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Derecho Procesal Civil I

CAPITULO XV

FORMAS PROCESALES
FORMAS PROCESALES. CONCEPTO:

La ley requiere un hecho exterior que materialice lo


que está contenido en la voluntad y desde este punto
de vista, todos los actos tienen una forma.
En ciertos casos ella se halla impuesta por la ley como
condición para su existencia (ad solemnitatem), en
otros para su prueba (ad probationem), y en algunos
queda librada al arbitrio de quien ejecuta el acto.
El C. Civil preceptúa: "En la celebración de los actos
jurídicos deberán observarse las solemnidades
prescriptas por la ley. A falta de regla especial, las
partes podrán emplear las formas que estimen
convenientes" (Art. 302 CC).
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FORMAS PROCESALES. CONCEPTO:

Las formas se hallan establecidas por la ley. Pero, la


misma ley, a veces, permite que sea el órgano
jurisdiccional el que las establezca en algunos supuestos,
v.g.: cuando faculta al juez para fijar plazos procesales
(Art. 146 CPC).
La forma como modo de expresión de la voluntad, del
contenido del acto, tiene en el Derecho procesal una
importancia radical, porque mediante su cumplimiento se
obtiene la vigencia del debido proceso.
Las partes no pueden apartarse de las formas de los
actos procesales, salvo que exista una disposición legal
que así lo disponga, o que hayan sido establecidas sólo
en su interés.

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FORMAS PROCESALES. 2. FINALIDAD

Las formas, al igual que el proceso, no tienen un fin en


sí mismas. Ellas han sido concebidas para servir un
valor, un ideal: la Justicia.
Siendo así, debe evitarse el mal uso que a veces se hace
de ellas; como dice CHIOVENDA, frecuentemente con
espíritu incierto y formalista derivado de la mediocre
cultura y elevación de las personas llamadas a utilizarlas.
En razón de que las formas procesales no constituyen
un fin en sí mismas, el sistema de nulidades procesales
que el Código Procesal Civil establece, está dirigido,
precisamente, no a asegurar la observancia de las
formas, sino el cumplimiento de los fines específicos a
ellas confiados por la ley.

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FORMAS PROCESALES. 2. FINALIDAD

En este orden de ideas, se considera que no


importa la desviación de la forma si mediante
otra forma distinta se ha logrado el fin del acto.
Así mismo, se entiende que salvo el caso
expresamente previsto en la ley, el acto debe
realizarse de la manera más adecuada para
alcanzar su fin.
Esto significa que si bien rige el Principio de
legalidad de las formas que impone el
legislador, igualmente se proclama el Principio
de libertad de las mismas, lo cual supone poder
optar por la más adecuada al fin del acto.
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3. SISTEMAS

Se conocen tres sistemas de regulación de


las formas procesales. Ellos son:
3.1. Sistema de regulación legal
Es conocido también con la denominación
de sistema de legalidad, pues en su virtud
las formas procesales se encuentran
establecidas en la ley.

6
3. SISTEMAS

3.2. Sistema de regulación judicial


Este sistema denominado, a su vez, de la soberanía del juez,
rige cuando las formas son establecidas por el órgano
jurisdiccional (juez o árbitro), por ejemplo:
Las facultades ordenatorias e instructorias (Art. 18 CPC);
ordenar la apertura a prueba en los incidentes y en las
excepciones (Arts. 186 y 229 CPC); fijar el término
ordinario de prueba dentro del plazo máximo de cuarenta
días (Arts. 253 CPC) y el extraordinario (Art. 255 CPC);
disponer diligencias de prueba (Arts. 337,350,362,367,371,
etc., CPC); eximir de costas al vencido (Art. 193, ler. p.
CPC); habilitar días feriados y horas inhábiles cuando los
asuntos de su competencia así lo requieran (Art. 196, 2° p.,
COJ); disponer notificaciones por cédula (Art. 133, inc. 11)
CPC); etc .. 7
3. SISTEMAS
3.3. Sistema de regulación convencional
El Código Procesal Civil dispone que las partes no puedan darse un
procedimiento especial, distinto al legal, para sustanciar
judicialmente el proceso en que intervengan, pero pueden renunciar a
trámites o diligencias particulares, establecidos en su interés
exclusivo (Art. 104 CPC) (Libertad de formas).
Este sistema es el menos frecuente, pudiendo citarse como ejemplos:
la facultad de las partes para prorrogar la jurisdicción territorial (Art. 3, 2a. p.
CPC);
la posibilidad de las personas físicas de comparecer en juicio personalmente o por
medio de representante convencional (Art. 87 COJ);
pedir que la causa se falle sin abrirse a prueba, declarando la cuestión de puro
derecho (Art. 245 CPC);
ponerse de acuerdo en la designación de peritos (Art. 346, inc. a) lª. p. CPC);
recusar a los jueces (Arts. 24 y sgtes. CPC);
interponer recursos (Arts. 386 Y sgtes. CPC);
someter sus controversias a la decisión de jueces árbitros o arbitradores, sea que
dichas controversias hayan sido o no deducidas en juicio, y cualquiera sea el
estado de éste (Art. 48 COJ); etc.
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3.3. Sistema de regulación convencional

