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Cuen&etn ñfió
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5€eE?##* tuffi Este es un libro para leer con mamá.
Para gente menuda que ama aJesús y quiere sabertodo acerca de todo.

por Marye Trim

llustrado por Smilton Roa

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 Dedicado a
DAVID JUAN,
quien quiso saber

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Cierto día, David, de ocho años, le dijo a su mamá'.
-Por favor, cuéntame de Elena White.

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 La madre se detuvo y su rostro se entristeció cuando continuó la
historia.
.'Pero unatarde, Elenafuetraídaal hogaren condicionescornpleta-
mente lamentables. 5u cabello estaba desaliñado; sus rodillas, emba-
rradas. Y su cara, bañada en lágrimas.
-¿lgual que yo, cuando me doy un porrazo? -preguntó David, y
también se puso triste.
-Así es. Excepto que Elena estaba muy, pero muy lastimada. Una
niña le habiaarrolado una piedra,y había golpeado a Elena enlacara.
 -Sí. Y le dolió muchísimo.
-iOhl
Ahora David se sintió más triste aún. Aunque repentinamente son-
rió.
-Pero Jesús la sanó, ¿no es así?
La madre sonrió y asintió con la cabeza. Luego, continuó.góiirJa
historia.
-Después de eso, Elena no pudo ir a la escuelá;,T1,¡yo que
en la cama por muchos días. ,;:r:
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-Pero ¿no se lo contó a Jesús? -preguntó David.

-Sí, lo hizo. Habló mucho con Jesús, y llegaron a ser muy buenos
amigos.
-Mmm... ¿Como Samuel? -preguntó David-. ¿O... Ester? Ellos fue-
ron mLly amigos de Jesús.
-Sí -sonrié la mamá-. ¿Puedes recordar a otros personajes de tus
historias bíblicas que fueron muy buenos amigos de Jesús?

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 -¿La Sra. de White? -preguntó David-. Algunas veces oigo a
papá, al pastor Jy a ti decir "Sra. de White".
-5í, a menudó llamamos a Elena de White por,el apellido ife casada'i
-coiricidió la madre-, Ahe¡Ate contaré más de tg-fisto¡.ia.
-¿Es acerc4de l4Q,.,S€special de la Sra. deWhite? -acerül
-¡AsÍ esl Es',gna:tffitoria acerca de la obra especial de lá
White. Hoy est.$descubriendo muchas cosas.
nsí q,,u.9¡,Dryid se acomodó más cerca de lamamáy eiluchó.

¡ffi¡,girw-::::.* .;:*;-i*i,;

-Diós dio alaSra. de White importantés sueños du

se

-Bien,.. -dijo la mamá'.5e acerca el tiempo en que Jesús debe

regresar alafierra,y él quiere que todos lo amen y estén preparados.
"Mmmm...", pensó David, 'rella fue una amiga especial de Jqsús y
tuvo sueños especiales", Miró a su marná, y le dijo:
-Po¡' favor, cuéntame más.
 -La primera visión de la Sra. de White fue acerca de un camino
recto, estrecho, que subía y subía -comenzólamamá.
-Qué interesante *añadió David, a quien le gustaba comentar
todas las frases.
-Sí, derecho al cielo. Ella vio al pueblo adventista, que camina-
ba por ese camino hacia una ciudad de oro. Una esplendorosa luz
brillaba a lo largo del camino y alumbraba los pies, para que ellos no
cayeran. Y si mantenían sus ojos fijos en Jesús, quien iba justamente
adelante, guiándolos hacia la ciudad, estaban seguros.
*¿Todos llegaron a la ciudad? -preguntó David ansiosamente.
-Algunos de ellos se cansaron y empezaron a quejarse. Perdie-
ron de vista a Jesús; tropezarony cayeron en el oscuro mundo.
-¡Donde estaba Satanás esperándolos! -dijo David, ayudando
a seguir la historia.
-5í -dijo la mamá-. Pero, muchos otros continuaron ascendien-
do más y más.
-siempre haciaarriba. (Ese era David otra vez.)
-Hasta que Jesús los introdujo en la ciudad de oro -dijo la mamá,
sonriendo.
-¡Hurral -gritó David, y aplaudió. ¡ ,,,,
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 -Un día, la 5ra. de White estaba sentada en un tren, lista para ha-
cer un viaje. Pero, repentinamente se puso de pie. Dijo al Sr. White:
"Creo que debemos cambiarnos a otro coche". Así que, trasladaron
su equipaje y se sentaron en otra parte deltren.
"La Sra. de White se sentó, pero no estaba contenta. 'No me sien-
to cómoda en este tren', susurró. Pero, enseguida el silbato sonó. En-
tonces, el tren comenzó a moverse".
A David le gustaba el ruido de la locomotora, así que, pudo imagi-
narse vívidamente la escena:
-¡Pero, de repente -continuó la madre-, hubo un BANC, y un
CRASH, y CRITOS, y QUE-JI-DOS! Eltren habíatenido un accidente.
Y el coche en el que el señor y la señora White se habían sentado
primero estaba seriamente estropeado. Si hubiera estado allí, segura-
mente Elena de White habría sido herida o muerta. Pero, Dios le había
avisado; por eso se trasladé a otro coche. Fue librada del desastre.
Dios y ella eran muy buenos amigos, y ella tenía una obra especial
que hacer.
-Estoy contento porque Dios la cuidó -dijo David-. Como cuidó
de Daniel, Ester, y a Moisés. La 5ra. de White era su mensajera. ¡Eso
me gusta!
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 David hizo girar lentarnente el globo, mientras miraba los numero-
sos países.
-¡Alrededor de todo el rnurndo! ¿Tuvo ella un mensaje para todos,
alrededor del rnundo entero?
-eh, sí, por ciefro -le dilo la marná*. Dios la ayudó, y elia dirigió
su obra alrededor de todo eil rnundo. Tuvo mensajes para las escueias,
Ios hospitales y las easas editonas. Fredtcó y escribié nruchas eartas. Y
siempre aconsejé a todos que amaran a Jesús y estudiaran su Palabra,
la 5anta Biblia.
*A todos, alrededon eie todo el mundo -dijo David-. Eso rne gusta.
¡Es nnuy buenol
 Entonces, la madre le dijo:
-Quiero mostrarte algo.
En la biblioteca, le mostró a David varias hileras de libros.
-Estos libros fueron escritos por la Sra. de White. Contienen sus visio-
nes y otros mensajes.
*¿Puédo contar los libros?
-preguntó David.
-Puedes probar -respondió su mamá.
Así que, David empez1 a conlar:
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez...
¡Y aún había más libros!
-Qué torre altaformarían, si los amontonáramos uno sobre otro -rio
él-. ¡La Sra. de White debió de haber estado muy ocupada escribiendo!
*Sí, lo estaba -dijo la mamá-. A menudo, se levantaba muy temprano
'por la mañana, para escribir sus mensajes. Algunas veces, los ángeles la
despertaban o le cantaban en la mañana temprano. Si hacía frío, se ponía
unafrazadaalrededor de las piernas, mitones de lana en las manos, y en-
tonces escribía los mensajes de Dios.
-iQué bueñol -dijo David-. Especialmente, la parleacercade,l,os án.
seles.
Entonces, preguntó:
:,.¡.¿Tqvo la;Sr:a.,de Whjte algunos hijos o hijas?,,.:;: ... ,::,,.¡,,.:
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 -iOh, síl Ella amabaa los niños y fue mamái y mastarde, abue-
lita: la clásica abuelita que sienta en su falda a los nietos. Así que,
ella conocía todo acerca de niños y niñas, pequeños estomaguitos
hambrientos, dedos pegajosos, y pantalones que necesitan lavado
y remiendos.
-Y gatos y rodillas lastimadas, y jabón que entra en los ojos -dijo
David, sonriendo.
-Sí, todo eso. Y besos de buenas noches, y excursiones y cantos
e historias, y oraciones y cantidades de momentos felices, como Je-
sús quiere que cada familiadisfrute. Sí, es tan importante que haya
familias cristianas felices que la Sra. de White escribió libros espe-
cialmente paralas mamás y los papás, indicándoles cómo formar el
mejor hogar; cómo cuidar de sus hijos de la mejor manera; cómo
comer, vestir y vivir. Un libro acerca de familias cristianas felices. Se
llama El hogar cristiano.
La madre mostró el libro a David. Él lo tomó muy cuidadosamente.
-Me gusta El hogar cristiano -dijo-. Es especialmente para no-
sotros. i

