A BIBLICA ¿Quién dice la gente que soy yo? (Mc 8, 27-29; Jn 6, 66-69)
P. Carlos Javier Villavicencio, SVD
A) LA ESPERA MESIANICA DEL A. T.
Dios comienza a reconstituir la rota unidad de la humanidad. La
promesa de bendición a Abraham en Gn 12,1-3. Una gran nación (posteridad y tierra) y en él serán benditas todas las familias de la tierra. La respuesta de fe de Abraham. Salvación significará recuperar, establecer la vida plena en los diversos aspectos. La liberación de Egipto será como la tradición fundamental. Con la posesión de la tierra por el pueblo hebreo no concluye la historia de salvación. Dios la vuelve a lanzar al futuro con la promesa a David en 2S 7, 11- 16. No es el David, instalado ya en palacio, el que le va a construir un templo a Yahweh; es Yahweh, que lo eligió, quien le va a construir una casa, una dinastía para siempre. Y Dios actuará con el rey como un padre con su hijo. Esto repercute en profecías de Isaías, Jeremías, Ezequiel (cf. Mi 5,1-5), en los Salmos (p. e. 89, 4s., 27-38), etc. PROGRAMA DE CURSO 1. LA ESPERA MESIANICA DEL A. T. 2. JESUS DE NAZARET 3. LA RESURRECCION Y EL DESARROLLO DE LA CRISTOLOGIA NEOTESTAMENTARIA. 4. EL DOGMA CRISTOLOGICO EN LA ANTIGÜEDAD 5. REDENCION 6. ASPECTOS DE LA ENCARNACION a) El lugar que ocupa Cristo en el plan de Dios b) El misterio de la kénosis. c) La unión hypostática. d) La naturaleza humana de Jesús 1. Santidad y gracia 2. La libertad humana 3. Ciencia y conciencia 4. Fe y oración. 1. EL MISTERIO PASCUAL Y EL FINAL a) Pasión y muerte b) Descenso a los infiernos c) Resurrección, entronización y efusión del Espíritu d) El Señor que es y que vendrá. 2. EL HIJO COMO REVELADOR DEL PADRE 3. APENDICE. BREVE COMPENDIO MARIOLOGICO 1. María en la Escritura y en la tradición. 2. Afirmaciones centrales del dogma mariano a) María Madre de Dios. b) María siempre Virgen. c) La santidad de María y la Inmaculada concepción. d) La Asunción de María. APENDICE. CRISTOLOGIA DE LOS SINOPTICOS. 1) Cristología de Mateo. 2) Cristología de Marcos 3) Cristología de Lucas (evangelio y Hechos) En Sal 2, 6-9, el mesías rey es el hijo de Dios (no implica una filiación natural, como lo verá la posterior lectura cristiana). En Sal 110, 1-4, el rey está sentado a la diestra de Yahweh. En Is 7,10-17, ante la amenaza siro efraimita que pretendía deponer la dinastía davídica, Dios dará como signo al rey inicuo, una doncella que dará a luz un hijo. Esta profecía fue releída respecto a una virgen, madre del rey. Is 9, 1-6, se refiere a una gran liberación y al nacimiento o entronización de un rey davídico. Según Is 11, 1-9, en un nuevo comienzo, el rey davídico tendrá la plenitud del Espíritu y habrá una paz paradisíaca. Za 9,9s nos muestra la entronización de un rey humilde y pacífico. En el exilio, a pesar del derrumbe de la monarquía davídica y la destrucción del templo, subsiste la función profética como mediación de salvación. El profetismo posteriormente desaparecerá. Después del exilio, con la preponderancia del sumo sacerdote, se perfilará también la esperanza de un mesías sacerdotal. Algunos escritos llegarán a hablar de dos mesías: uno regio y otro sacerdotal. Las desilusiones contribuirán, en muchos casos, a trascendentalizar la esperanza, p. e. la intervención escatológica de Yahweh. El horizonte se universalizará. Siguiendo a Dt 18,15-18, se espera un profeta como Moisés. El profeta es el que comunica la voluntad de Dios a Israel y también es portavoz del pueblo ante Dios. Problablemente en la línea profética estaría el misterioso servidor de Yahweh de los cantos del 2 Is. El servidor es un elegido, sostenido por Yahweh y dotado de su espíritu. Tiene que reunir al pueblo de Israel y conducirlo hacia Dios. Pero como destinatarios últimos también aparecen las naciones. El sufrimiento del servidor, su muerte violenta, es por el pecado de todos, para salvación de ellos. También para el mismo siervo es salvación y victoria. Véase Is 52, 13-53, 12. En Mal 3, 23 se habla de la vuelta de Elías El hijo del hombre de Dn 7, 9-14 no es un mediador intrahistórico, sino una figura que viene en las nubes para el juicio. Es poseedor de una realeza eterna. Simboliza a los santos del altísimo (7, 27). Pero la apocalíptica judía lo individualizará y será mediador de salvación.
El A. T. termina en un pluralismo de mediadores, que es
insistematizable en sus diversas concreciones. Pero muchos rasgos de la esperanza mesiánica pueden converger. En algunos falta la esperanza de salvación, porque ésta ya es realizable en el presente a través de la Ley (Sabiduría) y el culto. Tampoco todos los que esperan una salvación futura cuentan con un mesías. El A. T. termina en una aporía. Muestra como un empantanamiento, una historia de fracasos. En el tiempo de Jesús, el pueblo esperaba principalmente un mesías (cristo =ungido) rey que terminara con el dominio de los impíos paganos e hiciera posible la observancia integral de la ley y la pureza del culto. También se esperaba al profeta que había de venir (cf. p. e., Jn 1, 21; 6, 14). La esperanza mesiánica llevó a revueltas contra Roma.