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Lo que cuesta seguir a Cristo

Lucas 14:28-33 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?
29No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo
El vocablo griego que en esta versión de la Biblia
vean comiencen a hacer burla de él, aparece traducido con el verbo considerar, en otras
30diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. versiones figura como deliberar, calcular, consultar o
sentarse con sus consejeros para evaluar.
31¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si
puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil?
32Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide
condiciones de paz.
33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi
discípulo.
Esta parábola nos ensena que analicemos si estamos verdaderamente dispuestos a pagar el precio de ser discípulo de Jesús;
también implica analizar si podemos enfrentar cualquier situación conflictiva, que se presente en nuestra vida. El modo en que
empieza la frase, ¿quién de vosotros?, es una pregunta retórica que da por hecho que la respuesta será nadie. Jesús empleó
interrogaciones retóricas parecidas para dar inicio a otras parábolas:
¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: «Amigo, préstame tres panes...» [ LUCAS 11:5
¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras
la que se perdió, hasta encontrarla?  Lucas 15:4
¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: «Pasa, siéntate a la
mesa»?  Lucas 17:7
En la parábola que estamos repasando se entiende tácitamente que nadie en su sano juicio construiría un edificio sin calcular
antes los gastos y determinar si posee el dinero suficiente para terminarlo.
Para poder entender esta parábola tenemos que estudiar el contexto, es decir, bajo qué condiciones Jesús dijo esta parábola.
Lucas 14:25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo:

Nos dice la Palabra que “Multitudes” del griego (ὄχλος, ójlos) seguían a Jesús. Esta palabra significa como gentío, muchedumbre, pero
denota, esta palabra una muchedumbre desordenada y confusa, pero no confusa porque no saben qué hacer, sino que estaban siguiendo a
Jesús, como ellos consideraban que debían seguirlo. Es decir, multitudes confundía la manera en que Jesús les mandaba en cómo le debían
de seguir.
Parábola de la torre inconclusa y el rey que va a la guerra
La primera parábola expresa claramente que quien esté pensando en hacerse discípulo de Cristo debe calcular el
costo que ello tendrá, a fin de determinar si posee las condiciones necesarias para ser discípulo. La segunda
parábola nos aconseja evaluar las posibilidades de triunfo que tenemos antes de tomar una decisión tan
trascendente como comprometernos al discipulado. Las dos parábolas estimulan a la persona que está estudiando la
posibilidad de ser discípulo a que juzgue su situación. Así, cuando tome la determinación de seguir a Jesús, lo hará
reflexivamente. Es un llamado a estar seguros, a tener un propósito deliberado, cuando nos comprometemos a
hacernos discípulos.
El Señor Jesús nos dejó estipulado en su Palabra, de quien es un verdadero discípulo:
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos; Juan 8:31
Para ser discípulo de Jesús, no basta con creer (ser salvo), sino permanecer en su Palabra.
Lucas 9:57-62 LOS QUE QUERIAN SEGUIR A JESÚS (Mt. 8.18-22)
57
Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58 Y le dijo Jesús: Las zorras
tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59 Y dijo a
otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los
muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también dijo otro: Te seguiré,
Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su
mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Lucas 18:29-30 29 Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o
mujer, o hijos, por el reino de Dios, 30 que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida
eterna.
Romanos 8:16-18
16
El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él
seamos glorificados.
18
Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en
nosotros ha de manifestarse.
Parábola de la torre inconclusa y el rey que va a la guerra

Lucas 14:26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Jesús comienza a poner las cosas claras en cuanto al costo que debe pagar cada discípulo de Él.
Esta palabra (aborrecer) a veces es malinterpretada, lo que significa esta
Hebraísmo, es realmente, amar menos o preferir en lugar de. Lo primero que dice el Señor, es que si
realmente eres discípulo de Él, debes ponerlo en primer lugar en tu vida, por encima de tus padres,
hermanos, amigos, etc.
Gálatas 2:20
20
Con Cristo
El mismo Señor puso el ejemplo, cuando su familia le mandó a decir que quería verlo, y el Señor le
estoy juntamente
crucificado, y ya contesta que su familia es quien hace la voluntad del Padre. (Mateo 12:47-50).
no vivo yo, mas
vive Cristo en mí;
Sigue diciendo Jesús, aun nuestra propia vida. Tus proyectos, tus planes, todo debe estar bajo el orden
y lo que ahora
vivo en la carne, del Señor. (Gálatas 2:20).
lo vivo en la fe
del Hijo de Dios,
No nos debemos confundir en cuanto el precio a pagar. Jesús pago un precio por nuestra salvación
el cual me amó y
se entregó a sí (Habéis sido comprados por precio).
mismo por mí. El precio de nuestro rescate (redención) lo pago Jesús. (1 Pedro 1:18-19)

