0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
8 vistas4 páginas
La circulación enterohepática es esencial para la digestión de lípidos. Los ácidos biliares se sintetizan en el hígado a partir del colesterol, se secretan en la bilis y se almacenan en la vesícula biliar. Cuando la comida llega al duodeno, la colecistocinina induce la liberación de los ácidos biliares de la vesícula biliar al duodeno para ayudar en la digestión, y la mayoría se absorben en el íleon y regresan al hígado para continuar circulando.
La circulación enterohepática es esencial para la digestión de lípidos. Los ácidos biliares se sintetizan en el hígado a partir del colesterol, se secretan en la bilis y se almacenan en la vesícula biliar. Cuando la comida llega al duodeno, la colecistocinina induce la liberación de los ácidos biliares de la vesícula biliar al duodeno para ayudar en la digestión, y la mayoría se absorben en el íleon y regresan al hígado para continuar circulando.
La circulación enterohepática es esencial para la digestión de lípidos. Los ácidos biliares se sintetizan en el hígado a partir del colesterol, se secretan en la bilis y se almacenan en la vesícula biliar. Cuando la comida llega al duodeno, la colecistocinina induce la liberación de los ácidos biliares de la vesícula biliar al duodeno para ayudar en la digestión, y la mayoría se absorben en el íleon y regresan al hígado para continuar circulando.
Secreción continua por los hepatocitos. Concentrada y rica en ácidos biliares y colesterol. Conductos biliares: Secreción de agua y bicarbonato desde las células epiteliales, determinando una bilis más diluída. Almacenamiento y concentración en vesícula biliar. Excreción al duodeno durante la digestión mediante contracción vesicular por acción de la colecistoquinina, cuya secreción es estimulada por la presencia de grasas en el duodeno Circulación enterohepática de los ácidos biliares Se sintetizan a partir del catabolismo del colesterol en el hígado. CIRCULACION ENTEROHEPATICA
Se sintetizan a partir del catabolismo del colesterol en el hígado.
Se secretan en la bilis y se almacenan en la vesícula biliar entre las comidas y por la noche. La presencia de alimento en el duodeno induce la liberación de colecistocinina, que es un potente estimulante de la contracción vesicular, lo que hace que los ácidos biliares entren en el duodeno. Se absorben en mayor medida por un proceso de transporte dependiente de sodio (Na) localizado sólo en el íleon. Una cantidad relativamente pequeña de ácidos biliares (alrededor de 500 mg) no se absorbe en un periodo de 24 h y se pierde en las heces. Las pérdidas fecales de ácidos biliares se compensan con la síntesis. Por tanto, la cantidad total de ácidos biliares presente en el organismo en cualquier momento es casi de 4 g y circula dos veces durante cada comida o de seis a ocho veces en un periodo de 24 h.