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Vi¡.,lll'l ¡i est¡Lr¡l"e ¡rara ,il:.,,'r.:j riit.ie 5Lj hrio {¡;ili'i:nr¡¡ ha'r¡ía ileelho.
 Vieron la cémoda eón un cajén secreto. (David encontró el cajón se-
creto y se lo mostró alamarná.) F/iraron y miraron cadacosa.
tulientras lafamiliase alejaba, David dijo:
-Ahora sé que ella fue reaf , coma nosotros. Tenía una cama con un
cubrecama. Tenía una mesa grande, donde desayunaba y almorzaba.tti
la graaan Biblia que sostenía mientras estaba en visión, DEMASIADO
grande como para que nosotros la sostuviéramos ni siquiera por un mo-
mento. Pera, mamá -y le apretó la mano mientras sulsurraba-, iqursiera
que ella vivrese en su casa todavíal
-Yo también -asint¡ó su rnadre-. Pero nle alegro de que sus Iibros
todavia nos hablen.
-Mmm -dijo David-. Así es. Eso me gusta.
Pensó por un momento, y luego dijo:
*Tengo Llna preguntamás".. solo una más,y aquí está:
¿piensas que
la Sra. de White podriatenen un mensaje jusiarnente para mi?
l t:i.!4:¿L.tti4r:::.. :aa:..'::-!.aa!=,ar'.'
':.:taa?+++i+?- .!*r¿:¿:€14+j::

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 , "El 5eñor amaa aquellos niñitos que procuran hacer:el bien,.y ha
prometido que ellos estarán en su Reino" (Carta 3, 1860).
,: :
:-Por supuesto, Jesús ama a los niños siempre, aun cuando sean ma-
los. Pero, cuánfeliz debe sentirse cuando los pequeños permiten que
el Espíritu Santo los ayude a hacer cosas buenas.
 David asintió con la cábeza y sonrió. Y el esponjoso gatito ronroneó
,, tan fuerte que todos lo oyeron. Entonces, la mamá dijo:
-Y aquí hay otro mensaje. La Sra. de White se lo escribió a su hijo
ri,'Cuillermo, pero nombre
el de cualquier niño o niña podría ponerse en
su lugar. Así que, voy a decir tu nombre, David, en lugar de Cuillermo,
mientras leo:

,i::r.::r.r .. a5*a:!'::agil
5-
-;' :*:ia r;:1;.
r¡!. : ir.¡i; :.: Jii. i. i:::l
 David sonrió otravezy besó a su mamá. Y el gatito ronroneó más
fuerte.
-M. gusta ese mensaje acerca del cielo -dijo David-. Cracias,
.j,.
gracias por contarme de Elena de White. Ella era amiga de Jesús, y
uerria que yo también sea amigo de Jesús. ¡Eso me gusta más que
 ffiwmm$;mffiffi ffim
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