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El capital en el Siglo XXI (Thomas Piketty)

Curso: Sociedad y Economía


Docente: Andrés Perez Perez
Ciclo: III Grupo: OA-89/90
Turno: Mañana
Introducción:
Piketty llega a la conclusión de que la distribución de las rentas y la desigualdad debe volver al centro del debate
económico, no tanto como el crecimiento.

Piketty hace un repaso histórico por los teóricos catastrofistas como Malthus (preocupado por la superpoblación),
David Ricardo /(que estudió los problemas de la escasez en el cultivo de las tierras), Marx (sobre el principio de
acumulación infinita y perpetua divergencia, la concentración de capital y su uso intensivo por parte de los patronos de
la industria) en el comienzo de la Revolución Industrial. Su conclusión es que a medida que avanzó el siglo XIX y
principios del XX el capitalismo generó una mayor desigualdad económica.

La situación cambió cuando Kuznets, en 1953, dio a conocer su famosa curva, un "cuento de hadas" que revela que
entre 1913 y 1948 en Estados Unidos, hubo un mayor reparto de la riqueza, pues los más ricos pasaron de concentrar
el 50% de las rentas a menos del 35%, situación que se prolongó hasta 1970 e incluso 1980. Piketty no tiene nada
que objetar pues quedó demostrado por otros autores que era cierto (hasta 1953). Pero en lo que no está de acuerdo
es en la interpretación de dicho fenómeno pues cree que el periodo es anómalo porque los más ricos se vieron
perjudicados por las dos guerras mundiales y la Gran Depresión de 1929.
Para Kuznets y otros, la reducción de distancia entre ricos y pobres fue considerada como la prueba de que el
capitalismo, en una fase inicial de concentración dejaba la riqueza a quienes entendían mejor el negocio pero a
largo plazo se volvía más distributivo y equitativo, lo que generó la frase: "A largo plazo, la marea sube todos los
barcos". Esta frase aún la usan hoy algunos economistas neoliberales para intentar convencer a los contribuyentes
de que rebajar los impuestos a los ricos beneficiará a todos y de que, aunque algunos se enriquezcan muy rápido,
tarde o temprano las migajas llegarán al resto.

La intención de Piketty en el libro es ampliar las series de Kuznets para comprobar si realmente continúa esa
redistribución porque sospecha que no. Su estudio viene a revelar que, si bien, tras la Guerra Fría, hubo una mayor
redistribución de las rentas entre las clases la situación se ha invertido a partir de 1970 hasta la actualidad, donde la
desigualdad es un hecho pues a partir de 1980 se ha disparado al 50%, aunque bajó al 44% en el 2001 y al 47 %
en el 2010. La tendencia es similar en varios países occidentales. Cree que si hacemos una prospección al futuro,
por ejemplo nos imaginamos estar en el año 2050, no sería difícil suponer que los dueños del petróleo serían aún
más multimillonarios que ahora.
Si se observan las gráficas, se verá que la desigualdad describe una curva en forma de W. Hay un pico muy alto
en 1910,(el 50 % de la renta va a parar a las clases altas), una caída durante la Primera Guerra Mundial hasta el
35 %, una subida hasta 1929 y una caída hasta 1948, que llega al fondo del 35%. En las dos décadas siguientes,
se mantiene entorno al 40 % pero a partir de los años 80, 90 y 2000, la desigualdad se vuelve a disparar.

Piketty relaciona la evolución de la desigualdad de ingresos con la evolución del crecimiento económico. En sus
gráficas, observa que la primera globalización, de 1870 a 1914, fue una época de gran desigualdad pero también
de gran crecimiento económico, en el que el mundo se globalizó [nota del lector: Ver el libro "Capitalismo global"]y
se produjo la segunda revolución industrial con los inventos asociados a la electricidad (bombilla, motores,
telégrafo) o el automóvil. Sin embargo, en el siglo XX, las tasas de crecimiento económico cayeron, lo mismo que
la desigualdad hasta 1970, fecha en que se volvió a disparar la disparidad de salarios hasta el 50 %, un hecho que
califica de "preocupante".

