta que no hubo
que contar, hasta que la tensión percibida en mis dedos desapareció. La niñe-
ra pugnaba por soltarse. Incluso me mordió mientras le metía el pañuelo en la
boca, a lo cual respondí con un tremendo golpe, aturdiéndola un momento. Al
recobrar el conocimiento trató de gritar impresionada por el espectáculo que
tenía ante sus ojos. La golpeé nuevamente, pobre, ella no tenía la culpa.
Yo no quise quebrarle la nariz pero el tercer golpe al parecer fue
demasiado, y es que la solté y no quería callarse. Lo lamento, yo no quería
hacerle daño. Se está viciando el aire aquí dentro pero si salgo sé que estará
ahí. ¿Quién? se preguntará usted. El niño. Yo creí haberle matado, efectiva-
mente, lo maté, pero esto no bastó. Está ahí afuera, hace unas horas vino a mi
habitación, con sus mismos ojos inocentes y su sonrisa de cuento de terror.
íCréarne yo lo vi!. Vino a vengarse, a pedirme cuentas. No dijo nada, nunca lo
ha hecho, no es necesario. Es suficiente que me dirija la vista, que sonría un
poco para ponerme neNioso, para despertar a la bestia interior. Por eso lo
maté, no lo soportaba. Ahora ya nada puedo hacer. Sí salgo sé que me en-
contrará, pero el aire se está acabando ya. De una u otra forma he de morir, no
es esta mi angustia. Pobre mamá, debe estar llorando por el bebé y preocu-
pada por mí, perdido.
1 yentar a los posibles jardineros. A diferencia de lo que ocurría en circunstan- carretera. Macaca pensaba que había tenido que ver con la dirección del film
cias normales, cuando un simple letrero atraía a varios hombres al día, no se que se pub licitaba en el cartel. Pero nunca le confirmó si fue amigo personal
presentó ningún candidato. Macaca estaba a punto de descolgarlo cuando de Bruce Lee o no. Sólo lo dejaba entrever. En más de una ocasión le había
sorpresivamente aparecieron dos hombres interesados en el trabajo. Ambos contado detalles de la vida del actor. De sus relaciones con la mafia china y
casi al mismo tiempo. Los entrevistó por separado. Macaca aceptó contratar- de cómo esa organización lo había condenado a muerte, no sólo a él sino a
los a los dos. Al primero, el Maestro Espín, le ofreció a cambio de las labores sus descendientes hasta la tercera generación. El luchador convertido en
de jardinería ayudarlo a desarrollar "la teoría mariótica" que había ido idean- zapatero estuvo muchos años en los Estados Unidos. A Macaca le contaba
do mientras daba clases de matemáticas a los alumnos de una escuela del que en una época había llegado a manejar algunos millones de dólares. Todo
estado. Al segundo, el Hermano Francisco, le ofreció esconderlo de las gen- acabó cuando de un momento a otro debió abandonar el país. Se llevó sólo
tes que supuestamente lo perseguían por un delito que decía no haber co- lo puesto. Macaca creyó en sus palabras, pues cuando lo conoció lo vio sin
metido. Macaca había pegado, en la pared interior del remolque, un viejo el dinero necesario para pagar el plato de comida que había ordenado. Al
afiche de cine donde se publicitaba una película del actor chino Bruce Lee. final de sus relatos el luchador siempre decía lo mismo: que la perdición de
Se me hace sumamente curioso que mi abuelo se haya referido a Bruce Lee Bruce Lee se había originado por el hecho de estar demasiado comprometi-
durante sus interminables discursos sobre Macaca. La imagen del abuelo, do con los objetos materiales que tenía a su alrededor. Macaca compró el
de pie frente a los camellos del zoológico, data de los primeros años sesen- afiche la misma mañana en que le avisaron que su amante había sido asesi-
ta. Las películas de luchadores orientales surgieron tiempo después. Sin nado por la policía, regresando del depósito de cadáveres adonde había
embargo me parece cada vez más nítida la voz que afirma que en la caseta acudido a reconocer el cuerpo del luchador. En una de las aceras vio de
de Macaca había un afiche de Bruce Lee pegado en la pared. La mención de pronto la cara de Bruce Lee. Un vendedor había colocado sobre el suelo una
un cine de esta naturaleza me hace recordar el éxito que obtuvo en la región serie de carteles de películas pasadas. Bajo la perspectiva de la teoría mariótica
quechua del país. Era impresionante la identificación que se establecía entre que buscaba desarrollar, el maestro Espín encontró absolutamente lógicos
los que utilizaban el proscrito idioma de mis antepasados y la película hablada los últimos años de Macaca. Dijo que incluso podría hacer un dibujo de esa
en chino. Algunos asistentes adaptaron incluso ciertas acepciones asiáticas época, con sus ramificaciones y demás. Era la única manera de explicar
que sonaban como propias de su lengua natal. Pienso que haber asistido a cómo una película de corte comercial, producida algunos años atrás, hacía
una de esas sesiones cinematográficas hubiera sido de provecho para mi posible que un luchador extranjero muriera en manos de la policía. No sólo
abuelo, aunque por su forma de ser dudo que se hubiera entregado a la eso, sino que lograba además que su amante, una mujer de ascendencia
catarsis en la que caían muchos de sus hermanos de lengua en aquellas rusa, diera la impresión de haberse enamorado tras el asesinato de las casas
salas olvidadas. En mi recuerdo el abuelo apenas podía caminar del espacio que había sido contratada para vender. Macaca parecía haber llevado su
reservado a los camellos a la poza destinada a las focas. El mar estaba cer- pasión a tal punto que se le veía dispuesta a pasar el resto de su vida habitan-
ca. Incluso a ratos era posible escuchar, claramente, el romper de las olas. do la casete.. donde había cerrado las ventas. Sentado bajo el afiche de Bruce
En cierto momento mi abuelo habló de la noche en que una de las focas Lee, el maestro Espín sacó un lápiz y un papel para trazarle a Macaca los
escapó e intentó llegar de nuevo al mar. Estaba a medio camino cuando un movimientos de sus últimos años. Desde el estreno de la película hasta el
taxista se le cruzó en su destino. La foca debió volver a su poza y contentarse despido del último jardinero. El maestro Espín usaba todo el tiempo un som-
con oír a la lejanía el sonido de las olas. A los dos aspirantes les llamó la brero de fieltro negro. En mis recuerdos mi abuelo se refería a ese sombrero
atención la cara de Bruce Lee presidiendo la pared principal de la caseta. con insistencia. Solía describir su forma hasta en los mínimos detalles. Mi
Hicieron algunas preguntas. Macaca contestó que el afiche era un homenaje abuelo llevaba siempre la cabeza descubierta. Por eso era visible una pelusa
a un amante muerto. Aquel actor había sido el preferido del luchador conver- rubia que le crecía por encima de las orejas. Más de una vez dijo que había
tido en zapatero. Conoció a aquel hombre años atrás en un restaurante de perdido uno tras otro los sombreros que quiso comenzar a usar desde que
TRADUCCIÓN
seis pares a disposición de los clientes. En esa misma habitación se encon-
traban los útiles de trabajo: herramientas de talabartero, unas descomunales
tijeras, hilos y materiales de costura. En el suelo, unas encima de otras, se
arrumbaban una serie de suelas. La trastienda estaba acomodada como
dormitorio. A un lado había una cama cubierta con un tul que caía del techo.
Enfrente un cordel que pendía de un extremo al otro de la pared. Separados
por una distancia de aproximadamente metro y medio colgaban de ese cor-
del algunos trozos de carne cruda. Debajo de cada pedazo había unas cajas
de metal con una compuerta en la parte superior. Las ratas con las que esta-
ban hechos los zapatos trepaban en las noches para comer aquellos trozos
y caían dentro de las cajas cerrando con su peso la compuerta superior de
las cajas. El luchador oriental conseguía cada noche de cuatro a cinco ani-
males, que salían de los desagües que había dejado al descubierto para tal
fin. A la mañana siguiente los destazaba en el patio. Llevaba allí a sus presas
y con un palo de madera les daba un golpe que las mataba al instante. Des-
pués las abría por el vientre con un cuchillo especial y con el dedo meñique,
cuya uña mantenía larga únicamente con este propósito, les arrancaba de
cuajo las entrañas. En este estado de percepción tan particular, motivado sin
ninguna duda por la droga que consumí, pienso que mi abuelo no hubiera
aceptado jamás un par de zapatos confeccionados por un luchador asiático.
Estoy seguro de que Bruce Lee le recordó siempre el momento en el que se
arrojó en medio de un campo de maíz pidiéndole a Dios que se lo llevara. No
entiendo por qué tengo esta seguridad. Quizá porque pienso que mi abuelo
seguramente vincularía con demasiada facilidad cualquier elemento oriental
con la catarsis experimentada por toda una comunidad quechua en alguna
olvidada sala de cine. De las posibles reacciones que hubieran experimenta-
do el Maestro Espín y el Hermano Francisco ante un par de zapatos de piel
de rata, mi abuelo nunca me dijo nada. Lo que sí me informó fue que a los
pocos días ambos abandonaron el puesto.
