Está en la página 1de 18

LA GLOBALIZACIÓN

COMO ESTRUCTURA
• Vamos a identificar ahora, a los rasgos de la globalización, y la manera
cómo afectan a las estructuras especialmente culturales y las
políticas.
CONCEPTO DE GLOBALIZACIÓN.
• Definimos la globalización como el proceso de extensión global de las
relaciones sociales, fuertemente influenciado por el desarrollo
tecnológico, por la creciente rapidez de los transportes y por la
revolución informática entre los seres humanos, capaz de cubrir todo
el espacio territorial y demográfico del planeta, y que ha dado paso a
una verdadera red mundial de conexiones e interdependencias
funcionales.
• Desde esta perspectiva, uno de los efectos inmediatos de la
globalización es la de modificar la representación social de la
distancia, atenuando el espacio territorial, rediseñando los confines
del mundo sin derribarlos, borrando el peso que, tenía la distancia en
la acción humana.
• Se modifica una percepción del tiempo, ahora pasa a ser considerado
un tiempo sin tiempo, en forma de tiempo atemporal. La conexión se
vincula en un tiempo vertiginoso.
• Analizamos algunos rasgos de la globalización.
PERSPECTIVAS O ENFOQUES DE LA GLOBALIZACIÓN
• Un grupo importante de estudiosos neoliberales, definen la globalización
como un desarrollo coherente de la revolución industrial europea y de la
modernización, con sus corolarios de racionalización administrativa y
tecnológica, bienestar económico, secularización, difusión del mercado.
• Desde esta perspectiva, la globalización es la difusión a todo el planeta
de las conquistas de occidente, contribuyendo a incrementar los
intercambios políticos, culturales y económicos, para un aumento del
bienestar.
• El crecimiento económico que facilita la globalización, es la condición
para un desarrollo humano que sirve de sustrato para la ampliación de la
libertad política (democracia liberal) a todo el planeta.
• Se llega a interpretar, que la globalización permitiría que se superase
la anarquía internacional, gracias a la creciente erosión de la
soberanía de los estados nacionales.
• Este proceso, se transfiere una parte del poder del estado, a la
sociedad civil, y especialmente al mercado global.
• Otros analistas, advierten sobre sus efectos adversos, entre los que
destaca la polarización creciente de la riqueza, las turbulencias
financieras, el peso de la especulación, la irracionalidad en el uso de
los recursos, la occidentalización de los estilos de vida, la voracidad
del consumo, la destrucción de la pluralidad biológica, cultural y
humana del planeta.
• La globalización, como consecuencia del acelerado desarrollo
científico, industrial y tecnológico, está promoviendo una ruina
ecológica de dimensiones planetarias.
• Entre ambas aproximaciones encontramos aportes que destacan
efectos positivos como negativos, considerando que los segundos
podrían limitarse y transformarse en beneficio de los primeros, si los
procesos de globalización, no fueran abandonados al automatismo de
la tecnología, los mercados, la ideología, y la cultura legitimadora
dominante.
• Existen, algunos consensos en estas miradas contradictorias.
• Es imposible hacer un análisis político, desconociendo la globalización; el
planeta es una inmensa red de conexiones sociales e interdependencias
funcionales, que ligan entre si los destinos de los individuos y los pueblos.
• La globalización no es un discurso, es una realidad.
• La globalización, no es una vía inminente de acceso a la unificación de la
humanidad, gracias a la superación de las divisiones de los estados
nacionales y a la llegada de una ciudadanía universal y un gobierno
mundial.
• Un tercer punto es que, a pesar la complejidad de las interconexiones,
que ligan lo local y lo global, la política con la economía, la cultura y la
sociedad, este proceso es resultado de las acciones humanas, y por ello
puede ser reconducido si los actores asumen un papel protagonista en
sus vidas.
EL PODER EN LOS TIEMPOS DE LA GLOBALIZACIÓN.
• En uno de los espacios, que la globalización ha causado mayores cambios,
es el estado.
• El estado se ve afectado horizontal y verticalmente en el eje central de
existencia, se transforma su soberanía y su legitimidad.
La soberanía del estado.
• La soberanía del estado se ve afectada, en la medida que se presenta
como una estructura política demasiado grande, para responder a
realidades localizadas, con problemas complejos, diversificados y
territorializados.
• Este estado debe, competir con multitud de contrapoderes sub nacionales,
bien sea en forma de nacionalismos, regionalismos o localismos.
• En la medida que los estados nacionales tienden a centrarse en los
problemas de arriba (globalización, salud, la economía, el poder) se
abren oportunidades, por abajo, en los niveles inferiores de gobierno
(gestión de la vida cotidiana).
• En este contexto globalizado, las unidades periféricas (regiones,
ciudades) pueden entrar en competencia con sus estados nacionales
en la lucha por el poder e influencias mundiales.
