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Los electrodos más comunes son los de acero inoxidable, hierro fundido, acero al carbono y
aleaciones especiales. Cada uno tiene propiedades únicas y es ideal para diferentes aplicaciones.
Además, los electrodos se dividen en electrodos con revestimiento básico, ácido y rutílico, cada uno
diseñado para adaptarse a las necesidades específicas de la soldadura.
El amperaje adecuado es esencial para unir metales de manera eficaz. Un amperaje bajo resultará
en una soldadura deficiente, mientras que un amperaje alto puede causar daños al metal. La
elección del amperaje debe basarse en el grosor del material a soldar y el diámetro del electrodo.
Generalmente, se recomienda comenzar con un amperaje bajo y ajustarlo gradualmente según las
necesidades.
Las técnicas de soldadura también son cruciales para obtener uniones de calidad. Esto incluye la
velocidad de avance, el ángulo del electrodo y la técnica de oscilación. Una técnica adecuada
garantiza una fusión adecuada del material y la formación de un cordón de soldadura uniforme.