Introducción
De las Casas consideró que los indígenas tenían uso de razón, tanto como los
antiguos griegos y romanos, y que como criaturas racionales eran seres humanos.
Como tales, los indígenas estaban cobijados por el derecho natural y eran titulares de
los derechos a la libertad y a nombrar sus autoridades 2.
3
Conforme BALLESTEROS, A. História da América. Espanha: s/ed., 1954. tomo XVII. p. 74-76
Pero, para nosotros su importancia es su injerencia en los ditames del
poblamiento de la América Latina. En este punto, es importante notar lo que
escribe De las casa en su obra cuando describe la Isla Española por onde
empezó la colonización de la América, con los grandes estropeos e perdiciones
de los pueblos originarios, tomando a Ias mujeres e hijos a los indios,
esclavizándolos.
Estos colonizadores cristianos comieron las comidas que los indios
obtuvieron con sus sudores y trabajos, pero que les daban de bon grado, pero
por causa de las violencias y vexaciones, comenzaron a esconder sus
comidas, sus mujeres e hijos:
Otros húyanse a los montes por apartarse de gente de tan dura y terrible
conversación. Los cristianos davanles de bofetadas y puñadas y de palos hasta
poner las manos en los señores de los pueblos. E llego esto a tanta temeridad y
desvergüenza: que al mayor rey señor de toda la Isla un capitán cristiano le
violo por fuerza su propia mujer. (De las casa, p37)
4
PAGALDAY, José Ramon I., pe., op. cit., p. 47.
Ios comentarios oídos en el Darién y en Ias provincias por donde había pasado
(De las casa 148)
[…] no porque sea mejor cristiano que otro, sino porque Ios males de los indios
excitaron mi compasión natural. Fue para informar al rey católico que abandoné
aquellos reinos. Su Alteza, a quien fui a ver a Plasencia, me escuchó con
bondad, y me ordenó que fuera a esperarle a Sevilla, donde llevaría el remedio
para un mal :tan grande. Este príncipe murió durante el viaje, de manera que mi
demanda y su reso1ución fueron inútiles.(De las Casa, 149)
Por otra parte, incluso suponiendo que el reverendo obispo tuviera razón, no
debe oIvidarse que el filósofo era pagano, y que se abrasa ahora en el inferno:
ello demuestra que sólo debe empIearse su doctrina cuando está de acuerdo
con nuestra santa fe y con Ias costumbres de Ia religión cristiana.(De las
casas , pg 150)
Para De las Casas la obra era mucho más que un simple libro:
era Ia ideología de los poderosos, Ia legitimación literaria de los abusos del
fuerte contra el débil, del rico contra el pobre, del español contra el indio. Si los
conquistadores habían cometido tantos desafueros en América cuando Ias
doctrinas y Ias leyes condenaban sus acciones, (,qué pasaría cuando se
sintieran justificados por una doctrina, como Ia de Sepúlveda, que legitimaba el
empleo de Ia fuerza contra aquellos "cuya condición natural" es que deben
obedecer a otros? .(Sixto Sanches-Lauro, pg. 113).
De este modo, se tocaba el fondo dei problema teórico entre Las Casas y
Sepúlveda, a quienes distanciaba ideológicamente el juicio que les merecían
Ias Ilamadas «guerras de conquista» y Ia justificación de los títulos sobre Ias
Indias. La polémica entre ambos no quedaba reducida ai plano puramente
doctrinal, sino que contemplaba primordialmente el rumbo que debía tomar Ia
legislación y Ia práctica de gobierno.?" una vez más, se comprobaba Ia escasa
eficacia que estaban teniendo Ia Leyes Nuevas de Indias, como anteriormente
había sucedido con Ias Leyes de Burgos. .(Sixto Sanches-Lauro, pg. 114).
5
ESTEVE BARBA, Francisco, op. cit., p. 88.
ningún daño, sino tratarlas pacíficamente, dándoles un ejemplo de la
cristiandad". Entonces pronto amarían la religión cristiana y a Jesucristo
Las Casas explicó las tres causas que consideraba justas para la guerra.
