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Si como iglesia echamos una mirada retrospectiva al sendero de nuestros pasos, llegará a nuestra
memoria el acontecimiento aquel, que en nuestra historia denominacional solemos llamarle: “El gran
chasco”.
Algunas plantas de alimentos
Dios.
Algunas preguntas que debiéramos contestar nosotros como miembros de la iglesia son:
¿Qué tipo de aportación estamos realizando nosotros? ¿Es más fuerte hoy mi iglesia por el apoyo que yo
estoy brindando?
I.-Ante un mundo amenazado.
• Algunos sabios de este mundo, políticos, senadores, filósofos y maestros piensan que hay
tanto conocimiento al alcance del hombre, que este va a llegar a ser como Dios. Isaías 14:
13; Génesis 3: 5
• Vivimos en un mundo cuyos valores han sido cambiados, a lo bueno se le llama malo; y a lo
malo, bueno.
• El trabajador evita esfuerzo para realizar el trabajo del patrón y con frecuencia le roba; y el
patrón retiene el salario y a veces desconoce derechos del trabajador. (véase Santiago 5: 4, 5)
• El que pide una limosna para comprar pan, la usa en comprar alcohol, drogas.
• La señorita que se casa emocionada con el joven en quien depositó su confianza, o el joven
que eligió la dama de sus sueños, es chasqueado(a) por la infidelidad de aquella persona en
• Enfermedad y la pandemia que el
desafían el conocimiento de la
ciencia.
enemigo.
II. Dios nos envía con sus armas.
• Juan 3: 16, el motivo por el cual vino Jesú s a este mundo, el amor.
abnegación
hasta su vida en aras de lo que ahora es nuestra iglesia. El espíritu de sacrificio mostrado en el
ministerio terrenal de Jesú s, se demostró también en muchos de nuestros hermanos que decidieron
aportar todo, (lo que ellos eran y tenían) y Dios usó esos dones, esa actitud en tiempos de crisis y de
escases.
Hoy, después de má s de siglo y medio de marcha, con una cuantiosa feligresía, con una admirable
estructura administrativa y con un poder financiero nada despreciable, ¿có mo estamos? La iglesia tiene
gustaría?