El valle Mengcheng
Está mi nueva casa en la entrada del valle;
de los viejos árboles sólo quedan decrépitos sauces.
La cumbre florecida
Aves sin número se alejan por el cielo;
a la montaña retornan los colores del otoño.
* Wang Wei (¿699-761 ?) es junto con Li Bai, Du Pu y Bai Juyi uno de los poetas más celebrados e
imitados del período Tang, el más brillante de la historia de la literatura china. Político, hombre de
letras, pintor y músico, refleja en su poesía las aspiraciones y contradicciones del hombre chino de
su época, imprq,madas de una visión del mundo que abarca, íntimamente mezcladas, las perspec-
tivas confucianas, taoístas y zen.
Entro, furtivo, en el monte Shang Que mi mano más ligera y grave que una viuda
sin que el leñador se dé cuenta. Acaricia bajo mi collar, sin que tu corazón se conmueva,
Deja a tus dientes depositar su sonrisa de lobo.
sólo escucho el eco de voces humanas. Alcanza mis ojos que mañana habrán muerto.
Alcanza, abre mi puerta, entrégame tu mano,
Los rayos oblicuos del sol poniente entran en el profundo bosque Llévame lejos de aquí hasta alcanzar nuestro campo.
* Jean Genet (París, 1910-1986). Poeta, nurrador, dramaturgo y actor francés. Entre ws obras destacan
las noYelas 1V!ICJ!m súfr,m de hrjlore.r y E!!Jii/r{_f,TO del arroz)' lo~ roemarios l'Y condmado (f !JII/eJ1e )' ¡\Jarc!HI
fiímlm. -
Este proceso concluye con la restitución del ideal estético de la belleza al relato modernista con la meditación filosófica, la divagación impresionista
y la ilusión de poseerla. El esfuerzo final del amante es contemplar la destruc- o al más impalpable cuento de hadas (24). Oviedo habla en términos de
ción del cuerpo de amada Luty y entregarse al goce de la liberación. "Hoy Luty sacrificio de la anécdota en favor de la riqueza verbal. En los cuentos de
está agonizando, es decir, está reconstituyendo su dignidad moral de perso- Palma, como ya hemos anotado, sí hay una exigencia formal en sus escritos,
na ; resucita ... " (1923:21). sin embargo ésta no busca imponerse sobre el desarrollo temático de los
En un pasaje del cuento "Un paseo extraño" se nos muestra también mismos. Asimismo podemos hablar meditaciones filosóficas o divagaciones
la preocupación de Palma por desarrollar un ambiente cargado y siniestro, en los cuentos de Palma, pero Palma no sacrifica la anécdota, ésta forma
donde la descripción exhibe un universo misterioso y grotesco, que convive parte de un elaborada propuesta estética. A modo de ejemplo podemos sin-
con lo cotidiano. En este tipo de descripción el lenguaje juega un rol impor- tetizar los argumentos de algunos de los que a nuestro juicio son los mejores
cuentos de este libro. Sin lugar a dudas el lugar privilegiado lo tiene "Los ojos
tante, pues a través de sus imágenes consigue precisar un mundo sórdido,
otra cara de la misma realidad. de Lina", una dama que es capaz de arrancarse los ojos y ofrendárselos a su
amado para poder mantenerlo cerca y sin turbación; "La granja blanca", sitio
El cuerpo del animal estaba cubierto de innumerables bestiecillas asquero- ideal para la consumación de una relación fantasmal e extravagante, donde
sas que pululaban, se introducían en las entrañas y salían por la boca, las la perduración de la belleza y el amor es motivo para rozar lo irracional; "El
vacías cuencas o por las devoradas ancas. iQué horribles bichos! Sembra- príncipe Alacrán", enfrentamiento entre un hombre común de la ciudad y los
dos de pelos y con los cuerpos glutinosos los unos, con caparazones y an- soberanos de un reino repugnante que terminan por conjugarse; el ya co-
tenas los otros, [ ... ] y con alas, como pequeños cerdos o pequeñas tortugas mentado "Idealismos"; "Cuento de marionetes", fábula de personajes pinto-
que intentaran transformarse en mariposas (1923:192). rescos donde un rey, en imagen complementaria del amante de Luty en
El libro se sostiene en muchos pasajes similares y los iremos develando "Idealismos", se enamora de la Luna y se desvanece su encanto cuando le
de acuerdo a la pertinencia de las citas. muestran su verdadera faz, marcando la pérdida de la ilusión; "Un paseo
extraño", particular travesía por los alcantarillados de la ciudad, encontrando
En la caracterización del cuento modernista realizada por el estudioso un mundo propio, con un nuevo orden y estética; "La leyenda del hachisch",
peruano José Miguel Oviedo hace referencia a la relación entre el tema y la viaje alucinatorio por remotos lugares cargados de éxtasis y misticismo.
forma de estos cuentos de la siguiente manera: "[ ... ] quizás por primera vez,
los cuentistas se preocuparon más por la forma que por el tema: el cuento Todos estos relatos nos muestran una compleja y elaborada estética.
era vía de expresión agudamente personal, no el traslado de una realidad La investigadora norteamericana Nancy Kason', basándose principalmente
dada" (1984:24). en un análisis temático, ha clasificado los cuentos de Palma en cuatro gran-
des grupos. El primer grupo lo llama "piezas modernistas", caracterizados
Esta característica que puede ser valida para la cuentística de otros por la preeminente preocupación verbal y por el exotismo. El segundo es
autores modernistas, no lo es del todo para los de Palma, según lo hemos llamado "historias herejes" y se caracterizan por su temática anticlerical. El
podido apreciar en el cuento "Idealismos". Quizás, siguiendo este criterio, tercero los agrupa en un conjunto llamado "escritos decadentes", donde los
Oviedo optó por separar a Palma del grupo de los propiamente modernistas personajes recurren a medios artificiales como el hachís y la morfina para
en su antología del cuento hispanoamericano y lo incluyó entre los experimentar nuevas y reveladoras experiencias. El último conjunto lo llama
postmodernistas. Oviedo, además, complementa su afirmación al decir que "historias fantásticas", y en éste incluye todos los relatos que desarrollan lo
en lm: textos modernistas se diluyen las fronteras del género cuento, aproxi- macabro como tema de fondo.
mándose más, en cuanto a lo formal, al poema en prosa (24). Derivado de
este comentario y tratando de hallar una distinción temática, Oviedo vincula Si bien esta clasificación de Kason nos permite establecer relaciones
temáticas y tener una conveniente visión de conjunto, ésta es arbitraria en
La estrategia de los relatos insertos en otros, intradiégeticos, la hemos Creo que lo más que se puede recomendar es la tendencia nacionalista en
considerado parte de la estética palmiana. Sin embargo, ahora conviene des- todo lo que sea literatura de investígación; pero insinuar la misma orienta-
tacar que esta estrategia fue seguida por otros narradores modernistas y ción a !as otras modalidades de !a literatura, en cierto modo es !imitar una
vanguardistas. fuerza espiritual que es mayor y más fecunda cuanto más libre es su juego
(1938:162).
Entre las caracterizaciones del relato modernista distinguidas por
Oviedo también se destaca el empleo de los relatos intradiegéticos. Así, el No hace falta más que revisar sus cuentos para encontrar que en to-
autor nos dice: dos no hay ni una sola referencia localista y que, por el contrario, abundan
los lugares exóticos y maravillosos. Su fuerza espiritual no debería tener ata-
los modernistas [Gutiérrez Nájera y Amado Nervo] gustaban incorporar a
duras y, por tanto, su trabajo verbal y universo propuestos debían dar clara
sus textos el acto mismo de su elaboración. Para mostrar cómo contaban,
cuenta de dicha intencionalidad. La conciencia crítica de Palma lo llevará a
construían relatos "hipotéticos", con historias en estado de suspensión, col-
desarrollar un proyecto creativo que veremos plasmado y cumplido a
gando precariamente del devaneo imaginativo del autor (1984:24).
cabalidad en sus cuentos. Del mismo modo como el autor justifica su cosmo-
Muchos de los relatos de Palma siguen esta estructura del relato politismo, explicará cuál es el mecanismo en la construcción de sus persona-
modernista. En Palma, básicamente se empleó con la intención de crear una jes. Él los llamará entes y ellos, siguiendo a la metafísica kantiana, se desen-
atmósfera de referencia, un marco objetivo, concreta, de soporte para el mun- volverán en el relato como noúmenos, esencias que por la interacción se
do imaginativo propuesto en un segundo nivel. Sin embargo al final de estos convertirán en fenómenos (1938:161). Un cuento que muestra adecuada-
cuentos siempre se percibirá una confusión entre ambos niveles, la realidad y mente este proceso es "El último fauno", donde este desvalido personaje
la fantasía borrarán sus límites para hallar un mundo alterno y enriquecido. mitológico se conformará de acuerdo a su deseo de perpetuarse y encontrar
a una amada concreta, humana, que lo eleve de estado.
