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termómetros

Nombres: Luciano Sepulveda,Luis cisternas


termómetros

• El origen del termómetro se remonta al año 1592, cuando Galileo Galilei inventó un aparato que, aunque
evidentemente dista mucho de lo que disponemos hoy en día, seguía el mismo principio y tenía el mismo
objetivo que los termómetros actuales: medir la temperatura que emana un cuerpo u objeto. Desde
entonces, la tecnología ha avanzado mucho y el termómetro ha pasado por muchas variaciones,
convirtiéndose así en un aparato imprescindible, especialmente en el mundo de la medicina para
detectar la posible presencia de fiebre y en el de la industria, donde medir la temperatura de los objetos
es de vital importancia para garantizar el funcionamiento de los procesos.
• De todos modos, aunque estemos familiarizados básicamente con los termómetros digitales y los más
tradicionales de mercurio, existen muchos otros tipos. Algunos de ellos permiten, incluso, medir la
temperatura sin tener que tocar el cuerpo.
¿Qué es un termómetro?

• Un termómetro es cualquier aparato diseñado para captar las variaciones de temperatura en el


medio y expresarlo mediante medidas que podamos leer, ya sea visualizando un número en una
pantalla, captando colores distintos en unas imágenes, observando un aumento en el volumen
de un líquido, etc.
• Los diferentes tipos de termómetros tienen funcionamientos muy distintos, pues cada uno de
ellos detecta la temperatura de una forma distinta y la expresa a su manera. Dependiendo de su
naturaleza, habrá termómetros destinados a medir la temperatura de forma muy precisa, rápida
y sencilla, los cuales serán útiles en el mundo de la clínica para detectar la temperatura corporal.
• Otros, en cambio, ya sea porque no pueden entrar en contacto con el cuerpo humano, porque
son demasiado costosos o porque no son útiles para detectar pequeñas variaciones sino para
llegar a temperaturas de cientos o miles de grados (cosa que no pueden hacer los clínicos),
estarán destinados a la industria.
termómetros clínicos

• Los termómetros clínicos son aquellos instrumentos cuyo uso en


humanos para medir la temperatura corporal está aprobado. Son
termómetros que no pueden ser utilizados para medir elevadas
temperaturas pero que sí que funcionan muy bien en los rangos de lo que es
nuestra temperatura. Además, permiten obtener medidas bastante exactas y
de forma rápida.
Termómetro de mercurio

• El termómetro de mercurio o de vidrio es el más tradicional, aunque se recomienda que se


sustituya por los digitales ya que son menos precisos y, además, el mercurio representa un
peligro para el cuerpo humano.
• En este caso, el funcionamiento se basa puramente en la física. Los termómetros de mercurio
consisten en un tubo sellado de vidrio con una escala de temperatura marcada y en cuyo
interior hay una pequeña cantidad de líquido, generalmente mercurio, aunque para reducir la
toxicidad se han utilizado otros. Sea como sea, la medición de la temperatura se consigue por
las propiedades térmicas del líquido.
• Cuando el mercurio se expone a una variación de temperatura al entrar en contacto con nuestra
piel, se dilata como reacción física a este incremento, es decir, aumenta su volumen. Esto hace
que el líquido dentro del capilar suba por la escala hasta llegar a un valor de temperatura
acorde a la dilatación. No son tan exactos como los digitales pero siguen funcionando bien.
Termómetro infrarrojo

• A diferencia de los dos anteriores, los termómetros infrarrojos permiten medir la temperatura de
un cuerpo sin tener que entrar en contacto con él. Su funcionamiento no se basa ni en los
cambios de energía en una resistencia eléctrica ni en las propiedades térmicas de un líquido, sino
en en las radiaciones que emitimos todos los cuerpos físicos.
• El termómetro infrarrojo capta las variaciones en la radiación infrarroja que emitimos, la cual varía
en función de cuál es nuestra temperatura. Por ello, cuando nuestra temperatura es superior a la
normal, la radiación infrarroja también es superior, algo que detecta esta instrumento. Además,
convierte estas señales en una información que se expresa en forma de cifra en una pantalla.
• De todos modos, a nivel de usuario no se utilizan ya que son más costosos. De todos modos, son
muy útiles en el mundo de la clínica para obtener mediciones muy rápidas (mucho más que los
otros dos) sin tener que entrar en contacto con la persona, algo muy importante en el contexto de
las enfermedades infecciosas. De igual manera, en el ambiente industrial también son muy útiles,
aunque con variaciones para adaptarse a la medición de temperaturas más altas.
termómetros industriales

