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LAS CUATRO R


Precontemplación
LAS CUATRO R


 Puede ser útil pensar respecto a la resistencia de las personas en
precontemplación en lo que hemos resumidos en las cuatro R:

 Renuente.
 Rebelde.
 Resignado.
 Racionalizador.

 Cada una de esas pautas de pensamiento, sentimiento y razonamiento,


contribuyen a que quienes están en precontemplación no estén
preparados para el cambio. Aunque la mayoría de esas personas usan
una combinación de esas pautas, describiremos cada pauta como un tipo
distinto.
PRECONTEMPLATIVO RENUENTE


 La renuencia se encuentra en personas que, debido a la falta de conocimiento o
quizá la inercia, no quieren considerar el cambio. Para esos clientes, la información
o el efecto de su comportamiento problema no es totalmente consciente. Más que
resistirse activamente, realmente están pasivamente renuentes respecto al cambio.
Puede ser que teman al cambio, o quizá están cómodos donde se encuentran y no
quieren arriesgarse a la incomodidad potencial del cambio.

 En este tipo de casos, puede ser muy útil escucharlos en una forma sensible,
empática y proveerlos de retroalimentación. A veces los renuentes avanzan
rápidamente una vez que verbalizan su renuencia, se sienten escuchados, o
comienzan a sentir la tensión entre la renuencia al cambio y la posibilidad de un
futuro diferente. Otras veces, el cambio puede tomar más tiempo. Al otorgar
libertad a los clientes para que tomen sus propias decisiones, los clínicos facilitan
una situación donde la posibilidad del cambio puede ser tratada en una forma no
amenazante.
PRECONTEMPLATIVO REBELDE


 Estas energéticas personas a menudo tienen mucho conocimiento respecto al
comportamiento problema. Dan valor a sus propias decisiones. ¡No les gusta que les
digan qué hacer! La rebelión puede ser un residuo de una adolescencia prolongada o
el resultado de la inseguridad y temores. La persona en precontemplación rebelde
puede aparecer hostil y resistente al cambio. Es fácil reconocer a estar personas; a
menudo discuten con el clínico, demostrando verbal y no verbalmente que no
quieren estar allí, y suministrando un conjunto de razones por las cuales no
cambiarán.

 A ellos debemos dar la libertad para expresar sentimientos respecto al cambio.


Cuando un consejero está de acuerdo con la persona que uno no puede obligarlo a
cambiar, y de hecho el consejero ni soñaría con hacerlo, a menudo se debilita la
fuerza de sus argumentos. Suministrar un menú de opciones parece ser la mejor
estrategia en el trabajo con la rebeldía. Estimular a los clientes a pensar respecto a las
opciones disponibles, por ejemplo hacer cambios pequeños en lugar de una
abstinencia total y abrupta, abre las puertas a la posibilidad del cambio.
PRECONTEMPLATIVO RESIGNADO


 la falta de energía y compromiso es la característica de las personas en
precontemplación resignada. Estos clientes han abandonado la posibilidad de cambio
y parecen sobrepasados por el problema. sienten que no tienen ninguna respuesta a
sus problemas

 Las estrategias con estas personas es inspirar esperanza y explorar las barreras para
el cambio. Ayudarlos a ver que la recaída es común y no debe ser vista como fracaso.
Muchas personas pasan varias veces por las fases [de cambio] antes de mantener un
cambio, y cada intento es una oportunidad de aprendizaje. Es importante que todos
los clientes se percaten que el cambio de comportamiento es difícil, pero no es
imposible. A menudo, la clave para trabajar con las personas resignadas es construir
confianza de a poco, ayudándolas a tomar la decisión de comenzar un cambio
pequeño y reafirmarlas ante cada éxito, aunque sea pequeño. Hay que tener en mente
que la investigación muestra que la creencia del clínico en la habilidad del cliente
para cambiar es un poderoso predictor del resultado. El éxito se basa en el éxito, y
con cada cambio pequeño las personas resignadas construyen autoeficacia respecto a
hacer cambios mayores.
PRECONTEMPLACION
RACIONALIZADORA

 las personas en precontemplación racionalizadora parecen tener todas las
respuestas. Esos clientes no consideran el cambio porque piensan que han
calculado los riesgos personales o creen que su comportamiento es el resultado
de otro problema, no de si mismos. Es fácil identificar en una sesión al cliente
racionalizador: cuando el clínico comienza a sentir que estuviera en un debate,
o en una sesión de “golpes y contragolpes”. Aunque puede sentirse como la
rebelión, la resistencia del cliente racionalizador se basa mucho más en su
pensamiento que en sus emociones (ej. Fumadores, minimización del daño).

 La empatía y la escucha reflexiva parecen trabajar mejor con este tipo de cliente.
Comenzar con un ejercicio de balance decisional en el cual se solicita al cliente
que hable respecto a las “cosas buenas” respecto al comportamiento es una
estrategia ideal para la persona racionalizadora. Una vez que han hablado de
los pros de su comportamiento, los clientes están más abiertos a considerar que
también hay cosas “no tan buenas”.


Reflejar con amabilidad los pros y los contra del cambio estimula a que el cliente reflexione
respecto a éstos. Los reflejos de los dos lados pueden ser usados para reflejar la ambivalencia
respecto al cambio, y el resumen de ambos lados del comportamiento puede ayudar al cliente
racionalizador a reconocer que algo en su racionalización es débil.


Una nota de precaución: puede ser muy tentador usar los “contra” del balance decisional
como un argumento en el cual usamos las propias palabras de los clientes para recordarles
todas las cosas negativas respecto a su comportamiento y argumentar a favor del cambio. Esto
hace fracasar el propósito del ejercicio. La entrevista motivacional es efectiva en gran parte
porque evita las discusiones y permite que el cliente escuche y asimile sus propias
“afirmaciones de cambio”.


Es mejor resumir el balance decisional y después pensar dónde lleva esto al cliente en términos
de pensar respecto al cambio. El clínico que confía en el proceso y permite que sus clientes
lleguen a sus propias conclusiones y cambien a su tiempo, a menudo son sorprendidos por la
frecuencia que este ejercicio motiva a las personas racionalizadoras a reexaminar y cambiar su
comportamiento.

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