El primero de ellos, dice, "es cuando los infieles desafían, guerrean y molestan
a la cristiandad en el momento presente o por costumbre". E identificó a estos
infieles: "los turcos y moros de Berberia y Oriente", contra quienes se podía
librar la guerra, incluso cuando dejaron de hacerlo, porque se sabía "por gran
experiencia que su intención" era condenar a los cristianos. . Esta "guerra
contra ellos no puede llamarse guerra, sino una defensa legítima y natural". La
segunda causa sería si "persiguieran, obstaculizaran o impidieran
maliciosamente" la fe cristiana (LAS CASAS, 1996, p. 322-324).
Después de considerar las causas de la guerra justa, Las Casas
concluyó que ninguna de estas tres causas estaba presente en la experiencia
portuguesa en África. ¿Cómo justificarlos entonces? Las Casas (1996, p. 298)
ya había advertido que "ningún cristiano, árabe, árabe, tártaro, indio o de
ningún otro tipo", el pueblo cristiano no podía hacer la guerra. Entonces, ¿cómo
justificar "tantos males y ofensas, tantas muertes y cautiverio, tantos
escándalos y perdición de tantas almas como en esas personas pobres, incluso
si fueran moros? ¿Solo por ser infiel? Gran ignorancia y condenable ceguera
fue ciertamente esto".
Convertirlo a la fe cristiana no necesariamente requería esclavitud. Lo
mismo no era cierto para los negros. Por lo tanto, se creó un cuerpo legislativo
para proteger a los indios de la explotación colonizadora, mientras que no se
hizo lo mismo con respecto a los negros. Incluso se puede decir que,
desafortunadamente, los impedimentos a la esclavitud indígena contribuyeron a
la creciente demanda de esclavos negros. Y así, otros abogados indios, como
el obispo Diego de Landa de Nueva España, eran defensores de la esclavitud
negra. La discriminación contra los negros y los indios pesaba más sobre ellos
que estos, y llevó a la comprensión de que los negros nacieron para ser
esclavos y eran esencialmente inferiores a los blancos y los indios 6.
6
DAVIS, David Brion. O problema da escravidão na cultura ocidental. Rio de Janeiro:
Civilização Brasileira, 2001. p. 199
2. .Los derechos humanos de Manuel da Nobrega y Alonso de Sandoval
7
Conforme Moreau, p. 185)
8
Conforme Moreau, pg 96)
Pedro Fernandes Sardinha, el primer obispo de Brasil, que no tenía en alta
estima a los indios, y fue comido por ellos. Uno de los temas más discutidos en
las cartas, y uno que ilustra bien la convergencia de los intereses religiosos y
políticos en la colonización brasileña, es la esclavitud indígena.
La legalidad de la esclavitud indígena es uno de los debates más
ardientes del siglo XVI. En 1537, la encíclica Sublimis Deus 9, publicada por el
Papa Pablo III, prohibió la esclavitud de los nativos americanos y los declaró
dotados de alma y capaces de recibir la fe católica. El asentimiento a la
catequesis indígena permitió a la Iglesia Católica aumentar su rebaño con
almas del Nuevo Mundo y recuperar a los creyentes que habían perdido ante la
Reforma Protestante, la revolución religiosa que sacudió a Europa en ese
momento.
Como hacemos dicho, el principal defensor de la servidumbre indígena,
Juan Ginés de Sepúlveda argumentaba que los indios eran una raza inferior,
destinada a obedecer y ser gobernada por las monarquías cristianas. Enguanto
lo mayor defensor de la libertad indígena fue Fray Bartolomé de Las Casas,
otro español se oponía a la teoría de la "servidumbre natural" de los indios y
afirmó que los europeos podían catequizarlos pero nunca esclavizarlos o tomar
sus tierras. Como vimos, este embate fue desenvuelto en la Universidad de
Salamanca, España, donde Nobrega estudió desde 1534 hasta 1538. Allí,
enseñó al filósofo Francisco de Vitoria, uno de los pensadores del tema
indígena y la doctrina de la "guerra justa".
