Está en la página 1de 27

Sesión 02

Orígenes de la agresividad
humana en las diferentes etapas
del desarrollo.
Conducta Normal y Conducta
Anormal.
https://www.youtube.com/watch?v=VUI3NJBtt18 AGRESION

Dr. Manuel Hernandez Lozano


ORIGENES DE LA AGRESIVIDAD HUMANA
Ejemplo: Una persona estaba viajando en el metropolitano, por supuesto
estaba repleto, y ella por avanzar hacia la puerta empuja sutilmente a otra,
el cual voltea y de un certero puñete en la nariz le rompe el tabique.

El origen del comportamiento agresivo es tan primitivo como complejo.


Según el psicoanálisis, dentro de cada uno de nosotros existe una lucha
entre los impulsos instintivos (Libido y agresión) que requiere su
satisfacción inmediata. Esta necesitad se enfrenta contra las exigencias de
la vida real que nos obliga a reprimir los impulsos y que pueden ser
canalizados hacia fines constructivos. Si en nuestro proceso de aprendizaje,
durante la niñez y juventud, esto no se consigue, prevalecerán los impulsos 
destructivos, incluso hacia nosotros mismos.
Actualmente los expertos coinciden en que el factor que
más incide sobre la conducta agresiva es el de la condición
sexual. El fracaso y la frustración son, en gran medida, sus
detonantes.
Es importante destacar, que si bien la agresividad esta
ligada a la estructura del ser humano, el comportamiento
agresivo también se aprende. Por este motivo es muy
importante los modelos de conducta durante el proceso de
aprendizaje en la niñez. Es aquí donde la figura de los
padres desempeña un labor crucial al enseñar a sus hijos
como canalizar  sus impulsos.
La adicción a sustancias (“drogas”) y los cambios
emocionales del individuo, tanto a un nivel considerado
no patológico por los especialistas en salud mental como
a un nivel considerado patológico (neurosis, depresión,
trastorno maniaco depresivo o trastorno bipolar) pueden
generar también comportamientos agresivos y violentos.
La agresividad puede presentarse en niveles tan graves
que puede generar comportamientos delictivos, o por lo
menos obligar a que se remita a quien padece este tipo
de conductas a un centro psiquiátrico.
La agresividad puede manifestarse en cada uno de los niveles
que integran al individuo: físico, emocional, cognitivo y social.
Se puede presentar en el nivel físico, como lucha con
manifestaciones corporales explícitas. En el nivel emocional
puede presentarse como rabia o cólera, manifestándose a
través de la expresión facial y los gestos o a través del cambio
del tono y volumen en el lenguaje, en la voz. Desde un nivel
cognitivo puede estar presente como fantasías destructivas,
elaboración de planes agresivos o ideas de persecución propia
o ajena. El nivel social es el marco en el cual, de una manera o
de otra, toma forma concreta la agresividad.
En el marco jurídico se puede entender como un “acto contrario al
derecho de otro”. El término agresor se aplica a la “persona que da
motivo a una querella, injuriando, desafiando o provocando a otra
de cualquier manera” .
Como conducta social puede implicar lucha, pugna y formar parte
de las relación de poder/sumisión, tanto en las situaciones diádicas
(de dos personas) como en los grupos.
En su sentido más estricto, puede entenderse como “conducta
dirigida a causar lesión física a otra persona”. La intención de
causar daño puede manifestarse de distintas maneras, unas más
implícitas y ritualizadas (enseñar las uñas, gruñir,…), otras más
explícitas (golpear, arañar).
La agresividad presenta elementos de ataque y retirada. Por ello,
se implica con otras conductas de autoprotección. Amenaza,
ataque, sumisión o huida se presentan muy asociadas en la
naturaleza.
El término violencia se refiere a un tipo de agresividad que está
fuera o más allá de “lo natural” en el sentido adaptativo,
caracterizada por su ímpetu e intensidad..
Para Weinsiger (1988), en la raíz de la conducta agresiva está la ira.
La define como “una sensación de disgusto debida a un agravio,
malos tratos u oposición. Y que normalmente se evidencia en un
deseo de combatir la posible causa de ese sentimiento”.
Considerando la existencia de cuatro emociones
básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia, esta última
sería la más próxima a la ira. Cuando se manifiestan en
sentido pleno, la rabia es una emoción incompatible
sincrónicamente con la tristeza, del mismo modo que
lo son entre sí el miedo y la alegría. Tanto la rabia como
la alegría tienen un carácter expansivo. Por su parte, la
tristeza y el miedo se manifiestan corporal y
cognitivamente con carácter retractivo.
Algunos estudiosos sugieren que las condiciones que provocan
la agresividad son esencialmente las mismas para todas las
especies y que no hay nada especial en la agresividad de los
humanos.  Al fin y al cabo, los humanos comúnmente matan a
otras especies para alimentarse, entablan guerras por el control
del territorio, infligen heridas y muerte a otras personas para
hacerse con sus objetos de valor y recurren a la violencia para
defender lo que estiman y quieren.  A menudo, la riva­lidad
sexual también conduce a la brutalidad.  Los humanos, como
tantas otras especies, están dispuestos a utilizar la fuerza para
conseguir lo que desean.
Otros estudiosos creen que estas analogías son insuficientes, y
llaman la atención sobre la evolución del neocórtex humano y sobre
el he­cho de que nuestra capacidad mental supera ampliamente la
de cualquier otra especie.  La reflexión moral, la capacidad de juzgar
lo que es bue­no y justo en cada circunstancia y el control volitivo en
este caso la capacidad de controlar las acciones propias de acuerdo
con nuestra eva­luación moral- son los protagonistas de estas
teorías.  Quienes las defienden aceptan la existencia de impulsos
agresivos arcaicos, pero creen que, por regla general, la racionalidad
es capaz de controlarlos.  Por consiguiente, sostienen que es poco o
nada lo que podemos aprender indagando en la división entre lo
humano y lo animal.
Componentes de la Conducta Agresiva.

