Iglesia: Anciano docente-Doctor Profesor: Pbro. Reysel García Martínez Yucatán Mayo 2023 Anciano predicador Docente Representa a Cristo como Profeta y también cumple con este aspecto del triple oficio de cada creyente. El apóstol Pablo escribe en I Tm 5:17, inspirado por el Espíritu Santo, acerca de la tarea de este oficio. Por un lado, habla de una dignidad especial del oficio y no de la persona que lo ejerce. Por otro lado, señala la provisión para el sostén del anciano predicador o docente en la economía de la iglesia local, cosa que no menciona de los otros oficios. Lo anterior, no es por un asunto de grado, dignidad superior, jerarquía o rango, sino que es en virtud de la esencia de su funcionamiento en la congregación redimida Hay una función muy específica y muy especializada. No se trata de “manejar”, de ser jefe o director, controlar y administrar la iglesia local. El anciano predicador o docente ha de persistir e insistir profesionalmente, y sin distracción alguna, en el ministerio de la Palabra. Él debe ser un buen artesano que sabe usar bien la Palabra de verdad (II Tm 2:15). La dignidad del oficio radica en lo que se tiene que administrar y la capacidad profesional que requiere para realizar su función. La función central es administrar la Palabra, en este tenor la palabra “pastor” en el NT es atribuida al anciano predicador o docente porque tiene que “dar de comer” al pueblo de Dios, ese es el énfasis (Jn 21:15- 17) Por tal motivo, este oficial requiere de capacidades y habilidades para estudiar con profundidad la Biblia. Debe contar con los talentos naturales o desarrollados de maestro. Debe saber exponer pedagógicamente y didácticamente la verdad del evangelio, estar adiestrado en las artes de pensar. Tiene que ser un asiduo e incansable lector de las Escrituras, de su cultura y del pensamiento en general. Debe estar adiestrado en la Teología Bíblica y sistemática Reformada, para poder cumplir con su tarea de predicar expositivamente y en enseñar al pueblo de Dios. Así mismo, debe amar a los miembros de la iglesia local donde ministra, a todos sin excepción. La tarea del oficial es exponer y enseñar sólo lo que Dios dice, por lo que más vale que lo que predique y enseñe sea únicamente lo que Él dice Una pequeña digresión en este punto:
Los doctores. En la Escritura encontramos una diversidad de los
ministerios de la Palabra. Según la institución de nuestro Señor Jesucristo, el mismo constituyó: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio y para la edificación de su cuerpo (Ef 4:11). De esta lista, solamente los dos últimos desempeñan un ministerio ordinario en la iglesia de Cristo, los tres anteriores los levantó con su gracia al principio cuando el Evangelio fue predicado. Las palabras que se utilizan para estos últimos son: poiménas y didaskálos. La primera(poiménas) hace referencia al oficio o cargo pastoral (habla de los ancianos: docentes, gobernantes y diáconos), que tienen a su cargo la predicación de la Palabra, la administración de los sacramentos y la disciplina. Los segundos (didaskálos) son los doctores que tienen únicamente la tarea de exponer las Escrituras con la finalidad de preservar y mantener la sana doctrina en la iglesia de Cristo. Según Calvino, para que dicha tarea sea beneficiosa, hay que instruirlos desde niños en lenguas y ciencias humanas, para lo cual es indispensable la constitución de un colegio en el que se formen los futuros ministros de las iglesias locales, como también para los cargos civiles. Es importante recordar que el colegio académico no es la iglesia local; y finalmente, también los doctores deben amar a la iglesia local donde ministran, así como estar sujetos a la correcta disciplina eclesiástica como el resto de los ministros. Fin de la digresión sobre este asunto