En este sentido, es de suma importancia la posición de Tomas de Vitória
que en Reflectio prior “
( a escribir)
Desta forma, Nóbrega llegó a Brasil como soldado de la Contrarreforma,
ansioso por ganar almas nativas para el catolicismo y para combatir los vicios
de los colonos. Esta misión coincidió con los intereses de la Corona
portuguesa, comprometida a consolidar su dominio sobre Brasil y ahuyentar a
los franceses que intentaron complacer a los nativos para obtener la tierra.
Cuando vio que los indios estaban dispuestos a escuchar su predicación y, en
algunos casos, a abandonar sus viejos hábitos, Nobrega confirmó la doctrina
9
Parece que hay otro documento papal llamado Veritas ipsaque que fue ampliado, se ganó el nombre de
Sublimis Deus. SUESS, Paulo (org.). A conquista espiritual da América espanhola. Petrópolis: Vozes, 1992.
p. 275.
católica: los indios podían recibir la fe y, por lo tanto, no merecían ser
sometidos.
"El conocimiento inicial de Nobrega sobre los indios era precario, pero
pronto se dio cuenta de que disfrutaban yendo a misa, participando en rituales
y aprendiendo catecismo fácilmente. Ellos tenían una inclinación por la religión
y que al principio severamente si coloco opuesto a la esclavitud de los indios".
En una carta al padre Simão Rodrigues en 1549, Nobrega critica
severamente los "saltos", los ataques sorpresa de los colonos contra los indios
para esclavizarlos, y defiende la liberación de los cautivos. "Le deseo a Su
Alteza que envíe provisiones para la entrega de todos los esclavos salteados
para que sean su tierra porque de ello depende tanto la paz como la conversión
de estos gentiles", escribió. Al año siguiente, en una carta al mismo interlocutor,
declaró que todos en Brasil tenían "una conciencia sobrecargada debido a los
esclavos que poseían" y que la explotación del trabajo indígena era la causa de
la "pereza" y "varios vicios" de los colonos, quien solo trataba con "cosas
sensuales" y ni siquiera temía la excomunión. Nobrega sugiere que "El-¬Rei
debería enviar inquisidores y comisionados para liberar a los esclavos, al
menos los que están salteados, y hacerlos vivir entre cristianos, para que
puedan abandonar las malas costumbres de los gentiles". En 1551, otra carta
al Padre Rodrigues llamó a clérigos que comparaban a los indios con "perros" y
afirmaban que era legal mantenerlos cautivos.
Parece que el demonio también rodeó a Nobrega, ya que en los años
siguientes se volvió cada vez más tolerante con la esclavitud indígena. Con la
esclavitud negra, los jesuitas no tuvieron ningún problema. En algunas cartas,
Nobrega solicita el envío de "esclavos de Guinea" para ayudar a mantener las
escuelas y orfanatos jesuitas.
En 1552, en una carta al padre Rodrigues, pidió la opinión de los
intelectuales de Coimbra sobre algunos temas: ¿podrían los indios alabar a
Dios en su idioma? ¿Podrían aquellos sin cobertura entrar a la iglesia y
bautizarse desnudos? ¿Era legal "hacer la guerra" y cautivar a los gentiles que
no abandonaron los viejos hábitos tribales? Las cartas de Nobrega indican que
procedió a actuar como si hubiera recibido una respuesta afirmativa a esta
última pregunta.
En 1558, comienza una carta al sacerdote español Miguel de Torres con
una declaración furiosa: "Primero los gentiles deben someterse". Esa buena
imagen que Nobrega cultivó de los indios se había derretido bajo el sol
brasileño. "Este gentil es de una calidad que no se desea para bien, sino por
miedo y sujeción", escribió. Nobrega recomienda además que la Corona aliente
a los colonos a profundizar en el interior en busca de indios para la
catequización. La recompensa ofrecida fue el trabajo obligatorio de esos
mismos indios, transformados en "esclavos legítimos", botín de "guerra justa".
"Si el Gentil es sometido, habrá muchas maneras para que los esclavos
malvados y muchos escrúpulos cesen, porque los hombres tendrán esclavos
legítimos tomados en una guerra justa".
