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ESTRATEGIAS DE

INTERVENCIÓN II
Lic. Miguel Villegas
LA FASE FINAL DEL TRATAMIENTO

Teoría y Técnica de la psicoterapia psicoanalítica


Joan Coderech
OBJETIVO Y METAS FRENTE A LA TERMINACIÓN
DEL TRATAMIENTO
Objetivo Tratamiento

Metas incumplidas

La mejoría se concreta en el momento en que el paciente sea capaz superar las


dificultades con la realidad externa o frente a su propio comportamiento que le han
conducido a solicitar ayuda

Psicoanálisis:
La meta central del tratamiento es la búsqueda de la verdad interna, y que los
criterios clásicos de «cura», para juzgar el momento de la terminación del mismo,
han de ser abandonados en favor del propósito.
El paciente debe adquirir la capacidad de continuar, autónomamente el doloroso
aprendizaje que ha iniciado con la ayuda del terapeuta, acercándose a su intima
realidad y le sea factible conocer su verdadero Self y desechar el falso.
LIMITACIONES E INSUFICIENCIAS
DEL TRATAMIENTO

La necesidad de dar por acabado el tratamiento sin lograr los resultados de


uno u otro es frecuente en los siguientes casos:

a) Cuando la gravedad del paciente es mucho mayor de lo que en un


principio se suponía
b) El tratamiento ha iniciado con pacientes cuyas motivaciones son
insuficientes o erróneas.
c) Unas malas circunstancias externas o pobres condiciones personales
pueden dar lugar a un tratamiento de escasos frutos.
d)La incompatibilidad entre paciente y terapeuta.
e) Temor a la terminación del tratamiento.
EL PLANTEAMIENTO DE LA
TERMINACIÓN DEL TRATAMIENTO
LA RESPUESTA DEL PACIENTE
ANTE LA FINALIZACIÓN

Una vez fijada la fecha, el terapeuta ha de dejar bien entendido que la


seriedad del trabajo obliga a que la misma se respete. Constituye una
exigencia técnica imprescindible, a fin de poder comprender las
fantasías y reacciones ante la separación y perdida, forma de asumir
autonomía, etc.

Un error muy común es mostrarse progresivamente mas calido y


afectuoso, relajar el rigor y limpieza metodológica haciendo el vinculo
mas de índole amistoso.
Esconde la profunda ansiedad del terapeuta ante la separación y la
resistencia a aceptar la herida narcisista por la independización del
paciente.

Cuando el tratamiento termina, termina la relación externa entre uno y


otro, pero la capacidad de dialogo interno, comprensión y autoexamen
ha de persistir durante el resto de la vida. Para ello, la actitud y función
del terapeuta han de permanecer estables hasta el ultimo momento.
Entre fantasías y respuestas debido al final del tratamiento se destacan las
siguientes:

Sentimientos depresivos y reacción de duelo frente a la separación. Esta


elaboración del duelo es la condición necesaria para la internalización del
terapeuta.

Fantasías de mutilación y enfermedad. Corresponden al a herida narcisista


por separación.

Fantasías de muerte y renacimiento. Se expresa la vivencia como una


muerte que dará paso a una nueva vida con mayor potencial de crecimiento.
Sentimientos de abandono, de desvalimiento, de soledad, etc.
Frecuentemente se trata de pacientes que han proyectado en el terapeuta
partes sanas de su self. Se ha de intentar que reconozcan los aspectos
sanos de si mismos que han depositado en el terapeuta y puedan
introyectarlos.

Sentimientos de rabia y agresividad con el terapeuta. Algunos lo


experimentan como una fuerte herida narcisista, el hecho de que el
terapeuta pueda prescindir de este y muestre tener una vida
independiente. Este proceso de asumir esta realidad a la larga terminara
guardando una relación de mutuo respeto.
Reactivación de los síntomas o trastornos. Ante la perdida del apoyo
terapéutico todas las ansiedad reaparecen y con ellas los mecanismos de
defensa y formaciones de compromiso que dan lugar a los síntomas.