La regulación de las formas procesales no queda reducida a


la esfera exclusiva del legislador, del juez o de las partes.
Cuando media acuerdo de partes y no se lesiona el
interés público, la regulación legal y la judicial de las
formas procesales ceden ante la regulación convencional,
en razón de que la intervención del Estado en la
composición de la litis es subsidiaria, hallándose
subordinada a que las mencionadas condiciones no se
cumplan, vale decir, acuerdo de partes y no lesión del
interés público.
Lo que no debe olvidarse, es que la ordenada regulación de
las formas procesales constituye una manera de garantizar el
adecuado cumplimiento de los fines del proceso.

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4. ORALIDAD Y ESCRITURA

En relación a los modos de expresión, la


forma de los actos procesales está
determinada por los principios de oralidad
o escritura que predominen en cada
proceso.
Nuestro proceso es predominantemente
escrito, incluso los actos orales deben
quedar documentados por escrito,
generalmente mediante actas que quedan
agregadas al expediente.
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5. PUBLICIDAD Y SECRETO

En nuestro Derecho procesal el sistema es el de la


publicidad del proceso.
Esto significa que se admite y permite el conocimiento
de la actividad procesal de los sujetos del proceso, el
juez y las partes, sin más límite que el que determina
la estructura del proceso escrito, el buen orden en las
audiencias y el decoro con que deben cumplirse
ciertas actuaciones procesales cuya publicidad
pudiera afectar la intimidad o la dignidad de las
personas.
Se puede afirmar que en la actualidad no tiene vigencia el
tipo procesal secreto.
La cuestión ahora sólo pasa por lograr un justo equilibrio
entre el carácter público del proceso y la publicidad.
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5. PUBLICIDAD Y SECRETO

Siendo así, cualquier persona puede asistir a las audiencias,


examinar en las secretarías de los juzgados y tribunales los
expedientes, salvo que exista alguna expresa restricción
legal o judicial. En este sentido el Código de Organización
Judicial establece que los secretarios deben "guardar la
absoluta reserva de las actuaciones cuando lo requiera la
naturaleza de las mismas o sea ordenada por los jueces o
tribunales" (Art. 186 COJ).
La norma del Código de Organización Judicial que dispone
como "obligación" de los secretarios "dar conocimiento de los
expedientes o procesos archivados en sus oficinas a las
personas que, teniendo interés legítimo lo solicitaren", no
impedirá la publicidad que deben tener los procesos
judiciales conforme al carácter público que ostentan.

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6. ESCRITOS JUDICIALES

El lenguaje que de ordinario se utiliza en el


proceso civil es el escrito. El escrito, dice
COUTURE, es el documento, la pieza que
contiene los signos gráficos de expresión de la
voluntad jurídica.
Los escritos judiciales -señala el autor
mencionado- son el medio de comunicación de
los litigantes con el juez o tribunal, constituido
por documentos, en los cuales las partes
consignan sus proposiciones de hecho o de
derecho y solicitan lo que consideran
correspondiente a su pretensión.
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6. ESCRITOS JUDICIALES

La norma procesal establece que los escritos podrán ser


mecanografiados o manuscritos en tinta obscura e
indeleble, debiendo ser firmados por las personas que en
ellos intervienen (Art. 106, 1 a p. CPC).
Aunque la ley no lo diga, los escritos pueden redactarse
utilizando otros medios puestos por la tecnología al
alcance del hombre, v.g.: Las computadoras que, son
utilizados por los órganos de la jurisdicción como por los
profesionales y los demás intervinientes en los procesos
de una manera general.
Los escritos deben comenzar por una suma, es decir, una
resumida mención del objeto, de lo que se pide al
magistrado, v.g.: Objeto: Interponer recurso de
apelación.
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6. ESCRITOS JUDICIALES

