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CURSO: DERECHO PENAL ECONOMICO

DOCENTE: MG. MARCO ANTONIO LUNA VICTORIA MARTINEZ


EL PRINCIPIO DE
AUTOREGULACION EN EL
REGLAMENTO DE LA LEY
30424
El Estado Peruano es parte, desde 1997, de distintos instrumentos
internacionales anticorrupción que han regulado de manera consistente
sobre la necesidad e importancia de que los países signatarios,
incorporen la responsabilidad autónoma de las personas jurídicas en
sus legislaciones.
Así, el Articulo Nº 2 de la Convención para combatir el cohecho de
servidores públicos extranjeros en transacciones comerciales
internacionales de la OCDE (Convención contra el cohecho) y el
Articulo Nº 26 de la Convención de las Naciones Unidas contra la
Corrupción (CNUCC), señalan que cada uno de los Estados signatarios
se compromete a adoptar, en sus legislaciones, las medidas que sean
necesarias, para establecer la responsabilidad de las personas
jurídicas por el delito de cohecho cometido por un funcionario público
extranjero y otros delitos de corrupción.
Cada Estado, determinará el tipo de responsabilidad que le asignará a las
personas jurídicas, sea penal, civil o administrativa. Por su parte, el
Articulo VIII de la Convención interamericana contra la Corrupción (ICAC)
declara que cada Estado Parte prohibirá́ y sancionará el acto de ofrecer u
otorgar a un funcionario publico de otro Estado, directa o indirectamente,
por parte de sus nacionales.
Personas que tengan residencia habitual en su territorio y empresas
domiciliadas en él, cualquier objeto de valor pecuniario u otros
beneficios, a cambio de que dicho funcionario realice u omita cualquier
acto, en el ejercicio de sus funciones públicas, relacionado con una
transacción de naturaleza económica o comercial.
Sin embargo, no fue hasta el 2014, cuando el Perú adquirió la
condición de Estado participante en el grupo de trabajo sobre cohecho
en transacciones comerciales internacionales de la OCDE, que la
necesidad de incorporar en su normativa la responsabilidad penal de
las personas jurídicas, se hizo más rigurosa.
¿QUE ES LA OCDE? La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico es un Organismo Internacional de carácter
intergubernamental del que forman parte 37 países miembros. La
OCDE fue creada en 1960 con sede en París, para dar continuidad y
consolidar el trabajo realizado por la antigua Organización Europea de
Cooperación Económica (OECE) que se había constituido para
canalizar la implementación del Plan Marshall. La OCDE sustituyó a
ésta en la tarea de impulsar la reconstrucción y el desarrollo en el
continente tras la Segunda Guerra Mundial. 
Desde hace más de 50 años la OCDE es un foro en el que los Gobiernos de
estos Estados, todos ellos democracias con una economía de mercado,
trabajan conjuntamente con el fin de enfrentarse mejor a los desafíos
económicos, sociales y de buen gobierno para aprovechar de manera más
eficiente las nuevas oportunidades que surgen y coordinar políticas locales e
internacionales.
El trabajo de la OCDE se centra, por tanto, en el análisis del
Desarrollo Económico y Social, así como de todas las políticas
sectoriales que influyen en él.  De ahí que su ámbito de actividad
abarque no sólo el estudio y seguimiento de la situación
económica y de las políticas económicas que se aplican en los
diferentes países, sino también las cuestiones sociales,
medioambientales, energía, educación, economía de la salud,
actividades industriales y de servicios, comercio, ayuda al
desarrollo, etc. 
Perú es uno de los países socios más activos, siendo uno de
los primeros países en colaborar con la OCDE a través de un
Programa de País de la OCDE que se desarrolló en torno a cinco
áreas clave: el crecimiento económico; gobernanza pública,
anticorrupción y transparencia; capital humano y productividad; y
medio ambiente. El Programa comprendió proyectos de revisión
de políticas, implementación y creación de capacidad,
