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ELIZABETH HOLMES

&
THERANOS
¿QUIÉN ES
ELIZABETH
HOLMES?
A finales de 2003, Elizabeth Holmes, una estudiante del segundo año de
la Universidad de Stanford, de 19 años de edad, pensó en iniciar una compañía.
Había pasado todo el verano trabajando en los laboratorios del Genome Institute de
Singapur y, durante la estadía allí, inventó un parche portable que, además de
administrar un fármaco contra el virus de SARS, medía variables en la sangre del
paciente para ver si las terapias estaban teniendo el efecto deseado y así ajustar la dosis
en tanto fuera conveniente. Esto le dio la idea revolucionaria de crear un dispositivo
más avanzado que midiese los valores de la sangre en tiempo real.

Al regresar a Estados Unidos, Holmes patentó su invención, comenzó su empresa y, un


semestre más tarde, se retiró completamente de los estudios para dedicarse por
completo a ella. Le puso el nombre de “Theranos”, una mezcla entre las palabas
“Therapy” y “diagnosis”. A partir de 2010, esta empresa saltó a la palestra pública
como un ejemplo de gran emprendimiento. De hecho, los inversionistas y los medios
exaltaron a Elizabeth Holmes dándole un título muy ostentoso: “La nueva Steve
Job”.
¿QUÉ ES O
ERA
THERANOS?
La empresa, que para agosto de 2018 estuvo operativa, ejecutó lo que se
conoce como un “Laboratorio de alta complejidad” que se basa en un
sistema llamado “Edison”.

Las pruebas se podían realizar con sólo unas pocas gotas de sangre que
caben en un “nanotainer” (pequeño contenedor) de veinticinco a
cincuenta microlitros, y se supone que eran ideales para pacientes
hospitalizados, víctimas de cáncer, ancianos, niños, obesos,
hemofílicos, personas que debían someterse a un régimen de control
sanguíneo constante o simplemente para cualquiera con cierta aversión
a las extracciones de sangre o a las agujas.

Los resultados también se supone que eran muy rápidos, casi al instante.


Pero quizás lo más importante de todo era el costo: mucho menor, casi el
50% menos del precio que costaría una prueba de laboratorio
normal y corriente.
LA CAÍDA DE
THERANOS
Las críticas hacia esta compañía comenzaron a suscitar del secretismo que
mantenían sus ejecutivos en paralelo a su auge, pues
se suponía que Theranos estaba usando una “tecnología avanzada” en
pruebas que pueden ser de vida o muerte sin antes someterlas a
discusiones científicas en las revistas de divulgación.

Durante muchos años, Elizabeth Holmes se negó a explicar cómo


funcionaban y no permitía que fueran fotografiados como “medida de
protección de sus secretos comerciales”.

Un punto de inflexión en toda esta fantasía biotecnológica llegó en octubre


de 2015, cuando el periodista de investigación John Carreyrou, del Wall
Street Journal, se hizo eco de todas las críticas que la comunidad científica
lanzaba contra Theranos y publicó un artículo que destruyó la credibilidad de
la compañía, pues contenía pruebas fehacientes de que la empresa estaba
ofreciendo una cartera de test médicos que no le habían sido aprobados por la
FDA (Food and Drug Administration).
RAZONES
ETICAS Y
MORALES

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