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Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo

el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del
árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto
de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al
hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada
encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del
árbol de la vida. Génesis 3: 22-24
Un pastor
jubilado
• ¡Cuántos años tienes tú?
• ¿Cuántos años más te gustaría vivir?
• ¿Qué es lo mejor que te ha sucedido durante toda tu vida?
• ¿Qué es lo más importante que has hecho o has logrado en
tu vida?
• ¿Hay algo que aún te gustaría hacer o lograr en el resto de
tu vida?
• Por eso los padres, cuando tienen el

privilegio de tener a un hijo(a) en sus

brazos, es importante preguntar como

Manoa: “Señor, ¿qué plan tienes para

este niño?”.

• Y cuando tenemos la respuesta a esa

pregunta, debemos educar a ese niño o

niña, con eso en mente, Dios tiene este o

aquel plan para ti. Así la vida tiene


I.- Dios es el dador de la vida.

Génesis 2: 9 “… también el árbol de la vida …”.

“En medio del huerto estaba el árbol de la vida que

aventajaba en gloria y esplendor a todos los demás

árboles. Sus frutos parecían manzanas de oro y plata,

y tenían el poder de perpetuar la vida”. (PP, 28).


Completando la idea: “Sus frutos … servían para perpetuar la inmortalidad. Las hojas tenían

propiedades medicinales”. (La historia de la Redención, 22)


“El Edén florecía en la tierra. Adán y Eva

tenían libre acceso al árbol de la vida.

Ninguna mácula de pecado o sombra de

muerte desfiguraba la hermosa creación.

…El gran Jehová había puesto los

fundamentos de la tierra, había vestido a

todo el mundo con su manto de belleza y

había colmado el mundo de cosas útiles

para el hombre, había creado todas las

maravillas de la tierra y del mar”. (PP, 28)


II. Un permanente recordativo adicional.
Cada vez que nuestros primeros padres divisaban el á rbol de la vida, o cada vez que se

abrigaban bajo su sombra, o cuando disfrutaban su bello y saludable fruto, venía a su mente el

hecho que Dios era el Autor de la vida. Cada día, cada añ o que ellos vivieran, se debía al amor y

a la generosidad de Dios.

Génesis 2: 1-3.

Dios decidió elegir un día de la semana, como otro elemento adicional, a fin de que el hombre
“Dios vio que el sá bado era esencial para el hombre, aú n en el paraíso. Necesitaba dejar a

un lado sus propios intereses y actividades durante un día de cada siete para poder

contemplar má s de lleno las obras de Dios y meditar en su poder y bondad. Necesitaba el

sá bado para que le recordase má s vivamente la existencia de Dios, y para que despertase

su gratitud hacia él, pues todo lo que disfrutaba y poseía procedía de la mano benéfica

del Creador”. (PP, 29)


El hombre poco a poco, en forma imperceptible, está descartando a Dios de su existencia.

Por eso el sá bado, ese espacio de tiempo, hoy má s que nunca cumple una vital importancia.

Como iglesia, debemos detenernos, pensar y analizar nuestra actitud hacia el sá bado.

¿Qué estamos haciendo con el sá bado? El sá bado, ¿nos ayuda a reconocer a Dios como

nuestro Creador y como nuestro sustentador? Ese concepto, ¿genera gratitud en nuestros

corazones por las abundantes bendiciones que él día a día nos otorga?
Algo adicional de esta santa porció n de tiempo: “Hay que recordar y observar el sá bado como

monumento de la obra del Creador. Al señ alar a Dios como el Hacedor de los cielos y de la tierra, el

sá bado distingue al verdadero Dios de todos los falsos dioses. Todos los que guardan el séptimo

día, demuestran al hacerlo que son adoradores de Jehová . Así el sá bado también es una señ al de

lealtad del hombre hacia Dios mientras haya en la tierra quien le sirva”. (PP, 315)
III. Bendición también para los otros días.

-Eclesiastés 9: 10

-Eclesiastés 5: 12

Al pensar en la importancia del sá bado, alguien

equivocadamente podría pensar que el cristiano

solo debiera pasarse el tiempo orando y

cantando en el templo, y aunque eso tiene su

lugar y su importancia, Dios espera que

tengamos el talento, la fuerza, la capacidad y la

disposició n de usar los otros seis días de la

semana, llevando a cabo el trabajo por el cual


-Génesis 2: 15: “Tomó , pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para

que lo labrara y lo guardase”. “La grata tarea de Adá n y Eva consistía en formar hermosas

glorietas con los sarmientos de la vid y hacerse morada con lo bellos y vivientes á rboles y el

follaje de la naturaleza, cargadas de fragantes frutos”. (La historia de la redenció n, 22)

“A los moradores del Edén se les encomendó el cuidado del huerto, para que lo labrara y lo

guardasen. Su ocupació n no era cansadora, sino agradable y vigorizadora. Dios dio el trabajo

con una bendició n con que el hombre ocupara su mente, fortaleciera su cuerpo y

desarrollara sus facultades”. (PP, 31)


Pensamientos que hace notar el valor de este don que nos otorga el

Señ or, el tiempo:

“El valor del tiempo sobrepuja todo có mputo. Cristo consideraba

preciosos todo momento, y así es como hemos de considerarlo nosotros.

La vida es demasiado corta para que se malgaste …”.

“Cada momento está cargado de consecuencias eternas …”.

“Del debido aprovechamiento de nuestro tiempo depende nuestro éxito

en la adquisició n de conocimiento y cultura mental”.


Conclusión.
Salmos 90: 10, 12

Si somos fieles en la administració n de estos 70 u 80 añ os, el

Señ or nos dará el privilegio de comer del fruto del á rbol que

será para la sanidad de las naciones.

“Nuestro tiempo pertenece a Dios. Cada momento es suyo, y

nos hallamos bajo la má s solemne obligació n de

aprovecharlo para su gloria. De ningú n otro talento que él

nos haya dado requerirá má s estricta cuenta que de nuestros


Llamado.

Dios nos ha regalado 365 días del añ o, y debemos

de agradecer por esta bendició n. Nos ha suplido

para nuestras necesidades y nos dio salud y vida

para gozar los días.

En esta ocasió n te invito para que prepares tu

ofrenda de gratitud y el pró ximo sá bado lo lleves

con alegría en tu corazó n dando gracias por todas

sus bendiciones durante este añ o.

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