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LOGRAR LO
IMPENSABLE
¿Una persona inocente que deja que le abofeteen y
escupan sin quejarse ni defenderse?
¿Y qué hacer cuando te das cuenta de que la culpa de lo
que le está ocurriendo a él la tienes tú?
Jesús sufrió y murió para que nosotros tengamos vida. El
Justo se entregó por los pecadores. Todo esto fue predicho
con increíble exactitud por Isaías, el profeta evangélico.
El siervo sufriente:
El sufrimiento del inocente. Isaías 52:13-53:2.
Sufrió por mí. Isaías 53:3-9.
Pecado, muerte y resurrección. Isaías 53:10-12.
TRATO DENIGRANTE
“Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que
me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias
y de esputos” (Isaías 50:6)
La injuria, los insultos o las burlas inferidas hacia una persona, hacen
que ésta se sienta humillada, y se llene de ira contra los que
injustamente le ofenden.
Por ejemplo, el trato degradante sufrido por los embajadores de
David desencadenó una guerra entre Israel y Amón (2ª de Samuel 10).
Sin embargo, la persona más poderosa
que ha existido sobre esta tierra soportó
las burlas y el desprecio sin defenderse ni
airarse (Mateo 26:67-68).
Colgado en una cruz, Jesús no quiso
descender de ella para acallar las burlas y
los insultos (Mateo 27:38-44). ¿Por qué?
DE LA EXALTACIÓN A LA CRUZ Y DE LA
CRUZ A LA EXALTACIÓN
Isaías 52:13 Isaías 53:10-12
El siervo es exaltado El siervo es exaltado
Isaías 53:2-3
Es despreciado Filipenses 2:5-11
EL SUFRIMIENTO DEL INOCENTE
“¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién
se ha manifestado el brazo de Jehová?” (Isaías 53:1)
Isaías 52:13 nos presenta al siervo “puesto muy en alto”.
Repentinamente, algo ocurre. El siervo queda desfigurado
(v. 14). Esto provoca que los reyes vean “lo que nunca les fue
contado” y entiendan “lo que jamás habían oído” (v. 15).