Sobre los salarios de los altos ejecutivos, Piketty cree que la explicación más pausible es que ellos mismos se
aprueban sus propios sueldos y cree que influye menos el hecho de tener más habilidades técnicas que el resto de
los trabajadores.

También explica varias ecuaciones en las que relaciona los ahorros, el crecimiento económico o el reparto de
capital y salarios, a partir del cual se pueden inferir la evolución de la curva.
Dice que una de las fuerzas fundamentales para la divergencia es r > g,
Primero analiza la relación entre capital y rentas desde 1870 al 2010 en tres países: Alemania, Francia y Gran
Bretaña. En la gráfica se observa cómo el valor de la riqueza privada (en viviendas, finanzas, capital profesional, neto
de la deuda) respecto a la riqueza nacional de cada año llegó a su máximo, 700%, en 1910, se desploma al 200-400
% en la Primera Guerra Mundial, se vuelve a hundir en 1930 desde el 500% y toca fondo en el 300-100 % en 1950. A
partir de entonces, experimenta un lento crecimiento y en el 2010 en un porcentaje de 500% - 400 % ya está
equiparado a 1930. Esta curva en forma de "u" refleja, según Piketty, "una crucial transformación" porque muestra que
estamos volviendo a las altas ratios "capital/rentas" de décadas pasadas "porque hemos vuelto a un régimen de
relativo bajo crecimiento", en el que la riqueza antigua coge una desproporcionada importancia porque hacen falta
unos pocos ahorros para aumentar la riqueza substancialmente. Y advierte que "el riesgo de divergencia en la
distribución de riqueza es muy alto".

Dicha desigualdad fundamental la describe con la fórmula r > g (r= media anual de la tasa de retorno del capital,
incluidos beneficios, dividendos, intereses, rentas y otros rendimientos de capital) y (g= la tasa de crecimiento de la
economía, el crecimiento anual de rentas o producción).

Piketty dice que la clave del libro está en esa fórmula, que evidencia que la persona que hereda riqueza la acumula
más rápido a medida que pasan los años que lo que crece la economía real. Piketty pone en duda que este sistema
sea compatible con los valores de meritocracia y justicia social de las democracias. Sostiene que el alto precio del
petróleo contribuye a esta divergencia. Añade que la disminución de la población y de la economía en las próximas
décadas hará esta tendencia divergente mucho más preocupante. Dice que una solución pasa por que los Gobiernos
apliquen un impuesto progresivo y global al capital, lo que requeriría una coordinación internacional.
Segunda Parte: LA DINÁMICA DE LA RELACIÓN CAPITAL/INGRESO

 En la segunda parte, Piketty muestra los datos más importantes del libro: la evolución de la cantidad de “capital” de
una economía en relación al PIB. Muestra los datos para el Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos y
Canadá.
 Antes de empezar, hay que explicar que, para Piketty, capital y riqueza son equivalentes ya que no distingue
entre riqueza que sirve para producir (capital) o riqueza que sirve para habitar (casa). Para Piketty, el capital
(y la riqueza) de un país, incluye el capital productivo extranjero, el capital productivo doméstico, las tierras
agrícolas y las viviendas. Curiosamente, no incluye bienes durables (coches, ordenadores, muebles, neveras,
Ipads, equipos de música). Este será un factor importante más tarde, cuando se afirma que el 50% de la población
del país no tiene ningún tipo de riqueza. En realidad, para el 50% de la población, los bienes durables tienen un
valor aproximado de entre 20.000 y 30.000 euros. Pero Piketty no los incluye en su estimación de la riqueza aunque
para un gran número de ciudadanos pobres toda su riqueza está invertida en bienes duraderos.
 En este capítulo, Piketty estudia la evolución de la composición del capital que proviene de las rentas de la tierra, los
bonos del Estado, finanzas o las inversiones en el extranjero. La estructura ha cambiado en los últimos tres siglos
porque en el siglo XVIII y prácticamente el XIX la mayor parte de la riqueza provenía de las rentas de la tierra o bien
de los bonos del Tesoro y deuda pública. Actualmente, la agricultura solo genera un pequeño porcentaje de las
rentas aunque Piketty cree que deberíamos incluir ahí los bienes inmuebles (alquiler de viviendas,etc).