• En consecuencia, los detentadores del poder local y regional, pueden
llegar a competir con el poder central del estado, o presentar
tensiones internas, entrando en contradicción con las orientaciones
estatales.
• Para las unidades inferiores, en las que existen movimientos
nacionalistas, la globalización abre oportunidades de reconocimiento:
desde el secesionismo, la creación de nuevos estados, fórmulas
federales; hasta la sustitución de facto del estado.
• Esta erosión vertical del estado, acontece “por abajo”, y también “por
arriba”.
• El estado debe hacer frente a la emergencia de poderes supraestatales,
en forma de acuerdos interestatales, con capacidad de intervención, en
los planos económico, militar o ideológico (OTAN, UE, ALBA).
• A ello se suma el peso que sobre la soberanía estatal ejercen las redes
globales de comunicación, las empresas transnacionales, o anónimos
especuladores financieros capaces de hundir economías estatales.
La legitimidad.
• El estado además ve erosionada su legitimidad, por el
desmantelamiento del estado de bienestar, la privatización de las
estructuras productivas, la inestabilidad laboral, la extrema
desigualdad y la vinculación de segmentos valiosos de la economía y
la sociedad en redes globales.
• Todos estos procesos restan la legitimidad del estado.
• Antes el Estado obtenía legitimidad en la medida garantizaba la
educación, la salud.
• Ahora, este déficit de legitimidad se resuelve gracias al uso del miedo.
• Su legitimidad se encuentra en su capacidad para erigirse en
protector ante los miles de miedos que de este mundo globalizado
afloren.
• El estado, además está perdiendo el monopolio de la violencia, frente
a empresas privadas (en Irak), frente a contra estados (en Líbano,
Hezbolla), frente a redes transnacionales de terrorismo (Al-queda).
• Esta debilidad estatal se ahonda, con la impotencia del poder político,
para hacer frente a las catástrofes naturales, ecológica, los
movimientos migratorios, que muestran los límites de la acción
política estatal, frente a los retos globales.
¿HACIA UN GOBIERNO GLOBAL?
• En este contexto, se apuesta sobre la necesidad de un gobierno
global, que ajusten la realidad globalizada a un nuevo marco político y
de poder.
• Norberto Bobbio, propone la institucionalización de un super estado
mundial, único y universal.
• David Held habla de la profundización de las funciones de las
Naciones Unidas.
• Habermas, propone un estado de derecho global, sostenido en unas
Naciones Unidas, dotadas de poder ejecutivo, y con capacidad de
intervención.
• Sin embargo, a corto plazo, no parece que ninguna de estas
propuestas sea materializable.
• Una salida es repensar, una obsoleta teoría del estado nación, que ya
no se ajusta a la realidad, es imprescindible ajustar los parámetros de
comprensión del poder en tiempos de la globalización.
• El punto de partida es asumir que, en la globalización, el sistema de
poder se caracteriza por la pluralidad de fuentes de autoridad y de
poder, siendo el estado nación sólo una de ellas; de tal forma que,
aunque sigan existiendo, serán sólo uno de los nodos de poder, una
red de más amplia.
• Debemos comprender las relaciones de poder, sin la intersección
entre la nación y el estado, esto es, separando la identidad de la
administración.
• Las nuevas relaciones de poder, deben comprenderse como la
capacidad de controlar redes instrumentales globales, en virtud de
identidades especificas o, desde la perspectiva de las redes globales,
de someter toda identidad en el cumplimiento de las metas
instrumentales transnacionales.
¿UNA CULTURA GLOBAL ES POSIBLE?
• En este contexto, cualquier acercamiento estructural debe abordar los
cambios en las estructuras culturales.
• La revolución en las técnicas de información, es el eje comprensivo de
una nueva sociedad articulada en red.
• Una interconexión planetaria de ideas, de perspectivas, de visiones
transforma los marcos de vertebración cultural.
• Así, se presupone que la globalización sienta las bases para un diálogo
intercultural, que bien podría posibilitar el surgimiento de una cultura
global, que establezca una relación dialéctica entre lo local y lo global,
de tal suerte que la propia globalización sirve de base para el
resurgimiento, por abajo, de culturas locales que acaban afectando a
las culturas dominantes.
• Lo que se ha comenzado a definir como “cultura global” es una
acumulación incoherente, exenta de memoria histórica, de anclajes
afectivos y locales, en definitiva, un producto artificial incoherente.
• Debido a que con el advenimiento de la globalización, se incrementa
la tendencia al desarraigo como consecuencia de las emigraciones
masivas, que disuelven contextos sociales, identidades y culturas
originarias.
• Se genera, en consecuencia, una desculturización, una
desterritorialización y un desarraigo planetario que acaba
presentando al mundo como un planeta de náufragos en el que, a los
primeros, segundos y terceros mundos, se añaden Cuartos Mundos
de masas excluidas.

También podría gustarte