Desta forma, segundo Moreau ( pg112) ““Nobrega llegó a Brasil con
optimismo con su plan de catequizar a los indios, pero vio que esto no era tan
fácil. Se da cuenta de la inconstancia de los indios, quienes recibieron la
doctrina católica pero abandonaron su fe después de un tiempo ”, dice Filipe
Eduardo Moreau, autor de Los indios en las Cartas de Nobrega y Anchieta
(Annablume). "Con el tiempo, Nobrega se volvió cada vez más intolerante: los
indios se sometieron o fueron asesinados, convertidos por amor o por terror".
La realidad de los trópicos destruyó el idealismo jesuita. Los indios
reales que vivieron aquí trascendieron los conceptos filosóficos de los
europeos. Los sermones y las amenazas de los fuegos del infierno no fueron
suficientes para doblegar su orgullosa cultura antigua. Prácticas como la
desnudez, la poligamia y la antropofagia continuaron a pesar de la censura de
los jesuitas. La experiencia misionera llevó a Nobrega, un defensor nativo de la
libertad, a concluir que a veces la libertad cristiana se disfrutaba mejor en la
esclavitud. Las cartas jesuitas de Tupiniquin dan testimonio de estos dos
Nobregas: uno fue un ferviente defensor de la libertad indígena, el otro intentó
someterlos por vivir esa libertad.
Este cambio de mentalidad se aclara en una carta desde una
perspectiva que al principio puede estar en línea con la ideología de Las
Casas, que dice que los gentiles deben ser sometidos y hechos vivir como
criaturas que son racionales, manteniéndolo de acuerdo con la ley natural. ,
como dice Nobrega, señaló a Don Leão, soberano de Portugal en ese
momento (Nobrega, p. 278).
Para Nobrega, después de que Brasil es descubierto y poblado, los
gentiles son asesinados y comidos. Un gran número de cristianos y tomó
muchos barcos y barcos y mucha granja. E cristianos que trabajan para ocultar
estas cosas, lidiar con ellas y darles la rescata que se toman un tiempo libre y
lo necesitan, pero no pudieron hacerlos buenos amigos, no dejar de matar y
comer, como y cuando pudieran. Y si dicen eso
Los cristianos los saltearían y los tratarían mal, algunos lo harían y otros
pagarían el daño que hicieron; pero hay otros a quienes los cristianos nunca
han herido, y los gentiles
Los tomaron y se los comieron e hicieron despoblar muchos lugares y
grandes granjas. Y son tan cruel y bestial que matan a los que nunca les han
hecho daño, clérigos, frailes, mujeres de tal opinión que los animales
asquerosos se contentarían con ellas y no mal Pero son estos carniceros de
cuerpos humanos, que sin excepción de las personas, los todos matan y
comen, y ningún beneficio los inclina, ni se abstiene de su maldad. costumbres,
sino más bien parecer y ser visto por la experiencia, que se jacta y hace peor,
con abrazos y buen trato. La prueba de esto es que estos de Bahía están bien
tratados y adoctrinado con esto lo hizo peor, al ver que si no castigaban a los
malvados y culpables de muertes pasadas, y con severidad y castigo se
humillan y se someten.
Después de que Su Alteza envió gobernadores y justicia a esta tierra, no
hubo los gentiles dominarán, ni tomarán los suyos como antes, y no tienen para
esto tomar muchos barcos y matar y comer muchos cristianos para que
deberían vivir en aldeas y armas fuertes y fuertemente vigiladas, y no se
atreven se extendió y se extendió por la tierra para hacer granjas, pero viven en
las fortalezas como Fronteras moriscas o turcas y atrévete a poblar y disfrutar
solo de las playas, y no se atreven a hacer sus granjas y creaciones y viven
para la tierra dentro de la cual es amplia y buena ¿Quién podría vivir ricamente
si los gentiles fueran maltratados o desalojados, como podría ser con poco
trabajo y gastos, y tendría vida espiritual, sabiendo a sus creador y vasallaje a
San A. y obediencia a los cristianos y todos vivieron mejor y ricos y S. A.
tendrían ingresos brutos en estas tierras.