Componente Cognitivo
Hace referencia a las creencias, ideas, pensamientos,
percepciones. Se ha encontrado que las personas que se
comportan agresivamente se caracterizan por presentar unos
determinados sesgos cognitivos que les dificulta la comprensión de
los problemas sociales y les lleva a:
a) Percibir la realidad en forma absolutista y dicotómica
b) Atribuir intenciones hostiles a los otros
c) Realizar generalizaciones excesivas a partir de datos parciales
d) Elegir más soluciones agresivas que prosociales
e) Cometer muchos errores en el procesamiento de la información
y en la solución de problemas, tanto hipotéticos como en su vida
real
Componentes de la Conducta Agresiva.

Componente Afectivo o Evaluativo:


Está relacionado con los afectos, sentimientos, emociones,
valores y modelos de identificación. La probabilidad de
comportarse agresivamente aumenta cuando la persona asocia
agresión con poder, control, dominio y cuando tiene un fuerte
sentimiento de haber sido tratada injustamente, situación que
le genera gran hostilidad hacia los otros. Dicha hostilidad se
expresa a través de la conducta agresiva que está plenamente
justificada por ella. También se incrementa cuando se
identifica con personas violentas y agresivas 
Componentes de la Conducta
Agresiva.
Componente Conductual

Hace referencia a las competencias, habilidades,


destrezas, estrategias. Existe un alto consenso entre los
investigadores en que las personas agresivas carecen
de muchas de las habilidades necesarias para
interactuar socialmente y para solucionar de forma
prosocial los conflictos derivados de dicha interacción.
Por ejemplo, problemas para integrarse en un grupo de
forma positiva, falta de imaginación y creatividad en los
juegos, dificultades en la toma de perspectiva, rechazo
por parte de sus pares, etc.
Agresividad y Violencia

Ortega y Mora Merchán, diferencian ambos conceptos


afirmando que un acto de agresión puede ser de
responsabilidad compartida, teniendo en cuenta que la
confrontación se origina en necesidades de ambos
contrincantes. La violencia, en cambio, implica siempre la
existencia de una asimetría entre los sujetos implicados es
el ejercicio de abuso de la fuerza o del estatus social del
que tiene más capacidad de maniobra contra el que, por
distintas razones, no la tiene”
normalidad/anormalidad
Evolución histórica de
normalidad/anormalidad
• Criterio Normativo.
Tiende a considerar al
hombre NORMAL a aquel
que se asemeja a un
MODELO de perfección
humana, que reúne las
características DESEABLES
(ideales) de acuerdo a un
sistema de valores
imperante.
Evolución histórica de
normalidad/anormalidad
Kurt Schneider, utiliza como criterio de
normalidad el término medio:
“ Las personalidades anormales son variaciones,
desviaciones de un campo medio, imaginado por
nosotros, pero no exactamente determinable, de
las personalidades”
Evolución histórica de
normalidad/anormalidad
• Normalidad = salud: ausencia de la enfermedad.
• Normalidad = bienestar comunitario: integración de
los esfuerzo para lograr un bien común
• Normalidad = ventaja biológica : selección natural
Parámetros de lo llamado normal
Para establecer parámetros y lograr unificar un
concepto universal de lo que es normalidad y
anormalidad no es suficiente tomar como referencia
ni uno ni dos criterios, sino la totalidad de estos, por
lo relativo que es establecer una concepción como
esta, pues depende de múltiples factores.
Parámetros de lo llamado normal