Intentos de anular la terminación. En general, la firmeza y claridad en las


intervenciones resuelven esta situación y no es preciso anular el acuerdo
de terminación.

Aparición de una incrementada capacidad de comprensión y nuevas


formas de adaptación. La próxima perdida de la ayuda terapéutica
estimula el reconocimiento de lo que esta ofrecido hasta el momento, la
pena por aquello que no se ha utilizado o asimilado y el deseo de obtener
el máximo provecho de las oportunidades que aun quedan.
FINALIZACIÓN FORZADA POR
CIRCUNSTANCIAS EXTERNAS

A) Circunstancias en la vida del paciente

B) Circunstancias en la vida del Terapeuta


PACIENTES CON PROBLEMAS ESPECIALES FRENTE A LA
TERMINACIÓN

En aquellos pacientes que se prevén problemas especiales de terminación,


debe aguardarse el tiempo que haga falta hasta plantear esta.

Debe plantearse al paciente la verdad de la situación, es decir, mostrarle


como por el tiempo de duración del tratamiento y la marcha que sigue el
proceso debería considerarse la conveniencia de la terminación, este asunto
debe ser examinado por ambos con mucho cuidado antes de decidir fijar
una fecha.
El terapeuta debe examinarse contratransferencialmente para estar seguro
de si realmente la conclusión está indicada o si son sus propias dificultades
emocionales con respecto a su paciente la que lo inducen a pensar que el
tratamiento debería darse por acabado.
Pacientes sometidos a condiciones externas, ambientales y situacionales
especialmente duras. Pacientes inmersos en una realidad particularmente
áspera, difícil o dolorosa.

• Para estos pacientes, el tratamiento


puede presentar el único punto de
seguridad y ayuda de que dispone en
la vida. La regla de abstinencia obliga
al terapeuta a vigilar para que el
tratamiento no se convierta en un
refugio consolador para el paciente,
ni en un sucedáneo de las
gratificaciones y estímulos que no
encuentra en su existencia.
Sin embargo, cuando la realidad es fuertemente adversa, el paciente precisa
más que en ninguna otra ocasión una relación de ayuda que le permita
distinguir entre la realidad y sus fantasías, entre las presiones externas
inevitables y la responsabilidad por las mismas que él le incumbe, entre las
actitudes ajustadas a las circunstancias y aquellas que son fruto de sus
ansiedades y conflictos.
Pacientes que han de tomar decisiones importantes en un futuro próximo.

Pacientes seriamente perturbados, con insuficiente capacidad para


responsabilizarse de sus vidas.
EL PACIENTE Y EL TERAPEUTA TRAS LA TERMINACIÓN DEL
TRATAMIENTO

Muy frecuentemente, los pacientes tienen fantasías de su relación con el


terapeuta una vez el tratamiento haya terminado. La realidad de que la
vinculación con el terapeuta terminara absolutamente, o de forma casi
absoluta, una vez el tratamiento haya terminado, es casi siempre negada
hasta el último día.
A fin de lograr que las funciones del terapeuta coninuen existiendo en el
interior de la mente del paciente, es menester que la relación material o
externa se interrumpa verdaderamente una vez se haya llegado a la fecha
acordada para la terminación.
De lo contrario, el paciente tendría ocasión de proyectar en el terapeuta el
objeto arcaico, confundirlo con él e involucrarlo en sus conflictos internos
nunca suficientemente solucionados con un tratamiento de p.p., con lo cual
las funciones del terapeuta que habían sido incorporadas quedarían
degradadas e inutilizadas.
Es frecuente que, al cabo de cierto tiempo, el paciente solicite una
entrevista a su antiguo terapeuta, ya sea porque ha surgido algún problema
o situación crítica, o, simplemente, porque desea darle cuenta de la marcha
de su vida y sus procesos mentales.

La petición ha de ser aceptada siempre que se produzca. Lo esencial es que


la relación entre uno y otro conserve las características que poseía durante
el curso del tratamiento. Si estos son respetados, la internalización de las
funciones de compresión y dialogo no tiene por qué resultar dañada, y el
paciente podrá continuar, siempre, con su esfuerzo por acercarse a la
verdad.

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