LA VIDA COTIDIANA…

• Debe ser reconocida como un concepto sociológico y antropológico que

acompaña en los procesos a los actores que intervienen en educación.
• Por ser un concepto con forma y fondo, requiere ser conocida y comprendida
con toda claridad para que sea aplicada a la NEM de manera constante y
permanente.
• Puede ser concebida como las acciones que hacemos juntas las personas que
vivimos en una comunidad y las situaciones específicas como las hacemos.
• Tiene un propósito ordenador y de representación social que permite encaminar
los esfuerzos educativos hacia un crecimiento y desarrollo social en diferentes
tiempos, ritmos y espacios, según se ubiquen sus contextos.
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El estudio de la vida cotidiana se sirve de la otredad, de la identidad y de la comunicación

para su acción social transformadora.

Otredad es un trabajo de análisis y pensamiento crítico que nos obliga a percibirnos y

representarnos como una individualidad y comunidad con rasgos identitarios comunes que nos
hacen únicos, lo mismo que a los otros, y que por esta misma condición nos permite
relacionarnos desde lo que nos hace común.

La comunicación como concepto implica reconocer, a su vez, otros dos conceptos:

pensamiento y lenguaje las cuales son habilidades simbólicas que, combinadas, los humanos
usamos cotidianamente para configurar grupos en nuestras relaciones.

La comunicación en nuestra especie nos humaniza, y ello se logra por medio del desarrollo
de estas dos habilidades y de los vínculos que con otros podamos tener. Es muy importante
desarrollar habilidades comunicativas y lingüísticas en el acercamiento y la construcción de la
vida cotidiana en los contextos de educación.
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La vida cotidiana depende de dos factores que implican intersubjetividades

entre los actores que intervienen en sus análisis y concepciones: la
percepción y la interpretación de los entornos en que vivimos.

La percepción es producto de formas y habilidades individuales de procesar la

información.

La interpretación es el complemento necesario que acompaña a la percepción

y debe evitarse caer en posturas maniqueas que implican un sesgo importante
entre lo que es real y lo que no lo es.
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Como la observación de la vida cotidiana depende de la percepción y la

interpretación, entonces es necesario mantener diálogos permanentes que se
sirvan de la comunicación, los lenguajes y los pensamientos, con colegas, amigos,
compañeros y estudiantes para afinar la perspectiva correcta y adecuada que se
pretende difundir en los grupos para construir escenarios propositivos que
coadyuven al buen desempeño del trabajo docente en el aula.
La vida cotidiana se presenta entonces frente a proyectos educativos como el
escenario que sirve como referente para ubicar y entender la realidad social.
Es el punto de partida para contextualizar los propios discursos en el aula con
la posibilidad de ser reproducidos de manera crítica por estudiantes y compañeros
de trabajo, incluso por los padres de familia que también cuentan en los procesos
educativos de hoy.
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La vida cotidiana es un proceso dialéctico en donde se trabajan tres dimensiones

distintas y complementarias:

• Construcción. Los sentidos sociales ya están previamente dados.

• Deconstrucción. Se distinguen, se analizan las contradicciones del discurso

desde una lectura crítica, para fragmentar y comprender el fenómeno

• Reconstrucción. Hace posible diseñar nuevamente los sentidos sociales, de

manera innovadora y acorde con las necesidades de los contextos que
intervienen a la comunidad y a la educación por igual.

Para la construcción de sentidos en nuestro proyecto educativo es fundamental

fomentar las miradas de glocalización, una combinación entre lo que sucede en lo
inmediato y lo que acontece en el mundo globalizado.