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¿Discurso o realidad?
(Moltmann, J., Teología de la Esperanza, Salamanca, Ediciones
Sígueme, Quinta Edición, 1989)
Ante el sufrimiento humano, ante las injusticias que vive nuestros países en Latinoamérica, ante el
sufrimiento de tantos enfermos, desplazados, encarcelados, ¿para que sirve una mirada a la cruz?
¿de que sirve decir que Dios ha sido crucificado?
Moltmann, ante un bombardeo en Hamburgo en el año de 1943, se planteó las siguientes preguntas
“¿Dónde está Dios? ¿Está lejos de nosotros, ausente en su cielo, o está entre nosotros, sufriendo
con nosotros?; ¿Comparte Dios nuestro sufrimiento?”, son preguntas existenciales, pero más que
eso, es son preguntas vitales, porque de ahí depende nuestra mirada pacifica o rebelde ante el mundo,
ante los demás y ante “ese Dios que no dice nada de si mismo”; o más bien, sí deja mucho que decir.
EN LA CRUZ SE REVELA DIOS COMO: CERCANÍA
Y COMUNIÓN.
DOCTRINA DE LA
PASIBILIDAD DE DIOS LA TRINIDAD EN LA CRUZ
ENTREGA-ABANDONO
Teología de la “congoja de
Dios”, de Miguel de Unamuno
EL DIOS CRUCIFICADO Y LA
ESPERANZA QUE GENERA…
La muerte de Jesús se convierte en MEDIO para comprender la muerte de personajes históricos que
ante la pretensión de sus intenciones son llevados hasta sus propios exterminios. Esta es una analogía
que parte de comprender los acontecimientos y palabras de Jesucristo como hechos que hablan
de su humanidad y para la humanidad.
En la muerte de cruz se expresa la voz potente por un futuro consolador y esperanzador ante la
incertidumbre del presente, y a la vez, en ella se hace silencio ante los sentimientos humanos que
cada vez se hacen mas resistentes ante una explicación.
La cruz habla para los que viven en contextos de cruz, es decir, para los que al igual que Jesús
hacen un recorrido hacia el calvario, para aquellos que esperan una voz ante un mundo de penurias.
La SOLIDARIDAD máxima de Dios que se nos da en la cruz de Jesús, queda transformada en el
sentido máximo de esperanza ante las incertidumbres del hombre, pues, así como la muerte no fue
para Jesús la