2 Timoteo 3:12
12
Y también Entonces cuando se refiere, acerca del precio o costo para ser discípulo de Jesús, no se refiere a
todos los que nuestra salvación o para pagar nuestros pecados, esto Cristo ya lo hizo. Pero hay un precio que
quieren vivir
debemos pagar por seguirle, por ser su discípulo, es dejar, que el Señor moldee nuestro corazón,
piadosamente en
Cristo Jesús despojarnos del pecado que nos asedia, dar frutos del Espíritu.
padecerán
persecución;
1 Pedro 1:18-19
18
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de
vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
El precio a pagar también, es el rechazo que obtenemos por querer seguir a Cristo, es el rechazo de familiares,
amigos, compañeros de trabajo; hoy en día, Cristianos light, llaman religiosos a verdaderos cristianos por el hecho de
querer hacer las cosas correctas, de querer vivir en santidad, de capacitarse más en la Palabra, etc.
Jesús continúa su enseñanza al hablar sobre las elecciones que enfrenta el discípulo que quiere seguirlo. Y propone esta
parábola que lo invita a hacer los cálculos antes de embarcarse en una tarea tan difícil.
Jesús exige sacrificios a sus seguidores, porque deben armarse con fortaleza para no caer en la tentación después de haber
decidido seguirlo.
Jesús enseña esta verdad con la parábola de la torre, en la que hace una pausa para enfatizar lo importante que es pensar y
reflexionar cuidadosamente antes de actuar. Sin embargo, es necesario considerar que lo que es imposible para nuestras
fuerzas, es posible para la gracia de Dios.
La torre expresa bien la perfección sublime de la vida cristiana, y abandonar un proyecto que ya ha comenzado es una gran
deshonra: hubiera sido menos colapso no haber comenzado; dice San Pedro: 21 Porque mejor les hubiera sido no haber
conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
 2 Pedro 2:21
Todo cristiano, si quiere ser realmente un discípulo de Jesús, debe reflexionar antes de comenzar a seguirlo porque la
realidad cristiana es algo serio, que pone todo en juego, incluso su propia vida y sus posesiones, para vivir plenamente esta
elección.
De lo contrario, corre el riesgo de permanecer "tibio" y fallar miserablemente en su misión.
Jesús no nos pide aborrecer a padre y madre, sino un compromiso que se eleva sobre todo otro compromiso, incluyendo el
de una familia. “Aborrecer” en este contexto no busca desarrollar disgusto hacia miembros de familia, sino que exige
amarles menos que a Cristo.
Jesús no nos pide aborrecer a padre y madre, sino un compromiso que se eleva sobre todo otro compromiso, incluyendo el
de una familia. “Aborrecer” en este contexto no busca desarrollar disgusto hacia miembros de familia, sino que exige
amarles menos que a Cristo.

Lucas 14:27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
Jesús quiso decir que sus discípulos tenemos que estar dispuesto a morir por causa de Cristo. Morir a tus propias
intenciones de la carne, a tus sueños, a tus deseos, para que sean sus propósitos y su voluntad la que nos dirija. Es sumisión
total a Él y negarse a uno mismo.
Si quieres ser discípulo de Jesús, no puedes eludir cargar tu cruz.
Cristo confrontó la multitud, para que analizaran y evaluaran cuales eran las motivaciones que los impulsaban seguirlo,
no por un entusiasmo del momento, o porque multiplicaba los panes, o porque sanaba, sino que fuera una convicción de
quien es El, Rey de reyes y Señor de Señores.
Lucas 14:28-30 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen
a hacer burla de él, 30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar.

Para poner énfasis a lo que ya había dicho, Jesús dice estas parábolas. Para que así como un analiza lo
que hace, analicemos las motivaciones que tenemos para seguir a Cristo. Ya que si es por motivaciones
incorrectas, no vamos a avanzar en el evangelio, y por eso muchos, vuelven atrás.

Lucas 14:31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta
primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte
mil?14:32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le
pide condiciones de paz.
14:33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede
ser mi discípulo.
Esta otra parábola es igual, Jesús nos dice el costo de ser su discípulo, de seguirlo; en este último
versículo se usa la palabra renunciar, que en el griego quiere decir “decir adiós”, tenemos que decir
adiós a las cosas que no agradan al Señor, incluso a mi proyectos personales, si Dios no está de acuerdo
con El.
Pero algo importante, también es que si tu motivación de seguir a Cristo es la correcta, es
cierto que de una u otra manera tendrás persecuciones, pero Jesús nos da su paz, su
consuelo, su guanca y nos hace salir en victoria en cualquier situación que se nos
presente.

1 Corintios 15:57-58
Más gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la
obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Lo que cuesta seguir a Cristo Lucas 14:25-33
25
Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: 26 Si
alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e
hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no
puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de
mí, no puede ser mi discípulo. 28 Porque ¿quién de vosotros,
queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los
gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29 No sea que
después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos
los que lo vean comiencen a hacer burla de él, 30 diciendo: Este
hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31 ¿O qué rey, al
marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y
considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él
con veinte mil? 32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos,
le envía una embajada y le pide condiciones de paz. 33 Así, pues,
cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no
puede ser mi discípulo.

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