participación en los Comités de la OCDE y adhesión a
determinados instrumentos jurídicos de la OCDE.
Perú ha hecho uso de la experiencia, las prácticas y los
instrumentos legales de la OCDE para apoyar su programa de
reforma. Por ejemplo, en 2018, Perú tomó medidas importantes para
combatir la corrupción y fomentar una mayor transparencia e intercambio
de información al completar los pasos necesarios para convertirse en
Parte de la Convención de la OCDE sobre la lucha contra el soborno de
funcionarios públicos extranjeros en transacciones comerciales
internacionales (Convención contra el soborno) y el Convenio multilateral
sobre asistencia administrativa mutua en materia fiscal.
Además, Perú promulgó 29 decretos legislativos que implementan las
recomendaciones de la OCDE y otras normas de políticas en áreas
tales como el medio ambiente, la gestión de residuos, la transparencia
y el intercambio de información en materia fiscal, política reglamentaria,
soborno transfronterizo, integridad y desarrollo rural y urbano.
Para coordinar esta colaboración, la Secretaría de Relaciones Globales de la
OCDE fomenta y guía la orientación estratégica de la relación, asegurando que el
diálogo permanezca orientado al el beneficio mutuo y que cuente con visión de
futuro. Esto se traduce en una relación de beneficio mutuo. El proceso de
revisión entre pares contribuye a que los estándares y las buenas prácticas de la
OCDE lleguen a las autoridades peruanas, facilitando la identificación de futuras
áreas de reforma.
El Perú da la bienvenida a la oportunidad de discutir sus
principales desafíos en políticas públicas en un contexto
multilateral y de aprender de las experiencias de países miembros
de la OCDE que se enfrentan a retos similares. A cambio, éste
diálogo enriquece el conocimiento y la capacidad de
asesoramiento sobre políticas públicas de la Organización,
beneficiando tanto a países miembros como no miembros,
permitiéndoles tener un mejor conocimiento del contexto nacional
peruano.
LA AUTOREGULACION
La autorregulación es una actividad privada de creación y control del
cumplimiento de normas y constituye un fenómeno que descansa en el
principio de autonomía privada y, en concreto, en el derecho de asociación
de las empresas, convirtiéndose de esta manera en una cláusula que se
contrapone a cualquier forma de regulación o intervencionismo estatal.
La autorregulación es un proceso de desintervención del Estado en la
sociedad, a través de la privatización de formas e instrumentos de
actuación de la Administración Pública. Sin embargo, la autorregulación
ha dejado de circunscribirse estrictamente al ámbito privado para
convertirse en una realidad con significativa influencia en el ámbito
público.
Este fenómeno no ha sido ajeno al ámbito corporativo o empresarial.
Todo lo contrario, el marco jurídico de deberes y obligaciones que es
asumido de manera interna por las empresas, constituye un soft law, es
decir, una suerte de Derecho común al cual pueden acudir las
entidades para implementar adecuados sistemas de buen gobierno. 
Estas normas blandas pueden ser utilizadas como un instrumento de
seguridad jurídica para proporcionar a las entidades reguladoras un marco
de referencia signado por la claridad y coherencia en la aplicación del hard
law, alimentado también por las mejores prácticas y los estándares
internacionales, lo cual, en gran medida, contribuye al “endurecimiento”
del soft law.
El Principio de Autoregulación en
el Decreto Supremo N° 002-2019-JUS,
Reglamento de la Ley Nº 30424, Ley que
regula la responsabilidad administrativa
de las personas jurídicas.
Así, La Ley Nº 30424 y su modificatoria, establecen en el Artículo Nº 17.2
que un Modelo de prevención debe contar con elementos mínimos, pero
indica además en el Artículo Nº 17.1, que la persona jurídica quedará
exenta de responsabilidad por la comisión de los delitos comprendidos
en el artículo 1, si adopta e implementa en su organización, con
