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LECCIÓN I

DERECHO PROCESAL CIVIL.


1. DERECHO, SOCIEDAD Y CONFLICTO:

Durante su existencia el ser humano se relaciona con los demás, dentro de un marco de normas de
conducta que posibilita la convivencia en la sociedad.
De este relacionamiento, surgen conflictos de intereses que enfrenta a las personas entre sí,
originándose así el conflicto.

El Estado, cumpliendo sus funciones sanciona normas de conducta de cumplimiento general y


obligatorio (D. objetivo) y establece facultades de las personas (D. subjetivo).
Para que tales normas se tornen efectivas, la sociedad establece el modo, la forma para que se
cumpla y respete el Derecho.
A esto se denomina la tutela jurídica o jurisdiccional efectiva, que consiste en la facultad de recurrir
al órgano jurisdiccional pidiendo tutela de sus derechos vulnerados y que éstas se hagan efectivas
de manera oportuna y satisfactoria.

Tutela judicial efectiva:

constituye un derecho natural y humano.


Contenido: se puede enfocar desde tres estadios del proceso:
a) La libertad de acceso a la justicia,
b) de obtener una sentencia de fondo,
c) que esta sentencia se cumpla.

2. Conflicto de intereses y posibles soluciones:

Métodos para solucionar conflictos:


1. La fuerza del ofendido, como autodefensa (ojo por ojo, diente por diente);
2. La autocomposición, por el cual la ofensa debe ser reparada según una tarifa (un dedo vale
tanto, un brazo vale más)
3. En la evolución de tales sistemas de solución de conflictos, en la actualidad se prohíbe la
justicia por mano propia que sancionada (por el C. Penal) en caso de ser utilizada,
estableciéndose a cambio la Tutela Jurídica, como un fin del Estado, es el caso de la
Heterocomposición..

2.1 Autodefensa

El afectado, por si y por la fuerza, impone a la otra parte la solución del conflicto y la sanción;
Pueden ser:
a. es la legitima defensa (art. 15 CN),
b. el derecho de huelga y paro (art. 98 CN),
c. el derecho de retención (art. 1826 CC),
d. la defensa de la posesión (art. 1941),
e. la guerra (en la esfera del derecho internacional).
En la autodefensa no existe un tercero imparcial (juez o arbitro) a cargo de la solución del conflicto,
sino que la parte más fuerte se impone sobre la parte más débil.
2.2. Autocomposición

consiste en que las partes involucradas en el conflicto por si mismas solucionan la cuestión.
Esto se produce en la transacción, mediante la cual las partes en virtud de concesiones recíprocas
llegan a un acuerdo satisfactorio.
La fuerza es sustituida aquí por el diálogo, la negociación.

2.3. La Heterocomposición:
Se produce cuando el conflicto originado entre las partes se soluciona mediante la actuación de un
tercero imparcial.
Los casos son: la mediación, la conciliación, el arbitraje y el proceso judicial.
El elemento característico de esta forma de solucionar los conflictos es la imparcialidad que debe
tener la persona u órgano encargado de solucionar la controversia.

3. La Mediación:

Se produce por la intervención de un tercero que, por iniciativa propia o de otro, propone posibles
soluciones del conflicto a las partes, a fin de que puedan lograr resolverlo.
El Mediador es un particular, aunque puede ser un funcionario público.
Las partes tienen la libertad de aceptar o rechazar las propuestas de solución que se les hagan.
El acuerdo al que llegan las partes se constituye en un contrato o en una resolución, en el que se
establecen los términos del convenio dando solución al conflicto.

4. La Conciliación:
Es una forma de mediación en virtud del cual un tercero imparcial, en este caso un órgano o
funcionario público, intenta negociar amistosamente la solución del conflicto.
Puede producirse con anterioridad al proceso, tratando de evitarlo, o durante el mismo, con el
objeto de finiquitarlo.
En los juicios laborales, en el juicio de divorcio existe una fase obligatoria de conciliación.

5. El Arbitraje:

Es un modo de solucionar un conflicto mediante la actuación de un tercero imparcial, denominado


árbitro o arbitrador, a cuyo cargo se encuentra la decisión de la controversia, debiendo actuar
conforme a derecho (árbitro) o a la equidad (arbitrador).
El Árbitro es un tercero imparcial, elegido por las partes:
a. Se halla investido por las partes o la ley, de jurisdicción de conocer (entender) y decidir el
conflicto, pero no de ejecutar su decisión.
b. El arbitraje es libre para la parte, y excepcionalmente es legalmente obligatorio (impuesto por la
propia ley)
c. Actualmente es muy utilizado como medio de obtener la solución rápida y eficaz de los conflictos
d. Nuestro país cuenta con el Centro de Conciliación y Arbitraje del Paraguay.
e. El Arbitraje está reglamentado por la ley Nº 1789/02 y la Acordada Nº 428/06 y Nº 463/07.
(Desarrollo – Acta).

6. El Proceso:
Es la principal forma de heterocomposición de los conflictos.
a) El Estado cumple su función jurisdiccional a través de la actuación de un tercero imparcial
denominado Juez, que dirime y pone término al conflicto surgido entre las partes.
b) El Estado, al prohibir la justicia por mano propia, establece un método para resolver los
conflictos y aplicar sanciones
c) El método regulado por la ley para resolver un conflicto de intereses se denomina proceso.
d) La función normativa (dictar leyes) que tiene el Estado se completa con la función
jurisdiccional, que tiene por objeto la conservación del orden jurídico mediante el proceso.
e) El Estado, a través del Poder Judicial, concede a las partes la tutela jurídica por la jurisdicción
ejercida mediante el proceso.

Finalidad

El proceso tiene un doble fin:


- Hacer efectiva la voluntad de la ley (función pública del proceso)
- Satisfacer los legítimos intereses de las partes (función privada del proceso)
En términos filosóficos es posible sostener que tiene una sola finalidad, cual es: el imperio de la
Justicia

7. Legislación y Jurisdicción:

-Por la Legislación el Estado sanciona normas jurídicas generales y abstractas que rigen las
relaciones de las personas, sin referencia específica de determinada situación o individuo
-Por la Jurisdicción el Estado se propone en caso de conflicto hacer efectiva la legislación,
declarando cual es la ley aplicable al caso concreto y disponiendo medidas para su
cumplimiento. Los jueces cuando aplican la norma abstracta al caso concreto cumplen una
actividad jurídica creadora y determinada dentro del marco general de la legislación.

8. El derecho procesal:

8.1. Concepto: es la rama autónoma de la ciencia jurídica que trata de la función jurisdiccional, así
como la naturaleza, los límites, la forma y la extensión de la actividad del órgano jurisdiccional, de
las partes y de los terceros en el proceso.
- Cuando el Derecho sustancial (material) no es cumplido y el afectado peticiona al Estado la tutela
jurisdiccional, surge el Derecho Procesal para la realización práctica del Derecho material violado.
- El tronco del Derecho es uno solo, y ni el derecho material ni el derecho procesal derivan uno del
otro, sino que surgen de un tallo común.
- El Derecho procesal es un derecho autónomo e independiente del Derecho material o sustancial.
Tiene sus propios principios, se rige por normas propias y posee institutos peculiares
- Se dice del Derecho procesal que tiene carácter instrumental porque es el medio, la herramienta
necesaria y útil para hacer efectivos los derechos. Sin el Derecho procesal todos los otros derechos
serían ineficaces.

8.2. Contenido: comprende el estudio de la jurisdicción, de la acción y del proceso, que constituye
la trilogía estructural de la ciencia procesal.

8.3. Carácter: se halla ubicado dentro de la esfera del Derecho Público al tener como objeto el
servicio público de la justicia y la aplicación del Derecho.

8.4 Unidad: El Derecho procesal es un solo.


- Autores como Golschmidt, Rocco y Florian, niegan la unidad entre el Derecho procesal civil y el
Derecho procesal penal, por la diversidad de la materia y de las formas con que desarrollan y
actúan los principios de uno y otro
- Carnelutti sostiene que el Derecho procesal es único, pero que, por razones de estructura y
función, los procesos pueden ser distintos.
En la actualidad se halla de una Teoría General del Proceso, que estudia los principios y conceptos
comunes a todo el proceso

- En lo penal la materia es una pretensión preferentemente del Estado, que se confunde con la
actuación de la voluntad de la Ley.
- En lo civil la materia también es una pretensión, pero en este caso preferentemente del individuo,
que puede o no coincidir con la voluntad de la ley

El proceso. 8.5 Relaciones con otras ramas del derecho:


El Derecho procesal mantiene una estrecha vinculación.

8.5.1. Con el Derecho Constitucional:


Porque regula los principios fundamentales, las garantías individuales y declara la independencia
del Poder Judicial. Crea y regula el mecanismo mediante el cual pueden hacerse efectivas aquellas
garantías.
Por este motivo Couture considera el Derecho procesal como un derecho reglamentario de las
garantías constitucionales.

8.5.2. Con el Derecho administrativo: Porque son de naturaleza administrativa los principios que
regulan la función pública desempeñada por los órganos jurisdiccionales.
• Conforme al Derecho administrativo se regula y delimita la atribución que tiene la Corte Suprema
de Justicia para dictar normas reglamentarias, que se denominan Acordadas o Resoluciones
8.5.3. Con el Derecho civil:
En las normas de derecho civil, generalmente se originan el fundamento y el contenido de la
pretensión procesal y, además se encuentra el criterio al que deberá recurrir el Juez para decidir el
fondo del litigio.

8.5.4. Con el Derecho penal: Este derecho debe recurrir necesariamente al Derecho procesal para
subsanar o corregir la violación del ordenamiento jurídico penal.
 Es sí que solo el Juez puede imponer la sanción penal y únicamente mediante un debido
proceso, institución que tiene jerarquía de garantía constitucional en nuestro derecho.

9. Norma procesal
Es la regla jurídica que contiene las facultades, los poderes, los deberes y las cargas procesales
relativas al Juez y a las partes, y que se vinculan entre sí.
Según SATTA la norma procesal es la norma reguladora del proceso.

9.1. Aplicación de la norma procesal en el espacio (eficacia espacial):

El principio de la territorialidad de la ley es el que rige en relación a las normas procesales. Estas
sólo tienen vigencia en el territorio del Estado que las dictó, siendo aplicables a todos los actos
procesales que se realicen en su ámbito.
Impera en el territorio del país que la dictó, con independencia del lugar donde se constituyó la
relación material o la nacionalidad de las partes.
Los actos en relación a su formas y solemnidades deben juzgarse de acuerdo con la ley del lugar
en que fueron celebrados (locus regim actuum)
9.2. Aplicación de la norma procesal en el tiempo (eficacia temporal):
La Constitución consagra el principio de la irretroactividad de la ley, al establecer: “Ninguna ley
tendrá efecto retroactivo, salvo la que sea más favorable al encausado o condenado” (art. 14)
Un fenómeno que produce la ley derogada es el de su ultractividad, esto es la continuidad de su
eficacia hacía el futuro en relación a situaciones anteriores.
La ley procesal nueva no puede aplicarse a aquellos procesos que a la fecha de su entrada en
vigencia se encuentran finiquitados por sentencia firme
La nueva ley procesal debe aplicarse a los procesos que se inician con posterioridad a su entrada
en vigencia, sin importar el momento en que se constituyeron las relaciones jurídicas sobre las que
ellos versaren.
• El art. 837 del Código procesal Civil (CPC) establece que sus disposiciones se aplicarán a todos
los “juicios pendientes, con excepción de los trámites, diligencias y plazos que hubieren tenido
principio de ejecución o empezado su curso, los cuales se regirán por las normas hasta entonces
vigentes.

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Lección 2
Historia del derecho procesal – Derecho procesal comparado:

1.Introducción: El estudio de las instituciones históricas tiene por finalidad principal la mejor
comprensión de los institutos que se hallan actualmente vigentes.

2. Generalidades: Al observar el desarrollo evolutivo del Derecho procesal, se advierte que el que
nos rige tiene sus raíces remotas en el Derecho romano, en el cual aparece el origen de la mayoría
de las instituciones que conocemos; otras provienen del derecho germano a través de la
integración del proceso romano canónico que se gestó en la Edad Media.
La revolución francesa introdujo importantes modificaciones en este proceso intermedio, tanto en
materia civil como penal, cuyos productos son los códigos franceses del proceso civil de 1.806 y del
proceso penal de 1.808, que constituyeron importantes modelos para los códigos dictados
posteriormente.

ANTIGÜEDAD:
Los egipcios. conocieron instituciones procesales. Contaban con personas encargadas de
administrar justicia y se utilizaban procedimientos en los cuales se practicaban pruebas.
Los hebreos. Tenían un tribunal denominado Sinedrin (junta de personas sentadas) presidido por
el sumo sacerdote, que utilizaba un método oral y público para juzgar los casos que erran llevados
a su conocimiento.
Atenas, conoció la existencia de los fueros civil y criminal. Los magistrados eran elegidos por el
pueblo.

4. El Proceso Romano:
4.1. Generalidades
. El período histórico romano básicamente se divide en dos grandes etapas: el Ordo iudiciarum
privatorum: desde los orígenes hasta el siglo III d.C., que a su vez se divide en el período de la
legis actionis y el período del procedimiento formulario; y la Extraordinaria cognitio: desde el siglo III
hasta el final.

4.2. Ordo iudiciarum privatorum:


- En esta etapa de la historia procesal romana predomina el carácter privado del proceso.
- Rige el principio dispositivo que pone en manos de las partes la suerte del proceso, sometido a
los intereses privados más que a los públicos.
En el orden civil se distinguen dos fases del proceso:
A) In iure: Se hallaba dirigido por el Pretor: en el se propone la fijación de los hechos de la
controversia y se establecen los presupuestos necesarios para el otorgamiento de la tutela jurídica.
B) In iudicio:

4.3. La Extraordinaria cognitio: Esta segunda etapa del proceso romano adviene cuando el
Estado afirma como autoridad ante los particulares. Consiste en un procedimiento oficial dirigido
por funcionarios de carácter público.

5. El Proceso Germano:
El proceso Germano tuvo menos desarrollo que el proceso romano. Era simple y
predominantemente oral, público y formalista.
No existía separación entre el proceso civil y el penal. En el procedimiento ordinario el actor citaba
personalmente al demandado ante el tribunal, fijando día de audiencia de testigos ante la asamblea
popular. En ésta residía el poder jurisdiccional. Era la que pronunciaba la sentencia a propuesta,
primero de peritos y luego de jueces sentenciadores permanentes (scabini). La función del juez se
limitaba a dirigir el debate y a proclamar la sentencia.El juicio se iniciaba con una ceremonia
religiosa, por el cual la Justicia era puesta bajo el amparo de la divinidad.
6. El proceso común o Romano Canónico:
En la Edad Media durante el período feudal, el proceso vuelve a tener un carácter privado y
formalista.
El religioso tiñe todos los campos de la actividad y retorna el sistema germánico de la prueba,
basada en la intervención de la divinidad.
Los tribunales eclesiásticos se constituyen para defensa de la Iglesia, contribuyendo al menoscabo
del poder real.

7. El Proceso Colonial
La recopilación de las Indias de 1680 estableció el orden jerárquico de las leyes que regían en
América:
a. Normas especialmente dictadas para las Indias: cédulas, provisiones, acuerdos y despachos
emanados del Rey y sus órganos metropolitanos.
b. Leyes de España en general: El Fuero Juzgo (671), el Fuero Real (1254), las Partidas de Alfonso
X El Sabio (1226) el Ordenamiento de Alcalá (1348). Las Ordenanzas Reales de castilla (1484), las
Leyes de Toro (1505), la Nueva Recopilación (1567), las Ordenanzas de Bilbao (1737) y la
Novísima Recopilación (1805).

8. Proceso Moderno:
La Revolución Francesa introdujo cambios trascendentales, sobre todo en materia penal. Se
estableció la oralidad, la publicidad del procedimiento, la contradicción y el sistema de la libre
convicción para apreciar la prueba; también la igualdad entre el acusador y el acusado, la libertad
de la defensa, la abolición del juramento de los acusados y la tortura; la libertad bajo caución
constituyó la regla general
Decía Montesquieu: “el procedimiento penal no atañe solamente a los malhechores, es la garantía
de todas las libertades”.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), que contiene varias referencias al
proceso, v.g.: acceso a la justicia, derecho de acción ante jueces independientes, garantías
procesales, debido proceso.
En América, el pacto de San José de Costa Rica, suscripto y ratificado por Paraguay, y la Corte
implementación de la Corte Internacional de Derechos Humanos (CIDH)
El proceso se caracteriza por la simplificación del debate, la oralidad, la vigencia de los principios
de inmediación, concentración y publicidad, con el propósito de lograr un proceso más rápido y,
sobre todo más justo.

9. Proceso Paraguayo
En el Paraguay, supo utilizar, con habilidad, tres principios: la prioridad de las costumbre sobre la
ley, la primacía del derecho natural sobre el derecho escrito y la facultad del común, reconocido por
una Real Cédula, de elegir sus propios gobernantes. Simultáneamente, usó el derecho de súplica.
La prelación de las leyes, en consecuencia, se estableció del siguiente modo: Las Leyes Patrias,
las de Castilla las Partidas y las de Toro, aunque estas tres últimas provisionalmente “mientras la
República sanciona sus Códigos”.
Por una Ley dictada el 24 de agosto de 1871 se dispuso que desde el 1º de enero de 1872
quedaban en vigencia los Códigos Civil del Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield, penal del Dr. Carlos
Tejedor y de Procedimientos del Dr. José Rodríguez.
En el año 1872 el Gobierno constituyó una Comisión encargada de redactar una Ley de
Organización Judiciaria y un Código de Procedimientos. Esta comisión presidida por el doctor José
Falcón e integrada por Benjamín Aceval, José de León, Carlos Loizaga, José González Granada,
José del Rosario Miranda y José Segundo Decoud, redactó un Código de Procedimientos
Judiciales que se promulgó el 14 de agosto de 1876.
Este código, que fue el primero netamente paraguayo, tenía quinientos artículos y se inspiró en el
Estatuto de Administración de Justicia de 1842 (dictado por los Cónsules C.A. López y Mariano
Roque Alonso).
En los primeros 99 artículos se ocupaba de la organización judicial, luego continuaba con reglas de
procedimiento hasta al final.
En 1833 se sancionaron la Ley Orgánica de los Tribunales, referida a la estática procesal, que
sufrió varis derogaciones hasta la promulgación del Código de Organización Judicial de 1982.
El 21 de noviembre de 1883 se promulgó el Código de Procedimientos en materia Civil y
Comercial, que se inspiró en la Ley de Enjuiciamiento Civil Española de 1855 que se mantuvo
vigente hasta el año 1.988.
El 4 de noviembre de 1.988 se promulgó el actual el Código Procesal Civil, Ley Nº 1377/88.

10. Derecho Procesal Comparado:


La ciencia del derecho Comparado ha logrado un significativo avance con la realización de
congresos, conferencias, etc., que permiten conocer las instituciones de otros países y los avances
de la ciencia del jurídica en general y procesal en particular, lo que se traduce en la celebración de
tratados y convenios internacionales y en el mejoramiento de la legislación interna.

11. El Proceso Anglosajón


El Proceso anglosajón (common law) es marcadamente oral y con jurado, aunque esta institución
se está, paulatinamente, dejando de utilizar, especialmente en las causas no criminales. En materia
penal predomina el sistema acusatorio.
Se halla caracterizado por la naturaleza jurisprudencial y consuetudinaria de las normas, pese a
que recientemente se va notando la primacía de la ley, como consecuencia de la separación de los
tribunales de derecho y de equidad y de la existencia de los medios de apremio dirigidos a la
protección de los derechos y a sancionar la desobediencia judicial (injuction, contemp of court,
etc.).
El proceso se desarrolla fundamentalmente en la audiencia (trial), en forma pública, concentrada y
contradictoria. Allí se escucha a los testigos y a los peritos, que constituyen los principales medios
de prueba, y a las partes y se dicta sentencia, las actuaciones procesales que no se realizan en la
audiencia carecen de valor.

11. El Proceso Europeo


Los recursos son más restringidos en el sistema del common law, porque la naturaleza del proceso
con jurado determina que el juicio deba concluir en la primera instancia.
No obstante, se ha impuesto la admisión de una segunda instancia en la mayoría de los juicios, lo
que no obsta a la ejecución provisional de la sentencia de primera instancia, sin perjuicio de su
posterior revisión.
13. El Proceso Iberoamericano:
El sistema predominante en los países iberoamericanos es el que sigue el esquema y los principios
del proceso romano canónico o proceso común, anterior a las reformas que introdujo la Revolución
Francesa en materia procesal.

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Lección 3
Fuentes del Derecho Procesal Civil

1. Fuente formal del Derecho Procesal Civil.


La Fuente, se refiere al aspecto formal o de validez de la norma jurídica,
Son fuentes formales de validez del D. Procesal: la ley en sentido amplio (lato sensu), la
costumbre, la jurisprudencia y la doctrina.
En nuestro Derecho la única fuente de validez es la Ley.
Las demás mencionadas, sin ser obligatorias, no dejan de tener importancia, porque son utilizadas,
en numerosos supuestos, para encontrar la solución jurídica del caso.

2. La Ley
Es la norma jurídica dictada por el órgano competente del Estado.
La más importante fuente de Derecho procesal es la Ley, la primera y fundamental es la
Constitución: la ley suprema de la República.

2.1. La Constitución:
Este principio se encuentra fundado en que la Constitución se halla sancionada y promulgada por
el pueblo paraguayo con el objeto de asegurar los valores supremos de la humanidad: la libertad, la
igualdad y la justicia, para lo cual se erige en ley suprema de la República y establece, entre otros,
que carecen de validez todas las disposiciones y los actos de autoridad opuestos a lo establecido
en ella (Preámbulo y art. 173 CN).
La Constitución legisla sobre el Poder Judicial en el título II, Capitulo II. Establece la forma de
designación y remoción de los magistrados y las condiciones que éstos deben reunir.

2.2. Tratados Internacionales:


Tratados Internacionales, suscritos y ratificados por la República, en cuanto regulan instituciones o
fenómenos procesales, (ej.: Tratados de Montevideo, Tratado de Asunción (Mercosur), etc.

2.3. Los Códigos: que son leyes ordenadas y sistematizadas sobre una misma materia jurídica. Los
principales códigos procesales son:
El Código Procesal Civil ( Ley 1337/88), que regula el debate judicial. Es la Ley de la dinámica
procesal
El Código de Organización Judicial (Ley 879/81), que cuenta con sus modificaciones. Organiza el
Poder Judicial, regula sus órganos, establece las respectivas competencias, delimita las funciones
jurisdiccionales, administrativas y disciplinarias. Se lo considera la ley de la estática procesal.
El Código Procesal Penal (Ley 1286/98) regula el proceso en el fuero penal y el Código Procesal
Laboral (Ley 742/61) lo hace en el fuero laboral.

2.4. Las Leyes:


Las Leyes especiales, en las que se encuentran diferentes normas procesales reguladoras de
institutos particulares que establecen su propio tipo procesal, p/ej.: Ley de Quiebras (Ley 154/69),
Ley que establece el Procedimiento Contencioso Administrativo (Ley 1462/35), etc.

Los Decretos del Poder Ejecutivo, que adquieren utilidad en cuanto explicitan la ley procesal, si
bien en medida menor, dado que prácticamente no tiene incidencia, porque la jurisdicción y
competencia de los tribunales y el orden y la forma de los juicios se establecen por ley.

Las Acordadas y Resoluciones de la Corte Suprema de Justicia, por las cuales se regulan
aspectos referidos a la organización y funcionamiento de los tribunales, p/ej.: turnos de juzgados,
horarios de atención etc.

3. Jurisprudencia
La voz jurisprudencia, según la doctrina mayoritaria, tiene tres significados:
a) La suma del conocimiento teórico-práctico en materia jurídica, p/ej. Doctor en jurisprudencia
b) El conjunto total de las resoluciones judiciales
c) La opinión concordante de los tribunales sobre casos similares
Estos pronunciamientos reiterados que resuelven cuestiones semejantes –de acuerdo con el tercer
significado del vocablo- acaba por fijar criterios que son utilizados por algunos órganos juridiciales
para fundar sus decisiones.
En el Paraguay, con la introducción del Recurso de Casación (art. 259, inc. 6 CN), la Corte
Suprema de Justicia tiene atribución para anular las resoluciones judiciales que hayan violado la
ley.
Con esto se irá, de hecho, imponiendo un criterio jurídico obligatorio, aún cuando su resolución no
sea obligatoria fuera del caso en el que se la dictó, al anular (casar) la sentencia por haber violado
la ley de fondo o de forma.
Aunque la jurisprudencia no tiene “fuerza legal “influye de forma decisiva en la vida jurídica y
constituye, como en otras ramas del Derecho, una fuente del Derecho procesal.
La Justicia es el fin y el derecho es el medio, dice IHERING. El derecho envejece porque los
conceptos evolucionan y llega un momento en que la Justicia se le opone; el Derecho resulta
injusto. La reforma se impone, pero mientras ella llega es necesario armonizar el Derecho con el
nuevo estado de hecho, y esa es la función de la jurisprudencia, concluye.
El Código de Organización Judicial dispone sobre el particular, que los jueces y tribunales no
podrán negarse a administrar justicia. “En caso de insuficiencia, oscuridad o silencio de la ley…
tendrán en consideración los precedentes judiciales” (art. 9, 2º p. COJ).

4. La Doctrina:
La doctrina es la opinión autorizada de los juristas sobre cuestiones de derecho.
La doctrina no constituye una fuente formal del Derecho, sin embargo, de acuerdo a la autoridad
que goza la persona que emite la opinión, se la considera fundamental en la sistematización,
interpretación e integración del Derecho, al elaborar conceptos, establecer la naturaleza jurídica de
las instituciones, clasificar, explicar y explicar, es decir, al producir Derecho.
Cumple también un importante rol la doctrina comparada, en la modernización de las leyes y en el
avance de la jurisprudencia.
5. La Costumbre:
La costumbre es el uso que como consecuencia de su constante y reiterada repetición se erige en
una norma de conducta en la comunidad que lo practica.

El uso es diferente a la costumbre:


El uso se caracteriza por la repetición constante de un mismo acto.
La costumbre es la consecuencia del uso, y se produce cuando el uso es aceptado por la
generalidad de las personas como regulador de la conducta.

En el Derecho procesal la costumbre judicial o forense produce normas no escritas que son
generalmente aceptadas en un cierto tiempo y lugar.
Nadie que haya actuado ante los juzgados y tribunales puede ignorar la importancia que tiene la
práctica forense, en el sentido de la aplicación de la norma procesal de acuerdo con su uso
constante que, en definitiva, constituye formas prácticas adoptadas por la rutina diaria que, a veces
llegar a alterar y hasta sustituir a la norma procesal (costumbre contra legem).
No obstante, la costumbre no es fuente formal del derecho procesal.
Al respecto, el Código Civil establece: “El uso, la costumbre o práctica no pueden crear derechos,
sino cuando las leyes se refieran a ellos (Art. 7, 3º p. CC).
Es lo que se denomina costumbre “secundum legem”.
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Lección 4
Principios Procesales:
1. Concepto: Toda norma tiene su fundamento en un principio jurídico del cual deriva y constituye
su consagración práctica. CARNELUTTI expresa: “Los principios son las leyes de las Leyes”.
Los principios son valiosos e imprescindibles instrumentos para la interpretación de la ley. Son la
luz que ilumina al intérprete.
El estudio y conocimiento de los principios que rigen cada una de las ramas del Derecho se
constituyen en la llave maestra que permitirá conocerla y obtener los mejores logros.
No existe un criterio uniforme acerca de la cantidad y la individualización de los principios
procesales.

2. Principio de Igualdad: Constituye una garantía fundamental e insoslayable para las partes en el
proceso.

El rango constitucional que ostenta el Principio de Igualdad surge de la Constitución que establece:
“De la igualdad de las personas. Todos los habitantes de la República son iguales en dignidad y
derecho. No se admiten discriminaciones. El estado removerá los obstáculos e impedirá los
factores que las mantenga o propicien. Las protecciones que se establezcan sobre las
desigualdades injustas no serán consideradas como factores discriminatorios son igualitarios”.
El proceso debe estar fundado e inspirado en el criterio de igualdad sustancial y no solamente
formal de las partes (CARNELUTTI).
3. Principio de Bilateralidad:
La igualdad en el proceso importa la necesidad ineludible de escuchar a la otra parte de acuerdo a
la máxima “auditur altera pars”.
Toda pretensión o petición formulada por una parte debe ser debidamente comunicada a la
contraria para que preste su consentimiento o manifieste su oposición.
Las aplicaciones más importantes de los principios de igualdad y bilateralidad en el proceso son:
1. La demanda debe ser necesariamente comunicada al demandado, debiendo la notificación
practicarse en las formas establecidas en la ley, bajo pena de nulidad.
2. El demandado debe contar con un plazo razonable para comparecer y defenderse.
3. Todo ofrecimiento de pruebas debe ser notificado a la otra parte para que tenga conocimiento de
ellas antes de su producción, pudiendo las partes tener la posibilidad de fiscalizar su
diligenciamiento e impugnarlas luego de su producción.
4. Las partes deben tener iguales posibilidades de formular manifestaciones o alegatos e interponer
recursos. No obstante existen situaciones procesales excepcionales en las que por motivos de
política procesal no rige el Principio de bilateralidad:
Las providencias cautelares se dictan sin audiencia de la contraria, pero se permite la impugnación
posterior (Art. 694 CPC)
Ciertos recursos se sustancian o se pueden sustanciar sin audiencia de la contraria, p/ej.: la
aclaratoria (art. 383 CPC) y la reposición (art. 392 CPC)
Limitación discriminada del recurso de apelación en relación a la providencia que ordena diligencia
de prueba dentro del respectivo período (art. 251 CPC).

4. Principio de Moralidad (Buena fe, Lealtad, Veracidad)


El Principio de moralidad (comprensivo de los principios de buena fe, lealtad, veracidad y probidad),
consiste en el conjunto de reglas de conducta, presididas por el imperativo ético, a las que deben
ajustar su actuación en el proceso todos los que en él intervenga: jueces, partes, terceros,
abogados, procuradores, funcionarios judiciales, etc.-
Los litigantes y sus abogados tienen la obligación de actuar en juicio con buena fe y no ejercer
abusivamente los derechos, por una parte; y por la otra parte, los jueces tienen también el deber de
prevenir y sancionar todo acto contrario a la lealtad, probidad y buena fe.
La vigencia de la regla moral en el proceso impide la utilización del mismo con fines fraudulentos.
5. Principio de Economía Procesal (celeridad)
El proceso se desarrolla, como toda acción humana, dentro de un tiempo.
Con la vigencia del Principio de economía procesal se pretende evitar esa pérdida inútil de tiempo,
de esfuerzos, de gastos.

Principio de economía procesal gira en torno a tres aspectos fundamentales:


- economía de tiempo,
- economía de esfuerzos, y
- economía de gastos.
Para COUTURE es un derecho de la persona obtener una decisión judicial del conflicto en un plazo
razonable.

Muestras del Principio de Economía procesal son:


- la perentoriedad de los plazos,
- el impulso de oficio,
- el aumento de los poderes del juzgador,
- especialmente para rechazar los incidentes, recurso y pruebas de simple dilatorio.
La notificación automática como regla general en materia de notificaciones.
CHIOVENDA considera a este como uno del principio que resume todos los demás. El otro es el de
la igualdad.
6. Principio de Concentración:
En virtud del principio de concentración, la actividad procesal, sobre todo la recepción de las
pruebas, se debe efectuar en una o sucesivas audiencias, a los efectos de que el juez adquiera la
visión de un conjunto que, al permitir una mejor apreciación de los hechos, influirá en la correcta
decisión de la causa.
Concentración es lo opuesto a dispersión, en la que cada acto procesal tiene un momento
particular y las audiencias de prueba se realizan separadas e inconexas entre sí.

7. Principio de Preclusión:
Las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva mediante la clausura definitiva
de cada una de ellas.
No es posible regresar a etapas y momentos procesales ya extinguidos o consumados,
impidiéndose con esto realizar actos propios de una etapa cuando ya se ha pasado a la siguiente.
De acuerdo al Principio de preclusión, el proceso se divide en etapas p/ej.: demanda, contestación,
prueba, alegatos y sentencia, cada una de las cuales supone la clausura de la anterior sin
posibilidad de renovarla.
La preclusión se define generalmente “como la pérdida, extinción o consumación de una facultad
procesal”.
La preclusión en nuestro proceso se produce por imperio de la Ley, en forma automática, sin que
sea necesario petición alguna ni declaración judicial al respecto.
La preclusión puede operarse de tres modos distintos:
1. Por no haberse el orden u oportunidad que la ley establece para la realización de un acto;
2. Por haberse cumplido una actividad incompatible con el ejercicio de otra;
3. Por haberse ejercido ya una vez, válidamente, una facultad.
Los conceptos de preclusión y carga procesal se hallan estrechamente relacionados entre sí.
La carga procesal es una contaminación o compulsión a ejercer un derecho cuyo cumplimiento se
halla impuesto como “un imperativo del propio interés”.
La diferencia entre la preclusión y la cosa juzgada es que la cosa juzgada produce efecto fuera del
proceso y la preclusión produce sólo efecto dentro del proceso. La cosa juzgada produce supone
un proceso terminado, mientras que la prelación supone un proceso en marcha.

8. Principio de Eventualidad:

Llamado también de acumulación eventual, supone que las respectivas etapas del proceso se
deben presentar y ofrecer, simultánea y subsidiariamente –no consecutivamente- todas las
alegaciones y probanzas que correspondan, puesto que los contrario puede significar la pérdida de
la facultad o derecho no ejercido, por preclusión.
Se considera que el medio de ataque o defensa no deducido al mismo tiempo que otro u otros, ha
sido renunciado implícitamente por quien pudiendo hacerlo, no lo hizo valer.
Las partes deben oponer sus demandas, excepciones y defensas, pero el cierre del momento
informativo no impide que puedan posteriormente se puedan oponer hechos nuevos o documentos
nuevos.

9. Principio Iura Novit Curiae


Significa que el juez tiene suficiente libertad para calificar la pretensión y determinar la norma que
corresponde aplicar, con independencia del criterio de las partes.
En virtud de este principio se otorga al órgano judicial la facultad de calificar la relación jurídica sin
atenerse a la particular apreciación de las partes y elegir la norma que resulte adecuada para
decidir la cuestión planteada.
10. Principio Perpetuatio Iuridicionis (improrrogabilidad de la competencia):

La jurisdicción está considerada como un atributo de la soberanía, por ello no pueden quedar
sometidas a la voluntad de las partes las cuestiones referentes a la competencia de los jueces y
tribunales.
La competencia debe mantenerse firme y es inatacable una vez que quede consentida o
establecida. Esta es la razón por qué todo proceso deber ser terminado donde ha comenzado.
La situación de hecho existente y la legislación vigente en el momento de la promoción de la
demanda determinan la competencia del juez o tribunal, no teniendo consecuencias a su respecto
los sucesivos cambios que podrían producirse en aquéllos.

11. Principio de Inmediación:


En virtud del Principio de inmediación se pretende que el juez tenga una permanente
vinculación con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso, a los efectos de
conocer e interiorizarse personal y directamente de todo el material de la causa..
El principio de inmediación está vinculado a la oralidad, dice ALSINA, y mal se aviene a nuestro
sistema escrito en el que el juez ni conoce a las partes ni recibe las prueba, sino excepcionalmente.
Es así que el juez forma su criterio exclusivamente a base de las constancias de los autos, que por
mucha vida que tengan, no dan casi nunca la sensación de realidad.
Pero nada impide que en un proceso escrito el juez asuma indirectamente el conocimiento de las
partes y de la prueba en audiencia y comparendos que permitan el contacto y la comunicación.

12. Principio de Imparcialidad:


Está consagrado en el art. 16 de la CN –el juez no puede asumir una posición de parte en el
proceso, porque no sería imparcial al reunir en sí las cualidades de parte y de juez.
Imparcial significa no tener ningún interés personal en la cuestión sometida a su decisión y,
también, ser independiente, no subordinar su actuar a la voluntad de las partes o de terceros.
El juez debe sumergirse en el objeto, ser objetivo, olvidarse de su propia personalidad.
La imparcialidad es en la esfera emocional lo que la objetividad es en la órbita intelectual.

13. Principio dispositivo:


Manda que la actividad jurisdiccional no pueda funcionar de oficio y requiere siempre la actividad
individual de parte para iniciar, impulsar o eventualmente terminar el proceso.
De acuerdo a éste principio los jueces y tribunales, salvo excepciones, no adoptan medidas ni
dictan resoluciones sin petición de parte.
Constituyen casos de excepción a la vigencia de este principio en nuestro Código Procesal Civil,
entre otros: Las facultades ordenatorias e introductorias (art. 18); las medidas disciplinarias (art.
17); el interrogatorio al absolvente (art. 289 in fine), la prueba testifical (art. 337); la prueba pericial
(art. 350); las reproducciones y exámenes (art. 364I el reconocimiento judicial (art. 367); la prueba
de informes (art. 371).
El principio dispositivo es opuesto al principio inquisitivo o de oficialidad.
El principio dispositivo se manifiesta en los sigtes. Aspectos de la actividad procesal:

1.Iniciativa: sin iniciativa de las partes no hay demanda, y en consecuencia no ha proceso “nemo
iudex sine actore”;
2. Impulso: El proceso sólo se desarrolla a petición de parte de acuerdo con la regla “nec procedat
iudex ex officio”. Consiste en la actividad procesal para avanzar en las distintas etapas del juicio
para arribar a la Sentencia;
3. Disponibilidad del derecho material: Mediante el ejercicio o no de la acción, su renuncia,
desistimiento etc., es decir solicitando o renunciando a la tutela jurisdiccional del Estado.-
* De este modo el actor puede desistir de la pretensión (acción) (art. 166) y, puede desistir de la
instancia (procedimiento) (art.67) una vez notificada la demanda, con la conformidad del
demandado.
* El demandado está autorizado a allanarse a la pretensión del actor (art. 169).
4. Delimitación del “thema decidendum”: son exclusivamente las partes quienes deciden el
objeto del juicio. El juez se debe limitar a las alegaciones de las partes (art. 159 inc. e)
5. Aportación de los hechos: Al juez le está vedado verificar la existencia de hechos no afirmados
por las partes litigantes.
6. Aportación de la prueba: A las partes les corresponden la carga procesal de aportar la prueba
para acreditar los hechos controvertidos.

14. Principio de la defensa en juicio:


La Constitución dispone: “La defensa en juicio de las personas y de sus derechos es inviolable”
(art. 16, 1ª p.)
La norma Constitucional consagra el Principio de la defensa en juicio de las personas, la cual debe
darse en el marco del “debido proceso” (due process of law), siendo su violación la máxima nulidad
posible, la que puede ser ordenada de oficio por los jueces y tribunales al tener conocimiento de
ello por cualquier motivo o razón.

15. Principio de Continencia de la Causa:


Existe conexidad dice COLOMBO, cuando causas sustancialmente diversas tienen en común el
título, el objeto o ambos; o cuando el objeto o el título de una de ellas tiene con el título o con el
objeto de la otra relación tal que las decisiones que hubiesen de recaer en las distintas causas
deben tener un mismo fundamento, y éste no pudiera ser admitido o negado en una y viceversa,
sin que exista contradicción y, eventualmente imposibilidad de ejecución.
En razón de esta vinculación estas cuestiones deben corresponder a la competencia del juez que
entiende en una de ellas, considera la cuestión principal.

El principio que fundamenta este desplazamiento de la competencia por conexidad es el


denominado Principio de Continencia de la causa, según el cual las pretensiones conexas
entre sí deben debatirse en un mismo juicio y ser decididas, en una misma sentencia. Por ej.:
es competente para entender en las tercerías el juez de la ejecución, aunque aquella por su cuantía
corresponda a otro juez; el juicio ordinario posterior previsto en el art. 471 del CPC debe
promoverse ante el mismo juez de la ejecución; la demanda reconvencional debe plantearse ante
el mismo juez que conoce la demanda original (art. 238, inc. a) CPC).