Luego, hay que hacer la invocación al juez o


tribunal al que se dirige, v.g.: Señor Juez de la
Instancia en lo Civil y Comercial del 5° turno.
Después, debe mencionar el nombre de quien
comparece, así como el respectivo expediente en
el que va a ser agregado. Luego, generalmente, lo
que se pide o pretende.
Otras indicaciones peculiares deberá contener si
se trata de los escritos de constitución de la causa
(demanda y contestación), los que se vieron al
analizar estos temas en el Capítulo XII
(requisitos de la demanda – Art. 215 del CPC)
15
6. ESCRITOS JUDICIALES
Deberá redactarse en idioma castellano
Únicamente podrán agregarse a los autos documentos redactados en lengua
extranjera, cuando fueren vertidos al castellano por traductor público (Art.
105 CPC).
El juez o tribunal puede, en el caso de tener dudas sobre la autenticidad de la
firma, ordenar su ratificación, en uso de sus facultades ordenatorias.
También puede rechazar los escritos que no correspondan o los que se
presenten vencidos de plazos.
Así como mandar testar en los escritos presentados las palabras o frases
ofensivas o in decorosas (Art. 17 CPC).
Con los escritos se deben, a veces pueden, acompañar documentos, los
cuales podrán ser originales o fotocopias. En este último caso con
certificación de autenticidad puesta por el escribano público o por el
actuario, salvo que el juez disponga la agregación del original.
La norma procesal también dispone que tanto de los escritos como de los
documentos acompañados que deban darse traslado, deberán acompañarse
tantas copias firmadas como partes intervengan. Esas copias serán
entregadas a las mismas al notificárseles la providencia que recaiga (Art.
107, 1ª y 2ª p. CPC).
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6.1. Cargo

6. Al escrito presentado se le debe poner el cargo,


que consiste en la constancia firmada que el
funcionario judicial competente estampa al pie de
los escritos presentados en su oficina dejando
consignados la fecha, la hora, la persona que los
suscribe o remite y los recaudo s acompañados.
Las partes tienen la facultad de solicitar un
recibo, que consiste en una copia del escrito
presentado a la que, también, se le pone el cargo,
dejándose, en su caso, constancia de los
documentos acompañados.

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6.2. Actas

El acta es la pieza escrita, dispuesta por la ley o por


el órgano jurisdiccional, donde se deja constancia de
la actividad realizada mediante el relato de la misma.
Dicho relato debe ser lo más fiel y circunstanciado
posible, reproduciendo todo lo expresado o acaecido.
En las actas se recogen y asientan las expresiones
orales vertidas en las audiencias.
Además de las audiencias, también se levantan actas
de las diligencias procesales, tales como
reconocimientos judiciales, inspecciones,
comprobaciones, etc.

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6.2. Actas

El acta debe estar suscripta por el funcionario competente


según sea el caso, v.g.: el acta de una audiencia será suscripta
por el juez, cuya firma irá refrendada por la del secretario;
además, podrán suscribirla todas las demás personas que
intervinieron en el acto y que deseen hacerlo. El acta de la
notificación por cédula deberá ser redactada y firmada por el
ujier notificador.
La constancia de la notificación personal -que no es un acta
deberá estar suscripta por el actuario o el oficial de secretaría.
El acta que labra el oficial de Justicia comisionado para
efectuar alguna diligencia (embargo, desahucio) deberá estar
firmada por él.
Ciertas resoluciones judiciales, como las providencias y autos
interlocutorios pueden ser dictadas en una audiencia, en cuyo
caso integran el acta.
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6.3. Copias

La copia es la reproducción fiel de un documento original


La norma procesal dispone que de todo escrito de que
deba darse traslado, de sus contestaciones y de los
documentos con ellos agregados, deberán acompañarse
tantas copias firmadas como partes intervengan (Art. 107,
1 a p. CPC).
La regla que establece la norma se funda en los Principios
de lealtad y buena fe y constituye un arbitrio destinado a
facilitar el ejercicio de la defensa en juicio.
Las copias deben ser iguales al texto original de los
escritos o documentos a los cuales corresponden,
debiendo acompañarse un número equivalente al de las
personas que actúan en calidad de parte contraria, salvo
que intervengan bajo una representación común.
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6.3. Copias

Las copias pueden ser manuscritas, mecanografiadas,


fotocopiadas o de cualquier otra forma, siempre que
reproduzcan fielmente el original.
Las copias deben estar firmadas, siendo suficiente que
lo sean una sola vez y no en cada una de las fojas.
Podrán ser firmadas, de manera indistinta por las partes
o sus representantes, apoderados o patrocinantes.
Las copias deben entregarse al destinatario al
notificársele la resolución que recaiga.
Si así no fuere, la parte interesada deberá denunciar al
juzgado, pidiendo la interrupción del plazo para
contestar el traslado.

