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El

origen
de la
z diferencia
Existen variadas historias y versiones acerca del origen de las
diferencias entre las lenguas, tal vez, ninguna tan conocida como el
entre
mito de la torre de Babel y el castigo que recibió su pueblo por su gran
orgullo.
Las lenguas son diferentes, sin lugar a dudas, pero esto generalmente
las
hace que desde el sentido común caigamos en varios equívocos.
lenguas
Revisemos algunos.
Hay
z lenguas mejores que otras
Está muy extendida la idea de que
hay lenguas más ricas, más
sofisticadas o más perfectas que
otras, mientras que consideramos
otros idiomas como primitivos o
rudimentarios. Pero, en realidad,
todas las lenguas presentan grados
similares de complejidad y no existen
lenguas más rudimentarias o
elaboradas que otras. Sí, puede haber
lenguas que tengan un repertorio de
sonidos más escaso que otras, o
lenguas con una morfología menos
prolija que otras, pero en el cómputo
global todas tienden a grados de
complejidad y sofisticación
comunicativa equivalentes.
Hay
z lenguas más útiles que otras para
trasmitir ciertas cosas
La versión menos extrema (pero igualmente
infundada) del prejuicio anterior es la de achacar
ciertas propiedades naturales a los idiomas que
supuestamente harían que unas lenguas fueran
más útiles que otras para una determinada
actividad o tema: el alemán es lógico y por lo
tanto idóneo para la filosofía; el francés es
elegante y sensual y por lo tanto es el idioma
adecuado para hablar de amor. Estas creencias
son mitos: todas las lenguas disponen de
mecanismos para crear nuevos significados y
expresar tantas realidades y matices como sus
hablantes necesiten. Estos mecanismos diferirán
de una lengua a otra, pero todas tienen la misma
capacidad para cubrir las necesidades
comunicativas que asalten a sus hablantes.
Hay dialectos más correctos
y
z otros que debemos evitar

El mismo prejuicio que existe en torno a los idiomas nos


lo encontramos también en las distintas variedades de
una misma lengua. Está muy extendida la idea de que
hay variedades lingüísticas (variedades sociales,
geográficas, etc.) que son más correctas, más
sofisticadas o más deseables, frente a otras que están
estigmatizadas y que se deben evitar. Existe una
tendencia a estigmatizar aquellas variedades lingüísticas
que se alejan de la variedad de prestigio y a
considerarlas menos sofisticadas o valiosas. Pero, al
igual que ocurre con los idiomas, todas las variedades
lingüísticas presentan grados de complejidad y
sofisticación semejantes. Que una determinada variedad
(un dialecto concreto) se convierta en variedad de
prestigio suele tener más relación con el poder
hegemónico de quien habla ese dialecto que con
características lingüísticas propias de esa variedad.
Hablar «mal» es síntoma de pensar
«mal»
z
Los usos que consideramos incorrectos son aquellos que se encuentran fuera de la llamada: norma
culta. Los hablantes esperamos encontrarnos con la norma culta en determinadas situaciones
comunicativas y no en otras, pero en ningún caso eso quiere decir que los usos que no forman
parte de la norma culta sean menos gramaticales o menos sofisticados que los demás, y mucho
menos que impliquen formas más pobres de pensamiento. Jamás diríamos que alguien piensa
mejor o peor por expresarse en árabe, en finés o en italiano; del mismo modo, expresarse usando
un dialecto no prestigiado, una variedad lingüística no estándar o con construcciones gramaticales
que no forman parte de la norma culta no es síntoma, en ningún caso, de tener poca inteligencia o
un pensamiento pobre o defectuoso.
Los
z cambios lingüísticos son

síntoma de degeneración
La lengua está en constante cambio.
Algunos de esos cambios se asientan en
poco tiempo, mientras que otros tardan
décadas o siglos en consumarse. El
cambio lingüístico es un fenómeno natural
de las lenguas vivas. De hecho, las únicas
lenguas que no cambian son las que están
muertas. En general, los cambios que han
ocurrido en el pasado no suelen ser
sospechosos de causar empobrecimiento,
pero los cambios lingüísticos que nos ha
tocado vivir son percibidos con frecuencia
como síntoma de degeneración o
deterioro. El cambio lingüístico forma parte
de la naturaleza misma de las lenguas y
no es algo que haya que evitar función de
una supuesta pureza del lenguaje.
El signo
z y sus partes:

Los signos son unidades de


naturaleza doble, compuestas por el
concepto y la imagen acústica.

Concepto: Costa de la
representación mental
(psíquica) del objeto real.

Imagen acústica: consta Entre ambas partes del signo existe una relación arbitraria, es decir
de la representación que no hay necesidad de que un concepto específico y una imagen
mental de los sonidos (en acústica específica vayan unidos, sino que, por el contrario, su
un orden particular, unión será motivada únicamente por las convenciones de las
articulados) que son comunidades lingüísticas que utilicen aquel signo.
capaces de transmitir el De esta forma debe entenderse que la relación entre las partes del
concepto del que se signo es:
quiere hablar. 1_Arbitraria
2_Convencional
Arbitrariedad
del signo
z
y
diferencia
entre las
lenguas

Aquí podemos observar que existen muchas formas diferentes de nombrar un mismo objeto (en
este caso un caballo), es decir que existen muchas imágenes acústicas para un mismo
concepto que van variando en entre las diferentes culturas y sus respectivas lenguas y
dialectos. El concepto permanece, ya que refiere al mismo objeto en el mundo y nuestra
percepción de él, seamos ingleses o suecos, no diferirá en los rasgos elementales.

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