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UNA VIDA DE ALABANZA

Lección 9 para el 27 de agosto de 2022


Dios nos anima a vivir una vida de alabanza, tanto individual
como colectivamente (Sal. 146:1; Ef. 5:19).
Es fácil hacerlo cuando estamos libres de congojas o dificultades.
Pero ¿cómo alabar gozosos a Dios cuando estamos sufriendo, o
nos encontramos rodeados de problemas?
La Biblia nos muestra ejemplos de personas y pueblos que
alabaron a Dios en circunstancias difíciles. Aprendamos de ellos.

¿En qué consiste la alabanza?


¿Cómo tener una vida de alabanza?
La alabanza que derriba muros.
La alabanza como testimonio.
La alabanza que precede a la victoria.
¿EN QUÉ CONSISTE LA ALABANZA?
“Grande es el SEÑOR, y digno El Salmo 145 nos enseña que la
de toda alabanza; su grandeza alabanza consiste en ver lo que Dios
es insondable” (Salmo 145:3 NVI) ha hecho, recordarlo y hablar de ello.
Su grandeza es inescrutable (3) Meditar en sus Exaltar y bendecir su
Es misericordioso y clemente hechos nombre (1)
(8) maravillosos (5) Alabarle eternamente
Es bueno con todos (9) Hacer memoria (2)
de su inmensa Anunciar sus hechos

Hablar
Ver

Recordar
Su reino y señorío son eternos
(13) bondad (7a) (4)
Sostiene a los que caen y Hacer saber sus Publicar su grandeza
levanta a los oprimidos (14) poderosos (6)
Da a todos alimento (15b) hechos (12) Cantar su justicia (7b)
Colma a todos de bendición Todos esperan en Bendecirlo (10)
(16) Él (15a) Hablar de su poder
Es justo y misericordioso (17) Está cercano a los (11)
que le invocan Proclamar su
Oye el clamor y salva (19)
(18) alabanza (21)
Guarda a los que le aman (20)
¿CÓMO TENER UNA VIDA DE ALABANZA?
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4)

A esta imperativa orden, Pablo añade: “sean conocidas vuestras peticiones


delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Flp. 4:6).
Pablo nos está pidiendo que alabemos gozosamente a Dios en
todo momento y en cualquier circunstancia. Incluso cuando no
tengamos motivos para regocijarnos, o no nos apetezca alabarle.
La alabanza es un acto de fe. Alabamos a Dios por lo que Él es,
por lo que hace y por lo que hará. Es independiente de nuestros
sentimientos y de nuestra razón (aunque ambos intervengan en
la alabanza).
Es en los momentos más difíciles
cuando más necesitamos alabar.
Esto modificará tanto nuestros
pensamientos como nuestros
sentimientos.
LA ALABANZA QUE DERRIBA MUROS
“Y cuando los sacerdotes tocaron las bocinas la séptima vez, Josué dijo
al pueblo: Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad” (Josué 6:16)
De toda la rivera del Jordán, Dios les ordenó cruzar justo
enfrente de la ciudad más fortificada del lugar.
Josué estaba evidentemente preocupado.
¿Cómo podrían tomar la ciudad de Jericó?
Dios se presenta ante Josué y le pide un acto
de adoración (Jos. 5:13-15).
Luego, le da instrucciones precisas para tomar la ciudad.
Instrucciones basadas en el poder de Dios.
Solo después de alabar al
Señor con trompetas y un
gran grito, los muros
cayeron (Jos. 6:12-16, 20).
LA ALABANZA COMO TESTIMONIO
“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban
himnos a Dios; y los presos los oían” (Hechos 16:25)

Pablo y Silas son un claro ejemplo de alabanza y gozo


en el crisol. A pesar de las heridas sangrantes
producidas por la vara, y de la incómoda posición en
la que tenían que permanecer a causa del cepo, ellos
oraban en alta voz… ¡y cantaban himnos!
Su gozo no dependía de las circunstancias, nacía de
la profunda seguridad de estar haciendo la voluntad
de Aquel que los había redimido.
Esta alabanza fue un testimonio tanto para los
presos como para sus carceleros. Tras el terremoto,
pudiendo huir, los presos permanecieron en sus
lugares, y el carcelero solo pudo exclamar: “¿qué
debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30).
LA ALABANZA QUE PRECEDE A LA VICTORIA
“Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová,
vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen:
Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre” (2Cr. 20:21)
Enterado de que un gran ejército venía a
combatirle, Josafat proclamó ayuno, reunió al
pueblo, reconoció su impotencia, y solicitó la
intervención divina a su favor (2Cr. 20:1-12).
Como respuesta, Dios inspiró al profeta
Jahaziel para dar instrucciones precisas sobre
la batalla: no tendrían que pelear, Dios iba a
pelear por ellos (2Cr. 20:14-17).
Entonces, Josafat y el pueblo adoraron (2Cr. 20:18). Tan seguros
estaban de la victoria, que pusieron a los levitas al frente para que
alabasen a Dios por la gran victoria que iba a hacer por ellos (2Cr.
20:20-21).
Alabemos a Dios por las grandes maravillas que va a realizar en
“Si la bondad amante de Dios provocase más
agradecimiento y alabanza, tendríamos más poder en la
oración. Abundaríamos más y más en el amor de Dios, y él
nos proporcionaría más dádivas por las cuales alabarle.
Vosotros que os quejáis de que Dios no oye vuestras
oraciones, cambiad el orden actual, y mezclad alabanzas
con vuestras peticiones. Cuando consideréis su bondad y
misericordia, hallaréis que él tiene en cuenta vuestras
necesidades”
E. G. W. (Testimonios para la iglesia, tomo 5, pg. 297)

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