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6.3. Copias
La no presentación de las copias, luego de la intimación
y el apercibimiento hechos de oficio por el juez o a
pedido de parte, dentro del plazo de tercero día, hará
que el escrito o el documento, en su caso, se tenga por
no presentado.
El Código Procesal Civil estatuye, entre los deberes de
los secretarios: "dejar constancia de los escritos
cuando éstos fueren presentados fuera de plazo o sin
copias, si éstas son exigidas por la ley" (Art. 37, inc. b)
CPC).
En relación a los escritos presentados fuera del plazo,
vale decir, ex temporariamente, no serán admitidos
dispone el Art. 150 del CPC, que por ser posterior
prevalece sobre la mencionada norma del COJ.
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7. IDIOMA

Las actuaciones judiciales deben ser redactadas en idioma español


(castellano), dispone la norma procesal (Art. 105 CPC) en
concordancia con la Constitución que establece: «El Paraguay es
un país pluricultural y bilingüe. Son idiomas oficiales el
castellano y el guaraní. La ley establecerá las modalidades de
utilización de uno y otro. Las lenguas indígenas, y las de otras
minorías forman parte del patrimonio cultural de la Nación» (Art.
140 CN).
Las actuaciones realizadas en el proceso tienen carácter de
instrumentos públicos de acuerdo con el Art. 375, incs. b) y c) del
C. Civil. Como tales deben redactarse en castellano, conforme a
lo dispuesto en el Art. 390, la. p., del C. Civil.
Los instrumentos públicos o privados otorgados en otro idioma
que no sea el castellano para su agregación a los autos deben estar
debidamente traducidos por traductor público matriculado (Art.
173 COJ).
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7. IDIOMA

Cuando la persona que deba declarar no conozca el


idioma castellano y no sepa expresarse en guaraní, se
deberán utilizar los servicios de un traductor público.
Así también, será necesario un intérprete, cuando sea un
lenguaje especializado, v.g.: sordomudos, sordos o
mudos.
En dichos supuestos, el intérprete o el traductor deberán
contar con título habilitante y estar matriculados. El
Código de Organización Judicial dispone: "Actuarán
como traductores e intérpretes en los juicios las
personas que se inscriban en la matrícula respectiva,
habilitada por la Corte Suprema de Justicia, la que
determinará los requisitos de su inscripción" (Art. 173
COJ).
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8. FIRMA

Un requisito de fundamental importancia es la firma. El C. Civil


declara -refiriéndose a los instrumentos privados- que "será
indispensable para su validez, sin que pueda ser substituida
por signos, ni por iníciales de los nombres o apellidos" (Art.
399 CC).
La firma se define como el trazado gráfico que contiene
habitualmente el nombre, apellido y rúbrica de una persona, con
el cual se suscriben los documentos para darles autoría y
obligarse a lo que en ellos se dice.
Siendo así, el escrito carente de firma será un acto jurídicamente
inexistente y ajeno, como tal, a cualquier posibilidad de
convalidación posterior.
El C. Civil dispone: "Toda persona tiene derecho a suscribir con
su nombre sus actos públicos y privados, en la forma que
acostumbre a usarlo. También tiene derecho a adoptar la firma
que prefiera" (Art. 43 CC).
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8. FIRMA

En relación a la firma de letrado, la norma procesal establece que se


tendrá por no presentado y se devolverá al interesado, sin más
trámite ni recurso, todo escrito que debiendo llevar firma no la
tuviere (Art. 59 CPC).
En cuanto al reconocimiento de documentos suscriptos con iníciales
o signos, el C. Civil establece: "Ninguna persona que hubiere
suscrito con iníciales o signos un instrumento privado podrá ser
obligada a reconocerlos como su firma, podrá, empero,
reconocerlos voluntariamente, y en tal caso, las iníciales o signos
valdrán como su verdadera firma" (Art. 405 CC).
La firma a ruego es la que a pedido de quien no sabe o no puede
firmar, pone un tercero, con su nombre y grafía propios, obligando
con ello al solicitante, siempre que el secretario certifique que el
firmante - cuyo nombre expresaría sido autorizado para ello en su
presencia o que la autorización ha sido ratificada por el interesado.

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8. FIRMA

El Código de Organización Judicial se refiere a la


impresión digital, la cual establece es "sin
perjuicio de la firma a ruego".
En efecto, dispone: "Si los otorgantes no supieren
firmar, o se hallaren impedidos de hacerlo, deberán
estampar su impresión digital, preferentemente la del
pulgar derecho, en el lugar destinado a la firma, sin
perjuicio de la firma a ruego que establece el Código
Civil. Si existiera impedimento absoluto para poner la
impresión digital el Notario deberá consignarlo en el
cuerpo de la escritura"(Art. 144 COJ).

