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MITOS Y LEYENDAS

PERUANAS
Dice la leyenda que, hace muchos años, Casa Matusita
(Lima), estaba ocupada por un hombre que no trataba bien
a sus empleados. Un día, estos idearon un oscuro plan para
vengarse: poner una sustancia en los alimentos para
ocasionar un cambio mental en su jefe.

Casa Así, los empleados aprovecharon un almuerzo que el señor


tenía con otros invitados. Para su sorpresa, cuando
acudieron al salón a ver los resultados, encontraron a todos
Matusita los comensales, incluido su jefe, muertos de manera violenta.
Los sirvientes quedaron tan horrorizados que también
acabaron con su propia vida.

Se cree que, a día de hoy, subir a la segunda planta de este


edificio es peligroso por la presencia de fantasmas.
Dice una antigua leyenda que, hace mucho tiempo,
vivía una familia de campesinos sin recursos. Apenas
tenían un campo de maíz que solo la madre se
dedicaba a trabajar. La mujer lo recolectaba y lo
vendía, también cuidaba de sus cinco hijos.
Mientras, su esposo solo se dedicaba a dar paseos
por el campo.
Un día, estaba tan cansada que no pudo trabajar
suficiente y apenas obtuvo unas pocas monedas. La
LA MAZORCA mujer se puso a llorar desconsolada. Pronto, vio que
en el campo de maíz había algo que resplandecía.
DE ORO Cuando se aproximó se percató de que se trataba de
una mazorca de oro.
La campesina mostró el tesoro a su marido e hijos, y
les advirtió que solo lo compartiría con aquellos que
valoraran la tierra y la familia. Desde ese día, su
esposo y sus hijos colaboraron en el campo familiar.
Asimismo, la familia vendió la calabaza y pudo
ampliar sus terrenos, lo que les permitió obtener
más dinero y no pasar más penurias.
Dice la narración que, hace mucho tiempo, vivía una
misteriosa anciana en un pueblito cerca de Pasco. Siempre
iba vestida de negro y, al llegar el tiempo de cosecha, obtenía
los mejores alimentos. Esto hacía que fuera envidiada por
los habitantes de la zona.

EL SAPO Un día, mientras la mujer descansaba, un enorme sapo se


coló en su cosecha y destrozó por completo todas las patatas.
Al darse cuenta, la anciana lanzó un hechizo al anfibio e
DE hizo saltar por los aires techos y árboles.

PIEDRA El sapo voló y se estampó con una roca gigantesca, en donde


permanece hasta el día de hoy convertido en piedra. Los
vecinos pudieron comprobar que la anciana era, en realidad,
una poderosa bruja.
Cuenta la leyenda que, hace mucho tiempo, el
espectro de un fraile sin cabeza se dejaba ver por
la zona de la catedral de Arequipa. De fondo,
siempre se escuchaban 12 campanadas.
EL Dicen, que se trataba del espíritu de un cura, que

SACERDOTE en vida fue decapitado por el hijo de un noble


español tras una fuerte pelea. El cuerpo del cura
fu enterrado sin su cabeza, por eso, se dice que el
SIN CABEZA espectro quedó condenado eternamente a
buscarla por las calles de la ciudad
Una mujer joven, madre de dos niños, tuvo que
salir de un pueblo de la región Amazónica
castigado por la peste.
La muchacha había enfermado y, para salvar a sus
hijos de la infección, resolvió dejarlos en la orilla
de un río, lejos de la región. Este lugar tenía
mucha vegetación y animales.

LEYENDA Los niños no se percataron de la ausencia de su


mamá, pues jugaron con los animales que se
acercaban. En cambio, al caer la noche, se
DEL pusieron a buscar a su madre sin descanso.
Llorando, desconsolados, los menores pedían ser
AYAYMAMA aves para encontrar pronto a su mamá.
Un señor que andaba por allí, y que tenía poderes
mágicos, concedió el deseo a los niños.
Convertidos en aves, los niños sobrevolaron su
pueblo y descubrieron que todos habían muerto.
Dice la leyenda que, desde entonces, los pájaros se
ponen en los árboles cantando: “¡Ayaymamá!”.
Cuenta la leyenda que, hace mucho tiempo, existieron
cuatro hermanos originarios de Tambotoco, en Paruro.
Cada uno de ellos tenía una cualidad destacable. El
mayor, Manco, era muy inteligente y el heredero del
bastón de oro del Dios Sol; el segundo, Chachi, era muy
valiente y temperamental; el tercero, Uchu, destacaba por
su astucia; el menor de los hermanos, Auca, era muy
provocador y siempre se metía en problemas.

LEYENDA DE LOS
Por petición de su padre, el dios Sol, los hermanos debían
encontrar una tierra fértil para fundar un gran pueblo.
Así, los Ayar y sus esposas salieron para cumplir con su
HERMANOS AYAR cometido.
Los hermanos Ayar no hacían otra cosa que discutir.
Tenían envidia de Chachi, el más valeroso. En una
ocasión, los tres hermanos quisieron deshacerse de él y lo
encerraron en una cueva, donde quedó convertido en
piedra por una maldición.
Después de un tiempo, Uchu y Auca, también se
perdieron en el camino. Ayar Manco, junto con las
esposas, llegó a un valle hermoso y fértil. Allí posó su
bastón de oro, el cual se hundió fácilmente. Esto indicaba
que ese era el lugar idóneo para crear la ciudad más
grande de Tahuantinsuyo, el Imperio Inca.
Cuenta la narración que, en la ruta que
une las ciudades de Iquitos y Nauta,
deambula el espectro de una joven de unos
22 años. Se dice que la muchacha

AZUCENA
transitaba por el lugar y tuvo un accidente
con su auto que acabó con su vida.
Dicen que se aparece a los hombres que
transitan por allí y que, cuando esto
ocurre, sus vidas están en peligro. Según
cuentan, la joven podría estar buscando
asesinar a unos 12 hombres para
encontrar su descanso eterno.
El dios Inti (el sol) tenía una hermosa hija llamada Huandoy.
Su padre tenía previsto casarla con algún dios que poseyera
las mismas cualidades que ella. En cambio, la joven se
enamoró de Huascarán, un príncipe mortal.

Los muchachos se veían a escondidas y estaban cada vez más


enamorados. Un día, el romance llegó a los oídos de Inti y este
le pidió a su hija que se olvidara de Huascarán. Huandoy no lo
hizo y continuó con su romance.
HUASCARÁN Inti sintió tanta rabia que maldijo esa historia de amor y
Y HUANDOY condenó a los jóvenes a vivir separados eternamente. Por eso,
les convirtió en dos grandes montañas y las cubrió con nieve
para enfriar su amor. En medio de estos montes puso un valle
muy estrecho para que se pudiesen ver pero no tocar.

Dice la leyenda que, los enamorados funden la nieve en forma


de gotas para expresar su dolor. Su amor se une en un lago de
color turquesa conocido como Llanguanuco.
GRACIAS

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