José Miguel Oviedo es consciente de la importancia de la anécdota en
los cuentos de Palma, pero él atribuye este rasgo al postmodernismo, enten- Todos estos planteamientos desarrollados en los cuentos de Clemen-
dido por él y otros críticos como una etapa posterior, crítica del modernismo. te Palma también los podemos encontrar racionalizados al máximo en uno
Esto supone un proceso de interiorización y repliegue del propio modernis- de muchos ensayos. Aquí nos referiremos al texto "Ensayo sobre algunas
mo. Oviedo dirá que el postmodernismo se preocupará por mostrar: ideas estéticas" (1908) publicado en el Ateneo. En él el autor hará referencia
que nos parece siempre más cerca" (1938:162). 3 Kason, Nancy. Brmking Tradiliom. T/;e jirlio!l if Clemmle Palma. Lewisburg: Bucknell University Press.
London and T'oronto: AssociateJ University Presses. 1988.
En esta marcha hacia el ideal encontramos que Palma desarrolla una
estética donde lo perfecto no necesariamente es bello y viceversa, y que,
más bien lo imperfecto puede revelar una belleza interna, lo que él llama una BIBLIOGRAFÍA
perfección estética. Sus personajes generalmente tienen un ideal y se esfuer-
zan al máximo por alcanzarlo, aunque se tenga conciencia del fracaso. Los
recursos para alcanzar los ideales suelen ser contrarios a los cánones de la Delgado, Washington. Histolia de la /iterafftra repNblicana. Lima: Ediciones Rikchay Perú, 1984
belleza occidental. En el cuento "Idealismos" que hemos analizado y donde Escobar, Alberto. L1 NarracióN en el Perú. Lima: Editorial Letras Peruanas, 1956.
el personaje central pretende alcanzar la plenitud del amor con su amada,
_ _ _ _ _ _ . Patio de J_j]fras 3. Lima: Luis Alfredo Ediciones, 1995.
pero que sin embargo una poderosa fuerza contraria lo impulsará a la des-
trucción de su arnada, convirtiéndose éste un extraño recurso de liberación. Kason, Nancy. Breaking Traditiotls. The fiction of C!e!Jiellfe Pa!IJ!a. Lewisburg: Bucknell University
El personaje nos dice: "No sé; pero pienso que quizá la felicidad es, rnás que Prcss. London and 1bronto: Associated Univcrsity Presses, 1988.
el poder de crear, el placer de destruir" (1923: 15). Elmore, Petcr. Clm;c!llc Palma: Cuentos malévolos)' la mestidn cosmopolita. Lima: Tesis PUCP. Br.
despojarse y alcanzar la plenitud. El mundo se presenta con límites que hay García Calderón, Ventura. Del rol!lanticisl!lo al modemis1110. Prosistas ]poetas pemanos. París: Librería
que destruir. Por eso el personaje de este cuento se plantea: "Para ver esto era Paul Ollendorff, 1910.
necesario morir: morir joven, morir antes de que la vida nos encenagara y Loayza, Luis. Sobre el 900. Lima: 1.-Iosca Aml Editores, 1990.
obturase nuestra facultad de apreciar las bellezas del ideal; cortar a tiempo la
Mariátegui, José Carlos. 7 ei!Sq)'O.f de infe¡pretación de la realidad pema11a. Lima: Biblioteca Amauta,
cuerda que sujetaba el globo cautivo de nuestra alma a las miserias de la vida"
(1923: 14). 1994.
Mora, Gabriela. El mmto modemista birpanoaJJmicano. Lima-Bcrkeley: Latinoamericana Editores,
Podemos distinguir claramente que los cuentos de Palma y su estética
1996.
presentan una complejidad que dificultad poder ubicarlo dentro del propio
modernismo o etapas posteriores. Creemos hallar en Palma, más bien, un Oviedo, José Miguel. Antolog!a crítica del mento hispanoa!)Jelicano / 1830-1920. Madrid: Alianza
autor singular que representa la complejidad del movimiento modernista y Editorial, 1989.
que un estudio a sus cuentos siempre revelará un elemento destacable para Palma, Clemente. "Bio-bibliografía de Autores Peruanos". En: Bolet!n bibliográfico. Lima, Año XI,
entender el modernismo y el proceso de la literatura en el Perú. Vol. VII, N" 2,Julio de 19.18,158-162.
Palma, Clemente. C!felltos lVIaléi)O!os. Con prólogo de Ventura García Calderón. Paris: Editorial
Ollendorff, 1923.
Palma, Clemente. "Ensayo sobre algunas ideas estéticas". En: El Ateneo. Tomo \Tlll, No 44.
Lima, 1908,113-138.
Rama, Ángel. RHbéJI Dado JI el !Jiodemismo. Caracas: A!fadil ediciones, 1985
Rodó, José Enrique. Obras completas. Montevideo: Ed. Barreiro Y Ramos, 1956
MONTE SIN ÁNIMAS.
Sánchez, Luis Alberto. La Jiteratmu pertrana. Derrotero pam !fila bist01ia mltttral del Perú. Lima: Edi-
ciones Ediventas S.A., 1966 UNA APROXIMACIÓN A CLEMENTE PALMA
/
Sumalavia, Ricardo. ''Alcances del cuento modernista peruano". En: Favilla. Año l, número 1.
DESDE DMITRI, SU EPIGONO
Lima, oct. 2000,65-77.
BIBLIOGRAFÍA
Dmitri era un excelente amigo mío, pero tenía una risita nerviosa exas-
perante. Dmitri habría hecho cualquier sacrificio por mí, pero á la postre se
MORA, Gabriela. Clemmfe Palma. El JJ?odemi.sl!lo en JI/ versión decadente J·' gótica. Lima: Instituto de
habría reído con esa risita que me erizaba los nervios. Dmitri estuvo en una
Estudios Peruanos, 2000. ocasión 19 días á la cabecera de mi lecho, dándome remedios, velando mi
sueño, obligándome á comer: fue conmigo más tierno que una madre, que
RANK, Otto. 'l'he do¡¡b/e: ajJ.ricboanab'tic stii1J'· Traducción del alemán y edición de Harry Tucker,Jr.
una hermana, que una amada ... Más aún: en una época de miseria me cedió
Chape] Hill: Universidad de Carolina del Norte, 1971.
la mitad de su cama, la mitad de sus vestidos, la mitad de sus alimentos. Un
día le dije: -Dmitri, amiguito, ya que eres tan bueno conmigo, cédeme por
una noche á Natalia, esa linda muchacha, hija del mujik Grimkcha, que viene
a buscarte todas las noches y de la cual tienes un niño.-Dmitri se puso muy
pálido y le ví apretar nerviosamente su cuchilla con la mano izquierda. La
mirada de un segundo que me dirijió Dmitri tenía tanta ira y tanta pena que mi
alma se alborozó: Dmitri no se reiría. Pero me equivoqué; con los labios
contraídos soltó Dmitri una risa discordante y se limitó á decirme:-Bah!
Wladimiro, eres muy bestia!. ..... Una noche en que entró Natalia á casa de
Dmitri, envié un pilluelo a éste para que le dijera que el profesor Boleslas
estaba muriéndose y deseaba hablar con él. Dmitri salió apresuradamente y
poco después entré yo á la habitación. Natalia estaba sola y dormida en el
lecho de Dmitri. Apagué la lámpara de aceite..... Cuando salí encontré á
Dmitri que regresaba. Me pareció oír un rechinamiento de dientes y tuve
miedo, disimuladamente saqué mi cuchilla y me la escondí en la manga. El
rostro de Dmitri estaba demudado, bien lo ví á la luz de un farol, pero su voz
estaba completamente tranquila.
La madre y la hermana de Dmitri vivían en un pueblecillo cerca de -Te reirás más cuando veas-le dije bajando hasta los ojos mi gorro de
Kiew. Dmitri resolvió ir á verlas y me dijo:-Mira Wladimiro yo no puedo vivir piel de zorro para que no observase en el fulgor de mis pupilas mis pensa-
sin ti, ven conmigo á Kiew y yo le diré á lvanowna, mi madre, he aquí que te mientos.
traigo un hijo más; y á Sonia mi hermana, este es un nuevo hermano. Sonia, Hice que Dmitri me atara, pero como yo sabía el juego me desaté fácil-
es casi una niña, es buena, no tiene pretendientes y sabe todas las artes de la mente. Y Dmitri se. reía y me decía cosas cariñosamente alegres y bromas
casa ...... Si os llegáis á amar os casais: eso es todo ..... iJí! Jí! Jí!. .... . chuscas, pero que me herían vivamente por la infame risita con que las acom-
Y su maldita risa me desesperaba y acentuaba cada día más el profun- pañaba. Me decía que probablemente Kirchoff (mi bisabuelo) había dio tzigan,
do rencor que le tenía. No sé de dónde salía esa infernal modulación: de la que el trazo de mi nariz era perfectamente tchandala .....