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9. LUGAR DE LOS ACTOS PROCESALES

La regla general es que los actos procesales deben realizarse en el


lugar donde funciona el órgano jurisdiccional y en el territorio
dentro del cual éste es competente.
En principio se llevan a cabo en la sede del juzgado o tribunal,
dependiendo de los sujetos que los realizan y la clase de acto que
se ejecuta. Las excepciones a la regla se hallan determinadas en la
ley procesal, v. g.: la realización de la declaración del testigo ante
el juez de su domicilio, el reconocimiento judicial de lugares o
cosas fuera de la sede del tribunal, etc.
En la sede del juzgado o tribunal se dictan las resoluciones y se
efectúan las demás actuaciones del proceso.
Para que un acto pueda cumplirse fuera de la sede del órgano
judicial es necesario que así lo imponga la naturaleza del acto o
una norma expresa del derecho positivo. De no ser así habría una
irregularidad procesal que podría originar una nulidad.
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9. LUGAR DE LOS ACTOS PROCESALES

Cabe señalar que cuando el acto procesal debe cumplirse


en otra circunscripción judicial de la República o en el
extranjero, debe encomendarse por oficio o exhorto su
producción al órgano judicial competente del lugar de
realización del acto.
En el campo internacional si el acto procesal es cometido
a un tribunal extranjero, al cual se solicita cooperación
judicial, la situación, de ordinario, se encuentra regulada
por el Derecho Internacional Privado conforme a los
Tratados suscriptos y ratificados por los países.
La constancia documental de la realización del acto
procesal cumplido fuera de la sede judicial debe
incorporarse al expediente.

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10. AUDIENCIAS

La audiencia es el acto mediante el cual el juez o tribu­nal


escucha las declaraciones de las partes, testigos, peritos,
etc., en el proceso.
El vocablo audiencia proviene del latín «audio» que
significa oír, escuchar.
La audiencia tiene la importancia de poner en vigencia el
Principio de inmediación, en virtud del cual el juez se
pone en contacto directo con las partes, los testigos,
peritos, etc., a fin de tener una impresión directa y de
primera mano de la cuestión ventilada en el juicio.
Con ello existe una mayor probabilidad de que se dicte
una decisión justa.

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10. AUDIENCIAS

El Código como regla establece, a su vez, el Principio de


concentración de las audiencias (Art. 15, inc. f) 1. CPC),
a fin de que las mismas en cada proceso se realicen en lo
posible en un solo día y de no poder ser de este modo, en
días consecutivos.
Fundado en elementales razones de economía y celeridad
procesales, dispone también que si por cualquier
impedimento el juez que fijó la audiencia no puede
llevarla a cabo, la realizará el ese mismo día en otra hora
que se habilitará u ese efecto.
Si ello no fuera posible, V.g.: por ausencia del juez, el
secretario debe llevar el expediente al juez que le sigue en
orden de turno, a fin de que éste practique la diligencia
ordenada (Art. 155 CPC).
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Audiencias. 10.1. Reglas

La norma procesal (Art. 153 CPC) establece las reglas generales a las
que deben ajustarse las audiencias.
10.1.1. Presencia del juez: La presencia del juez, o trotándose de un
tribunal la del presidente de éste, o el miembro que él designe,
constituye una garantía para su normal desarrollo y la seriedad de la
que debe estar investido el acto. Las audiencias llevadas a cabo sin
este requisito, en las secretarías y por ante el secretario u otro
funcionario de secretaría, pueden impugnarse por nulidad.
10.1.2. Publicidad: La publicidad en el proceso constituye una de las
mayores garantías para una buena administración de justicia, porque
permite el control del público sobre el desempeño de los jueces.
El pueblo tiene el derecho de saber cómo los jueces resuelven los
aspectos más valiosos de la vida: el honor, la propiedad y la libertad.
La excepción a la regla tiene aplicación, generalmente, en las
cuestiones de familia, v.g.: divorcio, nulidad de matrimonio,
filiación, insania, etc., estando su apreciación librada al criterio
judicial.
32
Audiencias. 10.1. Reglas

10.1.3. Plazo: El plazo de anticipación con que han de ser se­


ñaladas las audiencias debe ser razonable. En nuestro Derecho,
procesal no debe ser menor de tres días, salvo resolución
fundada en la que, por motivos especiales, se abrevie dicho
plazo.
10.1.4. Asistencia: Las audiencias deben llevarse a cabo con
cualquiera de las partes que concurran, en razón de que ni la
contraparte ni la Justicia deben cargar con la negligencia o el
desinterés de la contraria, debiendo el proceso seguir su curso.
10.1.5. Inicio: La puntualidad a todos beneficia y debe ser la
regla. Los citados a las audiencias no tienen por qué soportar
largas esperas. En el proceso civil tienen el deber de esperar no
más de treinta minutos. Dicha tolerancia horaria está dada en
beneficio exclusivo del juez o tribunal.