Respecto al capital extranjero, su gran auge surgió en el siglo XIX, cuando los inversores de Francia e Inglaterra
invirtieron gran cantidad de dinero en las colonias. Sin embargo, en el siglo XX, los retornos fueron menores.
En el Gráfico 3.2 se muestra la evolución del VALOR del capital en Francia. El valor capital en el siglo XVIII era unas 7
(o 700%) veces el valor de todo un año de PIB en Francia. Es decir, si en aquella época se ahorrara todo lo que se
produce en Francia durante un año, se tardarían 7 años en acumular la riqueza que había en el país. Ese número
cayó en picado durante la gran depresión hasta el 300%. Se mantuvo a ese nivel hasta los años 50 y ha partir de ahí,
volvió a subir hasta superar de nuevo el 600% en 2010. No mostraré los gráficos para Reino Unido o Alemania porque
son esencialmente idénticos.
El capital en los países europeos, pues, forma una especie de “U”: es alta durante los siglos XVIII y XIX, cae a
principios del siglo XX y se recupera hasta alcanzar los niveles del siglo XIX a principios del siglo XXI. Piketty
considera que esa evolución no corresponde a una transformación estructural del capitalismo. La caída del capital a lo
largo del siglo XX es solo el resultado de ninguna transformación sino que es debido a la gran depresión y a las
guerras mundiales. Piketty le da mucha importancia al incremento del capital a partir de los años 50 y, sobre todo, de
los años 70. En el gráfico 5.3 nos muestra la evolución de la relación entre el capital y el PIB desde 1970 hasta 2010
para 8 países ricos. Vemos que todos muestran una tendencia a aumentar.
 De alguna manera, ese aumento viene a confirmar la
teoría fundamental de Piketty y le permite formular el
siguiente relato: los capitalistas obtienen un retorno, r, que
es superior a la tasa de crecimiento de la economía. Eso
hace que su riqueza sea cada vez mayor y que la pasen
en herencia a sus hijos. Éstos, al nacer ricos, pueden vivir
de las rentas del capital sin necesidad de trabajar. Y poco
a poco, el capital va creciendo en relación al resto de la
economía. La tendencia natural, pues, es que la relación
entre el capital y el PIB vaya aumentando. La única razón
por la que no aumentó durante el siglo XX es que la
primera mitad de ese siglo fue una “excepción” ya que los
grandes shocks de la gran depresión y las guerras
mundiales fueron especialmente destructivas para los
ricos. Una vez acabadas las guerras, sin embargo, la
tendencia de la relación entre el capital y el PIB a
aumentar, ha vuelto a aparecer.
las viviendas suban de precio no quiere necesariamente decir que las rentas que obtienen sus propietarios, es decir,
los alquileres, también lo hagan. De hecho, seguramente es cierto que los ricos del siglo XVIII obtenían una gran parte
de sus ingresos a partir del rendimiento de sus tierras. Pero no es cierto que los ricos de hoy obtengan una gran parte
de sus ingresos a partir de los alquileres de sus mansiones!!! Algunas teorías económicas dicen que el valor de una
vivienda debería ser equivalente al valor presente de todos los alquileres futuros. Pero, ¿qué pasaría si eso no fuera
verdad? ¿Qué pasaría si a veces el valor de las viviendas subiera sin que eso se viera reflejado en los alquileres
como pasa, por ejemplo, cuando hay burbujas inmobiliarias? ¿Cuál sería el valor de las propiedades inmobiliarias en
ese caso? Un grupo de investigadores Franceses (Bonet, Bono, Chapelle y Wasmer), recalculan la relación entre el
capital total y el PIB para el Reino Unido, Francia, Canadá, los Estados Unidos y Alemania, corrigiendo el valor del
capital inmobiliario por el valor de los alquileres y no el valor de mercado. Los resultados que obtienen son muy
distintos a los de Piketty: en el caso de Francia, el capital total no aumenta a partir de 1950 sino que se mantiene
constante entre 1950 y 2010: baja un poco entre 1950 y 1970, se queda constante entre 1970 y 2000, y aumenta
entre 2000 y 2010.
El Gráfico 4.6 muestra la evolución del capital en los Estados Unidos. De entrada, el capital en América es muy
inferior al de Francia (y Europa): un 300% del PIB (comparado con el 700% en Europa). La explicación es que la tierra
en los Estados Unidos en 1770 era mucho más barata que en Europa. A partir de 1810 y hasta 1930, el capital
productivo doméstico aumenta con la gran industrialización de América y llega al máximo en 1910. Cae durante la
primera guerra mundial, se recupera hasta alcanzar el máximo absoluto en 1930. La gran depresión hace caer el
capital hasta el mínimo de 1950 y, a partir de ahí vuelve a aumentar: entre 1950 y 2010, el capital en Estados Unidos
vuelve a su tendencia positiva de largo plazo.

