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PENSAMIENTO VERTICAL

Y LATERAL
“Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está
fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros
pensamientos.” – Buda
 Para entender mejor nuestros pensamientos y su potencial, es
necesario tomar como punto de referencia al investigador
Edward de Bono, quien, como parte de un vasto legado en la
materia, relaciona al pensamiento con direcciones y colores,
para una mejor comprensión y entendimiento intuitivo del
mismo.
 Hablemos así, en un primer momento, del pensamiento vertical y lateral, para ello,
partiremos de un ejemplo muy sencillo: imagina que tu Profesor de Asignatura, ha
terminado de calificar los exámenes de tu grupo y necesita clasificarlos, de ese modo,
los exámenes que tengan la misma calificación, los irá apilando en una misma
columna, en tanto cada vez que se encuentre con un examen de calificación diferente,
lo colocará a un costado o en una pila distinta.
 A través de esta analogía es muy sencillo comprender el pensamiento vertical y el lateral; el
primero de ellos, básicamente tiene resultados similares, por lo que, en sentido figurado,
podríamos decir que “se clasifican en una misma pila” y por ello la referencia de “vertical”. Por
otro lado, el pensamiento lateral tiene como principal intencionalidad arrojar resultados
distintos, haciendo referencia a una organización y clasificación de los mismos, en posición
“lateral” (uno al lado del otro).
 El pensamiento vertical, tiene notables influencias de los pensamientos: deductivo
(aquel que va de lo general a lo particular, como un experimento de laboratorio para
observar una ley establecida), analítico (parte de la descomposición de un todo en sus
partes, como obtener el área de cada una de las habitaciones, para identificar el área
general de una casa) y lógico (a través de la elaboración de inferencias y silogismos).
Es precisamente a razón de esta influencia, que no existe variabilidad en los
resultados (2+2 es 4 y desde una postura matemática, siempre será así).
 Por su parte, el pensamiento lateral, se fundamenta en los pensamientos:
inductivo (que va de lo particular a lo general, como hacer una investigación
para enunciar una ley), sintético (cuando se toman diferentes elementos
separados para construir algo nuevo) y creativo (tiene que ver con procesar
la realidad y plantearla de un modo novedoso); como resultado de esta
influencia, los resultados pueden variar mucho dependiendo de la persona
que está interactuando con su entorno.
 A modo de conclusión parcial, podríamos aprovechar la
semántica y de ese modo, tenemos que el pensamiento vertical es
objetivo, convergente y concreto; el pensamiento lateral,
respectivamente, es subjetivo, divergente y abstracto.
 Con posterioridad, intentando diversificar aún más dentro de
los dos tipos de pensamiento antes comentados, De Bono,
(empleando su pensamiento lateral) relacionó las características
de diferentes colores con las habilidades cognitivas del ser
humano, logrando una tipificación conformada por 6 clases, a
las que llamó “sombreros del pensamiento”.
 El blanco es un color neutro y objetivo. De ese modo, el
sombrero blanco se ocupa de interactuar con la realidad de
forma objetiva, tomando como referencia hechos, datos, cifras.
Por ejemplo el pensamiento matemático pertenece directamente
al sombrero blanco.
 El color rojo a menudo se relaciona con las emociones, los sentimientos, la
intuición. Así, el sombrero rojo plantea una perspectiva emocional, visceral,
y tiene que ver con reaccionar de forma instintiva o partiendo de las propias
convicciones, preferencias y creencias, además, ni siquiera se precisa dar
explicaciones de los actos emprendidos.
 El negro por excelencia es un color negativo. Siendo así, el sombrero negro
del pensamiento, se caracteriza por una óptica contracorriente, con un
particular detalle que lo caracteriza: se basa en la lógica. Siendo su arma la
de construcción y se posiciona como el antagonista natural del sombrero
amarillo. Es importante entender que el sombrero negro no plantea un
pensamiento negativo irracional, sino fundamentado en la lógica y la razón.
 El color amarillo denota alegría y positividad. Desde ésta óptica, el sombrero amarillo
parte de una lógica esperanzadora, es decir, a través de la razón se decanta a favor de
la construcción y reconstrucción de la realidad; un ejemplo claro es en la ciencia, en
donde los investigadores no se dan por vencidos y se esfuerzan por encontrar
respuestas en terrenos que parecieran imposibles. A decir verdad, una mejor forma de
definir su fundamentación, sería hablar de la “lógica positivista” y no sólo de una
“lógica positiva”, recuérdese que el positivismo es una corriente filosófica basada en
el pensamiento científico. Es importante entender que el sombrero amarillo no
plantea un pensamiento positivo irracional (soñador o basado en la fe), sino
fundamentado en la lógica y la razón.
 El verde alude a la naturaleza, quien es creativa, fértil,
fructífera y abundante. Por ello, el sombrero verde, de
manera directa, indica creatividad, originalidad e ideas
nuevas, es un pensamiento novedoso y divergente.
 Finalmente, el azul es el color de la bóveda celeste, quien está por encima de
todo cuanto podemos observar. Partiendo de esa idea, el sombrero azul
refiere un pensamiento holista, global, integrador, generalizador, pero
especialmente, de supra-orden, abarcando desde el control sobre los demás
sombreros del pensamiento, hasta el entendimiento de sus propios procesos a
través de la metacognición.
 Así que ya lo sabes, la próxima vez, elige una
dirección y un color, antes de pensar.

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