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Historia de la Iglesia

en la Edad Moderna
Tema VII: La Reforma
católica
1.- La verdadera reforma
• La historiografía ha consagrado la palabra
Reforma para referirse al movimiento suscitado
por Lutero y los demás líderes del movimiento
protestante, si bien constituye una revolución más
que una auténtica reforma.
• Por el contrario, la actividad de reforma o
restauración católica ha recibido el nombre
genérico de Contrarreforma.
• El término Contrarreforma está hoy en desuso
porque no expresa bien la realidad de los hechos; es
equívoco y reductivo porque parece indicar un
movimiento de oposición a algo ya existente, la
Reforma. Y esto no es así exactamente.
• La Reforma se dio simultáneamente dentro y fuera de
la Iglesia Católica.
• Se puede aceptar, sin embargo, el término de
Contrarreforma para referirse a un segundo
periodo de la Reforma Católica.
• Por lo tanto, en la Iglesia Católica se observa:
– 1) Un movimiento de Reforma o restauración que
es previo al concilio de Trento y tiene sus orígenes,
al menos, en la segunda mitad del siglo XV. Este
movimiento continúa durante el siglo XVI y se
prolonga en el XVII. Por lo tanto, la Reforma
Católica es previa, simultánea y posterior al concilio
de Trento.
– 2) Un movimiento de Contrarreforma cuyo
objetivo es contrarrestar los efectos de la
Reforma protestante. Según Lortz, es “el esfuerzo
del catolicismo en lucha contra los movimientos
protestantes”.
• Así, los fines de la Contrarreforma son:
– 1º) Poner un dique a la expansión protestante.
– 2º) Acabar con las tendencias filo-protestantes
detectadas dentro de la Iglesia.
– 3º) Reconquistar los terrenos perdidos.
• Para alcanzar estas metas, la Iglesia empleará todos
los medios a su alcance.
2.- Los inicios de la Reforma:
precedentes en España e Italia
• Como se vio con anterioridad, desde mediados del
siglo XV venían produciéndose en toda la Iglesia,
pero especialmente en España e Italia
movimientos cuyo objetivo era la renovación de la
Iglesia.
• Se pueden recordar a este propósito, el movimiento
de reforma en las órdenes y congregaciones
religiosas (las observancias), así como la actividad
de los Oratorios del Divino Amor.
• Fueron determinantes muchas veces los apoyos
recibidos de las autoridades, como en el caso
español, donde la Reforma fue auspiciada por los
Reyes Católicos.
• El deseo de reforma estaba vivo en la Iglesia pero,
por desgracia, muchas veces no tanto en quienes
deberían haber liderado el movimiento: los papas y
los obispos.
• Se puede decir, por ello, que la reforma católica
triunfó porque el movimiento, surgido de las
bases, alcanzó y enroló también a la jerarquía, de
forma que finalmente serán los papas y los obispos
quienes encaucen y dirijan la deseada reforma
general de la Iglesia.
3.- Las nuevas órdenes
• La Reforma católica y la Contrarreforma no se
entienden sin la actividad de las nuevas órdenes y
congregaciones religiosas que surgen en el siglo XVI
como fruto, muchas veces, de los movimientos
precedentes sintetizados en las observancias y los
Oratorios del Divino Amor.
• Estas nuevas órdenes fueron elementos decisivos
para la reforma general ya que fueron capaces de
transmitir al pueblo fiel el movimiento de reforma
y, en manos del Papa, constituyeron un auténtico
ejército en lucha contra el protestantismo,
singularmente la Compañía de Jesús.
• Una de las mayores novedades fue la
aparición de una forma nueva de vida
religiosa, la de los clérigos regulares, que
son sacerdotes con vida en común que se
dedican al apostolado. Antes de Trento
aparecieron los
1. Teatinos (1524)
2. Barnabitas (1530)
3. Somascos (1532)
4. Jesuitas (1534)
• Teatinos
– Fundados por san
Cayetano de Thiene
(†1547) y Juan Pedro
Caraffa (futuro Paulo IV).