Como pasaba en Francia, el gran aumento del capital


desde 1950 se debe casi exclusivamente al aumento del
valor de las viviendas. Bonet y coautores también
corrigen los datos americanos (gráfico que está aquí
debajo) y valoran las viviendas no a precio de mercado
sino como el valor que generan los alquileres, vemos
que, de nuevo, la relación entre el capital total y el
PIB en Estados Unidos se ha mantenido constante
alrededor de 400%, incluso ha bajado entre 200 y
2010. La conclusión a la que llega Piketty de que el
valor del capital ha aumentado a partir de 1970 se
debe única y exclusivamente a cómo valora los
alquileres de las viviendas.
en el apartado de la deuda pública, el autor muestra la evolución de la deuda pública en Inglaterra y Francia desde
1700. Observa que los periodos de mayor endeudamiento estatal fueron 1789-1815 (la Revolución Francesa y las
Guerras Napoleónicas) y 1913-1950 (las dos guerras mundiales), llegando a superar el doble del producto nacional.
En el caso de Inglaterra, pagaba puntualmente el 5 % de interés durante el siglo XIX hasta 1913 sin apenas inflación,
por lo que comprar deuda pública inglesa supuso una cuantiosa renta que permitía vivir bien  y sin sobresaltos a los
inversores. En el caso de Francia, hubo sobresaltos como la guerra franco-prusiana (1870), que obligó a Francia a
indemnizar a Alemania con un tercio de su producto interior bruto. Este sistema de pagos puntuales, que reflejan en
sus novelas Jane Austen y Balzac, se hunde a partir de 1913 porque la inflación se dispara un 4% anual en Inglaterra
y un 15-50 % en Francia hasta 1950. De esta forma, en 1950, los rentistas de deuda pública estaban arruinados en
Francia y en Inglaterra la inflación se había comido sus ganancias.

 Se mida como se mida el valor de las propiedades


inmobiliarias, lo que queda claro es que la conclusión
fundamental de Piketty que consiste en decir que la
relación entre Capital y PIB tiene una tendencia natural a
crecer en una economía capitalista no se ve confirmada
en los datos una vez se comprueba que todo el aumento
del valor capital se explica por el aumento de los precios
inmobiliarios.
Piketty analiza la fracción de todo el PIB que se quedan los trabajadores y la fracción que se quedan los no trabajadores
(capitalistas, rentistas, prestamistas, etc). La gráfica clave es la 6.1, donde se ven los datos para el Reino Unido, entre 1770
y 2010 (solo pongo el análisis del Reino Unido aunque el de los demás países es muy parecido). En rombo negro aparece la
fracción de la renta total que se quedan los trabajadores y en cuadro blanco la que se quedan “el capital”. Un análisis
desapasionado de esta gráfica demuestra que la fracción que se quedaban los trabajadores en 1770 ha tenido una
tendencia AL ALZA: era del 65%, ese número bajó hasta 57% en 1850, que subió hasta el 80% en 1920, que era del mismo
80% en 1970 y que desde entonces, ha bajado hasta el 73%. Como la fracción que se quedan los trabajadores y la que se
quedan los empresarios debe sumar el 100%, lógicamente, la evolución para los capitalistas es exactamente la contraria que
he descrito para los trabajadores. Claramente, la tendencia a lo largo de los siglo es clara: los trabajadores aumentan y los
capitalistas bajan. ¿No? ¡Pues no! ¡Aquí Piketty vuelve a decir que lo importante es lo que pasa a partir de 1970! Lo que
pasa antes de 1970 es una curiosidad que no importa. Lo importante es que la fracción de la renta total que se quedan los
trabajadores va a la baja y la que se quedan los capitalistas al alza… a partir de 1970. No hace falta decir que esa afirmación
es bastante curiosa y sesgada.
. Conclusiones:
. “La conclusión global de el presente estudio es que una economía de mercado basada en la propiedad privada, sin
impedimentos. conlleva poderosas fuerzas disgregadoras, que son potencialmente amenazantes para las sociedades”.