16. Principio de Congruencia:


Consiste en la obligada conformidad de la sentencia con la demanda en cuanto a las personas, el
objeto y la causa.
El juez debe resolver según lo alegado y probado en el juicio (secundum allegata et probata)
La sentencia debe ser congruente consigo misma (congruencia interna) y con la litis (congruencia
externa).
Congruente significa, la conformidad que debe existir entre la sentencia y la pretensión o
pretensiones que constituyen el objeto del proceso, más la oposición u oposiciones en cuanto
delimitan el objeto. .
El Principio de congruencia exige bajo pena de nulidad que la sentencia guarde rigurosa
adecuación a los sujetos, objeto y la causa de la pretensión y la oposición (art. 15, inc. b) y 2º p.).
El principio de congruencia se vulnera, causando la nulidad de la sentencia, cuando el
Juzgado decide:
1 Ultra petita: otorgando al acto más de lo que pidió, excediendo los límites de la controversia
2 Citra petita: omitiendo resolver pretensiones o cuestiones que deben ser objeto del fallo
3 Extra petita: resolviendo sobre cuestiones no alegadas, o modificando o alterando en aspectos
esenciales las pretensiones de las partes.

17. Principio de Autoridad:


Las facultades disciplinarias que la ley otorga al juez tiene su fundamento en el Principio de
autoridad del cual se halla investido por su posición de preeminencia en desarrollo del proceso, y
tiene como fundamento el buen funcionamiento de la administración de justicia.
Las facultades de los jueces deben ser ejercidas prudentemente sin menoscabar el derecho de
defensa.
El derecho de criticar las resoluciones judiciales que se consideren injustas o erróneas tiene rango
constitucional (la critica de los fallos es libre: Art. 256, inc. 2º CN)
El juez no puede decretar otras sanciones disciplinarias que las establecidas en la ley, y las
mismas no tienen carácter de pena;
Las facultades disciplinarias de los jueces están legisladas en los arts. 17 y 223 inc. a) y c) del CPC
y 236 del COJ.

18. Principio de Libertad de Representación:


La CN, el CPC y el COJ sustentan el Principio de la libertad en materia de representación. Las
personas capaces pueden hacerse representar o no en juicio.
Cuando la persona física actúa por sí, en ejercicio de su propio derecho, el patrocinio de abogado
es obligatorio.
“ni los jueces o tribunales, ni las autoridades administrativas, darán curso a presentación alguna
que no se ajuste a este artículo expresa el art. 65 de la Ley Nº 1376/88 de Arancel de Abogados y
el Art. 88 del COJ, no obstante, se exceptúa dicho patrocinio obligatorio en las actuaciones ante la
Justicia de Paz, el Hábeas corpus.
Las personas jurídicas u otras entidades colectivas, aunque tiene capacidad procesal,
necesariamente deber ser representadas cuando deben actuar en juicio (art. 87, 2ª p. del COJ) por
procuradores y abogados matriculados.
En el mismo sentido el art. 46, 2ª p. del CPC. Establece: “Las personas jurídicas sólo podrán
intervenir mediante mandatario profesional matriculado”.

19. Principio de Legalidad:


El Principio de legalidad (especificidad), manda que no ha nulidad sin ley especifica que lo
establezca. Tiene amplia aplicación en materia de nulidades procesales.

20. Principio de Finalidad: En virtud de este principio no existe nulidad por la nulidad misma, es
decir por el sólo beneficio de la Ley.
Las formas procesales no tienen un fin en si mismas, su razón consiste en asegurar a los litigantes
la libre defensa de sus derechos y una sentencia justa.
En los casos en que la garantía de la defensa en juicio aparezca violada, la nulidad debe ser
declarada, aun cuando no exista un texto expreso en la ley.
Un acto procesal, aunque irregular no será nulo si ha cumplido su objetivo (ej. Una notificación
defectuosa).
21. Principio de Trascendencia:
Para que el pedido de nulidad sea procedente, al solicitarse su declaración debe expresarse el
perjuicio sufrido y el interés personal de la parte en obtener su pronunciamiento.
No hay nulidad sin perjuicio (pas de nullité sans grief”, es decir no puede sancionarse con la nulidad
actos que, aunque irregulares porque se han apartado de los que la ley manda en relación a los
mismos, no han producido un real y concreto perjuicio a quien la invoca, la declaración de nulidad
en estos casos carece de utilidad;
Las nulidades procesales no tienen como finalidad satisfacer meros aspectos formales, sino reparar
los perjuicios efectivos producidos por el actor irregular. Por ello se debe demostrar:
El perjuicio que ha sufrido, cierto, concreto e irreparable
El interés jurídico que se pretende subsanar (defensas o pruebas de las que se ha visto privado).

22. Principio de Protección:


En virtud de este Principio que se funda en la moralidad, la nulidad sólo será declarada a petición
de la parte perjudicada por el acto viciado, si no contribuyo a éste.
La declaración de nulidad debe ser la “última ratio”, a la que debe recurrirse cuando no exista modo
de subsanarla, porque debe tratarse de proteger la validez del acto, en razón de que la declaración
de nulidad es, como regla, disvaliosa.
Principio de protección produce las siguientes consecuencias:
1. No puede impugnarse por nulidad si no existe un interés legítimo que reclame protección;
2. No puede ampararse en la nulidad el que ha contribuido al acto nulo sabiendo o debiendo saber
el vicio que lo invalidaba, por la aplicación de la regla “nemo auditur turpitudinem suan allegans”
(nadie escucha a quien alega su propia torpeza);
3. El que realizó un acto nulo no puede tener el beneficio de aceptarlo si le favorece o negarlo si le
es desfavorable;
4.Las nulidades procesales deben interpretarse y aplicarse en forma restrictiva, en base al Principio
de conservación.
5. Sólo puede invocar la nulidad constituida en protección de los incapaces éstos o sus
representantes legales, de conformidad con el C. Civil que dice: “La incapacidad de una de las
partes no pueden ser invocada en provecho propio por la parte capaz” (art. 298, 1ª p. CC)
6. Necesidad de la declaración judicial de la nulidad. Para que un acto procesal sea considerado
nulo debe existir una resolución judicial que así lo declare.

23. Principio de Convalidación:


Por este las nulidades procesales se subsanan por el consentimiento expreso o tácito, en razón de
que no existen nulidades absolutas, siendo todas relativas.
La confirmación del acto procesal nulo puede darse en forma expresa o tácita-
El incidente de nulidad es la vía procesal idónea para impugnar vicios de las actuaciones
procesales, el cual debe deducirse dentro de los cinco días subsiguientes al conocimiento del acto
viciado; no haciéndolo así la irregularidad del acto queda cubierta por el consentimiento tácito de la
parte.
La nulidad, entonces, quedará convalidada porque, vencido el plazo de impugnación, entrará a
operar el Principio de preclusión procesal, que impide retrogradar el proceso.
Este principio de convalidación, cede ante una norma legislativa expresa que consagre la nulidad
absoluta.
El art. 248 de la CN., consagra un supuesto de nulidad “insanable”, vale decir absoluta, que tiene
como consecuencia que la cosa juzgada carezca de virtualidad suficiente para subsanarla, al
expresar: “Queda garantizada la independencia del Poder Judicial. Sólo él puede conocer y decidir
en actos de carácter contencioso.
24. Principio de Adquisición Procesal:
Es fundamental en el régimen probatorio.
Del hecho de que las actividades procesales pertenecen a una relación única, dice CHIOVENDA,
deriva otro principio imperante y es que los resultados de las actividades procesales son comunes
a las partes, p/ej.:
presentado un documento, ambas partes pueden deducir contra él conclusiones en beneficio
propio;
La declaración de un testigo puede ser valorada libremente por el juez, incluso en contra de las
pretensiones de la parte que la ofreció como prueba.

25. Principio de Razonabilidad:


Las líneas directrices del proceso consagran valores jurídicos que no pueden desconocerse u
obviarse.
Entre estos, el principal valor es el la Justicia, y el Principio de razonabilidad no es otro que el
imperecedero Principio de Justicia que debe imperar en el proceso como un fin último y más
elevado.

26. Principio de Humanización: este principio sirve para indicar el conjunto de previsiones que
deben contemplar el aspecto social y humano que se halla presente en toda actividad jurisdiccional.
En aplicación de este principio el art. 710 1er. P., 2ª p. establece que el embargo debe limitarse: “a
los bienes necesarios para cubrir el crédito que se reclama y las costas”.

27. Principio de Transitoriedad


Por el Principio de transitoriedad el proceso es transitorio, en algún momento, debe
necesariamente terminar definitivamente.
El Código establece. “Impugnabilidad de las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia. No
serán aplicables por la vía de la inconstitucionalidad las resoluciones dictadas por la Corte
Suprema de Justicia (Art. 564 CPC).
El conflicto que se produce entre las personas y que es llevado ante el Estado para que sea éste
quien decida, no puede eternizarse. En algún momento y más vale pronto que tarde, debe ponerse
término al mismo con el fin de restablecer la paz social.

28. Principio de Oralidad:


Los modos oral o escrito de expresar el pensamiento dan origen a dos tipos procesales: Los
procesos escritos contienen una parte oral y los procesos orales tienen una parte escrita.
La Constitución establece. “Los juicios podrán ser orales y públicos en la forma y en la medida que
la ley los determine”. “
Las ventajas e inconvenientes de ambos sistemas son:
- La oralidad facilita la vinculación entre el juez y los litigantes; la escritura obliga a dar traslado a
una parte de lo que la otra pide, para lo cual debe existir una providencia, su notificación y la
fijación de un plazo para contestar el traslado;
La oralidad permite la concentración de la actividad procesal en unas pocas audiencias y así se
hace posible recibir varias declaraciones en un mismo acto, o realizar diligencias periciales, o
proceder al examen de documentos, porque no es necesario dejar de todo ello constancia
detallada, desde que el pronunciamiento judicial es inmediato; en el escrito esta actividad se diluye
y diversifica, quebrantándose la unidad y muchas veces a pesar de lo que establece el art. 153 inc.
a del CPC sobre la presencia del juez en las audiencias, las mismas se llevan a cabo ante un
funcionario menor como el dactilógrafo..
En la actualidad existe un anteproyecto de Código Procesal General que establece que el proceso
debe ser oral, pero con partes escritas, es decir un sistema mixto.
Cuando se tienen personas adecuadas como jueces, cualquier sistema funcionara bien.

29. Principio de la Publicidad:


El proceso civil corresponde al tipo procesal público, permitiéndose la difusión la difusión de la
actividad procesal y los actos de procedimiento, sin otras limitaciones que las derivadas de la
naturaleza del proceso escrito, la protección de otros derechos, el buen orden en las audiencias y
las razones de decoro y moralidad, cuando se hallan en juego ciertas cuestiones que pueden
afectar el honor o la intimidad de la vida de las personas.
La publicidad es, en sí misma una garantía de la función jurisdiccional, porque permite controlar la
actuación de los jueces.
……………………………………………………………………………………………………………………
…………..

LECCCION 5
JURISDICCIÓN:

Concepto: la jurisdicción es la función de dirimir conflictos de intereses. COUTURE señala


que es la función pública desempeñada por los órganos competentes del Estado, con las
formas requeridas por la ley, en virtud de la cual se determina el derecho de las partes, con
el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante
decisiones de autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución.
El Estado desarrolla tres funciones esenciales mediante sus tres poderes. Como legislador
dicta la ley, como administrador aplica la ley, y cuando ejerce la función jurisdiccional resuelve el
conflicto imponiendo la ley.
El Cód. de Organización Judicial (COJ) define la jurisdicción cuando expresa: “La jurisdicción
consiste en la potestad de conocer y decidir en juicio y de hacer ejecutar lo Juzgado” (art. 5
COJ).
La jurisdicción judicial es la facultad conferida a los jueces para administrar justicia en las
controversias con relevancia jurídica.
Las jurisdicciones es un atributo de la soberanía: de allí que todos los jueces integrantes del Poder
Judicial tienen jurisdicción, pero no todos tienen competencia para conocer y decidir en un
determinado asunto.
La función jurisdiccional es indelegable, en razón de que el tribunal no puede delegar su ejercicio,
salvo de manera excepcional para la realización de determinadas diligencias procesales.
El estado ejerce su función jurisdiccional dentro de sus fronteras y en aquellos otros lugares en los
que, según el Derecho Internacional Público, puede ser extendida, v.g.: en los buques con bandera
nacional.
Todas las personas nacionales o extranjeras, físicas o jurídicas, que habitan o se hallan radicadas
en la República, así como también todos los bienes inmuebles o muebles que se encuentran en su
territorio, se hallan sometidos a la jurisdicción nacional.

2. Acepciones:
El lenguaje jurídico concede a la voz jurisdicción diversos significados.
Se las utiliza para indicar los límites territoriales dentro de los cuales ejercen sus funciones
específicas los órganos judiciales y administrativos del Estado. En este supuesto se habla de
“jurisdicción territorial” de los jueces, identificando, indebidamente, la jurisdicción con la
circunscripción espacial asignada a la repartición pública.
Se usa, también de manera impropia, para señalar la aptitud reconocida a cierto juez o tribunal
para conocer una determinada categoría de pretensiones, confundiendo la jurisdicción con la
competencia, que es la medida en que aquella se ejerce.
A su vez el término es utilizado para referirse al poder que sobre los ciudadanos ejercen los
órganos estatales: el Congreso, el órgano judicial o el ente administrativo.
En el lenguaje técnico la jurisdicción es la función mediante la cual los órganos judiciales del
Estado administran justicia en los casos litigiosos.

3. Naturaleza:
No es pacífica la discusión que en la doctrina ha generado el tema de la naturaleza jurídica del acto
jurisdiccional. No obstante, hay coincidencia en admitir que existen elementos propios diferenciales
que constituyen la esencia de la jurisdicción.
Dos son los criterios predominantes a este respecto: el formal y el teleológico.
El criterio formal se deben analizar sus elementos formales para determinar su naturaleza. La
jurisdicción actúa mediante el proceso. Para hablar de proceso necesariamente hay que referirse a
las partes que controvierten ante un tercero imparcial: el juez. Este es el elemento esencial que
caracteriza la jurisdicción.
Las partes y el juez, interactuando entre sí, desarrollan un procedimiento revestido de formalidades
que tienen por objeto garantizar el contradictorio, es decir, concediendo la posibilidad de probar sus
afirmaciones y de ser escuchadas, la cual recibe el nombre de debido proceso. Todo esto concluye
con el pronunciamiento de una sentencia con autoridad de cosa juzgada, que consiste en la
cualidad que la convierte en inimpugnable e inmodificable, lo cual se da sólo en la jurisdicción.

4. Elementos:

4.1. Notio: Es el derecho de de conocer una cuestión determinada.


4.2. Vocatio: Es la facultad de obligar a las partes a comparecer a juicio dentro del plazo legal.
4.3. Coertio: Es la posibilidad de recurrir a la fuerza para lograr el cumplimiento de las medidas
ordenadas dentro del proceso, para hacer posible su desenvolvimiento. Pueden ser sobre las
personas o sobre las cosas.
4.4. Iudicium: Consiste en la facultad de dictar sentencia poniendo término a la litis con carácter
definitivo, es decir, con efecto de cosa juzgada.
4.5. Imperium: Es el poder para ejercer las resoluciones judiciales, mediante el auxilio de la fuerza
pública. También se denomina “executio”.

5. Derecho a la Jurisdicción:

Es la facultad que tiene toda persona para poder ocurrir ante el órgano judicial en procura de
justicia, como consecuencia de la prohibición de hacerse justicia por mano propia (autotutela).
Dispone la Constitución: “Nadie podrá hacer justicia por si mismo ni reclamar sus derechos con
violencia. Pero se garantiza la legítima defensa” (art. 15 CN). Siendo así, el Estado debe garantizar
a todas las personas un efectivo acceso a la Justicia, mediante un proceso de duración razonable
que resuelva el conflicto. Los tribunales tienen la responsabilidad de hacer efectivo este derecho.
El juez debe ser el juez natural, es decir, los tribunales preexistentes establecidos por la ley, en
forma objetiva y con carácter permanente. Es este sentido la Constitución establece: “Toda persona
tiene derecho a ser juzgada por tribunales y jueces competentes, independientes e imparciales”
(Art. 16, 2º p. CN).

6. Unidad de Jurisdicción:
Constituye la función pública de dirimir conflictos de intereses, significa que el estado, a través del
Poder Judicial, debe tutelar el derecho subjetivo, realizando a la vez el derecho objetivo, al decidir
la controversia e imponer el cumplimiento de su decisión. Los jueces tienen a su cargo la potestad
jurisdiccional del Estado.
La jurisdicción es única, aun cuando existen procesos especiales en razón de las peculiaridades
del derecho material al cual se hallan referidos (civil, penal, laboral, electoral, etc.).

6.1. Fuero Penal:


Existe unidad entre ambos tipos procesales aún cuando existan ciertas peculiaridades propias que
derivan del derecho sustancial al que se hallan vinculados.
Los principales fundamentos del proceso, tales como la imparcialidad del juez, la legalidad, el
derecho a la defensa en juicio, la garantía del debido proceso, etc., existen y se dan en ambos
procesos. Lo que difiere es el procedimiento, ya que el trámite es diverso en el proceso civil y
penal.

6.2 Fuero Contencioso Administrativo:


Para cumplir sus fines el Estado actúa como sujeto de derecho privado (iure gestionis) y como
poder público (iure imperii). De esta distinción fundamental deriva la diversa posición del poder
administrador frente a los administrados y los modos de solucionar conflictos que entre uno y otro
pueden producirse.
Cuando el Estado actúa como persona de derecho privado, sus relaciones con los particulares
están regidas por el derecho común y sometido a la jurisdicción judicial. Para saber cuando un acto
del Estado corresponde a esta categoría basta determinar si está reglado por el derecho común o
por el derecho administrativo, pues en el primer caso es “iure gestionis” y en el segundo “iure
imperii”.
En el ejercicio de sus facultades administrativas el Estado puede lesionar intereses de particulares.
En tales casos el administrado debe tener garantías de justicia frente al poder administrador. Esto
ha dado lugar básicamente a dos sistemas:
a) El Poder Judicial es competente para entender en aquellas cuestiones donde el Estado obra en
calidad de persona privada, atribuyéndose a un organismo jurisdiccional distinto al judicial la
competencia para entender en lo contencioso administrativo. Este sistema es utilizado en Francia.
b) El poder Judicial es competente para entender en toda cuestión contenciosa donde el Estado
sea parte, sin considerar si actúa como persona de derecho privado o como persona de derecho
público. Este sistema es el seguido por Gran Bretaña, los Estados Unidos de Norteamérica y
nuestro país.

6.3 Tribunales Militares:


La justicia penal militar carece de los elementos estructurales y principios procesales básicos para
poder ser considerada una auténtica jurisdicción.
En efecto, los jueces, así como los fiscales, son militares y, por consiguiente, sometidos a una
jerarquía militar. La pretendida jurisdicción militar se encuentra en la órbita exclusiva del Poder
Ejecutivo. Los jueces carecen de las garantís de la estabilidad e inamovilidad, siendo designados,
trasladados y destituidos, sin expresa causa.
De acuerdo a la Constitución: “Los tribunales militares sólo juzgarán delitos y faltas de carácter
militar, calificados como tales por la ley, y cometidos por militares en servicio activo. Sus fallos
podrán ser recurridos ante la justicia ordinaria”. Cuando se trate de un acto previsto y penado, tanto
por la ley penal común como por la ley penal militar, no será considerado delito militar, salvo que
hubiese sido cometido por un militar en servicio activo y en ejercicio de funciones castrenses.
6.4 Facultades Disciplinarias:
Las facultades disciplinarias –que algunos indebidamente denominan “jurisdicción disciplinaria”-
que la ley otorga al juez, tienen su fundamento en el Principio de autoridad de que se halla
investigado por su posición de preeminencia en el desarrollo del proceso.
La potestad judicial se halla dirigida a sancionar la conducta indebida en que pueden incurrid las
partes, los auxiliares de la Justicia y demás personas en los procesos, que implique faltar al deber
de respecto debido a la autoridad o dignidad de los magistrados, funcionarios, litigantes y
abogados, como así también la alteración del buen orden y el decoro a los que debe subordinarse
la actuación de las personas ante los estrados judiciales.

7. Jurisdicción Arbitral:
En la jurisdicción arbitral el órgano jurisdiccional es privado. Se lo designa por acuerdo de partes.
Estas, además, deben ponerse de acuerdo para someter el conflicto a la decisión de dicho órgano,
pueden también existir algunos casos de arbitraje obligatorio, es decir establecidos en la ley.
Las partes tienen libertad para establecer el procedimiento y si así no lo hacen existen
procedimientos tipo fijados en la ley (Libro V del Código Procesal Civil, Ley Nº 12879/02), en los
reglamentos de los Centros de Arbitraje que, generalmente, forman parte de las Cámaras de
Comercio, o en convenios internacionales.
Esa jurisdicción privada ha tenido un renovado auge en todos los países para resolver conflictos
entre personas del mismo país o de diversos países, por considerarse, muchas veces más eficiente
que la justicia ordinaria.

8. Jurisdicción Voluntaria:
Dice COUTURE que un texto antiguo (Digesto I, 16, 2), con más fortuna de la merecida, denominó
jurisdicción voluntaria a los procedimientos judiciales seguidos sin oposición de parte y en los
cuales la decisión del juez no causa perjuicio a terceros.
La denominación jurisdicción voluntaria proviene de Roma, en donde se consideraba que la Justicia
actuaba, en este caso, “inter volentes”, es decir, entre personas que no disputaban ni litigaban, sino
que en principio estaban de acuerdo en lo que querían. En consecuencia, quedaba excluida la
contienda, lo contencioso.
El fenómeno jurisdiccional típico busca resolver un conflicto, tutelar un derecho, contra la voluntad
del que supuestamente lo desconoce, mediante una decisión susceptible de pasar a autoridad de
cosa juzgada.
9. Contienda de Jurisdicción:
Se denomina contienda de jurisdicción al conflicto que se suscita entre un órgano jurisdiccional y
otro con jurisdiccional no judicial, en el que ambos se consideran competentes para conocer un
determinado asunto.
Se diferencia de la contienda de competencia porque ésta supone una controversia exclusivamente
entre órganos del Poder Judicial.
En el caso que se produzca una contienda de jurisdicción debe, en nuestro derecho, entender en
única instancia la Corte Suprema de Justicia, conforme al art. 28 inc. e) del COJ, que en forma
inapropiada y comprensivamente habla de la contienda de competencia refriéndose también a las
contiendas de jurisdicción.
La Constitución atribuye a la Corte Suprema de Justicia competencia para “entender en las
contiendas de competencias entre el Poder Ejecutivo y los gobiernos departamentales y entre éstos
y los municipios (art. 259 inc. 9 CN).
Por su parte, la Ley que organiza la Corte Suprema de Justicia le otorga atribución para “conocer y
decidir de conformidad con la ley, en única instancia, en los conflictos de jurisdicción; en las
contiendas de competencia entre el Poder Ejecutivo y los Gobiernos Departamentales y entre estos
entre sí; entre los Gobiernos Departamentales y las Municipalidades, y las suscitadas entre éstas.
Igualmente decidirá las contiendas de competencia entre los fueros civil y militar” (Art. 3, inc. h) Ley
609/95).
……………………………………………………………………………………………………………………
…………..

Lección 6
Órganos de la jurisdicción. Poder judicial. Arbitraje:

Primera sección:

1. Poder Judicial:
Es el poder del Estado al que se le asigna en la Constitución la función jurisdiccional. La
constitución señala: “La administración de justicia está a cargo del Poder Judicial, ejercido por la
Corte Suprema de Justicia, por los tribunales y por los juzgados, en la forma que establezcan esta
Constitución y la Ley” (Art. 247, 2º p. CN).
“El Poder Judicial es el custodio de esta Constitución. La interpreta, la cumple y la hace cumplir”
(Ar. 247, 1er. P. CN).
Cumple, a su vez, una función legislativa, en cuanto dicta resoluciones (no jurisdiccionales),
acordadas, instrucciones de servicio, etc., que, en rango inferior a la ley, obligan, con carácter
generala los jueces, a los funcionarios judiciales, a los auxiliares de la Justicia, a las partes y a
terceros vinculados a la jurisdicción.

2. Independencia Judicial:
La Constitución consagra la independencia del Poder Judicial como una garantía para el correcto
ejercicio de la función jurisdiccional. Ella establece: “Queda garantizada la independencia del Poder
Judicial. Sólo éste puede conocer y decidir en actos de carácter contencioso” (Art. 248, 1º p. CN).
La independencia que deben tener entre si los tres poderes clásicos del Estado, formulada por el
Barón de
Sólo en estas condiciones los jueces podrán dictar una sentencia que verdaderamente sea la
expresión de la Justicia.
La Constitución instituye que “en ningún caso los miembros de otros poderes, ni otros funcionarios,
podrán arrogarse atribuciones judiciales que no estén expresamente establecidas en esta
Constitución, ni revivir proceso fenecidos, ni paralizar los existentes, ni intervenir de cualquier modo
en los juicios. Actos de esta naturaleza conllevan la nulidad insanable” (Art. 248, 2º p. 1ª p. CN).
A su vez la ley dispone: “Los que atentasen contra la independencia del Poder Judicial y a la vez de
sus magistrados, quedarán inhabilitados para ejercer toda función pública por cinco años
consecutivos, además de las penas que fije la ley” (Art. 248, 3º p. CN).
El Poder Judicial, a través de los jueces y tribunales, tiene la facultad de interpretar y aplicar la ley
al caso concreto sin intervención ni injerencia de ningún otro poder del Estado. Es más, la Corte,
máximo órgano judicial, puede declarar la inaplicabilidad (inconstitucionalidad) de una ley dictada
por el Congreso que sea contraria a la Constitución (art. 260, inc. 1) CN). Sin embargo, el Congreso
por una ley no podría desconocer los efectos de una sentencia que tenga la cualidad de la cosa
juzgada.

3. Sistemas de Selección de Magistrados:


Nadie podría dudar acerca de que el ejercicio de la función judicial debe estar confiado a los
mejores.
Una Justicia confiable, manejada por personas probas, es la mejor garantía para los habitantes del
país y para aquellos de otros países que deseen venir a trabajar e invertir en el nuestro tan
necesitado de ello. Todas las personas deben contar con garantías suficientes para poder
prosperar razonablemente, confiando en la seguridad que le pueda otorgar un eficiente servicio de
Justicia.
Siendo así, la tarea de selección de los magistrados, sin duda, es de la mayor importancia y ella ha
sido constitucionalmente confiada al Consejo de la Magistratura. Este es el organismo
constitucional que cumple la tarea especial de seleccionar las ternas de candidatos para ocupar
cargos en el Poder Judicial de la República (Arts. 262, 263 y 264 CN).

3.1. Sistema de la Carrera Judicial:


En virtud del mismo el magistrado realiza una verdadera “carrera” a través de los distintos cargos
de la judicatura.
La persona que desee prestar servicios en la administración de justicia ingresa al Poder Judicial
asumiendo las funciones de menor relevancia y, luego, con el tiempo, la experiencia y los méritos
va paulatinamente ascendiendo.
Este sistema, a su vez debe estar complementado con la preparación previa a través de la Escuela
Judicial, que fue implantado constitucionalmente por el Art. 265 de la CN.

3.2. Sistema de la Libre Elección:


En este sistema se nombra magistrado a los abogados de mayor experiencia, capacidad, méritos y
aptitudes morales para llenar los cargos judiciales. De este modo, se obtiene –dicen los partidarios
de este sistema utilizado generalmente en los países anglosajones- una magistratura elevada y
seleccionada, nada de burocracia y rígida como serían los magistrados de carrera.
La elección corresponde al Ejecutivo con intervención del Congreso, lo cual podría entre nosotros
dar lugar a pensar en influencias políticas lo que, sin embargo, de dichos países no existe o es
menos significativa. Debe reconocerse que, aún con sus falencias, ellos tienen una mejor Justicia,
aunque nosotros podamos presumir, en algunos casos, de contar con mejores técnicos.

3.3. Sistema Mixto:


Existen además otros sistemas denominados mixtos, como los empleados en Brasil y España, en
los que no obstante una carrera de la magistratura, se reserva una parte de los cargos para ser
ocupados por destacados abogados, profesores universitarios y juristas de nota.

4. El Juez:
4.1. Concepto:
El juez es la persona investida por el Estado con potestad jurisdiccional. Su misión, dice ALSINA,
no puede ser ni más augusta ni delicada. Al juez está confiada la protección del honor, la vida y los
bienes de las personas.
La delicada magistratura que ejerce, le obliga al juez a cumplir puntillosamente los deberes que le
son propios, bajo la responsabilidad que establecen las leyes.
De acuerdo con la tradición histórica iberoamericana el título de juez fue otorgado por primera vez
en el Fuero Juzgo, al magistrado con potestad de juzgar.

4.2.1. Dedicación Exclusiva: Los jueces deben dedicarse a sus funciones de manera exclusiva y
excluyente.
La única excepción a la prohibición constituye la posibilidad del ejercicio de la docencia o la
investigación científica a tiempo parcial. La Constitución prescribe: “Los magistrados no pueden
ejercer, mientras duren en sus funciones, otro cargo público o privado, remunerado o no, salvo la
docencia o la investigación científica, a tiempo parcial. Tampoco pueden ejercer el comercio, la
industria o actividad profesional o política alguna, ni desempeñar cargos en organismos oficiales o
privados, partidos, asociaciones o movimientos políticos” 8Art. 254 CN).
4.2.2. Sedentarismo: Los jueces sólo pueden ejercer sus funciones dentro de la circunscripción
territorial establecida como sede del respectivo juzgado o tribunal, salvo los casos de excepción
establecidos para la realización de alguna determinada diligencia, v.g.: reconocimiento judicial,
declaración testifical, etc.
La excepción a esta regla la constituyen los jueces itinerantes que van cubriendo las vacancias
temporales que se van produciendo en los juzgados y tribunales hasta que sean designados los
nuevos magistrados.

4.2.3. Inamovilidad: Los magistrados, establece la Constitución, son inamovibles en cuanto al


cargo, la sede, o al grado, durante el término para el cual fueron nombrados. No pueden ser
trasladados ni ascendidos sin su consentimiento previo y expreso. Son designados por períodos de
cinco años, a contar desde su nombramiento.
Los magistrados que hubiesen sido confirmados por dos períodos siguientes al de su elección,
adquirirán inamovilidad en el cargo hasta el límite de edad establecido para los ministros de la
Corte Suprema de justicia (75 años9 (art. 252 CN).

4.2.4 Permanencia: Los jueces son funcionarios permanentes, es decir, no se hallan designados
para la atención sólo de determinados casos. En este sentido, debe recordarse que por la
Constitución nadie, en nuestro país, puede ser juzgado por tribunales especiales (art. 17, inc. 3) in
fine CN).
Permanencia, sin embargo, no significa que no se pueda cambiar o sustituir a los jueces por
motivos diversos, tales como jubilación, límite de edad, fallecimiento, renuncia, remoción o falta de
confirmación).

4.2.5. Letrado. Constituye un requisito para la designación del juez que éste posea el título de
abogado, en razón de que ello hace presumir el conocimiento de las ciencias jurídicas, que resulta
indispensable para el desempeño de su labor profesional.
Con relación a los jueces de la Corte Suprema de Justicia se requiere el título de Doctor en
derecho. Los jueces de paz, hasta ahora, no necesitan título de abogado, aunque de hecho estos
cargos, casi en su totalidad, se hallan cubiertos por abogados. Desde luego existe una fuerte
corriente de opinión que en la próxima reforma el título profesional será un requisito para acceder al
cargo de juez de paz.

4.2.6. Honorabilidad: A los jueces se le exige gozar de notoria honorabilidad. Significa que deben
ser personas dignas por su moral, tanto en su vida privada como pública.
El juez debe ser digno, honesto, laborioso, prudente y sensato. ¿Significa pedir demasiado? Creo
que no, los altos intereses que le son confiados no pueden exigir menos de ellos.

4.2.7. Remuneración: El juez realiza un trabajo que debe ser remunerado. Esta remuneración por
el desempeño de sus funciones se encuentra a cargo del Estado y no a cargo de los litigantes,
como es el caso del arbitraje.
La Constitución establece: “De la autarquía presupuestaria. El Poder Judicial goza de autonomía
presupuestaria. En el Presupuesto General de Gastos de la Nación se le asignará una cantidad no
inferior al tres por ciento del presupuesto de la Administración central. El presupuesto del Poder
Judicial será aprobado por el Congreso, y la Contraloría General de la República verificará todos
sus gastos e inversiones” (Art. 249 CN).

4.2.8. Funcionario Público: El juez es un funcionario público del Estado. No ejerce funciones
privadas, lo cual también le diferencia del árbitro, que es nombrado por los particulares para dirimir
conflictos.
5. Deberes:
Si los jueces no cumplen los deberes que les impone el Código y loa Corte Suprema no ejercita a
ese respecto adecuada y suficientemente su facultad –deber de Superintendencia-, el Código
procesal se convierte en un instrumento perverso donde naufragan los mejores derechos, y se
otorga carta de ciudanía procesal a la desidia grave, cuando no a la corrupción, dice ALLEN.
Los deberes de orden general, a los que se encuentran sometidos los jueces, son:

5.1. Administrar Justicia


El más importante deber que tiene los jueces es administrar justicia cada vez que sean requeridos
al efecto.
Se halla contemplado expresamente en la Constitución –aunque referido a las garantías
constitucionales- cuando dispone: “Ningún magistrado que tenga competencia podrá negarse a
entender en las acciones o recursos previsto en los artículos anteriores (Inconstitucionalidad,
Habeas Corpus, Amparo y Habeas Data9, si lo hiciese injustificadamente, será enjuiciado y, en su
caso, removido” (Art. 136, 1ª p. CN).
5.2. Juramento o Promesa:
El juramento consiste en la declaración solemne que se formula responsabilizándose por su honor
o por su credo religioso de cumplir bien y fielmente su cometido.
El juramento o promesa es una formalidad previa cuya omisión produce la nulidad de las
resoluciones.

5.3. Cumplir los Plazos:


Las causas judiciales deben ser resueltas dentro de los plazos procesales establecidos en la Ley
(art. 162 CPC), y en orden en que hayan quedado en estado de resolver (Art. 15 inc. a) in fine
CPC)
Para lograr el cumplimiento de este deber el Código regula el recurso de queja por retardo de
justicia (arts. 412 y sigtes. CPC), que en la práctica no dio el resultado que se pretendió obtener
mediante la innovación introducida.
Un método más efectivo podría consistir en aplicar al juez moroso una multa por día de retraso,
cuyo importe sea destinado, por ejemplo, al mejoramiento de los institutos penales tan faltos de
recursos.

5.4. Funda las Resoluciones:


Los jueces deben fundar las resoluciones, definitivas e interlocutorias, en la Constitución y en las
leyes, conforme a la jerarquía de las normas vigentes y al Principio de congruencia, bajo pena de
nulidad.
Los jueces deben cumplir inexorablemente con este imperativo que es de rango constitucional en
nuestro derecho positivo, en razón de que la Constitución dispone: “Toda sentencia judicial debe
estar fundada en esta Constitución y en la ley”, (Art. 256, 2º p. 1ª p. CN).
Esto es consecuencia del sistema democrático de gobierno, en el cual la soberanía reside en el
pueblo y los jueces administran justicia como depositarios de parte de esa soberanía.
El deber de fundar los fallos que tienen los jueces constituye una garantía contra la arbitrariedad
judicial, sancionada con la nulidad y pasible, en su caso, de revisión por inconstitucionalidad.

5.5. Resolver conforme a la Ley:


Tiene fundamento en la máxima latina “dura lex sed lex”, según la cual la misión del juez es aplicar
la ley, cualquiera sea su opinión particular que sobre ella pueda tener.
El juez debe juzgar de acuerdo con la ley, pero no lo es dado juzgar la ley.
Ello no significa que siempre deba aplicar la ley literalmente, sino interpretarla de acuerdo con los
principios de hermenéutica jurídica. Pero cuando la Ley es clara y precisa no caben
interpretaciones que, en tales casos, sólo sirven para desvirtuar el propósito del legislador.

5.6. Observar los Principios dispositivos y de congruencia:


El Principio dispositivo se halla expresamente consagrado en el Código Procesal Civil, al disponer:
“La iniciativa del proceso incumbe a las partes. El juez sólo lo iniciará cuando la ley así lo
establezca” (Art. 98 CPC).
A su vez, cuando establece las formalidades que deben contener la sentencia, referidas a la
decisión expresa, positiva y precisa, de conformidad a las pretensiones deducidas en juicio,
calificadas según correspondiera por la Ley (Art. 159, inc. e) 1ª p. CPC).
El juez debe observar el Principio de congruencia que consiste en la obligada conformidad de la
sentencia con la demanda, la contestación y la reconvención, en su caso, en cuanto a las
personas, el objeto y la causa.
El juez no puede apartarse de los términos en que ha quedado planteada la litis en la relación
procesal. Con expresa el aforismo, el juez debe resolver “secundum allegata et probata”. (Estos
principios ya fueron desarrollados en la lección 4, ap. 13 y 16).

5.7. Dirigir el Proceso:


El juez, en términos generales, está facultado para dirigir el proceso que, como anota LASCANO,
no sólo importa procurar que se observen los trámites legales, sino que se haga en forma ordenada
y eficiente para que se cumpla el fin del proceso.

5.8. Asistir a las Audiencias:


En virtud de la vigencia del Principio de inmediación se pretende que el juez tenga una permanente
vinculación con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso, a los efectos de conocer e
interiorizarse personal y directamente de todo el material de la causa.
En las audiencias se desarrolla una de las principales partes del proceso una vez trabada la litis: la
prueba. LASCANO dice que la asistencia personal del juez a la audiencia tiene importancia capital,
y razón tiene pues si el juez no ve ni oye directamente a las partes, a los testigos , a los peritos,
etc., no puede adquirir la impresión directa y personal imprescindible para apreciar en su justo valor
los elementos de convicción producidos.

5.9. Concurrir al Despacho:


Los jueces deben concurrir a sus despachos en el horario establecido para atender los asuntos a
su cargo.
De acuerdo con el Código de Organización Judicial los jueces deben dar audiencia todos los días
hábiles, las que serán públicas, salvo que por razones de moralidad o decoro fuera necesaria o
conveniente la reserva (Art. 196, 1ºp. COJ).

6. Derechos de los Jueces:


6.1. Administrar Justicia:
De la misma manera que los jueces se encuentran obligados, en virtud del deber de jurisdicción, a
administrar justicia, en forma correlativa tienen el derecho de hacerlo. Esto constituye, además de
un derecho del juez, una garantía para los justiciables, en razón de que de este modo funciona el
principio del juez natural y se vedan los juicios especiales.

6.2. Remuneración:
Los jueces tienen derecho a una remuneración adecuada, lo que significa una garantía de
idoneidad y de independencia personal. El Código del Trabajo establece: “Todo trabajo debe ser
remunerado. Su gratuidad no se presume” (Art. 12 CT) Gozan de la asignación que se establece en
el Presupuesto General de la Nación.
La remuneración debe contener todas las mejoras consiguientes, como prestaciones asistenciales,
familiares, vacacionales. Etc. Esto es, las que correspondan a la moderna seguridad social,
debiendo rodearse al magistrado de las condiciones de una vida digna, adecuada a la jerarquía de
su cargo. Como, así también la posibilidad de la jubilación, el derecho a la vivienda y al descanso.

6.3. Respeto y Consideración:


Los jueces tienen derecho a ser tratados con consideración, ya que la magistratura es una
dignidad, por lo que debe garantizársele el debido respeto, en especial por las partes y abogados.
Para su efectivización, en caso de violación, se establecen las facultades disciplinarias (Art. 17
CPC y Arts. 236 y 232 incs. a) y c) COJ).

6.4. Inmunidad:
Los magistrados judiciales gozan de inmunidad, en cuya virtud por disposición constitucional,
ningún magistrado podrá ser acusado o interrogado judicialmente por las opiniones emitidas en el
ejercicio de sus funciones. No podrá ser detenido o arrestado sino en caso de flagrante delito que
merezca pena corporal. Si asi ocurriese, la autoridad interviniente debe ponerlo bajo custodia en su
residencia, comunicar de inmediato el hecho a la Corte Suprema de Justicia y remitir los
antecedentes al juez competente (art. 255 CN).
Los que atentasen contra la independencia del Poder Judicial y la de los magistrados, quedarán
inhabilitados para ejercer toda función pública por cinco años consecutivos, además de las penas
que fije la ley (Art. 248, 3º p. CN)
7. Responsabilidad:
7.1. Responsabilidad civil:
Se entienden por responsabilidad la situación jurídica derivada de una acción u omisión ilícitas, que
consiste en el deber de reparar el daño causado.
Los jueces no están excluidos de la regla en virtud de la cual todas las personas deben responder
de sus actos. Los mismos no se hallan exentos de responsabilidad; antes bien son tantos o más
responsables que el común de las personas, en su carácter de funcionarios públicos.