garganta ó de la lengua; de cualquier órgano que fuere lo cierto es que era -Se hace uno atar-expliqué-con las manos apoyadas en las corvas y
horrible y que la idea de apagarla me obsedía tenazmente. una vez atado se colocan sobre las rodillas; ese cambio de posición modifica
Pocos días antes de irnos á Kiew vimos en la playa una tribu de tziganes la dirección de las cuerdas y con simples movimientos de los codos y los
que venían de Hungría. Hacían bailar osos y lobos domesticados, sacaban hombros se aflojan los nudos ...... Has la prueba Dmitri y verás ..... Jí! Jí! Her-
de la boca y de las narices sendas tresas de cintas verdes y negras, jugaban manito; te vas á reír mucho Jí! Jí!. ..... Si pudiéramos atar á nuestros profeso-
con doce cuchillos que me hacían extremecer voluptuosamente por la agu- res Boles las y Wassili sin revelarles el secreto y luego despenarlos á la Siberia
dez de sus puntas y filo de sus hojas, se hacían atar con cuerdas por los desde ese nevado más alto de los Montes Urales Jí! Jí!. ....
espectadores y luego se desataban con unos cuantos movimientos, comían Y yo nerviosamente reía como reía Dmitri, con esa misma risita infame.
algodones encendidos y partían piedras á golpes de puño. Pero con lo que
ganaban más kopecs era vendiendo á las muchachas y á las viejas pomadas -Jí! Jí!. .... hacía Dmitri mientras yo lo ataba para que repitiera la expe-
riencia.
de oso polar para conservar la suavidad y tersura de la piel, untos de corazón
de reno para triunfar de un rival, piedras bezoares para alejar la peste, polvos -Jí! Jí! Jí!-hacía y yo apretaba bien los nudos.
de mandrágora para conservar el amor, infusiones de hiel de palomas ne-
-No tan fuerte Wladimiro, no tan fuerte, hermanito ....
gras para atraer la felicidad, algalia, collares mágicos, etc.
-Jí! Jí! Jí!-contestaba yo con los ojos inyectados como un lobo que
Cuando estábamos de camino para Kiew, nos encontramos un día en lo
huele la sangre. Muchas cosas tenía que vengar: el haber querido matarme,
alto de un cerro escarpado que por un lado daba al camino frecuentado por kirguises
e ) r ~ ra
Más allá de la violencia traen un acelerado proceso de evaporación.
Miguel Gutiérrez. El mundo sin Xóchitl. Narra luego el odio de los hermanos hacia
Lima: Fondo de Cultura Económica, don E!ías, su padre, quien al descubrir el in-
2001. cesto, pretende separarlos, y los intentos de
los niños por eliminar a su rival. Narra final-
Javier de Taboada mente la huida de los hermanos a la muerte
del padre de Piura hacia Morropón, donde
Una década después de La víolencia del una peste va a acabar a los 14 años con la
tíempo (1991 ), proyecto monumental y ambi- vida de Xóchitl.
cioso que, sin embargo, no alcanzó el éxito
esperado por su autor, y después de varios El relato está presentado como un testi-
textos breves, Miguel Gutiérrez decide pro- monio, como las Memorias del protagonista
bar de nuevo e! formato de novela extensa. de la historia, quien después de redactarlas,
Aunque esta no parece ser la opinión del na- dispone que a su muerte sean entregadas a
rrador (a quien en sus funciones de adminis- Martín, su amigo de la adolescencia converti-
tración y control del relato podemos equipa- do con los años en escritor, para que decida
rar al autor), quien constantemente hace men- si merecen ser publicadas. El destinatario del
ción a la limitación de no digresionar que él manuscrito, por supuesto cumple con su co-
mismo ha impuesto para su relato: "No los metido y escribe además un prólogo donde
abrumaré con detalles que no harían sino explica las circunstancias de su hallazgo y da
desviar la atención del verdadero tema de su propio testimonio respecto de su amigo.
estas Memorias" (214); "aunque por econo- Nos recuerda así un artificio ya clásico en la
mía en estas Memorias fundiré en una secuen- literatura en que el texto de ficción pretende
cia única( ... )" (224); "no es necesario que sea camuflarse como un texto 'verdadero'. Este
prolijo con este asunto (... ) Bastará con un camuflaje puede llegar a notables niveles de
resumen" (274) y así a lo largo de toda la no- sofisticación, como en el caso de Borges o,
vela. Relato extenso pero conciso, que se para hablar de novelas, El nombre de la rosa,
toma su tiempo pero evita el desperdicio, en donde la erudición filológica del prólogo
entre la desmesura de la novela total y labre- podía sorprender a más de un lector inexpe-
vedad exigida por el mercado. rimentado, pero en esta novela el artificio se
ve desactivado desde el inicio mismo del li-
El mundo sín Xóchítl narra la historia de bro, cuando el autor inserta una página de
un incesto feliz. Wenceslao, hombre ya viejo, 'Reconocimiento' en donde además de pre-
decide rememorar la única época importante sentarnos a la primigenia poseedora del nom-
de su vida: aquella en que conoció el amor bre Xóchitl (la hija del fotógrafo Julio
absoluto aliado de su hermana Xóchitl. Narra Olavarría), considera necesario precisar que:
pues, la vida de los dos huérfanos (y de su "Como toda novela, El mundo sín Xóchítl es
hermano retardado Papilla) en la enorme una ficción, una invención que no se basa en
mansión que su padre hizo construir en tiem- experiencias propias ni en experiencias de
pos pretéritos, dado que al tiempo del relato, personas existentes." Si esto es así, enton-
la fortuna familiar, antes cuantiosa, se encuen- ces ¿por qué se toma tanto trabajo en simu-
lar lo contrario? Si las fronteras entre ficción y y perversos" que manipulan a quienes los desensibi!ización de estos "niños perspica- la? Ya que se apela al misterio (lo inexplica-
realidad son tan claras, ¿por qué no ingresar rodean, a través de llantos fingidos y una ino- ces" puede tener efectivamente alguna rela- ble que convierte lo estúpido en conmove-
de lleno al universo ficcional diferenciado, sin cencia calculada, y si esto no funcionara, del ción con su precocidad intelectual y artística, dor) no negaremos por supuesto que éste
necesidad de pergeñar supuestos testimo- espionaje, el chantaje y hasta la brujería. No pero en todo caso funciona como una com- haya operado (y pueda operar) para muchos
nios? Tal vez, siguiendo el sentido de la ad- faltará quien observe- con razón - que estos postura parcialmente convincente. La otra so- lectores, pero en nuestro caso particular tal
vertencia, esto le permite establecer una ma- sentimientos y actitudes también son propios lución, a nivel metatextual, es enunciada en genialidad no ha llegado a evidenciarse. Cree-
yor distancia entre autor y narrador, adecua- de la niñez ("En la infancia se cometen actos el prólogo, en el siguiente comentario de mos que es ésta una novela no exenta de
da para tratar un tema "delicado" como el in- malvados antes de conocer las palabras que Wenceslao sobre Dostoievski: "Pero quiero pasajes y personajes notables (verbigracia:
cesto. Tal vez sea por fidelidad a los recursos los señalan" (35)). Pero para despojarse de los decirte que genio es justamente quien es ca- la historia de don Elías y sus matrimonios),
narrativos decimonónicos con los que está niños inocentes y puros de los cuentos de ha- paz de escribir algo estúpido y resultar con- aunque tampoco de carencias y limitaciones
construida la novela (verbigracia: focalización das no es necesario saltar a los niños siempre movedor y convincente". ¿para que puede que atentan contra la verosimilitud genérica-
fija, constante referencia a las fuentes docu- malignos de Jos thríllers satánicos. En realidad, estar insertado esto aquí sino para advertir- mente realista en la que se inscribe. Seguire-
mentales de donde provienen los hechos de el problema es la excesiva madurez con que nos de la calidad melodramática de la nove- mos esperando.
la trama). Tal vez el autor se encuentra fasci- estos hermanos asumen sus relaciones entre
nado por Jos vasos comunicantes que esta- ellos y con el mundo. Por ejemplo, la serie de
blece entre la novela y el prólogo (e incluso juegos eróticos organizados por Xóchitl en la
con los personajes del "Reconocimiento", mansión, que tanto fascinan y alteran a sus
iaparece la "verdadera" Xóchitl!). Tal vez, por compañeros invitados, tienen para ella un sen- La revelación del torcimiento interreferencial. Lo que construye el edificio
el contrario, considera sus estrategias como tido muy diferente: "La cuidadosa selección Carlos Schwalb Tola. Dobleces. Lima: del autor es básicamente la temática y el abor-
meros artificios de los que desconfía. que hizo mi hermana para sus fiestas eróticas Ed. Nido de Cuervos, 2000. daje, aparentemente caótico (pues el avance
respondió a los asuntos o temas que se había ordinal se descubre a partir de detenidos aná-
Pero ya dentro de la novela misma, el propuesto investigar" (113). O en palabras de Alberto Valdivia Baselli lisis), sigue un ordenamiento suígeneris, que
problema más serio que tiene El mundo sin la misma Xóchitl, "Tontos de remate. (... ) Es- podríamos denominar "conceptual". Dentro
Xóchitl es la construcción de sus personajes toy cansada de tantas pruebas a que los so- Lo insólito es un referente humano de la de este esquema, a cada dos narraciones le
protagónicos. Se cuenta un periodo en la vida metí" (117). Cuando Harold Dunbar convida a revelación, de la veladura alzada. Más aún sigue una construcción verbal esquiva a la
de esta pareja de hermanos que abarca en- estos niños de doce y once años lo que cree cuando lo insólito es revelado en Jo humano, taxonomía narrativa, pero no excluida de ella.