– En 1523 san Cayetano
estableció en Roma una
sociedad de clérigos
regulares, aprobada al año
siguiente por el papa y en
1532 de forma definitiva
– Su objetivo era renovar el
espíritu y la labor
misionera de los
sacerdotes.
– Pronto se la llamó de los
«teatinos» por el nombre latino de la ciudad de Chieti
(Theate), donde era obispo Caraffa.
• Barnabitas
– Clérigos regulares de San Pablo
– Fundados en 1530 por san
Antonio María Zaccaria (†1539)
en la iglesia de san Bernabé de
Milán (y de ahí su nombre
popular) a partir de un oratorio
similar al del Divino Amor.
– Su tarea consistía en la atención
de la juventud (el fundador era
médico) y en la predicación de
misiones populares.
– Clemente VII aprobó la
congregación en 1533 y Paulo
III la confirmó definitivamente
dos años después.
• Somascos
– Clérigos regulares de Somasca (por la ciudad
del norte de Italia donde está su casa madre).
– Fundados por san Jerónimo Emiliani (†1537)
en 1532, si bien como un oratorio en el que
participaban tanto clérigos como seglares,
llamado de los siervos de los pobres.
– En 1540, el sucesor del fundador, Marcos
Gambara, la transformó en una congregación
de clérigos regulares que luego aprobó el
papa Paulo III y definitivamente san Pío V en
1568.
– Su carisma era la atención de la infancia y la
juventud, especialmente de huérfanos y
enfermos.
La compañía de Jesús
• Entre todas las nuevas
congregaciones ninguna tuvo
tanta importancia como la
Compañía de Jesús, fundada por
san Ignacio de Loyola.
• Iñigo de Loyola nació en
Azpeitia en 1491. Dedicado a la
carrera de las armas, cayó en el
cerco de Pamplona en 1521.
• Durante su convalecencia se
produce su conversión, debido a
la lectura de vidas de santos.
• En 1522, tras una
experiencia espiritual
fuerte, en Manresa
escribe el libro de los
Ejercicios Espirituales.
• Se encamina a Roma y hace un
intento de peregrinar a Jerusalén.
De vuelta a España inicia estudios
en Alcalá y Salamanca, pero tiene
algunos problemas, por lo que
marcha a París.
• Allí coincide con Francisco Javier, Pedro Fabro (el
único sacerdote), Alfonso Salmerón, Jacobo Laínez,
Nicolás Bobedilla y Simón Rodrigues. con quienes
constituirá el núcleo originario de la Sociedad de
Jesús. Emitieron sus primeros votos el 15/8/1534.
• Los siete miembros de la
Sociedad de Jesús prometen
“servir a nuestro Señor,
dejando todas las cosas del
mundo” y ponerse al servicio
del Papa.
• En enero de 1537 llegan a
Roma. Paulo III les dio la
aprobación y les permitió
ordenarse sacerdotes.
• En Storta Ignacio tiene una
visión de la cual saca como
consecuencia que Dios quiere
que se pongan a su servicio,
que sirvan bajo su bandera
como si de un ejército se
tratara y todo lo hagan a la
mayor gloria de Dios.
• En octubre de 1538, Ignacio
se encaminó hacia Roma,
junto con Fabro y Laínez,
para la aprobación de las
constituciones de la nueva
orden.
• Paulo III confirmó la orden
mediante la bula Regimini
militantis el 27 de
Septiembre de 1540,
limitando el número de sus
miembros a sesenta
(limitación revocada por la
bula Injunctum nobis de
1543).
• Nacía así la Societas Iesu, la
Compañía de Jesús o, como se le
conoce comúnmente, los Jesuitas.
• Ignacio fue elegido Superior General. Envió a sus
compañeros como misioneros por Europa para
crear escuelas, universidades y seminarios donde
estudiarían los futuros miembros de la orden, así
como los dirigentes europeos.
• Ignacio escribió las Constituciones, adoptadas en
1554, las cuales exigen absoluta abnegación y
obediencia al Papa (para lo que se establece un
cuarto voto) y a los superiores (perinde ac
cadaver), lo que asegura un buen funcionamiento,
rápido y riguroso a partir del principio de la
organización central concéntrica.
