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LOS NO
NACIDOS EN
EL
CRISTIANISM
O BÍBLICO E
HISTÓRICO
EL CRISTIANISMO EN LA
HISTORIA ANTE EL ABORTO
■ Contexto histórico. Mucho
antes del nacimiento de Cristo,
algunos de los filósofos, como
Platón, Aristóteles, Celso y
otros hasta bien entrado el
siglo IV después de Cristo, no
tenían reparos en quitarle la
vida a un niño no nacido.
■ En Roma algunos que se opusieron al
aborto fueron por razones pragmáticas y
no por razones morales porque tenían
una baja visión del valor de la vida
humana.
■ Cicerón (106-43 a. C.) argumentó que el
aborto estaba mal porque amenazaba
con destruir el nombre de la familia y su
derecho de herencia; fue un delito contra
el padre (pater); y privó a la República de
un futuro ciudadano.
■ Ovidio (43 a. C. – 17 d. C.) dijo en
sus Amores que las mujeres que tuvieron
abortos eran dignas de muerte.
■ Juvenal (ca. 60-140 d. C.) dijo que el
abortista fue "pagado para asesinar a la
humanidad dentro del útero" ( Sátiras 7).
■ Mientras que algunos poetas y filósofos se oponían al
aborto, la población romana recibió el apoyo adecuado de
su cultura moralmente decadente y de sus emperadores
moralmente depravados, que no tenían reparos en quitarle
la vida humana: jóvenes o viejos, prenatales o postnatales.
■ ´Tiberio, que gobernó del 14 al 37 d. C. y bajo cuyo
reinado Cristo fue crucificado, le encantaba ver a los
humanos torturados arrojados al mar.
■ El emperador Calígula (37–41 d. C.), el tirano enloquecido
que sucedió a Tiberio, mató arbitrariamente a todos los que
alguna vez sirvieron en su palacio. Le gustaba ver a los
seres humanos arrastrados por las calles con los intestinos
colgando, y obligó a los padres a presenciar las ejecuciones
de sus hijos.
■ Claudio, el sucesor de Calígula, atesoraba ver la sangre y la
sangre de hombres brutalmente destripados en el Coliseo.
■ Nerón (54-68 DC), quien persiguió y ejecutó severamente a
cientos de cristianos y hizo ejecutar a San Pablo y San
Pedro, obligó a Séneca, su antiguo maestro, a suicidarse.
■ El emperador Vitelio, sucesor de Nerón,
que gobernó solo durante un año, dijo que
el olor de los soldados enemigos muertos
era dulce, y la muerte de los
conciudadanos aún más dulce.
■ El emperador Domiciano (81-96 d. C.)
mató a cuatro vírgenes vestales, ejecutó a
senadores que se oponían a sus políticas y
asesinó al marido de su sobrina.
■ También se podrían citar actos sangrientos
de otros emperadores. Dada esta cultura
de matar, el aborto no era en absoluto una
anomalía a los ojos de la población.
Oposición del cristianismo al
aborto desde los primeros siglos
■ La Didajé (Doctrina de los doce apóstoles)
es considerada como el texto no canónico
más antiguo y respetado de la tradición
eclesiástica.
■ Contiene una directa y explícita condena
del aborto: «No matarás. No cometerás
adulterio ni corromperás a los jóvenes. No
fornicarás. No robarás. No harás magia.
No harás hechizos. No matarás a tu propio
hijo por el aborto ni matarás al niño que ha
sido dado a luz. No codiciarás los bienes
de tu prójimo» (II, 2)
■ la Epístola de Bernabé. También contiene una condena
expresa del aborto: «No vacilarás sobre si será o no será.
No tomes en vano el nombre de Dios. Amarás a tu prójimo
más que a tu propia vida. No matarás al hijo en el seno de
la madre, ni una vez nacido le quitarás la vida. No levantes
tu mano de tu hijo o de tu hija, sino que, desde su juventud,
les enseñarás el temor del Señor» (Epístola de Bernabé,
XIX, 5).
■ Tertuliano (150-225), nacido en Cartago, es autor de
alguna de las fórmulas más bellas acuñadas para defender
la vida humana intrauterina: «Es un homicidio anticipado
impedir el nacimiento; poco importa que se suprima el
alma ya nacida o que se la haga desaparecer en el
nacimiento. Es ya hombre aquel que lo será [homo est qui
futurus est]; el fruto está siempre presente en la semilla»
(Apologeticum, IX).
■ Clemente de Alejandría (150-215 aproximadamente)
condena a aquellas mujeres que, para ocultar relaciones
ilegítimas, utilizan algún tipo de droga mortífera para
producir el aborto, pues no solamente matan al
embrión, sino a toda humanidad. Es muy significativo
que este autor, para condenar el aborto, no acuda a
ningún tipo de argumento religioso, sino que lo hace
por razones de respeto a la naturaleza (y a la vida)
humana (Clemente de Alejandría, "Paedagogus“).
■ Minucio Félix, un abogado cristiano, declaró: "Hay
mujeres que, por corrientes medicinales, se
extinguen en el útero y cometen infanticidio contra
la descendencia aún no nacida". (Minucio Félix,
"Octavio“).
■ Epístola a Diogneto. Los cristianos se casan como
todos los demás hombres y engendran hijos, pero no se
desembarazan de su descendencia (abortos).
■ Atenágoras de Atenas: Sobre el aborto escribe:
«Decimos a las mujeres que utilizan
medicamentos para provocar un aborto que están
cometiendo un homicidio y habrán de dar
cuentas a Dios por el aborto... contemplamos al
feto como un ser creado y, por lo tanto, objeto de
la providencia de Dios... y no abandonamos a los
niños, porque los que los exponen son culpables
de asesinar niños» (Legatio pro christianis, 35).