• Los termómetros industriales son muy distintos a los del


mundo de la clínica. Aquí son instrumentos mucho más
complejos ya que deben detectar temperaturas mucho más
altas (o bajas) que los anteriores. Hay que tener en cuenta
que tanto los digitales como los infrarrojos pueden ser usados
también en la industria, aunque a continuación veremos los que
son exclusivos de esta.
Termómetros de gas

• Los termómetros de gas son instrumentos tan precisos y complejos que su uso está
limitado a la calibración de otros termómetros. Es decir, se admite que los de gas siempre
dan la información correcta, por lo que si otro termómetro (por ejemplo, un digital) da
una lectura de temperatura distinta a la suya, es porque este último está mal fabricado.
• En este caso, el termómetro de gas consiste en un aparato en cuyo interior hay un gas,
generalmente nitrógeno. Cuando se expone a un cuerpo con una temperatura
determinada, la presión en su interior variará de acuerdo a esta temperatura. A mayor
temperatura, más presión. Después, a partir de esta variación en la presión interna, se
puede calcular la temperatura.
• Además de ser los más precisos, son también los que detectan un mayor rango de
temperatura: desde los - 268 °C hasta los más de 530 °C. Pero, eso sí, su uso es muy
complejo y, de hecho, ya no es que no se usen a nivel doméstico, sino que solo unas
industrias muy concretas donde necesiten calibrar frecuentemente sus equipos térmicos
dispondrán de ellos.
Termómetros con lámina bimetálica

• Los termómetros de lámina bimetálica son, igual que los de mercurio,


dispositivos mecánicos, pues hay industrias que defienden que funcionan
mejor ya que no hay riesgo de que los dispositivos electrónicos fallen, pues
no tienen. En este caso, sin embargo, no entra en juego ningún líquido tóxico.
• También se fundamentan en la dilatación de un elemento en función de la
temperatura a la que está expuesto, pero en los de lámina bimetálica, lo que
se dilata no es el mercurio, sino un metal sólido. Esta naturaleza “robusta”
hace que sea la opción predilecta en todo tipo de industrias cuando se quiera
saber la temperatura especialmente de líquidos tóxicos a temperaturas muy
elevadas, pues ofrece medidas sorprendentemente exactas hasta los 600 °C.
Termómetros de resistencia

• Los termómetros de resistencia se basan en las propiedades del platino y


otros materiales como el cobre o el tungsteno cuya resistencia a la
electricidad varía dependiendo de la temperatura a la que están expuestos.
• Los termómetros de resistencia están hechos generalmente de platino,
pues es el que mejor funciona para relacionar variación de resistencia
eléctrica y temperatura. Se utilizan solo en industrias ya que son costosos y
la medición que hacen es muy lenta, aunque permiten detectar variaciones
sutiles hasta temperaturas de más de 3.500 °C, por lo que son muy útiles
para saber, por ejemplo, la temperatura dentro de hornos industriales.
Termopar

• Los termómetros de par térmico o termopar son instrumentos muy útiles


especialmente en el ámbito de los laboratorios, pues ofrecen medidas muy rápidas
(menos de 5 segundos) y de forma muy precisa. Consisten en un instrumento con
dos hilos de metal que se unen por sus extremos. En el punto donde se juntan es
donde se entra en contacto con el objeto cuya temperatura se quiere medir.
• Cuando esto sucede, los extremos de estos metales se calientan, lo que se traduce en
un cambio en la resistencia eléctrica proporcional a la temperatura del cuerpo que se
está midiendo. Si bien no están destinados a captar la temperatura corporal, sí que
pueden utilizarse en el ámbito doméstico, pues no son muy costosos y permiten
saber de forma rápida la temperatura de objetos inanimados.
Pirómetros

• Los pirómetros son todos aquellos termómetros destinados a medir de


forma más o menos precisa la temperatura de cuerpos que están a más
de 2.000 °C, por lo que son útiles en industrias donde se realizan
fundiciones y otros procesos donde se tenga que llegar a temperaturas
muy altas para garantizar su correcto funcionamiento.
• En este sentido, se pueden utilizar los anteriormente mencionados
termómetros infrarrojos, aunque también hay otros basados en las
propiedades ópticas de los objetos o en el fenómeno fotoeléctrico
(liberación de electrones desde un material cuando sobre ellos incide
radiación térmica).
Termómetro de bulbo húmedo

• El termómetro de bulbo húmedo es muy útil ya que, además de


medir la temperatura, tiene en cuenta el papel que juega la
humedad en la experimentación de las misma. Es decir, permiten
conocer cuál es la verdadera “sensación térmica”.
• La punta de medición de temperatura de este instrumento está
recubierta por un material textil que se empapa por capilaridad en
función de la humedad en el exterior. Tomando la medida que se da
cuando está mojado y la que se obtiene antes de poner el material
textil, se puede determinar cuál es la verdadera sensación térmica.

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