• Todo ello dirigido al fin fundamental de la
Compañía: la defensa y difusión de la
fe católica, realizado bajo el lema
jesuita: Ad Maiorem Dei Gloriam.
• La compañía se extiende por Europa
y por todo el mundo. En 1552 muere
Francisco Javier en el Extremo
Oriente.
• Surgen también divergencias en el
seno de la dirección de la Compañía.
Por otro lado, su amiga Isabel Roser
quiere fundar una compañía
femenina, a lo que Ignacio se niega.
• Dirige la Compañía desde su celda en Roma. La
Compañía crece y pasa a tener miles de miembros, a la
vez que se granjea muchos amigos y enemigos por todo
el mundo.
• San Ignacio muere en Roma el 31 de julio de 1556.
• La Compañía de Jesús será uno de los principales
pilares de la Iglesia católica a la hora de contrarrestar
el influjo protestante
• También constituye una novedad asociativa el caso
del Oratorio de San Felipe Neri, muy volcado a la
instrucción de niños y jóvenes.
• De igual forma, en el amplio espectro de las
antiguas órdenes también se produce un
movimiento de reforma, del que surgirán
importantes fuerzas para la Iglesia, especialmente
los capuchinos y la reforma de los carmelitas y las
carmelitas en España por obra de santa Teresa de
Jesús y san Juan de la Cruz.
• Por último, también hay congregaciones femeninas
de nueva fundación, como las ursulinas, dirigidas
fundamentalmente a la educación y a la asistencia.
• El Oratorio de San
Felipe Neri
– San Felipe Neri (†1595)
estableció en Roma junto
con algunos otros clérigos
seculares una congregación
en la que sus miembros
hacían vida en común pero
sin votos. El superior de la
comunidad dependía del
obispo, y cada casa sería
autónoma.
– Sus miembros se dedican
al apostolado,
especialmente con niños y
jóvenes, y también al
mundo de la cultura, por
lo que en su seno se
promocionó mucho la
música, el canto, la
dedicación a las bellas
artes, la investigación, etc.
– Esta nueva forma de vida
clerical la aprobó Gregorio
XIII en 1583 y de forma
definitiva Paulo V en 1612.
• En el campo femenino la
aparición más notable es la de las
• Ursulinas
– La Compañía de Santa Úrsula
fue fundada por santa Angela
de Merici (†1540) en 1535.
– Su carisma es la práctica de la
caridad cristiana por medio de
la asistencia a los enfermos y
la educación de la juventud,
especialmente de las niñas
pobres.
– Inicialmente sus socias no vivían en común ni tenían
votos. La primera aprobación la obtuvo en 1544.
– Al comenzar la expansión en Francia, César de Bus
recomendó la vida en común. Por ello, a partir de
1612 comenzaron a emitir votos.
La reforma de las antiguas órdenes

• Las antiguas órdenes religiosas venían


sufriendo una serie de reformas
encaminadas a guardar una mejor
observancia de las constituciones
primitivas según el carisma fundacional.
• En este sentido hay que encuadrar la
reforma de los franciscanos que da origen
a los capuchinos y la de la orden del
Carmen, que origina la descalcez.
• Los capuchinos
– Fundados por Mateo de Bassi o de
Bascio, franciscano observante de la
congregación de Montefalcone. Se dedicó
a las misiones populares y quiso imitar en
todo a san Francisco, también en el hábito que
según supo era muy basto y tenía una
pronunciada capucha (→capuchinos).
– Clemente VII les permitió el uso del hábito
reformado. En 1525, contra el parecer del
ministro de los franciscanos, Bascio y un grupo
de seguidores constituyeron una rama de los
franciscanos, aprobada por Clemente VII en
1528, conocidos como capuchinos. Pasaron a
depender del superior de los franciscanos
conventuales.
– Profesaron la pobreza más
rigurosa y se dedicaron
fundamentalmente a la
predicación al pueblo sencillo,
normalmente en forma de
misiones populares.
– Tuvieron muchos
contratiempos en sus orígenes,
entre ellos la defección del
superior general, Bernardino
Occhino, que se pasó al
protestantismo.
– Sin embargo, cien años después
de su fundación contaban ya
con 1500 conventos.
