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En biología del desarrollo se denomina placentación a la formación, tipo y estructura, o disposición placentaria. La función
de la placentación es transferir nutrientes desde el tejido materno al embrión en crecimiento. La placentación se conoce
mejor en las hembras de los mamíferos placentarios (euterios).
Antes de la implantación, el embrión forma tres membranas conocidas como “membranas extraembrionarias” que son:
corion, amnios y alantoides.
Una vez que el embrión se ha implantado se forma un órgano transitorio para facilitar el intercambio metabólico entre la
madre y el embrión, éste se conoce como placenta, está compuesta por una parte fetal derivada del corion y un
componente materno derivado de algunas modificaciones del endometrio.
Con el tiempo, la placenta presenta funciones endocrinológicas que serán importantes para el mantenimiento de la
gestación y la inducción al parto.
La formación de estas membranas es un paso necesario para que el embrión pueda implantarse.
El trofoblasto embrionario, junto con el endodermo y el mesodermo dan lugar al corion y al amnios.
El alantoides se forma de una evaginación del intestino primitivo el cual, a su vez, se origina del tubo
endodérmico del saco vitelino.
Los desechos del embrión son colectados por el alantoides, el cual se expande conjuntamente con el
crecimiento del embrión y eventualmente llega a tener contacto con el corion formando una nueva
membrana con características propias llamada alantocorion, éste es la contribución del embrión para
la formación de la placenta y proporciona la superficie de unión con el endometrio en la implantación
En los mamíferos, la placenta se forma después de la implantación del embrión en la pared del útero. El feto en desarrollo se
conecta a la placenta por medio de un cordón umbilical.
La unidad funcional de la parte fetal de la placenta son las vellosidades coriónicas. Son pequeñas proyecciones alargadas en la
superficie del corion y sobresalen de éste hacia el endometrio uterino. Las placentas se clasifican de acuerdo a la distribución
de las vellosidades coriónicas en su superficie dando a cada tipo de placenta una apariencia anatómica distinta. Igualmente,
pueden clasificarse por el número de capas de tejido que separan la sangre materna y fetal.