. Llega a la conclusión de que se ha producido un enorme incremento en la desigualdad en los sistemas capitalistas
desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y que es probable que se ahonde en el mismo en el futuro. Esa
desigualdad tiene un carácter fundamentalmente patrimonial (o lo que es lo mismo ).

. Piketty traza una curva en forma de U en la que se aprecia la desigualdad en lo que atañe a la titularidad de la riqueza
cayó dramáticamente de 1914 a 1945. Dos Guerras Mundiales y la Gran Depresión destruyeron enormes cantidades de
riqueza.

. En concreto observa que la desigualdad parecería estar ascendiendo al nivel observado en las novelas de Balzac y
Austen. Se pregunta (en la página 375) si el siglo XXI será todavía más desigual que el siglo XIX.

. Piketty expone a grandes rasgos lo que denomina “la contradicción central del capitalismo”.

. Sus hallazgos no han sido muy bien recibidos por los economistas y otros sicofantes del capitalismo. El libro de Piketty
ha sido extremadamente polémico y controvertido, pero la mayoría de sus críticos, ciertamente, son, por citar a Marx, los
“mercenarios bien pagados” del capital.
. Recomendaciones:
. Los lectores receptivos si serán muy incapaces de ignorar las evidencias y argumentos que se vuelcan en él”. Y así una
larga lista de opiniones autorizadas, empleando criterios distintos.

. Piketty se ha encaramado con un salto de gigante a la cima del colectivo de expertos sobre el tema que posiblemente
está llenado más páginas en los medios de comunicación especializados y que se erige en un protagonista indiscutible en
la estela de la gran crisis global.

. la creciente concentración de la renta y de la riqueza en las manos de una elite minoritaria y agregadamente demostrar el
retorno a un ‘capitalismo patrimonial’ en el que los estratos económicos sean más favorecidos.

. Como señala Piketty “el riesgo de una deriva hacia la oligarquía es real y concede poca razón al optimismo”, no al
conformismo ni a la corrupción muy relevante en toda sociedad del estado.

. Seguir su alegato de Piketty concurre en un momento crítico en la evaluación del tema de la desigualdad. Dos elementos
parecían estar fuertemente consensuados y no sujetos a discusión.

. Si se debate al margen de los argumentos habituales que subrayan el liderazgo potencial de los más afortunados, su
mayor capacidad para atraer y multiplicar riqueza, o su mayor propensión al consumo, la desigualdad contrae la renta
global y se considera en su consecuencia, ineficiente.
. Repercute en la sociedad peruana:

Piketty sí tendrá relevancia para Perú porque nos muestra los efectos de un capitalismo donde el mercado es el
árbitro y regulador único de la economía y, aunque no lo resalta, con la capacidad para someter la vida social, política,
cultural de un país. En Estados Unidos, el libre mercado marcha inexorable en un campo punteado por brechas
enormes que separan a los ricos de los demás, en el que ya queda muy poco que no tenga precio y en donde las
normas colectivas y legales cada vez ceden más paso a esa codicia que corroe el tejido social. Pues bien, la
emulación de este esquema, la reproducción de este tipo de capitalismo en un país como Perú que nació como
producto de la violencia excluyente y que todavía no está socialmente vertebrado, significa apostar por la barbarie.
Abra los ojos, ya está entre nosotros, hecha realidad por mineros ilegales que deforestan parques naturales, por la
violencia homicida en las calles, por empresarios de la educación que se hacen millonarios sin importarles la calidad
del servicio que ofrecen, por autoridades regionales que recurren a la amenaza para silenciar a opositores y a la
compra de jueces y periodistas para encubrir fechorías.
. Países donde se desarrolla la teoría de Thomas Piketty:
A partir de un análisis exhaustivo de los registros de impuestos de varios países a lo largo de
décadas e incluso siglos en Francia hay documentos disponibles desde la revolución, en
Estados Unidos desde 1913, cuando se implementó por primera vez un impuesto sobre la
renta, Piketty llega a una tesis central que puede traducirse en una fórmula sencilla: r es
mayor a g. r es la tasa de rendimiento del capital o riqueza4 y g es la tasa de crecimiento
económico. Es decir que, a lo largo del tiempo, la renta que se obtiene a partir del capital
fábricas, negocios, propiedades que rinden en promedio un 5% anual tenderá a ser mayor a la
que se obtiene a través del trabajo. Esto, invariablemente, llevará a una desigualdad cada vez
mayor entre ricos y pobres.

En África y China. En el primero se ve un crecimiento similar al europeo a finales del siglo


XIX, y en China el relajamiento de la política de un hijo por familia también ha influido para
aumentar la población. Pero, a la larga, dice Piketty, China, África y Latinoamérica —cuyos
niveles demográficos también irían camino a la estabilidad— terminarán por comportarse
como Europa.

Por lo tanto, nos encontramos en una época de un relativo estancamiento global. Países
como Perú, que crecen a tasas cercanas a 7% o China, que llegó a crecer casi a dos dígitos
por año, terminarán por doblarse ante la frontera y se subsumirían al patrón.
. Organizador visual:
. Bibliografías:
Piketty, un economista francés, se ha hecho famoso por su obra “Capital en el siglo XXI” publicada hará alrededor de un año y medio. Su
obra, ha generado un acalorado debate, por lo que he decidido hacer un poco de bibliografía de los textos y artículos que me han parecido
más relevantes, ni mucho menos esto es una bibliografía completa del tema ni pretende llegar a conclusiones definitivas ya que la certeza
de la tesis de Piketty aún es un tema abierto, aunque casi toda la literatura sea muy critica con esta. En mi opinión, algunas de las críticas
han abierto múltiples agujeros por debajo de la línea de flotación muy difíciles de reparar, en la tesis que Piketty presenta, desde
presentaciones torticeras de datos hasta una posible manipulación de estos, pasando a exponer premisas absurdas y contradicciones de
su modelo teórico.

Algunas exposiciones divulgativas de la obra:


•Des del blog Nada es Gratis (altamente recomendable, no solo esta exposición, sino el blog en general): http://nadaesgratis.es/?p=36831
•Del The Economist: http://www.economist.com/blogs/economist-explains/2014/05/economist-explains
•El Capital del siglo XXI – Vicente Otún http://www.aes.es/boletines/news.php?idB=20&idN=1287
(lectura obligada, como comenta el autor, la reseña de Milanovic)

Un debate donde Piketty expone su tesis (seguramente la mejor forma de entender la tesis sin leerse el libro entero, casi 700 páginas!) y
debate con Dean Baker y Kevin Hasset, en mi opinión, un excelente debate. http://www.taxpolicycenter.org/events/piketty-capital-book-
release.cfm

Reseñas que me han parecido importantes o especialmente críticas, ni mucho menos todas las que se han hecho:
•Lawrence Summers – The Inequality Puzzle: Piketty Book Review
•Xavier Sala-i-Martín – Piketty y “Capital en el Siglo XXI”
•Solow – Thomas Piketty Is Right: Everything you need to know about ‘Capital in the Twenty-First Century.

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