7.2. Responsabilidad Penal:


Los jueces también están sujetos a la responsabilidad penal, derivada de la comisión de delitos
calificados como tales en el Código Penal. Las sanciones pertinentes se hallan prescriptas en el
Código penal, siendo competentes los juzgados ordinarios de la justicia criminal.

7.3. Responsabilidad Disciplinaria:


Lo expresado precedentemente es sin perjuicio de la responsabilidad disciplinaria a la que se
hallan sometidos los jueces, en virtud de los Arts. 259 inc. 1) 1ª p. de la CN., y 232 y 234 del COJ, y
que lo hacen pasibles de amonestaciones, apercibimiento, multas y suspensión temporaria que no
exceda de un mes. (Ver ley de la Función Pública).

8. Designación:
Designar significa destinar a una persona, o cosa, para determinado fin.
Los ministros de la Corte Suprema son designados a través del Consejo de la Magistratura que
propone las ternas de candidatos, previa selección basada den la idoneidad, con consideración de
méritos y aptitudes, que eleva a la Cámara de Senadores para que ésta los designe, con acuerdo
del Poder Ejecutivo (art. 264, inc. 1) CN).
Los miembros de los tribunales y juzgados de toda la República serán designados por la Corte
Suprema de Justicia, a propuesta en terna del Consejo de la Magistratura (Art. 251 CN).
9. Incompatibilidades:
Dispone la Constitución: “Los magistrados no pueden ejercer, mientras duren en sus funciones,
otro cargo público o privado, remunerado o no, salvo la docencia o la investigación científica, a
tiempo parcial. Tampoco pueden ejercer el comercio, la industria o actividad profesional o política
alguna, ni desempeñar cargos en organismos oficiales o privados, partidos, asociaciones o
movimientos políticos” (Art. 254 CN).

10. Remoción:
La remoción consiste en destituir de su cargo a un funcionario.
De acuerdo con la Constitución los ministros de la Corte Suprema de Justicia sólo pueden ser
removidos por juicio político (Art. 261, 1ª p. CN). Estos “sólo podrán ser sometidos a juicio político
por mal desempeño de sus funciones, por delitos cometidos en el ejercicio de sus cargos o por
delitos comunes. La acusación será formulada por la Cámara de Diputados por mayoría de dos
tercios. Corresponderá a la Cámara de Senadores, por mayoría absoluta de dos tercios, juzgar en
juicio público a los acusados por la Cámara de Diputados y, en su caso, declararlos culpables, al
sólo efecto de separarlos del cargo. En los casos de supuesta comisión de delitos, se pasaran los
antecedentes a la justicia ordinaria” (Art. 225 CN).
11. Cesación:
La cesación consiste en dejar de desempeñar algún empleo o cargo.
Los ministros de la Corte Suprema de Justicia y los demás magistrados del Poder Judicial cesaran
en el cargo cumplida la edad de setenta y cinco años (art. 261, 2ª p. CN).
El límite de edad establecido es una cuestión de política legislativa. Algunas personas a dicha
edad, sobre todo con el avance de la ciencia médica, se encuentran todavía lúcidas y sanas para
ejercer su profesión; obviamente, otras no. Por ello, la realización de un examen médico completo y
periódico, puede indicar, de una mejor manera y más científica, la aptitud física y mental de una
persona para poder desempeñar el cargo.

12. Excusación y Recusación:


12.1 Conceptos:
Excusarse significa apartarse el juez espontáneamente del conocimiento de un proceso de su
competencia, en razón de existir una causa de impedimento legal. La excusación constituye un
deber pero también un derecho de todo juez.
La excusación se encuentra tratada en primer lugar en la ley, antes de la recusación, porque debe
ser el juez quien, ante todo y antes que cualquier otra persona, deba manifestar si existe alguna
causa, razón o motivo que le impida actuar con absoluta independencia e imparcialidad,
apartándose del caso sin esperar que la parte lo recuse.
La recusación es la facultad acordada a las partes para, mediante su separación, impedir que un
juez o ciertos auxiliares de la jurisdicción intervengan en un proceso.
Tanto la recusación como la excusación provocan una alteración en el régimen de la competencia
de los jueces por razón del turno, produciéndose un desplazamiento de la competencia.

12.2. Causas:
El Código Procesal Civil en el art. 20 establece los muy variados motivos que pueden dar lugar a la
recusación o excusación. Las causales, según el precepto, se extienden también al cónyuge del
juez, mientras no se halle divorciado y comprende a las partes, sus mandatarios o letrados.
La enumeración no es taxativa ya que el art. 21 del Código Procesal Civil admite la posibilidad de
otros motivos de excusación y, por extensión, de recusación.
El juez deberá manifestar siempre circunstanciadamente la causa de su excusación. Si no lo
hiciere, o si no fuere legal la invocada, el juez o conjuez reemplazante deberá impugnarla pasando
directamente el incidente al superior, quien lo resolverá sin sustanciación en el plazo de cinco días,
expresa el art. 22 del CPC.
La recusación es una facultad inherente a la calidad de parte; de allí que corresponde su ejercicio a
todo aquel que con dicha calidad intervenga en el proceso.
Puede ser ejercido también por los apoderados o representantes legales, sin necesidad de facultad
o poder especial, por cuanto el poder conferido para un juicio autoriza a ejercer todos los actos del
proceso, salvo que en virtud de la ley se requiera poder especial como es el caso del art. 884 del
CC.

12.2.1. Parentesco: El parentesco se determina por las normas del CC. establecidas en los arts.
249 y siguientes.
Debe incluirse como causal válida el parentesco por adopción. No será motivo de excusación o
recusación el parentesco con otros funcionarios que intervengan en cumplimiento de su deber (Art.
21 2! P. CPC).

12.2.2. Interés. Sociedad: El juez no puede ser juez y parte, es decir, debe ser imparcial. El interés
en el pleito o en otro semejante puede ser directo o indirecto y existe siempre que el juez o los
parientes comprendidos con él, pueden beneficiarse o perjudicarse con el resultado del mismo.
La “affectio societatis” puede inducir la decisión del juez, aunque en las sociedades anónimas
8asociaciones de capital) se entiende que no existe, por ello se las excluye como causal de
excusación, ya que las mismas se constituyen “intuitu rei” y no “intuitu personae”.

12.2.3. Pleito Pendiente: Cualquiera sea la situación procesal del juez, o la de sus parientes, como
actor demandado o tercero interesado y la naturaleza del proceso, ya que el pleito supone siempre
un conflicto de intereses que puede comprometer el sentido de la decisión.

12.2.4. Acreedor, deudor o fiador: las circunstancias señaladas son personales,


consecuentemente no incluye a los parientes.

12.2.5. Denuncia o acusación: la denuncia o acusación debe versar sobre la autoría, complicidad
o encubrimiento en la comisión de un delito, cualquiera sea su naturaleza. Sin embargo cátedra
entiende que cualquier denuncia del que pudiera derivar una sanción punitiva como sería el caso
de una denuncia al magistrado ante la corte suprema de justicia por mal desempeño, o ante el
jurado de enjuiciamiento de magistrados por algunas de la causales previstas para el
enjuiciamiento, deben ser consideradas causales validas porque sin dudas que llevan a un estado
del espíritu adverso hacia la persona que le haya denunciado.

12.2.6. Prejuzgamiento: configuran esta causal el haber sido defensor, o haber emitido opinión o
dictamen, o dado recomendaciones acerca del pleito, antes o después de comenzado.

12.2.7. Beneficio: se refiere no sólo a beneficios de orden material sino cualesquiera otros que
objetivamente apreciados puedan comprometeré la gratitud del juez.

12.2.8. Tutela. Curatela. Adopción: A los supuestos mencionados expresamente en la ley,


referido a ser o haber sido tutor o curador, o haber estado bajo la tutela o curatela, debe agregarse
el haber sido adoptante o adoptado.

12.2.9. Amistad Intima: no basta la simple amistad consecuencia de una relación de conocimiento.

12.2.10. Enemistad Manifiesta: La enemistad debe resultar de actos directos. Graves y manifiestos.
12.2.11. Decoro o Delicadeza: a los efectos de asegurar a las partes el máximo de imparcialidad,
el Código Procesal Civil establece en el art. 21 otras causas fundadas en motivos graves de decoro
y delicadeza.
Las razones que pueden dar lugar a estos otros motivos de excusación son limitadas, pueden
adquirir los más variados matices en razón de que, finalmente, serán las consecuencia de la mayor
o menor sensibilidad y estimación del juez en relación con las personas y el “tema decidendum”.

12.3. Recusación Sin Expresión de Causa:


La recusación sin expresión de cusa constituye una garantía de imparcialidad respecto de
situaciones de difícil previsión en el texto de la ley. Tiene la loable finalidad de sustraer a los
litigantes de la potestad de los malos jueces que no gozan de la absoluta confianza de aquéllos.
La antigua leyes españolas (Fuero Juzgo, Fuero Real, Partida III, Título IC, Ley 22) permitían la
recusación sin expresión de causa, siendo suficiente que se alegara su existencia y se jurara que
no se actuaba de mala fe.
Procede, al igual que la recusación con causa, en toda clase de procesos sean ellos contenciosos,
voluntarios, ordinarios, ejecutivos, singulares o universales.
El ejercicio del derecho de recusar sin expresión de causa tiene los siguiente Límites:

12.3.1. En relación a los jueces: En primera instancia y en los tribunales de apelación: sólo un
juez (puede ser recusado sin expresión de causa).

12.3.1.1. Inadmisibilidad: Tanto al Ley 1084/97 de Enjuiciamiento de Magistrados, como la Ley


609/95 que Organiza la Corte Suprema de Justicia y la Ley 635/95 que reglamenta la Justicia
Electoral, prohíben expresamente la recusación sin expresión de causa de los Miembros del Jurado
de Enjuiciamiento de Magistrados, de los ministros de la Corte Suprema de Justicia y de los
magistrados del fuero electoral.
Los secretarios únicamente podrán ser recusados por las causas previas en el art. 20 del CPC (art.
39 CPC). El secretario del juez recusado debe ser reemplazado por un secretario del juez
subrogante.

12.3.2. En relación a los juicios: Una sola vez en cada juicio. En el juicio de Amparo no procede la
recusación, sin perjuicio del deber de excusación que tiene los jueces (Art. 586, 2ª p. CPC).

12.3.3. En relación a la oportunidad procesal:


12.3.3.1. Actor: deberá presentar la recusación al entablar la demanda o en su primera
presentación.
12.3.3.2. Demandado: en su primera presentación antes o al tiempo de contestar la demanda o de
oponer excepciones en el juicio ejecutivo, o de comparecer a la audiencia señalada como primer
acto procesal.
La recusación sin expresión de causa es independiente de la recusación con causa. De ello resulta
que no se pueda deducir cualquiera de ellas, habiéndose hecho uso o no de la otra, mientras la
intervención del juzgado no esté consentida, salvo que exista alguna casual sobreviniente, que
siempre autoriza la deducción de la recusación con expresión de causa.
El hecho de haberse producido la recusación no implica que se suspenda el proceso. Por ello la
norma procesal previene que no se suspende el trámite de la causa, los plazos, ni el cumplimiento
de las diligencias ordenadas por el juez recusado.

12.4. Recusación Con Expresión de Causa:


La causal de recusación, cuando es con causa, debe ser invocada concretamente, ser real y seria y
no creada artificiosamente.
Los vicios procesales y los errores de hecho y de derecho de las resoluciones en que puede incurrir
el juez, no constituyen causas de recusación, pudiendo dar lugar a los recursos correspondientes.
En relación a la oportunidad de ejercer la recusación con expresión de causa, el Código Procesal
Civil dispone: “El actor deberá ejercer la facultad de recusar al entablar la demanda o en su primera
presentación; y el demandado, en su primera presentación, antes o al tiempo de contestarla, o de
oponer excepciones en el juicio ejecutivo, o de comparecer a la audiencia señalada como primer
acto procesal.
Los jueces de la Corte Suprema y de los tribunales de apelación, únicamente podrán ser recusados
dentro de tercero día desde la notificación de la primera providencia que se dicte.
Si la causal fuera sobreviviente, sólo podrá hacerse valer dentro de los tres días de haber llegado a
conocimiento del recusante y antes de quedar el expediente en estado de sentencia.
12.5. Ataques u Ofensas al Juez:
Los ataques u ofensas inferidos al juez después que hubiera comenzado a conocer del asunto en
ningún caso serán causas de recusación (art. 23, 2º p. del CPC).
Se previene el supuesto de que por este deleznable medio de atacar u ofender al juez natural de la
causa se pretenda maliciosamente apartarlo de su conocimiento, con el objeto de obstaculizar el
proceso o encontrar otro juez más condescendiente.

13. Jueces Técnicos y Jurados:


Se denomina jueces técnicos aquellos que han cursado estudios de Derecho, es decir, a los que
han obtenido el título de abogado. Por el contrario, los jueces no técnicos o legos son los que
carecen del referido estudio.
En los países regidos por el “civil law” el temperamento predominante es que los jueces deben ser
técnicos en Derecho. No obstante, existen algunos legos, como en nuestro país los jueces de paz,
aunque ese criterio vaya desapareciendo.
La justicia lega se manifiesta sobre todo a través de la institución de los Jurados establecida para
resolver cuestiones de hecho. Este sistema se halla difundido en los países del “common law”, en
los que se la considera una garantía.
Esta forma de administrar justicia se basa en la idea de que las personas comunes pueden apreciar
los hechos sin necesidad de contar con conocimientos especializados.

14. Tribunal Unipersonal o Colegiado:


La organización de la administración de justicia puede estructurarse con tribunales unipersonales o
colegiados.
A favor del sistema unipersonal se argumenta que con él, se obtiene una mayor economía de
tiempo, gastos y esfuerzos, y que la responsabilidad del juzgador queda bien definida y no se
diluye ni confunde.
Los que sostienen la prevalencia del sistema colegiado consideran que se logra una mejor justicia,
con menos margen de error, lo cual es el resultado no sólo del mayor número de jueces sino
también de la mayor deliberación que se produce para dictar el fallo..

15. Instancia Única o Múltiple:


La administración de justicia puede ser organizada mediante un orden jerárquico de tribunales, con
potestad de revisar las resoluciones dictadas por el tribunal o juez de inferior jerarquía.
Los que sostienen la prevalencia del primer sistema se fundan en que:
a) El error es propio del ser humano, por lo que la apelación es necesaria para que el error, de
haber ocurrido, pueda ser corregido.
b) la apelación es resuelta por jueces de mayor capacidad y experiencia.
c) Los tribunales de segunda y tercera instancia están constituidos por un colegiado, vale decir por
varios magistrados, lo que posibilita la discusión y mejor examen de las cuestiones litigiosas.
d) la apelación da seguridad a las partes, por la intervención de otros jueces en el mismo asunto.
e) la posibilidad de revisión de sus fallos vuelve circunspectos y prudentes a los jueces.
La organización judicial de nuestro país se estructura sobre la base de instancia múltiple.

Por su parte, los partidarios de la instancia única sostienen:


a) que la razón de la instancia múltiple reside en la imperfección de la organización de la justicia, de
tal manera que corregida ésta por una mayor cultura judicial, una mejor selección de los jueces,
etc., la instancia múltiple carecería de razón.
b) con la instancia única se obtiene mayor celeridad procesal.
c) la justicia es menos onerosa con una sola instancia.
d) se priva a los litigantes de mala fe de la chicana de la apelación maliciosa, tan frecuente en la
práctica tribunalicia donde se la utiliza como ardid para entorpecer y dilatar los juicios.

En algunos países donde la instancia única funciona debidamente, como Gran Bretaña, su éxito
radica principalmente en tres motivos:
a) una excelente selección de jueces de gran moralidad e incuestionable versación jurídica;
b) un ambiente socio-político respetuosa de la función, persona e independencia del magistrado; y
c) una adecuada remuneración de los jueces.

16. Auxiliares del Tribunal:


La expresión Auxiliares del Tribunal incluye dos categorías de personas: los funcionarios y
empleados judiciales, y los asesores y representantes de las partes, abogados y procuradores.
Dentro de la primera categoría, es decir, los funcionarios al servicio de la Justicia, encontramos, a
su vez, dos órdenes diferentes de servidores: los que componen el oficio judicial, es decir, los
empleados permanentes del Poder Judicial, y los que no realizan labor permanente al servicio del
tribunal, si no que son nombrados para cada caso especial: peritos, oficiales de justicia,
rematadores, etc. Ninguno de éstos ejerce, obviamente, la función jurisdiccional.

16.1. Secretario:
El Secretario o Actuario es el funcionario judicial que tiene como principal cometido oficiar de
auxiliar del juez, refrendado y autenticando las actuaciones y ejerciendo la jefatura de la oficina
judicial o secretaría.
Los secretarios son los principales auxiliares de los jueces y tribunales, constituyéndose en lo
colaboradores más importantes y directos de los mismos.
De conformidad con los arts. 186 y 187 del COJ, (y el Manual de Funciones de la CSJ) los
secretarios deben:
a) asistir diariamente a su oficina, mantenerla abierta para el servicio público y permanecer en ella
en las horas indicadas en el horario respectivo;
b) recibir los escritos y documentos que presenten los interesados y poner los cargos con
designación de fecha, hora y si llevan firma de abogado en su caso, y otorgar los recibos
respectivos siempre que fuesen solicitados;
c) presentar sin demora a los jueces los escritos, documentos, oficios y demás despachos
referentes a la tramitación de los asuntos;
d) organizar y foliar los expedientes a medida que se forman;
e) asistir a las audiencias, acuerdos o informaciones orales, consignando, en su caso, el tiempo de
su duración y redactando las actas, declaraciones, informes, notas y oficios;
f) dar cuenta a los jueces del vencimiento de los plazos que determinan la prosecución de oficio de
los asuntos o causas;
g) refrendar las actuaciones, providencias, resoluciones y sentencias expedidas por los jueces y
tribunales;
h) hacer saber la providencia, resoluciones y sentencias a las partes que acudiesen a la oficina a
tomar conocimiento de ellas, anotando en el expediente las notificaciones que hicieren;
i) guardar la debida reserva de las actuaciones cuando lo requiera la naturaleza de la misma, o sea
ordenada por los jueces y tribunales;
j) dar conocimiento de los expedientes o procesos archivados en sus oficinas a las personas que,
teniendo interés legítimo, lo solicitaren;
k) custodiar el sello de los juzgados o tribunales, así como los documentos y expedientes que
tuviesen a su cargo, siendo responsable de su pérdida, uso indebido, mutilación o deterioro;
l) tener a su cargo la urna para sorteos y llevar en buen orden los libros que prevengan los
reglamentos;
ll) intervenir en el diligenciamiento de las órdenes judiciales referentes a la extracción de dinero u
otros valores de los bancos;
m) dar debido cumplimiento a las demás órdenes expedidas por los jueces o tribunales; y
n) desempeñar las funciones indicadas en las leyes y acordadas.

16.2. Ujier:
Es el funcionario encargado de practicar las notificaciones en los domicilios de las personas que
intervienen en los juicios. Sus obligaciones, atribuciones y funciones están previstas en los arts.
188 y 189 del COJ (y en el manual de funciones de la CSJ).
En las secretarías existen otros funcionarios con categoría de ujieres llamados Oficiales de
Secretaría a cuyo cargo se hallan las notificaciones efectuadas personalmente en el expediente en
la secretaría (art. 133 in fine CPC)

16.3. Oficial de Justicia:


El Oficial de Justicia, antiguamente denominado “Alguacil”, es el ejecutor material de las ódenes del
juez.
Tiene a su cargo diligenciar los mandamientos de embargo y otras medidas ordenadas por los
jueces, p/ej.: desalojos, desapoderamientos de bienes, etc., sus atribuciones y obligaciones se
hallan enunciadas en los arts. 171 y 172 del COJ.
Debe observarse que los oficiales de justicia no son funcionarios de la administración de justicia, ya
que ejercitan su función como profesionales independientes, auxiliares de justicia, como así
también los peritos, interventores, administradores judiciales, etc.

17. Circunscripciones Judiciales:


La finalidad de contar con zonas regionales judiciales es lograr una administración de justicia que
sea capaz de responder con eficiencia y rapidez a los requerimientos de las personas que habitan
esos lugares, de modo tal que se cumpla un efectivo acceso a la justicia.

Ellas son los siguientes: Circunscripciones del Paraguay

• Tercera Circunscripción
Itapúa

18. Ministerio Público.


18.1. Concepto: El Ministerio Público representa a la sociedad ante los órganos jurisdiccionales del
Estado, gozando de autonomía funcional y administrativa en el cumplimiento de sus deberes y
atribuciones. Lo ejerce el Fiscal General del Estado y los agentes fiscales, en la forma determinada
por la ley (Art. 266 CN).

La Constitución establece los deberes y atribuciones del Ministerio Público:


1) velar por el respecto de los derechos y garantías constitucionales;
2) promover acción penal pública para defender el patrimonio público y social, el medio ambiente y
otros intereses difusos, así como los derechos de los pueblos indígenas;
3) ejercer la acción penal en los casos en que, para iniciarla o proseguirla, no fuese necesaria la
instancia de parte, sin perjuicio de que el juez o tribunal proceda de oficio, cuando lo determine la
ley;
4) recabar información de los funcionarios públicos para el mejor cumplimiento de sus funciones; y
5) los demás deberes y atribuciones que fije la ley” (Art. 268 CN).

El Ministerio Público es un órgano de justicia, pero no ejerce el poder jurisdiccional. Aunque


pertenezca al Poder Judicial y se le reconozca a sus integrantes el carácter de magistrados no
realiza función jurisdiccional.

18.2. División: El Ministerio Público comprende: El Ministerio Fiscal, el Ministerio de la Defensa


Pública y el Ministerio Pupilar.

18.2.1. Ministerio Fiscal:


El Ministerio Fiscal en los Civil y Comercial debe velar por el respecto de las leyes que regulan la
capacidad y el estado de las personas. También de las reglas que determinan la competencia de
los jueces y otras que afectan al orden público y que, por ende, no podrían quedar al arbitrio de los
particulares.
Para las atribuciones del Discal General del Estado y de los agentes fiscales de cuentas, en lo civil
y comercial, del trabajo, en lo penal y los procuradores fiscales (arts. 63 al 69 del COJ).

18.2.2. Ministerio Pupilar: se refiere a la representación de los menores e incapaces en los


procesos; está a cargo velar por sus personas, sus derechos y sus bienes.

18.2.3. Ministerio de la Defensa Pública: está desempeñado por los defensores y procuradores
de pobres, ausentes e incapaces mayores de edad, los abogados del trabajo, los defensores de
pobres en el fuero penal, y los auxiliares de la justicia de menores según el art. 70 del COJ.
Los representantes del Ministerio Público son funcionarios públicos, entendiéndose por tales a toda
persona que desempeña una función pública cualquiera sea su jerarquía.

18.3. Responsabilidad:
Los funcionarios del Ministerio Público responden por el cumplimiento irregular de sus obligaciones
legales. el incumplimiento puede ser por acción u omisión.
Resulta lógico sostener que de acuerdo con los principios generales y las disposiciones legales
existentes en la materia, la responsabilidad civil de los representantes del Ministerio Público se
extiende, además de los casos de dolo o fraude, a los daños producidos por culpa o negligencia.
Se extiende al Ministerio Público lo referido en cuanto sea pertinente acerca de la responsabilidad
de los jueces, incluso, la responsabilidad penal y la disciplinaria.
Los que ejercen el Ministerio Público como agentes fiscales pueden ser enjuiciados por ante el
Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados por la misma comisión de delitos o el mal desempeño de
las funciones definidos en la Ley Nº 1084/97 de Enjuiciamiento de Magistrados.

18.4. Recusación:
Según el Código procesal Civil los representantes del Ministerio Público podrán ser recusados y
deberán excusarse por las causas previstas para los jueces. El trámite será el establecido para la
recusación de los jueces (art. 42 CPC).
19. Defensa de los Intereses Difusos:
Un tema que es tratado con mucho interés en el Derecho Procesal actualmente, por su amplia
repercusión social, es del de protección de diversos intereses colectivos, no los públicos del Estado
o de la sociedad como tal. Se conoce que existe una serie de intereses fragmentarios, de grupos
intermedios que no tienen el carácter de personas jurídicas y que sin embargo actúan en la
moderna sociedad caracterizada como sociedad de masas, de economía de consumo y de
agresiones al medio ambiente.
Entre los intereses difusos se mencionan los del consumidor, de relevancia indudable en una
época, como la actual, caracterizada como “sociedad de consumo”, los intereses espirituales,
artísticos, históricos y culturales de la sociedad, y la defensa del medio ambiente.
Cuestiones relevantes de orden procesal que plantea esta nueva temática se hallan referidas a la
legitimación de las partes en el proceso, y a la cosa juzgada.

SEGUNDA SECCION:

1.ARBITRAJE:
1.1. Concepto: El arbitraje, entendido como medio de dirimir conflictos
El proceso arbitral es el que se sustancia ante los jueces y árbitros y arbitradores, quienes tienen
competencia para conocer los conflictos que le son sometidos para su decisión, conforme a
derecho o según la equidad.
El arbitraje implica siempre un proceso desarrollado y resuelto por particulares que, como método
de debate, presenta innegables ventajas respecto del proceso judicial. Las exposiciones de las
partes se hacen generalmente en forma verbal y sin formalismos anacrónicos
1.2. Naturaleza. Fundamento Constitucional:
La función que ejercen los jueces árbitros y arbitradores tiene naturaleza jurisdiccional. Dentro de
nuestro ordenamiento jurídico los mismos integran el Poder Judicial de la República,

1.3. Alcance:
La ley procesal ha reglamentado el alcance de la función jurisdiccional que ejercen los jueces
árbitros y arbitradores
Las notas características de la mencionada reglamentación son:
1. Limitación exclusiva a conflictos de contenido patrimonial.
2. Prohibición de someter ciertas contiendas a la decisión de árbitros y arbitradores, lo que
constituye un complemento de la regla anterior.
3. Determinación de la capacidad de las personas que pueden acudir al proceso arbitral.
4. Régimen especial de recursos.
5. Ejecución del laudo arbitral y resoluciones ejecutables por el juez de primera instancia en lo civil
y comercial del fuero ordinario.

1.4. Clases:
El arbitraje puede ser de dos clases, según tenga como fuente la voluntad de las partes o la ley.

a. Arbitraje convencional: se produce cuando las partes convienen someter la decisión de sus
controversias a un juicio arbitral.

b. Arbitraje legal: cuando la ley impone el arbitraje como medio de solución de un determinado
conflicto, p/ej.: las cuestiones provenientes de daños causados por choques y abordajes (arts. 1624
y 1669, De los Derecho y Obligaciones que resultan de la navegación, del Código de Comercio);
además ver Ley 1879/02 “De Arbitraje y Mediación”.
El arbitraje convencional o el legal pueden ser ejercidos por jueces árbitros y arbitradores.
2. Tribunal Arbitral:
El tribunal arbitral puede estar integrado por jueces árbitros o arbitradores.

2.1. Jueces árbitros: denominados árbitros de derecho (“iuris”). Deben resolver siempre conforme
a Derecho.
El procedimiento que deberá ser utilizado por los árbitros dependerá de lo que las partes o la
autoridad nominadora hayan convenido acerca del mismo, de lo contrario se observaran las reglas
prevenidas en la Ley 1879/02. Siendo así, habrá que distinguir:

2.1.1. Cuando las partes han pactado en forma expresa, deberán los árbitros utilizar el
procedimiento convenido en las mismas (siempre en conformidad con la Ley 1879/02- art. 22).
2.1.2. Si no existe convenio entre las partes sobre el procedimiento o éste es insuficiente,
emplearan el establecido en le Ley 1879/02 (art. 22)

2.2. Jueces arbitradores llamados también “amigable componedores”: Pueden resolver según
la equidad (art. 248, 2º p. in fine CN).

Los arbitradores o amigables componedores deberán ajustar su proceder:


2.2.1 A las reglas que pudieron haber convenido las partes.
2.2.2. Cuando así no lo hubieran hecho, no estarán sujetos a reglas legales debiendo actuar de
acuerdo con su ciencia y conciencia.

2.3. Debido Proceso:


Sean jueces árbitros o arbitradores y sea que el procedimiento se halle reglado o no, deberá
respetarse la garantía constitucional del debido proceso, que consagra el derecho que tienen las
partes de ser oídas y de producir prueba (art. 16 CN).

2.4. Falta de Acuerdo o Duda:


Cuando las partes no hayan acordado en forma expresa las clases de jueces árbitros o
arbitradores, o existiendo dudas sobre la intención de las mismas, la cuestión será sometida a un
tribunal de jueces arbitradores.

2.5. Facultades:
Los jueces árbitros y los arbitradores están ampliamente facultados para conocer, instruir y resolver
la cuestión sometida a su decisión. También, las cuestiones incidentales y las conexas y todo lo
relativo a la sustanciación de la causa.
Antes de citar el laudo, en cualquier etapa del proceso arbitral, podrán intentar la conciliación de las
partes.

3. Objeto del Arbitraje: el art. 2º de la Ley Nº 1879/02 “De Arbitraje y Mediación” establece: “Objeto
de arbitraje: Toda cuestión transigible y de contenido patrimonial podrá ser sometida a arbitraje
siempre que sobre la cuestión no hubiese recaído sentencia definitiva firme y ejecutoriada. No
podrán ser objeto de arbitraje aquellas en las cuales se requiera la intervención del Ministerio
Público.
El Estado, la entidades descentralizadas, la autárquicas y las empresas públicas, así como las
municipalidades, podrán someter al arbitraje sus diferencias con los particulares, sean nacionales o
extranjeros, siempre que surjan de actos jurídicos o contratos regidos por el derecho privado”.

3.2. Excepciones: De acuerdo a la ley “De Arbitraje y Mediación” “.No podrán ser objeto de
arbitraje aquellas en las cuales se requiera la intervención del Ministerio Público”.
Lo que conlleva la nulidad en caso de su transgresión. En este sentido no se puede someter
a arbitraje:
3.2.1. Estado civil y capacidad de las personas: porque en estas cuestiones se halla interesado el
orden público y se trata de derechos indisponibles, los cuales deben quedar sometidos a la justicia
ordinaria del Estado.

3.2.2. Bienes del Estado y las Municipalidades: sólo las cuestiones que surjan de actos jurídicos o
contratos regidos por el derecho privado pueden ser sometidos al arbitraje (ver además: art. 248, 3º
p. in fine CN).
3.2.4. Testamentos: Fundado en que el régimen sucesorio se halla vinculado al orden público (en
los juicios testamentarios tiene intervención el Ministerio Público), toda cuestión referida a la validez
o nulidad de las disposiciones de última voluntad del causante, contenidas en un testamento
quedan excluidas del arbitraje.

3.2.5. Transacción: El Código Civil establece: “No pueden transigirse sobre las relaciones de
familia; o que se refieran a los poderes o estado derivadas de ellas, ni sobre derechos o cosas que
no pueden ser objeto de los contratos, o que interesen al orden público o las buenas costumbres.
Pueden ser transigidos los litigios sobre derechos patrimoniales subordinados al estado de las
personas. O a los demás casos indicados, siempre que la transacción no comprenda el estado
mismo o el hecho prohibido. En caso contrario, será nula por el todo” (Art. 1497 CC).

3.2.6. Código de Organización Judicial: El COJ, después de realizar la enumeración idéntica


precedente agrega: “…e) en general, todas aquellas respecto de la cuales exista una prohibición
especial, o en las que estén interesadas la moral y las buenas costumbres” (Art. 49, inc. e) del
COJ).

4. Oportunidad:
Las cuestiones que por su contenido pueden ser objeto de arbitraje podrán promoverse antes o
después de haber sido deducidas en juicio ante la justicia ordinaria, cualquiera fuere el estado del
mismo, mientras no se haya dictado sentencia definitiva.
En el mismo sentido, el Código de Organización Judicial dispone: “Toda controversia entre partes,
antes o después de deducida en juicio, y cualquiera sea el estado de éste, puede someterse a la
decisión de jueces árbitros o arbitradores” (Art. 48, COJ y art. 2º ley Nº 1879/02).
La regla es que en cualquier momento, siempre que exista acuerdo de partes, éstas podrán
convenir, siempre que su objeto lo permita, que las controversias que puedan surgir entre las
partes sean conocidas y decididas por jueces árbitros o arbitradores en un proceso arbitral.
5. Partes. Capacidad:
Toda persona capaz que actúa por un derecho que le es propio puede someter a arbitraje cualquier
cuestión transigible que tenga contenido patrimonial y no sea de la que expresamente se
encuentran excluidas por la ley.

6. Cláusula Compromisoria. Autoridad Nominadora:


La cláusula compromisoria es el acuerdo en virtud del cual las partes se obligan a someter las
eventuales diferencias que se suscitaren entre ellas a la decisión arbitral de jueces árbitros o
arbitradores. Pueden incluirse en la misma otras cuestiones vinculadas a la forma y a las
modalidades del arbitraje.

7. Domicilio de los Jueces. Sede del Tribunal:


Salvo acuerdo en contrario de las partes, ni la nacionalidad ni el domicilio serán obstáculos para el
nombramiento de los árbitros. Para el ejercicio de sus funciones los árbitros extranjeros serán
admitidos en el país como extranjeros residentes por el plazo de seis meses, pudiendo éste ser
prorrogado por períodos similares (art. 13 Ley N1 1879/02);
El art. 23 de la Ley de Arbitraje establece: “Lugar de arbitraje. Las partes podrán determinar
libremente el lugar del arbitraje.

8. Laudo: El laudo es el pronunciamiento definitivo dictado por el tribunal arbitral que decide el
asunto sometido a su conocimiento.
9. Conclusión de la jurisdicción. Ejecución:
El tribunal arbitral con el dictado del laudo pone fin al juicio arbitral, concluyendo la jurisdicción del
mismo, siendo así, carece de facultades de ejecutar sus resoluciones.
El Art. 45 de la ley 1879/02, establece: “Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales. Un laudo
arbitral, cualquiera sea el Estado en el cual se haya dictado, será reconocido como vinculante y,
tras la presentación de una petición por escrito al órgano judicial competente, será ejecutado de
conformidad a las disposiciones del presente capítulo. Será competente, a opción de la parte que
pide el reconocimiento y ejecución del laudo, el Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial
de turno del domicilio de la persona contra quien se intente ejecutar el laudo, o, en su defecto el de
la ubicación de los bienes”.
El laudo tiene autoridad de cosa juzgada con relación a las partes del proceso arbitral.

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…………..

LECCIÓN 7
COMPETENCIA

1.Concepto
La competencia consiste en el límite de la jurisdicción. El Código de Organización Judicial
establece: “Los jueces y tribunales ejercerán jurisdicción dentro de los límites de su competencia”
(Art. 7 COJ). LASCANO define la competencia como la capacidad reconocida a ciertos jueces para
ejercer jurisdicción en determinados casos.
La competencia es la porción de jurisdicción de los diversos órganos jurisdiccionales y también la
aptitud que poseen para juzgar determinados casos.
La competencia es el ámbito de atribuciones del órgano. La regla es que la competencia sólo
puede ser ejercida por sus propios agentes, es decir, es indelegable

2. Caracteres
-Improrrogabilidad: La competencia atribuida a los jueces y tribunales es improrrogable.
- Indelegabilidad Debe: ser ejercida sólo por quien se halla investido de ese poder – deber.
- Inmodificabilidad: La competencia debe mantenerse firme y es inatacable una vez que queda
consentida o establecida.
3. Criterios para atribuir competencia

1. Competencia por razón del territorio

La competencia territorial tiene en cuenta el territorio del Estado, el cual es dividido en áreas; de allí
nacen las diversas circunscripciones judiciales dentro de las cuales los jueces que la componen
ejercen la plenitud de su competencia.
2. Competencia por razón de la materia: La competencia por razón de la materia: civil, comercial,
penal, laboral, contencioso-administrativa, del menor, electoral, etc. está fundada en la naturaleza
del derecho que se aplica a la cuestión sometida a los jueces.

3. Competencia por razón del valor: La competencia por razón del valor o cuantía tiene su razón
en que los pequeños litigios no deberían sustanciarse con las formalidades y los plazos con que se
sustancian intereses de mayor importancia.

4. Competencia por razón del grado: La competencia por razón del grado o funcional se da en los
sistemas judiciales que, como el nuestro, cuentan con una doble o triple instancia
5. Competencia por razón del turno
La competencia por razón del turno tiene su fundamen¬to en la división del trabajo y en el interés
práctico, ya que la posibilidad de la actuación conjunta y a un mismo tiempo de todos los jueces
derivaría, cuando menos, en un desorden ad¬ministrativo.

4. Competencia Absoluta y Relativa


La competencia puede ser relativa o absoluta según admita o no ser prorrogada.
La competencia territorial es relativa y por ende renunciable por las partes, en razón de que,
básicamente, se halla determinada por el domicilio de la persona (forum rei) o la situación de la
cosa (forum rei sitae).

En cambio, la competencia por razón de la materia, el grado, el valor y el turno es absoluta, porque
está fundada en una división de funciones, que por afectar el orden público no puede ser
modificada por las partes ni por el juez.

5. Desplazamiento de la competencia
1. Prórroga de la competencia
Un carácter que distingue la competencia es que la misma es improrrogable. Esta regla está
basada en razones de orden público, por 10 cual no puede dejarse librada a la voluntad de las
partes su modificación.
Esto, que es absoluto en materia penal, sin embargo, admite algunas excepciones en materia civil,
en especial en 10 que se refiere a la competencia territorial, la que puede ser modificada por
convenio de partes. En efecto, éstas pueden pactar expresamente la competencia del tribunal de
un determinado lugar, así como también al constituir un domicilio especial a los efectos de un
eventual litigio.

.Modalidades: Las modalidades son:


1. Prórroga expresa: Está fundada en la conveniencia e interés de las partes y en el supuesto de
que todos los jueces de la República ofrecen idénticas garantías para los justiciables, además de
que con ello no se vulnera el orden público.

2. Prórroga tácita: Se basa en la presunción de que el actor por el hecho de promover la demanda
ante un cierto juez, que no es el competente, acepta la competencia del mismo.

En la mencionada Ley se establece cuanto sigue:


"El presente Protocolo se aplicará a la jurisdicción contenciosa internacional relativa a los contratos
internacionales de naturaleza civil o comercial celebrados entre particulares, personas físicas o
jurídicas:
a) Con domicilio o sede social en diferentes Estados Partes del Tratado de Asunción;
b) Cuando por lo menos una de las partes del contrato tenga su domicilio o sede social en un
Estado Parte del Tratado de Asunción y además se haya hecho un acuerdo de elección de foro a
favor de un juez de un Estado Parte y exista una conexión razonable según las normas de
jurisdicción de este Protocolo" (Art. 1, Ley 597/95).

"El ámbito de aplicación del presente Protocolo excluye:


1. Los negocios jurídicos entre los fallidos y sus acreedores y demás procedimientos análogos,
especialmente los concordatos;
2. Los acuerdos en el ámbito del derecho de familia y sucesorio;
Los contratos de seguridad social;
Los contratos administrativos;
Los contratos laborales;
Los contratos de venta al consumidor;
Los contratos de transporte; S. Los contratos de seguros;
9. Los derechos reales" (Art. 2, Ley 597/95).
"En los conflictos que surjan en los contratos internacionales en materia civil o comercial serán
competentes los tribunales del Estado Parte a cuya jurisdicción los contratantes hayan acordado
someterse por escrito, siempre que tal acuerdo no haya sido obtenido en forma abusiva" (Art. 4, =
ley 597/95).