– Desde primera hora
destacaron por su intensa
oposición a la expansión del
protestantismo,
especialmente entre el pueblo
sencillo, con figuras tan
destacadas como san Fidel de
Sigmaringa en Suiza, que
sufrió el martirio en 1622.
– En 1619 el papa Paulo V los
independizó por completo de
la orden franciscana
conventual, convirtiéndose así
en una orden autónoma: la de
los Hermanos Menores
Capuchinos.
• La reforma de la Orden
del Carmen
– De todas, la reforma
más conocida es la
llevada a cabo en la
Orden del Carmelo por
santa Teresa de Jesús y
san Juan de la Cruz.
• Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Ávila en 1515, en el seno
de una familia de judíos conversos.
• En 1527 queda huérfana de madre. En 1531 ingresa en el
convento agustino de Santa María de Gracia, aunque sin deseos
de ser monja.
• Debido a una grave enfermedad abandona el convento. Vive en
casa de su hermana y, contra los deseos de su padre, ingresa en
el monasterio carmelita de la Encarnación en 1533, profesando
al año siguiente.
• En la Encarnación su estado de salud empeora notablemente.
Practican con ella todo tipo de remedios, incluso de curanderas.
En 1537 sufre una parálisis que la tiene en cama dos años. Se la
llega a dar por muerta.
• A mediados de 1539 recupera milagrosamente la salud, según
ella por intercesión de san José.
• Vuelve al convento y sigue llevando una
vida relajada. Pero, a partir de 1557
comienza un proceso de conversión en el
que tienen gran protagonismo sus
confesores, de forma especial los jesuitas.
• En 1558 comienzan a prodigarse los
favores celestiales: visiones, locuciones,
etc.

• Animada por su confesor


Baltasar Álvarez, hizo
voto en 1560 de aspirar
siempre a lo más
perfecto.
• Descontenta con la relajación de las normas de la Orden
del Carmen, que en 1432 habían sido mitigadas por
Eugenio IV, Teresa quería fundar un monasterio para la
estricta observancia de la regla primitiva, que
comprendía la obligación de la pobreza, de la soledad y
del silencio, así como la clausura rigurosa.
• San Francisco de Borja y san Pedro de Alcántara
aprobaron su espíritu, y san
Luis Beltrán la animó a
llevar adelante su proyecto.
• Por mandato de su confesor,
el dominico Pedro Ibáñez,
escribió su vida, que terminó
hacia junio de 1562 en
Toledo, en casa de doña
Luisa de la Cerda. Allí
conoció padre Báñez, que fue
luego su principal director.
• Tras dos años de luchas llegó a sus manos la bula de Pío
IV para la erección del convento de San José, en Ávila.
• Se abrió el monasterio el 24 de agosto de 1562; tomaron
el hábito cuatro novicias; hubo alborotos en Ávila; se
obligó a la santa a regresar al convento de la
Encarnación, y, calmados los ánimos, vivió Teresa
cuatro años en el convento de San José con gran
austeridad.
• Las religiosas dormían
sobre un jergón de paja;
llevaban sandalias de
cuero o madera;
consagraban ocho meses
del año a los rigores del
ayuno y se abstenían por
completo de comer carne.
• El padre Rubeo, general del Carmen, visitó en 1567 el
convento de San José, lo aprobó, y dio permiso a Teresa
para fundar otros, también dos de hombres.
• La reforma de la Orden masculina la llevó
adelante, entre grandes dificultades y
oposiciones, gracias a la ayuda de san Juan
de la Cruz, al que conoció en 1567 en
Medina del Campo, cuando estaba
arreglando la santa la fundación del
segundo convento reformado.
• Tras los conventos de San José de Ávila y Medina del
Campo, santa Teresa estableció los de Malagón,
Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de
Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, (Caravaca
de la Cruz, sin la presencia física de la santa),
Villanueva de la Jara, Palencia, Soria, (Granada,
también sin estar presente) y Burgos pocos meses
antes de su muerte.