Este gentil es de una calidad que uno no quiere para bien, sino por
miedo y sujeción, como se ha experimentado y si S. A. quiere verlos a todos
convertidos ordene que sean sometidos, y él hará que los cristianos se
extiendan por la tierra y servicio de los indios a quienes los ayudan a conquistar
y dominar, como se hace en otras partes de nuevas tierras, y no sé cómo sufrir,
la generación portuguesa que todas las naciones son las más temidas y
obedecidas, por estar sufriendo en toda esta costa y casi sometiéndose a los
gentiles más viles y tristes del mundo.
Los que mataron a la gente del barco del obispo pronto pueden ser
castigados y sometidos a todos los que son predicados por enemigos de
cristianos y aquellos que quieren romper el paz y aquellos que tienen los
esclavos de los cristianos y no quieren darles y todo menos quieren sufrir el
yugo justo que les dan y así levantarse contra los cristianos. Sujeto a los
gentiles, muchas maneras dejarán de ser esclavos malvados.
Nobrega, en sus derechos humanos continúa: lo mejor que se le podría
dar a esta universidad sería dos docenas de esclavos de Guinea masculinos y
femeninos para hacer suministros para el hogar, otros viajarían en un bote de
pesca, y estos podrían provenir de mezclar con los que El-Rei envió al molino,
porque a menudo envía barcos cargados con ellos aquí.
En este sentido, lo pensamiento de Nobrega se acerca a Sepúlveda y a
todos los dominicanos y franciscanos que, de una forma u otra, terminan
predicando la esclavitud negra como veremos en la conclusión
A respecto de esta ideología de esclavización de los negros es
importante mencionar o jesuita español Alonso de Sandoval que nació en 1576
en Sevilla, misma ciudad de Las Casas. Cuando era niño, emigró a Perú con
sus padres, donde su padre asumió el cargo de contador en Fazenda Real de
Lima. Estudió en el seminario de San Martín de Lima, donde tenía
conocimientos de arte, teología y moral. Era un lector latino. Se unió a la
Compañía de Jesús en 1593. Llegó a Cartagena de Indias en 1605 y, a partir
de entonces, rara vez dejaría esa ciudad. Al año siguiente, acompañó a Diego
de Torres a la región de Urabá en una misión con la que escribió una
relación48. En 1607, participó en otras dos misiones: una con el Padre Juan
António Santander, en Santa Marta, y la otra con el Rector del Colegio Jesuita,
el Padre Perlin, para las regiones de la zona minera de Antioquia: Cáceres,
Remedios y Zaragoza. En 1617 fue a Lima y en 1619 regresó a Cartagena.
Su trabajo se divide en cuatro libros, cada uno precedido por un
resumen de su argumento. En el último libro, Sandoval se disculpó por la
actuación de la Compañía de Jesús, especialmente en relación con los negros.
Ya en el primer libro, apareció la pregunta básica que parece haber
movido a Sandoval a escribir su trabajo: ¿por qué África se mantuvo tan lejos
de la evangelización? Así, a Sandoval le preocupaba revertir esta lejanía,
garantizando a los negros en América el conocimiento de la religión. De esta
manera, argumentó que a través de la esclavitud de los negros en Estados
Unidos, se les dio la oportunidad de ser evangelizados y eliminados de los
errores a los que fueron sometidos en sus países de origen.
Para Sandoval, la esclavitud negra era, por lo tanto, justificable. E hizo
las causas de legitimidad establecidas en las leyes de Siete Partidas 10 de
Alfonso X de Castilla, compiladas entre 1256 - 1263 11. Según las Siete Partidas,
la esclavitud se consideraba "la cosa más perversa y despreciable" que se
podía encontrar entre los hombres, sin embargo, al mismo tiempo, lo
admitieron cuando se originó en la guerra, por venta propia o por nacimiento de
esclavos. Y aceptando la institución, trató de regularla "para garantizar los
derechos que Dios le dio al esclavo" 12. Sandoval consideró la cuestión de la
justificación del cautiverio arduo, dejando su determinación a los "médicos que
escribieron tan acertada y correctamente sobre este punto" 13.