tre los 11 y los 14 años: es decir la etapa de que sería su primera copa de gin, ignora que entre sus espacios menos coyunturales. El do- En estas "construcciones" intercaladas, el
la pubertad, y el comienzo de la adolescen- estos ya se habían convertido desde hacía blez en el ámbito humano es una constante, autor ahonda !a mirada en un aspecto de lo
cia. Pero no es esta una novela 'de aprendi- tiempo "en consumados bebedores". La úni- no la exclusión. Bajo columnas de humo y extraño develado por el autor: el doblez es
zaje', no hay ese descubrimiento de un mun- ca dimensión de ternura que muestran estos artilugios cotidianos, dentro de ese germen una vez más doblado. Estos textos argu-
do que se va revelando inhóspito aunque fas- niños es la que prodigan hacia su hermano de movimiento, el hombre desata sus cam- mentalmente menores, más simbólicos y am-
cinante [algo de ello se vislumbra en la rela- Papilla, a quien llaman y tratan como "su hijo", bios, sus extrañezas, las mixturas de lo des- bientales, sirven de vasos comunicantes en-
ción de los hermanos con la ciudad de Piura, es declr, se enmarca dentro de una actividad concertante, en plena cotidianidad. tre la vastedad de unidades narrativas y la am-
minoritaria en el relato, ya que "para Xóchitl y típicamente adulta. En general, creemos que plia (polívoca) temática dominante: la enaje-
para mí el lugar privilegiado de la dicha era a diferencia de muchos personajes secunda- El libro de relatos Dobleces, del notable nación de lo cotidiano.
nuestro hogar" (90), no hay ese despertar al rios, especialmente los ligados al quehacer in- narrador peruano Carlos Schwalb Tola (Lima,
amor y al sexo cuyo misterio ocupa gran par- telectual (como Dunbar, don Elías, Mathilde, 1953), aborda esta temática de inspección e En Dobleces cada narración se sostiene
te de las elucubraciones del adolescente, no etcétera.) que resultan convincentes y seduc- introspección -de minuciosa observación por sí misma y conforma un todo sin requeri-
hay -como es corriente en literatura- ese des- tores, existe una cierta incapacidad para adop- mental-, provisto de una estructura depura- mientos de participación en un conjunto; sin
cubrimiento del arte como medio de expre- tar verosímilmente el punto de vista de per- da y tremendamente coherente. El abordaje embargo, la idea arquitectónica del libro per-
sión; no se trata, en suma, de personajes in- sonajes de esta edad y condición. a esta realidad de torcimientos dentro del mite esta independencia sin excluir la ilación
seguros, imperfectos, irreflexivos, falibles, ino- huso aparentemente perimétrico de lo huma- entre unidades. De esa manera la estructura
centes. No, por el contrario, Güencho y Xóchit! Gutiérrez, por cierto, no deja de percibir no, se logra a través de una coherencia lineal, deviene en voz simbólica alterna del devenir
ya tienen en sí mismos aquello más preciado este inconveniente y trata de resolverlo de dos con jerarquías que pueden ser deducidas a interno del libro (o de cada libro dentro del Li-
que la vida podría darles, saben lo que quie- maneras. Primero, en el nivel argumental, ad- partir de un devenir ordinal. Es decir, los cuen- bro): el doblez de lo humano va desmenuzan-
ren de manera definitiva y lo que les preocu- judicándole a sus personajes (por cierto, ya tos están ordenados para seguir un sentido do sus aristas, descubriendo sus peculiarida-
pa es conservar esa posesión. La relación con bastante avanzada la novela) la calidad de "ni- de avance, una estructura en desarrollo. Sin des, sus esquinas y sombras. Mientras cada
su mundo inmediato (Artemisa, don Elías y ños-prodigio", especialmente talentosos en el embargo, las narraciones se cierran entre sí narración va agregando un doblez más a la es-
sus amigos, los compañeros de juegos) es piano. No estaría de más, por cierto, revisar el camino de sus propios símbolos y desatan piral de conceptos auscultados, inmanentes al
de superioridad, se trata de "niños hipócritas algo de psicología, para ver si la patología de su individualidad dentro de un ámbito destino humano, el hombre como todo y como
cia vinculada con lo divino. En "Huarochirí" disuelve, es efímera, tiene un punto de caída.
Luz de Coral ausencia total de esperanza" y "para un espí-
se dice: "Yo no creo en mitos ni en milagros" Esta idea la podrían reforzar ciertos binomios
Víctor Coral. Luz de Limbo. Lima: ritu absurdo la razón es vana y no hay nada
y "Yo, hombre incrédulo, vanamente lúcido 1 que aparecen a lo largo del poemario: luz /su-
Delfín Arisco Ediciones, 2001. más allá de la razón" o "el hombre absurdo
hombre miserable, dirían los antiguos" (el ciedad, luz 1 vacío, luz 1 herida. Sin embargo
es la razón lúcida que comprueba sus lími-
subrayado es nuestro). En dicho universo hay un elemento que no quisiéramos dejar pa-
José Gabriel Cabrera Alva tes". Todos estos elementos se encuentran
vaciado de sentido no habría a quién invocar: sar, y que aparece en "Poema": la caída de
en Luz... Repárese sobre todo en el último.
"Sólo agradezco -y no sé a quién-", pues "el "las aves", elementos que prefiguran la caída
¿Qué es la lucidez? ¿Tiene algo que ver
El no saber ("Muy breve reseña de la vida gran dios ha caído en el silencio y la nada". existencial del yo poético y con él la caída de
con la luz? Y si es así ¿con qué luz? Y final-
de Antonio Ruiz de Montoya ') y el no llegar Sobre este punto se podrían hacer múltiples lo be!!o. Se dice: "De pronto sucias y gordas
mente ¿por qué empezar la reseña de un li-
bro de poesía con estas preguntas? ("Rose") son algunas de las constantes de citas, contentémonos solamente con incidir aves empiezan 1a caer sobre los charcos de
este libro (y claro está el no saber es otra for- en el uso de un término: "miserable", que se lluvia". Nótese que las aves caen sobre "char-
Quizá la respuesta esté del lado de la pro- ma de no llegar). En "Muy breve reseña ... " el repite. En "Otro poema de amor y van seis" cos de lluvia" como en ''Arte de caer". Más
pia creación: ese arrebato que a un tiempo yo poético una vez más no alcanza nada (aún se dice: "No sé bien si este diáfano 1Misera- adelante se enuncia: "-nuestras aves- 1 van
puede unirnos con todos los elementos del dentro del plano del conocimiento): "Ah, y nos ble (el subrayado es nuestro) estado será eter- cayendo". Repárese en que se dice "nuestras",
universo(luz) y cuestionar nuestra propia exis- dejó el Sílex, libro hermoso y sugerente 1Que no". Nótese que el yo poético postula que su lo cual sirve para remarcar aun más la unión
tencia (limbo). trato de seguir-no sin mucha pretensión- 1 estado es "miserable" y esta visión del mun- simbólica entre el yo poético y las aves. Y he
Desde hace más de dos meses/ Sin lograr do acaso sugiera -otra vez- que el ser del hom- allí que en el mismo poema se refiere algo que
Luz /luz de limbo /lucidez. Savater nos exi- absolutamente nada." (El subrayado es bre en este tiempo de crisis del conocimien- nos devuelve a nuestras interrogantes inicia-
me de tener que recurrir al diccionario, y es nuestro). Así, una de sus marcas centrales to sea, por el mismo hecho de estar en crisis les: "Luego de pensar toda la noche, pálido, 1
así que nos encontramos con que lucidez y sería el fracaso, pero además ayudaría amos- y no saber a qué asirse, eso: "miserable". aunque bañado en la suave lucidez del alba".
