era un signo de INMUNDICIA, y no solo era INMUNDA la mujer que la “padecía” sino que era INMUNDO todo lo que ella tocara: su silla, su cama, sus muebles, su ropa, etc. Se incluyen en esta lista todas las personas tocadas por ella en este periodo, traspasándoseles la mencionada INMUNDICIA. • Levítico 15:19 Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche. 15:20 Todo aquello sobre que ella se acostare mientras estuviere separada, será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo. ¿Qué pasa cuando hay descontrol menstrual? Las irregularidades menstruales pueden tener diversas causas, incluido el embarazo, desequilibrios hormonales, infecciones, enfermedades, traumatismos y determinados medicamentos. • Los períodos irregulares, dolorosos o abundantes pueden ser signos de un problema de salud grave. Los períodos irregulares también pueden dificultarte quedar embarazada. Un médico puede ayudar a regularizar tus períodos. La mujer enferma no tenía vida social, y no tenía poder. Estaba sola. En gran medida eso se debía a su enfermedad. Ella tenía hemorragia, o flujo de sangre; ella perdía sangre. La consecuencia fatal del flujo de sangre era el aislamiento social, pues la ley ceremonial indicaba que la mujer que sufriera hemorragia constante sería inmunda. Es decir, sería apartada de la convivencia de la comunidad (Levítico 15:19, 25). En una sociedad comunitaria, ser aislado de la convivencia social era una maldición. En una sociedad patriarcal, ¿cómo se mantendría una mujer aislada de la sociedad? ¿Cómo es vivir lejos de todos, incluso de la propia familia? Hay un aspecto más: Esta señora, además de perder su salud, había perdido todas sus posesiones materiales (v. 26). Y aún más: En el libro El Deseado de todas las gentes, Elena de White dice que esta mujer sufría “de una enfermedad que hacía de su vida una carga” (p. 311) • Debido a su condición social, la mujer no tenía libertad de adorar públicamente, pues era considerada impura, y todo lo que ella tocara se volvería impuro. No solo debía huir de las personas, sino que también todas las personas huían de ella (Levítico 15:25-27). Por eso ella llegó por detrás, escondida en medio de la multitud (v. 27). ¡Qué vida triste la de esa señora! Ella quería adorar, pero no podía. Jesús estaba pasando cerca, por lo tanto, era una cuestión de ahora o nunca. Y tenía que salir bien en la primera oportunidad, ya que, si las personas descubrían que ella era inmunda, no habría una segunda oportunidad. Además, ella ya había tenido muchas otras oportunidades, y posiblemente no aguantaría esperar más, enfrentar otra decepción más, enfrentar otra decepción. ¡Ella ya había esperado doce largos años! Hay un momento en el que la esperanza se agota. ¿Qué hace Jesús? Jesús prestó atención al toque, paró en medio de la multitud, invirtió tiempo en ella (v. 30). • “Hija, tu fe te ha hecho salva” (v. 34). Pistis es tener una profunda convicción; convicción de que Dios es el proveedor y dador de la salvación. Dediquemos tiempo a las personas.
Transmitamos confianza, hablemos de confianza, enseñemos a confiar.
Independientemente de la profesión de cada uno de nosotros, Dios nos llamó a ser agentes de salvación. Por eso, ¡renovemos nuestro compromiso personal de ser instrumentos redentores en las manos de Dios! Siempre a la defensiva, siempre molesto No quiere escuchar