Sandoval criticó la opinión de que la libertad era parte de la ley natural,
ya que si no fuera así, la ley positiva no podría haberse hecho legal, ni tampoco
la del pueblo. Dijo que la naturaleza nunca ordenó a los hombres ser libres, y
así dio paso a los derechos de los hombres para introducir la servidumbre sin
contradecir los derechos naturales.
. Y ejemplificaba situaciones en las que la libertad se perdía mediante el
castigo por robo; por grave necesidad, cuando los hombres se vendieron a sí
mismos y a sus hijos; por la derrota en las guerras, cuando las ciudades o
provincias quedaron sujetas a las leyes de la otra República. Ejemplos
10
ANDRÉS-GALLEGO, José, GARCÍA AÑOVEROS, Jesús María. La Iglesia y la
esclavitud de los negros. Pamplona: EUNSA, 2002. p. 56.
11
GRUZINSKI, S., BERNAND, C., op. cit., p. 627
12
PALACIOS PRECIADO, Jorge. La esclavitud de los africanos y la trata de negros. Entre
teoría y la práctica. Tunja: Publicaciones del Magister en Historia – UPTC, 1998. (Nuevas
lecturas de Historia, 2) p. 9.
13
SANDOVAL, Alonso de, op.cit., 1647, p. 74.
ofrecidos por autores antiguos y las Sagradas Escrituras. La esclavitud,
entonces, se presentó como legal, y Sandoval se preguntó: si fuera correcto
que los hombres perdieran la vida por sus delitos, no sería para ellos perder su
libertad de menor valor que sus vidas. ?
En las Escrituras, Sandoval encontró un argumento para vincular
irrevocablemente la esclavitud a los negros al decir que Dios, "la verdad eterna,
para reprender la ingratitud, el mal natural y las peores costumbres del pueblo
de Israel, levantó sus sentimientos y sus pecados". , comparándolos con los
"hijos de los etíopes", el mayor reproche que se solía decir a los que nos
disgustan: ¿No eres tú como los etíopes, hijos de Israel? (SANDOVAL, Alonso
de, op.cit., 1647, p. 86 - 88).
Sandoval dice que en las "cartas divinas", no pocas veces, se usaban
las palabras negro y etíope como sinónimos de pecador y malvado". Pero si
Sandoval no cuestionaba la validez de la esclavitud y buscaba recursos para
legitimar la esclavitud negra, le preocupaba la forma en que los negros eran
encarcelados en África y el posterior tráfico.
La defensa de la esclavitud estaba entrelazada con conceptos religiosos
y esta amalgama, que se había desarrollado en la antigüedad, estaba
prefigurada en el judaísmo y la filosofía griega. Así, la esclavitud podría verse,
en cierto sentido, como se ha señalado, como un castigo resultante del pecado
o un defecto natural del alma que impidió una conducta virtuosa. También fue
visto como un modelo de dependencia y sumisión. Pero en otro sentido, la
esclavitud fue el punto de partida para una misión divina. Si fue por la
esclavitud del cuerpo corrupto de Adán que Cristo había redimido a la
humanidad78, fue a través de la esclavitud que los negros pudieron ser
conducidos al camino de la salvación eterna 14.
CONCLUSION
17
Cf. VAINFAS, R.. El proyecto de una esclavitud cristiana: ideas jesuíticas en Brasil y
Cartagena de Indias durante el siglo XVII. Medellín, X Congreso de Historia de Colombia,
1997. mimeo. VAINFAS, R. “Deus contra Palmares”. In: REIS, J.J., GOMES, F. dos S.
Liberdade por um fio. São Paulo: Companhia das Letras, 1996. p. 60-80. Paulo de Assunção também, no
que se refere à América portuguesa, discute a relação da atuação dos
jesuítas e a economia colonial. Cf. ASSUNÇÃO, Paulo de. Negócios Jesuíticos.São Paulo:
EDUSP, 2004.
después, en 1894, cuando la población ya alcanzaba los 900 millones, la
población americana, a pesar del gran volumen de esclavos importados de
África, tenía solo 25 millones de personas o el 2.8% del total mundial.
Referencias bibliográficas