luz están unidas en su entramado, haciendo trar la insuficiencia del ser del hombre, aun- Lucidez se usa aquí -de manera clara- devol-
que esa luz de la lucidez se refiera a las perso- que también su reverso: la búsqueda siem- Hemos visto cómo el no saber, y la crisis viéndola a su significado raiga!, es decir unién-
nas y sus ideas. Es por esto que no resulta pre insatisfecha de conocimiento. del conocimiento y la trascendencia son ejes dola a luz y potenciando así la polisemia del
gratuito el título que le ha dado Víctor Coral a de este libro, a esto se suma lo que podría- texto. Pero lo que nos interesa destacar es que
este su primer poemario: Luz de limbo. Uno de los poemas acaso más densos mos enunciar como la crisis de la belleza. Cier- esa lucidez se logra 1 se percibe "luego de
simbólicamente del libro es "La voz", donde el tamente hace ya mucho se ha cuestionado esta pensar toda la noche"; lo que nos sugiere la
En cuanto a limbo, creemos que su fun- yo poético se articula a partir del escepticis- categoría, resemantizándola y adecuándola a importancia que tiene para el yo poético la vi-
ción es desarraigar esa luz, hacer que no esté mo. Ya el primer verso nos lo sugiere: "Cuan- !as poéticas que han ido sugiriendo y dándole gilia. Podríamos apuntar que es esa vigilia la
ni aquíni allá, en una suerte de exilio concep- do a nadie se espera". El no saber y el no lle- una vuelta de tuerca a las anteriores; veamos que permite la lucidez. También la poesía. Vi-
tual, o de desierto gnoseológico (si se prefie- gar de la poética de Coral se complementan qué pasa en "Arte de caer". El poema nos ha- gilia corporal, vigilia del espíritu. Permanecer
re). Nuestra lectura es que precisamente uno aquí con el no hacer: "poco o nada hice por la bla de una hoja que cae. Se dice en los últi- vigilantes, con los sentidos despiertos tanto a
de los elementos más relevantes en la poesía tierra que amé". Aún lo corporal se ve frenado mos versos: "dibuja una bella espiral en e! aire/ la luz como al limbo, nos permitirán acceder
de Coral-podríamos decir el que la articula- por éste: "no atendí siquiera al grito de mi pro- antes de hundirse en un charco de lluvia". Es no sólo a la magia desarraigada de estos poe"
es una cierta problemática existencial que ins- pio cuerpo". Se puede señalar a partir de esto, decir- simbólicamente-lo bello se hunde, y con mas, sino a partir de ellos, a una desfascinada
cribe su poesía en un terreno donde la ver- que no es que el amor ni el deseo no existan esto (creemos) se postula que la belleza se pero fascinante problemática conceptual.
dad y la seguridad del ser humano en cuanto (cómo poder evitarlo) sino que estos se ven
al conocimiento, se desestabilizan, se mediatizados por la inacción, que, al menos
desestructuran. Pero no se crea que esto es en el poema en cuestión, se frenan por la falta
un intento epidérmico por cubrirse con hábi- de "valor" del yo poético: "Yo quise amar con
tos a la moda. El yo poético que se configura el amor que no existe, 1Quise perderlo todo y Reinos familiares ve para conocer esta característica. Allí, Vega
tiene la densidad y la coherencia suficientes me faltó valor". Pero es la poesía la que reivin- Sclenco Vega. Reinos que declinan. vuelve a jugar deliberadamente, a través de
para demostrar que la búsqueda es autentica dica todo esto y he allí uno de los pocos triun- Lima: Signo lotófago, 2001. una desembozada narratividad, con su ge-
y proviene de una concepción del mundo lar- fos del yo poético: "pero pude cantar y, de vez nealogía y sus raíces carhuacinas, tal como
gamente madurada. en cuando, /vencer". Moisés Sánchez Franco lo hiciera en su primer poemario Casa de fa-
milla. Para tal efecto se vale incluso de ele-
Esta línea existencial de la que hablamos, Este escepticismo, esta insuficiencia, re- Quien ha leído los poemarios Casa de mentos que rodean al mismo discurso tex-
tiene más de una correspondencia con algu- presentados por el yo poético de Luz de lim- familia y Reinos que declinan, podrá notar tual (nótese las referencias biográficas que
nos de los postulados que nos ha legado bo, se articulan además con otra idea central sin mucho esfuerzo que Selenco Vega es un se hacen al final del libro, las cuales son un
Albert Camus. Claro ejemplo de ello es la co- en este libro: el descreimiento no sólo en cual- poeta con una obsesión clara: la familia. Rei- claro guiño al lector). A través de estos me-
nocida pero poco cognocida teoría sobre el quier forma de trascendencia en sí, sino so- nos que declinan, su segundo poemario, sir- canismos, el autor se inserta indirecta y
absurdo. Camus dice: "esta lucha supone una bre todo en cualquier forma de trascenden-
ma teoría psicoanalítica, como vacío y sólo que lo real es asediado por lo simbólico y de Maquinarias textuales detiene en establecer e identificar los lazos
cobra sentido cuando se une con otros que tanto lo real como lo simbólico dan ori- Sergio R. Franco. A favor de la esfinge. relaciones y formas de estructuración entr~
significantes. Ahora, el vacío de este gen a lo imaginario que tampoco representa La novelística de f. E. Eielson. Lima: estas novelas con otras expresiones artísticas,
significante es llenado por los sujetos que nada en su totalidad. El desorden de lo real U.N.M.S.M. Fondo Editorial, 2000. tales como el cine, el teatro, la pintura, etc.
utílizan el orden simbólico. Recordemos que ha provocado los distintos discursos, en es- Las interrelaciones que se establecen entre
Derrida y la deconstrucción hacen evidente tos discursos se ha creado un indio verbal, Miguel Maguiño las diferentes artes y las novelas de Eielson
el hecho de que un signo está vado de signi- un indio traducido por un orden simbólico, y privilegian el plano sintáctico-semántico. En
ficado y que en realidad el contenido de un luego se ha creado una imagen virtual, un in- Es indudable que la obra novelística de este punto operaciones como la elipsis, el alar-
signo es otro signo. Desde este punto de vis- dio virtual. Cada creador de un discurso J. E. Eielson requería de un estudio mayor gamiento y, sobre todo, la conexión
ta no se puede sostener (y repetir de forma indigenista se ha identificado con una deter- que echara luces sobre esta faceta, muy fre- intertextua! entre Primera muerte de María con
dogmática) que lo real está en lo simbólico minada imagen que desea a partir de sus cuentada pero poco estudiada, de uno de los Le Grand Verre, de Maree! Duchamp, se privi-
porque esto significaría que las palabras se carencias. Los capítulos siguientes son apli- escritores más importantes de nuestro país. legian de un análisis demorado que pretende
refieren a las cosas. El autor es consciente caciones concretas a textos de tres escrito- El libro repara este vacío y se propone a su demostrar cómo el empleo de los mismos
de esto y además es lúcido al sostener que la res indigenistas que no pudieron ser más re- vez como un desafío a los límites de la propia genera en el receptor una lectura dilatada de
cultura forma parte de lo real porque también presentativos: José María Arguedas, Efraín interpretación. Pero vayamos por partes. los bloques narrativos; las formas como
Miranda Luján y Gamaliel Churata. generadoras de sentido. Mas no se piense
lo real se construye, se origina o se fabrica.
Luego, quienes han utilizado este orden sim- Según R. Franco, las novelas de Eielson que nos encontramos frente a textos
bólico son sujetos mestizos cuya formación Después de este recorrido por las pági- contienen instrucciones precisas para asimi- narrativos que pretenden sintetizar en un todo
es prioritariamente occidental, es decir, su nas de este texto, volvemos a la línea inicial larlas fácilmente, en una lectura ingenua y abs- armonioso una diversidad de códigos, nos
imaginario colectivo, sus ideas, sus teorías, de esa frase violenta que afirma que el indio trusa, a un texto mayor denominado "realidad recuerda R. Franco, estos códigos están anu-
los ponen en una posición fuera del objeto no existe, y la creemos coherente ya que el peruana"; esta rápida identificación, anodina dados, coexisten resemantizándose.
que pretenden traducir pues las vivencias indio es una construcción a veces y despistada, privilegiaría en exceso el con-
del objeto, los sentidos de vida, y las per- acomodaticia y otras veces consciente de tenido, potenciaría excesivamente los La demora, la parsimonia que impone
cepciones del mundo le son ajenas. Hablan críticos que mostraron sus carencias a par- realemas presentes en la escritura de estas cada bloque narrativo de las novelas
de otro indio a partir de la posición del Otro tir de sus deseos de reconocimiento por una novelas, desechando en gran medida el con- eilsonianas, se consigue gracias a un trabajo
(Saber). Esta apreciación crítica de Espezúa institucionalidad literaria (Otro) y que más tenido que la forma impone. Para demostrar intenso de cada una de ellas. Privilegio de la
nos parece persuasiva, porque a un sujeto bien el indio sigue amando a su tierra, vivien- como son los propios textos quienes socavan, parte sobre el todo. Portal razón, para R. Fran-
ubicado fuera, le es imposible enunciar y do su mundo; mientras otros viven de sus sabotean esta perspectiva interpretativa R. co, Eielson no es propiamente un novelista ni
explicar racionalidades que le son ajenas. mundos que crean a partir de un mundo Franco analiza la ciencia ficción, lo un narrador, en todo caso la opción por el liris-
Estos sujetos no podrían hablar de aquello andino real y concreto. Concluyo pues que contrafáctico, lo incoherente, la espacialización mo se impone como estructura básica de com-
que no conocen o conocen de forma insufi- ésta es una lectura consistente y radical, tan- del tiempo y la configuración de los persona- posición de sus novelas. En este punto el au-
ciente, de aquello que no es expresable y, to por los mecanismos teóricos que utiliza jes como elementos difuminadores de una sim- tor del texto reseñado establece lazos entre la
peor aún, como en el caso del discurso como por las conjeturas que se plantea so- plista lectura realista. producción poética de Eielson y sus textos
indigenista, si es que este discurso está orien- bre el indio. A ello se debe sumar las res- narrativos analizados: La identificación, la asi-
tado al Otro occidental, en este caso, la insti- puestas contundentes a sus propios plantea- Las novelas de Eielson, y siempre des- milación de los elementos antinómicos, la casi
tución literaria. Basta preguntarnos a quién in- mientos y a los planteamientos de los de las hipótesis de R. Franco, se caracteriza- inexistente demarcación que separa a los per-
tentarán persuadir esos discursos si no es a indigenistas. Por esto, por otras cosas que rían por una narrativa tridimensional; el ele- sonajes entre sí y el éxtasis, junto a las fechas
la institución literaria (Otro occidental). Yo tam- duelen y sacuden, por la ironía disfrazada de mento central de ésta es la espacialización de composición de estos textos con los de su
poco creo que los discursos indigenistas es- discurso erudito, porque ficción se paga con del tiempo que interrumpe el flujo discursivo, poesía, sostienen esta opción interpretativa.