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Audiencias. 10.1. Reglas

10.1.6. Acta: Las declaraciones verbales producidas en


las audiencias, como regla general, deben constar en el
acta correspondiente.
El acta deberá reproducir lo ocurrido en el acto y lo
expresado por las partes o los terceros intervinientes. La
redacción del acta estará a cargo del secretario del
juzgado o tribunal, debiendo ser firmada por el juez o
miembro del tribunal, en su caso, el secretario y los
comparecientes que quisieren hacerlo.
El secretario hará constar también en el acta todo lo que
se agregue y rectifique y la circunstancia, cuando oculta,
de que alguien no haya querido o podido firmar.

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11. EXPEDIENTE JUDICIAL

Se entiende por expediente el legajo de actuaciones o


piezas escritas que registran los actos procesales
realizados en un juicio, ordenadas cronológicamente y
foliadas en forma de libro y provistas de una carátula
destinada a su individualización.
En el lenguaje forense se utiliza, también, el vocablo
expediente como sinónimo de proceso, juicio, litigio.
Los actos del proceso quedan documentados en el
expediente: los escritos de las partes, las resoluciones del
juez, las actuaciones de los auxiliares, terceros y
secretarios, todo en un solo cuerpo, que puede tener
varios tomos de acuerdo a la cantidad de fojas, debiendo
tener foliatura seguida.

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11. EXPEDIENTE JUDICIAL

Su custodia y responsabilidad corresponden al secretario, de acuerdo


con el Código de Organización Judicial, que dispone:
"Los secretarios son los jefes de sus respectivas oficinas y tienen
las siguientes obligaciones: ... k) custodiar el sello de los juzgados
y tribunales, así como los documentos y expediente que tuvieren
a su cargo siendo responsables de su pérdida, uso indebido,
mutilación o deterioro"(Art. 186, inc k) COJ).
El libre acceso al expediente es un derecho que le corresponde no
sólo a las partes sino a cualquier persona, porque ello interesa a la
buena marcha de la Justicia y porque el juicio no es secreto sino
público.
Siendo así, los ciudadanos deben poder acceder a las actuaciones de
un proceso siempre que se realice en la secretaría y en presencia del
funcionario judicial responsable. En un proceso casi totalmente
escrito como es el nuestro, es una manera de que el pueblo pueda
controlar la actuación de sus jueces.
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11. EXPEDIENTE JUDICIAL

Así como es posible la agregación de unos expedientes a otros


(acumulación, juicio universal, expedientes solicitados como
prueba, etc.) puede ocurrir también que deban ser separados,
procediéndose a su segregación del expediente principal, sea
porque la agregación ha cumplido su fin o por cualquier otra
razón que deberá determinar el juez o tribunal.
También puede ocurrir el desglose de documentos, debiendo
en este caso dejarse constancia escrita y firmada.
No obstante, la regla general, sobre todo en los asuntos
contenciosos, es que los documentos deben quedar agregados
al expediente, particularmente aquéllos presentados como
prueba.
Por ésta razón se permite agregar una fotocopia certificada del
original.

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11.1. Retiro del expediente

El retiro del expediente en algunos casos, y


su exhibición en todos los casos, resultan
imprescindibles para el ejercicio de la
defensa en juicio.
La disposición procesal señala los casos en
que el expediente puede ser retirado de la
secretaría del juzgado o tribunal donde se
halla en custodia.
Esos casos son los siguientes:

38
11.1. Retiro del expediente

11.1.1. Para alegar: A cuyo efecto, una vez agregados los


cuadernos de prueba al expediente, el secretario lo entregará
a los letrados, por su orden y por el plazo de seis días a cada
uno, sin necesidad de petición escrita y bajo su
responsabilidad, para que presenten, si lo creyeren
conveniente, un escrito alegando sobre el mérito de la
prueba.
El solo transcurso del tiempo sin que la parte que retiró el
expediente lo haya devuelto, le hará perder el derecho de
alegar, sin necesidad de intimación, porque se trata de un
plazo perentorio e individual y una carga (imperativo de su
propio interés) cuyo incumplimiento en tiempo y forma trae
aparejada, como consecuencia en forma automática, la
pérdida del derecho.
39
11.1. Retiro del expediente

11.1.2. Para fundar y contestar recursos:


Las mismas consideraciones expresadas
precedentemente son de entera aplicación en el
supuesto referido a la facultad de la parte de
retirar el expe­diente cuando se trata de fundar y
contestar los recursos de apelación y nulidad.
11.1.3. Para realizar ciertos actos procesales:
Cuando la producción de ciertos actos procesales
que por razones de complejidad u otros motivos
valederos, justifiquen que sean retirados de la
secretaría.
40
11.1. Retiro del expediente