5.2. Conexidad

En razón de la conexidad dos o más asuntos pueden ser conocidos y resueltos por un mismo juez,
aun cuando uno de dichos asuntos no sea de su competencia.
Conexidad significa la relación, ligamen, vínculo o nexo existente entre dos o más causas, lo cual
determina que deban ser decididas por un mismo juez.
La conexidad surge de la existencia de elementos comunes entre dos o más procesos. Se
considera que en la pretensión existen tres elementos que la identifican y se relacionan entre sí: los
sujetos, el objeto y la causa. Es decir, que existe una vinculación entre las partes (conexión
subjetiva), o en la pretensión o "bien de la vida" reclamado (conexión objetiva), o respecto del
hecho en que se funda la pretensión, la causa de pedir "causa petendi" (conexión causal).
La acumulación de los procesos está regulada por el Código Procesal Civil, siendo procedente
cuando hubiere sido admisible la acumulación subjetiva de acciones y, en general, siempre que la
sentencia que haya de dictarse en uno de los juicios pudiera producir efectos de cosa juzgada en
otro u otros, exigiéndose, además, otros requisitos(Art. 121 CPC).
Además de la conexión que se funda en los elementos del proceso (sujetos, objeto y causa), existe
otra, llamada instrumental, que se produce cuando un proceso sirve de instrumento o aparece
como accesorio a otro, v.g.: incidentes, las tercerías, las ejecuciones por honorarios producidos en
un juicio etc., que por conexión corresponden al juez de lo principal.

5.3. Fuero de atracción

En cuya virtud el juez que conoce en un juicio universal, es competente para entender en las
pretensiones relacionadas con el patrimonio o los derechos sobre los que versa dicho proceso.

El fuero de atracción es una particular cualidad de los procesos universales, es decir, de aquellos
en que se tratan cuestiones que afectan la universalidad de un patrimonio, a los efectos de su
transmisión o liquidación, para que todas las cuestiones que se vinculan con ese patrimonio se
tramiten y decidan ante el juez competente para conocer en el procedimiento universal.
El fuero de atracción sólo procede en las demandas de contenido patrimonial y tiene por finalidad
facilitar la ordenada liquidación del patrimonio en beneficio de todos los interesados y una correcta
administración de justicia.

5.3.1. Procedimiento sucesorio: En razón del carácter universal que tiene el juicio sucesorio, éste
ejerce fuero de atracción sobre las acciones vinculadas a la persona y al patrimonio del causante.

El Código Civil establece: "La jurisdicción sobre la sucesión corresponde al juez del lugar
del último domicilio del causante. Ante el mismo deben iniciarse:
a) las demandas concernientes a los bienes hereditarios, hasta la partición inclusive, cuando son
interpuestas por algunos de los sucesores universales contra sus coherederos;
b) las demandas relativas a las garantías de las porciones hereditarias entre los copartícipes, las
que tiendan a la reforma o nulidad de la partición, y las que tengan por objeto el cumplimiento de la
partición;
c) las demandas relativas a la ejecución de las disposiciones del testador, aunque sean a título
particular, como sobre la entrega de los legados; y
d) las acciones personales de los acreedores del difunto, antes de la división de la herencia" (Art.
2449, 2a. p. CC).
Las excepciones al fuero de atracción en el juicio sucesorio son:
1. Acciones reales en las que la competencia se determina por el lugar de situación del bien
inmueble o mueble, aunque en éste último caso el actor puede optar por el juez del domicilio (Art.
16 COJ).
2.Acciones personales activas.
3. Ejecución de prenda con registro (Art. 2347 CC).
4. Ejecuciones hipotecarias promovidas por las Sociedades de Ahorro y Préstamo para la Vivienda
(Art. 115, Ley 325/71).
5. Ejecuciones hipotecarias y prendarias promovidas por las entidades del sistema financiero (Art.
95, Ley 861/96).
El juicio sucesorio ejerce fuero de atracción sobre las demandas que se promuevan hasta la
aprobación judicial de la partición de los bienes.

5.3.2. Procedimiento de quiebra: Es competente para conocer de la quiebra, dice la Ley de


Quiebra, el juez de "primera instancia de la justicia común del lugar donde el deudor tuviese su
negocio, su sede social o su domicilio. Si tuviese varios establecimientos, lo será el juez del lugar
donde el deudor tenga la administración o negocio principal. En el caso de que no tuviese ningún
establecimiento o no pudiese determinarse el lugar del asiento principal de sus negocios será
competente el juez de su domicilio real o el del legal, en su caso" (Art. 176 Ley 154/69).

Son de competencia del juez que entiende en la quiebra:


1 Las demandas contra el deudor respecto de sus bienes o contra la masa, aun las ya iniciadas.
2 Las acciones de revocación.
3 Las acciones emergentes del concordato homologado.
4 Las acciones de restitución.
"Los juicios promovidos por o contra el fallido que tengan contenido patrimonial serán continuados
por el síndico o contra él. Se exceptúan los juicios relativos a bienes o derechos cuya
administración y disposición conserve el fallido" (Art. 84 Ley 154/69).
La quiebra no ejercerá fuero de atracción sobre el juicio ejecutivo prendario (Art. 2347 CC). Las
ejecuciones hipotecarias promovidas por las Sociedades de Ahorro y Préstamo para la Vivienda no
son atraídas por el fuero de atracción de la quiebra (Art. 115 de la Ley 325/71.).
5.3.3. Procedimiento de disolución de la comunidad conyugal: El juicio de disolución de la
comunidad conyugal, de acuerdo con nuestra ley procesal, ejerce fuero de atracción pasivo. Siendo
así, las acciones personales o reales pasivas promovidas o que deban promoverse contra la
comunidad o contra cualquiera de los cónyuges en que éstos sean la parte demandada, deben ser
deducidas ante el juez que se encuentra entendiendo en el procedimiento de disolución.

5.4. Cambio de Juez


Se considera que existe desplazamiento en la competencia por cambio de juez, cuando la misma
es modificada por motivos inherentes al juez, lo cual hace que el juicio se desplace hacia otro
juzgado.
Se produce cuando el juez se excusa o inhibe de entender en una causa o cuando es recusado,
por cuya razón se ve privado de actuar y, previo el procedimiento legalmente pre-visto, se remite el
juicio al juez subrogante, quien en adelante será el competente.

6- Cuestiones de Competencia
Existen situaciones en que se niega la facultad de un cierto juez de conocer y decidir en un juicio
determinado. Esta circunstancia origina las denominadas cuestiones de competencia que tratan de
evitar el nacimiento de un proceso que pueda ser objeto de nulidad, produciéndose,
consecuentemente, un dispendio de la actividad jurisdiccional.
Esta contienda, en nuestro derecho, debe resolver el tribunal de apelación del fuero que les
corresponde a los fiscales involucrados.

6.1. Vías procesales


Las vías aptas para lograr el objetivo enunciado y poder plantear y resolver las cuestiones de
competencia son:
1. Declinatoria: La incompetencia por declinatoria debe promoverse como excepción previa ante el
mismo juez que comenzó a conocer la causa, pidiéndole la parte que lo considera incompetente
que así se declare.

2. Inhibitoria: En la incompetencia por vía inhibitoria la parte debe presentarse ante el juez que
crea competente, pidiéndole que se dirija al que estima no serIo para que éste se declare
incompetente.

6.2. Declaración de oficio


El juez puede de oficio declararse incompetente al promoverse la demanda (Arts. 7 y 216,2°. p.
CPC), porque en esta oportunidad debe verificar la existencia de este presupuesto procesal,
juntamente con los otros.

7. Contienda de Competencia
La contienda de competencia se puede producir de dos maneras: cuando ambos jueces se
declaran competentes para entender en la causa, en este caso la contienda es positiva, o cuando
ambos jueces se declaran incompetentes, en cuyo caso la contienda de competencia se denomina
negativa.
1. Contienda positiva
La contienda de competencia positiva se produce cuando en una cuestión de competencia
planteada por vía inhibitoria, el juez requerido se niega a separarse del conocimiento de la causa
2. Contienda negativa
La contienda de competencia es negativa cuando en una cuestión de competencia promovida por
vía declinatoria ha prosperado la excepción, o mediando declaración de oficio del juez
declarándose incompetente para conocer la causa, el actor promueve nuevamente la demanda
ante otro juez, considerado por él competente, y éste también se declara incompetente.
8. Competencia acumulativa
En cuya virtud cuando dos o más tribunales son competentes para entender en una misma causa
el tribunal que conoce primero adquiere, por este hecho, competencia exclusiva, excluyente y
definitiva, por la vigencia del Principio perpetuaría jurisdicciones.

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LECCION 8
Proceso
1. Concepto
El proceso aparece, como el medio que tiene el Estado para ejercer su función jurisdiccional

El proceso es un instrumento para cumplir los fines del Estado al imponer a las personas una
determinada conducta jurídica adecuada al Derecho y, a la vez, brindarles la tutela jurídica.

El proceso es un método de debate, regulado por la ley, para resolver un conflicto de intereses.

2. Acepciones

El vocablo proceso, su origen latino, es de uso reciente. Los romanos decían "iudicium", que viene
de "iudicare" y significa declarar el derecho. Por eso, en sentido estricto la voz juicio se refiere más
bien al acto intelectual del juez por el cual decide la causa, poniendo fin al proceso.

3. Finalidad

El proceso tiene un doble fin que consiste en hacer efectiva la voluntad de la ley (función pública) y
satisfacer los legítimos intereses de las partes (función privada).
Como fin del proceso, junto a la verdad, debe encontrarse el bien.

4. Naturaleza jurídica

La naturaleza es la esencia y propiedad característica de cada ser.

Diversas son las teorías que han sido propuestas por la doctrina para explicar la naturaleza
jurídica del proceso. Las más conocidas, en orden cronológico, son:

1. Teoría del contrato:


Esta teoría asimila la naturaleza procesal a la contractual. Supone la existencia de una convención
entre el actor y el demandado, en la que se fijan los puntos de la discusión y se otorga autoridad al
juez.

2. Teoría del cuasicontrato

Esta teoría es una derivación de la teoría del contrato.


En virtud de la misma, sus sostenedores dicen que los vínculos procesales nacen de la voluntad
unilateral de un sujeto, el actor, el cual con su conducta y bajo ciertos requisitos formales, liga
válidamente a otras personas distintas. Debe recordarse que la diferencia esencial que media entre
los contratos y los cuasicontratos está, precisamente, en que en estas últimas faltas el acuerdo de
voluntades.

3. Teoría de la relación jurídica


La teoría de la relación jurídica es considerada la teoría dominante. Según la misma el proceso es
una relación jurídica entre determinados sujetos investidos de poderes otorgados por la ley, que
actúan en vistas a un determinado fin.

4. Teoría de la situación jurídica


Expresa que los vínculos jurídicos que nacen del proceso entre las partes no son propiamente
"relaciones jurídicas" (consideración estática del Derecho), es decir, no son facultades ni deberes
en el sentido de poderes sobre imperativos o mandatos, sino situaciones jurídicas (consideración
dinámica del Derecho), esto es situaciones de expectativa, esperanzas de la conducta judicial que
ha de producirse y, en último término, del fallo judicial futuro; en una palabra: expectativas,
posibilidades y cargas. Sólo aquéllas son derechos en sentido procesal - el mismo derecho a la
tutela jurídica (acción procesal) no es, desde este punto de vista, más que una expectativa
jurídicamente fundada - y las últimas las cargas "imperativos del propio interés", ocupan en el
proceso el lugar de las obligaciones.

5. Teoría de la institución
El concepto de institución nos indica que consiste en una organización jurídica al servicio de una
idea.

Institución, dice GUASP quien es el creador de esta teoría, es un conjunto de actividades


relacionadas entre sí por el vínculo de una idea común y objetiva, a la que figuran adheridas, sea
ésa o no su finalidad individual, las diversas voluntades particulares de los sujetos de quienes
procede aquella actividad.

6. Teoría de la naturaleza propia

La teoría que le asigna al proceso naturaleza jurídica propia es sostenida, entre otros, por
ALVARADO VELLOSO, quien dice: " Toda esta búsqueda (de la naturaleza del proceso) ha perdido
interés académico pues, a partir de que se ha concebido a la acción procesal como una instancia
necesariamente bilateral (o proyectiva), el proceso (objeto de aquélla) adquirió una categoría propia
que no puede ser subsumida en otra categoría general. De tal modo, el proceso es proceso. Y
punto. Lo que lleva a sostener que no es un contrato, que no es un cuasicontrato, que no es una
relación, etcétera.

7. Conclusión

Según PRIETO CASTRO todas las teorías no se excluyen sino antes bien se complementan. Son
modos distintos de contemplar el fenómeno, que corresponden a diversos grados del conocimiento.

5. Clases de procesos

1. De acuerdo con su estructura


Los procesos se dividen en:
1. Procesos ordinarios: El proceso de conocimiento ordinario es el proceso tipo de carácter
general. Es el que ofrece mayores garantías para el ejercicio de los derechos, en razón de que en
él los plazos son más extensos, se permite un mayor debate, la prueba es amplia, y es libre la
impugnación de las resoluciones.
El proceso de conocimiento ordinario, siguiendo a GUASP, se estructura del siguiente
modo:
1. La etapa introductoria o expositiva: que comienza con la promoción de la demanda.
2. La etapa probatoria: que es normal pero no esencial, porque sólo procede cuando se alegan
hechos conducentes y controvertidos.
3. La etapa decisoria: que comienza con la providencia de autos y concluye con la sentencia
definitiva.
Los procesos ordinarios tienen por objeto que en ellos se sustancien y decidan en forma definitiva
todas las cuestiones que puedan estar comprendidas en el conflicto. Son siempre de conocimiento
y contenciosos. Se hallan estructurados de tal modo que permiten un amplio debate y prueba.

2. Procesos especiales: Son los legislados para determinados asuntos que por la simplicidad de
las cuestiones o por la urgencia que requiere su solución, tienen un trámite específico y breve,
sencillo y rápido, v.g.: rendición de cuentas, desalojo, etc.
3. Procesos sumarios: En este tipo de procesos el conocimiento del juez se limita a la
constatación de los requisitos exigidos por la ley para la procedencia de la acción, sin entrar al
examen de la relación de derecho substancial en que se fundan. El conocimiento que se obtiene en
esta categoría de procesos es puramente procesal, v.g.: juicio ejecutivo.

La resolución del conflicto no es definida, por lo que la sentencia que se dicta sólo tiene autoridad
de cosa juzgada formal, admitiendo otro proceso posterior.
El proceso o juicio sumario es un tipo dentro de los procesos especiales.

2. De acuerdo con la finalidad de la pretensión

Los procesos pueden ser:


1. Procesos de declaración: En los cuales el juez se informa plenamente de la relación jurídica y
el conflicto se resuelve en forma total y definitiva.
De acuerdo con el Código Procesal Civil pueden ser: de conocimiento ordinario o de conocimiento
sumario.
2. Procesos de ejecución: El conocimiento del juez se limita a constatar el incumplimiento de la
obligación. Pueden tener por finalidad hacer efectivo 10 resuelto en una anterior sentencia de
condena cuando ésta no es voluntariamente cumplida (ejecución de sentencia), o que el acreedor
de una obligación en dinero, líquida y exigible que consta en un título ejecutivo extrajudicial,
rec1amejudicialmente su cumplimiento al deudor Quicio ejecutivo).
Los procesos de ejecución son de acuerdo a nuestra ley procesal procesos mixtos, porque tienen
una parte declarativa (de conocimiento) y otra de ejecución propiamente dicha.

3. Procesos cautelares: Estos procesos son complementarios de los demás procesos. Tienen por
objeto asegurar el resultado práctico de la sentencia, de tal suerte que por el tiempo transcurrido
entre la iniciación del proceso y su resolución no quede frustrado el derecho del actor.

5.3. En relación al contenido


Los procesos se distinguen en:
1. Procesos universales: Son aquellos en los que a un mismo tiempo se tratan diferentes
pretensiones que corresponden a diversas personas, con el propósito de obtener la liquidación y
distribución de un patrimonio, v.g.: sucesión, quiebra, disolución de la comunidad conyugal.

2. Procesos singulares: En estos procesos se debate la pretensión de una persona contra otra
persona relativa a un objeto determinado. La acumulación de acciones: por la existencia de varios
actores o demandados (acumulación subje¬tiva) o de varias pretensiones (acumulación objetiva),
no hace que el proceso deje de ser singular porque se lo considera como una unidad jurídica.

4. En atención al medio de expresión


En relación al medio de expresión predominantemente utilizado, los procesos se dividen en:
1. Procesos escritos: Con predominio dé la escritura sobre la oralidad, v.g.: procesos del fuero
civil y comercial.
2. Procesos orales: Donde prima la oralidad sobre la escritura, v.g.: procesos del fuero penal.

5. De acuerdo con el órgano interviniente


Pueden ser:
1. Procesos judiciales: Son los procesos típicos que se sustancian ante los órganos judiciales
integrantes del Poder Judicial.
Se los divide en:
l. Contenciosos: Cuando tienen por objeto la resolución de un conflicto de intereses mediante el
pronunciamiento de una sentencia con autoridad de cosa juzgada. Los sujetos del proceso
contencioso reciben el nombre de partes procesales.
2. Voluntarios: Cuando sólo buscan otorgar autenticidad O eficacia a un estado o relación jurídica.
Los sujetos en el proceso voluntario se denominan solicitantes o peticionarios.
2. Procesos arbitrales: Cuando el conflicto es sometido a la decisión de jueces privados que son
denominados árbitros cuando deben actuar y fallar de acuerdo a normas determinadas, y
arbitradores o amigables componedores cuando su actuación y decisión no están sujetas a reglas
determinadas sino a su leal saber y entender.
Nuestro Código Procesal Civil, teniendo en cuenta la forma en que se estructuran los
procesos, los divide en: Proceso de Conocimiento Ordinario (Libro II), Proceso de Ejecución
(Libro III), Juicios y Procedimientos Especiales (Libro 1 V) Y Proceso Arbitral (Libro V).

6. Acumulación de procesos
La acumulación de procesos consiste en reunir dos o más procesos en trámite, con el objeto de
que todos ellos constituyan un solo juicio y sean terminados por una sola sentencia.

La acumulación se verifica por la unión material de dos o más expedientes, que por tener
pretensiones conexas, no pueden ser substanciados separadamente sin correr el grave riesgo de
que se dicten sentencias contradictorias o de cumplimiento imposible.

La institución se funda en las siguientes razones:


a) Evitar el dictado de decisiones contradictorias, lo cual constituirá un "escándalo jurídico" que
desprestigiará a la administración de justicia.
b) Posibilitar que las sentencias puedan efectivamente ejecutarse, es decir, sean útiles.
c) Cumplir con el Principio de economía procesal.

6.1. Procedencia
1. Sea admisible la acumulación subjetiva de pretensiones, siempre que las mismas sean conexas
por el título, por el objeto o por ambos elementos a la vez (Art. 101 CPC).
2. El actor, titular de diversas pretensiones conexas, no haya hecho uso frente al demandado de la
facultad de realizar la acumulación objetiva de pretensiones (Art. 100 CPC), promoviendo varias
demandas.
3. El demandado, en lugar de deducir reconvención en el mismo proceso, deduce otro juicio con
una pretensión conexa a la promovida por el actor contra él.

6.2. Admisibilidad
1. Unidad de instancia: Todos los procesos, cuya acumulación se pretende, deben encontrarse en
la misma instancia, vale decir, pueden acumularse en cualquier instancia (primera, segunda), pero
no será posible si estuvieren en instancias distintas.
2. Unidad de competencia: La acumulación de procesos no puede alterar la regla de la
competencia en razón de la materia, porque la misma se funda en consideraciones de orden
público, que no pueden ser soslayadas ni por las partes, aunque exista acuerdo, ni por el juez.
3. Unidad de trámites: La unidad de trámites se exige, por obvias razones de orden procesal,
como condición para la debida substanciación de los procesos acumulados.

6.3. Reglas

La acumulación de procesos, en principio, debe producirse sobre el expediente que estuviere más
avanzado. Excepcionalmente, cuando no pueda establecerse cuál es el proceso más avanzado o
se encontraren en la misma etapa procesal, la acumulación se hará sobre el proceso más antiguo,
debiendo entenderse por tal aquel que fue primeramente notificado, porque desde ese momento
quedó trabada la relación procesal.

En el caso de procesos en que los jueces ejercen distintas competencias por razón del valor o
monto de los juicios, V.g.: jueces de paz, jueces de menor cuantía, jueces de primera instancia, la
acumulación se hará sobre el de mayor cuantía.

6.4. Modos
1. Petición de parte: Cuando es a pedido de parte, las vías procesales hábiles serán la excepción
de litispendencia o el incidente de acumulación.
- Excepción de litispendencia: Esta excepción guarda afinidad con la figura de la acumulación de
procesos, aunque no se trata de la misma situación. Para que proceda la litispendencia deben
concurrir las tres identidades: sujeto, objeto y causa. La excepción debe deducirse dentro del plazo
para contestar la demanda o reconvención si se trata de un proceso de conocimiento ordinario (Art.
223 CPC); si es de conocimiento sumario se opondrá conjuntamente con la contención,
resolviéndose con carácter previo (Art. 683, inc. a) CPC); y si es en un juicio ejecutivo dentro del
plazo de la citación para oponer excepciones (Art. 460 CPC).
- Incidente: El incidente de acumulación de procesos se podrá plantear después de vencido el
plazo para deducir la excepción de litispendencia o cuando, aunque no se reúnan las tres
identidades, la acumulación fuere posible fundada en la conexidad de los procesos.

Podrá deducirse en cualquier instancia o etapa del proceso, pero sólo hasta el momento en que la
causa quede en estado de sentencia.

La norma procesal concede al interesado en obtener la acumulación de los procesos la


opción para deducir el respectivo incidente ante:
a) El juez que estime debe conocer, en definitiva.
b) El juez que debe remitir el expediente.
.
2. De oficio: Cuando la acumulación se produce mediante resolución del órgano judicial al efecto,
en cuyo caso se aplican, en lo pertinente, las mismas reglas anteriormente mencionadas.

6.5. Efectos

Los efectos principales que la acumulación de procesos produce, son:


l. Suspensión del trámite del proceso más avanzado: Decretada la acumulación, que en
principio debe darse sobre el proceso más avanzado, se suspenderá la tramitación de éste hasta
que el otro (u otros) proceso se encuentre en la misma etapa procesal.
2. Sustanciación separada: Cuando el trámite conjunto resulte dificultoso por la naturaleza de las
cuestiones planteadas, el juez podrá disponer, sin admitirse recurso alguno, la sustanciación
separada de los procesos. En este caso, se suspenderá la tramitación del proceso más avanzado
cuando éste se encuentre en estado de dictar sentencia, a los efectos de que el otro (u otros)
proceso llegue a dicha etapa.
3. Sentencia única (unidad de pronunciamiento): Como c recto fundamental de la acumulación
de procesos debe dictarse una sentencia única, la cual debe resolver la totalidad de las cuestiones
que se hayan planteado en los procesos acumulados.

7. Debido proceso

Es una garantía constitucional fundamental que tiene toda persona, lo cual constituye a su vez un
deber de irrestricto cumplimiento a cargo de la autoridad.
El debido proceso se halla conformado por dos notas características: la audiencia y la prueba.
La audiencia como garantía que debe tener toda persona de ser escuchada-en tiempo y con tiempo
suficiente-, de decir su verdad, de defenderse, en suma de tener "su día en el tribunal" como dicen
los anglosajones (his day at court).
La prueba como oportunidad razonable de poder confirma sus afirmaciones por todos los medios
legítimos.

El debido proceso se halla consagrado en la Constitución como una garantía innominada y está
contenido en numerosas normas: igualdad ante la ley (Arts. 46 y 47, CN), inviolabilidad de la
defensa en juicio (Art. 16 CN), juez imparcial, competente e independiente (Art. 16 CN), etc.

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LECCION 9
Partes procesales

1. Sujetos del proceso


Los sujetos de la relación procesal son: las partes; el actor o sujeto activo (promueve la demanda),
el demandado o sujeto pasivo (contesta la demanda), y el juez o tercero imparcial (encargado de
resolver el conflicto).
2. Parte procesal. Concepto
De acuerdo con la opinión doctrinaria más aceptada, parte es toda persona física o jurídica que en
nombre propio, o en cuyo nombre, se pretende la actuación de una norma legal y aquél respecto
del cual se formula la pretensión.

3. Capacidad para ser parte

La capacidad para ser parte consiste en la aptitud que tiene una persona para ser titular de
derechos y deberes procesales.

4. Capacidad procesal
La capacidad procesal (legitimatio ad processum) es la aptitud para realizar personalmente o por
medio de un mandatario convencional actos procesales válidos.

5. Legitimación procesal

La capacidad para ser parte y la capacidad procesal constituye aptitudes jurídicas genéricas que
habilitan para intervenir en cualquier proceso.
No deben confundirse con la legitimación procesal (legitimatio ad causam) que es la condición
jurídica específica referida a la concreta materia sobre la que versa el proceso.
La legitimación procesal consiste en una relación de titularidad del derecho que tiene el sujeto
respecto del objeto del proceso.

6. Deberes de las partes

6.1. Buena fe y ejercicio regular de los derechos


El Código Procesal Civil establece que las partes deberán actuar en juicio con buena fe, y no
ejercer abusivamente los derechos que les conceden las leyes procesales (Art. 51 (PC).

6.2 Mala fe
La mala fe procesal consiste en la conducta legalmente sancionada del que actúa en juicio
convencido de su sinrazón, en daño de la Justicia.
La mala fe procesal se sintetiza en la conciencia que tiene el "improbus litigator" de su propia
sinrazón.

6.2.2. Casos: Nuestra ley procesal no ha recurrido aquí a un "standard jurídico" para precisar la
figura, sino que, por el contrario, en una enumeración que la califica expresamente de taxativa,
expone en tres incisos los casos en que queda configurada la mala fe procesal.
1. Omisión o alteración de la verdad: La omisión o alteración de la verdad de los hechos puede
producirse en cualesquiera de las distintas etapas del proceso: demanda, contestación,
reconvención, oposición de excepciones, pruebas, incidentes, etc., v.g. la atribución de un domicilio
manifiestamente falso o que dice ignorar (Art. 140, 2° p. CPC), la negativa de la autenticidad de la
firma, que luego resulta auténtica (Art. 446 CPC), etc.
2. Medidas cautelares: Las medidas cautelares decretadas en los procesos deben estar
razonablemente acordes con el fin que persiguen, sin que con ellas se ocasionen innecesariamente
daños que pueden ser evitados.
La justa medida es aquí la regla. No debe pecarse por exceso, en cuyo caso se produciría un daño,
que como tal debe ser reparado; ni tampoco pecar por omisión, en cuyo caso la medida cautelar
resultaría inocua.
3. Fraude procesal: Existe fraude procesal, en términos generales, cuando se utiliza el proceso
con el propósito de obtener un provecho ilícito.

6.3. Abuso del derecho


Existe abuso del derecho, en sentido procesal, cuando de manera excesiva y vejatoria, so pretexto
de ejercer un derecho procesal, se causa un perjuicio, sin que ello sea necesario para el ejercicio
de la defensa.
El abuso puede darse por acción y por omisión. Lo comete aquel que se resiste indebidamente a
una pretensión legítima, o deduce excepciones sin exteriorizar el menor propósito de probarlas, o
incidentes que tengan por único fin la obstrucción sistemática del curso del proceso.
6.3.1. Casos: Dice: "Ejercicio abusivo de los derechos. Ejerce abusivamente sus derechos, la
parte que en un mismo proceso:
1. haya promovido dos o más impugnaciones de inconstitucionalidad, rechazadas con costas;
2. haya promovido y perdido tres incidentes con costas;
3. fuere sancionada más de una vez con medidas disciplinarias; y
4. formule pretensiones o alegue defensas que, juzgadas, resulten manifiestamente desprovistas
de fundamento o innecesarias para la declaración o defensa del derecho" (Art. 53 CPC).
5. se establece un "standard jurídico" (patrón axiológico), un elástico arbitrio librado a la
interpretación judicial.
Debe aclararse que la inconducta, en cualquiera de las formas previstas, debe darse en un mismo
proceso.

6.4. Declaración
Establece la norma procesal: "Oportunidad para solicitar la declaración. En cualquier etapa del
proceso y en cualquier instancia, antes que se dicte resolución, podrá requerirse que en la decisión
el magistrado se pronuncie sobre la mala fe o el ejercicio abusivo del derecho" (Art. 54 CPC).

6.5. Distinción
Deben diferenciarse dos supuestos de inconducta procesal: la prevista y sancionada en las normas
que integran el Capítulo II, Título III, Libro I (Arts. 51 al 56 CPC), y la que se halla regida por el Art.
17 del CPC. La causa o motivo que origina la sanción procesal o pena es distinta en ambos
supuestos.

6.5.1. En el primer supuesto, corresponde que el juez analice la conducta procesal del litigante en
su conjunto (uso del proceso con el fin de conseguir un objeto o beneficio ilícito, formulación de
pretensiones o defensas que juzgadas resulten manifiestamente desprovistas de fundamento o
innecesarias para la declaración o defensa del derecho, etc.) o que constate el cumplimiento de las
condiciones precisamente determinadas en la ley (haber promovido dos o más impugnaciones de
inconstitucionalidad rechazadas con costas, haber deducido y perdido tres incidentes con costas,
etc.).

La sanción de la mala fe o abuso del derecho funciona a pedido de parte y el juez debe
considerarla con motivo de resolver el incidente o la cuestión principal.

6.5.2. En el segundo supuesto, la inconducta está referida a las medidas disciplinarias, es


decir, a las faltas o incorrecciones cometidas por los litigante s, sus abogados o procuradores u
otras personas, contra la dignidad o autoridad del magistrado, los otros litigantes, abogados o
procuradores, o funcionarios, o a la alteración del buen orden y decoro que debe guardarse en las
actuaciones judiciales.

6.6. Responsabilidad. Sanciones


La firme intención del legislador nacional de moralizar el proceso se manifiesta en toda su amplitud
en la normativa del Código, especialmente en el Art. 56 del CPC.
De acuerdo con el primer párrafo del mencionado Artículo la inconducta procesal es fuente de
convicción judicial, mediante el establecimiento de una presunción "juris tantum" que afecta a la
parte declarada litigante de mala fe o abusiva en el ejercicio del derecho.

La inconducta procesal, cuando reviste las características de gravedad y ejercicio sistemático, pasa
a constituirse en un fuerte indicio de la sinrazón de la pretensión sostenida y origina el
funcionamiento de la presunción. Siendo así, en caso de duda sobre el derecho invocado o
insuficiencia de prueba, el juez deberá resolver la materia del pleito en contra del litigante que actuó
de mala fe o incurrió en el ejercicio abusivo del derecho.

La disposición procesal también consagra otra consecuencia: las costas del juicio estarán a
cargo del "improbus litigator", aunque el mismo sea el vencedor del pleito.

7. Modificación de las partes del proceso

La modificación de las partes del proceso se produce cuando se opera un cambio en la


composición de las partes, originarias del proceso, como consecuencia de su reemplazo por otra
persona distinta.

1. Sucesión procesal

Producida la muerte de alguna de las partes el heredero del causante ocupa su lugar en el proceso,
continuándose con él la tramitación del proceso, de acuerdo con el Art. 2446 del C. Civil, que dice:
"Desde la muerte del causante, sus herederos le suceden en sus derechos efectivos y en los
eventuales. Son poseedores de lo que su autor poseía aun antes de ejercer efectivamente el
derecho sobre las cosas hereditarias. El heredero que sobrevive un solo instante al causante
transmite la herencia a sus propios herederos".
Si los herederos son varios y la herencia se encuentra el estado de indivisión todos los herederos
tienen el derecho de asumir la calidad de parte en lugar del causante, en este caso deben unificar
su representación siempre que ello sea posible de conformidad al Art. 65 del CPC.

2. Sustitución procesal
Producida la enajenación del bien objeto del pleito el enajenante o cedente continúa actuando en el
proceso en nombre propio y con un interés ajeno, el del adquirente. Este no puede intervenir como
parte principal sin el consentimiento de la otra parte (Principio perpetuatio legitimationis), en razón
de que la sentencia que se dicte debe referirse al momento en que se trabó la litis por demanda y
contestación, no pudiendo los hechos posteriores modificada o alterada, salvo que exista
conformidad de las partes originarias y se produzca la exclusión (extromisión) del sustituido por el
sustituyente. En este sentido el Art. 90, 3a. p. del CPC, establece: "Mediando acuerdo de parte,
podrá operarse la substitución procesal del citante por el citado, cuando aquél fuere el
demandado".

8. Litisconsorcio
Se denomina litisconsorcio a la actuación conjunta de más de dos sujetos en el proceso (proceso
con pluralidad de partes).
Son litisconsortes aquellos que asumen la misma posición en el proceso corriendo igual suerte.

La voz litisconsorcio deviene de la locución "litis consortium"; de "litis": pleito, litigio judicial, juicio
(conflicto de intereses) y "consortium": comunidad de destino.
El litisconsorcio la relación procesal se desenvuelve con la presencia de varios sujetos.

8.1. Clases
Activo: Cuando existen varios actores frente a un demandado.
Pasivo: Cuando hay varios demandados frente a un actor.
Mixto: Cuando existen varios actores frente a varios demandados.
El litisconsorcio también puede ser originario cuando la pluralidad de litigantes se produce al
comienzo del proceso (acumulación objetiva de pretensiones), o sucesivo cuando la pluralidad de
litigantes ocurre durante el desarrollo posterior del proceso (integración de la relación procesal).
8.3. Litisconsorcio facultativo: es cuando depende de la conveniencia y voluntad de las partes.
En el litisconsorcio facultativo existe una relación procesal única y autonomía de los sujetos
procesales. Los litisconsortes por esta razón se denominan más propiamente aquí compartes.

Los actos de cada uno son independientes en sus efectos de los demás, sin que redunden en
provecho ni en perjuicio de éstos. Es decir, son compartes porque tienen idéntica situación
procesal, pero no son litisconsortes porque no tienen comunidad de destino, no corren igual suerte
en el proceso. De allí que las resoluciones que recaigan en el proceso puedan ser diferentes para
cada uno de ellos.
Los que son litisconsortes y los que son compartes ocupan una misma posición en el proceso, pero
mientras para los litisconsortes los efectos de los actos procesales son idénticos, para los que son
compartes no lo son, porque se trata de un supuesto en que existe pluralidad de partes proveniente
de pretensiones conexas por el título, por el objeto o por ambos elementos a la vez.

8.4. Litisconsorcio necesario. Integración de la relación procesal.

El litisconsorcio es necesario cuando la sentencia sólo puede dictarse útilmente frente a todos los
integrantes de la relación jurídica sustancial controvertida en el proceso, de modo que la validez de
éste se halla subordinada a la citación de todas aquellas personas.

Configuran casos de litisconsorcio necesario:


1. Exigido por la ley: la demanda de filiación, que debe intentarse contra el padre y la madre
(Art. 25 CM).
2. Proveniente de la naturaleza de la relación controvertida: la demanda por simulación de un
acto jurídico, que debe promoverse contra todas las partes que lo realizaron; la demanda de
nulidad de un acto jurídico, que debe intentarse contra todos sus otorgantes; la demanda de
división de condominio; etc ..

9.Deber procesal. Obligación procesal. Carga procesal


Son tres conceptos de uso corriente en el léxico procesal que, muchas veces, son confundidos. Por
ello conviene diferenciarlos debidamente:
Deber: El deber procesal es el imperativo jurídico que tienen las partes y los terceros respecto del
órgano judicial o los otros intervinientes en el proceso, v.g.: las partes deben litigar conforme al
Principio de moralidad; los terceros tienen el deber de testimoniar la verdad. Así también, el órgano
judicial respecto de aquéllos v.g.: el juez debe resolver oportunamente el litigio, el juez debe
inhibirse si existe causa para ello.
El incumplimiento de los deberes procesales hace pasible de sanciones al infractor.
2. Obligación: La obligación procesal es un imperativo jurídico que una parte procesal tiene
respecto de la otra o del órgano judicial v.g.: el pago de las costas procesales y de las multas en
carácter de sanciones conminatorias. (astreintes)
En caso de no cumplirse voluntariamente la obligación, el acreedor puede ejecutar su crédito contra
el deudor.
3. Carga:La carga procesal consiste en un imperativo del propio interés, en cuya virtud existe la
necesidad de realizar una determinada actividad procesal a fin de evitar que sobrevenga un
perjuicio.

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LECCION 10
Representación procesal

Concepto:
Representar significa actuar en nombre o por cuenta de otra persona.
El representante realiza actos en nombre de otra persona, denominada representado, sobre la cual
recaen los efectos jurídicos producidos por la gestión.

Representación convencional
Concepto:
La representación convencional queda configurada cunado la parte opta por hacerse representar
por otra persona en el proceso, lo cual es jurídicamente posible en virtud de lo dispuesto en el C.
Civil, que expresa: "Podrán celebrarse por medio de representantes los actos jurídicos entre vivos"
(Art. 343, 1er p. CC).
En el proceso civil se exige que la parte que comparezca en juicio deba estar representada por
procurador (mandatario) o asistida por un abogado, o cumpliendo ambos requisitos a la vez.

El patrocinio letrado, que supone un conocimiento técnico, se halla dado para la mejor defensa de
los derechos y para tener una correcta y ordenada tramitación del proceso, lo cual redundará en
beneficio de los litigantes para, de este modo, obtener un mejor servicio de la justicia.

Patrocinio obligatorio

De acuerdo al carácter público que ostenta el proceso, la ley procesal (Arts. 58 CPC y 87 y 88 COJ)
consagra, como regla, la obligatoriedad de la defensa letrada, lo cual resulta necesario y
conveniente para coadyuvar al normal y eficiente desarrollo de las actuaciones procesales.

La Ley de Arancel de Honorarios de Abogados y Procuradores dispone: "Es obligatorio él patrocinio


de abogado en todo asunto propio judicial o administrativo, la representación por mandato será
ejercida por abogado o procurador matriculado. Ni los jueces o tribunales, ni las autoridades
administrativas, darán curso a presentación alguna que no se ajuste a lo dispuesto en este artículo"
(Art. 6 Ley 1376/88).

Excepciones a la regla

Se establecen, sin embargo, casos de excepción a la regla del patrocinio obligatorio. Ellos
son:

1.1. Para la recepción de órdenes de pago, indebidamente denominados en nuestro medio


"cheques judiciales".

1.2. Para solicitar declaratoria de pobreza, lo que se justifica por motivos obvios (Art. 58 CPC).

1.3. Las actuaciones ante la Justicia de Paz y las del recurso de Habeas Corpus y de Amparo y
otros casos establecidos por leyes especiales (Art. 88, 2a p. COJ).

Cesación de la representación convencional


3.1. Revocación
La revocación se produce cuando por la voluntad unilateral del poderdante se priva de eficacia al
mandato otorgado.
La revocación debe ser expresa e inequívoca y debe darse en el proceso. No es aplicable a la
revocación judicial la revocación tácita del mandato, prevista en el Art. 914 del C. Civil.

3.2. Renuncia
Renunciar significa abandonar o dejar voluntariamente una cosa o derecho que se tiene.
No obstante, la renuncia, que debe notificarse por cédula en el domicilio real del mandante, el
apoderado, bajo pena de daños y perjuicios, debe continuar los trámites del proceso hasta que
hubiera vencido el plazo judicial fijado bajo apercibimiento para que el mandante reemplace al
mandatario o comparezca personalmente. Si así no lo hiciere el proceso continuará en rebeldía, de
acuerdo con los Arts. 68 y sgtes. del CPC.

3.3. Cesación de la personalidad


La personalidad procesal es la capacidad civil de la parte para estar en juicio. La personalidad
puede estar referida a las personas físicas o a las jurídicas.
De la ley sustancial resulta quiénes tienen y quiénes carecen de la cualidad necesaria para poder
actuar en un proceso.

3.4. Conclusión de la causa


La causa -sinónimo de proceso, juicio, pleito, litis concluye normalmente con el dictado de la
sentencia. También puede terminar por otros modos distintos: allanamiento, desistimiento,
caducidad de la instancia, etc la norma se refiere al poder otorgado para actuar en un de terminado
juicio.

3.5. Muerte o incapacidad del poderdante


La muerte o incapacidad sobreviniente del poderdante produce la suspensión del proceso; la que
debe estar comprobada en autos.