tén orientados al indio. ficción, es que se hace urgente la lectura de lo que ocasionaría en la lectura de los textos
este texto de Dorian Espezúa que supongo "un efecto de cuadro, de espectáculo verbal, Hasta aquí una apretada síntesis de lo
En el cuarto capítulo que tiene que ver nO escribió para el goce de la tribu de los es- de petiormance" (p. 48). Una narrativa más que presenta el texto de R. Franco. Ahora
con el registro de lo imaginario se parte de pecialistas. compleja, más incierta, menos puntual pero quisiera concentrarme en un punto que obli-
que pretende, de igual manera, aprehender ga a una reflexión mayor.
la reaHdad.
En el primer capítulo del texto R. Franco
En una segunda instancia la maquinaria afirma que "muchos elementos de las nove-
empleada por R. Franco para realizar la lectu- las de Eielson sólo resultan claros para el lec-
ra de El cuerpo de Giu!ia-no (1971) y Primera tor si se les interpreta desde la perspectiva
muerte de María (1988) de J. E. Eielson se autorial y su proyecto estético-literario, antes
la responsabilidad, la fuerza, capaz de encar- el substancialismo de suponer que el sexo bio- de ejes complejos y centrales como son la mentas principales, y los prejuicios y deficien-
garse de la protección del grupo familiar, autó- lógico determina los comportamientos de cada nacionalidad, la etnicidad, la modernidad y el cias que subyacen en sus obras o reflexiones
nomo, libre en sus decisiones, sexualmente género. género. El desentrañamiento de estos axis o son puestas en evidencia. Y todo logrado con
activo y dominante. Así, para Ruiz Bravo los topos está llevado por una idea o convicción un plástico y multidisciplinario aparato crítico
modelos propuestos en No se lo digas a Na- Desde el momento en que el centro co- explícita que recorre y determina las páginas y teórico, tal como lo advierte Carlos García-
die y Al final de la calle socavan el mundo mienza a ser desplazado surgen discursos y del texto; si el filosofo alemán lmmanuel Kant Bedoya M. en el prólogo al libro. Ahora, si bien
social hegemónico que condena a los márge- actitudes que podrían ser contradictorios. El pensó que no era la realidad la que nos cons- es cierto no se advierte la preponderancia de
nes la homosexualidad y la delincuencia. Mo- análisis de las representaciones de los jóvenes tituía, sino más bien el hombre quien edifica- una linea interpretativa, sí posee un método
delos transgresores, discursos alternativos y varones cobra especial interés ya que el hecho ba el mÚndo; Nietszche y Wittgenstein enten- de exposición evidente, que muchas veces
de contrapunto al dominante, que se de ser varón, -posición que por mucho tiempo dieron luego que esta constitución esta me- esquematiza y le resta cierta vitalidad al dis-
instaurarían como crítica exigiendo una posi- ha sido de privilegio -y encontrarse dentro de diada por el lenguaje. Velázquez Castro asu- curso aunque en compensación le dé rigor y
bilidad de cambio y aceptación. este contexto de "democracia dentro del ima- miendo esta última posición y llevándola a un orden: el tipo monográfico: una presentación
ginario de género", Jos descoloca ante el dis- plano pragmático encuentra que en ciertas general del tema a exponer; la elaboración de
La identidad femenina ha sido el punto curso de masculinidad hegemónica, convirtién- formas de este lenguaje, como en el discurso un balance crítico de todo lo dicho anterior-
exclusivo de estudio durante mucho tiempo dose en representantes de masculinidades su- literario, se configuran esquemas de poder y mente sobre el tema por otros estudiosos, lue-
dentro del discurso de género en el Perú, de- bordinadas y marginales. conceptos o modelos sociales que terminan go el desarrollo del tópico a través de un análi-
jando relegadas las características de las mas- definiendo o legitimizando buena parte de sis textual e ínterdisciplinario que confirma la
culinidades y la forma en que estas se constru- Resulta interesante el trabajo de Patricia nuestro imaginario social y político. Por ello, premisa y la refuerza con otro tipo de matices y
yen. Su enfoque predominantemente se pre- Ruiz en relación, al discurso que se levanta la obra literaria no es sólo un artefacto estéti- conclusiones; y finalmente un sumario de las
sentaba desde una sola perspectiva: el del hom- desde la voz "del otro". Si bien los discursos co y de límites cerrados; el marfil posee un principales ideas vertidas. -Es necesario adver-
bre opresor y la mujer víctima, homogeneizando en relación al tema de género han estado con- anverso que nos puede deslumbrar, pero a tir, que en algunas de sus metacríticas hay to-
de esta forma la imagen de los varones. figurados para reivindicar la voz del otro opri- su vez un lado opuesto que, bien visto, revela nos claramente desbalanceados, por ejemplo;
mido, relegado, en este caso la mujer; es pre- los entramados oscuros; los a prioris que for- una crudeza justa y del todo comprensible con
El imaginario de género propone dentro de cisamente la voz de este otro la que analiza, maron nuestra identidad y visión del mundo. el "político, racista y apasionado" Mariátegui en
su estructura la coexistencia de tres discursos estudia y ausculta en los quiebres de aquel De ahí esa preocupación por estudiar a fon- sus juiclos sobre el costumbrismo y, dentro del
los cuales suelen ser excluyentes y alternativos poder que por mucho tiempo ha determina- do y libre de supuestos los discursos de au- mismo tema, cierta condescendencia justifica-
entre sí: el machista, el patriarcal y el de equi- do cambios y estructuras. Esto ocurre cuan- tores importantes en nuestra literatura, algu- tiva o silenciosa con "el imaginativo, artificioso
dad. Es precisamente en torno a este último que do los discursos masculinos ya no respon- nos poco o mal conocidos, otros considera- y lúcido" Loayza, cuyo estilo y muchas de sus
surge los cuestionamientos sobre cuales son las den a uno solo y en el que se proponen una dos clásicos, como Pardo y Aliaga, Segura, ideas son, qué duda cabe, admirables, pero
nuevas significaciones para el hecho de "ser multiplicidad de alternativas, las cuales son Palma, Casós, Loayza, Salazar Bondy, Ollé, cuya severidad en sus reflexiones, más de una
hombre" o "ser mujer", cuestionamientos sobre generadoras de esta crisis y desacomodos etc., cuya valoración exacta de sus obras, vez, lo hacen caer en radicalismos e hipérboles
cómo los jóvenes construyen sus identidades a en búsqueda de su aceptación y coexisten- como lo demuestra Velázquez Castro de for- tales que provocan escisiones cuando sus jui-
partir de las transformaciones ocurridas en la si- cia pacífica sin marginaciones que le otorguen ma irrefutable, nos puede entregar respues- cios no se circunscriben a anécdotas biográfi-
tuación y expectativas de la mujer; la ruptura con un lugar dentro del llamado "orden social". tas distintas y claras sobre la confusa idea de cas o circunstanciales-. Por otro lado, el estilo
nación que poseemos, el fragmentado y dis- diáfano, directo y no pocas veces creativo del
criminante modelo social que tanto nos indig- autor logra engarzar al lector en el desarrollo
na, la penosa e incipiente modernidad de. de las ideas de una manera sutil, por momen-
nuestros modelos de conducta e tos divertida aunque siempre comprometedo-
Las respuestas del marfil y la poca ambición por crear obras o mode- institucionales y las verticales relaciones so- ra.