11.1.4. Por orden judicial:


Los jueces o tribunales, cuando a su criterio pueda corresponder por
otros motivos o razones, están facultados para ordenar, por
resolución fundada, la entrega en préstamo de los expedientes.
En todos los casos en que la ley no tenga previsto un plazo
determinado, el juez deberá fijar el plazo de devolución, de acuerdo
con la importancia y complejidad de la diligencia.
La entrega del expediente en préstamo debe hacerse bajo recibo
extendido en el libro correspondiente, donde deberá constar: la fecha
del retiro; datos personales del que retira (nombre y apellido,
profesión, domicilio y número de cédula de identidad);
individualización del expediente (carátula, juzgado o tribunal,
secretaría, número de fojas) y firma de la persona autorizada por la
ley para efectuar el retiro.
Acerca de las normas que deben observar los actuarios en la
formación de los expedientes y en la tramitación de los mismos,
consúltese la Acordada N° 9 del 28 de diciembre de 1934. 41
11.2. Reconstitución. Reglas

La norma procesal regula el procedimiento de reconstitución del expediente,


cuya pérdida ha quedado constatada. Los pasos a seguir son:
11.2.1. el nuevo expediente se iniciará con la providencia del juez que
disponga la reconstitución;
11.2.2. el juez intimará a las partes para que dentro del plazo de cinco días
presenten las copias de los escritos, documentos y diligencias que se
encontraren en su poder. De ellas se darán vista en las partes, por el mismo
plazo, a fin de que se expidan acerca de su autenticidad;
11.2.3. el secretario agregará copia de todas las resoluciones
correspondientes al expediente perdido, destruido o desaparecido que obren
en los libros del juzgado o tribunal. El juez ordenará, la agregación de copias
de los actos y diligencias que obraran en las oficinas o archivos públicos; y
11.2.4. el juez podrá disponer, sin sustanciación ni recurso alguno, las
medidas que considerara necesarias (Art. 120 CPC).
Los expedientes finiquitados o excepcionalmente paralizados por algún
motivo especial, deben quedar archivados por resolución judicial que así lo
disponga.

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12. DOMICILIO

El Derecho civil distingue tres clases


de domicilio:
el domicilio real,
el domicilio legal y
el domicilio especial.
A éstos hay que agregar otro que
proviene del Derecho procesal y se
denomina domicilio procesal o "ad
litem". 43
El domicilio real

12.1. Domicilio real


El C. Civil define el domicilio real de las personas como el lugar
donde se tiene establecido el asiento principal de su residencia o
de sus negocios (Art. 52 CC).
El domicilio real debe ser denunciado por quien interviene en el
proceso en nombre propio o en representación de otro, además de
constituir el domicilio procesal. Adviértase que el domicilio real
se denuncia y el domicilio procesal se constituye.
Algunas normas relativas al domicilio que son de interés y que se
hallan en el C. Civil, disponen:
En el caso de habitación alternativa en diferentes lugares, el
domicilio es el lugar donde se tenga la familia, o el principal
establecimiento. Si una persona tiene establecida su familia en un
lugar y sus negocios en otro, el primero es el lugar de su
domicilio (Art. 55 CC).
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El domicilio real

La residencia involuntaria en otro lugar no altera el domicilio


anterior, si se conserva allí la familia o se tiene el asiento principal de
los negocios (Art. 56 CC).
El domicilio real puede cambiarse de un lugar a otro.
Esta facultad no puede ser coartada por contrato, ni por disposición
de última voluntad. El cambio de domicilio se verifica por el hecho
de la traslación de la residencia de un lugar a otro, con ánimo de
permanecer en él (Art. 58 CC).
El último domicilio conocido de una persona es el que prevalece,
cuando no es conocido el nuevo (Art. 59 CC).
El domicilio se conserva por la sola intención de no cambiarla, o de
no adoptar otro, mientras no se haya constituido de hecho una
residencia permanente (Art. 60 CC).
El domicilio legal y el domicilio real determinan la competencia de
las autoridades para el ejercicio de los derechos y cumplimiento de
las obligaciones (Art. 61 CC).
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12.2. Domicilio legal

El C. Civil conceptúa el domicilio legal diciendo que es el lugar


donde la ley presume, sin admitir prueba en contra, que una
persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones (Art. 53 CC).
Los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que
ejerzan sus funciones, no siendo éstas temporarias o periódicas;
los militares en servicio activo, en el lugar donde presten servicio;
los condenados a pena privativa de libertad lo tienen en el
establecimiento donde la estén cumpliendo; los transeúntes o las
personas de ejercicio ambulante, como los que no tuviesen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual;
y los incapaces tienen el domicilio de sus representantes legales
(Art. 53 CC).
La duración del domicilio legal depende del hecho que lo motive.
Para que la residencia cause domicilio, debe ser permanente (Art.
54 CC).
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12.3. Domicilio especial

El C. Civil se refiere al domicilio especial, llamado


también contractual, estableciendo que se podrá elegir en
los actos jurídicos un domicilio especial para
determinados efectos, y ello importará prorrogar la
jurisdicción (Art. 62 CC).
Adviértase que el vocablo "jurisdicción" que emplea el C.
Civil se halla utilizado como sinónimo de competencia,
que es la expresión correcta.
Las tres clases de domicilios mencionados tienen
importantes consecuencias procesales, v.g. deben ser
considerados a los efectos de establecer la competencia,
en el domicilio real deben notificarse determinados actos
procesales, v.g. absolución de posiciones, etc.