La norma establece el deber a cargo del mandatario de haber saber al juez o tribunal de la causa el
hecho producido dentro del plazo de diez días de haber tenido conocimiento del mismo. Del mismo
modo, debe denunciar -si conoce- el nombre y el domicilio de los herederos o del representante
legal del fallecido o incapacitado.

La omisión de los deberes enunciados precedentemente hará perder el derecho de cobrar los
honorarios que se devengaren con posterioridad.

3.6. Muerte o inhabilidad del apoderado

La muerte o inhabilidad del apoderado es otro de los casos de suspensión del proceso. La cesación
del mandato se produce "ipso facto" en razón de haber perdido capacidad procesada persona con
quien debe entenderse la sustanciación de la causa.

La suspensión de los plazos se produce desde el momento en que acaeció la muerte o inhabilidad.
En tales casos, se suspenderá la tramitación del juicio y el juez fijará al mandan te un plazo para
que comparezca por sí o por nuevo apoderado. Si así no lo hiciera, se seguirá el juicio en rebeldía.

4. Representación legal
La representación legal se produce cuando existen personas físicas procesalmente incapaces por
estar sometidas a una incapacidad de hecho.

Estas personas deben actuar en juicio a través de los representantes necesarios que la ley les
otorga: padres, tutores o curadores. Se encuentran, a su vez, promiscuamente representados por
los funcionarios del Ministerio Público Pupilar: agentes fiscales de Menores y la Dirección General
de Protección de Menores, de acuerdo con el Código del Menor (Ley 903, Arts. 223, 225 y 318, inc.
b). Estos pueden, a su vez, designar representantes convencionales.

4.1. Personas jurídicas


Las personas jurídicas y otras entidades colectivas, aunque tienen capacidad procesal,
necesariamente deben ser representadas cuando deban actuar enjuicio (Art. 87, 2a. p. COI) por
procuradores o abogados matriculados, los que deben hallares debidamente apoderados por los
órganos de gestión instituidos en sus leyes o estatutos. El Código Procesal Civil dispone: Las
personas jurídicas sólo podrán intervenir mediante mandatario profesional matriculado (Art. 46, 23
p. CPC).

5. Representación sin mandato


5.1. Concepto
La representación sin mandato se produce cuando una persona, denominada gestor ("falsus
procurator" o gestor oficioso), sin tener mandato o siendo éste insuficiente, interviene en un
proceso o realiza actos procesales en representación de otro.

5.2. Requisitos
1. Urgencia: Sólo puede ser admitida la representación

Sin mandato en los casos urgentes. La urgencia debe tener carácter objetivo. Debe surgir
manifiesta sin que sea necesario producir prueba al respecto. La interpretación, por tratarse de una
norma de excepción, debe ser restrictiva.
2. Caución: Es requisito inexcusable el ofrecimiento de una garantía o caución suficiente, la cual
será calificada por el juez quien, a su vez, fijará el plazo dentro del cual deberá efectivizarse.
3. Plazo: En nuestro Código se establece un plazo, de treinta días, para la presentación de los
documentos que acrediten la personalidad y la ratificación de la gestión realizada.

6. Unificacion de la representacion

Concepto:
La unificación de la representación se produce cuando varios actores o varios demandados
vinculados por un interés común, designan un apoderado único para que éste asuma la
representación de todos los que se encuentren en igual posición procesal.

El fundamento del instituto procesal radica en obtener celeridad, economía y unidad de dirección en
el proceso a fin de evitar la profusión de trámites y el desorden y confusión procesal.
En cualquier momento del juicio, después de contestada la demanda, el juez, de oficio o a petición
de parte, instará u la unificación de la representación.
Producida la unificación de la representación, el representante común tendrá respecto de sus
mandantes todas las facultades y obligaciones inherentes al mandato (Arts. 61 y 62 CPC).

6.2. Requisitos
1. Pluralidad de litigantes: Se requiere que en el proceso existan varios litigantes.
.2. Interés común: Es una condición esencial que debe existir para que sea admisible.
Consiguientemente, no corresponde la unificación de la representación de los litigante s por el solo
hecho de encontrarse en una misma posición procesal (compartes), sino que es necesario haber
deducido pretensiones o defensas comunes (litisconsortes).
3. Compatibilidad: Debe haber compatibilidad entre quienes invocan el interés común, vale decir,
armonía. En caso contrario, el juez, debe tener el arbitrio de denegar la unificación.
4. Igualdad: Deben ser iguales el derecho invocado o el fundamento de la demanda o las defensas
opuestas.
La unificación se dejará sin efecto, cuando desaparecieren los requisitos en que ella se fundó (Art.
66, 2° p. CPC).

6.3. Forma
A los efectos de la unificación de la representación el juez fijará una audiencia dentro de los diez
días, a la que convocará a las partes.
Si los interesados no concurrieren, la inasistencia se tendrá como negativa a la unificación,
continuándose la tramitación de la causa como se venía haciendo.
Si en la audiencia no existe unanimidad, el juez podrá disponer la unificación sólo en relación a las
partes que hayan manifestado su conformidad.
No es necesario el otorgamiento de nuevo poder por cuanto la representación emana directamente
de un precepto legal.

6.4. Revocación

Efectuado el nombramiento común, podrá revocárselo por acuerdo de las mismas partes o por el
juez, a petición de alguna de ellas, siempre que en este último caso hubiere motivo que lo
justificare. La revocación no producirá efectos mientras no tome intervención el nuevo mandatario
(Art. 66 10 p. CPC).

7. Personería

En materia procesal se denomina personería (voz derivada de "personero" que significa


representante) al derecho que tiene una persona de realizar, en nombre propio o en nombre de un
tercero, actos procesales válidos en un proceso.
Cuando una persona se presenta en un juicio por un derecho ajeno, sea que ejerza una
representación legal o con vocacional, debe acompañar con su primer escrito lo documento que
acrediten el carácter que invoca, a los efectos de intervenir en representación de la parte en el
proceso.

ABOGADO

El abogado es el profesional del derecho que se halla habilitado para dar consejo y asesoramiento
en materia jurídica, así como el patrocinio en los procesos judiciales y procedimientos
administrativos.
En Paraguay, el ejercicio de la profesión es libre, obtenido el título y prestado juramento ante la
Corte Suprema de Justicia.

9. Requisitos
1. Capacidad civil
Ser mayor de edad y no hallarse incapacitado de acuerdo con las leyes sustantivas.
2. Moralidad
Se refiere a la conducta ética del individuo, a su buena re¬putación .y honorabilidad.
3. Título
Es el título profesional expedido por una Universidad, de acuerdo con las exigencias legales.
4. Matrícula
La inscripción en la matrícula administrativa, a cargo de la Corte Suprema de Justicia.
5. Juramento
Que debe prestarse ante el presidente o un ministro de la Corte Suprema de Justicia.
Como he señalado precedentemente, en nuestro país no se exige la colegiación obligatoria como
requisito para el ejercicio de la profesión.

10. Derechos

1. Ejercer la profesión: El primer derecho del abogado es el de ejercer su profesión, para lo cual
estudió y se preparó; lo que constituye una manifestación del derecho constitucional al trabajo.

2. Percibir honorarios: El derecho a percibir honorarios es el resultado del ejercicio de una


profesión universitaria. Debe serlo conforme a las reglas de la prestación de servicios. El honorario
es la justa retribución por su trabajo, el cual se presume oneroso.

3. Secreto profesional: El secreto profesional es un derecho, pero por sobre todo constituye un
deber del abogado; por ello me referiré a él en el apartado siguiente.

11. Deberes
El abogado, también el procurador, tiene deberes de orden general, que son:
1. Guardar el Principio de moralidad
Se halla constituido por la exigencia de observar una determinada conducta, en virtud de la cual el
apoderado debe actuar en juicio de buena fe y no abusar del derecho; vale decir. tiene el deber de
cumplir, en el ejercicio de su función, con el Principio de moralidad, el cual está compuesto por los
de lealtad, probidad y veracidad.
.2. Proseguir el proceso
El abogado tiene el deber de seguir la tramitación del proceso mientras subsista su personería. Se
refiere, también, al cumplimiento de las cargas procesales como imperativo del propio interés, v.g.:
interponer los recursos pertinentes contra las resoluciones que les sean desfavorables; presentar
escritos con su firma; oponer excepciones cuando correspondan y sus contestaciones; presentar
alegatos; expresar agravios; redactar los pliegos de posiciones e interrogatorios y, en general,
cumplir en los plazos y con los requisitos legales los actos procesales a su cargo.
3. Deberes con su cliente
Debe orientar y asistir a su cliente, de acuerdo con la técnica jurídica que aconseje la naturaleza de
la cuestión. Debe poner toda su capacidad y diligencia en la defensa de los intereses de su
representado.
4. Deberes con el órgano jurisdiccional: El abogado debe observar una conducta coherente con
el buen orden del proceso y la autoridad, la dignidad y el decoro debidos al órgano judicial.
5. Deberes con la parte contraria: El abogado debe actuar siempre con buena fe, lealtad y
probidad y evitar el ejercicio abusivo de los derechos.

12. Responsabilidad
El abogado puede incurrir en responsabilidad civil, disciplinaria y penal.
1. Responsabilidad civil
La responsabilidad civil del abogado resulta, respecto de su cliente, de la existencia de un contrato
del cual emanan sus obligaciones y la consiguiente responsabilidad regida por los principios
comunes.
El abogado compromete su responsabilidad cuando la pérdida del juicio ha obedecido a una
actuación negligente o a error inexcusable. De acuerdo con la doctrina el "error inexcusable" se
produce por la ignorancia grosera de la ley o el desconocimiento manifiesto de una jurisprudencia
reiterada y constante.
2. Responsabilidad disciplinaria
Esta responsabilidad resulta del deber de colaboración del abogado con la Justicia,
sancionándosela en los casos en que falta a dicho deber (Arts. 17 CPC y 236 COJ).
3. Responsabilidad penal
La responsabilidad penal surge de la comisión de delitos calificados como tales por el Código
Penal, y en especial de algunos de ellos derivados del ejercicio profesional (violación del secreto
profesional, etc.).
4. Responsabilidad especial
Una peculiar responsabilidad del abogado en nuestro país se halla establecida en el recurso de
queja por retardo de justicia, en el que el Código Procesal Civil elaboró un Sistema, infortunado e
inconstitucional, basado en sanciones (multas y suspensiones) aplicables al abogado que,
paradójicamente, padece la morosidad judicial. Ello en lugar de sancionarse al único responsable
(el juez) imponiéndole a él, y no al ah01t"¬do, las sanciones (multas) por incumplimiento de sus
deberes.

13. Incompatibilidades

La incompatibilidad es la imposibilidad legal, basada en una prohibición, de desempeñar dos


funciones o de hacer dos cosas a un mismo tiempo.

El Código de Organización Judicial establece: "El ejercicio de la profesión de abogado o procurador


es incompatible con la calidad de funcionario público dependiente del Poder Ejecutivo o Judicial, o
miembro de las Fuerzas Armadas y Policiales en servicio activo.

14. Inhabilidades
Las inhabilidades son las circunstancias que impiden que una persona ejerza un derecho, cargo,
oficio, profesión o empleo.

No pueden ejercer la profesión, los abogados y procuradores:


1. Que se hallen suspendidos en su ejercicio, por resolución de carácter disciplinario.
2. Que no se hubiesen matriculado o su matrícula se hallase en suspenso por causal de
incompatibilidad y hasta tanto subsista la causal.
3. Cuya matrícula hubiese sido casada o anulada, en virtud de lo dispuesto en el Art. 94, 1ap.
C.O.J.
4. Que hubiesen sido condenados por sentencia judicial firme, recaída en proceso penal, que
importe inhabilitación para el ejercicio de la profesión.

15. Dignidad del abogado


La función del abogado es una de las más nobles que existe. A él se le encarga defender ante los
tribunales la vida, la libertad, el honor y el patrimonio de las personas.
La utilidad e importancia de su función en la sociedad están fuera de toda duda, dada la naturaleza
y complejidad de las cuestiones jurídicas y la versación especial que su atención requiere..
16. Procurador
Concepto:
Se denomina procurador a la persona que mediante poder actúa en nombre y representación de
otra. Antiguamente se lo llamaba "personero", porque se presentaba en juicio en lugar de su
mandante.
En el plano teórico la función del abogado consistiría en prestar asistencia técnica, en planificar y
organizar la defensa del derecho de la parte, mientras que el procurador sería el que representa a
la parte en el juicio. Sin embargo, en la realidad, habitual y generalmente, las funciones de ambos
la realizan el abogado.

Requisitos

El Código de Organización Judicial establece los requisitos para ejercer la procuración judicial:
"Para ejercer la procuración judicial se requiere título de procurador judicial o notario expedido por
una universidad nacional o extranjera, debidamente revalidado, o haber estado matriculado con
anterioridad a este Código o haber desempeñado con buena conducta el cargo de secretario de
juzgado de primera instancia o de un tribunal, cuando menos por dos años" (Art. 100 COJ).
Además, los procuradores deben inscribirse en la matrícula y prestar juramento ante la Corte
Suprema de Justicia.
A los procuradores judiciales les son aplicables, en general, las disposiciones establecidas para los
abogados.

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LECCIÓN 11 - INTERVENCION DE TERCEROS

1.TERCERO.

Concepto:

Nuestro proceso, de acuerdo con su origen romano, es singular, en el sentido que, de ordinario, se
tramita entre dos partes: el actor y el demandado, y sólo a ellos se refiere y afecta la sentencia.
No obstante, la complejidad de las relaciones jurídicas hace que la litis pueda afectar también a
otras personas (terce¬ros), en cuyo caso éstas pueden tener un interés legítimo en el modo como
dicha litis será decidida.

Según CARNELUTTI, debe entenderse por litis un conflicto actual de intereses. Entre proceso y litis
existe la misma relación que se da entre continente y contenido. De allí que un proceso puede
contener una o más litis.

Se denomina tercero, en sentido general, a quien no es parte en el proceso y, en consecuencia, no


puede resultar afectado por sus efectos.

También se denomina tercero a aquel que sin ser ac¬tor o demandado, adquiere la calidad de
parte en un proceso ya iniciado pretendiendo una sentencia favorable a su inte¬rés.

La pretensión que deduce el tercero en el proceso pue¬de ser coincidente con la de uno de los
litigantes (coadyuvan¬te) o contraria a las pretensiones de las partes originarias (ex¬cluyente).

La intervención de terceros puede darse en toda clase de procesos y no está limitada al proceso de
conocimiento ordinario.

El tercero, cuando su intervención es procedente, pasa a actuar directamente en el proceso que


siguen el actor y el demandado, sin promover otro proceso nuevo o distinto y la sentencia que se
vaya a dictar en ese único proceso decidirá también la suerte de las pretensiones del tercero.

Intervencion del tercero

La intervención de terceros tiene lugar cuando durante el desarrollo del proceso, sea en forma
espontáneo o pro¬vocada, se incorporan a él personas distintas a las partes ori¬ginarias, con el
propósito de hacer valer derechos o intereses propios, pero vinculados con la causa o el objeto do
la pretensión.

La intervención de terceros en un proceso se admite por razones de seguridad jurídica y economía


procesal, y por la conveniencia que significa extender los efectos de la cosa juzgada a todas las
personas interesadas en una determinada relación jurídica o situación jurídica.

Si bien es verdad, dice CARLOS, que la sentencia que se dicta en un proceso sólo produce sus
efectos entre las par¬tes que en él han litigado (res inter iudicata tertius non nocet), se presentarán
a menudo casos en que pueden tales efectos, aunque excepcionalmente, extenderse a quienes
fueron extra–os a esa controversia.

Declarada admisible la intervención del tercero, éste asu¬me la calidad de parte, con sus derechos,
facultades, deberes, cargas y obligaciones, porque el propósito de la institución con¬siste,
precisamente, en brindar a aquélla posibilidad de obte¬ner la protección judicial de un derecho o
interés propio.

Procesalmente acontece que como consecuencia de la intervención del tercero en el proceso


original, se produce una acumulación de pretensiones.
La determinación del carácter procesal de la interven¬ción del tercero en el proceso resultará,
generalmente, de la ley sustancial.

Presupuestos de la intervencion

El tercero podrá intervenir en un proceso siempre que se cumplan determinados presupuestos.


Ellos son:

1. Que exista un proceso pendiente sustanciándose ante el órgano jurisdiccional.

2. Que el interviniente sea efectivamente un tercero en la relación procesal, es decir que no sea
parte originaria en el proceso.

3. Que el tercero demuestre tener un interés jurídico en la cuestión debatida en el proceso.

4. Que la pretensión del tercero sea conexa con el objeto, la causa, o ambos elementos, o exista
afinidad, con el objeto de que pueda ser sustanciada y resuelta conjuntamente con las pretensiones
de las partes originales.

Clases de intervención

De acuerdo con la forma en que se produce, la intervención del tercero puede ser:

Voluntaria, que puede ser coadyuvante, y ésta adherente simple o accesoria o adherente autónoma
o litisconsorcial o excluyente; Forzosa u obligatoria; y Necesaria.
4.1 Intervención voluntaria
Se origina por la voluntad libre y espontánea del propio tercero. A su vez, puede ser coadyuvante o
excluyente.

4.1.1. Intervención coadyuvante:

La intervención CN coadyuvante cuando tiene por objeto apoyar la pretensión do una de las partes
originarias (actor o demandado).

La intervención coadyuvante - de acuerdo con la doctrina y la legislación comparada - puede


asumir dos modalidades:

4.1.1.1. Intervención adherente simple o accesoria:

En la cual el tercero pretende hacer valer un derecho conexo con el debatido entre el actor y el
demandado, apoyando a uno de ellos, pero sin autonomía de actuación, vale decir, su actuación
procesal se halla subordinada a la parte principal a la cual coadyuva.

Puede intervenir en esta calidad el tercero para quien constituye condición favorable a su derecho
la sentencia que se dicte en favor de la parte a la que coadyuva, v.g.: el fiador que interviene en la
demanda que se le promueve al deudor por él afianzado; el acreedor, que interviene en la
demanda que promueve su deudor (Art. 94, in fine CPC).

El tercero tiene una condición accesoria y subordinada a la actuación de la parte principal a la que
coadyuva, al no poder alegar ni probar lo que a ella le estuviera prohibido.

Puede, sin embargo, ejercitar todos los actos procesales que se traduzcan en asistir a la parte que
él coadyuva, siempre que ésta no se oponga a ello.

CARNELUTTI califica al tercero coadyuvante como parte accesoria, atendiendo al hecho de que "a
diferencia de lo que ocurre en los casos de intervención excluyente o litisconsorcial, en los cuales el
tercero interviene para hacer valer un derecho propio, en esta forma de intervención el tercero lo
hace para sostener las razones de un derecho ajeno".

La actuación procesal del tercero coadyuvante se en¬cuentra limitada por la conducta del litigante
principal, por¬que si bien se halla autorizado para realizar toda clase de actos procesales, éstos
sólo son eficaces en la medida en que no sean incompatibles o perjudiquen el interés de aquél.

El interviniente coadyuvante simple carece de legimación procesal para litigar contra el adversario
de la parte a la que adhiere.

4.1.1.2. Intervención adherente autónoma o Litisconsorcial:

Se produce cuando el tercero invoca un derecho propio frente a alguna de las partes originarias:
actor o demandado. El tercero actúa como litisconsorte de li parte a quien adhiere, con la
consiguiente autonomía de gestión procesal.

El tercero que interviene de este modo pudo haber sido parte principal en el proceso en que actúa
como tercero, y la sentencia que se vaya a dictar en dicho proceso, haya tomado o no intervención
como tercero, le afectará directamente, V.g.: demanda de nulidad de una asamblea de accionistas
promovida por un accionista; citación de evicción (Art. 90 CJC).
El tercero que interviene en este carácter habría teni¬do legitimación procesal para poder
demandar o ser demandado originariamente en el proceso en el cual interviene como tercero.

El interviniente autónomo o litisconsorcial hace va¬ler un derecho propio en el proceso contra una
de las partes originarias (no contra ambas), asumiendo la misma posición procesal de la otra,
aunque no necesariamente coincida con el interés de ésta.

4.1.2. Intervención excluyente o principal:

La intervención voluntaria se denomina excluyente, principal o agresiva, cuando el tercero pretende


un derecho frente a las partes originarias.

Su pretensión se contrapone a la de los litigantes originarios: actor y demandado, V.g.: las partes
principales discuten acerca de la propiedad de un bien y el tercero interviene en el proceso
alegando ser el propietario de dicho bien.

La calidad con que el tercero interviene en el proceso es distinta a la de los otros contendientes. Es
una tercera parte.

La intervención excluyente tiene carácter exclusivo e independiente, y está dada por la


incompatibilidad del derecho del tercero con el que se ventila en el proceso.

CHIOVENDA dice que es una simple facultad del tercero concedida con el fin de prevenir el daño
que', de hecho, podría recibir por la victoria de una de las partes del pleito principal, y también con
el fin de evitar una duplicidad inútil de juicios y la contradicción de las sentencias.

La demanda que promueve el tercero excluyente se dirige contra las otras partes del proceso en
trámite, pretendiendo en todo o en parte el bien que constituye el objeto de la litis.

El tercero excluyente o agresivo promueve una demanda independiente contra el actor y el


demandado, pasando las partes originarias a ser litisconsortes.

La intervención puede sustanciarse en un mismo expediente con el proceso principal o por


separado, pero siempre las partes originarias y el tercero interviniente tienen el carácter de partes
autónomas entre sí.

Este tipo de intervención, dependiendo de la instancia en la que se encuentra


sustanciándose el proceso, produce los siguientes efectos en el procedimiento, según
nuestra ley procesal:

a) Si se halla en primera instancia: Se suspenderá su curso, hasta que la nueva litis y la


original queden en el mismo estado, para continuarse conjuntamente a fin de dictarse una
sola sentencia.

b) Si el proceso se encuentra en segunda instancia: La nueva litis se tramitará en pieza


separada con ambos litigantes, sin suspenderse el curso de la litis principal, pero se
suspenderá el dictado de la sentencia para poder resolverse juntas.

La sentencia que se dicte será una sola y deberá resol¬ver sobre todas las pretensiones, la
originaria y la del tercero. Su eficacia se extenderá a todos los sujetos (partes y tercero) que hayan
intervenido en el proceso.

4.2. Intervención forzosa


La institución procesal de la intervención forzosa u obligatoria tiene lugar cuando el juez, a pedido
de parte o de oficio, ordena la citación de un tercero, a fin de que la sentencia que vaya a dictarse
produzca sobre éste el efecto de In cosa juzgada. Son casos de intervención forzosa:

4.2.1. La litis denuntiatio:

Se produce cuando la parte en caso de ser vencida podría tener una acción contra el tercero, v.g.:
evicción (Art. 1759 CC y Arts. 87 y sgtes. CPC). La evicción es un caso de intervención forzosa que
se produce por el llamamiento (litis denuntiatio) que hace el demandado al enajenante del bien
objeto de la litis, a los efectos de ser defendido en el proceso y, subsidiariamente, dejar expedita la
acción regresiva de conformidad al Art. 1770, inc. a) del C. Civil.

En consecuencia, la denuncia de la litis constituye una carga procesal que pesa sobre el adquirente
y cuyo incumpli¬miento lo expone al riesgo de ser derrotado en la correspon¬diente pretensión
regresiva frente al enajenante.

4.2.2. La "laudatio auctoris":

Acontece cuando el posee¬dor demandado denuncia el nombre de aquel por quien po¬see (Art.
2419 CC).

Se produce cuando promovida una demanda contra el que tiene temporariamente la posesión de
una cosa ajena (in¬quilino, prestatario, depositario) , el demandado denuncia el nombre y domicilio
del poseedor o propietario, a fin de que el juicio continúe con éste.

El actor, una vez conocida la denuncia formulada por el demandado, debe dirigir la demanda contra
el poseedor o propietario, permitiendo la extromisión del demandado ori¬ginal, porque si así no lo
hiciere su demanda podrá ser re¬chazada por falta de acción (falta de legitimación pasiva).

4.2.3. El llamamiento del tercero pretendiente:

Ocurre cuando el demandado por la entrega de una cosa o el pago de una deuda cita al tercero,
que también pretende ser propietario o acreedor, con el objeto de que quede esclarecida la
verdadera situación jurídica (Art. 584, inc. d) CC).

4.2.4. La llamada en garantía:

Se da cuando el llamante se encuentra en el juicio por una obligación del llamado, cómo el fiador
respecto del deudor (Art. 1456 CC).

El tercero citado al proceso asume la calidad de parte, ejerciendo plenamente sus derechos
procesales de la misma forma que hubiera podido hacerlo en otro proceso independiente.

Corresponde señalar que la comparecencia del tercero, en los casos señalados, no implica un
deber, sino una facultad jurídica cuya falta de ejercicio lo expone al riesgo de ser alcanzado por los
efectos de la sentencia que se vaya a dictar en el proceso en que fue citado y que, pudiendo
haberlo hecho, no compareció.

4.3. Intervención necesaria

La intervención necesaria se produce cuando en un proceso pendiente no actúan como partes


originarias todos los sujetos que deben demandar o ser demandados, en relación a In legitimación
que de manera imprescindible debe tenerse para que la sentencia que vaya a dictarse sea útil.
Es decir, que no obstante ser partes del conflicto, no son partes del litigio.

El litisconsorcio necesario, consecuencia de la intervención necesaria, se configura cuando entre


varios sujetos existe una relación jurídica sustancial única e inescindible que, como tal, sólo puede
ser decidida con la intervención de todos los interesados, porque de lo contrario la sentencia que se
dicte será de cumplimiento imposible.

Este supuesto de intervención se diferencia claramente de la voluntaria y de la provocada, porque


el pleito que se refiere a una relación jurídica inescindible no puede ser sustanciado ni resuelto sin
la citación del tercero que, debiendo haber sido actor o demandado originario, no lo fue.

La citación del tercero, en este caso, deviene forzosa y el juez debe efectuarla, incluso de oficio, a
fin de lograr una correcta integración de la relación procesal. El tercero, antes de su intervención,
es parte del conflicto, pero no del litigio, por ello debe integrarse, también, como parte de él.

Configuran casos de litisconsorcio necesario:

1. Exigido por la ley:

La demanda de filiación, que debe intentarse contra el padre y la madre (Art. 25 CM).

2. Proveniente de la naturaleza de la relación controvertida:

La demanda por simulación de un acto jurídico, que debe promoverse contra todas las partes que
lo realizaron; la demanda de nulidad de un acto jurídico, que debe intentarse contra todos sus
otorgantes; la demanda de división de condominio; etc.

El proceso en estos casos, conviene reiterar, debe integrarse, de oficio o a solicitud de cualquiera
de las partes mediante la deducción de la "exceptio plurium litisconsortium" con todos los sujetos
que correspondan en razón del vínculo de derecho material que los une, porque si la sentencia
fuera pronunciada sólo con respecto a alguno de ellos, no resulta¬ría útil o no sería posible obtener
su ejecución.

Tercerías
Concepto

Recibe el nombre de tercería la pretensión deducida por un tercero en el proceso, en cuya virtud
reclama el levan¬tamiento de un embargo trabado sobre un bien de su propie¬dad, o el pago
preferencial de su crédito con el producido de la venta del bien embargado.

La admisibilidad de la tercería, cualquiera sea su cla¬se, se halla supeditada a la existencia de un


embargo efecti¬vamente trabado, no es suficiente que se lo haya decretado. En caso contrario no
existiría interés jurídico, porque de no existir la afectación del bien del tercero que el embargo
su¬pone la sentencia que se dicte no le sería oponible, carecien¬do de virtualidad para despojarlo
de ese bien.

En la tercería el actor es el tercerista y los demanda¬dos son todas las partes del juicio principal
(actor y deman¬dado) que pasan a tener el carácter de litisconsortes.
Son asimilables al embargo las medidas judiciales que sean equivalentes al mismo en sus efectos,
V.g.: secuestro de bienes.

No corresponde deducir tercería contra la inhibición de bienes o la anotación de la litis. En la


inhibición debe demos¬trarse que el inhibido no es el deudor, lo que requiere un trámi¬te más
simple.
En la anotación de litis, el objeto es c1istinto, ya que en ésta se pretende que el adquirente del bien
afecta¬do por la anotación de la litis no pueda ampararse en su buena fe, para tratar de evitar los
efectos de la sentencia.

Clases
Las clases de tercería se configuran de acuerdo con el fundamento de la pretensión: tercería de
dominio y tercería de mejor derecho.

1. Tercería de dominio:
Es aquella en la cual el tercero pretende que se declare su dominio sobre el bien que es objeto del
proceso principal, pidiendo se deje sin efecto el embargo trabado sobre el mismo, cualquiera sea
éste: inmueble, mue¬ble, derechos intelectuales o industriales, etc.

La promoción de la tercería de dominio no tiene carác¬ter obligatorio para el titular del dominio.
Este, por el hecho de haberse transferido el bien en el juicio principal, no pierde la facultad legal
que posee de reivindicarlo frente al tercer adquirente, si se cumplen las condiciones legales para el
efec¬to.

2. Tercería de mejor derecho:

Es aquella en la cual el tercero no pretende el dominio del bien en litigio, sino un derecho
preferente de pago frente al que aducen los litigantes.

Su pretensión está dirigida a que con el producido de la venta del bien subastado se le pague antes
que al embargante.

Las tercerías, si bien es cierto que tienen un mayor ámbito de aplicación en los procesos de
ejecución, pueden reducirse en toda clase de juicios en los que el tercero se vea afectado en sus
derechos, siempre que se produzcan las condiciones requeridas por la ley, v.g.: juicio ejecutivo,
juicio de quiebra donde se ordenó la venta del bien de un tercero, etc.

La tercería, cualquiera de ellas, debe sustanciarse por el trámite establecido para los incidentes, en
pieza separada con el embargante y el embargado.

Por motivos excepcionales que requieran un mayor debate y prueba el juez puede disponer que se
sustancie la tercería por el trámite del proceso de conocimiento ordinario.

Las tercerías pueden deducirse hasta tanto no se haya efectuado la subasta de los bienes, o no se
haya hecho pago al acreedor, según sea de dominio o de mejor derecho (Art. 81 CPC).

Las dos tercerías, de dominio y de mejor derecho, pueden ser ejercidas conjuntamente en forma
subsidiaria, en razón de que las mismas no se excluyen.

Diferencia entre tercería e intervención de terceros

Deben distinguirse, por sus importantes efectos, los ins¬titutos procesales de la tercería y la
intervención de terceros.
En la tercería, el tercero promueve un juicio contra el actor y el demandado, que son partes en un
proceso sustanciado entre ellos, y la sentencia que se dicte en el mismo no le va a afectar, salvo el
embargo trabado. Consecuentemente, el tercerista permanece indiferente al resultado de la litis
principal.
En la intervención de terceros, el tercero generalmente asume la calidad de parte en el proceso y
queda vinculado a la sentencia que vaya a dictarse en él.

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LECCIÓN 13 - EXCEPCION

Concepto

La excepción, en sentido amplio y general, es toda y cualquier defensa que el demandado opone a
la pretensión del actor. Siendo así, la excepción es el derecho que tiene el de¬mandado para
oponerse a la acción promovida por el actor.

Toda demanda, según COUTURE, es una forma de ataque y la excepción es la defensa contra ese
ataque por parte del demandado. La excepción, dice ULPIANO, es la acción de demandado: "reus
in exceptione actor est".

Si el sustituto civilizado de la venganza es la acción, de igual modo el sustituto civilizado de la


defensa es la excepción.

La acción es un derecho autónomo respecto del derecho material. Se puede accionar con derecho
o sin él, basta para el efecto sólo la pretensión. De igual manera, la excepción también un derecho
autónomo, en razón de que el deman-dado puede defenderse sin tener ningún derecho en el cual
fundarse.

La autonomía de la excepción en relación al derecho ma¬terial es más acentuada que la


autonomía de la acción, en razón de que el actor siempre debe en la pretensión atribuirse un
derecho material. Por el contrario, al demandado le basta sim¬plemente con negar, sin necesidad
de atribuirse ningún dere¬cho contrario al derecho del actor.

Siendo así, el contenido pretensional de la excepción pue¬de limitarse simplemente a una


expresión de voluntad contra¬ria a la del actor. Al demandado le basta con pedir que se rechace la
demanda, s.in tener la necesidad, ni la carga, de atri¬buirse ningún derecho material, ni exponer
siquiera otros he¬chos contrarios a los manifestados por el actor en su demanda.
Indudablemente el demandado tiene la facultad de alegar hechos contrarios a los esgrimidos por el
actor y atribuirse de¬rechos que enerven los invocados por el demandante .. En este caso el
demandado estará realmente, en sentido técnico procesal, oponiendo una excepción.

Por esta razón, desde el Derecho romano, los prácticos españoles y la moderna doctrina procesal,
se establece una dis¬tinción entre defensa y excepción, teniendo en consideración que la defensa
es la negación de los fundamentos de hecho y derecho de la demanda, y la excepción consiste en
la afirma¬ción de hechos distintos destinados a destruir el fundamento de la pretensión del
demandante, afirma CARNELUTTI.

Fundamento constitucional

La excepción en el derecho paraguayo tiene fundamento y rango constitucional, en razón de que la


Constitución esta¬blece: "La defensa en juicio de las personas y de sus dere¬chos es inviolable"
(Art. 16, 1 p. CN).
Reacción. Defensa. Excepción

Frente al derecho de acción del actor se encuentra el derecho de reacción del demandado.

Ambos surgen como consecuencia de la prohibición de hacer justicia por mano propia, hallándose
consagrados en la Constitución.

Estos derechos son autónomos y abstractos. El derecho del demandado de reaccionar ante el
ejercicio de la acción (excepción en sentido amplio) lo tiene siempre, comparezca o no comparezca
en el juicio.

Incluido en el derecho abstracto de reaccionar que tiene el demandado, le asiste a éste, a su vez,
la facultad concreta de oponerse a la pretensión contenida en la acción.

La oposición supone una conducta activa; consiste en presentarse al tribunal y contradecir. Es


decir, va más allá del hecho de no comparecer en el juicio, o compareciendo limitarse a allanarse,
sometiéndose a la pretensión del actor.

Esta oposición puede consistir en defensas, cuando el demandado se limita desconocer cualquiera
de los requisitos de admisibilidad o fundamentabilidad de la pretensión, o excepciones, cuando el
demandado invoca circunstancias impeditivas o extintivas contra la pretensión del actor con el
propósito de desvirtuar el efecto jurídico pretendido, es decir deduce excepciones en sentido
estricto.

Posiciones procesales del demandado

El demandado, ante la notificación de la demanda, puede:

1. No comparecer

El demandado puede no comparecer en el juicio, asu¬miendo una actitud pasiva frente a la


demanda.

No comparece ni; por supuesto, contesta la demanda.

En esta hipótesis habrá que tener en cuenta la clase de notificación que se le practicó.

3.1.1. Notificación por cédula: autoriza el Proceso en Rebeldía (Art. 68 CPC).

3.1.2 Notificación por edictos: se le designa defensor en lo persona del representante del Ministerio
de la Defensa Pú¬blica (Art. 141 CPC).

2. Comparecer
El demandado puede presentarse al tribunal a estar a de¬recho y optar por:

3. Oponerse:
En este supuesto, a su vez, puede: 3.2.1.1 Contestar las afirmaciones del actor limitándose a
desconocer la pretensión sin invocar nuevas circunstancias de hecho.
4. Negar el derecho y reconocer el o los hechos, en razón de que le atribuye al hecho una
significación jurídica distinta o porque discute la interpretación del derecho.

Se denomina cuestión de puro derecho (Art. 381 CPC).

5. Negar los hechos y el derecho (Art. 235 CPC). 3.2.1.2.

6. Deducir excepción (en sentido estricto) (Art. 224 CPC).

7. Allanarse:
Allanarse significa admitir las pretensiones del actor. Es decir, se allana a la demanda,
consecuentemente no existe oposición (Art. 169 CPC).

8. Reconvenir:

Promover, junto con la oposición, uno demanda reconvencional o reconvención, que consiste en la
pretensión que el demandado deduce al contestar la demanda contra el actor.

Es una contrademanda que puede ejercer el demandado al contestar la demanda (Art. 237 CPC),
siempre que reúna las condiciones señaladas por la ley (Art. 238 CPC).

Clases de excepciones
Las excepciones pueden clasificarse en:

1. Excepciones dilatorias
Son las defensas que se fundan en la omisión de un requisito procesal. Versan sobre el proceso y
no sobre el derecho material alegado por el actor. Por lo general, son el medio de denunciar la falta
de un presupuesto procesal.

Las excepciones dilatorias, en el supuesto de ser procedentes, excluyen provisional y


temporalmente la posibilidad de un pronunciamiento sobre la pretensión del actor. Siendo así, no
impiden que el actor vuelva a proponer su pretensión una vez superados los defectos señalados.

Están dirigidas: a impedir un proceso nulo (incompeten¬cia, falta de personería); o inútil


(litispendencia); o a corregir errores que obstan a la decisión (defecto legal); o a asegurar el
resultado del juicio (arraigo); o constituyen un obstáculo para el proceso (convenio arbitral).

Las excepciones dilatorias se oponen como de previo y especial pronunciamiento. Vale decir,
deben substanciarse y resolverse antes de proseguirse el trámite del proceso prin¬cipal, el cual
queda interrumpido. Deben decidirse previa¬mente a toda cuestión.

2. Excepciones perentorias

Son aquellas en cuya virtud el demandado se opone a la pretensión del actor. No son defensas
sobre el proceso, sino sobre el derecho.
Las excepciones perentorias, en el caso de que sean declaradas .procedentes, extinguen
definitivamente el derecho del actor. En consecuencia, éste no podrá volver a plantear
eficaz¬mente la pretensión.

Pueden ser opuestas como previas (Art. 224 CPC) o al contestar la demanda (Arts. 233 y 235
CPC).

En el primer caso, son de previo y especial pronuncia¬miento y al igual que las dilatorias deben
tramitarse y resolverse con carácter previo, quedando la substanciación del proce¬so principal
interrumpida, v.g.: falta de acción manifiesta; pago, conciliación, desistimiento de la acción y
prescripción cuando pueden resolverse como de puro derecho; y las defensas temporarias
consagradas en las leyes generales.

3. Excepciones mixtas

Se oponen como previas y se deciden como tales: Tienen en común con las excepciones
dilatorias que intentan evitar un proceso nulo o inútil, y se diferencian de las perentorias en que no
buscan un pronunciamiento sobre la existencia o inexistencia del derecho, sino el reconocimiento
de una situación jurídica que hace innecesario entrar a analizar el rondo mismo de la cuestión, v.g.:
cosa juzgada, transacción.

En nuestro Derecho procesal se deducen en forma previa interrumpiendo el plazo del


principal. Son de previo y especial pronunciamiento.

Oportunidad para oponer excepciones y defensas

Dentro del régimen del Código Procesal Civil, las oportunidades procesales que tiene el
demandado para oponer defensas o excepciones en el Proceso de conocimiento ordinario,
son:
A. Con carácter previo
- Excepciones previas:
Se deducen como de previo y especial pronunciamiento dentro del plazo para contestar la
demanda. Se encuentran enumeradas en el Código Procesal Civil, y son:

a) Incompetencia;

b) Falta de persone ría en el demandante, en el demandado o sus representantes, por carecer


de capacidad civil para estar en juicio, o de representación suficiente.

El demandante hará valer esta excepción por la vía del recurso de reposición;

c) falta de acción cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no ocurrir con última
circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva;

d) litispendencia; la acción intentada ante un tribunal extranjero no importa Litispendencia;

e) defecto legal en la forma de deducir la demanda;

f) cosa juzgada;
g) pago, transacción, conciliación, desistimiento de la acción y prescripción, cuando pudieren
resolverse como de puro derecho;

h) convenio arbitral;

i) arraigo" (Art. 224 incs a) al i) CPC).


B. Defensas temporarias:

Consagradas en las leyes generales. Son, como las excepciones previas, de previo y especial
pronunciamiento, debiendo deducirse dentro del plazo para contestar la demanda.

Se hallan mencionadas en el Art. 224 inc. j) del CPC, V.g.: beneficio de excusión.

- Al contestar la demanda

Defensas:

En la contestación opondrá el demandado todas las defensas que, según el Código Procesal Civil,
no tengan carácter previo, sin perjuicio de la facultad consagrada en el artículo 233, dispone el
Art.235 del CPC.