• El 28 de noviembre de 1568 se funda en Duruelo el
primer convento de Descalzos de la rama masculina
del Carmelo siguiendo la Regla Primitiva. En 1570 el
segundo en Mancera. En 1571 san Juan de la Cruz
pone en marcha un noviciado en Pastrana y, poco
después, se establece en Alcalá de Henares como
Rector del colegio recién fundado. Luego se fundan
algunos conventos también en Andalucía.
• En 1572 estalló la discordia entre Carmelitas calzados
y descalzos en el capítulo general
celebrado en Plasencia; en virtud de las
bulas pontificias se acordó tratar con
rigor a los descalzos, que se habían
extralimitado en sus fundaciones, y como
fuera el padre Jerónimo Gracián, por
comisión del nuncio, a visitar los calzados
de Sevilla, estos resistieron la
visita con gran alboroto.
• Dos carmelitas desertores de
la reforma extendieron las
calumnias contra los
descalzos, a los que con tal
motivo persiguió el nuncio
Felipe Sega. Acudió Teresa al
rey, que tomó en sus manos el
asunto. Sufrió singularmente
Juan de la Cruz, encarcelado
en 1577 en el convento
calzado de Toledo (tiempo
durante el cual compuso el
Cántico Espiritual).
• En 1578, el nuncio redobló sus persecuciones hasta el
punto de pretender destruir la reforma, desterrando a
los principales descalzos y confinando a la fundadora
en Toledo, por él calificada de «fémina inquieta y
andariega».
• Desde principios de 1579
comenzó a calmarse la tempestad
contra Teresa y su reforma.
• El 22 de junio de 1580 Gregorio
XIII expidió las bulas para la
formación de provincia aparte
para los descalzos, que ya
contaban con 22 casas y cerca de
300 frailes y 200 monjas.
• En 1582 el deterioro de la salud
de la fundadora era muy
evidente; entre grandes dolores y
desprecios, incluso por parte de
algunas de sus monjas, partió de
Burgos hacia Ávila. Debido a su
extrema gravedad, al llegar a Alba
de Tormes se optó por detenerse
en el convento.
• Falleció, una vez confesada y
recibido el Viático, la noche del 4
de octubre de 1582 (día en que el
calendario juliano fue sustituido
por el calendario gregoriano en
España, por lo que ese día pasó a
ser, viernes, 15 de octubre).
• Su cuerpo fue enterrado en el
convento de Alba con grandes
precauciones para evitar un
robo. Fue luego exhumado y
trasladado varias veces,
comprobándose que estaba
incorrupto.
• Fue beatificada por Paulo V en
1614 y canonizada por Gregorio
XV el 12 de marzo de 1622.
• Tampoco fue fácil la vida de San
Juan de la cruz tras la reforma.
• Tras escapar de la cárcel
conventual de Toledo en 1578,
se dirige a Andalucía.
• En junio de 1579 se establece en
Baeza donde permanece como
Rector del Colegio Mayor hasta
1582, en que marcha para
Granada tras ser nombrado
Tercer Definidor y Prior de los
Mártires de esa ciudad.
• En 1588 es elegido Primer
Definidor y Tercer Consiliario
de la Consulta, la cual le
traslada a Segovia.
• Tras un nuevo enfrentamiento
doctrinal en 1590, es destituido
en 1591 de todos sus cargos, y
queda como simple súbdito de
la comunidad. Durante su viaje
de vuelta a Segovia, cae
enfermo en el convento de La
Peñuela y es trasladado a
Úbeda, donde muere la noche
del 13 al 14 de diciembre.
• Fue beatificado en 1657 por
Clemente X y canonizado por
Benedicto XIII en 1726.
• Además de cómo maestro
espiritual, está reconocido
como uno de los mayores
poetas de lengua castellana.
Los Papas anteriores a Trento
• En Roma no se advirtió con la suficiente rapidez la
gravedad de la revuelta suscitada por Lutero en
Alemania.
• La oposición a cualquier reforma, especialmente por
parte de la Curia, impidió hacer frente de forma eficaz al
problema luterano.
• Sin embargo, al darse cuenta de la gravedad de los
sucedido, la conciencia de la necesidad de reforma en la
Iglesia, empezando por su cabeza, fue clara y universal.
• Así, los papas se pusieron al frente de la deseada
reforma, concentrando en torno a si todas las fuerzas
católicas con ese solo y alto propósito.