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13. DOMICILIO PROCESAL

Diferente a los domicilios mencionados en el


numeral anterior es el domicilio procesal o "ad
litem". El domicilio procesal es el que se
constituye a los efectos del proceso, por y para
éste, teniendo validez exclusivamente para las
actuaciones producidas en dicho proceso.
La ley procesal establece que toda persona que
litigue por su propio derecho, deberá constituir
domicilio dentro del radio urbano de la ciudad o
pueblo que sea asiento del juzgado o tribunal.
Este requisito se cumplirá en la primera
intervención o presentación (Art. 47 CPC).
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13. DOMICILIO PROCESAL

La falta de cumplimiento de la carga de constituir


domicilio procesal en la primera intervención o
presentación, trae aparejada, como consecuencia, la
constitución automática del domicilio en los estrados
judiciales (Art. 48 CPC).
En el procedimiento ante la tercera instancia, si el
tribunal cuya resolución es impugnada fuere de alguna
de las circunscripciones judiciales del interior, el
recurrente deberá constituir domicilio en la capital en el
acto de recurrir y la otra parte dentro del quinto día de
concedido el recurso. La parte que no cumpliere lo
impuesto quedará notificada por ministerio de la ley
(Art. 436 CPC).
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13. DOMICILIO PROCESAL

En el juicio ejecutivo la intimación de pago


importada, así mismo, el requerimiento para que
el deudor dentro del plazo de tres días constituya
domicilio, bajo apercibimiento de tenerlo por
constituido en la secretaría del juzgado (Art. 460,
4° p. CPC).
En la subasta judicial de bienes la carga de
constituir domicilio en el lugar asiento del
juzgado se extiende, también, al comprador del
bien subastado y al comprador en comisión (Arts.
490, ler. p. y 491, 2a p. CPC).

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13.1. Carga procesal

La constitución del domicilio procesal y la comparecencia


en juicio constituyen cargas procesales cuyo
incumplimiento trae como consecuencia la constitución
automática del domicilio en los estrados judiciales (Art. 47
CPC).
No se requiere la intimación previa porque de acuerdo con
la norma mencionada precedentemente, la constitución del
domicilio en la secretaría del juzgado o tribunal se produce
por ministerio de la ley, salvo lo dispuesto en el Art. 68 del
CPC, que se refiere a la resolución que declara la rebeldía
de la parte con domicilio conocido debidamente citada, que
no respondiera al emplazamiento o abandonara el juicio
después de haber comparecido, la cual debe ser previamente
notificada por cédula en el domicilio.
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13.1. Carga procesal

En el domicilio que se tiene constituido en los


estrados judiciales se practicarán las
notificaciones de las resoluciones en forma
automática, de acuerdo con los términos del Art.
131 del CPC.
Resulta contrario al sentido de la ley procesal la
práctica incorrecta de algunos juzgados de
obligar a la contraparte de aquella que omitió la
carga de constituir domicilio, que notifique por
cédula las resoluciones, haciendo pegar las
mismas en 1as paredes o puertas de la secretaría.

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DOMICILIO PROCESAL

13.2. Subsistencia
Los domicilios real y procesal subsisten para todos
los efectos legales, hasta la terminación del juicio,
mientras no se constituya o denuncie otro, en su
caso.
13.3. Cambio
La constitución o denuncia posterior de un domicilio
procesal o real diferente deben ser notificadas por
cédula y, obviamente, deja sin efecto el domicilio
anterior.
Mientras no se produzca la notificación del cambio
de domicilio queda subsistente el anterior.
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DOMICILIO PROCESAL

13.4. Casas o edificios inexistentes o desaparecidos


Una situación particular es la de las casas y edificios
inexistentes, deshabitados o desaparecidos, o cuya
numeración se alterare o suprimiera y no se hubiese
constituido un nuevo domicilio, en cuyo caso, con el
informe del notificador se debe observar lo dispuesto
sobre la constitución del domicilio en la secretaría del
juzgado o tribunal (Art. 54, 2a p. Proyecto Mendonça).
Lo mencionado tiene una indudable importancia práctica,
que consiste en la efectiva solución de estos supuestos en
que entran a tallar la negligencia o mala fe, que no deben
ser óbices para la marcha normal del proceso.

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