Excepciones:

El demandado deberá, al contestar la demanda, plantear las excepciones que, en virtud de la ley,
no tengan carácter previo o que no hayan sido admitidas y juzgadas como previas (Art. 233 CPC),
v.g.: falta de acción no manifiesta; pago, transacción, conciliación, desistimiento de la acción y
prescripción, cuando no puedan resolverse como de puro derecho.

Presupuestos procesales
Concepto

Los presupuestos procesales son el conjunto de antecedentes necesarios o supuestos


condicionantes para que el proceso tenga eficacia jurídica y validez formal.

Siendo así, los presupuestos procesales son los requisitos necesarios para que pueda constituirse
un proceso válido o una relación procesal válida.

Dice CALAMANDREI que son las condiciones que de¬ben existir a fin de que pueda tenerse un
pronunciamiento cual¬quiera, favorable o desfavorable sobre la demanda; esto es, a fin de que se
concrete el poder-deber del juez de proveer so¬bre el mérito.

El juez, ante todo, debe examinar previamente la regula¬ridad del proceso que se plantea ante él,
como requisito in¬soslayable para poder estudiar la cuestión de fondo. Es decir, debe realizar un
"juicio sobre el proceso", porque sólo si el proceso se ha constituido y desarrollado regularmente
podrá decidir la cuestión de fondo (mérito), y dictar la sentencia que corresponda.
Si no existen aquellas condiciones previas (presupues¬tos procesales), dice CALAMANDREI,
desaparece el pode deber de proveer sobre el mérito (fondo de la cuestión).
El Código Procesal Civil no contiene ninguna norma ex¬presa que se refiera a los presupuestos
procesales. No obstan¬te, son reconocidos y admitidos ampliamente, a tal punto que ante la
ausencia de alguno, aun sin solicitud de parte, el juez, o tribunal debe pronunciarse de oficio.

La vía de la excepción previa es, generalmente, el me¬canismo para denunciar la falta de algún
presupuesto procesal. Sin embargo, no todos los presupuestos procesales se denuncian mediante
excepciones previas, ni todas las ex¬cepciones se refieren a los presupuestos procesales. Asi, la
excepción de incompetencia cuando es relativa, no constitu¬ye un presupuesto procesal, porque
las partes pueden admi-tir en forma expresa o tácita la prórroga, es decir, convalidar esa
incompetencia. Del mismo modo, la excepción de pres¬cripción, que puede ser opuesta como
previa, tampoco cons¬tituye un presupuesto procesal.

Clasificación

El tema de los presupuestos procesales surge a partir de lo que Von Bülow en su libro "La teoría de
las excepciones procesales y los presupuestos procesales" (1868) llamó la atención acerca de la
confusión en la que se había incurri¬do, luego del Derecho romano, entre las excepciones y los
presupuestos procesales.

Señaló que se confundían las ex¬cepciones, especialmente las llamadas dilatorias, que eran
medios de defensa de las partes, con ciertas denuncias de la falta de algún presupuesto necesario
para constituir un pro¬ceso válido.

Es decir, precisó que existían ciertas condicio¬nes (existencia de las partes, capacidad de las
partes, com-petencia del juez, etc.), que eran imprescindibles para que pueda constituirse una
relación procesal válida.

Estas condi¬ciones eran tan importantes que, aun cuando las partes no denunciaban su ausencia,
el juez debía señaladas, evitando que el proceso continúe, porque en dichos supuestos en
rea¬lidad no existía un verdadero proceso, un proceso válido.
Los presupuestos procesales son varios y la doctrina los ha clasificado de diferentes modos.

- Presupuestos de la acción

- Existencia y capacidad del actor:

El derecho de ejercer la acción para lograr su propósito de obtener un pro¬ceso requiere la


existencia de una persona física o jurídica, que tenga capacidad.

Lo que parece tan obvio, sin embargo, es desmentido por la realidad, porque a veces aparecen
juicios promovidos por personas físicas o jurídicas fallecidas, inexistentes o extin¬guidas al tiempo
de promoverse la demanda.

La capacidad para ser parte en un proceso le correspon¬de a toda persona física o jurídica por el
hecho de serio.

Para actuar en un proceso por sí es necesario que la persona tenga capacidad procesal, que
consiste en la 'aptitud para realizar por sí mismo actos jurídicos procesales váli¬dos. Esta
capacidad en las personas físicas se asimila a la capacidad de hecho. Quien no tiene capacidad de
hecho tam¬poco tiene capacidad procesal. Quien no la tiene no puede actuar por sí en juicio y sólo
puede hacerlo a través de su representante.

La persona jurídica tiene que tener existencia legal, vale de¬cir, no debe estar extinguida. Actúa
enjuicio obligatoriamente a tra¬vés de procuradores o abogados matriculados (Art. 46, 2a p. CPC),
quienes deben hallarse debidamente apoderados por los órganos de gestión instituidos en la ley o
en el estatuto.

- Cuestión o caso justiciable:

La justiciabilidad del caso sometido al conocimiento del tribunal es un presupuesto para el ejercicio
de la acción que pueda tener como consecuencia la actividad de la función jurisdiccional. En este
sentido el Art. 12 de la Ley 609/95 establece que la Corte Suprema de Justicia no dará trámite a la
acción de inconstitucionalidad en cuestiones no justiciables.

Lo mencionado podría parecer un contrasentido ya que el Poder Judicial se constituye,


precisamente, para conocer y decidir todos y cada uno de los conflictos que tengan un contenido
jurídico.

Sin embargo, esto que constituye la regla sufre excepciones cuando:

La pretensión carece de contenido jurídico:

Cuando la demanda se entabla con el fin de obtener un pronunciamiento exclusivamente de índole


moral, científico, académico, religioso o social, no protegido por el derecho.

La cuestión no justiciable se halla legislada en forma expresa en la Constitución o en la ley.

El Amparo no podrá promoverse en la tramitación de causas judiciales, ni contra actos de órganos


judiciales, ni en el proceso de formación, sanción y promulgación de las leyes (Art. 134, 40. p. CN);
la acción de nulidad de un matrimonio no podrá intentarse sino en vida de los esposos (Art. 188, la.
p. CC); la nulidad del contrato de sociedad, para eximirse de las obligaciones que él les impone, no
puede ser alegada por los socios frente a terceros de buena fe (Art. 962 CC); las entidades del
sistema financiero no podrán solicitar convocación de acreedores ni su quiebra, ni ser declaradas
en quiebra a pedido de terceros (Art. 133, ler. p. Ley 861/96); la investigación de la maternidad no
se admitirá cuando tenga por objeto atribuir el hijo a una mujer casada, salvo que el hijo hubiera
nacido antes del matrimonio (Art. 234, 3er. p. CC); etc ..

La configuración de no justiciable surja de modo implícito de la norma constitucional o legal:

Cuestiones referentes a la autonomía municipal o universitaria, cualidad de la cosa juzgada.

La promoción ante los tribunales de una cuestión no justiciable autoriza el rechazo "in limine" de la
acción, en razón de que la justiciabilidad del caso sometido al conocimiento de los jueces es un
presupuesto para el ejercicio de la función jurisdiccional.

El rechazo también deberá producirse cuando se la ad vierta en el curso del proceso o en el


momento de fallar.
La doctrina denomina esta situación con el nombre de "defecto absoluto en la facultad de juzgar".
Si, no obstante, se inicia un "proceso" en estas condiciones, el tribunal de ofi¬cio, cuando lo
advierta, deberá declarar la nulidad de todo lo actuado. A su vez, la parte puede denunciar este
hecho en cualquier etapa del juicio a través de 10 que se denomina "improponibilidad objetiva de la
acción", la cual, de admitirse, invalidará todo 10 actuado y resuelto.

Caducidad del derecho:

En ciertos supuestos específicamente establecidos en la ley, se niega a la persona la posibilidad de


ejercer el derecho por el transcurso del tiempo.

Esto es así porque el derecho debe ejercerse dentro de su plazo de validez, es decir, siempre que
no haya caducado.

Caducidad no es lo mismo que prescripción (liberatoria); si bien ambos institutos se refieren a la


pérdida de un derecho por su no ejercicio dentro del plazo legal.

La caducidad tiene las siguientes notas características: es de orden público, no es renunciable, no


se halla sujeta a suspensión ni interrupción.

En cambio, en nuestro derecho, está permitido que, aun prescripto el derecho, se pueda demandar
su cumplimiento y, siempre que la parte no haya opuesto la excepción pertinente, obtener una
sentencia válida.

Si se ha producido la caducidad del derecho, no podría haber un proceso válido, lo cual


podrá declararse de oficio o a petición de parte. Al respecto, el Código Civil establece:

Los derechos que en virtud de la ley o del acto jurídico constitutivo sólo existan por tiempo
determinado o deban ser ejercidos dentro de él, no están sujetos a prescripción, Caducan por el
vencimiento del plazo si no se dedujere la acción o se ejerciere el derecho" (Art. 634 CC).

Presupuestos del proceso


A- Existencia del tribunal:

El órgano ante el cual se ejerce la acción debe tener calidad funcional suficiente para que pueda
constituirse un proceso. Si la demanda se promoviera ante una persona que no es juez (o árbitro),
el acto no podría generar un proceso. No existiría un proceso.

En nuestro derecho poseen investidura jurisdiccional: todos los jueces que integran el Poder
Judicial, los árbitros designados en la cláusula compromisoria o en el compromiso arbitral, el
Senado de la Nación en el exclusivo caso del juicio político previsto por la Constitución para ciertos
funcionarios (Art. 225 CN), y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados Judiciales, previsto en la
Ley 1084/97.
En un sistema jurídico republicano y democrático, con absoluta separación de funciones y
recíproco control de poderes, resulta inaceptable la ampliación de esta nómina. En dicho sentido, la
Constitución establece una terminante prohibición en el Art. 248.
B- Competencia del tribunal:
La competencia consiste en la atribución de funciones que la ley o la convención atribuyen a
determinadas personas, jueces o árbitros que actúan en carácter de autoridad respecto de otras
personas.
El tribunal, ante quien se ejerce la acción, debe ser competente para entender en el juicio, lo cual
constituye un presupuesto de validez del proceso. La falta de competencia Si denuncia a través de
la excepción previa de incompetencia (Art. 224 inc. a) CPC).

C- Existencia y capacidad del demandado:


No puede existir proceso sin que exista demandado. Cuando se promue¬ve una demanda contra
una persona física o jurídica inexisten¬tes no existe proceso, sólo una mera apariencia que carece
de toda validez. Siendo así, puede declararse su nulidad en cual¬quier momento, de oficio o a
petición de quien tenga interés legítimo.

La sentencia dictada en un proceso contra demandado inexistente no hace cosa juzgada.

En relación a la capacidad del demandado debe advertirse que una persona incapaz puede ser
demandada pero para que exista un proceso válido la relación procesal debe integrarse con el
representante necesario del incapaz demandado a quien debe notificarse la demanda.

D- Citación y emplazamiento válidos:


La citación y el emplazamiento, incluyendo la notificación, constituyen pre¬supuesto de validez del
proceso. Ahora bien, en relación a la utilidad que puede generar su omisión o irregularidad, nuestra
ley procesal en esta materia consagra la doctrina finalis¬ta. En consecuencia, si la notificación ha
sido defectuosa, pero no obstante ha cumplido su finalidad, el acto se consi¬dera válido y no puede
declararse su nulidad.

Prejudicialidad

La prejudicialidad consiste en una cuestión que debe ser decidida previamente por el mismo
tribunal o por otro, antes de que se dicte la sentencia definitiva, en razón de que la si¬tuación
jurídica planteada influye de manera determinante so¬bre el pronunciamiento que debe hacerse
sobre el principal.

En razón del fenómeno jurídico conocido con el nom¬bre de "continencia de la causa", diferentes
aspectos de una o de varias pretensiones, que se originan en un mismo con¬flicto o que están
vinculadas a una misma relación jurídica, hacen imprescindible un tratamiento único por parte del
tri¬bunal, a fin de no emitir eventuales pronunciamientos judi¬ciales contradictorios acerca de una
misma o idéntica cues¬tión.

El más elemental sentido común nos indica que si una persona acusada de la comisión de un
hecho ilícito es absuelta en el fuero penal por inexistencia del mencionado hecho ¿cómo podría en
el fuero civil otro juez desconocer ese pronuncia¬miento y declarar, a su vez, la existencia del
hecho y ordenar, en consecuencia, la reparación del mismo?

Siendo así, la prejudicialidad surge cuando, general- mente, en virtud del ejercicio de diferentes
competencias ju¬diciales, porque los litigios corresponden por razón de la ma¬teria (civil, penal,
etc.) a diferentes juzgados, no resulta posi¬ble la sustanciación conjunta de todas las pretensiones
o no es posible el dictado de una sentencia única respecto de aqué¬llas.
Cuando ello ocurre y los distintos litigios se tramitan en forma independiente por la autonomía
existente entre los mismos, por la vigencia del Principio de razonabilidad o de la ley, se trata de
evitar el escándalo o caos jurídico que se produciría por el dictado de sentencias antagónicas,
estable¬ciendo la prioridad para el pronunciamiento de una senten¬cia en relación a la otra.

Esa prioridad tiene el efecto de otorgar a la primera sen¬tencia que se dicte la autoridad del caso
juzgado frente a la pretensión pendiente de tramitación o de decisión. Es decir, la sentencia que se
dicte primero funciona como un presu¬puesto de la segunda sentencia, en cuya virtud ésta no
podrá declarar algo que contraríe lo declarado en la primera.

La prejudicialidad puede darse dentro del fuero civil, V.g.: la pretensión de declaración de
reconocimiento de fi¬liación matrimonial depende de la existencia de un matrimo¬nio válido.

También puede acontecer en el fuero penal en relación al civil, v.g.: la demanda de resarcimiento
del daño causado por un delito no debe ser juzgada si existe proceso penal pen¬diente por el
mismo hecho causal y hasta tanto haya senten¬cia definitiva en éste, porque si el acusado es
condenado

Probablemente no se puede discutir en sede civil la existencia del hecho principal constitutivo del
delito ni puede ser con¬tradicha la culpa ya declarada del condenado. Del mismo modo, si el
acusado es absuelto en el juicio penal, no se pue¬de alegar en el juicio civil la existencia del hecho
sobre el cual recayó la absolución.

El C. Civil establece al respecto: " Si la acción penal dependiera de cuestiones prejudiciales cuya
decisión corres¬ponda exclusivamente al juicio civil, no se sustanciará el juicio criminal antes que la
sentencia civil estuviese ejecutoriada. Se¬rán cuestiones prejudiciales las que versen sobre validez
o nu¬lidad del matrimonio y las que se declaren tales por la ley" (Art. 1870 CC).
"Salvo lo dispuesto en el artículo anterior, o en otros casos que sean exceptuados expresamente, la
sentencia civil sobre el hecho no influirá en el juicio criminal, ni impedirá ninguna acción penal
posterior intentada sobre el mismo he¬cho, o sobre otro que con él tenga relación.

Cualquiera sea la sentencia sobre la acción criminal, el fallo anterior pronunciado en el juicio civil
pasado en autori¬dad de cosa juzgada, conservará todos sus efectos" (Art. 1871 CC).

Así mismo, la Ley de Quiebras dispone: "Si el juez calificare la conducta del deudor como dolosa o
culposa, la comunicará al juez en lo criminal, acompañando copias de las actuaciones pertinentes.
Si antes de que el juez de la quiebra haya calificado la conducta patrimonial del deudor se
comen¬zara ante la justicia penal un procedimiento sobre quiebra fraudulenta o culpable contra el
deudor comerciante, por el delito que corresponda contra el deudor no comerciante, ello no obstará
al procedimiento de calificación y el juez del con¬curso la hará sin otros efectos que los
propiamente civiles o comerciales.
Recaída en la justicia penal sentencia condenatoria con¬tra el fallido, pasada en autoridad de cosa
juzgada, el juez de la quiebra estará a lo que resulte de dicho fallo para calificar la conducta
patrimonial del deudor" (Art. 163, Ley 154/60).
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Lección 14
Actos procesales

Hecho jurídico. Hecho procesal. Acto procesal


Los hechos en general cuando afectan al Derecho reciben la denominación de hechos jurídicos y
se hallan regulados por una norma de Derecho.
Los hechos procesales emergen de la naturaleza o pueden ser humanos.
Los hechos de la naturaleza pueden producir efectos en el proceso.
En este caso son regulados por el Derecho procesal, v.g.: el transcurso del tiempo.
Los hechos humanos también inciden en el proceso, V.g.: el nacimiento, la muerte etc .. Los
hechos humanos, a su vez, pueden ser voluntarios o involuntarios.
Los hechos humanos voluntarios que crean, modifican o extinguen relaciones jurídicas son los
actos jurídicos.
El acto procesal es una especie del género acto jurídico. Para COUTURE es el "acto jurídico
emanado de las partes, de los agentes de la jurisdicción o aun de los terceros 1igados al proceso,
susceptible de crear, modificar o extinguir efectos procesales".
El factor voluntad, que es de la esencia del acto procesal, sirve para distinguido del hecho procesal.

2. Concepto.

Los actos procesales son aquellos hechos voluntarios que tienen por efecto directo e inmediato la
iniciación, el desarrollo o la extinción del proceso, V.g.: la demanda, la declaración de un testigo, la
sentencia, etc.
El acto procesal es un acto jurídico que se caracteriza por ser procesal la situación jurídica que por
él queda constituida, modificada o extinguida.

3. Elementos del acto procesal.

Los elementos del acto procesal son:


- el sujeto,
- el objeto y
- la actividad.
Este último elemento se halla compuesto por el lugar, la forma y el tiempo. La existencia del acto
procesal depende y es la consecuencia de estos elementos característicos y fundamentales.

3.1. Sujeto

Los sujetos de los actos procesales son: el órgano jurisdiccional judicial o arbitral y sus auxiliares,
el Ministerio Público, las partes y los terceros directamente vinculados al proceso.

Para que el acto procesal produzca efectos, es necesario que el sujeto que lo realiza tenga aptitud
para ello, v.g.: el órgano debe ser competente, y las partes y sus representantes procesalmente
capaces.

3.2. Objeto
El objeto es la materia sobre la cual recae el acto procesal. Puede consistir en: una cosa, v.g.:
embargo de un bien mueble; una persona física o jurídica, v.g.: guarda de menores, administración
judicial de una sociedad; un hecho, v.g.: declaración de un testigo; o referirse a más de uno de los
elementos mencionados, v.g.: orden de exhibición de un documento.

El objeto debe ser:


1.Idóneo: es decir, apto, eficaz para lograr la finalidad pretendida por quien lo realiza, v.g.: que la
prueba recaiga sobre un hecho controvertido.
2.Jurídicamente posible: es decir, que no se halle prohibido por la ley, v.g.: no tendría esta
condición el embargo trabado sobre un bien de familia (Art. 59 CN).
3. Actividad: La actividad se analiza en relación a la forma (cómo), el tiempo (cuándo) y el lugar
(dónde) de los actos procesales. Estos temas serán tratados en los capítulos posteriores.

4. negocio o contrato procesal

El acto procesal, para un sector de la doctrina, admite una distinción entre el acto procesal
propiamente dicho y el negocio procesal.
El acto procesal típico consiste en una declaración de voluntad realizada por la parte en cuya virtud
se compele al órgano judicial a emitir un pronunciamiento sobre ella (ROCCO); en este sentido son
actos procesales típicos la demanda, la interposición de un recurso, etc.

El negocio o contrato procesal consiste en una declaración de las partes que tiene por efecto
constituir, modificar o extinguir derechos procesales (CHIOVENDA, ROCCO, ZANZUCHI).
De este modo son negocios procesales el desistimiento de la acción, el expreso consentimiento de
la sentencia, la renuncia a ejecutar actos procesales particulares, etc.

5. Clasificación

Los actos procesales pueden clasificarse siguiendo diversos criterios:

5.1. Actos de parte

Los principales actos de parte son los constitutivos de la relación procesal (demanda y
contestación).
Los actos de parte son generalmente unilaterales y excepcionalmente bilaterales.
A las partes corresponde la afirmación de los hechos y la prueba. El conjunto de actos dirigidos a
tales propósitos y realizados por aquéllas en el proceso, se denominan actos de postulación.

5.2. Actos del órgano jurisdiccional

El modo por el cual el órgano jurisdiccional ejerce la función jurisdiccional es la sentencia. Esta
constituye el principal acto procesal de aquél, en cuya virtud pone fin al litigio.
Los actos que el juez realiza ínterin llega la oportunidad de dictar la sentencia reciben el nombre de
actos de decisión, v.g.: providencias y autos inter1ocutorios.

5.3. Actos de instrucción


Los actos de instrucción son realizados mediante la actividad de las partes, del juez y de los
auxiliares del tribunal, v.g.: traslados, notificaciones, etc.

6. Valoración de los actos procesales

La doctrina, de manera no siempre coincidente, se ha ocupado de establecer los distintos grados


de valor que pueden tener los actos procesales. Al efecto, se pueden distinguir:

6.1. Validez

La validez se refiere a los aspectos formales del acto procesal. Consecuentemente, su opuesto, la
invalidez o nulidad, se refiere a la falta de los requisitos formales del acto, los cuales en el proceso
se encuentran dirigidos a un fin, porque el acto procesal no tiene un fin en sí mismo.
6.2. Admisibilidad

La admisibilidad apunta a la idoneidad del acto procesal para que pueda ser considerado por el
órgano jurisdiccional. Generalmente se halla referida al cumplimiento de los requisitos formales del
acto, v.g.: el juez antes de dar curso a la demanda debe examinar si se hallan cumplidos los
requisitos procesales de admisibilidad formales (idioma, firma, etc.) y sustanciales (nombre y
domicilio del demandante y demandado, cosa demandada, etc.).
La falta de estos requisitos, en el ejemplo señalado, autoriza el rechazo "in limine" de la demanda,
sin que ello signifique prejuzgamiento sobre el derecho sustancial.

Lo opuesto de la admisibilidad es la inadmisibilidad.

6.3. Fundabilidad

La fundabilidad se dirige a la existencia de los requisitos necesarios que debe reunir el acto
procesal para que pueda ser acogido favorablemente por el órgano jurisdiccional, v. g. : son
requisitos de fundabilidad de la pretensión para que se dicte una sentencia favorable: el derecho, la
calidad y el interés. La fundabilidad de la demanda es examinada por el juez al dictar la sentencia
definitiva.
Lo opuesto a la fundabilidad es la falta de fundabilidad o de fundamento.

6.4. Eficacia

La eficacia se logra cuando el acto procesal obtiene el fin propuesto, perseguido, requiriéndose
para ello que el mismo cumpla con las demás condiciones señaladas, es decir, validez,
admisibilidad y fundabilidad. Lo contrario de eficacia es la ineficacia del acto procesal.

7. Irregularidad del acto procesal

Al ordenamiento jurídico repugna la existencia de un acto irregular; por ello lo ataca buscando su
invalidación.

Entre el acto válido y el acto nulo, sin embargo, es posible encontrar varias gradaciones. Además,
se pueden encontrar distintos grados de invalidez del acto, pudiendo distinguirse la ineficacia, la
inadmisibilidad, la falta de fundabilidad y la nulidad, aunque, a veces, se los confunden. Por ello
conviene distinguidos.

7.1. Hay actos irregulares que no son nulos. La simple irregularidad en el supuesto que no
afecte la estructura del acto no determina su invalidez.

7.2. El acto ilícito es diferente del acto nulo. El acto ilícito es el acto contrario al Derecho y la
reacción de éste contra aquél consiste en la aplicación de una sanción.

En cambio, el acto nulo, porque se ha apartado de las formas, se castiga con la invalidez, sin que
por ello sea necesariamente ilícito.

7.3. Deben distinguirse la validez de la eficacia y la nulidad de la ineficacia. La eficacia del


acto comprende un espectro mayor que la validez. Siendo así, los actos nulos son ineficaces
siempre que la nulidad se declare, pero los actos ineficaces no siempre son nulos, v.g.: una
sentencia no es eficaz frente al tercero, pero esto no significa que sea nula a su respecto.
Una prueba puede no ser eficaz (conducente) para demostrar algo, pero no por ello es nula. A
veces la ineficacia es simplemente la consecuencia de haberse realizado el acto fuera de tiempo,
V.g.: el ofrecimiento de una prueba fuera de la oportunidad procesal.

7.4. La inadmisibilidad es diferente de la nulidad, v.g.: una demanda promovida obviándose los
requisitos establecidos en la ley procesal puede ser inadmisible, pero ello no supone su nulidad.

7.5. La falta de fundabilidad, a su vez, no siempre tiene como consecuencia la nulidad


puesto que se refiere al fondo y ésta a la forma. La falta de fundamento de la demanda o de la
sentencia no produce su nulidad. Siendo así se producirá el rechazo de la demanda en la sentencia
en el primer caso, y la posibilidad de la interposición del recurso en el segundo supuesto.

7.6. La nulidad es la consecuencia más trascendente e importante que puede afectar al acto
procesal.
La falta del cumplimiento de un requisito de admisibilidad de un acto procesal conduce a la
declaración de inadmisibilidad, pero la nulidad generalmente es la única sanción efectiva, porque
se halla establecida en la ley y produce la invalidez, V.g.: si el juez en su oportunidad no declaró
inadmisible la demanda y el juicio continuó, el único medio que se tiene para superar la
irregularidad será el recurso de nulidad de la sentencia.

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Lección 15

Formas procesales
1. Concepto
La forma, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en la primera
acepción, es la figura o determinación exterior de la materia. Y en la décimo quinta, son los
requisitos externos o aspectos de expresión en los actos jurídicos.
Dice CARNELUTTI que la forma es el "corpus" del acto. GUASP señala que la forma es la
exteriorización de todo el acto y de su contenido; la revelación hacia fuera de su existencia.

La ley requiere un hecho exterior que materialice lo que está contenido en la voluntad y desde este
punto de vista, todos los actos tienen una forma. En ciertos casos ella se halla impuesta por la ley
como condición para su existencia (ad solemnitatem), en otros para su prueba (ad probationem), y
en algunos queda librada al arbitrio de quien ejecuta el acto. El C. Civil preceptúa: "En la
celebración de los actos jurídicos deberán observarse las solemnidades prescriptas por la ley. A
falta de regla especial, las partes podrán emplear las formas que estimen convenientes" (Art. 302
CC).

Las formas se hallan establecidas por la ley. Pero, la misma ley, a veces, permite que sea el
órgano jurisdiccional el que las establezca en algunos supuestos, v.g.: cuando faculta al juez para
fijar plazos procesales (Art. 146 CPC).

La forma como modo de expresión de la voluntad, del contenido del acto, tiene en el Derecho
procesal una importancia radical, porque mediante su cumplimiento se obtiene la vigencia del
debido proceso. Obviamente, me estoy refiriendo a las formas necesarias para garantizar los
derechos de las partes en el proceso, y consideradas indispensables para que pueda cumplir su
finalidad trascendente, lo cual es algo diametralmente opuesto al formulismo estéril.
Las formalidades judiciales, dice MONTESQUIEU, son el precio que cada ciudadano paga por su
libertad.

Las partes no pueden apartarse de las formas de los actos procesales, salvo que exista una
disposición legal que así lo disponga, o que hayan sido establecidas sólo en su interés.

Esto no significa la consagración del formalismo procesal porque las formas, en ningún caso, tienen
un fin en sí mismas y sólo se hallan establecidas para servir, en definitivo y al final, a la Justicia.

2. Finalidad
La lealtad en el debate, la igualdad en la defensa y la rectitud en la decisión, expresa ALSINA,
exigen que el proceso de desenvuelva con sujeción a reglas preestablecidas.

En razón de que las formas procesales no constituyen un fin en sí mismas, el sistema de nulidades
procesales que el Código Procesal Civil establece, está dirigido, precisamente, no a asegurar la
observancia de las formas, sino el cumplimiento de los fines específicos a ellas confiados por la
ley..

Esto significa que si bien rige el Principio de legalidad de las formas que impone el legislador,
igualmente se proclama el Principio de libertad de las mismas, lo cual su-pone poder optar por la
más adecuada al fin del acto.

3. Sistemas
Se conocen tres sistemas de regulación de las formas procesales. Ellos son:

3.1. Sistema de regulación legal


Es conocido también con la denominación de sistema de legalidad, pues en su virtud las formas
procesales se encuentran establecidas en la ley.

3.2. Sistema de regulación judicial


Este sistema denominado, a su vez, de la soberanía del juez, rige cuando las formas son
establecidas por el órgano jurisdiccional (juez o árbitro), v.g. facultades ordenatorias e
instructorias (Art. 18 CPC); ordenar la apertura a prueba en los incidentes y en las excepciones
(Arts. 186 y 229 CPC); fijar el término ordinario de prueba dentro del plazo máximo de cuarenta
días (Arts. 253 CPC) y el extraordinario (Art. 255 CPC); disponer diligencias de prueba (Arts.
337,350,362,367,371, etc., CPC); eximir de costas al vencido (Art. 193, ler. p. CPC); habilitar días
feriados y horas inhábiles cuando los asuntos de su competencia así lo requieran (Art. 196, 2° p.,
COJ); disponer notificaciones por cédula (Art. 133, jnc. 11) CPC); etc ..

3.3. Sistema de regulación convencional


Este sistema de regulación de las formas procesales también es llamado sistema de la libertad
de formas. El Código Procesal Civil dispone que las partes no puedan darse un procedimiento
especial, distinto al legal, para sustanciar judicialmente el proceso en que intervengan, pero pueden
renunciar a trámites o diligencias particulares, establecidos en su interés exclusivo (Art. 104 CPC).

Lo que no debe olvidarse, conviene recalcarlo, es que la ordenada regulación de las formas
procesales constituye una manera de garantizar el adecuado cumplimiento de los fines del proceso.

4. Oralidad y escritura
En relación a los modos de expresión, la forma de los actos procesales está determinada por los
principios de oralidad o escritura que predominen en cada proceso.

Nuestro proceso es predominantemente escrito, incluso los actos orales deben quedar
documentados por escrito, generalmente mediante actas que quedan agregadas al expediente.
Véase el Capítulo IV apartado 28.

5. Publicidad y secreto
En nuestro Derecho procesal el sistema es el de la publicidad del proceso.
Esto significa que se admite y permite el conocimiento de la actividad procesal de los sujetos del
proceso, el juez y las partes, sin más límite que el que determina la estructura del proceso escrito,
el buen orden en las audiencias y el decoro con que deben cumplirse ciertas actuaciones
procesales cuya publicidad pudiera afectar la intimidad o la dignidad de las personas.

La publicidad del proceso, el conocimiento por el público de cómo se maneja el servicio de justicia
en el país es, sin lugar a dudas, una manera eficaz de obtener mayor seguridad y garantía; en
suma, una mejor Justicia, lo cual a todos interesa.
La norma del Código de Organización Judicial que dispone como "obligación" de los secretarios
"dar conocimiento de los expedientes o procesos archivados en sus oficinas a las personas que,
teniendo interés legítimo lo solicitaren", no empecé a la publicidad que deben tener los procesos
judiciales conforme al carácter público que ostentan.
Véase el Capitulo IV apartado 29.

6. Escritos judiciales
El lenguaje que de ordinario se utiliza en el proceso civil es el escrito. El escrito, dice COUTURE,
es el documento, la pieza que contiene los signos gráficos de expresión de la voluntad jurídica.

Los escritos judiciales - son el medio de comunicación de los litigantes con el juez o tribunal,
constituido por documentos, en los cuales las partes consignan sus proposiciones de hecho o de
derecho y solicitan lo que consideran correspondiente a su pretensión.
La norma procesal establece que los escritos podrán ser mecanografiados o manuscritos en tinta
obscura e indeleble, debiendo ser firmados por las personas que en ellos intervienen (Art. 106, 1 a
p. CPC). Obviamente, aunque la ley no lo diga, los escritos pueden redactarse utilizando otros
medios puestos por la tecnología al alcance del hombre, v.g.: los ordenadores (computadoras) que,
hoy por hoy, son utilizados por los órganos de la jurisdicción como por los profesionales y los
demás intervinientes en los procesos de una manera general.

El juez o tribunal puede, aunque la ley no lo diga expresamente, en el caso de tener dudas sobre la
autenticidad de la firma, ordenar su ratificación, en uso de sus facultades ordenatorias.
También puede rechazar los escritos que no correspondan o los que se presenten vencidos de
plazos. Así como mandar testar en los escritos presentados las palabras o frases ofensivas o in
decorosas (Art. 17 CPC). Las palabras o frases ofensivas son aquéllas que persiguen una finalidad
agraviante, tanto respecto de los jueces cuanto de la parte contraria, funcionarios o auxiliares.
Con los escritos se deben, a veces pueden, acompañar documentos, los cuales podrán ser
originales o facsímiles, esto es, fotocopias. En este último caso con certificación de autenticidad
puesta por el escribano público o por el actuario, salvo que el juez disponga la agregación del
original.
La norma procesal también dispone que tanto de los escritos como de los documentos
acompañados que deban darse traslado, deberán acompañarse tantas copias firmadas como
partes intervengan. Esas copias serán entregadas a las mismas al notificárseles la providencia que
recaiga (Art. 107, 1 a y 2a p. CPC).

6.1. Cargo

6. Al escrito presentado se le debe poner el cargo, que consiste en la constancia firmada que el
funcionario judicial competente estampa al pie de los escritos presentados en su oficina dejando
consignados la fecha, la hora, la persona que los suscribe o remite y los recaudo s acompañados.

Las partes tienen la facultad de solicitar un recibo, que consiste en una copia del escrito presentado
a la que, también, se le pone el cargo, dejándose, en su caso, constancia de los documentos
acompañados.

6.2. Actas
El acta es la pieza escrita, dispuesta por la ley o por el órgano jurisdiccional, donde se deja
constancia de la actividad realizada mediante el relato de la misma. Dicho relato debe ser lo más
fiel y circunstanciado posible, reproduciendo todo lo expresado o acaecido.
En las actas se recogen y asientan las expresiones orales vertidas en las audiencias. Además de
las audiencias, también se levantan actas de las diligencias procesales, tales como
reconocimientos judiciales, inspecciones, comprobaciones, etc.

El acta debe estar suscripta por el funcionario competente según sea el caso, v.g.: el acta de una
audiencia será suscripta por el juez, cuya firma irá refrendada por la del secretario; además, podrán
suscribirla todas las demás personas que intervinieron en el acto y que deseen hacerlo. El acta de
la notificación por cédula deberá ser redactada y firmada por el ujier notificador.
La constancia de la notificación personal -que no es un acta deberá estar suscripta por el actuario o
el oficial de secretaría. El acta que labra el oficial de Justicia comisionado para efectuar alguna
diligencia (embargo, desahucio) deberá estar firma-da por él.
Ciertas resoluciones judiciales, como las providencias y autos interlocutorios pueden ser dictadas
en una audiencia, en cuyo caso integran el acta.

6.3. Copias
La copia es la reproducción fiel de un documento original

La norma procesal dispone que de todo escrito de que deba darse traslado, de sus contestaciones
y de los documentos con ellos agregados, deberán acompañarse tantas copias firmadas como
partes intervengan (Art. 107, 1 a p. CPC).

La regla que establece la norma se funda en los Principios de lealtad y buena fe y constituye un
arbitrio destinado a facilitar el ejercicio de la defensa en juicio.
Las copias deben ser iguales al texto original de los escritos o documentos a los cuales
corresponden, debiendo acompañarse un número equivalente al de las personas que actúan en
calidad de parte contraria, salvo que intervengan bajo una representación común.

Las copias pueden ser manuscritas, mecanografiadas, fotocopiadas o de cualquier otra forma,
siempre que reproduzcan fielmente el original.
Las copias deben estar firmadas, siendo suficiente que lo sean una sola vez y no en cada una de
las •fojas. Podrán ser firmadas, de manera indistinta por las partes o sus representantes,
apoderados o patrocinantes.
Las copias deben entregarse al destinatario al notificársele la resolución que recaiga. Si así no
fuere, la parte interesada deberá denunciar al juzgado, pidiendo la interrupción del plazo para
contestar el traslado.

7. Idioma
Las actuaciones judiciales deben ser redactadas en idioma español (castellano), dispone la norma
procesal (Art. 105 CPC) en concordancia con la Constitución que establece: «El Paraguay es un
país pluricultural y bilingüe. Son idiomas oficiales el castellano y el guaraní. La ley establecerá las
modalidades de utilización de uno y otro. Las lenguas indígenas, y las de otras minorías forman
parte del patrimonio cultural de la Nación» (Art. 140 CN).

8. FIRMA

Un requisito de fundamental importancia es la firma. El C. Civil declara -refiriéndose a los


instrumentos privados- que "será indispensable para su validez, sin que pueda ser sustituida por
signos, ni por iníciales de los nombres o apellidos" (Art. 399 CC).

La firma se define como el trazado gráfico que contiene habitualmente el nombre, apellido y rúbrica
de una persona, con el cual se suscriben los documentos para darles autoría y obligarse a lo que
en ellos se dice.

9. Lugar de los actos procesales


La regla general es que los actos procesales deben realizarse en el lugar donde funciona el órgano
jurisdiccional y en el territorio dentro del cual éste es competente.

En principio se llevan a cabo en la sede del juzgado o tribunal, dependiendo de los sujetos que los
realizan y la clase de acto que se ejecuta. Las excepciones a la regla se hallan determinadas en la
ley procesal, v. g.: la realización de la declaración del testigo. ante el juez de su domicilio, el
reconocimiento judicial de lugares o cosas fuera de la sede del tribunal, etc.

En la sede del juzgado o tribunal se dictan las resoluciones y se efectúan las demás actuaciones
del proceso. Para que un acto pueda cumplirse fuera de la sede del órgano judicial es necesario
que así lo imponga la naturaleza del acto o una norma expresa del derecho positivo. De no ser así
habría una irregularidad procesal que podría originar una nulidad.

10. Audiencias

La audiencia es el acto mediante el cual el juez o tribunal escucha las declaraciones de las partes,
testigos, peritos, etc., en el proceso.

El vocablo audiencia proviene del latín «audio» que significa oír, escuchar.
La audiencia tiene la importancia de poner en vigencia el Principio de inmediación, en virtud del
cual el juez se pone en contacto directo con las partes, los testigos, peritos, etc., a fin de tener una
impresión directa y de primera mano de la cuestión ventilada en el juicio. Con ello existe una mayor
probabilidad de que se dicte una decisión justa.

El Código como regla establece, a su vez, el Principio de concentración de las audiencias (Art. 15,
inc. f) 1. CPC), a fin de que las mismas en cada proceso se realicen en lo posible en un solo día y
de no poder ser de este modo, en días consecutivos.
10.1. Reglas
La norma procesal (Art. 153 CPC) establece las reglas generales a las que deben ajustarse
las audiencias.

10.1.1. Presencia del juez: La presencia del juez, o trotándose de un tribunal la del presidente de
éste, o el miembro que él designe, constituye una garantía para su normal desarrollo y la seriedad
de la que debe estar investido el acto. Las audiencias llevadas a cabo sin este requisito, en las
secretarías y por ante el secretario u otro funcionario de secretaría, pueden impugnarse por
nulidad.

10.1.2. Publicidad: La publicidad en el proceso constituye una de las mayores garantías para una
buena administración de justicia, porque permite el control del público sobre el desempeño de los
jueces.

10.1.3. Plazo: El plazo de anticipación con que han de ser señaladas las audiencias debe ser
razonable. En nuestro Derecho, procesal no debe ser menor de tres días, salvo resolución fundada
en la que, por motivos especiales, se abrevie dicho plazo.

10.1.4. Asistencia: Las audiencias deben llevarse a cabo con cualquiera de las partes que
concurran, en razón de que ni la contraparte ni la Justicia deben cargar con la negligencia o el
desinterés de la contraria, debiendo el proceso seguir su curso.

10.1.5. Inicio: La puntualidad a todos beneficia y debe ser la regla. Los citados a las audiencias no
tienen por qué soportar largas esperas. En el proceso civil tienen el deber de esperar no más de
treinta minutos. Dicha tolerancia horaria está dada en beneficio exclusivo del juez o tribunal.