anterioridad a la comisión del delito, un modelo de prevención adecuado
a su naturaleza, riesgos, necesidades y características, consistente en
medidas de vigilancia y control idóneas para prevenir los delitos antes
mencionados o para reducir significativamente el riesgo de su comisión.
Justamente, el marco de autorregulación se encuentra circunscrito al
propio diseño del Modelo de Prevención que cada empresa deberá
adoptar, de acuerdo a su naturaleza, riesgos, necesidades y
características. Hay que tener en cuenta que cada programa de
cumplimiento o modelo de prevención, ha de ser único y especializado en
función de diversos criterios, como pueden ser el tamaño de la compañía,
el sector de mercado en el que la misma opera o los riesgos empresariales
que afronta, pues cada empresa y la actividad que desarrolla poseen unas
cualidades propias que el programa deberá tener en cuenta.
En esa misma línea, el Reglamento desarrollo amplia y extensamente
los elementos mínimos del Modelo de prevención, describiendo que
especificaciones debe contener. Cabe anotar que muchos artículos
están redactados de manera imperativa y otros, por el contrario, dejan
un amplio espacio de elección.
Por ejemplo, el artículo 33º señala: ¨Estando al principio de
autorregulación a la que hace referencia el artículo 31, las
personas jurídicas pueden complementar el modelo de prevención
con los siguientes elementos: (…)”, y por otro lado, el artículo 38º
señala: ¨La persona jurídica debe implementar procedimientos que
garanticen la interrupción o remediación rápida y oportuna sobre
irregularidades, violaciones y/o daños generados como
consecuencia del incumplimiento del Modelo de Prevención (…)”.
Es importante anotar que este Reglamento debe ser interpretado
como una suerte de Lineamientos generales, y, en ese sentido, y
por su naturaleza, no debemos asumir que todas y cada una de
sus disposiciones deben ser aplicadas de manera integral y global.
Por el contrario, el espíritu del Reglamento es brindar a las
personas jurídicas un abanico o marco general de posibilidades o
alternativas para diseñar e implementar su Modelo de prevención
o Programa de cumplimiento. 
AUTOREGULACION DE LA
PERSONA JURIDICA
Las personas jurídicas, en el ejercicio de su autorregulación, de acuerdo con
su tamaño, naturaleza, características y complejidad de sus operaciones,
tienen la facultad para definir el alcance de los elementos del modelo de
prevención, así como los procedimientos o metodología para su diseño,
implementación y monitoreo, que mejor se adapte a sus necesidades,
riesgos y particularidades y que, en función de ellos, resulten más eficaces.
Tratándose de personas jurídicas consideradas como sujetos obligados de
acuerdo a las normas que regulan el Sistema de Prevención de Lavado de
Activos y del Financiamiento al Terrorismo, la autorregulación es la facultad
para definir el alcance de los elementos del modelo de prevención respecto
a riesgos de la comisión de delitos distintos al lavado de activos y del
financiamiento al terrorismo.
Claramente se indica que las personas jurídicas cuentan con la facultad para
definir el alcance de los elementos del modelo de prevención, así como los
procedimientos o metodología para su diseño, implementación y monitoreo,
que mejor se adapte a sus necesidades, riesgos y particularidades y que, en
función de ellos, resulten más eficaces. Esto refleja el amplio margen de
autoregulación que tienen las empresas en esta materia.
Ello se fundamenta en la necesidad de contar con un Modelo de
prevención acotado, tailormaid, ad hoc a sus necesidades. Claro está,
que una vez que este Programa de cumplimiento es adoptado por la
persona jurídica, es de obligatorio cumplimiento para todos los
integrantes de la organización, incluso el incumplimiento de algunas de
sus disposiciones, puede dar lugar a sanciones.
BIBLIOGRAFIA
• DIALNET

• LP DERECHO.

• WIKIPEDIA

• Monografias.

• Actualidad Penal.

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