Maree! Velázqucz Castro. El revés del los ensayísticos que aborden de manera in- ciales y de poder que determinan
marfiL Nacionalídad, etnÍcidad, Jnoder- tegral, clara, sin herméticas posiciones ni posicionamientos poco privilegiados; en En cuanto a la estrategia de exposición,
nidad y género en la 1íte1·atura peruana. perspectivas arcaicas, nuestras principales suma, respuestas a problemas de ahora y son cuatro las distintas partes de las que se
Lima: Editorial Universitaria, 2002. problemáticas. El Revés del Marfil de Maree! siempre, acerca de lo que fuimos y somos tan- compone el libro. En la primera, titulada Na-
Velázquez Castro cumple este intento doble to como individuos y país. cionalidad y Literatura: Las ficciones de la
Moisés Sánchez Franco de manera convincente y satisfactoria. Su nación, revela las relaciones existentes en el
autor no sólo muestra un conocimiento ade- En esa operación perspicaz y descarna- siglo XIX entre el discurso literario y el dis-
A lo largo de nuestra historia literaria la cuado y certero del campo de investigación da no puede dejar de haber muertos y heri- curso de poder; el imaginario social, la iden-
mayoría de nuestros creadores y críticos han literario y cultural que lo ocupa, sino quepo- dos; muchos de nuestros consagrados crea- tidad nacional y el concepto de nación ad-
adolecido siempre de dos males terribles: la see un profundo y sincero interés por enten- dores y pensadores como Palma, Mariátegui quieren rasgos perdurables y tendencias de-
falta de una preparación intelectual rigurosa der el problema peruano, expresado a través y Salazar Bondy son refutados en sus argu- finidas durante las primeras décadas de la
Estudia Literatura en la Pontificia Universidad Poeta y narrador. Ha publicado los poemarios Inició la carrera de Derecho en la Universi- Estudios de Derecho y de Literatura en la
Católica del Perú. Formó parte de la revista Piedecuesta (1994), Confirmaciones de un dad de Lima en 1999. Estudios que en la ac- UNSA, Quinto Año de Literatura en San Mar-
Trascenda. Dirige "spleen" de Lima. descreído (1995), Casa de tablas (1997), Iti- tualidad continúa en la Universidad cos. Ma publicado textos en las revistas Soli-
nerario del cuerpo (1998) e Histología (2000); Complutense de Madrid, ciudad donde resi- tarios, Mosca Académica y Arequipa al Día.
CARMEN OLLÉ los libros de narraciones Astro regente: de desde noviembre de 2001. Ha obtenido una mención en el concurso El
(Lima, 1947) Luna (1996), El designio de la luz(1999) y la Cuento de las mil palabras de la revista Care-
novela corta reyezuelo (2000). Obtuvo el Pre- MOISÉS SÁNCHEZ FRANCO tas (1991) y el Primer Premio del Concurso
Poeta, narradora y crítica literaria. Ha publi- mio Copé de Bronce en Cuento 1992 y el Pre- (Lima, 1975) de Critica de Cine de la Filmoteca de Lima
cado Noches de adrenalina (1981), Todo or- mio Copé de Oro en Poesía 1993. Tiene dos (2001).
gullo humea la noche (1988), ¿par qué ha- libros inéditos de investigación: En la curva Estudió periodismo en la Universidad Nacio-
cen tanto ruido? (1992), Las dos caras del del espasmo. El cuento peruano y su relación nal de La Plata en Argentina y actualmente EDUARDO TOKESHI
deseo (1994), Pista falsa (1999) y Una mu- con lo siniestro y Urge púrpura la niebla. Poe- cursa la carrera de literatura en la UNMSM. (Lima, 1960)
chacha bajo su paraguas (2002). Actual- sía peruana de filiación macabra. Integra el grupo de creación y publicación li-
mente se desempeña como asesora en teraria Sociedad Elefante, además de ser uno Realizó estudios de Arquitectura en la Univer-
DEMUS. AGUSTÍN PRADO ALVARADO de los conductores del programa radial La sidad Nacional Federico Villarreal. Es Licen-
(Lima, 1973) Divina Comedia. Actualmente está preparan- ciado en Pintura de la Pontificia Universidad
DIEGO OTERO do la edición de su primer libro de cuentos. Católica del Perú. Ha participado en nume-
(Lima, 1973) Profesor de la Escuela Literatura de la UNMSM rosas exposiciones colectivas en el Perú y en
y de la Universidad San Ignacio de Loyola. ROCÍO SILVA-SANTISTEBAN e! extranjero. Ha representado al Perú en im-
Estudió Ciencias de la Comunicación en la Obtuvo la Beca lntercampus para realizar es- (Lima, 1963) portantes eventos internacionales como la
Universidad de Lima. Redactor de El Domini- tudios de Literatura Hispanoamericana en la Bienal de Cuenca 1989 y la Bienal de
cal de El Comercio y jefe de práctica del cur- Universidad Autónoma de Barcelona, en 1997. Poeta, narradora y ensayista. Actualmente se Va/paraíso 1989 y 1994. Fue seleccionado a
so Expresión Escrita en la misma universidad. Ha publicado en las revistas La casa de car- encuentra estudiando en la Universidad de participar en el Gran Prix Unesco y recibió re-
En 1998 publicó Cinema Fulgor. tón, Escritura y pensamiento, Socialismo y par- Bastan. Sus poemarios son Asuntos cientemente una Mención Honrosa en el Fes~
ticipación y Martín. Ha participado como po- circunstanciales {1984), Ese oficio no me gus- tival de Cagnes-sur-Meren Francia. Seleccio-
JULIO ORTEGA nente en diversos coloquios de Literatura. ta {i987), Mariposa negra {1993), Condena- nado para representar al Perú en la 23° Bie-
(Casma, 1942) do amor y otros poemas (1996). También ha nal de Sao Pau/o, Brasil en el año 1996, invi-
ROSARIO RIVAS TARAZONA publicado el libro de cuentos Me perturbas tado a la Sexta Bienal de La Habana en 1997,
Vive en Estados Unidos desde i 969, traba- (Lima, 1975) (1994, 2001). Editó el libro de ensayos El com- seleccionado a la 5° Bienal de Arte Contem-
jando como profesor universitario en diversas bate de los ángeles (1999). poráneo de Lyon en el año 2000.
universidades. Hace 13 años es profesor en Estudiante de literatura de la UNMSM. Ha edi-
la Universidad de Brown, en Providence, tado el poemario bilingüe Mí/k The Dance RICARDO SUMALAVIA En 1986 recibió el Primer Premio delll Salón
Rhode lsland. Es autor de numerosos libros {1997) y, en los últimos años traduce a James (Lima, 1968) Nacional de Dibujo ICPNA. En 1987 obtuvo
de crítica literaria, ficción, poesía y teatro, ade- Merril!. Elabora las muestras de textos y el Primer Premio delll Concurso Nacional de
más de ediciones críticas y antologías. Su xerografías Non Piece Sublime y la instalación Narrador. Estudió literatura en la Pontificia Uni- Artistas Jóvenes Southern Perú. En 1996 ob-
próximo libro es una historia cultural del suje- Pentagonical. versidad Católica del Perú y la maestría en la tuvo el Primer Premio en el Salón Internacio-
to en América Latina. UNMSM. Actualmente es responsable de la nal de Estandarte ES96 en México. Desde
FERNANDO RODRÍGUEZ MANSILLA Colección Orientalia de la Universidad Cató- 1984 realiza labor gráfica para distintos me-
BRUNO PÓLACK lica, donde se desempeña como docente. Fue dios de comunicación. Ha realizado esceno-
Bachiller en Literatura por la Pontificia Univer- profesor invitado de la universidad Dankook grafías para teatro y televisión. Ejerció !a Do-
Poeta y miembro del Taller de Poesía de !a sidad Católica, Sus áreas de interés son el y lector en diversas universidades en Corea cencia en la Pontificia Universidad Católica del
Universidad de Lima, donde cursa estudios Siglo de Oro español y la literatura rioplatense del Sur. Ha publicado los libros de cuentos Perú y en la Escuela Superior de Arte Corrien-
de Derecho. Ha publicado poemas en la re- de la primera mitad del XX. Actualmente pre- Habitaciones (1993) y Retratos familiares te Alterna.
vista Evohé. para su tesis de licenciatura sobre Cervantes (2001).
y la picaresca.
1
ALBERTO VALDIVIA BASELLI sayo Federico Villarreal (2001). Ha publicado
(Lima, 1977) el libro de ensayos El revés del marfil. Nacio-
naildad, etnicidad, modernidad y género en
Ensayista, poeta y narrador. Ha publicado los al literatura peruana (Lima, 2002). Se desem-
poemarios Patología (2000) y La región hu- peña como docente en la Escuela de Litera-
mana (2000). Su poesía ha sido incluida en tura de la UNMSM.
antologías nacionales (Poesía peruana siglo
xx; 1999) e internacionales (Aldea poética, ELlO VÉLEZ MARQUINA
Madrid, 1997). Ha sido traducido al inglés en (Lima, 1979)
la publicación lntemationallibrary of poetry,
Owins Milis, Maryland, 2002. Fue director de Crítico literario y estudiante de la Pontificia
la revista de crítica literaria Hydra (Lima, i 999). Universidad Católica del Perú. Además es co-
Ensayos suyos han sido publicados en varias laborador del Centro de Estudios Orientales
revistas del medio crítico literario. Ha sido ·de la PUCP. Ha publicado diversos artículos y
Jurado en los Juegos Florales de Poesía de reseñas en revistas como Escritura y pensa-
la Universidad de Lima. miento, Punto de eqwlibrio y Martín.
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Red Literaria Peruana, 2013
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