10.1.6. Acta: Las declaraciones verbales producidas en ¡as audiencias, como regla general, deben
constar en el acta correspondiente. El acta deberá reproducir lo ocurrido en el acto y lo expresado
por las partes o los terceros intervinientes. La redacción del acta estará a cargo del secretario del
juzgado o tribunal, debiendo ser firmada por el juez o miembro del tribunal, en su caso, el secretario
y los comparecientes que quisieren hacerlo. El secretario hará constar también en el acta todo lo
que se agregue y rectifique y la circunstancia, cuando oculta, de que alguien no haya querido o
podido firmar.

11. Expediente judicial

Se entiende por expediente el legajo de actuaciones o piezas escritas que registran los actos
procesales realizados en un juicio, ordenadas cronológicamente y foliadas en forma de libro y
provistas de una carátula destinada a su individualización.

En el lenguaje forense se utiliza, también, el vocablo expediente como sinónimo de proceso, juicio,
litigio.

11.1. Retiro del expediente


El retiro del expediente en algunos casos, y su exhibición en todos los casos, resultan
imprescindibles para el ejercicio de la defensa en juicio.
La disposición procesal señala los casos en que el expediente puede ser retirado de la secretaría
del juzgado o tribunal donde se halla en custodia. Esos casos son los siguientes:

11.1.1. Para alegar: A cuyo efecto, una vez agregados los cuadernos de prueba al expediente, el
secretario 10 entregará a los letrados, por su orden y por el plazo de seis días a cada uno, sin
necesidad de petición escrita y bajo su responsabilidad, para que presenten, si lo creyeren
conveniente, un escrito alegando sobre el mérito de la prueba.

El solo transcurso del tiempo sin que la parte que retiró el expediente lo haya devuelto, le hará
perder el derecho de alegar, sin necesidad de intimación, porque se trata de un plazo perentorio e
individual y una carga (imperativo de su propio interés) cuyo incumplimiento en tiempo y forma trae
aparejada, como consecuencia en forma automática, la pérdida del derecho.

11.1.2. Para fundar y contestar recursos: Las mismas consideraciones expresadas


precedentemente son de entera aplicación en el supuesto referido a la facultad de la parte de retirar
el expediente cuando se trata de fundar y contestar los recursos de apelación y nulidad.

11.1.3. Para realizar ciertos actos procesales: Cuando la producción de ciertos actos procesales
que por razones de complejidad u otros motivos valederos, justifiquen que sean retirados de la
secretaría.

11.1.4. Por orden judicial: Los jueces o tribunales, cuando a su criterio pueda corresponder por
otros motivos o razones, están facultados para ordenar, por resolución fundada, la entrega en
préstamo de los expedientes.

En todos los casos en que la ley no tenga previsto un plazo determinado, el juez deberá fijar el
plazo de devolución, de acuerdo con la importancia y complejidad de la diligencia.

La entrega del expediente en préstamo debe hacerse bajo recibo extendido en el libro
correspondiente, donde deberá constar: la fecha del retiro; datos personales del que retira (nombre
y apellido, profesión, domicilio y número de cédula de identidad); individualización del expediente
(carátula, juzgado o tribunal, secretaría, número de fojas) y firma de la persona autorizada por la ley
para efectuar el retiro.

11.2. Reconstitución. Reglas

La norma procesal regula el procedimiento de reconstitución del expediente, cuya pérdida


ha quedado constatada. Los pasos a seguir son:
11.2.1. el nuevo expediente se iniciará con la providencia del juez que disponga la reconstitución;

11.2.2. el juez intimará a las partes para que dentro del plazo de cinco días presenten las copias de
los escritos, documentos y diligencias que se encontraren en su poder. De ellas se darán vista en
las partes, por el mismo plazo, a fin de que se expidan acerca de su autenticidad;

11.2.3. el secretario agregará copia de todas las resoluciones correspondientes al expediente


perdido, destruido o desaparecido que obren en los libros del juzgado o tribunal. El juez ordena', la
agregación de copias de los actos y diligencias que obraran en las oficinas o archivos públicos; y

11.2.4. el juez podrá disponer, sin sustanciación ni recurso alguno, las medidas que considerará
necesarias (Art. 120 CPC).
Los expedientes finiquitados o excepcionalmente paralizados por algún motivo especial, deben
quedar archivados por resolución judicial que así lo disponga.

12. Domicilio
El Derecho civil distingue tres clases de domicilio: el domicilio real, el domicilio legal y el domicilio
especial. A éstos hay que agregar otro que proviene del Derecho procesal y se denomina domicilio
procesal o "ad litem".

12.1. Domicilio real


El C. Civil define el domicilio real de las personas como el lugar donde se tiene establecido el
asiento principal de su residencia o de sus negocios (Art. 52 CC).

El domicilio real debe ser denunciado por quien interviene en el proceso en nombre propio o en
representación de otro, además de constituir el domicilio procesal. Adviértase que el domicilio real
se denuncia y el domicilio procesal se constituye.
El último domicilio conocido de una persona es el que prevalece, cuando no es conocido el nuevo
(Art. 59 CC).

El domicilio se conserva por la sola intención de no cambiarla, o de no adoptar otro, mientras no se


haya constituido de hecho una residencia permanente (Art. 60 CC).

El domicilio legal y el domicilio real determinan la competencia de las autoridades para el ejercicio
de los derechos y cumplimiento de las obligaciones (Art. 61 CC).

12.2. Domicilio legal


El C. Civil conceptúa el domicilio legal diciendo que es el lugar donde la ley presume, sin admitir
prueba en contra, que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos
y el cumplimiento de sus obligaciones (Art. 53
CC).

Los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que ejerzan sus funciones, no siendo
éstas temporarias o periódicas; los militares en servicio activo, en el lugar donde presten servicio;
los condenados a pena privativa de libertad lo tienen en el establecimiento donde la estén
cumpliendo; los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como los que no tuviesen
domicilio conocido, lo tienen en el lugar de su residencia actual; y los incapaces tienen el domicilio
de sus representantes legales (Art. 53 CC).

La duración del domicilio legal depende del hecho que lo motive. Para que la residencia cause
domicilio, debe ser permanente (Art. 54 CC).

12.3. Domicilio especial

El C. Civil se refiere al domicilio especial, llamado también contractual, estableciendo que se podrá
elegir en los actos jurídicos un domicilio especial para determinados efectos, y ello importará
prorrogar la jurisdicción (Art. 62 CC).

13. Domicilio procesal

Diferente a los domicilios mencionados en el numeral anterior es el domicilio procesal o "ad litem".
El domicilio procesal es el que se constituye a los efectos del proceso, por y para éste, teniendo
validez exclusivamente para las actuaciones producidas en dicho proceso.
La ley procesal establece que toda persona que litigue por su propio derecho, deberá constituir
domicilio dentro del radio urbano de la ciudad o pueblo que sea asiento del juzgado o tribunal. Este
requisito se cumplirá en la primera intervención o presentación (Art. 47 CPC).

La falta de cumplimiento de la carga de constituir domicilio procesal en la primera intervención o


presentación, trae aparejada, como consecuencia, la constitución automática del domicilio en los
estrados judiciales (Art. 48 CPC).

13.1. Carga procesal


La constitución del domicilio procesal y la comparecencia en juicio constituyen cargas procesales
cuyo incumplimiento trae como consecuencia la constitución automática del domicilio en los
estrados judiciales (Art. 47 CPC).

No se requiere la intimación previa porque de acuerdo con la norma mencionada precedentemente,


la constitución del domicilio en la secretaría del juzgado o tribunal se produce por ministerio de la
ley, salvo lo dispuesto en el Art. 68 del CPC, que se refiere a la resolución que declara la rebeldía
de la parte con domicilio conocido debidamente citada, que no respondiera al emplazamiento o
abandonara el juicio después de haber comparecido, la cual debe ser previamente notificada por
cédula en el domicilio.

En el domicilio que se tiene constituido en los estrados judiciales se practicarán las notificaciones
de las resoluciones en forma automática, de acuerdo con los términos del Art. 131 del CPC.

13.2. Subsistencia
Los domicilios real y procesal subsisten para todos los efectos legales, hasta la terminación del
juicio, mientras no se constituya o denuncie otro, en su caso.

13.3. Cambio
La constitución o denuncia posterior de un domicilio procesal o real diferente deben ser notificadas
por cédula y, obviamente, deja sin efecto el domicilio anterior. Mientras no se produzca la
notificación del cambio de domicilio queda subsistente el anterior.

13.4. Casas o edificios inexistentes o desaparecidos


Una situación particular es la de las casas y edificios inexistentes, deshabitado s o desaparecidos,
o cuya numeración se alterare o suprimiera y no se hubiese constituido un nuevo domicilio, en cuyo
caso, con el informe del notificador se debe observar lo dispuesto sobre la constitución del domicilio
en la secretaría del juzgado o tribunal (Art. 54, 2a p. Proyecto Mendonça).

Lo mencionado tiene una indudable importancia práctica, que consiste en la efectiva solución de
estos supuestos en que entran a tallar la negligencia o mala fe, que no deben ser óbices para la
marcha normal del proceso.

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Lección 16
Nulidades procesales
1. Concepto
La nulidad es la sanción por la cual la ley priva a un acto jurídico de sus efectos normales cuando
carece de un requisito formal o material indispensable para su validez.
La función específica de la nulidad no es asegurar el cumplimiento de las formas, sino de los fines
asignados a éstas por el legislador.
Las nulidades procesales se producen por carecer el acto de los requisitos formales indispensables
o por falta de elementos esenciales que le configuran y hacen imposible que cumpla su objeto o fin.
La nulidad no se limita al apartamiento de las formas procesales sino, también, a los vicios
sustanciales que afectan los requisitos esenciales y propios de los otros elementos procesales.
En el Derecho procesal la nulidad se señala como un error "in procedendo" y no "in iudicando".
Este origina el agravio y sirve de fundamento del recurso de apelación, que tiene por objeto obtener
la reparación de los agravios producidos por las resoluciones consideradas injustas. Aquél motiva
el recurso de nulidad, que tiene por objeto reparar los defectos de las resoluciones judiciales que
contienen vicios producidos por la inobservancia o apartamiento de las formas o solemnidades que
prescriben las leyes.

1.1. Finalidad
La finalidad de las nulidades procesales es asegurar la garantía constitucional de la defensa
enjuicio. Como expresa ALSINA: "Donde hay indefensión hay nulidad, si no hay indefensión no hay
nulidad".
El formalismo en el proceso tiene un sentido trascendente y no meramente vacío. El simple
apartamiento de las formas no genera la nulidad si en definitiva se cumple con el objetivo del acto,
con el fin propuesto.

1.2. Carácter
En el proceso los actos afectados de nulidad pueden ser convalidados por el consentimiento
expreso o tácito de las partes a quienes perjudique. Por ello en el Derecho procesal, a diferencia
del Derecho civil, no existen nulidades absolutas.
La declaración de nulidad no procede si la parte interesada consintió, en forma expresa o tácita, el
acto irregular, en razón del carácter relativo que revisten las nulidades procesales.

2. Principio de legalidad
Llamado también de especificidad, según el cual no hay nulidad sin ley específica que lo
establezca. Proviene del derecho francés, que expresa: "Pas de nullité sans texte" (no existe
nulidad sin texto legal).
Siendo así, la regla es la validez del acto y la excepción la nulidad. La nulidad debe ser interpretada
con sentido estricto. Por esta razón, no son admisibles nulidades por analogía o extensión,
debiendo aplicarse a los casos estrictamente indispensables.

2.1. Nulidades implícitas


La moderna doctrina procesal ha reconocido la existencia de cierto tipo de nulidad que no se halla
expresamente prevista en la ley, sino que resulta o es la consecuencia de principios fundamentales
contenidos en su texto, aunque no se encuentren de manera explícita.
Provienen, generalmente, de la violación de normas prohibitivas, que trae aparejada la posibilidad
de declarar la nulidad del respectivo acto (nulidad virtual), V.g.: normas legales imperativas que
contienen expresiones, tales como: "en ningún caso", "es inadmisible", "no será permitido", etc.

3. Principio de trascendencia
Para que el pedido de nulidad sea procedente, no será suficiente señalar solamente la infracción a
la norma, sino que al solicitarse su declaración deberá expresarse el perjuicio sufrido y el interés
personal de la parte en obtener su declaración.

Según la expresión francesa "Pas de nullité sans grief" (no hay nulidad sin perjuicio), no pueden
sancionarse con la nulidad los actos que, aunque irregulares porque se han apartado de lo que la
ley manda en relación a los mismos, no han producido un real y concreto perjuicio a quien la
invoca.

La declaración de la nulidad, en estas condiciones, carecería de utilidad, en razón de que las


nulidades procesales no tienen por finalidad satisfacer meros aspectos formales, sino reparar los
perjuicios efectivos producidos al derecho de las partes, surgidas del acto irregular.

3.1. Procedencia

El interesado en la declaración de la nulidad deberá demostrar:


3.1.1 El perjuicio que ha sufrido, el cual debe ser cierto, concreto e irreparable.
3.1.2 El interés jurídico que procura subsanar con la declaración de la nulidad, indicando las
facultades, defensas o pruebas de las que se le habría privado.

4. Principio de finalidad
Este Principio procesal se sobrepone al mencionado precedentemente. En su virtud no existe
nulidad por la nulidad misma, vale decir, en el solo beneficio de la ley.

El Código Procesal Civil, en el régimen de la nulidad de los actos procesales, ha incorporado el


Principio de finalidad o finalista, por cuya virtud las formas procesales no tienen 'un fin en sí
mismas. Su razón de ser consiste en asegurar a los litigantes la libre defensa de sus derechos y
una sentencia justa.

La misión de la nulidad no consiste en asegurar la observancia de las formas procesales, las cuales
no tienen un fin en sí mismas, sino asegurar el cumplimiento de los fines a ellas confiados por la
ley.

Las formas constituyen el medio o instrumento de que el legislador se vale para hacer efectiva la
garantía de la defensa en juicio. En los casos en que esa garantía aparezca violada la nulidad debe
ser declarada, aunque se carezca de texto expreso de la ley (nulidad implícita).

5. Principio de Protección
En virtud de este Principio, que se funda en el de moralidad, la nulidad sólo será declarada a
petición de la parte perjudicada por el acto viciado, si no contribuyó a éste. En el proceso existe la
necesidad de obtener actos válidos y firmes, dice COUTURE.

La declaración de la nulidad debe ser la "última ratio" a la que debe recurrirse cuando no exista
modo de subsanarla, porque debe tratarse de proteger la validez del acto en razón de que toda
declaración de nulidad es, como regla, disvaliosa.

5.1. Consecuencias
La vigencia del Principio de protección produce las siguientes consecuencias:
5.1.1. N o puede impugnarse por nulidad si no existe un interés legítimo que reclame protección.
5 .1.2. No puede ampararse en la nulidad el que ha contribuido al acto nulo, sabiendo o debiendo
saber el vicio que lo invalidaba, por la aplicación de la regla "nemo auditur turpitudinem suam
allegans" (nadie escucha a quien alega su propia torpeza).
5.1.3. De acuerdo con los Principios de buena fe y lealtad que presiden el proceso, el que realizó
un acto nulo no puede tener el beneficio de aceptado si le favorece o negado si le es desfavorable.
5.1.4. Las nulidades procesales deben interpretarse y aplicarse en forma restrictiva, en base al
Principio de conservación.
5.1.5. Sólo pueden invocar la nulidad constituida en protec¬ción de los incapaces éstos o sus
representantes legales, de conformidad con el Art. 298, la. p. del C. Civil, que dice: "La incapacidad
de una de las partes no puede ser invocada en provecho propio por la parte capaz".
5.1.6. Necesidad de declaración judicial. Para que un acto pro¬cesal sea considerado nulo debe
existir una resolución judi¬cial que así lo declare.

6. Principio de Convalidación

En virtud de este Principio las nulidades procesales se subsanan por el consentimiento expreso o
tácito, en razón de que no existen en principio en materia procesal nulidades absolutas, siendo
todas relativas.
La confirmación del acto procesal nulo puede darse en forma expresa o tácita. La confirmación
importa un nuevo acto jurídico que no es similar al anterior, sino que su contenido se agota con la
ratificación del antecedente.
Se denomina convalidación de la nulidad a la aceptación de la misma, lo cual se produce al no
impugnarse el acto en la oportunidad que corresponde, V.g.: el incidente de nulidad es la vía
procesal idónea para impugnar los vicios de las actuaciones procesales, el cual debe deducirse -
en nuestra ley procesal- dentro de los cinco días subsiguientes al conocimiento del acto viciado, no
haciéndolo así la irregularidad del acto queda cubierta por el consentimiento tácito de la parte. La
nulidad, entonces, quedará convalidada porque vencido el plazo de impugnación entrará a operar
el Principio de preclusión procesal, que impide retrogradar el proceso.
No obstante, la vigencia, en general, del Principio de convalidación de los actos procesales nulos,
el mismo cede ante la existencia de una norma legislativa expresa que establezca la nulidad
absoluta.

6.1. Cosa juzgada

Los actos jurídicos, en general, son susceptibles de revocación o de modificación cuando no


responden a los fines que se tuvieron en cuenta al formularlos. Así un contrato se rescinde y se
sustituye por otro; una ley se deroga y se dicta otra. Pero este pensamiento no puede ser aplicado
en materia de sentencias, en razón de que su peculiar naturaleza se halla prevista para darle
certeza y estabilidad a las relaciones jurídicas, enseña COUTURE.

6.2. Preclusión
En virtud de la vigencia en nuestro Derecho procesal del Principio de preclusión en cuya virtud
cerrada una etapa del proceso, éste no puede retroceder, el consentimiento de la providencia que
llama autos para sentencia, tiene la virtud de convalidar los vicios procesales anteriores que se
pudieron producir en el proceso, recluyendo el derecho del interesado para impugnarlos.

Por último, cabe señalar que la norma procesal civil establece que las nulidades quedan
subsanadas:
a) por haber cumplido el acto su finalidad, respecto de la parte que pueda invocada;
b) por confirmación expresa o tácita del respectivo litigante, sin perjuicio de lo establecido en el
artículo anterior (se refiere a las nulidades declarables de oficio). Se entenderá que media
confirmación tácita cuando no se promoviera incidente de nulidad dentro de los cinco días
subsiguientes al conocimiento del acto viciado; y
c) por la cosa juzgada (Art. 114 CPC).

7. DECLARACION JUDICIAL
Para que un acto procesal sea considerado nulo debe existir una resolución judicial que así lo
declare. Tanto la nulidad absoluta como la nulidad relativa deben ser declaradas por el juez.

8. Declaración de oficio

La nulidad puede ser declarada de oficio por el juez o tribunal, es decir, sin necesidad de que exista
petición de parte.
El Código Procesal Civil establece: "La nulidad será declarada de oficio, cuando el vicio impida que
pueda dictarse válidamente sentencia definitiva, y en los demás casos que la ley lo prescriba (Art.
113 CPC).

8.1. Violación del Principio de la defensa en juicio. Otros casos en que no podrá dictarse
sentencia válida

La nulidad de oficio, en primer lugar, habrá de declararse cuando el vicio impida que pueda dictarse
válidamente sentencia definitiva, lo que se dará cuando se viole el Art. 16 de la Constitución, que
dispone: "La defensa en juicio de las personas y de sus derechos es inviolable. Toda persona tiene
derecho a ser juzgada por tribunales competentes, independientes e imparciales".
La norma constitucional consagra el Principio de la defensa en juicio de los derechos de las
personas, la cual debe darse en el marco de un "debido proceso" (due process of law), siendo su
violación la máxima nulidad posible, la cual debe ser declarada de oficio por los jueces o tribunales
al tener conocimiento de ello por cualquier motivo o razón.

Las formas del proceso son el medio que utiliza el legislador para hacer efectiva la garantía de la
defensa en juicio; consecuentemente, cuando esa garantía es violada debe declararse la nulidad,
aunque se carezca de un texto legal expreso.

El C. Civil, por su parte, estatuye: "Cuando el acto es nulo, su nulidad debe ser declarada de oficio
por el juez, si aparece manifiesta en el acto o ha sido comprobada en juicio.

El Ministerio Público y todos los interesados tendrán derecho para alegarla. Cuando el acto es
anulable, no podrá procederse sino a instancias de las personas designadas por la ley" (Art. 359
Ce).

Tampoco podrá dictarse una sentencia válida en los casos en que: se violen las normas
referentes a la competencia, si con ello se compromete la organización del Poder Judicial, V.g.:
sentencia dictada por juez recusado; se altera el Principio constitucional de la jurisdicción, V.g.:
sentencia dictada por quien carece de jurisdicción (Arts. 247 y 248. CN); o, en general, cuando el
juez constate defectos en la constitución de la relación procesal.

8.2. Nulidad expresa

Cuando la ley expresamente prescribe la nulidad, ésta deberá ser declarada de oficio, es decir, sin
que medie petición, por el juez o tribunal.
8.3. Intervención del Ministerio Público
La falta de intervención del representante del Ministerio Público no produce la nulidad de oficio del
proceso. La nulidad en este supuesto sólo puede decretarse a su pedido y es convalidable (Art. 40,
in fine CPC).

9. Efecto de la declaración de nulidad

El efecto de la declaración de nulidad de un acto procesal es privarle de su eficacia jurídica para el


objeto que perseguía, teniéndolo por no realizado. Siendo así, la nulidad consiste en la sanción
establecida en la ley en virtud de la cual se priva a un acto de sus efectos.

Actos procesales anteriores, posteriores e independientes. Nulidad total o parcial

El proceso se halla constituido por una serie de actos vinculados entre sí y también de algunos
independientes. Siendo así, conviene distinguir los actos anteriores, posteriores e independientes
del acto nulo, y determinar los efectos que sobre los mismos produce la declaración de nulidad.

10.1. Actos procesales anteriores o independientes del acto anulado


Resulta lógico que la nulidad de un acto no alcance a los actos procesales anteriores al mismo ni,
de igual modo, a los que son independientes del anulado, en razón de no ser consecuencia de él y
de tener existencia propia, vg.: la nulidad de una audiencia de prueba no afecta a las otras
audiencias.

10.2. Actos procesales posteriores al acto anulado


De acuerdo con la regla "quod nullum est nullum producit effectum", la nulidad del acto procesal
produce sus efectos y alcanza a todos aquellos actos posteriores o sucesivos al acto anulado que
no sean independientes del declarado nulo.

10.3. Acto total o parcialmente nulo


La nulidad del acto puede ser total o parcial. Si fuera sólo de parte del acto, no afectará a las
demás partes que sean independientes.

11. Resoluciones posteriores al acto anula¬do


Dispone el Código Procesal Civil que cuando las actuaciones fuesen declaradas nulas, quedarán
invalidadas las resoluciones que sean su consecuencia (Art. 117. 23p. CPC). Anulado un acto del
procedimiento, es como si se produjera la rotura de una cadena, quedan sin efecto los actos
posteriores
La dinámica del proceso trae consigo la propagación de la nulidad, denominada "nulidad en
cascada", la que se halla regida por las siguientes reglas:
11.1. Que el acto sea posterior y no anterior, porque la nulidad produce sus efectos hacia adelante,
no hacia atrás.
11.2. Que el acto posterior sea dependiente del que se anuló y no independiente de éste.

12. MEDIOS DE IMPUGNACION


Las nulidades procesales pueden ser impugnadas por diversos medios, para solicitar y obtener, en
su caso, la correspondiente declaración de nulidad. Estas varias vías tienen su oportunidad; en
consecuencia, el que no utilizó la vía correcta en el momento correcto pierde el derecho de hacerlo,
v.g.: si la vía apta era el recurso de nulidad, porque se trataba de atacar la nulidad de una
resolución judicial, y se utilizó el incidente; si debió deducir la excepción de nulidad y no lo hizo en
su oportunidad no podrá después plantear el incidente, etc.
12.1. Incidente

El incidente es la vía idónea para impugnar las irregularidades en las actuaciones procesales (Art.
117, 1 er p. 13 p. CPC). Esta regla procesal se repite en el Art. 313 del Código Procesal Civil, que
dice: "La impugnación de actuaciones judiciales, integrante de los autos, se hará por la vía del
incidente de nulidad".

12.1.1. Reparación de la nulidad en la instancia en que se produjo: El incidente de nulidad deberá


ser deducido en la instancia donde el vicio se ha producido (Art. 117, 1 er. p. 23 p. CPC), en razón
de que la providencia "autos para sentencia", una vez firme, produce el efecto de convalidar las
eventuales nulidades procesales anteriores a su pronunciamiento. El incidente de nulidad deberá
ser deducido dentro de los cinco días subsiguientes al conocimiento del acto viciado (Art. 114, inc.
b) 2ap. CPC).

12.1.2. Caso en que se haya dictado sentencia: Después de haber recaído sentencia en el juicio,
en primera o segunda instancia, cualquiera sea la naturaleza del mismo (ordinario, sumario,
especial), es procesalmente admisible el incidente de nulidad de actuaciones cuando el vicio haya
impedido la defensa en juicio, porque, en tal caso, la preclusión o la cosa juzgada sólo son
aparentes.

12.2. Recurso
El recurso de nulidad es la vía procesal hábil cuando se trata de vicios de las resoluciones. Deberá
interponerse ante el juez que dictó la resolución irregular y fundarse por ante el superior (Arts. 404
al40S CPC).

El plazo para la interposición será de cinco días para la sentencia definitiva y de tres días para las
otras resoluciones (Art. 405, in fine y396 CPC).

Otras vías de impugnación de las nulidades


Otros medios de impugnación de las nulidades procesales son:

13. 1. Excepción
Algunas excepciones pueden constituirse en medios idóneos para denunciar la nulidad del
procedimiento.
La excepción de incompetencia (Art. 224, inc. a) CPC). por medio de la cual se logra que el juez se
declare incompetente en el caso concreto de que se trata.
La excepción de falta de personería (Art. 224, inc. b) CPC), en el demandante, en el demandado o
sus representantes, por carecer de capacidad civil para estar en juicio o de representación
suficiente.

En el juicio ejecutivo, la excepción de nulidad (Art.463 CPC) tiene por objeto impugnar la validez de
los actos procesales anteriores a la citación para oponer excepciones.

13.2. Acción autónoma de nulidad


El Código Procesal Civil consagra esta acción al disponer: "Las resoluciones judiciales no hacen
cosa juzgada respecto de los terceros a quienes perjudiquen. En caso de indefensión, ellos
dispondrán de la acción autónoma de nulidad, cuando la excepción de falsedad de la ejecutoria o la
de inhabilidad de título fuese insuficiente para reparar los agravios que aquellas resoluciones
pudiesen haberles ocasionado" (Art. 409 CPC).
La cosa juzgada como cualidad de la sentencia, consiste en la autoridad y eficacia que adquiere la
sentencia judicial cuando no proceden contra ella recursos ni otros medios de impugnación y no
puede ser revisada en otro proceso posterior.

La cosa juzgada, no obstante, para su validez, debe ser• consecuencia de un proceso válido, vale
decir, de un debido proceso.

13.3. Inconstitucionalidad de resoluciones judiciales


La inconstitucionalidad procede cuando la ley aplicada por el juez es inconstitucional o cuando, de
manera independiente a la ley aplicada, el pronunciamiento que la sentencia contiene es
inconstitucional.

Siendo así, la inconstitucionalidad de las resoluciones judiciales puede producirse de modo


indirecto o en forma directa.

13.3.1. Inconstitucionalidad directa: La inconstitucionalidad es directa cuando la resolución


judicial es en sí misma inconstitucional, por violar alguna norma o principio de rango constitucional.
Esto se puede producir:

13.3.1.1. En el supuesto de que un juez o tribunal inferior resuelva un "caso constitucional"


pronunciándose sobre materia constitucional (Art. 259, inc. 6) y 260 CN). La competencia del juez o
tribunal, en esta hipótesis, constituye un "caso constitucional". porque deriva directamente de la
violación de normas constitucionales, los Arts. 259, inc. 6) y 260 de la Constitución, que prohíben a
los órganos judiciales inferiores decidir sobre materia constitucional.

13.3.1.2. Cuando la resolución judicial, aunque fundada en una ley que no sea contraria a la
Constitución, viola principios o garantías consagrados en la Constitución, o atenta contra la
garantía constitucional del "debido proceso", o interpreta normas de la Constitución, o desconoce
derechos o exenciones de rango constitucional.

13.3.2. Inconstitucionalidad indirecta: La resolución judicial es inconstitucional, en forma


indirecta, cuando se funda en una ley contraria a la Constitución o la aplica.

14. RENOVACION DE LOS ACTOS ANULADOS


La nulidad es una sanción grave en cuya virtud se priva de eficacia a los actos realizados con
violación o apartamiento de las formas o requisitos señalados en la ley para su validez.

Por ser la nulidad disvaliosa, es preferible no declarada (Principio de conservación de los actos
procesales), pero si se tuvo que llegar a ello deberá - como lo hace la norma procesal contenida en
el Art. 116 del Código procesal Civil - otorgarse al juez facultad para que, en determinadas
circunstancias y de ser ello posible, ordene la renovación del acto nulo. Es lo que CHIOVENDA
denomina "remedio de la (rectificación) renovación", v.g.: hacer que se reitere, conforme a las
formalidades procesales, la notificación anulada.

14.1. Renovación y preclusión


La renovación del acto declarado nulo no será posible cuando ha transcurrido el plazo perentorio
que se tenía para hacerlo. Como señala PODETTI, cuando al declararse la nulidad se haya
operado la preclusión por haber expirado el plazo para ejercer dicha facultad, como sería el
supuesto de la declaración de nulidad de un medio de prueba que se produjo por su ofrecimiento
extemporáneo; consecuentemente el acto no podrá repetirse.
Clasificación de las nulidades procesales

En nuestro derecho vigente las nulidades procesales pueden clasificarse del siguiente modo:

15.1. Actos inexistentes

El acto es inexistente cuando carece de un elemento constitutivo, esencial para su configuración


jurídica, exista o no perjuicio para las partes.

Los actos inexistentes:

15 .1.1. No pueden ser convalidados.


15.1.2. Requieren declaración judicial, porque la inexistencia no excluye la realidad del acto. La
inexistencia no es física sino jurídica.

15.2. Nulidades insanables o absolutas

Se dan cuando existe una norma expresa que consagra In nulidad absoluta, V.g.: Art. 248 ler. y 2°
p. CN. Se hallan previstas por el legislador, dice COUTURE, atendiendo a las exigencias políticas y
sociales de una' situación determinada.

De manera, similar a los actos inexistentes, las nulidades insanables no pueden ser confirmadas
pero, no obstante, requieren declaración judicial.

15.3. Nulidades esenciales o principales


Son las que afectan el derecho de defensa en juicio.
Se caracterizan porque:
15.3.1. Pueden declararse de oficio o a petición de parte.
15.3.2. Pueden ser convalidadas expresa o tácitamente.
15.3.3. Se presume el perjuicio.

15.4. Nulidades secundarias


Son las que privan a las partes de una facultad procesal.
Las nulidades que tienen este carácter:
1504.1. Sólo son declarables a petición de parte.
1504.2. Sólo proceden cuando exista interés y se acredite el perjuicio.
1504.3. Son siempre convalidables

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LECCION 17
Plazos procesales
1. Concepto
Plazo es la medida de tiempo señalada para la realización de un acto o para la producción de sus
efectos jurídicos.

Los plazos procesales son los lapsos, establecidos en la ley, fijados por los jueces o convenidos
por las partes para la realización de los actos procesales. El tiempo crea, modifica y extingue
derechos procesales. Dentro de los plazos deben cumplirse las cargas procesales si no se quiere
padecer las consecuencias de su incumplimiento.

La diferencia que existe entre plazo y término consiste, en que éste es el último momento de
duración del plazo, el instante en que fenece: "dies ad quem".
El plazo que corresponde a las partes para el ejercicio de su defensa es un elemento que integra el
Principio de su inviolabilidad.

2. CLASIFICACION
Los plazos pueden ser clasificados en:

2.1. Legales
Cuando expresamente los establece la ley, v.g.: plazo para contestar la demanda (Arts. 222 y 234
CPC).

2.2. Judiciales
Son los fijados por el juez o tribunal, v.g.: plazo extraordinario de prueba cuando la misma haya de
producirse fuera del territorio de la República (Art. 255 CPC).

2.3. Convencionales
Son los fijados en común acuerdo entre las partes, siendo necesarias petición escrita y resolución
judicial, v.g.: abreviación convencional del plazo (Art. 148 CPC).

2.4. Perentorios
Son aquellos que vencidos producen la caducidad del derecho, sin necesidad de actividad alguna
ni del juez ni de la parte contraria (Art. 145 CPC).

2.5. No perentorios
Cuando se necesita una actividad de la parte contraria para producir la caducidad del derecho
procesal. El acto puede ser ejecutado, no obstante, la expiración del plazo, mientras no se
produzca la actividad de la parte solicitando el decaimiento del derecho, "actitud - dice ALSINA- que
se concreta en la expresión no muy exacta, pero ya corriente, de acusación de la rebeldía".

2.6. Prorrogables
Cuando pueden ser prolongados por resolución judicial mediante petición oportunamente realizada,
es decir, antes de haber vencido el plazo. El plazo acordado por el juez corre seguidamente al
plazo originario sin solución de continuidad.

2.7. Improrrogables
Cuando no pueden extenderse expresamente. Todo plazo perentorio tiene a su vez el carácter de
ser improrrogable. Pero no todo plazo improrrogable es perentorio, pudiendo prolongarse de hecho
y cumplirse el acto omitido con posterioridad a su vencimiento hasta tanto la parte contraria
denuncie dicho vencimiento.

2.8. Individual
Es el fijado sólo a una de las partes para realizar un determinado acto procesal, computándose
independientemente para cada parte a quien afecta, V.g.: plazo para contestar la demanda (Arts.
222 y 234 CPC).

2.9. Común
Cuando dentro del mismo la posibilidad de realizar actores procesales comprende a las dos partes,
v.g.: plazo ordinario de prueba (Art. 253 CPC). Los plazos comunes comienzan a correr desde la
última notificación efectuada, venciendo para todas las partes en el mismo momento.

2.10. Ordinario
Se halla fijado en la ley para los casos comunes sin entrar a considerar ninguna circunstancia
especial, v.g.: plazo ordinario de prueba y plazo para su ofrecimiento (Art. 253 CPC).

2.11. Extraordinario
Se otorga en atención a determinadas circunstancias de acuerdo con las cuales se establece su
duración, V.g.: plazo extraordinario de prueba (Art. 255 CPC), emplazamiento a persona que reside
fuera del país (Art. 143 CPC).

3. Carácter
La norma procesal establece la regla general de que para las partes los plazos legales y judiciales
tienen el carácter de perentorios e improrrogables (Art. 145, ler. p: CPC).
Con el carácter perentorio otorgado a los plazos se busca obtener celeridad procesal; por ello el
órgano judicial, sin necesidad de que medie petición alguna de parte, debe dictar seguidamente la
resolución que corresponda para la marcha ininterrumpida del proceso (Art. 145, 2° p. CPC).

3.1. Obligación del secretario


El Código de Organización Judicial dispone, al referirse a las obligaciones de los secretarios, que
los mismos deben "dar cuenta a los jueces del vencimiento de los plazos que determinan la
prosecución de oficio de los asuntos o causas" (Art. 186, inc. f) COJ).

3.2. Alcance
Los plazos son también perentorios e improrrogables para los representantes del Ministerio Público
y los funcionarios públicos judiciales o de cualquier naturaleza, sin distinción del título o carácter
con el que intervienen en los procesos.
Infortunadamente hasta el presente, en nuestro proceso el carácter perentorio e improrrogable de
los plazos Procesales no alcanza a los jueces, siento éste - no el único motivo de la morosidad
judicial con todas sus nefastas consecuencias.

4. Facultad del juez para fijar plazos


En nuestro Derecho procesal el juez tiene atribución puna fijar plazos. Son los denominados plazos
judiciales.
En efecto, dispone que cuando el Código no fije expresamente el plazo dentro del cual debe
cumplirse determinado acto el juez "podrá" hacerlo (Art. 146 CPC).
En los casos en que, por cualquier motivo, el juez no haya fijado el plazo, la norma mencionada,
salvando la laguna legislativa y la inactividad del órgano judicial establece un plazo de cinco días,
como regla general, para la ejecución del acto de que se trate (Art. 146, in fine CPC).

Algunos supuestos de fijación judicial del plazo, son:

4.1. Apoderado
4.1.1. Renuncia: Plazo al poderdante para reemplazar al apoderado o comparecer por sí (Art. 64,
inc. b) CPC).
4.1.2. Muerte o inhabilidad del apoderado: Plazo para que el mandante comparezca por sí o por
nuevo apoderado (Art. 64, inc. f) CPC).

4.2. Notificación
Emplazamiento a persona que reside fuera del país (Art. 143 CPC).

4.3. Expedientes
Préstamo: Plazo para la devolución (Art. 118, 2°. p. CPC).

4.4. Sentencia
Plazo para su cumplimiento (Art. 159, inc. f) CPC).

4.5. Demanda
Plazo para que el actor exprese lo necesario a fin de es¬clarecer la competencia del juez (Art. 216,
20. p. CPC).

4.6. Arraigo
Plazo dentro del cual debe arraigar el actor (Art. 225, 20. p. la. p. CPC).

.4.7. Prueba
4.7.1. Fijación del plazo ordinario dentro del límite legal (Art. 253, ler. p. CPC).
4.7.2. Fijación del plazo extraordinario (Art. 255 CPC). 4.7.3. Suspensión del plazo para alegar (Art.
267 CPC). 4.7.4. Plazo probatorio en el juicio ejecutivo (Art. 468 CPC).
4.7.5. Exhibición de documentos (Art. 304, 2a. p. CPC).
4.7.6. Peritos: Plazo para expedirse (Art. 348, inc. d) la. p.
CPC).

5. Terceros
El juez cuando fije un plazo que tenga relación con un tercero que no interviene o no se encuentra
vinculado al proceso (tercero en sentido estricto), deberá:

a. Precisar la naturaleza del plazo (civil o procesal).

b. Determinar su carácter (perentorio, prorrogable, etc.).


c. Establecer si es en horas, días o meses y su número.
Si el juez no cumple estos extremos se entenderá que el plazo es civil y no perentorio, siendo
continuo y completo por lo que se computarán también los días y las horas inhábiles, de acuerdo
con las previsiones de los Arts. 341 y 342 del C. Civil.

6. Computo de los plazos


El cómputo del plazo tiene una importancia fundamental en el proceso, en razón de que el ejercicio
de los derechos y facultades procesales debe practicarse oportunamente, vale decir, dentro del
plazo establecido.

La duración del plazo comprende el lapso desde el comienzo "dies a quo" y hasta que termina "dies
ad quem". Este lapso "distancia temporis", en consecuencia, media entre ambos términos: el inicial
(a quo) y el final (da quem).

6.1. "Dies a quo"


Se denomina de este modo el momento desde el cual el plazo comienza a correr a los efectos de
su cómputo. Tiene especial importancia su determinación precisa porque comprende todos los,
plazos, sean ellos legales, judiciales o convencionales (Art. 147 CPC).
6.2. Plazo individual y plazo común. A los efectos del cómputo la primera distinción que
corresponde hacer es diferenciar el plazo individual del plazo común.

El plazo individual corre para cada parte en forma independiente desde su respectiva
notificación, v.g: plazo para contestar la demanda (Arts. 222 y 234 CPC), para interponer un
recurso (Art. 396 CPC) o para alegar (Art. 379 CPC).
El plazo común comienza a correr por igual para todos, desde la última notificación practicada,
venciendo igualmente para todos los mismos días, v.g.: plazo ordinario de prueba (Art. 253 CPC).

6.3. Plazo en días


Los plazos en días se consideran completos, comienzan a la medianoche del día en que se produjo
la notificación y terminan a la medianoche del día de su vencimiento.
En el cómputo no se tiene en cuenta el día que se practica la notificación. También quedan
excluidos los días inhábiles, que son los fijados en la ley, v.g.: domingos y feriados; los que
establezca la Corte Suprema de Justicia por Acordada, v.g.: los días sábados y la feria judicial del
mes de enero (Arts. 362 y 363 COJ).

6.4. Plazo en horas


El plazo en horas se computa de manera diferente al plazo en días. Si se trata de un plazo en
horas correrá de momento a momento, vale decir, desde la misma hora en que se produjo la
notificación, venciendo al terminar la última de las horas fijadas.
Si se trata de un plazo en horas en los casos de notificación automática, el plazo se computa, por
razones de seguridad y certeza, desde la última hora de funcionamiento de las oficinas del Poder
Judicial del día martes o jueves, en su caso.
El plazo en horas corre ininterrumpidamente, pero si media un día feriado no se tienen en cuenta
las horas del mismo.