es necesario precisar:
 Ninguna conducta es por si sola anormal
 La conducta humana es multidimensional
 Depende de varios ejes:
 Frecuencia.
 Cantidad.
 Calidad.
 intensidad.  
Normalidad
Cualidades externas:
 Aceptación de la realidad.
 Armonía y adaptación.
 Independencia.
 Tolerancia.
 Responsabilidad.
 Expresividad.
 Creatividad.
Normalidad
• Cualidades interiores:
 Insight.

 Manejo de la agresividad y ansiedad.

 Capacidad de estar solo.

 Aceptación de las circunstancias buenas y

malas.
 capacidad de establecer relaciones afectivas

estables y satisfactoria.
 tener proyectos y metas y ser consecuentes

con ellos
 continuidad consistencia y responsabilidad.
Trastornos disruptivos del control de los impulsos y de la
conducta (DSM-5, APA, 2013) incluyen afecciones que se
manifiestan con problemas en el autocontrol del
comportamiento y las emociones mientras que otros trastornos
del DSM-5 pueden tratar sobre problemas de la regulación del
comportamiento y las emociones, los trastornos disruptivos se
traducen en conductas que violan derechos de los demás (por
ejemplo: agresión, destrucción de la propiedad), o llevan al
individuo a conflictos importantes frente a las normas de la
sociedad o las figuras de autoridad.
Trastorno explosivo intermitente supone episodios
repentinos y repetidos de conductas impulsivas, agresivas y
violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que reaccionas
con demasiada exageración para la situación. La violencia vial,
el maltrato intrafamiliar, lanzar o romper objetos u otros
berrinches temperamentales pueden ser signos del trastorno
explosivo intermitente.
Estos arrebatos intermitentes y explosivos te provocan una
gran angustia, tienen un impacto negativo en tus relaciones,
en el trabajo y en la escuela, y pueden tener consecuencias
legales y financieras.
Trastornos de control de impulsos y los comportamientos compulsivos son
trastornos de índole neuropsiquiátrico en el que existe un patrón conductual
anómalo, caracterizado por una impulsividad excesiva hacia la realización de
determinadas acciones. Esta impulsividad anormal da lugar a que determinados
comportamientos se repitan continuamente. Se acompaña de dificultad para
controlar la ejecución de estas actividades repetitivas, existiendo además cierta
urgencia para la realización de las mismas y síntomas ansiosos ante la
imposibilidad de realizarlos. Esta impulsividad excesiva hacia la realización de
determinadas tareas puede incurrir en un daño o perjuicio hacia sí mismo o los
demás. La falta de sensación de recompensa al llevar a cabo estos
comportamientos está ausente o disminuido en pacientes con enfermedad de
Parkinson, dando lugar a que se puedan perpetuar en el tiempo y a la falta de
control de los mismos. Actualmente, dichos trastornos se recogen en la última
edición de la clasificación de enfermedades, DSM-V, en la categoría de
“trastornos disruptivos, de control de impulsos y de la conducta”
Trastorno de Personalidad Pasivo-Agresivo (DSM IV) se
caracteriza por un patrón general de oposición y respuestas
pasivas ante las demandas que exigen un rendimiento adecuado,
que comienza al principio de la edad adulta en diferentes
contextos, y se manifiesta con 4 o más síntomas: Resistencia
pasiva a rendir en la rutina social y en las tareas laborales. Quejas
de incomprensión y de sentirse despreciado por los demás.
Hostilidad y facilidad para discutir. Crítica y desprecio irracionales
hacia la autoridad. Muestras de envidia y resentimiento hacia los
compañeros aparentemente más afortunados que él. Quejas
abiertas o exageradas por su mala suerte.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Verche, E. (2010) Neuropsicología Forense. ed. Isep

Varela, F. (2006) Orígenes Ancestrales de la Agresividad


Humana. Vol. 1 Nro. 1

Bandura, A. (1985). Análisis del aprendizaje Social de la


agresión. Extraído de:
http://www.ehu.eus/documents/1736829/2165748/03+-+La+co
nducta+agresiva.pdf

También podría gustarte