León X (1513-1521)
• No se percató de la gravedad
de la revuelta promovida
por Lutero, que consideró al
principio como una disputa
entre frailes ociosos.
• Cuando ya se dio cuenta del
peligro, tardó demasiado en
atajarlo, muchas veces por
cuestiones meramente
políticas.
• Cuando excomulgó a Lutero
en 1521 ya era demasiado
tarde.
Adriano VI (1522-1523)

• Adriano Florensz era


holandés, natural de
Utrecht (1459).
• Preceptor de Carlos V,
cardenal y obispo de
Tortosa, era regente del
Reino cuando le fue
comunicada su elección
como papa en 1522,
gestada gracias a los
buenos oficios del
cardenal Cayetano.
• Era un perfecto candidato: austero, instruido,
intachable en su conducta, y partidario de la
reforma.
• Tras posesionarse de la cátedra de San Pedro
acometió con energía la reforma, comenzando por
la Curia, con la cual se enemistó por ella.
• Con cierta ingenuidad, por medio del legado
Chieragati reconoció en la dieta de Nüremberg
(1523) la parte de culpa que correspondía a la Santa
Sede en la escisión luterana.
• Soñó con arreglar la cuestión luterana y con la
derrota de los turcos, pero su prematura muerte,
ocurrida el 14 de septiembre de 1523, le impidió
llevarlos adelante.
Clemente VII (1523-1534)
• Julio de Médici
(Florencia 1478), era
hijo bastardo de Julián
de Médici, sobrino de
Lorenzo el Magnífico y
primo de León X, quien
le creó cardenal en 1513.
• De conducta ejemplar,
fue elegido sin embargo
por sus habilidades
diplomáticas.
• Era, sin embargo, muy
débil de carácter, de
temperamento indeciso
e inconstante.
• Todo ello, unido a sus arriesgadas
apuestas políticas y los intereses
familiares, le hicieron fracasar, tanto en
el campo político como en el religioso.
De ahí que el historiador Gregorovius
dijera de él que fue «el más desgraciado
de los papas».
• Quizás, por las continuas desgracias
acaecidas durante su pontificado, dedicó
poca atención a la reforma de la Iglesia.
• Tras la expulsión de los franceses de
Milán en 1521 y el triunfo de las tropas
de Carlos I en la batalla de Pavía (1525),
Clemente VII temió un poder excesivo
de España en la península italiana, que
le afectaría por partida doble, como
señor de los Estados Pontificios y como
parte de la familia ducal de Florencia.
• Para hacer frente a la posible hegemonía española,
Clemente VII urdió un pacto con Milán, Venecia,
Florencia y Francia, a pesar de que Francisco I
había jurado no intervenir en Italia con ocasión del
Tratado de Madrid (1526) por el que alcanzó la
libertad tras el desastre de Pavía.
• Esta liga antiimperial, firmada el 22 de mayo de
1526, se denominó Liga clementina o de Cognac.
• Carlos I se sintió burlado por Clemente VII y pidió
justificaciones que no le fueron dadas. Entonces
reunió una fuerza de lansquenetes bajo el mando de
Georg Frundsberg y un ejército español bajo el de
Carlos de Borbón; las dos fuerzas se unieron en
Piacenza y avanzaron hacia Roma.
• Francesco Guicciardini, al mando del ejército
papal, no pudo resistirles, y cuando el Duque de
Borbón murió, su ejército (unos 22.000 hombres)
mal pagado y compuesto en buen parte por
soldados protestantes saqueó la ciudad.
• Clemente VII tuvo que
refugiarse en el castillo
de Sant'Angelo (en el
que permaneció
recluido siete meses).
• Es el denominado
sacco di Roma,
acaecido el 6 de mayo
de 1527.
• Este acontecimiento
constituyó una auténtica
inflexión. Muchos lo
entendieron como un castigo
divino por la falta de
ejemplaridad de la corte
pontificia. La destrucción de
la Roma renacentista marcó • Las relaciones entre
el inicio de una mayor Clemente VII y el
concienciación sobre la Emperador se
necesidad de la reforma, al restablecieron
menos en algunos gracias a la Paz de
destacados curiales como Barcelona, firmada
Sadoleto, Giberti y otros en 1529. Con
llamados luego a Francia se firmó la
desempeñar un importante Paz de Cambrai.
papel en Trento.