6.5. Plazo en meses


En los plazos por meses no se excluyen los días inhábiles porque así 10 aconsejan razones
prácticas referidas a la comodidad y certeza en el cómputo, V.g.: caducidad de instancia (Art. 173
CPC).

Los plazos fijados en meses o años terminan el día que los respectivos meses tengan el mismo
número de días de su fecha. Si el mes en que ha de comenzar un plazo contare con más días que
el del mes en que ha de terminar, el último día del plazo será el último día del mes (Arts. 339 y 340
CC).

6.6. Normas del Código Civil


El Código sustancial regula la materia en los Arts. 334 al 342. Tienen relevancia procesal,
particularmente, los siguientes artículos que se transcriben:
"Si el plazo se fijare por meses o por años, se contará el mes de treinta días, y el año de trescientos
sesenta y cinco días, por el calendario gregoriano" (Art. 337 CC).
"Los plazos en días se contarán desde el día siguiente al de la celebración del acto. Si el plazo está
señalado por días a contar desde uno determinado, quedará éste excluido del cómputo. El plazo
incluye el día del vencimiento. Si fuere domingo o feriado, el cumplimiento tendrá lugar el primer día
siguiente que no lo sea" (Art. 338 CC).

"El plazo establecido por meses o por años concluirá al transcurrir el día del último mes que tenga
el mismo número que aquél en que comenzó a correr el plazo" (Art. 339 CC).
"Cuando el plazo comenzará a correr desde el último día de un mes de más días que aquél en que
terminará el plazo, éste vencerá el último día de este mes" (Art. 340 CC).

"Todos los plazos serán continuos y completos, debiendo siempre terminar en la medianoche del
último día. Se computarán los días domingos y feriados, salvo disposición expresa en
contrario"(Art. 341 CC).
"Las disposiciones de los artículos anteriores serán aplicables a todos los plazos señalados por las
leyes, por los jueces o por las partes en los actos jurídicos, siempre que en las leyes o en esos
actos no se disponga de otro modo" (Art. 342 CC).

7. Habilitación tacita
La diligencia iniciada en día y hora hábiles, podrá llevarse hasta su fin en horas inhábiles sin
necesidad de que se decrete la habilitación. Si no pudiere terminarse en el día, continuará en el
siguiente hábil, a la hora que en el mismo acto establezca el juez o tribunal, dispone la norma
procesal (Art. 110 CPC).
La habilitación tácita de los días y horas inhábiles se funda en el Principio de economía procesal y
tiene por objeto la agilización del proceso y evitar los perjuicios que pudieran causar la interrupción,
permitiendo, de este modo, mediante la habilitación tácita, que concluya la diligencia que no pudo
el día inicialmente fijado en forma automática, es decir, sin necesidad de pedido, substanciación, ni
resolución.

8. Suspensión e interrupción
La suspensión y la interrupción de los plazos son dos conceptos que deben tenerse claros por sus
innegables consecuencias prácticas.

8.1. Suspensión
Un plazo se suspende cuando en determinado momento queda detenido por un lapso y luego
prosigue. No se computa el período de la detención, pero sí el anterior a ella, el cual se suma al
posterior para obtener el total del plazo.
Dice PODETTI, suspender implica privar temporariamente de efectos a un plazo, sin utilizar a sus
fines un lapso del mismo.

8.1.1. Clases: La suspensión de los plazos procesales puede acontecer por diversos
motivos:

8.1.1.1. Suspensión por virtud de la ley: Cuando una norma así lo establezca en forma expresa,
v.g.: incompetencia por inhibitoria (Art. 13 CPC), intervención excluyente (Art. 79 PC), tercería de
dominio (Art. 83 CPC), citación de evicción (Art. 89 CPC), incidente de acumulación de procesos
(Art. 126 CPC), alegación de hechos nuevos (Art. 250 CPC), recurso de aclaratoria (Art. 388, 20. p.
CPC) y, en general, la promoción de todo incidente que impida la consecución del proceso principal
(Art. 181 CPC).

8.1.1.2. Suspensión por resolución judicial: Ocurre cuando se produce un acontecimiento


previsto en la ley que determina que el juez deba resolverlo, v.g.: fallecimiento o incapacidad de la
parte que actúa personalmente en el proceso (Art. 50 CPC); muerte o inhabilidad del apoderado
(Art. 64, inc. f) CPC); muerte o incapacidad sobreviniente del poderdante (Art. 64, inc. e) CPC), o
cuando exista imposibilidad de obrar como consecuencia de motivos graves, v.g.: guerra,
revolución, huelga general, etc.
8.1.1.3. Suspensión por acuerdo de partes: El Código Procesal Civil concede a las partes la
facultad de acordar, mediante manifestación expresa al respecto, la suspensión de los trámites del
proceso durante un tiempo máximo de seis meses. Esta suspensión podrá ser usada sólo una vez
en cada instancia, procurando de este modo no prolongar en demasía la substanciación del
proceso (Art. 152 CPC).
8.1.1.3.1. Requisitos: La norma procesal contiene las formalidades que deben cumplirse para
su admisibilidad:
8.1.1.3.1.1. Constar por escrito.
8.1.1.3.1.2. Contener la conformidad de los mandantes y del Ministerio Público, en su caso.
8.1.1.3.1.'3. Homologación judicial.
8.1.1.4. Suspensión de hecho: Se produce cuando materialmente resulta imposible continuar el
trámite del proceso, V.g.: cuando en razón de haberse concedido un recurso de apelación, el
expediente es elevado a la instancia superior; consecuentemente resulta imposible la realización de
ningún acto procesal en la instancia inferior.

8.2. Interrupción
Un plazo se interrumpe cuando ocurre un hecho que tiene por efecto borrar la parte del plazo que
ha corrido hasta ese momento. El plazo transcurrido no se computa. El plazo comienza a correr de
nuevo, v.g.: la deducción de una excepción previa interrumpe el plazo para contestar la demanda
(Art. 223, 2°. p.CPC), la declaración judicial de la nulidad de un acto procesal (notificación nula), la
integración definitiva del tribunal arbitral (Art. 783, 40. p. CPC).
La interrupción puede acontecer en virtud de la ley, como en los ejemplos mencionados
precedentemente, por resolución judicial o de hecho.
Será de hecho, cuando en razón de un determinado acto se purga un lapso anterior de inactividad,
v.g.: interrupción del plazo de caducidad de la instancia.

La interrupción podrá decretarse judicialmente cuando se den las circunstancias señaladas en el


supuesto de la suspensión del plazo, v.g.: revolución, guerra, huelga general, etc.

8.3. Notificación
Las resoluciones que disponen la reanudación de los pla¬zos suspendidos o la reiniciación de los
interrumpidos serán notificadas por cédula o personalmente (Art. 133, inc.e) y 2°. p. CPC).

9. DIAS y HORAS HABILES


Los actos procesales, como regla, deben llevarse a cabo en días y horas hábiles para su validez;
de lo contrario po¬drían estar afectados de nulidad (Art. 109, 1 er. p. CPC).

9.1. Días hábiles


Son días hábiles todos los del año menos los exceptuados por la ley y los que disponen los
Acordadas de la Corte Suprema de Justicia (Art. 109, in fine CPC).
Son días hábiles procesales todos los días de la semana con excepción de los sábados y los
domingos. Siendo así, en el cómputo de los plazos procesales no se cuentan los días sábados,
domingos y feriados nacionales o judiciales, estos últimos dispuestos por Acordadas de la Corte
Suprema de Justicia.

9.2. Horas hábiles


La norma procesal de modo inexplicable no establece cuáles son las horas hábiles. Tampoco
existe una Acordada de la Corte Suprema de Justicia que regule la cuestión.
Siendo así, deben tenerse por horas hábiles las comprendidas entre la salida y la entrada del sol,
porque ésta es la costumbre procesal existente en la materia, porque una interpretación histórica
así lo aconseja y porque ante un vacío legal debe considerarse la plenitud hermética del
ordenamiento jurídico, que consiste en el carácter esencial que tiene todo ordenamiento jurídico de
constituir una estructura total, continua y cerrada que excluye la posibilidad de la existencia de
lagunas en la ley (Arg. Art. 6 CC).
No obstante, deben distinguirse:
9.2.1. Las actuaciones en el expediente: En este supuesto son hábiles las horas de
funcionamiento de los tribunales, sin perjuicio de la habilitación de las horas inhábiles, la
habilitación tácita y el plazo de gracia.

9.2.2. Las actuaciones fuera del expediente: Hasta que no se modifique el Art. 109 del CPC o se
dicte la Acordada correspondiente, son hábiles las horas de los días hábiles, o de los habilitados,
desde la salida hasta la puesta del sol, v.g.: diligencia que debe cumplir el secretario, el oficial de
justi¬cia, el ujier notificador, el perito, etc. ..
El Proyecto Mendonga disponía al efecto: "Son horas hábiles las comprendidas dentro del
horario establecido por la Corte Suprema de Justicia para el funcionamiento de los tribunales; pero
respecto de las diligencias que los jueces, funcionarios o empleados deban practicar fuera de la
ofici¬na, son horas hábiles las comprendidas entre las siete y las doce y las quince y las dieciocho"
(Art. 119, 2° p. PM).

10. FERIA JUDICIAL


La feria judicial se halla legislada en el Código de Organización Judicial, que dispone: "Se
establece el mes de enero como feria judicial (Art. 362 COJ). La Corte Suprema de Justicia
determinará la forma en que debe atenderse durante la feria el despacho de los asuntos urgentes,
según las leyes de procedimientos. La feria no regirá para los jueces de Paz y de Instrucción
Criminal" (Art. 363 COJ).

11. HABILITACION DE HORAS Y DIAS INHABILES


El Código de Organización Judicial dispone: "Los jueces podrán habilitar días feriados y horas
inhábiles cuando los asuntos de su competencia así lo requieran" (Art. 196, 2° p. COJ).
La habilitación requiere que el juez o la parte acrediten la existencia de justa causa y peligro de
producirse un perjuicio, La habilitación se otorga exclusivamente para el caso particular de que se
trata.

Cuando se produce la suspensión del plazo para alegar, los jueces podrán habilitar días y horas
inhábiles para la recepción oportuna de la prueba (Art. 268 CPC).

En el juicio de Amparo, durante su sustanciación y en la ejecución de la sentencia que se vaya a


dictar, quedarán habilitados días y horas inhábiles por imperio de la ley (Art. 585, 1er. p. CPC).

12. Plazo de gracia


El Código Procesal Civil dispone: "Los escritos dirigidos a los jueces y tribunales podrán
presentarse hasta las nueve horas del día hábil siguiente al último día del plazo fijado. Los que se
presenten después no serán admitidos" (Art. ,150 CPC).

El cargo es la constancia firmada que el funcionario judicial competente estampa al pie de los
escritos presentados en su oficina dejando consignados la fecha, la hora, la persona que lo
suscribe o remite y los recaudos acompañados.
Al establecerse expresamente el denominado plazo de gracia, se cumple igual objetivo que el
mencionado precedentemente y, a su vez, se evitan a las partes gastos y molestias innecesarios.

Los escritos presentados después de la hora señalada no serán admitidos, debiendo dejarse
constancia -por el secretario- de su presentación tardía y rechazo.
13. Ampliación del plazo en razón de la distancia
La norma procesal contempla la ampliación automática del plazo en razón de la distancia,
solamente para los actos o diligencias procesales que deban cumplirse dentro del territorio de la
República, pero fuera, del asiento del juzgado o tribunal.
Siendo así, este plazo ampliado no se aplica para aquellos actos procesales que deben cumplirse
en la sede del tribunal, v.g.: contestación de la demanda.
La ampliación es de un día por cada cincuenta kilómetros en la Región oriental y un día por cada
veinticinco kilómetros en la Región occidental o Chaco.

13.1. Carácter
La ampliación se produce por ministerio de la ley en forma automática, sin necesidad de petición de
parte ni declaración judicial.

13.2. Derogación

La descentralización judicial de la República, mediante la creación y funcionamiento de las nuevas


circunscripciones judiciales que abarcan todo el país, así como la ampliación de las vías de
comunicación hacen razonable pensar en la derogación de esta disposición procesal que tuvo su
importancia en otro momento histórico de la República. La Ley 635/85, que Reglamenta la Justicia
Electoral, expresamente dispone en este sentido que no habrá ampliación de los plazos procesales
en razón de la distancia.

13.3. Tabla de distancias

La Corte Suprema de Justicia mandó elaborar, a través del Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones, una tabla de distancias, a los efectos de dar certeza sobre este impor¬tante
aspecto.
En la tabla se consignan las distancias existentes entre la Capital y diversas localidades del interior
de la República.

La Corte debería actualizar la tabla que cuenta con sus buenos años, al punto que varias
localidades han cambiado de nombre y otras muchas ni siquiera figuran en la misma.

14. Abreviación convencional

Fundado en los Principios de celeridad procesal y razonabilidad, porque resulta del todo lógico
suponer que las partes abreviando los plazos pueden llegar cuanto antes a la conclusión de la
controversia que produjo el litigio, la ley procesal concede a los litigantes la facultad de acordar la
abreviación de los plazos procesales.

14.1. Requisitos
La norma contenida en el Art. 148 del CPC, al conceder a las partes la facultad, establece
cuáles deben ser los requisitos que deben cumplirse:

14.1.1. Acuerdo expreso manifestado al órgano judicial por escrito.

14.1.2. Resolución judicial, la que debe establecer claramente el lapso de la abreviación, por
elementales razones de certeza y seguridad.
……………………………………………………………………………………………………………………
……….

Lección 18
Comunicación de los actos procesales
Generalidades. Importancia
El proceso genera una actividad que es cumplida por diversas personas y que, además, las
relaciona.
Una de esas actividades consiste en las comunicaciones que se producen del tribunal hacia el
exterior y del exterior hacia el tribunal, lo cual tiene una importancia trascendental en la marcha del
proceso.
Por la vigencia del Principio de la bilateralidad toda petición de alguna de las partes del proceso,
así como toda resolución del órgano jurisdiccional, deben hacerse conocer a la contraparte para
mantener el Principio de igualdad, a los efectos del ejercicio del derecho de defensa en juicio.
Toda resolución judicial debe ser notificada por algunos de los medios previstos en la ley. Una
resolución judicial, dice ALSINA, es procesalmente inexistente mientras no se la ponga en
conocimiento de los interesados y, en consecuencia, ni les beneficia ni les perjudica. Esta
comunicación de las resoluciones judiciales se lleva a cabo a través de las notificaciones. Sólo a
partir de la notificación comienza a computarse el plazo para interponer los recursos legales contra
la respectiva resolución judicial o para cumplir un acto procesal.
El régimen de las comunicaciones procesales tiene características formales con el objeto de
otorgar suficientes garantías a los justiciables. Su violación produce la nulidad. Lo dicho no significa
olvidar el fin trascendental que cumplen las formas en el proceso, en cuya virtud si el acto, aunque
irregular, cumplió su cometido, no debe ser invalidado.

2. Notificación
2.1. Notificación, citación, emplazamiento e intimación.
Conceptos
La notificación es el acto mediante el cual se hace saber a las partes o a los terceros una
resolución judicial u otro acto de procedimiento.
La citación es el acto en cuya virtud se requiere a alguien que concurra al tribunal a fin de realizar
un acto procesal determinado, en el preciso lugar, fecha y hora señalados, v.g.: audiencia de
absolución de posiciones, audiencia para declaración testifical, etc.

El emplazamiento consiste en un llamamiento con plazo realizado por el juez para que una
persona comparezca en un proceso, a fin de ejercer su defensa o cumplir con lo que se le
mandare, v.g: contestar la demanda, etc.

La intimación es el requerimiento realizado a una persona como consecuencia de un mandato


judicial para que cumpla un acto o se abstenga de hacerlo, V.g.: intimación de pago.

La norma procesal preceptúa que se dejará copia fiel en el expediente de toda comunicación que
se libre (Art. 128, 2° p. CPC).

2.2. Función
La notificación tiene una importancia trascendental en el proceso pues cumple una doble
función:

2.2.1. Asegurar la vigencia del Principio de bilateralidad.


2.2.2. Determinar con precisión el punto de referencia para el cómputo de los plazos procesales
«dies a quo», a fin de poder cumplir dentro de los mismos un acto procesal o impugnar una
resolución.

2.3. Carácter
La notificación es un acto procesal de comunicación, autónomo, distinto a su contenido, que es 10
que se comunica.

Como todo acto procesal, se halla sujeto a determinadas formas, inclusive relativas a su
documentación.
Como acto procesal autónomo, su irregularidad y su eventual nulidad no trascienden a su
contenido, es decir, al acto que se notifica, v.g.: la nulidad de la notificación de la sentencia no
alcanza ni afecta a ésta.
Mediante la notificación, por la general, se completa y perfecciona el acto procesal que es su
contenido, V.g.: una vez notificada la sentencia, comienza a correr el plazo para interponer los
recursos, el que vencido la vuelve firme.
Lo mismo acontece con la demanda que una vez notificada, el actor no puede modificarla, ni
ampliar o restringir sus pretensiones (Art. 217 CPC).

3. Clasificación

3.1. Por el lugar


De acuerdo con el lugar donde la notificación se practica, ella puede ser: en la sede del tribunal, en
cuyo caso la parte debe venir a la oficina a cumplir el acto; o en el domicilio de la persona, en cuyo
caso es el tribunal quien se traslada.
El primer supuesto implica la notificación automática, en virtud de la cual el interesado, dadas
ciertas circunstancias que se verán después, se tiene por notificado en la sede del tribunal. Lo
segundo acontece en la notificación por cédula en el domicilio de la persona.
Las resoluciones pronunciadas en las audiencias se tienen por notificadas a quienes estén
presentes o hayan debido concurrir al acto.

3.2. Por la forma


En atención a la forma como se efectúa la notificación, puede ser: notificación automática,
notificación tácita, notificación personal, notificación por cédula, notificación por telegrama o carta
certificada y notificación por edictos.
Este criterio es el seguido por el Código Procesal Civil al regular el régimen de las notificaciones
procesales.

4. Notificación automática

4.1. Regla general


El Código Procesal Civil establece, como regla general en materia de notificaciones, el sistema de
la notificación automática o por ministerio de la ley.

Siendo así, por el hecho de haber tomado intervención en un proceso y sin necesidad de llenar
ninguna formalidad, se produce la notificación de las resoluciones judiciales que en el mismo se
pronuncien el día martes o jueves inmediatamente subsiguiente a aquel en que fueron dictadas, o
el siguiente dia hábil, si alguno de ellos fuere feriado (Art. 131 CPC).
Los litigantes o sus representantes, como consecuencia del sistema automático de notificación,
tienen la carga procesal de concurrir determinados días a informarse del estado del proceso en el
que intervienen.
4.2. Condiciones
Para que una resolución judicial quede notificada en forma automática deben cumplirse dos
condiciones:

4.2.1. Que sea el día indicado en la ley: martes o jueves. Si fuesen feriados, el siguiente día hábil.

4.2.2. Que el expediente se encuentre en secretaría: La notificación automática se funda en la


presunción de que el expediente estuvo en secretaría y pudo haber sido revisado por el interesado.

4.2.3. Notificación por cédula de resoluciones que deben serlo por automática: Las
resoluciones que deben notificarse por automática no pueden ser notificadas por cédula, salvo
resolución judicial que así lo establezca. De lo contrario, se estarían vulnerando, sin motivo, la ley y
el derecho de las partes de conocer las reglas del proceso, porque las mismas no pueden ser
cambiadas sin desmedro de la igualdad y la defensa en juicio.
4.2.4. Plazo en días: En los plazos fijados en días, aquel en que se produce la notificación no se
cuenta a los efectos del cómputo. Tampoco los inhábiles (Art. 147, 1er. p. in fine CPC).

4.2.5. Plazo en horas: Si el plazo es en horas se contará de momento a momento (Art. 147, 2° p.
CPC). Si se trata de un plazo por hora en los casos de notificación automática, el plazo se computa
desde la última hora de funcionamiento de las oficinas del Poder Judicial del día martes o jueves,
en su caso.

5. NOTIFICACION POR CEDULA


Es la que se practica por medio de los auxiliares judiciales designados por la ley, denominados
ujieres, en el domicilio procesal o real de las partes o sus representantes.

Una vez notificada la demanda, durante la tramitación del proceso rige la regla general de la
notificación automática, porque la excepción es la notificación por cédula. Esta sólo debe utilizarse
en los casos expresamente establecidos en la ley o cuando el juez así lo disponga, que al final es
también un caso previsto en la ley.

La norma procesal establece una enumeración taxativa de los casos en que procede la notificación
por cédula, tratando de evitar con ello la indebida proliferación de este tipo de notificaciones que se
opone al Principio de celeridad de los procesos.

Derecho procesal civil


5.1. Cédula. Concepto
La cédula es un documento emanado del órgano judicial que se redacta en doble ejemplar y
contiene diversas enunciaciones tendientes a individualizar a su destinatario y darle la posibilidad
de adquirir un efectivo conocimiento de la resolución que se le comunica.

5.2. Contenido
La disposición procesal (Art. 135 CPC) enumera en cinco incisos el contenido que deberá
tener la cédula de notificación:
5.2.1. Si se trata de una persona física, deberá constar el nombre y el apellido. Si es una persona
jurídica se debe poner su denominación o razón social. Si son varias personas se deberá
mencionar el nombre y apellido de todas ellas.
5.2.2. Individualización del juicio, con la mención de la carátula del expediente en el que se dictó la
resolución que se notifica.
5.2.3. El juzgado o tribunal y la secretaría respectiva, en que se tramita el proceso. El error en que
se incurre al indicarse el juzgado, tribunal o secretaría donde radica el expediente puede ser causa
de nulidad de la notificación.
5.2.4. Las sentencias y autos interlocutorios se notifican transcribiendo sólo la parte dispositiva de
los mismos. Las providencias deben transcribirse completas o sólo la parte que concierne
personalmente al destinatario, en su caso.
5.2.5. El objeto debe estar claramente expresado, cuando el mismo no resulta o no puede colegirse
de la resolución que se transcribe.

5.3. Copias de escritos o documentos

La cédula debe tener la mención precisa de los documentos o copias de escritos que se
acompañan con ella, con la indicación del número de fojas y constancia de su entrega al
destinatario.

5.4. Ujier

Las notificaciones por cédula, en nuestro Derecho procesal, deben ser practicadas por los ujieres,
dentro de la circunscripción territorial del órgano judicial del cual emana la resolución que se
notifica.
El ujier es el funcionario judicial encargado de practicar las notificaciones y demás diligencias y
órdenes emanadas de los jueces y secretarios.

El Art. 188, 2° p. del COJ establece: "Los ujieres, al practicar las notificaciones, observarán
estrictamente las disposiciones de las leyes procesales y de este Código. Los ujieres serán
responsables civil y penalmente de las irregularidades cometidas en el cumplimiento de sus
funciones, sin perjuicio de ser sancionados por la Corte Suprema de Justicia".

Del mismo modo, el Art. 189 del citado Código preceptúa:


"Son atribuciones y funciones de los ujieres: asistir diariamente a la oficina; recibir de los
secretarios las cédulas para practicar las notificaciones en el domicilio de las partes, dejando
constancia de su diligenciamiento en el original de las mismas; e) devolver, debidamente
diligenciadas, las cédulas recibidas para practicar las notificaciones; d) dar cuenta a los secretarios
de los inconvenientes que se les presenten en el desempeño de su cargo o en el cumplimiento de
las órdenes que reciban; e) anotar en un libro, con intervención de los secretarios, las cédulas
recibidas o devueltas; y f) cumplir las órdenes emanadas de los jueces y secretarios".

5.5. Formalidades
El ujier encargado de diligenciar las cédulas de notificación debe observar determinadas
formalidades, establecidas en la ley procesal.
La cédula de notificación se expedirá por duplicado. El duplicado de la cédula reviste el mismo
carácter y tiene igual presunción de autenticidad que el original. Al pie del ejemplar que será
agregado al expediente, el ujier debe hacer constar el día, la hora y el lugar en que se practicó la
diligencia con las firmas del destinatario y el funcionario notificador. Si el destinatario no quisiere o
no pudiere firmar, no podrá ser compelido a ello, limitándose el notificador a dejar constancia de
ello en la cédula (Art. 137 CPC).

5.6. Entrega de la cédula


El ujier en el acto de la notificación debe entregar la copia de la cédula, con los documentos que se
acompañen si los hubiere, al destinatario, salvo que no 10 encontrará presente en su domicilio, en
cuyo caso entregará la cédula a otra persona de la casa, departamento, oficina o, en su defecto,
encargado del edificio (Art. 138 CPC).

5.7. Aviso
Cuando se trate de la notificación del traslado de la demanda, de la reconvención y de los
documentos que se acompañen a sus contestaciones, como así también la que ordena absolución
de posiciones y no se encontrara presente el destinatario, el ujier suspenderá la notificación y
dejará aviso de que regresará al día siguiente, precisando la hora. Sólo cuando se haya cumplido
con el aviso previo se podrá actuar de la manera señalada en el apartado anterior.

Es nula la notificación practicada en ausencia del destinatario sin haber el ujier dejado el aviso de
que volvería al día siguiente.

5.8. Fijación de la cédula en la puerta


Si por cualquier motivo no pudiere el ujier hacer entrega de la cédula, deberá dejar fijada la copia
de la misma en la puerta de acceso correspondiente.

6. Notificación personal

Es la que se produce voluntariamente por el interesado en el expediente, dejándose constancia


escrita de la fecha, hora y resolución que se notifica, firmada por el' interesado y refrendada por el
secretario o el oficial de secretaría.

La notificación personal es un derecho opcional que tiene el litigante. No puede ser compelido a
realizarla por el funcionario. La ley le otorga la opción de notificarse personalmente de las
resoluciones que deben notificarse por cédula.

7. Notificación tacita

El retiro del expediente de la secretaría del juzgado o tribunal realizado por las partes o sus
representantes o el tercero, en su caso, importa la notificación de todas las actuaciones cumplidas
y las resoluciones dictadas.

La notificación tácita se funda en la presunción de que quien retira un expediente judicial se ha


interiorizado Íntegramente de su contenido.

Notificación por carta certificada o telegrama colacionado

La norma procesal dispone que las resoluciones que deban notificarse por cédula, también podrán
notificarse mediante carta certificada del actuario con aviso de retorno o por despacho telegráfico
colacionado, cuando así lo dispusiere el juez o tribunal a solicitud de parte, agregándose copia al
expediente (Art. 139 CPC).

Siendo así, se establecen dos tipos de notificación:

- Carta certificada del actuario con aviso de retorno.


- Telegrama colacionado.

Ambos tipos de notificación, cabe señalar, son de exclusiva utilización en los procesos.

8.1. Requisitos
La disposición mencionada permite la sustitución, sin limitaciones, del sistema de
notificación por cédula, por algunos de los medios mencionados precedentemente, siempre
que se cumplan las siguientes condiciones:

8.1.1. Pedido de parte.

8.1.2. Disposición del juez o tribunal.

8.2. Formalidades
Las formalidades que deben guardarse para ambos tipos de no¬tificación son análogas:

8.2.1. Contener las mismas enunciaciones que la cédula (Art. 135


CPC).

8.2.2. Redactarse en duplicado (Art. 137, 1er. p. CPC).

8.2.3. Agregar un ejemplar al expediente, como así también el acuse de recibo de la carta, en su
caso.

8.3. Fecha de la notificación


La constancia oficial de la entrega de la carta o telegrama en el domicilio del destinatario establece
la fecha de la notificación.

8.4. Gastos
Los gastos de estos tipos de notificación están a cargo de quien lo solicite. Consiguientemente, no
se incluyen en la condena en costas.

9. NOTIFICACION POR EDICTOS


9.1. Concepto
La notificación por edictos es la que se practica mediante avisos insertos en los diarios dando
difusión a una resolución judicial a fin de lograr la comparecencia al proceso de personas inciertas
o cuyo domicilio se ignore.
9.2. Procedencia
La notificación por medio de edictos es procedente cuando además de los casos precisamente
determinados en la ley, se trata de:
9.2.1. Personas inciertas: Entendiéndose por tales aquellas cuyos nombres y domicilios
desconoce el actor, V.g.: herederos de determinada persona, propietario o poseedor de un cierto
inmueble, etc.
Los edictos sirven también para dar a conocer a un número indeterminado de personas la
realización de un acto ordenado judicialmente respecto del cual pueden tener interés, v.g.:
mensuras, subastas judiciales, etc.

9.2.2. Personas cuyo domicilio se ignore: Puede darse también el caso de que se individualice a la
persona que corresponda notificar, pero se ignora su actual domicilio.

9.2.3. Cómputo del plazo. Publicación: La norma contiene, además, la indicación precisa del
momento desde el cual comenzará a computarse el plazo (dies a quo): el día siguiente de la última
publicación (Art. 140 CPC).

Los edictos pueden publicarse los días hábiles como los inhábiles; en este caso corresponde tener
por notificada la resolución el primer día hábil inmediato a la fecha de la última publicación.
La forma de acreditar la realización de la publicación será acompañando y agregando al expediente
el primer y el último ejemplar del diario donde consten las publicaciones y el recibo
correspondiente.

Es facultad de la parte proponer los dos diarios en los que habrán de hacerse las publicaciones.
Dichos diarios deben ser de gran circulación, en razón de que el propósito de la leyes que llegue
efectivamente a conocimiento del interesado.
Corresponde al juez señalar - cuando la ley no disponga ¬el número de publicaciones y el plazo
dentro del cual el acto debe cumplirse.

9.2.4. Notificación por edictos al demandado: El precepto procesal contempla la situación


especial referida a la citación y emplazamiento del demandado por medio de edictos, cuando es la
primera notificación que se produce en el proceso, para que tome intervención en el mismo con el
objeto de ejercer su defensa.

Por la importancia del acto, la norma contempla el cumplimiento de formalidades especiales.


Dispone, en primer término, como condición de admisibilidad, que se solicite informe al Registro de
Poderes a fin de conocerse si el demandado tiene o no apoderado. Si tuviere se le dará
intervención.
Si el apoderado no quisiere o no pudiere intervenir, deberá manifestar, si sabe, el domicilio de su
mandante.

Cumplida la diligencia mencionada precedentemente, se ordenará la publicación de edictos por


quince veces, debiendo justificarse previamente y en forma sumaria la imposibilidad de conocer el
domicilio del demandado.
La publicación se hará bajo apercibimiento de designarle como representante al Defensor de
Ausentes, con quien se entenderán las actuaciones del proceso. No corresponde,
consecuentemente, el juicio en rebeldía legislado en los Arts. 68 y sigtes del CPC, el cual se halla
contemplado para otros supuestos legales.

EMPLAZAMIENTO A PERSONA QUE RESIDE EN EL EXTRANJERO


La notificación del emplazamiento para tomar intervención en un proceso, realizada a una persona
residente fuera del país deberá hacerse por exhorto dirigido, con las normalidades requeridas, a la
autoridad judicial del domicilio del emplazado (Art. 143 CPC).

Los exhortos se regirán por lo dispuesto en los Tratados y Acuerdos Internacionales. A este
respecto deben tenerse en cuenta:
a) La Convención Interamericana sobre exhorto s o cartas rogatorias, ratificada por la Ley 613/76
de la República, suscripta durante la Primera Conferencia Interamericana Especializada de
Derecho Internacional Privado, convocada por la Organización de Estados Americanos (OEA), en
la Ciudad de Panamá en el mes de enero de 1975, que en el Art. 2, inc. a), al establecer el alcance
de la Convención, dispone su aplicación para: "La realización de actos procesales de mero trámite,
como notificaciones, citaciones y emplazamientos en el extranjero".
b) Los Tratados de Montevideo de 1889 y 1940 suscriptos y ratificados por el Paraguay.
c) El Tratado de Asunción por el cual se crea el MERCO SUR, en especial el Protocolo de
Cooperación y Asistencia Jurisdiccional en materia civil, comercial, laboral y administrativa
(Protocolo de "Las Leñas ").

10.1. Fijación del plazo


El juez está facultado para fijar un plazo judicial dentro del cual el notificado deberá
comparecer a estar a juicio.
Para la fijación del plazo el juez deberá tener en cuenta:

10 .1.1. La distancia.

10.1.2. La facilidad de las comunicaciones.


La previsión legal resulta lógica porque no es igual que la persona resida en una ciudad fronteriza o
en un país de otro continente.

Notificación al ministerio público y a los funcionarios judiciales

Los representantes del Ministerio Público y los funcionarios judiciales se hallan sometidos al
régimen legal de notificación automática, establecido en el Art. 131 del CPC.
Los representantes del Ministerio Público deben cumplir los actos procesales en los mismos plazos
procesales que las partes, salvo disposición de leyes especiales (Art. 41 CPC).

12. OFICIOS
12.1. Concepto
Se denominan, en forma genérica, oficios a las comunicaciones escritas libradas por los jueces.

Los jueces de la República, cualquiera fuere su circunscripción judicial, su fuero o su categoría, se


comunican entre si mediante oficios.

De la misma forma deberán ser hechas las comunicaciones que envíen a las reparticiones públicas
o privadas, cuando corresponda.

12.2. Forma
La ley procesal no prevé una forma especial que deba guardar la redacción del oficio, por lo que
corresponde atenderse a lo preceptuado en el Art. 102 del CPC, que dice: "Formas de los actos
procesales. Los actos del proceso para los cuales la ley no requiere formas determinadas, pueden
cumplirse en el modo más idóneo para que alcancen su finalidad".

Los oficios deben estar firmados por el juez y refrendados por el secretario (Art. 186, inc. g) COJ).

Se deberá, además, dejar copia fiel en el expediente del oficio o del exhorto que se libre (Art. 128,
2° p. CPC).

Por razones de política procesal tendiente a lograr celeridad, la disposición prescribe también que
el oficio podrá entregarse al interesado, bajo recibo en el expediente o remitirse por correo, y en los
casos urgentes expedirse telegráficamente.

13. EXHORTOS

13.1. Concepto
Los exhortos o cartas rogatorias -de acuerdo con nuestro Derecho procesal son las
comunicaciones escritas que un juez dirige a otro juez extranjero requiriéndole la colaboración
necesaria para el cumplimiento de una diligencia del proceso o poniendo en su conocimiento
determinadas resoluciones.

13.2. Forma
Se aplica al exhorto s en cuanto a las formas, 10 dispuesto en relación a los oficios.
En relación al procedimiento debe utilizarse el previsto en la legislación del país de cumplimiento
del exhorto.

13.3. Contenido
En relación al contenido del exhorto, éste puede consistir en una notificación, intimación,
diligenciamiento de un medio de prueba o de una medida cautelar.
También en la ejecución de una sentencia judicial o laudo arbitral, que reunidas ciertas
condiciones, puede hacerse efectiva en el territorio nacional.
El exequatur consiste en la homologación o aprobación de una sentencia o laudo extranjeros con el
objeto de poder ser ejecutados en la República.

El Paraguay tiene suscriptos y ratificados:


a) Los Traslados de Montevideo de 1889 y 1940 con Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y
Uruguay;
b) La Convención Internacional sobre eficacia extraterritorial de las Sentencias y Laudos arbitrales
extranjeros, suscripta en la Segunda Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho
Internacional Privado llevada a cabo en Montevideo (Uruguay) ratificada por la Ley 889/91, y
c) El Protocolo de Cooperación y Asistencia Internacional en materia civil, comercial, laboral y
administrativo (Protocolo de Las Leñas) en el marco del Mercosur.

13.4. Tratados y Acuerdos internacionales

El Derecho Internacional Privado prevé la cooperación en materia jurisdiccional, lo cual se halla


regulado mediante Tratados y Acuerdos internacionales que establecen el auxilio judicial y la
manera de solicitarlo a través del exhorto, por el cual se exhorta, ruega y solicita a un órgano
jurisdiccional extranjero la realización de un acto procesal a ser cumplido en su territorio.

13.5. Reglas aplicables a la recepción de exhortos.

Cuando se trata de exhortos recibidos de autoridades extranjeras y no existen Tratados o Acuerdos


internacionales suscriptos por la República, se aplican las siguientes reglas procesales (Art. 129
CPC):

13.5.1. Autenticación y legalización: Los exhortos deben estar debidamente legalizados y


autenticados por el agente diplomático o consular del Paraguay del país remitente, lo que
constituye un requisito de admisibilidad del exhorto.

13.5.2. Diligenciamiento: El diligenciamiento de los exhortos será realizado con arreglo a las leyes
nacionales del tribunal exhortado; lo cual es una consecuencia de la aplicación de la regla
denominada "lex fori", que rige la materia.

13.5.3. Designación de la persona encargada: Los exhorto s librados a petición de parte deben
expresar el nombre de la persona encargada de su diligenciamiento, la que, a su vez, debe abonar
los gastos que demande; con excepción de los librados de oficio que se harán sin costo para el
exhortante, esto último, conforme a las reglas internacionales de cooperación y auxilio que rigen al
respecto.

14. Nulidad de la Notificación


La inobservancia de los requisitos de forma, a los cuales deben atenerse las distintas clases de
notificaciones, trae aparejada la nulidad de las mismas.

14.1. Responsabilidad del funcionario

El funcionario que practicó la notificación al margen de los requisitos impuestos en la ley, se haya
declarado o no la nulidad, es pasible de la responsabilidad disciplinaria pudiendo, a su vez,
configurarse la responsabilidad civil por los daños y perjuicios ocasionados y, si corresponde según
el caso, la responsabilidad penal agravada por su condición de funcionario público.

14.2. Impugnación. Vía procesal

La nulidad de la notificación, por tratarse de una actuación procesal, debe deducirse por la vía del
incidente de nulidad.
La notificación por cédula es un acto ejecutado por un funcionario, público en ejercicio de sus
facultades legales. Las manifestaciones vertidas por el ujier en el original y en el duplicado de la
cédula equivalen a las mencionadas en el Art. 383 del C. Civil con relación a los instrumentos
públicos. Siendo así, hacen plena fe hasta tanto sea declarada su falsedad de la existencia material
de los hechos que el notificador afirma haber cumplido personalmente o que han pasado en su
presencia, pero no de la veracidad de las manifestaciones que le formulen terceras personas.
El pedido de nulidad de la cédula de notificación debe sustanciarse por el trámite del incidente en
consideración a que se trata de una actuación procesal que tiene relación con el proceso.

15. Traslado

En materia procesal se denomina traslado al acto de comunicar a la parte contraria o a un tercero


una petición o documento para que pueda hacer valer los derechos y defensas que considere
oportunos.

El traslado se concreta mediante el dictado de una providencia que efectúa el juez o tribunal a ese
efecto.

La institución del traslado se fundamenta en la vigencia irrestricta en el proceso del Principio de


bilateralidad (contradicción) y de la garantía constitucional de la defensa en juicio (Art. 16, ler. p.
CN).

El traslado puede ser conferido por disposición de la ley o de oficio por el juez o tribunal. En
cualquiera de los casos debe constar en una resolución que, por lo general, adopta la forma de una
providencia.

Cabe recordar que nuestra ley procesal prevé que de todo escrito del que deba darse traslado, de
sus contestaciones y de los documentos con ellos agregados, deberán acompañarse tantas copias
firmadas como partes intervengan (Art. 107 CPC).

A su vez, corresponde señalar que el plazo para contestar cualquier traslado, siempre que no
estuviera establecido alguno especial en la ley, o el juez o tribunal no lo haya fijado expresamente,
será de cinco días (Art. 146, in fine CPC).

16. Vista
La vista cumple en nuestro Derecho procesal similar función al traslado, es decir, comunicar.
Además, la ley procesal no establece ningún distingo conceptual entre los mismos, utilizando
ambos vocablos habitualmente como sinónimos, tal como lo hace en el Art.133, inc. h) del CPC al
establecer que deben notificarse por cédula o personalmente "las resoluciones que disponen
traslados o vistas de liquidaciones".

17. Resolución inmediata


Una contribución a la celeridad del proceso se logrará cuando los jueces y tribunales, una vez
contestado el traslado o la vista o vencido el término para hacerlo, y siempre que no corresponda
otra actuación, dicte la resolución pertinente sin otra sustanciación, en cumplimiento de lo dispuesto
en el Art. 145, 2° p. del CPC).

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