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1. Introducción:
Las reliquias pueden ser de tres grados:1) un fragmento del cuerpo, 2) un fragmento
de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida, y 3) cualquier objeto que
ha sido tocado a una reliquia o a la tumba de un santo. Las reliquias e imágenes de
los santos se adoran con dulia respectiva, los objetos directamente con él
vinculados también pueden ser consideradas para el culto.
La iglesia era la que contaba con una cohesión estamental mayor, contando qué
económica y políticamente tenía una fuerte presencia en la sociedad “Su control
sobre la doctrina, la liturgia y la moral y a través de ellas sobre el arte, la imprenta, la
educación y la beneficencia le daban a la Iglesia una excepcional influencia social y
cultural”. Estos religiosos novohispanos se sentían capaces de luchar contra la
1
Antonio Rubial García, “Cuerpos milagrosos. Creación y culto de las reliquias novohispanas”,
Estudios De Historia Novohispana, 20, consultado en:
https://doi.org/10.22201/iih.24486922e.1998.018.3473
2
Ibid.
herejía y preservar la ortodoxia, y poseían las herramientas para la creación de una
cultura que uniera a toda la población dentro de una conciencia colectiva.
Ya que la Nueva España no contaba con santos -y a su vez, con reliquias-, estos
eran traídos desde Europa, existían dos rutas para poder trasladarlas a las nuevas
tierras: 1) Estas eran las solicitudes que se realizaban de forma directa ya sea al rey
o al Papa, 2) Por medio de una donación por parte de algun clerigo o por los
habitantes de la ciudad. También, los religiosos solicitaban las reliquias de los
fundadores de sus órdenes, muchos pedían reliquias específicas para algún “mal” o
desastre; en los conventos de monjas hacían estas solicitudes a través de algún
religioso.
El culto por estas reliquias tuvo intereses de por medio, tanto para los indios como
para los españoles, los frailes promovieron estos cultos y las manifestaciones
religiosas como una necesidad que tenía la población para poseer un lugar santo.
Las reliquias solían enviarse a la compañía de Jesus, pero para el siglo XVI se
formó un nuevo grupo que comenzó un culto a las reliquias de peninsulares,
mestizos y criollos, lo que causó ciertas molestias, por lo que para 1625 el papa
Urbano VIII emitía el primero de una serie de decretos que tenían como finalidad
ejercer mayores controles sobre la promoción, la veneración y la hagiografía de
aquellos hombres y mujeres que, aunque tenían fama de santidad, aún no estaban
beatificados o canonizados por la Iglesia.
Puede decirse que los trámites burocráticos y los requisitos para poder canonizar a
alguien fueron aún más rigurosos, y se había prohibido el culto a los restos mortales
o a las pertenencias. Pero se hacía caso omiso a las indicaciones del papa y se
continuaba tratando a los personajes como santos, había una incitación por la
veneración tanto a sus tumbas, como a las
reliquias y sus imágenes.
Ocurría algo muy común con las reliquias, y es que se vendían y falsificaban con
mucha frecuencia, había monjes que se dedicaban a la falsificación de estas, y la
venta no fue exclusiva de Europa, en las nuevas tierras también sucede, se pone de
por medio el hecho de que estaba arraigada en el uso de la cultura cristiana la
demanda de estos santos objetos y la necesidad de la gente por adquirirlos.
También esta devoción llevó a el robo de restos de sus tumbas, existe un caso muy
conocido del franciscano fray Martín de Valencia, el cual fue uno de los primeros
evangelizadores de esta orden, al morir en 1534, comenzó a ser venerado, este fue
sepultado en un ataúd de madera, donde estuvo por más de 30 años en
Tlalmanalco, pero su tumba fue abierta en diversas ocasiones antes de ser robado,
era muy visitado.
El robo del cuerpo ocurrió en el año de 1577, cuando Jeronimo de Mendieta pidió
que se abriera el sepulcro pero no lograron encontrar los restos del fundador
franciscano.
3. Representación en el arte.
En la pintura sobre todo es donde se puede ser más explícito conforme a lo que se
busca transmitir. En este caso no sólo se plasmaban las reliquias, es importante
recordar que estás estaban ligadas a un santo en específico y era importante hablar
de ellos, plasmarlos, transmitir. Era necesario hablar del santo, sólo de esta manera
las reliquias obtenían su valor. “Las escenas imaginadas tenían como objetivo
transmitir, plasmar y hacer comprender lo que el santo sintió ante una determinada
aparición”.3
3
Rosalva Loreto López, “Del tamaño de una uña” Reliquias, devociones y mística en una
ciudad novohispana. Puebla de los Ángeles, siglo XVII”, Relaciones Estudios de Historia y
Sociedad, vol. 38, no. 150, junio 2017, Pág. 61.
De este modo la forma en que se representarán era bien pensada. En algunas se
centran más en algo. Las posiciones y desplazamientos de las figuras son
importantes y se hacen por algo. Por ejemplo, en algunas se ve una figura de
cuerpo completo, en otras únicamente el rostro.
Las imágenes no sólo contaban con el santo en cuestión, dentro debía resaltar el
objeto, la reliquia. La autora nos presenta el ejemplo de Isabel de la Encarnación,
representada con muchos destellos, relámpagos, cosas brillantes, asociados a lo
que está escrito sobre ella. En el texto se menciona que vio un collar con partes
resplandecientes. Se hace una mención explícita de un objeto precioso
perteneciente a una virgen.
Esto es importante al momento de ver las imágenes pues al ver los destellos en ella,
automáticamente se asociará con la historia del collar. De esta manera se lograba a
través de la pintura introducir a la sociedad un referente de un objeto que se
menciona en la historia, se guarda en su memoria y luego lo compran.
4
Ibid., Pág. 73.
5
Ibid., pág. 77.
4. La orden de las carmelitas descalzas y sus reliquias
Agustín Ugarte y Saravia estaba colaborando con la fundación del convento de las
Carmelitas de Lima, y este les regalo
una carta manuscrita de la Madre
Teresa de Jesús, está fechada el 28 de
agosto de 1575 con firma en Sevilla,
está escrita en 4 hojas de papel, en
donde de puede leer un saludo,
ademas de dar noticias de su hermano
Lorenzo entre otras cuestiones y va
dirigida a Maria Bautista. Esta
comunidad de Carmelitas descalzas,
conservan y veneran de manera
pública y privada en la iglesia de su
monasterio una variedad de reliquias.
5. Conclusiones