• Poco después, Carlos V se encontraba con el Papa en
Bolonia, donde éste le coronaba Emperador del Sacro
Romano Imperio Germánico el 24 de enero de 1530.
• Por otro, tras muchos titubeos y vacilaciones, se
negó a consentir el divorcio de Enrique VIII, con lo
que se inició el Cisma inglés.
• Por otro lado, a pesar del reiterado empeño de
Carlos V para conseguir de Clemente VII la
convocatoria de un concilio que resolviera el
problema alemán, no consiguió convencerlo.
• Si Carlos arreglaba la situación alemana, tendría
más fuerza para asentarse en Italia, lo que no era
visto con agrado ni por Clemente VII ni por su
habitual aliado Francisco I de Francia.
• ¡Tremendo absurdo! El Emperador queriendo
poner remedio al cisma, aunque fuese por motivos
extraconfesionales, y el Papa obstaculizándolo por
conveniencias políticas.
• Clemente VII falleció en Roma el 25 de septiembre
de 1534.
Paulo III (1534-1549)
• Alejandro Farnesio
pertenecía a una
influyente familia de la
nobleza italiana. Nació
en Canino (Estados
Pontificios) el 29 de
febrero de 1468.
• Se educó primero en
Roma, con Pomponio
Leto y después en
Florencia en el palacio
de Lorenzo el
Magnífico, donde
conoció al futuro León
X.
• Su carrera eclesiástica fue meteórica. En 1493 fue
nombrado cardenal por Alejandro VI. Por sucesivas
promociones llegó a ser decano del colegio
cardenalicio.
• Bajo el pontificado de Clemente VII, fue obispo de
Ostia y también de Parma. Durante este tiempo tuvo
cuatro hijos bastardos con una noble romana, que
luego serían legitimados por Julio II.
• Estuvo en dos ocasiones muy próximo al sillón de
Pedro, pero fue tras la muerte de Clemente VII
cuando fue elegido
Papa, el 13 de octubre
de 1534.
• El gran vicio del
pontificado de
Paulo III fue el
nepotismo.
• Uno de sus
primeros actos
como sumo
pontífice fue
nombrar
cardenales a dos
de sus nietos,
Guido Ascanio
Sforza, que
contaba dieciséis
años de edad, y
Alejandro
Farnese, de tan
sólo catorce.
• Como Papa oriundo
de Roma, tuvo
especial empeño en
la reconstrucción de
la ciudad, tras il
sacco, que
encomendó a
Miguel Ángel (así
como pintar el
Juicio Final de la
Capilla Sixtina).
• Patrocinó a los
eruditos y
reorganizó la
Universidad de la
Sapienza.
• Además se dedicó a reformar la corte papal. Nombró
comisiones para evitar abusos de cualquier tipo; reformó la
Cámara Apostólica, el Tribunal de la Rota, la Penitenciaría, y
la Cancillería.
• En 1542 reorganizó también la Inquisición Romana, al frente
de la cual puso al celoso cardenal Juan Pedro Caraffa (futuro
Paulo IV).
• Si al principio de su pontificado, se mostró poco acertado en
las promociones cardenalicias, luego elevó a la púrpura a
hombres de gran talla intelectual y moral, profundamente
partidarios de la reforma, como Caraffa, Sadoleto, Contarini,
Morone, Pole o Cervini.
• Por último, apoyó a las nuevas órdenes, como los jesuitas,
capuchinos, teatinos…
• Sin embargo, el gran mérito del pontificado de Paulo III
consiste en haberse decidido, por fin, a convocar el Concilio
que llevara adelante la tan necesaria y reclamada reforma de la
Iglesia.
• El deseado
concilio dio
comienzo a sus
sesiones en la
ciudad de Trento
el 13 de
diciembre de
1545.
• Por ello será
siempre
recordado Paulo
III, que falleció
en Roma el 10 de
noviembre de
1549.

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