Integrantes: Otero Borrero, Alejandro Fidel. Catedrática: Lic. Aura Mercedes Celi de Sal y Rosas. Destacamos 5 grandes acontecimientos:
1º. La creación del hombre por Dios. Primer fundamento de
la DSI. “Y creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó...” (Gn 1,27). 2º. El pecado original. “¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol que te prohibí comer?” (Gn 3, 9-13). Sentido social de primera magnitud en cuanto que es la fuente de todos los pecados y males posteriores de los hombres y explica, por tanto, las divisiones, las luchas, las injusticias sociales, la imperfección de la misma sociedad. 3º. La liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto es, en su sentido directo e inmediato, una liberación política, económica y social, ejemplo de lo que Dios quiere en este mundo, de los hombres que sufren opresión política, marginación social o explotación económica. “Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, he escuchado el clamor y conozco su sufrimiento. He bajado para liberarlos...” (Ex 3,7- 8). 4º. La Ley de Dios constituye el fundamento inconmovible de la convivencia entre los hombres de todos los tiempos y lugares. “Fue Moisés y les expuso todas las palabras que Yavé le había mandado. . . Todo el pueblo respondió: haremos todo cuanto ha dicho Yavé” (Ex 19,7-8).
5º. La actuación de los profetas en defensa de la justicia.
“Al anunciar y preparar esta nueva era, los profetas denuncian con vigor las injusticias contra los pobres, se hacen portavoces de Dios a favor de ellos. Yavé es el recurso supremo de los pequeños y de los oprimidos y el Mesías tendrá la misión de defenderlos” (LC 46).
ETAPAS: Las etapas efectivas que se pueden distinguir en el desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia desde la Sagrada Escritura hasta el momento presente, son: La Patrística. Se realiza la interpretación del contenido social de la revelación acomodándose a las circunstancias de su tiempo. La escolástica. Destruida la civilización romana por la invasión de los bárbaros, se reúnen las ideas sociales de la Sagrada Escritura y de los Santos Padres y se intenta una formulación sistemática de las mismas dentro de la Teología Moral y del Derecho natural. Actual de la DSI, es la constitución de la DSI como enseñanza independiente formalmente de la restante doctrina de la iglesia. Distinguimos tres periodos. A ellos son a los que nos vamos a referirnos especialmente. 1º. Periodo pre-conciliar. Desde León XIII a Pío XII. 2º. Periodo conciliar. Pontificados de Juan XXIII y Pablo VI. 3º. Periodo pos-conciliar. Pontificado de Juan Pablo II. EVOLUCIÓN: PRINCIPIOS DE LA DSI. La doctrina social de la Iglesia católica (no plenamente idéntica a la doctrina social cristiana, que tiene un sentido más amplio, pues ésta incluiría documentos no magisteriales pero siempre de inspiración cristiana) es un conjunto de normas y principios referentes a la realidad social, política y económica de la humanidad basado en el Evangelio y en el Magisterio de la Iglesia católica. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia y el Catecismo católico la definen como un cuerpo doctrinal renovado, que se va articulando a medida que la Iglesia en la plenitud de la Palabra revelada por Jesucristo y mediante la asistencia del Espíritu Santo, lee los hechos según se desenvuelven en el curso de la historia. PRINCIPIOS: LA PRIMACÍA DEL BIEN COMÚN DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES,SOLIDARIDAD Y RESPETO PARTICIPACIÓN SOCIAL SUBSIDIARIDAD
ORIGEN: la sagrada escritura del evangelio.
La diversidad de expresiones: doctrina social de la
Iglesia, magisterio social de la Iglesia, enseñanza social de la Iglesia, pensamiento social de la Iglesia, doctrina social católica, teología social, moral social, filosofía social, catolicismo social, pensamiento social católico, hace necesario precisar los términos. “Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia” (Juan Pablo II, carta encíclica “Centesimus Annus”, n. 46).